Alguien llamó a la puerta. Nos alejamos un poco. Perdón, no quise interrumpir. No podía creer lo que veían mis ojos.
El próximo será una especie de salto en el tiempo. Espero que lo disfruten y perdonen mi tardanza.
Espero les guste! Agradezco que se tomen el tiempo para leer y sus comentarios!!!
Algo que escribí a modo de desahogo...
Solo unas cortas líneas que me permitieron desahogarme un poco...
Lamento decepcionarte pero no soy Rosa. Contestó Clara con una sonrisa perfecta en su rostro.
Esa que tienes dibujada en tu rostro. ¿Con quién estabas? Dudo mucho que haya sido con una de tus amiguitas habituales. A ver. Hizo una pausa y se quedó pensando. Se supone que irías a una fiesta con Clara y después... Hizo una pausa nuevamente, reaccionó y pegó un grito. ¡No puede ser!
Cuando me disponía a acercarme a él Clara me detuvo.
Que sucede Clara, ¿estás bien? Dije mientras me acercaba a ella. Iba a agarrarla cuando se echo hacia atrás. No me toques. Dijo. Yo quede sorprendida ante su respuesta.
Si supieran que es un demonio disfrazado de ángel. En la cama es simplemente maravillosa, siempre está abierta a todos mis deseos y me encanta. Le gusta algo fuerte. Que le hable malo, eso la excita. Según ella nadie se lo había hecho como yo. Pero que puedo decir con Bárbara Rangel, nunca se sabe.
Me gusta pensar que está bien. Que siguió con su vida, que es feliz. Y que no me extraña.
Si, está bien tener celos, pero también está bien confiar.
No cariño, no te desharás de mí tan fácilmente-. Dije bromeando-. ¿Y quien dijo que yo quiero deshacerme de ti?-. Contestó ella-. Vámonos de aquí-. Sugerí-. Si es contigo, yo voy a donde sea.
Y lo entendí, entendí porque valió la pena haber pasado por lo que pasé con Alicia y con otras más. Ninguna era como Fabiola, me di cuenta de que ninguna llegó a llenarme tanto como ella lo hacía, descifraba cada parte de mi cuerpo de una manera extraordinaria, sabia como hacerme estremecer...
Después de que me fui, supuse que te quedaste con Gabriela. Esa noche ¿Te acos taste ¿Te acostaste con ella?-me costaba tanto pronunciar esas palabras, pero sentí que necesitaba hacerlo. Quería saberlo. Gabriela es una mujer hermosa y la consideraba una amenaza.
Y la sentí. Esa lengua que me volvía loca y que pensaba que no podía volverme más loca, finalmente lo hizo. Sentí como la introducía en mi sexo. Me embestía con su lengua, una y otra vez sin parar, creí poderme aguantar pero no. Sólo con su lengua me hizo tocar el cielo. Me cuerpo se estremeció de u
Oye!, debo tomar un baño-dijo mientras me alejaba poco a poco de ella. Yo no quería parar, y en ese instante lo sentí. Sentí lo que ella, había sentido hacen varias noches ya. Ese fuego recorrer todo tu cuerpo. Ese coctel de emociones, el deseo, el amor, la pasión, las ganas de estar con la persona
Tú me haces ser egoísta. Te quiero solo para mí. El simple hecho de verte con alguien más me desagrada. Incluso si ese alguien es una amiga. Ahora eres posesiva-bromeé-eso me agrada. Ella rió y me abrazo. No tienes porque sentirte insegura. No existe nadie en este mundo que pueda alejarme de ti. Por cierto, aquí no pasará nada que tu no quieras-dije finalmente mientras acariciaba sus mejillas-.
Estoy con alguien más-dijo-. Al escuchar sus palabras un frío invadió todo mi cuerpo; cualquiera podía darse cuenta de ello, mi rostro reflejaba esa sensación perfectamente. Yo sabía que ella tenía derecho a estar con alguien más, que le diera el lugar que ella se merece; pero a pesar de eso tenía l
Sí, tienes razón. Es algo normal que dos personas que se amen hagan el amor; lo que no es normal es que una de ellas lo desee más que la otra y que por eso la otra persona se asuste y no quiera hacerlo. Yo no quiero obligarte a nada Daniela, y eso es lo estuvo a punto de pasar hoy. Adiós.
Al voltear vi a la mujer más hermosa del lugar. Alta, delgada, cabello largo de un color castaño suave, ojos castaño oscuro y la sonrisa más encantadora que pude ver en mucho tiempo.
La mire con lágrimas en mis ojos, y la abrace, tan fuerte como pude. Nunca había tenido esta seguridad con más nadie que no fuera Isabella. Pero Daniela supo ganarse mi amor, y yo sabía que se lo merecía, desde el instante en que la vi supe que ella era diferente. Y merecía lo mejor de mí.
Es extraño, pensé que nunca pasaría. Pero el hecho de que no me intereses como mujer no quiere decir que no te quiera como amiga
Posando un dedo sobre mis labios me hizo callar. Ella volvió a sonreír. Te amo-dijo- no hay nada que pueda alejarme de ti, ni siquiera tus miedos. No tengas miedo de mi amor. Si estas rota, déjame unir todos los pedazos y sanarte.