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Una combinación perfecta Cap. V

en Lésbicos

CAPITULO 5

…Fernanda no vio otra opción más que aceptar y con la ayuda de Daniela subió al lujoso auto que segundos después Brenda vio arrancar con su amada dentro…

…el estacionamiento quedó en total silencio luego de eso, Brenda era sostenida por René y Silvia, no podía parar de llorar mientras Rebeca se acercó a ella, venía corriendo del otro extremo del estacionamiento.

-        Lo siento Brenda, traté de detener a mi hermana, pero no pude, ¿quieres que las sigamos? Su auto tiene un GPS.

-        ¡si, déjame ir por mis llaves! –corrió hasta su oficina con las demás chicas detrás de ella.

-        Ya Brenda –le dijo René tratando de mantener la calma- no sé qué fue todo eso de la rehabilitación, pero no puedes hablar con ella en el estado en el que estas.

-        ¡tengo que ir con ella René!, ¿no entiendes?, ¡está a punto de dejarme para siempre! –grito llorando nuevamente.

-        ¡lo entiendo, pero tú y ella ya no son nada, entiende tú, está asustada, decepcionada, estuviste a punto de abusar de ella!

-        ¡no iba a abusar de ella, nos acostamos cuando queremos…

-        Pero ella no quería Brenda –interrumpió Rebeca- déjala tranquila por hoy, sólo me comunico con mi hermana para asegurarnos que Fernanda está bien.

-        ¡estará más que bien, la abogaducha esa quiere todo con Fernanda y se va a aprovechar de la situación! –replicó una Brenda ya molesta.

-        A ver Brenda –dijo Silvia- cálmate, Fernanda no es tan fácil como para dejar que alguien “aproveche” está situación, tú sola la orillaste a que se fuera de esa manera…

-        Y te recuerdo que esa “abogaducha” es mi hermana así que te voy a pedir que cuides tu manera de expresarte cuando hables de ella –le dijo Becki un poco molesta-, ahora yo creo que nos debes una explicación, quiero que nos digas que diablos fue todo lo que paso.

-        ¡No te voy a decir ni una palabra! –grito Brenda

-        ¡sabes que tengo métodos para hacerte hablar, o nos explicas por las buenas o te voy a enseñar como debes tratar a una mujer! –replico Becki arrinconando a Brenda hasta hacerla caer sentada en un sofá que tenía.

-        Tranquila Soldado –se empezó a reír Brenda- ¿Qué quieres que te explique?

-        A ver chicas se están alterando un poquito –dijo René sentándose en el escritorio de Brenda- te voy a preguntar varias cosas y necesitamos que respondas con la verdad, claro si quieres que te digamos la ubicación exacta de ese bonito deportivo que se llevó a tu doctora.

-        Ok, ok, les voy a responder, pero pon la ubicación de ese GPS justo frente a mí –le pidió a Becki, que inmediatamente activo la pantalla de su celular y se sentó a un lado de René.

-        ¿Qué fue eso de la rehabilitación y dejar esas porquerías para ser la misma de antes?

-        Ehh, yo…, estoy consumiendo cocaína… -sus ojos se llenaban de agua al ver el rumbo que tomaba ese GPS, sólo iba a casa de Fer, pero dentro de su alcoholizada y drogada cabeza ya se había creado toda una historia.

-        ¡¿qué?! –gritaron las tres espectadoras al mismo tiempo

-        Ya decía yo que estabas más demacrada de lo normal –dijo Silvia caminando de un lado a otro.

-        ¿desde cuándo empezaste a hacerlo? –pregunto Becki tomando las manos de Brenda.

-        ¿recuerdas cuando Fer y yo rompimos nuestro compromiso? –hablo Brenda viendo a René que asentía…

…Fer y Brenda habían ido a escoger los anillos, ese día Fernanda había regresado de un curso al que tuvo que ir por un mes y al que Brenda se opuso en todo momento, había sido un mes lleno de peleas sin sentido en el que Brenda no perdía la oportunidad de reclamarle la falta de tiempo y atención hacia ella y hacia su relación, faltaban sólo 3 meses para la fecha elegida, pues bien, Brenda la había ido a recoger al aeropuerto y directo a la joyería, tardaron casi dos horas en escoger el diseño indicado para sellar su amor, un par de hermosos aros de oro blanco, decorados por un par de diamantes pequeños incrustados al medio sin sobresalir, y al interior de ellos grabado un “vida mía” y en otro “mi cielo”, nada excéntrico pero el par de novias se tardó para ponerse de acuerdo con el modelo, cuando salieron de ahí Fernanda cansada pero sin perder la emoción le planteó la idea de ir a elegir las invitaciones, así lo hicieron, les mostraron decenas de diseños, ideas y colores, Brenda pensó en que quería plasmar en ellas los votos que dirían el día de su boda y a Fernanda le fascino la idea, se despidieron de la vendedora y tomaron rumbo a la casa que Fernanda había estado rentando y en que había decidido comprar para ahí ver crecer a su familia. Al llegar a casa bajaron las maletas de Fer y entre arrumacos y piropos subidos de tono entraron, sólo alcanzaron a dejar las maletas en el piso y Brenda comenzó a seducir a su doctora, la fue guiando hasta la sala y empezó besándola apasionadamente, Fer correspondía pues un mes sin su amada era demasiado para ella, las manos de Brenda recorrían tiernamente el cuerpo de Fer, la tomaban de su cintura y poco a poco metía sus manos por debajo de su blusa, Fer le ayudaba guiando sus manos directo a sus senos, era de sus zonas más erógenas, mientras Brenda jugaba su pezón derecho con la mano izquierda, dirigió su otra mano al botón de su pantalón, hábilmente se deshizo de él y metió su mano para sentir la humedad y el calor que emanaba Fer, “me tienes muy caliente amor, hazme tuya”, Brenda bajo su mirada y alcanzó a ver que ese girasol tenía algo nuevo, lo tocó con delicadeza y aún estaba hinchado, “lo hice pensando en ti, quiere decir: hasta más allá de la muerte vida mía.”, era una cinta cayendo de la hoja del girasol y envolviendo su tallo, al final tenía sus iniciales, “te amo tanto…” fue la respuesta de Brenda que continuó besando el cuello de Fernanda que ya estaba por sacarse la blusa, se puso de pie para que Brenda le quitara los zapatos y el pantalón, y se sentó nuevamente en el posa-manos de su sofá, Brenda hizo un camino de besos desde sus senos hasta su cadera, donde estaba esa delgada tela del bóxer que llevaba Fer, sus dedos recorrían la hebrea frase en tinta negra que se veía perfecta en la cadera de su novia-futura esposa-madre de un par de niños con los que ya soñaban, mordisqueó ligeramente el monte de venus de Fer que hizo un movimiento de caderas, Fer la apartó y se deshizo de su bóxer para quedar en plenitud desnuda para los mágicos labios de su amor, Brenda admiró por un largo momento los labios vaginales de Fer, estaban un tanto hinchados por la excitación, brillosos, dejaban ver apenas ese capuchón que cubría su postre favorito, todo decorado por un bonito corte que Fernanda se había hecho, esos diminutos rizos se veían preciosos, mientras tanto Brenda se había recostado en el muslo de Fer, acariciaba los rizos y soltaba pequeños sopliditos que hacían vibrar a Fernanda, después de unos minutos soltó el primer beso a la vulva de Fer que de inmediato abrió más las piernas, dejando entrar un poco de la lengua de Brenda, “tengo una idea” le dijo a Fer separándose de ella, “¿tu agenda?”, “en mi maletín café, le respondió pensando en que quería posponer un poco al ansiado día”, Brenda corrió por ella, la tomó y busco una página al final de las hojas, la misma que vio a Fer corregir tantas veces mientras escribía sus votos, se la dio y le abrió su pluma entregándosela, “sé que ahí están tus votos, nunca los leí, lo juro, te iré diciendo que escribir mientras tomo mi postre, será divertido, después haré las correcciones necesarias”, Fernanda tomo las cosas en sus manos y empezó a escribir, tenía la mala o buena costumbre de fechar todo lo que escribía, mientras Brenda empezaba nuevamente su trabajo le hablaba a Fer que escribía atenta, a veces un poco ilegible debido al gozo que le daba la lengua de Brenda, después de arrancarle su primer orgasmo, Brenda la dejó recostada en el sofá, mientras fue a buscar el “regalo número dos” que siempre estaba en el buró de Fernanda, regresó semidesnuda y con el arnés puesto, lo único que la cubría era su playera que no había quitado, Fernanda se puso de pie y empezó a besarla, la sentó en el sofá e intento quitar la playera de Brenda que inmediatamente tomó sus manos y las llevó a sus pezones, abrió las piernas de Fer y la ayudo a sentarse sobre aquel largo y grueso pene, escuchó un tierno gemido mientras empezaba a subir y bajar sobre ella, “quítate la playera” jadeó en el oído de Brenda que sólo respondió arañando su espalda, Fernanda gemía pero quería chupar los senos de Brenda, su chica asumió las intenciones que tenía y terminó quitándose la playera, esperando que la vista de Fer se hubiera deteriorado en esos minutos y no viera esos chupetones que tenía en las costillas, y por un momento lo pensó que sus suplicas habían sido escuchadas por Dios, pero no, Fernanda explotó en un orgasmo en el que empujo a Brenda hasta el respaldo del sofá, beso sus senos, succionó sus pezones y bajo un poco más, se detuvo en seco viendo esas marcas que no podrían ser de ella, de una intención de sacó ese pene y miró a Brenda, intentó hablar pero las palabras no salían, Brenda se acercó a ella “perdóname amor…, sólo fue una vez…, me hacías falta…, no significó nada te lo juro, no volverá a pasar”, Fernanda sintió que su corazón se había roto y que nada ni nadie lo podría reparar jamás, “vete de mi casa Brenda, creo que ya nos excedimos en tus juegos”, “amor, no eres ningún juego, yo te amo”, “basta de tus burlas Brenda, si quieres una puta formal lo seré no puedo negar que el sexo es fantástico, pero no seré tu burla ni la burla de tus putas”, “no Fer, estamos a nada de casarnos, por favor no hagas esto, todo lo que dije fue verdad”, “yo también puse la verdad en esa hoja, y el hecho de que la boda se cancelé no quiere decir que deje de sentir lo que siento, ahora vístete y vete de aquí”. Brenda no dijo nada más se vistió y volvió a mirar esa agenda, se despidió dándole un beso en la frente a Fer que lloraba amargamente mientras leía los votos de ambas, la vio cerrarla de golpe con la pluma atorada en un lado y ponerla en ese mueble donde había permanecido desde entonces, y salió de esa casa arrepintiéndose para siempre de haber cedido ante los coqueteos de esa chica, esa tarde se emborrachó hasta perder el juicio y esa noche conoció lo que era la “paz” que sentía al consumir cocaína…

 

-        ¿qué tiempo hace de eso? –preguntó Becki

-        Más de 6 meses –respondió Rene.

-        Está bien, te ayudaré a buscar un lugar para tu rehabilitación, mañana mismo empezarás, pero necesito que dejes tu vida por completo, sólo por un tiempo.

-        ¿eso significa dejar a Fernanda cierto?

-        Si, a Fernanda y a tus negocios

-        ¡no, no la dejaré en manos de alguien más, necesito recuperarla, romper fue la decisión más estúpida que tomamos!

-        Ya es tiempo –dijo Silvia- déjala que pruebe algo más, tal vez ella se dé cuenta que no quiere pasar el resto de su vida con nadie más…

-        O tal vez se dé cuenta de que esa abogada vale mil veces más que yo –dijo Brenda llorando nuevamente.

-        Mi hermana es necia y Fernanda se ha convertido en su nuevo objetivo, pero no vamos a dejar que gane esto, ¿ok?

-        ¿podré despedirme al menos?

-        No lo sé, eso lo decidirá ella, tal vez puedas verla mañana –respondió Becki- por lo mientras tienes que descansar.

Mientras tanto en el auto de Daniela…

-        Bien linda, necesito tu dirección para llevarte a casa –le hablo Daniela a una Fernanda que miraba al vacío.

-        Complejo residencial Loma encantada, conduce y yo te indico –contesto Fernanda en un tono neutral.

-        ¿estás de broma cierto? 

-        No lo creo, no estoy de humor, ¿por qué lo dices?

-        Pues porque yo acabo de comprar una casa ahí, esta semana terminé de mudarme.

-        ¿tú tienes una camioneta BMW? –preguntó Fernanda recordando el auto que había visto por la mañana.

-        Así es, un poco antigua, pero si, ¿por?

-        Pues porque entonces seremos vecinas, tu casa está en el fondo de la calle donde vivo –respondió ya más animada- y si a esa camioneta le llamas antigua, deberías ver la reliquia que tengo por transporte –soltó una risita que hizo vibrar el alma de la abogada.

-        ¡vaya, tendré que verla enserio! –comentó tratando de animar más a Fer, pues esa sonrisa era única.

Tardaron unos 20 minutos en llegar y ubicar la casa de la doctora, estacionó justo frente a su garaje y ayudó a bajar a Fernanda.

-        Bien princesa, se encuentra sana y salva en su castillo

-        Gracias doctora Cansino, de nuevo le ofrezco una disculpa por el espectáculo y le agradezco me haya traído a casa. –Fernanda no sabía si debía hablarle de “tú” o de “usted”, a ratos le hablaba de una u otra manera.

-        A ver doctora Polanco, usted y yo debemos romper las formalidades si queremos ser buenas vecinas ¿no le parece?

-        Jajajaja “doctora Polanco”, nadie me llama así.

-        Pues entonces yo seré la primera, y no te aceptaré tus disculpas hasta que me tutees, me haces sentir más vieja –sonrió un tanto melancólica, pues en su actitud seductora le pasó por la mente “que oportunidad podría tener una vieja como ella ante una mujer casi 10 años más joven y extremadamente guapa”.

-        Nada de eso Dani, desde ahora te tuteare entonces, y bueno, discúlpame que no te invite a pasar, pero mañana tengo una cirugía y necesito descansar de todo esto…

-        Si linda, no te preocupes, yo también iré a descansar, olvida todo lo que paso hoy y duerme rico –se acercó y dejó un beso en la mejilla de Fer, que ni si quiera se inmutó, sólo se limitó a despedirse con la mano mientras miraba a Daniela mover su auto al fondo de la calle.

Esa noche no fue muy agradable ni para Fernanda ni para Brenda, Fer daba vueltas por toda su cama intentando dormir, pero nada de lo que había ocurrido la dejaba tranquila, su mente decidió divagar por las acciones de su ex prometida y ahora ex amante, ¿qué había sucedido con Brenda?, ¿en serio iba a tomarla a la fuerza?, ¿desde cuándo las palmadas que Brenda le propinaba se habían vuelto tan frecuentes?, ¿dónde estaba ella que no había notado lo que sucedía?, y así se la pasó gran parte de la madrugada, analizando, preguntándose una y otra vez y sacando miles de conjeturas más nunca se imaginó la cruda realidad: su amada se había convertido en una drogadicta desde el día en el que rompieron su compromiso. Y bueno esa drogadicta tampoco tuvo una buena noche, después de que Becki la dejó en su departamento, lloró un par de horas más, cuando de calmó o más bien sintió que sus ojos estarían más hinchados  que nada, analizó todo cuanto había hecho, en realidad ella fue la culpable de la ruptura de su compromiso, nunca supero a la antigua Brenda promiscua, provocadora e infiel que había sido antes de conocer a su “pequeña”, sólo la guardó en lo más recóndito de su alma, pero mientras estaba sola disfrutaba de cuanta mujer se le paseaba por enfrente, y aún después de la ruptura lo siguió haciendo sin darse cuenta que en realidad estaba orillando a Fernanda a volverse cruel y desalmada igual que ella, o por lo menos así se consideraba, pues al romper el compromiso las dos cayeron en un círculo vicioso donde ambas tenían a la persona que querían, saciando únicamente sus necesidades sexuales y según ellas intentando una relación verdadera, pero pasaban unos cuantos días y regresaban la una con la otra, creyendo que la falta de “libertad” era lo que las había hecho separarse, y bien, entre un pensamiento y otro les llegó la mañana, Brenda no durmió nada pensando en que esa mañana sería la última vez que vería a su “niña” en un largo tiempo o tal vez para el resto de su vida, sin embargo, pidió a Dios, desde lo más profundo de su ser, le diera la oportunidad de que Fernanda la escuchara; Fernanda por otra parte se levantó un poco tarde gracias a la escandalosa alarma de su celular y realizó la misma rutina de siempre hasta llegar a la clínica donde trabajaba, sólo le pidió a Carla que por favor avisará que llegaría directo a cirugía porque no había descansado bien.

-        Buenos días Roxanne –saludo Fernanda al haber entrado por el lado de emergencias.

-        Buenos días doctora –respondió mirándola rápidamente, pues por el tono de voz se había dado cuenta que no venía de buen humor.

Fernanda rápidamente se dirigió al quirófano, realizó todo el procedimiento previó para entrar, se quitó su bata blanca para colocarse el uniforme quirúrgico desechable sobre su pijama clínica que traía, lavó minuciosamente sus manos y brazos, terminó con ayuda de la enfermera por ponerse sus guantes y pasar a la sala donde ya se encontraba el resto del equipo y la paciente a punto de ser anestesiada.

-        Buenos días equipo –fingió una sonrisa que de todas formas no pudo ser vista por su cubre bocas- buenos días señora, la anestesióloga empezará el procedimiento, todo será sencillo, ¿está bien?

-        Todo bien doctora, me recomendaron tanto su trabajo que podría confiar mi vida en usted –respondió con una gran sonrisa, preocupada, pero era normal en todos los pacientes que entraban a quirófano.

Katherine inició el procedimiento para anestesiarla y a medida que hablaba con la Sra. Velazco, ésta cada vez respondía más cosas fuera de sí hasta quedar completamente inconsciente, dando luz verde a todo el equipo para iniciar con la cirugía. Fernanda levantó el campo quirúrgico donde haría el procedimiento, las enfermeras auxiliares limpiaron el área y acercaron la mesa con el instrumental.

-        Bisturí –Katherine vio a Fernanda recibir el bisturí y noto que su pulso estaba un tanto alterado.

-        ¡alto!, ¿Fernanda estás bien?

-        Todo bien Kathe –respiro un momento y normalizó la estabilidad de su mano- haremos esto rápido.

Todos notaron durante la cirugía que Fernanda no estaba tan bien como quería aparentar, siempre conversaba con su equipo y a veces hasta hacía bromas con ellos para quitar la tensión que siempre existía dentro del quirófano, pero ésta vez realizó todo el procedimiento en silencio, solamente hablaba para pedir su instrumental y dar indicaciones, cuando termino de suturar dio gracias a todos y se dio la vuelta para ir a alistarse para salir, todo el equipo hizo lo que debían hacer y Katherine después de verificar que la paciente estuviera en condiciones para sacarla del quirófano salió detrás de ella, para ese momento ya Fernanda estaba por abandonar el quirófano.

-        Fernanda necesito hablar contigo –le grito Kathe al notar que Fer ya salía.

-        En un momento voy a tu oficina, déjame hablar con Carla y voy para allá –fue la contestación que recibió.

Fernanda caminó aun pensando en que lo poco que vivió ayer realmente había despertado muchas emociones y pesares en ella, atravesó la clínica sonriendo vagamente al personal que se topaba y la saludaba alegremente, al llegar a su oficina lo primero que vio frente al escritorio de Carla fue a Brenda, muy bien arreglada, llevaba un vestido que apenas si tapaba su trasero, el color esmeralda le sentaba divino, su cabello azabache estaba suelto con esas ondas un tanto alborotadas, sus tacones realzaban muy bien esos glúteos que tanto adoraba; Fer siguió caminando y acomodó sus gafas antes de llegar, alcanzó a ver un arreglo con girasoles, su flor favorita, Brenda había llegado a arreglar las cosas, lo supo al ver esas flores en sus manos, sin embargo, supo que las cosas no terminarían bien pues sentada en un sofá al lado del escritorio de Carla estaba Becki, tan sonriente como jamás la había visto, hablando por teléfono.

-        Buenos días –Fer saludo como si de sus pacientes se tratase-, Carla necesito hablar contigo.

-        Si doctora –Carla se disculpó con las “visitas” y se metió al consultorio detrás de Fernanda, cerrando la puerta- dígame –abrió la agenda que llevaba en sus manos y se preparó para tomar nota.

-        Necesito que re agendes a los pacientes de hoy para otro día y si les urge mucho los transfieres con otro cirujano por favor, necesito también que me ayudes a buscar una compañía que se encargue de vender mi camioneta, -Carla que tomaba nota rápidamente y planeaba que pretexto poner a los pacientes levantó la vista ante la petición de su jefa- dales los datos que necesiten y me comunicas por favor, y una última cosa ¿sabes qué necesitan las señoritas de afuera?

-        Si doctora, su amiga Brenda prácticamente rogo para entrar a hablar con usted, dice que es de suma importancia, la otra chica se la ha pasado haciendo llamadas para ingresar a alguien a un centro de rehabilitación o algo así y otras llamadas… personales supongo.

-        Está bien, comunícame a la oficina de Kathe por favor y mientras haz pasar a las señoritas.

Carla salió y le dijo a Brenda que podían pasar, mientras hacía la llamada observó que la chica que acompañaba a la amiga de su jefa colgó la llamada que hacía, hablaron un momento y mientras una negaba la otra le tomaba las manos, por fin la vio levantarse del sofá y caminar detrás de la chica del vestido. Brenda entró y vio a Fernanda sentada detrás de su escritorio, hablando por teléfono y jugando con una pluma que tenía en las manos, colocó el hermoso arreglo que llevaba en el mueble que Fer tenía al lado de la puerta, la vio levantarse cuando llegaron frente a ella y les hizo una seña para que tomaran asiento, no prestó atención a lo que hablaba hasta que dijo “en cuanto termine voy para allá, gracias”.

-        Buenos días Brenda, en que puedo ayudarte

-        Hola… Fernanda… yo necesito que hablemos… -

-        Si dime, soy toda oídos, pero habla rápido porque tengo una junta importante –dijo Fernanda molesta más que nada por la presencia de la tal Rebeca, que no decía nada, pero si no había entrado a hablar ¿Qué demonios hacía ahí con su mujer?

-        Bien doctora Fernanda –habló Rebeca al ver que Brenda estaba prácticamente muda y que Fernanda estaba por humillar a la guapura que tenía sentada junto a ella- usted y yo estamos en la misma área, entonces no le será difícil comprender lo siguiente, Brenda está metida en un problema de adicción, ella únicamente quiere hablar con usted para despedirse de la mejor manera ya que será internada en un centro de rehabilitación sin derecho a contacto con el exterior.

-        Un problema de adicción –repitió Fernanda para sí misma mientras miraba a Brenda, no la había detallado, pero debajo de ese perfecto maquillaje que lograba ponerse siempre se alcanzaban a ver unas ojeras enormes, sus hermosos ojos grises ya no brillaban de la misma forma, sus pómulos estaban más saltados de lo normal y se preguntó dónde demonios estaba su estúpida cabeza que nunca se dio cuenta de lo mucho que la mujer de su vida había cambiado, ah… tal vez estaba entre las piernas de alguna chica de las que acostumbraba ligar o tal vez estaba siendo sacudida por algún tipo de los que acostumbraba tirarse en sus borracheras - ¿de qué clase de adicción estamos hablando?

-        Soy adicta a la cocaína –por fin hablo Brenda.

-        Dios… ¿desde cuándo? – dijo Fernanda con los ojos un tanto vidriosos acercándose a ella sobre su escritorio, y mostrándole a Rebeca lo que quería ver, esa pareja se amaba y las ayudaría a juntarse nuevamente aún si eso implicaba ir en contra de su gemela.

-        Bien, yo las dejo solas –Becki se levantó y salió de aquel consultorio, asegurándose de poner el seguro a la puerta antes de salir.

-        ¿desde cuándo chiquita? –repitió Fer ya hincada frente a Brenda y tomándola de las manos.

-        … desde que rompimos el compromiso… -empezó a llorar desconsoladamente- Fer yo no medí las consecuencias, no estaba del todo bien, te juro que jamás te haría daño…

-        No importa vida mía, yo tengo la culpa de todo –hablo Fer llorando con ella- si no hubiera roto el compromiso todo estaría bien…

-        No bebé, te fui infiel y estabas en todo tu derecho… -se vieron a los ojos por un largo rato- pero yo… no vengo a hablar del pasado, sólo… quería despedirme y quiero saber si… si tal vez entre tú y yo existe… si existe la posibilidad de ser algo más que lo que hemos sido en este estúpido tiempo…

-        … no lo sé Brenda, no puedo prometerte nada, -vio los ojos de Brenda ser invadidos por la desilusión- ¿qué tiempo te irás y a dónde?

-        Un centro de rehabilitación auspiciado por el gobierno, es para personas selectas y Rebeca me ha hecho el favor de ayudarme a ingresar –sintió que Fer quiso soltar sus manos, pero ésta vez ella la tomo fuerte y la hizo levantarse mientras ella también se ponía de pie.

-        ¿Rebeca? –soltó una risa irónica- ¿te estás acostando con ella?

-        Jamás –la abrazó sobre sus hombros-, mi cielo… ella regresó para ser parte de mi presente, pero no de la forma en la que te imaginas… voy a irme un mes, así que espero estar presente en tu cumpleaños…

-        Confío en ti –Fer limpió las lágrimas que invadían las mejillas de Brenda y se abrazó a su perfecta cintura-, no celebraré mi cumpleaños sin ti, prométeme que pondrás todo de ti para dejar esas porquerías.

-        Te lo prometo, y te prometo también que estaré presente en tu celebración, pero necesito que tú me prometas una sola cosa –bajo su mirada a la de Fer.

-        Lo que tú quieras.

-        Prométeme que no dejarás que Cansino entre a tu corazón ni a tu vida… por favor.

-        Lo prometo, ¿está bien?... –no quería prometer cosas que serían difíciles de cumplir, pero sabía que la adicción a la cocaína era en vicio difícil de erradicar y tenía que darle un incentivo a su chica, jamás dejaría de amarla, pero Daniela causaba ciertas cosas inquietantes en ella- por cierto, está hermoso el arreglo –cambió la plática para no hacer más triste esa “despedida”

-        Son tus favoritas, jamás lo olvidaría, sabía que te iban a encantar –le guiñó el ojo mientras soltaba el abrazo y se sentaba en el escritorio jalando a Fernanda hacía ella.

-        Si, tus trucos nunca fallan –respondió Fer colocándose entre las piernas de Brenda que ya las había abierto, mientras tocaba ligeramente sus muslos con las yemas de sus dedos, no tenía ninguna intención de algo sexual con ella en ese momento, simplemente quería recordar a la perfección la geografía de sus perfectas piernas, dotadas de esos poderosos músculos, esas exquisitas piernas que muchas veces tuvo sobre sus hombros, que muchas otras las tuvo envolviendo su cintura y que siempre había admirado cada que podía.

-        Bien, sólo quería irme en paz contigo… ahora te dejo, tengo que irme y tú tienes una junta importante… ¿por fin te asociaras con Mich?

-        No… es… es otra cosa, yo te daré la noticia la próxima vez que nos veamos ¿está bien? –respondió quitándole importancia a la decisión que ya había tomado y que después de la noticia de Brenda estaba más que segura de hacerlo.

-        Está perfecto mi cirujana favorita –le plantó un piquito inocente a Fer y se bajó del escritorio y empezó a caminar a la puerta, una vez ahí se volteó y con los ojos un poco más alegres le soltó lo que realmente quería decirle- te amo Fer, y siento tanto haberla cagado otra vez, pero te amo y… -y se vio interrumpida por Fer que corrió rápidamente a sus labios y la besó como si jamás fueran a volver a verse.

-        También te amo cariño –la besaba descaradamente mientras sus manos se abrían paso dentro de la tanga que traía debajo de ese vestido, acariciando su vulva en toda su extensión, lubricándose sus dedos para penetrarla sin siquiera avisarle, ocasionando un gemido en Brenda que rápidamente ahogó con sus labios- mmm Brenda estás buenísima…-paso la lengua por su cuello y se separó de ella para observar su excitado rostro mientras seguía penetrándola y con su pulgar jugaba su clítoris para hacerla correrse lo más rápido posible.

-        Ahhh!! Amor!!! Sii… siii bebé, me encantas… -soltó cortadamente Brenda mientras se corría en la mano de su niña que seguía besando su cuello, su pecho y todo lo que encontraba a su paso.

Una vez terminado su “rapidín” Fer la ayudo a asearse y arreglarse la ropa, fue a lavarse las manos y la acompañó a la sala donde Rebeca se encontraba hablando por teléfono.

-        Bien guapa, te estaré esperando para mi cumpleaños –le dio un beso en la mejilla.

-        Aquí estaré… entonces…

-        Entonces… ¿qué?, dime lo que tengas que decir –hablo Fer acunando la mejilla de Brenda con su mano

-        ¿qué somos exactamente?

-        Vamos a ser lo que tú quieras princesa –se sinceró Fernanda, ¿a quién quería engañar?, jamás podría amar a alguien que no fuera Brenda, Cansino era linda, atenta y muy guapa sí, pero jamás sería Brenda y eso borraba cualquier ventaja que llevara.

-        ¿te gustaría… -Brenda se arrodillo en medio de la sala de espera, Carla dejó la pantalla de su computadora de lado y puso toda su atención en la pareja, Rebeca dijo un “espera amor no me cuelgues” que esta vez sí escuchó perfectamente Fernanda, y Fernanda, bueno, Fernanda dejó salir la sonrisa más estúpida que pudiera tener en la vida, una sonrisa de esas que sueltas cuando vez al amor de tu vida a punto de hacer algo que muy en el fondo deseabas-… te gustaría intentarlo nuevamente y ser mi novia? –dijo sacando de su bolso una cajita que al abrir dejó al descubierto un dije que tenía forma de una silueta femenina.

-        Me encantaría mi amor –y la jaló para ponerla de pie y de puntillas le dio un beso para nada morboso, simplemente tan sexy que hizo que Carla se sonrojara, pero a la vez sonriera genuinamente. Después de su demostración pública de amor caminaron de la mano para encontrarse con Rebeca que ya estaba de pie y las miraba con una sonrisa en la cara.

-        Te encargo con todo mi ser que sea atendida de la mejor manera –le hablo Fernanda a Becki.

-        No te preocupes, será perfectamente tratada por colegas míos, ya tenemos que irnos, perderemos nuestro vuelo –se acercó a despedirse de Fer y disimuladamente le dijo “no dejes que Daniela se robe tu vida” le guiñó un ojo y Fer se quedó un poco pensativa.

-        Te amo mi vida, prometo que estaré aquí en tu cumpleaños, cuídate por favor –Brenda le dio otro beso a Fer.

-        Estaremos bien cariño, todo saldrá bien ¿cierto?

-        Cierto, princesa –se dieron un último beso.

-        Mantenme al tanto de todo por favor –Fer le extendió su tarjeta a Rebeca- y gracias por el consejo, -si Rebeca que era su gemela se lo había advertido entonces la promesa que hizo unos minutos antes en su consultorio sería cumplida al pie de la letra- lo tendré presente.

-        Estamos en contacto Fer, cuídate mucho y mantenme al tanto de todo lo que te pase.

-        Te amo vida mía.

-        Yo te amo más mi cielo.

Fernanda las vio alejarse hasta salir de la clínica, se volteó con su cara aún un tanto idiota y le regalo una sonrisa a Carla que la veía divertida, y empezó a caminar rumbo a la oficina de Katherine. Tocó la puerta y escucho un “adelante”.

-        Toma asiento Fer, y dime, ¿qué es lo que tanto te urgía hablar conmigo?

-        Mira Kathe, sé bien que están considerando ya el que me asocie con ustedes…

-        Así es, esta semana estamos por terminar de arreglar lo necesario para que por fin tengas lo que siempre ambicionaste.

-        Bien, te agradezco de todo corazón lo que han hecho Mich y tú, pero he tenido unos días difíciles y…

-        ¿necesitas más tiempo para descansar?, ¿problemas con Brenda?, dime que necesitas y veremos la manera de apoyarte.

-        No, no, las cosas están volviendo a tomar su curso después de todo –sonrío al vacío.

-        ¿ah sí?, cuéntame por qué esa sonrisa que ya tenía tiempo sin ver

-        Hoy… regresamos Brenda y yo…

-        ¿en serio? ¡felicidades entonces!

-        Si, gracias, y bueno, yo ya había pensado en hacer lo que voy a hacer y después de nuestro regreso estoy segura de que es lo mejor para nuestro futuro.

-        ¿y… exactamente qué vas a hacer?

-        Renunciar a mi trabajo Kathe, me he concentrado tanto en esto que he perdido muchas cosas que tenía que haber disfrutado con todo mi ser, y… la vida me está dando una nueva oportunidad que no pienso dejar ir de nuevo.

-        Ok Fer… demos gracias a Dios que Mich no está y no nos gritara a ninguna de las dos –dijo divertida Kathe, lo estaba tomando mejor de lo que Fer esperaba- recibirás tu último pago de la quincena y… las puertas de este lugar siempre estarán abiertas para el día que quieras regresar –le regalo una sonrisa melancólica y se levantó para abrazarla.

-        Gracias Kathe, -correspondió el abrazo- sabía que lo entenderías, gracias por todo.

-        Ve a construir la familia que siempre añoraste princesa.

-        Gracias, después hablaré con Mich, los quiero, me voy… -y salió dando brinquitos de felicidad.

Pasó a despedirse de Carla, dándole la noticia de su renuncia y diciéndolo que recibiría su remuneración por hacerle el último favor respecto a la venta de su camioneta, cosa que Carla no quiso aceptar. Sacó todas sus pertenencias de su consultorio, tomó su hermoso arreglo que llevo su amada y prácticamente corrió a su camioneta, puso todo en la cajuela y manejo hasta su casa, pensando en cuantas vueltas da la vida para terminar prácticamente en lo mismo, pero con más esperanzas, si todo salía como pensaba, con el dinero de la venta de su camioneta lograría recaudar tres cuartas partes de lo que faltaba para terminar de pagar su casa, tomaría el trabajo con Sam y con alguna que otra cirugía de manera particular lograría recaudar el resto del pago, solamente trabajaría particularmente y con eso tendría el suficiente tiempo para su relación y en poco tiempo formaría una familia con su adorada mujer, llegó a su casa imaginando toda una vida, pero se encontró con su primer obstáculo, en su puerta la esperaba Daniela Cansino, con un perfecto traje, que a pura vista se veía algo caro, y con un enorme ramo de tulipanes entre sus manos, se desharía de ella con la verdad, pensó que diciéndole que había regresado con su ex prometida ahora novia y futura madre de sus hijos la dejaría en paz… solo pensó más nunca se imaginó... 

Hola a todos, les ofrezco una disculpa por la tardanza, mis vacaciones terminaron y este año me trajo mucho trabajo gracias a Dios, espero que les haya gustado esta quinta parte d la historia, saludos cordiales a todos, prometo subir la próxima parte lo más pronto posible. Un beso a todos mis lectores, se agradecen comentarios!!!