Una apasionante historia de sexo entre tres machos de profesión camioneros y de afición bujarrones. Cuando ambos abandonaron mi culo estaba extremadamente dilatado y cuando traté de incorporarme para ir al baño a asearme un poco, Ramón me dio una nalgada que disfruté con placer. Sentí la lujuria de
... lo más extraño que estaba sintiendo era que no sentía ningún remordimiento por estar follándome a un hombre, pero además empezó a salir dentro de mi esos celos que produce el enamorarse ...
Pero cuando llegué a la esquina de mi casa por poco me desmayo de la sorpresa ... Antonio estaba allí ...
En ese momento siento una gran sorpresa. Juan no ha venido solo, alguien más está con nosotros en la habitación ...
Me sentí en la gloria, me salió una exclamación de placer. Ahora sus dos manos actuaban simultáneamente ...
Uno, dos, tres, me atraganto, su polla me produce arqueadas, me salen las primeras lágrimas y es cuando escucho su voz que me dice: Vale.
Que más les puedo decir, esta situación me ha dejado muy desconcertado y he decido huir a un lugar donde pueda pasar página, incluso cambiar de trabajo ...
... fue apasionante, me abrazó y comenzamos a besarnos intensamente, los dos estábamos empalmados y luego ...
Cuando nos despertamos fue que me sacó la polla y nos fuimos al baño a asearnos y ahí fue que me di cuenta que me costaba trabajo caminar, sentía que había sido follado ...
Así que su plan de limpiar el fusil estaba descartado. Mi única esperanza es empatarme con algunos de los gays que suelen merodear estos sitios detrás de machos camioneros necesitados de un buen polvo como él ...
El susto fue de muerte, me sentí descubierto, mi corazón latía precipitadamente por el miedo. La persona que me había retenido la mano se acercó a mi oído y me dijo: Sígueme ...
Cuando despertamos, estábamos como cortados, no hablábamos ni una sola palabra de lo sucedido, aquello era un silencio cómplice.
Yo estaba como aturdido por la cantidad de posiciones en las que me estaba enculando. Cuando me acostumbraba a una la cambiaba por otra nueva que me hacía volver a sentir la enculada de forma más penetrante.
¡Que cojones pasa en mi finca! Así que los hijos de mi vecino son maricones. Un momento, dijo con un tono imperativo. Paren de ese mariconeo y vístanse rápido ...
Traté de quitarme esas ideas de la cabeza y me fui de inmediato a la habitación, me desnudé y entré en el baño para darme una ducha.
De repente me percato que no estoy solo, alguien más está conmigo en ese lugar y su presencia la siento cuando una de sus manos acaricia los vellos de mi pecho con descaro ...
La voz de aquel jugador me sonó autoritaria y varonil y como finalizó su comentario con una sonrisa, pues acepté su advertencia con un parco de acuerdo.
A veces los más glotones no son los que más comen ...
... sentí la invasión de aquel macho que se mantenía sin moverse dentro de mi para que me acostumbrara a su polla sin darme la menor posibilidad de escapar. En ese momento Javier me dijo: mira, ahora tu culo es mío, lo voy disfrutar a plenitud, ¿Ves, Como los caminos del señor son inescrutables?
fueron muchas veces en las que me empalmé y terminé pajeándome. En aquellos momentos me entraba el deseo de salir para la casa de Manolo, pero luego al correrme me volvía la paz y de nuevo el nunca jamás, continuaba dominando mi conducta.
Como hacía calor ambos estábamos sin camisa y así continuamos nuestra charla, hasta que yo le comenté que al parecer ambos éramos unos tíos que no habíamos tenido suerte con las mujeres. Ahí fue cuando el me respondió: Pues si no hemos tenido suerte con las mujeres, yo creo que lo mejor es que probemos con los hombres.
En ese momento empezó a dar uno gritos estridente: !Maricones, maricones, mi marido es maricón! ... Poco a poco en medio de los gritos se fueron encendiendo las luces del vecindario ...
Mi interlocutor soltó una carcajada y eso desató mi imaginación. Llovieron críticas abundantes, no solo sobre aquella peli que estábamos viendo, sino contra otras tantas. Nuestra conversación fue dejando en claro que el mercado necesitaba mejores cosas y sin darnos cuenta nos vimos diseñando un guión que de verdad nos estaba poniendo.
Verdaderamente estoy abrumado, no se si debiera escribir estas cosas por las que estoy pasando, pero es tanto el remordimiento de mi conciencia, que me ha dado por escribirlo, pues no me atrevo a contarle a nadie estas experiencias tan extrañas a las que le estoy dando riendas sueltas sin ningún tipo de contención.
Si no pasaba esa línea sin permiso nunca me darías tu consentimiento y esto lo necesitaba nuestro amor.