En algún lugar al oeste de Andalucía(Espapa)...
Veo porno, pero no cualquier porno, cada vez me gusta menos el porno que veja a la mujer, que la maltrata y es difícil encontrar de ese porno, aunque no imposible. Por ejemplo me encanta el porno fino que hacen en "The Art Porn", y también me encanta el porno vintage Italiano de películas como "Il confesionale".
Así es el porno que me gusta, sensual, dulce y caliente. Y así es como trato de que sea el porno que hay en mis novelas, sensual, duce y caliente con un toque picante de incesto que tanto gusta, ¿verdad? :D
¡Gracias a todos y todas los que ya estáis disfrutando de los 25 capítulos de esta caliente novela veraniega!
Capítulo 5
Aquella tarde también bajamos a la piscina. Como ya no había nada que ocultar, Luisa y yo nos dedicábamos a besarnos mientras nos bañábamos y a jugar bajo el agua sin mucho pudor. De vez en cuando una mirada furtiva a nuestras madres para controlar que no se escandalizaban mucho pero nada más.
Cuando me les dije que queríamos subir al piso a descansar un poco ambas sonrieron y nos dieron su aprobación mutua.
Así que, tuve una tarde más de sexo con la complaciente Luisa. ¡Estábamos en los inicios y aquello era imparable! Ella le cogió gusto al asunto y no paraba de incitarme para que lo hiciésemos, ¡parecía no saciarse nunca!
Ya por la noche, mientras tomábamos el fresco en el balcón, mi madre y yo mantuvimos una conversación que no olvidaré...
— Bueno Ismael, estoy sorprendidísima, ¿es que no os cansáis nunca?
— Hombre mamá, la verdad es que no me puedo creer que esto me esté pasando, Luisa esta súper buena y siempre tengo ganas de estar con ella —le confesé sin tapujos.
— ¡Eso sí que es pasión hijo! ¿Pero a ella no le duele de hacerlo tanto?
— Supongo que no, porque siempre está incitándome a que se lo haga, ¡no se cansa nunca!
— Si, a vuestra edad todo es pasión y hormonas —confesó mi madre con cierta nostalgia en su voz.
Tenía curiosidad por saber si lo habían hablado entre ambas madres, así que ahora decidí preguntar yo.
— Oye, ¿habéis hablado algo esta tarde, su madre y tú?
— Bueno hijo la verdad es que me daba un poco de vergüenza, pero he sacado el tema y hemos hablado.
— ¿Y ella qué te ha dicho decía? —pregunté yo muy interesado.
— Pues al principio ha evitado hablar del tema, pero ha intuido que quería una confirmación por su parte y finalmente se ha sincerado. Me ha contado cómo pasó, al parecer un día vio las braguitas de su hija manchadas de sangre y como había tenido la regla apenas hacía unos días, automáticamente sospechó de ti y bueno me confesó que te pegó en un ataque de furia aquella mañana.
— Vaya, al final te lo ha dicho. Bueno no la culpo mamá, después de todo me aproveché de su hija.
— Lo sé hijo, la carne es débil y Luisa, a su edad es muy deseable. Y con lo amiga que se hizo de ti desde el principio era de esperar que no pudieseis contener vuestras hormonas por mucho tiempo. Desde luego hoy he podido comprobar que ella también te busca y no le da reparo arrimarse aunque su madre y yo estemos delante.
— A ella no le da vergüenza nada —agregué—. ¿Y te dijo algo más?
— Bueno me pidió perdón por haberte pegado, luego me dijo que bueno, que aunque le había molestado un poco, en el fondo no le importaba que tú tuvieses relaciones con su hija y entonces me preguntó ella a mi si me importaba, a lo que yo respondí que en absoluto. Y le he contado cómo os pillé esta mañana y el susto que me llevé, lo que nos ha hecho reír a ambas. En el fondo me gusta Elisa —confesó mi madre.
— Bueno al final tenemos vuestra bendición entiendo —reí.
— Sí, puedes seguir disfrutando del sexo mientras estén por aquí, me ha dicho que en cuanto arregle los papeles del piso que le ha dejado su padre se marcharán.
— ¡Lo estoy temiendo! El sexo es algo genial mamá y no sé si podré vivir sin él —confesé un tanto apesadumbrado.
— Te entiendo hijo, es como si te dejasen probar un pastel de chocolate, pero sólo un trocito y luego se llevasen la tarta después de tú haberla visto y degustado —dijo mientras me acariciaba la cabeza.
— ¡Es una putada! —afirmé yo sin cortarme.
— Bueno hijo, ya encontrarás a alguien más, ¿no? —sugirió ella para animarme.
— Cómo si fuese tan fácil —me lamenté.
— Tranquilo, ya verás cómo aparece alguna otra chica para consolarte.
Aquella noche también hacía calor así que nos echamos en el colchón hinchable en la terraza. Me desperté de madrugada y como la noche anterior me acurruqué contra ella, pegándome a su espalda cuando comenzó a refrescar.
Y una vez más algo en mi entrepierna se puso “en posición de firme” y contactó con su trasero. Me daba mucha vergüenza que lo notase, pero no podía evitar que esto ocurriese y con el frío estaba tan calentito pegado a su espalda, que simplemente lo dejé ahí pegado a ella, entre sus muslos.
De repente ella se movió y pareció despertarse. Inmediatamente me retiré de su cuerpo y esperé a ver si se despertaba o seguía durmiendo.
Al final todo apuntó a una falsa alarma, por lo que volvía a pegar mi pecho contra su espalda y mi pelvis contra su trasero, volviendo a sentir de nuevo el calor de su piel contra mi piel, sintiendo aún la dureza de mi entrepierna presionando sus glúteos redondos y suaves.
Y aunque no pude dormir en lo que quedaba de noche, disfruté bajo el cielo estrellado de estar así acurrucado y me complací por tener una madre con la que podía hablar, comprensiva y amorosa conmigo.
Aquél delicioso momento, se ha mantenido fresco todos estos años en mi mente como si fuese ayer.
PD: Como ya sabéis, la novela consta de 25 capítulos en los que hay mucha tela que cortar, aquí dejo os los enlaces: