Al tercer día, cuando comenzaron a llegar a la playa restos de maderas de barco destrozados, nuestras esperanzas de volver a ver a mi marido o los marineros se habían desvanecido por completo...
Una madre se ve abandonada a su suerte en una isla desierta con sus dos hijos, sin esperanza de ser rescatados, se resignan a vivir en la isla, pero ésta guarda sus secretos, y ellos, ajenos a éstos, no sospechan lo que les depara el destino...
Al principio todo nos costó mucho, lo más engorroso fue, aunque pueda extrañar el ir al baño. La selva nos daba miedo y yo le pedía al pequeño Daniel siempre que me acompañase mientras hacía mis necesidades. El mayor también se ofrecía, pero...
Mi madre tragando aquella enorme herramienta de color, con su blanca tez sonrosada por los polvos que solía usar para maquillarse.
Apartándose del animal, se echó sobre una de las pacas de heno que había junto a la pared y abrió sus muslos mostrando al voyeur su vulva tremendamente hinchada y roja...
Extenuada, Cathy olió sus dedos, le pareció una guarrada, pero le gustaba hacerlo al terminar de masturbarse, olía profundamente a ella, a su sexo. Aquel maravilloso orgasmo lo recordaría durante mucho tiempo...
Ni corta ni perezosa se llevó su mano a su tanga acariciándose su Monte de Venus, luego lo apartó y me ofreció una vista maravillosa de su depilado pubis y a continuación lamió las yemas de los dedos y comenzó a acariciarse sus labios vaginales sensualmente, mirándose al espejo, fingiendo...
La vi levantarse tras terminar y cortando un trozo de papel, vi como se limpiaba mientras se mantenía el camisón remangado por los muslos. Aparté instintivamente la mirada, cuando noté que ella se dio cuenta de que la estaba viendo
Aquella noche también hacía calor así que nos echamos en el colchón hinchable en la terraza. Me desperté de madrugada y como la noche anterior me acurruqué contra ella, pegándome a su espalda cuando comenzó a refrescar.
¡Pero hijo, qué haces! — dijo mi madre, para desgracia mía. Muy nervioso me giré e intenté explicarme. — ¡Verás mamá, esto no es lo que parece! —frase típica en estas situaciones.
¡La madre de Luisa se enteró de lo que había hecho con su hija! Ahora amenaza con decírselo a mi madre, no sé qué hacer, así que huyo de casa avergonzado y paso la noche fuera... Ya por la mañana regreso a casa, ¡mi madre me abraza y llora! ¡No sabe nada! Me pregunto por qué no se lo habrá dicho...
Encarados en la postura del misionero, con ella apenas a unos palmos de mi cara, contemplé cómo gesticulaba ante mis acometidas, cómo el placer se reflejaba en su rostro, un dulce placer, el que le nos proporcionábamos mútuamente mientras nuestros cuerpos conectaban.
Bajé de nuevo las manos y desabroché sus shorts. Introduje una mano con dificultad bajo sus bragas y alcancé la suave vellosidad de su pubis...
En la oscuridad, Cathy sintió que le había hecho daño y se arrepintió, como tantas otras veces, lo sabía y se sintió culpable por ello... — No te enfades hermanito, claro que eres normal, eres como el prota...
La chica lejos de consolarse lloraba, sollozando a cada momento, lo cual no parecía importar en absoluto a mi padre, que seguía a lo suyo. Poco a poco fue metiendo su miembro en aquella virgen...
Una calurosa noche en la que Tom no podía dormir, oyó un ruido, como un lamento, o bien un quejido. Curioso, pensó en que alguna ventana al moverse lo habría provocado, pero no corría ni una gota de aire...
— No es vergüenza, es represión de tus deseos madre. Te reprimes y por eso te da vergüenza admitir que te gusta el porno como a mí, por eso te decía que no me mientas...
La escena era truculenta, un sexo femenino era atravesado por una gruesa verga en un plano muy cercano. Me quedé tan impactada que...
¡Pero René, te importaría ponerte algo más apropiado! —dije yo protestando por su inadecuada indumentaria...
Hola, soy Claudine y esta es mi historia… Hace aproximadamente un año que mi único hijo, René, se vino a vivir conmigo tras divorciarse de su mujer Desirée.
Cambié mi cama por la suya y me senté a su lado, palpando suavemente para ver donde andaba ella...
Con ella en cuclillas a mi lado, cogí la esponja y tratando de ser natural enjaboné su pubis y luego procedí a hacer lo propio con su gran miembro...
...me lo imaginara tumbado en mi cama y yo, como una profe sexual, sentándome sobre su herramienta, haciéndola entrar en mi interior y gozando de ella
Hasta que un sábado le pillé espiándome mientras me duchaba, lo vi simplemente mirándome mientras salía de la ducha desnuda...
En el baño Theo no para de mirarme, le froto y me exhibo sensual, provoco que el camisón se me moje, debajo mis pechos desnudos...