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Una combinación perfecta - Cap.IX

en Lésbicos

CAPITULO 9

Hola a tod@s mis querid@s lectores, les agradezco profundamente su paciencia, un saludo especial a Karola, espero que estes mejor recibe de parte mía un mega abrazo de oso, veo que ya leiste mi perfil ojalá tod@s pensaran que mis raros gustos y combinaciones son perfectas, a mi querida Kibray tengo que decirte que a veces saco mi lado oscuro dejando en suspenso el relato jajajaja, un abrazo, y a ti Lililunita que te tomaste un tiempesito para hacerme saber que te agrada mi relato tambien te mando muchisimos saludos y un abrazo enorme. Saludos a tod@s quienes me leen, espero que les guste esta parte de la historia, haganmelo saber en sus comentarios porfa, saludos desde México!!!!

-        ¿a dónde me llevarás? –pregunto con los labios pegados al cuello de la abogada.

-        Vamos a jugar con dinero… ¿te gusta el box?...

-        Un poco, si –respondió pasando su boca del cuello al pecho de la abogada dejando una visible marca.

-        Entonces te gustará lo que verás hoy –dijo palmeando un glúteo de la delgada morena, al sentir sus labios succionar su pecho para dejar su huella.

Esa mañana-tarde Fernanda se la había pasado dando limpieza al apartamento de Brenda, que, aunque no estaba sucio, ella quería mantenerlo impecable, tal como tenía su casa, pues así controlaba un poco sus nervios ya que la doctora se la paso en espera, de saber noticias de su contadora, en espera de saber cuándo le depositarían el dinero de su camioneta para poder realizar los pagos correspondientes y así poder comprarse su moto, en ansiedad de tener ya entre sus piernas a Brenda y poder prodigarse el amor que se tenían y la pasión que sentían una por la otra; y bueno, cuando terminó de limpiar acomodó unas cuantas cosas que tenía en sus maletas, al lado de las cosas de Brenda, se veían bien, realmente sus cosas juntas parecían las de un matrimonio en forma, se preguntó si Brenda algún día se decidiría a casarse con ella y no solo estar saliendo como novias y de vez en cuando quedarse juntas, escuchó sonar el timbre del departamento y sus pensamientos se esfumaron inmediatamente, caminó con algo de pereza a abrir la puerta y se encontró con Silvia que cargaba en su mano una bolsa de una tienda rápida.

-        ¡hola Chivis, pasa por favor! –saludo abrazando a la Bartender y haciéndola pasar.

-        ¿no ha llegado nadie más? –pregunto mirando a todos lados.

-        No, nadie, pero ponte cómoda, tal vez no tarden en llegar… ¿te importaría quedarte sola mientras me doy un baño y me arreglo?

-        No… ve, yo espero a las demás y mientras terminas nos entonamos –dijo sacando de la bolsa una botella de Vodka, haciendo reír a la doctora.

-        Perfecto, me apuro entonces para no quedarme atrás.

Corrió a la habitación principal y se metió al baño, mientras se duchaba escucho el timbre sonar y enseguida el alboroto armarse, después escuchó que empezaba a sonar música en las bocinas que Brenda tenía por toda la casa y los gritos de las chicas, ya estaban festejando, ¿qué?, no lo sabía pero seguro algo festejaban, salió con sus rizos envueltos en una toalla y el cuerpo cubierto con una bata blanca, caminó al armario de Brenda y sacó un atuendo de los que había guardado recién, un pantalón de gabardina color verde seco, con bolsas a los lados y atrás, que se ajustaba completamente a su cuerpo, una playera de mangas cortas y estampado de camuflaje verde con las letras ARMY brillando en su pecho, ajustó su cinturón negro, se puso sus botas negras de piso que envolvían sus piernas hasta media tibia y ajusto las cintas, se arregló su cabello rizado y lo levantó en una cola de caballo, delineó sus ojos, se puso un poco de mascara en las pestañas, corrió a cepillarse los dientes y puso labial carmín, se puso su reloj deportivo en la mano izquierda y colocó el dije que le había regalado Brenda por fuera de su playera, se perfumó un poco y abrió la puerta para salir y encontrarse con las chicas, que ya llevaban varias rondas de alcohol en su organismo.

-        Fiu!!!! –se escuchó un silbido salir de la boca de René, que en seguida se cayó al recibir un ligero codazo de Nicki, que sólo lo hacía para bromear un poco- ¿a dónde iremos “Miss. Army”?

-        Jajajaja iremos a estudiar el terreno de mi futura fuente de ingresos.

-        ¡wow! ¿era necesario vestirte tan matadoramente sexy? –preguntó Nicki recorriéndola de arriba abajo.

-        Gracias por el cumplido, necesito conservar mi prestigio chicas –soltó una risa- creo que la única que me ha visto en las peleas es Silvia ¿no? –todas asintieron.

-        ¡Pues si vieran el atuendo con el que entra a pelear, entonces sí tendrían un orgasmo visual zorras! –dijo Silvia divertida, pues entre ellas era común piropearse sin pasarse de la raya ni conseguir celos de sus respectivas parejas.

-        Jajajaja –se escucharon risas de todas.

-        ¿Oigan y Raquel?

-        Venía un poco retrasada –respondió Silvia- tuvo que llevar a su mamá a hacer las compras.

-        ¿a tu suegra? –se burló René.

-        No es mi suegra… la señora me odia a muerte –respondió en medio de una risa.

-        ¿Por qué tanto? –pregunto Fer tomando una copa en sus manos y bebiendo hasta la mitad

-        No lo sé… -respondió sonrojándose

-        ¡sí que lo sabes! –le dijo Nicki arrojándole un cojín a la cabeza.

-        No quiero decirlo… -dijo Chivis regresando el cojín a la cabeza de Nicki que lo esquivo y fue a estamparse a la cara de René- Jajajaja lo siento…

-        ¡cara de rata, ya verás! –René se levantó del sofá y se arrojó sobre Silvia atacándola a cosquillas, mientras la afectada en medio de lágrimas de risa pedía que pararan- ¡no me detendré hasta que le digas a Fer! Jajajaja.

-        ¡ya, Jajajaja!, ¡para… Jajajaja!, ¡lo diré, pero para! Jajajaja…

-        ¡habla pervertida! –siguió atacándola

-        ¡diablos… nos encontró cogiendo en su cama… Jajajaja!¡ya… lo dije!

-        Jajajaja –se escuchó la carcajada de Fer- ¿cogiste en la cama de tu suegra?, ¡por Dios qué horror! –se burló- entiendo que la pobre mujer te odie.

-        Pues yo no… -dijo divertida Silvia- sólo practicábamos tribadismo, es muy espantada la señora, además creo que su odio creció al saber que sólo fue un ratito de diversión entre “amigas”, ahora ni si quiera puedo ser mencionada en esa casa…

Y se escuchó el timbre sonar, Fer camino a la puerta y abrió…

-        ¡ay guapa… si Brenda te deja soltera me llamas! –dijo Raquel dejando un beso en la mejilla de Fer y pasando hasta la sala para saludar a las chicas, por supuesto Silvia no recibió un trato especial, por lo que a Fer le quedó muy claro que en verdad había sido un “ratito de diversión entre amigas”.

-        Bien chicas, en más o menos media hora llegará mi entrenador, él nos llevará al lugar donde estaremos hasta más o menos media noche, la única que conoce el ambiente ahí es Silvia así que si en algún momento se sienten incómodas me lo hacen saber y saldremos inmediatamente.

-        ¿es peligroso? –preguntó René mientras acariciaba la cabeza de Nicki sobre sus piernas.

-        No, sólo no se separen… lo único es que verán demasiadas mujeres semi desnudas así que supongo que les gustara… -dijo riendo y haciendo reír a las demás- y… verán sangre, mucha sangre…

-        ¡vaya, mujeres semi desnudas, golpes, sangre… suena demasiado… hot! –dijo Nicki tocando sus pechos y poniendo los ojos en blanco haciéndolas reír a carcajadas.

Pasaron el resto del tiempo entre copas, preguntas y bromas, hasta que el teléfono de Fer sonó y les anunció que ya las esperaban abajo, se terminaron la última ronda de copas dejando la botella vacía y tomando sus pertenencias necesarias bajaron al lobby del edificio donde Sam las esperaba recargado en una camioneta familiar, del año por supuesto, pero el hecho de ser familiar lo hacía verse como todo un padre de familia que llevaba a sus pequeñas a una noche de pijamas, después de las respectivas presentaciones y saludos subieron todas dejando que Fer fuera de copiloto, Sam cerró las puertas y subió a su lugar para empezar a conducir, el lugar no quedaba muy lejos, tal vez unos 40 minutos y eso con el tráfico de la hora, Sam aparcó su camioneta en el estacionamiento del centro nocturno al que habían llegado, a simple vista parecía un simple edificio que bien podría pasar por un hotel 5 estrellas, muchos autos lujosos llamaron la atención de las chicas, en la entrada se encontraron con un enorme hombre, fácilmente sobrepasaba los 1.80 de altura, bastante musculoso, vestido completamente de negro y con unos tatuajes asomándose por su cuello, Sam lo saludo familiarmente al igual que Fer, quien recibió una palmada por parte del enorme simio y dejo pasar a las demás con una amplia sonrisa, adentro se podía ver lo ostentoso del lugar, la decoración era delicada y fina, meseros ofreciendo copas de champagne a quienes entraban, hombres y mujeres que vestían formal o casualmente sin confundirse con las competidoras y sus respectivos equipos de trabajo; las chicas pensaron que serían vistas como bichos raros, pues ni su vestimenta ni la de Fer ni la de Sam encajaban con las personas que ahí estaban, rápidamente captaron las miradas de varios hombres y mujeres que conversaban en grupos, a medida que caminaban siguiendo a Sam, quien levantaba la mano de vez en cuando devolviendo el saludo a uno que otro trajeado y Fer sólo movía la cabeza y de vez en cuando volteaba asegurándose de que ninguna se separara, mientras más caminaban más se escuchaba la música estruendosa que se fugaba de ese enorme portón de madera, a unos cuántos metros de llegar a la entrada las chicas escucharon varios “regreso” “la diabla estará de vuelta” “correrá bastante dinero aquí”, que no sabían exactamente de donde provenían pues ahí sí que había gente aglomerada, se detuvieron en la entrada mientras Sam hablaba con otro simio parecido al de la entrada principal, al abrir las puertas se escuchó la fuerte música que sonaba adentro, música electrónica era lo que sonaba, el lugar tenía luces tenues y había varias mesas colocadas alrededor de una jaula octagonal, todo era demasiado de película, pues peleas en la televisión habían visto pero esto superaba lo que imaginaban, pues había meseros y todo se desarrollaba como si fuera una cena de etiqueta, en el extremo del fondo se veía un pasillo libre de mesas que llegaba hasta una puerta que sólo estaba cerrada con una cortina negra, las chicas caminaron siguiendo a Sam y a Fer, varias miradas se dirigieron a ellas y las siguieron hasta que llegaron a una mesa exactamente continua al pasillo y con la mejor vista hacia la jaula, una vez todas sentadas les hicieron llegar una botella de vino blanco con algunos bocadillos, “cortesía de la casa”, se escuchó decir a la mesera que sirvió las copas, ofreciendo la primera a Fer. Unos minutos después se vio llegar a un grupo de chicas que se sentaron en la mesa frente a ellas, del otro lado del pasillo, todas venían con una maleta en las manos y la gran mayoría eran más altas que la doctora, sus cuerpos se veían tonificados, vestían ropa muy entallada, de la misma forma que Fer, y eran guapas, todas muy guapas, sólo una de ellas volteó a ver a la mesa y soltó una sonrisa dirigida a Fer, inmediatamente se levantaron y se encontraron con un abrazo en medio del pasillo, el grupo de Fer estaban embobadas viendo semejantes cuerpos, hasta que oyeron un “les dará torticolis si no se sientan bien”, voltearon a ver a Sam y le lanzaron miradas amenazantes y soltaron una carcajada.

Fernanda regreso a su lugar y le dijo algo a Sam que sólo asintió y continuaron platicando y bebiendo un poco de vino con las chicas, hasta que se dieron cuenta que ya todas las mesas estaban llenas, las luces se apagaron por completo dejando únicamente la luz del octágono y una tenue luz roja sobre esa cortina, todo quedó en silencio y el estruendo de una melodía algo alocada que anunciaba la entrada de una peleadora las hizo saltar, las pantallas alrededor del salón brillaron y empezaron a correr videos y fotografías de las peleas de la chica que desfilaba tranquilamente por ese pasillo, con su equipo de entrenamiento detrás de ella, se adentró a esa jaula y empezó a hacer estiramientos, la música cambio a algo un tanto más rudo que hace un momento y vieron a otra chica, de rasgos más masculinos que la primera y un tanto más alta, en las pantallas las imágenes eran más grotescas y sangrientas, “assassin”, era la leyenda que decoraba ese pequeño calzoncillo que sólo cubría lo necesario, camino de manera demasiado tranquila, se detuvo en la mesa de enfrente de la mesa de Fer y le dio un beso a la chica que había saludado a la doctora, entró a la jaula y después de las presentaciones respectivas se formó un silencio en el que mientras ambas peleadoras se preparaban un presentador entró a la jaula y empezó a hablar del posible regreso de una excelente peleadora, las pantallas se iluminaron con imágenes de espectaculares peleas, donde se veía a “assassin” y a otras peleadoras siendo golpeadas brutalmente por una mujer más baja que ellas, en cuyo calzoncillo se leía “diabla”, el lugar retumbaba con un remix de  The Final Countdown y en las pantallas empezaron a correr fotografías que cada vez iban a mayor velocidad para finalizar con una fotografía donde aparecía Fernanda al frente de todas las peleadoras y sosteniendo un trofeo, Raquel, Nicki y René abrieron la boca asombradas, mientras Silvia levantaba su copa para brindar con Fer que sonreía un tanto apenada, pues una doctora de su calibre no podía tener un historial tan salvaje, sin embargo, lo tenía y le encantaba. La chica de la mesa de enfrente brindó desde lejos con Fer quien correspondió el brindis y entonces dieron por comenzada la pelea…

… Daniela llevaba a Andrea a su derecha, caminando a la par, ambas con sus respectivos portafolios y vestidas elegantemente, acordaron no darse demostraciones de amor ni estar tan apegadas en ese sitio pues era concurrido por gente de todo tipo y nunca se sabía a qué hora podrían toparse con el enemigo, los hicieron pasar a la mesa que siempre tenían reservada para la doctora Cansino, tomaron asiento junto con su círculo de confianza y pusieron sobre la mesa el portafolios que traía la Loba, enseguida una mujer lo recogió y preguntó algo a la doctora Cansino, quien respondió que lo reservaran para la última pelea de la noche, a su mesa llegó una botella de Champagne que fue cargada a la tarjeta de Daniela, observaron cuando la primer peleadora hizo sus estiramientos y al levantarse le lanzo un beso a Cansino, Andrea la veía y miró que Dan ni siquiera la había tomado en cuenta, al contrario, volteó hacia ella y le regaló una sonrisa seguida de un discreto guiño, observaron el ingreso de la otra chica y la presentación seguida del video y las fotografías donde Andrea veía un rostro familiar y Daniela veía un futuro prometedor, en sus negocios, en el sexo y en su venganza.

La pelea duro menos de lo esperado, detuvieron la pelea luego de que “assassin” tuviera los puños llenos de sangre del delicado rostro de la chica y estuviera a punto de fracturarle la mandíbula, Fer estaba eufórica y emocionada, ahora sí tendría una excelente rival en la novia de su amiga, las chicas estaban asustadas pensando en que esa sangre podría ser la de Fer algún día, Sam animaba a Fer a regresar, Andrea tenía emociones encontradas, le emocionaba que le hubieran partido la cara a esa coqueta mujer y a la vez le preocupaba el bienestar de la chica, Daniela estaba contenta, pues esa noche se llevaría una buena ganancia y solo se limitaba a decirle a Andy “tranquila nena, no es la primera vez que lo hacen”.

La noche transcurrió entre pelea y pelea, Fer y Daniela no se habían visto de frente, ni se imaginaban tenerse tan cerca, y el evento finalizó con “assassin” levantando los puños, bañada en sudor y con bastantes moretones en el cuerpo, Fer y su equipo, que era como lo veían sus futuras rivales, se levantaron y amablemente se despidieron de la mesa de enfrente, Daniela se giró para hablar con su equipo y enviarlos a recoger su dinero, Fer salió y nadie se percató de que Daniela estaba ahí y Daniela no la vio salir por estar atenta a sus negocios. Ya en el camino hacia la salida fueron alcanzados por el equipo de “assassin” quien caminaba orgullosa de la mano de la amiga de Fer.

-        ¡hey Fer, ¿no nos acompañan a la celebración?! –pregunto Amaya, la amiga de Fer.

-        Amm… no lo creo –dijo viendo la cara de sus amigas que observaban minuciosamente a la ganadora- tal vez en otra ocasión, gracias May.

-        ¿te veremos seguido por aquí? –pregunto “assassin” con su femenina voz que para nada concordaba con el espectáculo que acababa de dar.

-        Ya lo veremos Elena, felicidades, por cierto –le sonrió Fer.

-        Sabes que quiero la revancha, sin rencores diabla –chocaron sus puños.

-        Tal vez la tengas, ve a festejar –se despidió y continuaron su camino hasta el estacionamiento para subir a la camioneta de Sam.

Después de regresar a dejarlas al mismo sitio donde las había recogido, Sam y Fer se quedaron conversando en la sala mientras las chicas se iban a dormir, repartidas igual que la noche de concierto de Fer; Sam le mostró a Fer los pros y los contras de regresar a las peleas, y entre argumentos y alegatos Fernanda decidió que volvería, así que su primer pelea de regreso quedó sellada para el próximo fin de semana, ese fin de semana conseguirían cinco mil para cada uno, y si corrían con suerte un patrocinador para el comienzo del torneo que iniciaría a la semana de su primer pelea.

Por otra parte, Becka y Verónica después de su maratón sexual sabatino y terminar “muertas” hasta el otro día, se habían sentado a platicar sobre un tema importante, a petición de Becki habían ido al parque, donde Rebeca le había pedido a Verónica que fuera su novia…

-        Bien hermosa, ¿me puedes decir que te tiene tan pensativa?

-        … ¿quieres un helado? –evadió la respuesta dirigiendo su mirada hacia la famosa heladería frente al parque.

-        Si pero que sea doble y de chocolate –sonrió y le dio un beso en la frente a Rebeca, que ya tenía sus ojos un poco enrojecidos, señal de que estaba conteniendo sus lágrimas- el tuyo de café ¿verdad? –dijo levantándose y empezando a caminar para cruzar la calle- ¡no te muevas de ahí! –grito alegre desde el otro lado haciendo sonreír a la Mayor Cansino, a donde se iría si no era con ella, salió rápidamente de la heladería y caminó hasta donde estaba su amada- toma guapa.

-        Gracias chiquita –tomo su helado y dio la primera lamida mientras Vero la observaba detenidamente- ¿gustas? –ofreció su cono de helado.

-        Por supuesto –ignoró el cono y se acercó a besar sus helados labios- me encanta el sabor del café en tu boca.

-        Jajajaja gracias, oye… -se quedó en silencio pensando la manera de decirle a Vero que, si ella estaba de acuerdo, tramitaría su cambio al otro día.

-        Dime cariño –tomo su mano con la mano libre mientras con la otra sostenía el enorme helado de chocolate que ya había empezado a devorar, al no ver respuesta le puso pausa a su ansiedad por el chocolate, soltó la mano de Becka que inmediatamente la volteó a ver y la jaló para darle un beso tan frío y a la vez tan dulce que tranquilizó a aquella mujer que la volvía loca (en el buen sentido) desde el primer momento que cruzaron palabras.

-        Mmm ese beso fue estupendo… ¡diablos! –se giró a ver sus helados tirados en el suelo y sus conos prácticamente vacíos.

-        Compraré otros más tarde –se encogió de hombros Vero- ahora dime, Becka, ¿qué es lo que pasa? ¿estás enferma?

-        No…

-        ¿nos vieron en la unidad y te castigaron? ¿nos echarán de ahí?

-        No nada de eso, vida… no sé si estés de acuerdo, me gustaría regresar a mi ciudad y… hacer nuestra vida allí.

-        … Rebeca… -hizo una pausa pensando en lo que diría- sabes que te amo ¿no es así?

-        Y yo a ti, así que si no estás de acuerdo no importa.

-        Mi cielo, yo iría contigo hasta el fin del mundo si es preciso –beso su mano que jugaba entre las suyas- además… ¿recuerdas lo que hace unos años me pediste? –Becka miró al vacío tratando de recordar, pues le había pedido muchas cosas, desde un beso apasionado frente a una manifestación anti-gay hasta hacer el amor en un probador… - bien, creo que la edad te está afectando –dijo bromeando y acercándose a besar el cuello de la Mayor.

-        ¡oye!... –replicó haciendo cosquillas a la ya casi odontóloga.

-        ¡mentira, jajaja, lo siento, lo siento! –dijo recuperando el aliento- tal vez estando allá y con mi carrera ya terminada… podríamos intentar tener un pequeño o pequeña militar…

-        Vero… ¿estás hablando en serio? –dijo con una gran sonrisa en su cara y con sus ojos ya llenos de las lágrimas que retenía desde la muerte de su Gio, nada podría reemplazar el gran amor que sentía por su hijo, pero desde hace tiempo anhelaba tanto hacer una familia con Verónica.

-        Muy en serio preciosa –dijo besando sus mejillas húmedas- te amo con toda mi alma, y quiero que formemos la familia que tanto hemos querido tener…

-        ¡siii! –la interrumpió levantándose de golpe y levantándola a ella, para tomarla de la cintura y cargarla por los aires mientras giraban, llamando la atención de muchas personas- ¡seremos madres! –grito, haciendo que varios aplaudieran la noticia y otros negaran en desacuerdo, pero a ella les importaba un comino, eran felices juntas…

-        Jajaja, estás loca ¿sabías?

-        Pero de amor por ti mi chiquita –le dijo deteniéndose y abrazándola fuerte para fundirse en un beso mezclado con las lágrimas que Rebeca dejaba salir, fue ese el momento que la hizo sacar todo lo que llevaba dentro, Verónica no dijo nada, sabía lo que pasaba, correspondió el beso hasta que Rebeca dejo su boca para hundirse en su cuello y llorar, lloró durante largos minutos, casi una hora en la que sintió su alma salirse para regresar más tranquila, en los que se aferró a Vero que solo la consolaba abrazándola y llenándola de besos y caricias, de miradas que sólo ellas entendían…- lo siento linda, creo que arruiné el momento… -suspiró limpiándose con el pañuelo de papel, de los que Vero siempre tenía a la mano.

-        No arruinaste nada –acuno el rostro de Becka entre sus manos- ¿te sientes mejor? –se acercó y le beso el mentón.

-        Si… -suspiro- gracias por entenderme, te quiero muchísimo.

-        Yo te quiero más y lo sabes –le guiño el ojo-, ¿vamos por un helado para caminar por ahí?

-        Vamos a donde mi mujer quiera –se tomaron de la mano y caminaron a la heladería, hicieron su pedido y con sus respectivos conos se dedicaron a caminar el mismo recorrido que hicieron cuando iniciaron su relación, entre bromas y cariñitos llegaron al estudio donde Rebeca se había decorado gran parte de su cuerpo…- ¿te gustaría hacerte algo? –preguntó levantando las cejas.

-        Jajaja sabes que no puedo, por lo menos hasta que reciba el ascenso que yo quiero –le dio un piquito- pero si quieres hacerte algo más vamos, yo te acompaño.

-        Nooo, nos lo haremos juntas, cuando recibas tu ascenso ¿te parece?

-        Me parece, mientras vamos pensando en el diseño

-        ¡perfecto!, ¿oye te parece que regresemos a casa y empecemos a buscar un lugar para vivir cuando nos vayamos?

-        Claro mi amor, vamos a buscar nuestro futuro hogar.

Regresaron caminando a su casa, ya se les había hecho costumbre caminar todo el tiempo, pues por su trabajo, se la pasaban en pie todo el día, al llegar a su departamento Vero fue quien prácticamente corrió a la computadora mientras Rebeca preparaba una de sus recetas frutales para tomar, cuando entró a la pequeña biblioteca encontró a Vero casi en ropa interior, era su costumbre botar la ropa o el uniforme o lo que tuviera puesto para andar en paños menores dentro de su casa, recorrió con sus claros ojos el cuerpo de su mujer, que al igual que el de ella, era atlético, y se veía perfecto, sin ningún tatuaje, sin ninguna cicatriz que hiciera que doliera su pasado, únicamente decorado por ese lunar oscuro que decoraba su homoplato izquierdo, estuvo observando cada movimiento de su mujer, que se veía tan delicada y sexy en esa lencería de encaje que a ella le encantaba pagar, pues era ella quien la disfrutaba, sus perfectos pies desnudos con ese pedicure que le costaba un ojo de la cara pero que a Vero le encantaba hacerse y si su mujer lo pedía ella lo pagaba sin pensarlo, la observó teclear y volteó repentinamente al sentirse observada.

-        ¿qué haces ahí parada?, ¡ven aquí! –sonrió y palmeo sobre sus muslos, indicándole que se sentara en sus piernas.

-        ¿Dónde dejaste tu ropa? –preguntó divertida mientras se sentaba en los muslos desnudos de su mujer.

-        En el mismo sitio donde tantas veces te he dicho que dejes la tuya –respondió abrazando su cintura con su brazo izquierdo y manejando el mouse con el derecho, dando clics rápidamente y botando en la pantalla mapas y ubicaciones de los condominios con lugares disponibles- ¿algún área en especial Mayor Cansino?

-        Si es céntrica, mejor, Señorita Freyre, pero elija lo que a usted le parezca más adecuado para nuestro futuro pequeñín –le siguió el juego, tanto en las palabras como en quitarse la ropa, estar con su mujer en esas condiciones la hacía sentirse acalorada, aunque únicamente logró desabotonarse la camisa, pues las manos de Verónica detuvieron las suyas…

-        ¿quieres ver algo? –pregunto con su mirada ya en estado morboso activado, Becka sabía a lo que se refería, pues muchas veces lo habían hecho y le encontraba un no sé qué, que la hacía correrse con la mayor de las intensidades…