El anterior relato acabó así… ─MMM…AYYY…ME COGES SABROSO LA PANOCHA...SÍ TU VERGA ES MEJOR QUE LA DE TU PAPÁ…COGETE A LA CHINGADA DE TU MADRE…¡¡ME CORROOO...!! Al oír a la madre tan excitada y cachonda, se le dispara la excitación. La enviste como un animal, con un mete saca diabólico. A cada envite, le mete toda la polla, soltándola un hirviente chorretón de leche…como si la verga fuera un pistón mecánico… ─UUUFFF…¡¡REPUTA…!! COMO MUEVES LA PANOCHA PARA QUE TE LA COJA MÁS…TOMA POLLA, ME CORROOO…¡¡MAMÁ!!
María es una señora madurita de treinta y siete años. Es madre de un chico adolescente, John de dieciocho años. A pesar de haber tenido un hijo, tiene una figura esbel-ta. Su horario como dependienta en un centro comercial, la deja tiempo libre, para ir al gimnasio dos veces por semana.
Tláloc o Tedu, es una señora de mexicana de cuarenta años que, hace unos años huyó de Ciudad Juárez. Su ma-rido la maltrató desde el principio, a los pocos meses de estar casados. Antes de que, la matara a ella y su hijo, huyó casi con lo puesto.
Este relato sucedió hace unos años, en la Galicia profunda. Lo relato tal como me lo explicó, la madre, mediante un email. La humedad cubre todo el valle, como un manto invisible. Cayetano, el padre de familia, se levanta con el alba.
Acabé el relato anterior, explicando cómo mi hijo me folló por el culo. El muy aprovechado, mientras me aplicó la penitencia que, el párroco me había impuesto, lo aprovechó para manosearme y tocarme toda, como quiso. Yo le rogué que no me tocara, diciéndole que soy su madre. Reconozco que me negué con muy poca convicción. El perverso de él, supo tocarme con habilidad y desparpajo, como su padre nunca lo había hecho.
Al segundo día de haber llegado a su casa, Lucía recibe la visita de la asistenta social. Nada más verla llamar en la puerta, le recuerda a la institutriz de Heidi. Sale a recibirla vestida con una minifalda tejana. La asistenta la mira con reproche de arriba abajo, por el tamaño de la mini.
El gorgoteo de los pájaros recorre el jardín. La lluvia ha limpiado el aire. El canto de las avecillas resuena con un tono metálico. Las tejas de la casa dejan caer pesados y sonoros goterones.
Acabé el primer relato explicando cómo mi hijo negro Cheikh, me folló teniéndome sentada encima de él...
Quiero compartir con los lectores de todo relatos, cómo mi vida ha dado un giro de ciento ochenta grados. Para ello le envíe un correo al Sr. Azalais, para ver cómo podíamos hacerlo. Soy una mujer del sur, por discreción no quiero dar demasiados datos. Desde muy joven he sido una hembra de sangre caliente, de piel trigueña, quizá por el fuerte calor que suele hacer en esta parte del sur.
Quiero compartir de nuevo con los lectores de todorelatos, la relación que estoy teniendo con mi hijo, que comenzó hace un año atrás. En mi anterior relato describí con todo detalle cómo mi hijo Thom, me acabó follando cómo un semental, después de haberme pedido si podía abrazarme.
Antes de explicar la confesión con el señor cura, quiero explicar cómo descubrí que, el putero de mi marido estaba poniéndome los cuernos, yéndose de putas. Recibí una nota o carta anónima, pasados unos días desde que ocurrió el encuentro con mi hijo, en el baño. Al margen de ésta nota, yo llevaba ya bastante tiempo, notando como mi esposo, me ignoraba en el tema sexual, desde hacía ya bastante.
Esta historia sucedió hace ya un tiempo. Fue durante estos hechos que, gracias a una amiga íntima descubrí todorelatos.com. De acuerdo con mi hijo, he contactado con el Sr. Azalais, para que él la publique en todorelatos.com. Soy una mujer separada actualmente. En el momento que tuvo lugar la historia, era una madre de cuarenta y dos años, creo que bien llevados.
Soy una mujer casada, esposa de un militar de bajo rango. Vivimos en un destacamento, rodeados de naturaleza. Por discreción prefiero no dar muchos datos, sobre la provincia donde vivo.
Acabé el anterior relato, describiendo con todo detalle como mí hijo, me folló el culo subiéndose en mí grupa, como si fuera un perro rabioso.
Quiero compartir con los lectores de todorelatos, la relación que estoy teniendo con mi hijo, en la actualidad, y que comenzó hace un año atrás. Soy una mujer de cuarenta y pocos años, de origen irlandés, pero de sangre latina,
Cuándo comenzó ésta historia tenía treinta y cinco años. No ha sido hasta años después, cuándo me he decidido a contarla, darla a conocer en la web de todorelatos. Para ello, he decidido contactar con el Sr. Azalais. Después de intercambiar multitud de correos, decidimos que valía la pena publicar el singular relato.
¬Hola papá ¿Cómo estás? Hace meses no sé nada de ti ¬Hola cariño sí cierto, he estado algo ocupado con un tema importante, cómo casi siempre. Y tú ¿Qué haces hija, estás bien? ¬ Eh sí más o menos, de eso quería hablarte precisamente¬ No estás bien ¿Algún problema cariño?
En el primer relato, acabé follando con el hijo de mi esposo, en su cama, excitándonos muchísimo los dos, de mirarnos en el gran espejo de la cabecera, mientras me tenía estirada encima de él, dándole la espalda, para que no me perdiera detalle de cómo me clavaba con aquel vicio, su gruesa polla
La luz penetra en la estancia a través de un pequeño orificio en la persiana de madera, creando una penumbra fantasmagórica, iluminando en su trayectoria la habitación, hasta chocar el rayo de luz encima de la cama.
Siglo XXV, la humanidad está al borde del colapso. El aumento de la longevidad en los países más desarrollados, junto con la supresión de la mayoría de las enfermedades más comunes, ha provocado que el planeta tierra roce el máximo de habitantes que es posible alimentar, sin llegar al Caos o P.R. (punto sin retorno).
En la primera parte de mi anterior relato, mi hijo Jorge acabó follándome por el culo, después de que minutos antes, me sentó encima de su gruesa polla,
Conociendo al hijo de mi esposo. Después de haberlo pensado durante varios meses, he decidido compartir con los lectores de todorelatos, la relación que tengo con Antonio mi hijo (hijastro en realidad), aunque lo siento y amo cómo si fuera mi hijo real, salido de mi vientre.
Al final del primer relato, expliqué cómo mí hijo Mario me consoló de mí reciente viudez, follándome y dándome un placer que mí difunto marido nunca supo darme.
Este relato tuvo lugar en Italia hace unos años, al fallecer mí marido, siendo aún joven y fuerte. Nos casamos siendo los dos muy jóvenes, estando enamorados el uno del otro.
Recuerdo desde que era una adolescente, sentirme seducida por el cantante Tom Jhones. Su porte elegante y atlético a la vez, junto con su mirada, me tuvieron chiflada por él, hasta que dejé de ser esa adolescente.