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Quedamos para repetir.

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Quedamos para repetir.

Al solo entrar comienzo a sudar intensamente, la oscuridad en el recinto es absoluta, parece que no hay más nadie. El lugar no lo conozco, es primera vez que entro, pero no es una sala rectangular, más bien es una especie de laberinto de pasillos, me recuesto a una pared en espera de que mis pupilas se dilaten y pueda ver algo, pero poco a poco me convenzo que no verçe nada. De repente me percato que no estoy solo, alguien más está conmigo en ese lugar y su presencia la siento cuando una de sus manos acaricia los vellos de mi pecho con descaro. Son unas manos varoniles, acarician suavemente mis tetillas, pronto siento que a su mano se incorpora su lengua.

Esa lengua va saboreando mi piel, lo mismo me lame la piel de mi vientre donde hay vellos que en esas partes de mi cintura que están limpias de vellos. No tengo la menor idea de cómo es la persona que me acaricia pero mi polla se ha empezado a empalmar aceleradamente. Ahora su lengua juguetea con mi ombligo, siento unas cosquillas agradables y comienzo a desear que esa lengua siga bajando. No he dicho una sola palabra, me mantengo en silencio, pero ese silencio es un síntoma de mi aceptación, es como si hubiera escuchado mis pensamientos pues su lengua sigue bajando pero no va a mi polla, le interesan mis huevos, los besa y los acaricia con una mano, abro mis piernas para dejarme mejor hacer y esa lengua no deja de lamer mis huevos. Me sobresalto pues pronto siento como succiona uno de mis testículos dentro de su boca mientras sus manos acarician mis nalgas. Después me deja libre ese testículo, vuelve a besarme los huevos y me succiona el otro testículo. Ya no me pongo tan nervioso porque se que lo sabe hacer con delicadeza y me ha resultado exquisito.

Pero mi polla está totalmente empalmada y mi respiración en entrecortada, comienzan a salir las primeras goticas de leche de la cabeza de mi polla y lo único que deseo es que me la mame. Pero no acaba de empezar y continúa dándome caricias por mi vientre con su lengua y sus manos no cesan de acariciarme. Al fin de nuevo vuelve a acercar su boca a mi polla, le da lengua por el tronco pero no le hace caso a la cabeza ya babeante y de nuevo comienza a darle lengua a mis huevos. Continúo sudando copiosamente, la estoy pasando en grande, pero me tiene desesperado, estoy loco porque comience a mamarme la polla. De pronto siento que ha llegado el momento, su lengua acaricia la cabeza de mi polla y se la introduce en su boca caliente, me la succiona con profundidad, estoy sintiendo un placer divino pero solo me da una chupada, lenta, profunda, pero una sola y de nuevo se va deleitar con mis huevos. Este juego continúa varias veces, cada vez que me da una chupada siento como si mi mente se quedara en blanco, hago una exclamación profunda de placer, deseo que continúe pero me da una sola. Esto me da más deseo de ser mamado y no puedo más y se lo digo: Me estás desesperando, acaba de empezar a mamar, coño!

Me contesta: No te preocupes que te voy a dar una buena mamada, pero espera que llegue el momento. Continúa con el juego, tengo todo el aparato mojado de sudor y de su saliva, mi corazón late con aceleración. Vuelve a succionarme los huevos, luego sigue dándome lengua desde la base de la polla hasta la cabeza y en ese momento me da otra chupada profunda. Pienso que va a seguir el juego, pero cuando su boca está dejando libre a mi polla desesperada de nuevo la vuelve a chupar, lo hace una y otra vez, me comienza a mamar con lujuria. Ahora si me estoy sintiendo en la gloria, le acaricio su cabeza y de paso la sujeto para que su boca tenga que seguir mamándome. Y de paso comienzo con movimientos de mi cadera a buscar metersela más profundamente. Me da mucho morbo sentir sus arqueadas, saber que se esta atragantando, que no lo dejo sacársela de la boca, siento que incluso le salen lagrimas, esta sofocado y le doy un respiro que el agradece acariciando mi pecho con sus manos y dándome besos por mi cuello.

Un par de minutos es suficiente para que se reponga y de nuevo con mis manos voy llevando su cabeza hasta mi polla para que continúe mamando. Y de nuevo comienza a mamar con la misma lujuria, no le doy tregua, se la estoy metiendo hasta la campanilla, le sujeto la cabeza para que no pueda escapar y mame con glotonería. Esa mamada me esta enloqueciendo y de repente siento que hay alguien mas en ese pasillo, el tío no se como está frente a mi y comienza a besar mi boca. Su lengua se introduce en mi boca, siento el sabor de su saliva, tiene un aliento delicioso. Mientras el tío me besa apasionadamente el otro continúa mamando como un bendito.

Pero ahora me percato que en el pasillo hay una especie de banco de madera y el tío que me besa se sienta de forma que me recuesta sobre él. Me siguen mamando la polla de forma impetuosa, pero ahora mis nalgas quedan al aire y siento que una nueva lengua está comenzando a acariciar mi esfínter. Eso no me gusta nada, los lenguetazos me estremecen, pero no me gusta que jueguen con mi culo. Trato de salir esta situación, pero las manos del hombre que me tiene recostado sobre él, me lo impiden. Y el cabrón que me está mamando con sus brazos abre mi piernas para dejar que mi culo quede al acceso de la lengua intrusa que me está dando una mamada que me está enloqueciendo. Me tiene el culo lleno de saliva, su lengua juguetea con mi esfínter y trata de penetrarlo.

Mi mamador abandona su tarea y comienza a mamar la polla del tío que me estaba comiendo el culo, pero lo hace cuando su tremenda polla pasa por entre mis piernas y de paso roza la entrada de mi culo. Trato de escapar, pero los tres hombres no están dispuestos a que lo logre. Tampoco yo hago mucho por la labor pues estoy como paralizado por el placer. Cuando la polla del tío que me estaba comiendo el culo se presenta en la entrada de mi culo me percato que me va a follar, aumento mis intentos de escapar pero me es imposible y voy sintiendo como esa polla comienza a entrar en mis entrañas. No me la ha metido hasta la base, pero a mi me parece eso bastante. Le pido que no siga, le digo que soy virgen pero eso no vale de nada. Con fuerza siento como sus manos sujetan mi cintura y siento que esa polla me está partiendo en dos.

Me continúan mamando, pero poco a poco empiezo a sentir las embestidas de mi follador. Me doy cuenta que no tengo otra opción que dejar que goce mi culo virgen. El ritmo de sus embestidas poco a poco se va acelerando. No tiene clemencia y a mi no me queda otra opción que abrazarme al tío que estoy sobre él y besarlo. El otro continúa mamandome de forma que estoy al correrme, ya no puedo aguantar más. Lo digo, pero mi follador me exige que aguante y mi mamador para de mamar. De esta forma no me corro de momento, pero mi follador aumenta su ritmo de embestidas de forma salvaje. Me abrazo al tío que estoy sobre él. Lo beso por el cuello y de nuevo siento que vuelvo a ser mamado. Ahora si no voy a poder contener la corrida. Comienzo a sentir que se me va a salir la leche y mi mamador continúa mamando con intensidad, me estoy corriendo en su boca y cada vez que suelto un chorro de leche mi culo aprieta la polla que tengo en mi culo. Mi follador sabe que me estoy corriendo y acelera su ritmo buscando descargar su leche en mi culo. Siento que sus brazos me aprietan con fuerza, sus expresiones de placer lo dicen todo, él también se está corriendo. Finalmente siento que su cuerpo se va relajando, saca de mi culo su polla, la libera del preservativo que no se cuando se lo puso y me pone frente a él para besarme por primera vez. Yo correspondo a su beso y me abrazo a él con pasión.

Mi mamador ahora está mamando al que yo estaba sobre él. Mientras mi follador está conversando conmigo, me va conduciendo a la salida del laberinto de la sauna y llegamos a unas duchas donde hay una penumbra donde puedo observar el cuerpo del macho que me había desvirgado el culo. Era un hombre precioso, masculino y velludo. Me deleité haciendo espuma con los vellos de su piel, luego nos aclaramos el jabón con agua tibia y fuimos a descansar a una cabina de la sauna.

Dentro de la cabina apagamos la luz y nos acostamos juntos en la pequeña cama. Nos quedamos dormidos en un abrazo. Puse mi espalda sobre su pecho y su polla dormida quedó acariciando mi culo.

Me desperté abrazado así, pensaba que él dormía pero pronto comencé a sentir que su polla empezaba a endurecerse y en la medida en que empezaba a empalmarse sentía como golpeaba mi culo. El tío estaba despierto y su polla estaba pidiendo guerra, sus manos acariciaban mi pecho. Y pronto tenía entre mis nalgas aquella tremenda polla nuevamente dura como un palo.

En ese momento el tío se incorporó y encendió la luz de la habitación. Un espejo lateral permitía que nos viéramos desnudos. Al principio la claridad me dio u poco de corte, pero pronto me dedicaba a ver nuestra imagen en la cama, él se acostó sobre mí y nuestras bocas se encontraron en profundos besos, mis brazos quedaron de forma que solo podía acariciar su espalda y su polla dura estaba entre mis piernas.

Luego su boca comenzó a saborear mi cuello y finalmente estaban disfrutando de mis pezones que los chupaba de una forma que me enloquecía. De nuevo estaba a tope y ahora estaba deseando de nuevo que me follara. Pero antes me puso a mamar. Me indicó que me pusiera de rodillas en la cama mientras él estaba de pie frente a mi. Puso sus huevos en mi boca y yo se los besé y luego puso la cabeza de su polla en mi boca y yo comencé a introducírmela. Pero la tenía muy gorda y grande y de verdad que no me cabía. Sus manos acariciaban mi cabeza mientras el me decía: haz un esfuerzo, mira el pedazo de trozo de polla que no estás desperdiciando. Y poco a poco empezó a penetrarme más. Aquello no era posible, pero movía sus caderas de forma que cada vez me entraba un trozo mayor. Yo trataba de mamar en esa condición, pero me faltaba el aire y luego él me dijo: Vamos, yo te voy a ayudar y sujetando mi cabeza metió su polla entera en mi boca, sentí como llegaba a mi garganta, me daban arqueadas, se me saltaban las lágrimas, podía ver por el espejo como estaba mamando su polla completa y en su rostro una sonrisa de placer morboso.

Cuando me sacaba la polla de la boca para que tomara un poco de aire veía como tenía su polla ensalivada y de nuevo me volvía a poner a mamar. De nuevo sujetaba mi cabeza y de nuevo me la metía hasta la campanilla, mis arqueadas no le daban compasión, mis lágrimas le daban placer. Cuando de nuevo me daba un descanso secaba mis lágrimas con sus manos, me decía: No es para tanto y de nuevo me ponía a mamar. Pesé que se iba a correr en mi boca, pero cuando le salió de los cojones me puso en el borde de la cama, de rodillas y con mis manos sujetándome de la cama y ahí colimó mi culo y comenzó a lubricarlo con su saliva. Me lo mamaba, sentía como su barba dura me hincaba, me lo soplaba de una forma que me enloquecía y luego puso su polla en mi boca para que se la ensalivara más y finalmente me la presentó en el culo y sujetando con fuerza mi cintura sentí como de nuevo volvía a entrar en él.

Me la metió completa y de golpe y ya adentro esperó unos instantes adentro diciéndome que me relajara hasta que me acostumbrara. Luego empezaron sus embestidas, eran lentas pero continuas, me enterraba la polla hasta la base y me la sacaba completamente. Esta forma de follarme me estaba enloqueciendo, sentía que estaba siendo objeto de placer de aquel macho. Luego las embestidas comenzaron a aumentar de ritmo, por el espejo veía como me la estaba metiendo, los dos sudábamos copiosamente, pero el tío me follaba con intensidad creciente. Cada cierto tiempo apretaba con fuerzas mis nalgas y hasta me daba fuertes nalgadas para de nuevo continuar con sus embestidas a un ritmo mayor.

En un momento traté de incorporarme y levanté mi espalda, pero con una de sus manos lo impidió, volví a bajar la espalda y de paso poner mi culo a la altura de su placer, me dio un par de nalgadas y continuó follandome con energía. Comencé a sentir placer, sentí que me iba a correr dándome por el culo y se lo dije. Entonces él me dijo: vamos correte, yo te la voy a sacar con la mano. Comenzó a pajearme mientras aumentó su ritmo al máximo. Mis piernas temblaban, comencé a correrme en sus manos, sentí como él también se estaba corriendo. Pero su mano no soltaba mi polla, embarrada en mi leche continuaba pajeandome lo que me estremecía todo el cuerpo. Sentí miedo, nunca había sentido tanto placer al correrme. Continuó pajeandome hasta que ya no me estremecí más. Entonces sacó su polla de mi culo y de nuevo me envolvió en un abrazo y un beso.

Al final de nuevo caímos rendidos y al despertar fue cuando por primera vez hablamos, supimos nuestros nombres y quedamos para repetir.

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