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Castigo 1

en Amor filial

                  

Este relato es ficción aunque alguno de los personajes que aparecen en el sean personas reales. Está dedicado a Gemma, una prostituta de Barcelona que conocí hace muchos años.

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El gorgoroteo de los pájaros recorre el jardín. La lluvia ha limpiado el aire. El canto de las avecillas resuena con un tono metálico. Las tejas de la casa dejan caer pesados y sonoros goterones. Lucia echada en la cama está despierta hace rato. Se ha despertado relajada cómo hacía tiempo no se sentía.

Sus menudas tetas suben y bajan cadenciosamente, al mismo ritmo que su relajada respiración. Después de seis meses en prisión, ha podido dormir de nuevo en su casa.

A echado de menos dormir con su «perra», cómo ha llamado a su compañera de celda, Carol.

Lucia es una mujer con carácter, fuerte personalidad, de sangre caliente, «napolitana». Madura de cincuenta años, de piel blanca, lechosa. Siempre la han llamado « La Rafaela» por el parecido físico que tiene con la presentadora y cantante italiana.

Luce un cuerpo fibroso, a pesar de no haber hecho nunca ejercicio físico. Es de caderas apretadas, sin gota de grasa, con un culo duro y respingón con forma de «manzana».

 Tiene una abundante melena hasta el hombro, rubio platino que, llama la atención de mujeres y hombres. Sus pechos son más bien pequeños, similares a los de la cantante italiana. Gasta una talla ochenta y cinco, copa B. Esto hace que no utilice a menudo sujetador, marcándose los oscuros y gruesos pezones que tiene, junto con unas aureolas grandes.

A menudo la gente no suele echarle más de treinta y cinco o cuarenta años. En la cárcel solo verla la llamaron «La Madamme» por su elegante melena platino, y por regentar en Nápoles un piso con varias prostitutas. Esto hizo que, fuera respetada desde el primer día.

En la celda número trece coincidió con una «inocente viuda» de la misma edad que su hija Concheta. La joven viuda le demostró rápidamente estar dispuesta a ser su sumisa y esclava sexual. A cambio Lucía la protegió del resto de reclusas.

Envenenar a su marido con matarratas le pareció monstruoso, cuándo tuvo la idea un año atrás.

Ahora recién salida de la prisión hace sólo veinticuatro horas, le parece que se lo mereció el muy «hijo de puta».

La última vez que la golpeó su esposo tuvo que, ir al hospital con un ojo morado, con moretones por todo el cuerpo. Esa noche tomó la decisión de envenenarlo.

                                                                                              PRIMER DÍA EN PRISIÓN.

El traslado desde los juzgados de Nápoles es duro para la madura proxeneta. A lo incómodo del furgón policial, tiene que soportar los insultos machistas de los «carabinieri».

—¡¡PUTA VIEJA!! En la cárcel vas a ser la novia de todas las tortilleras…— el soez comentario es seguido de una gran risotada por los otros agentes, además de otros insultos despectivos —HAHAHAHA…—.

—Te vas hartar de comer coños de todos los colores…

El vulgar comentario provoca la ira de la madura napolitana. El joven carabinieri que, ha soltado el último comentario, lleva una reluciente alianza de recién casado. Detalle que no le pasa por alto a la rea.

—Jejeje…seguro que, a tu reciente esposa le encantaría que le comiese el coño. El inesperado comentario de Lucía arranca las risotadas de todos los carabinieri, menos del policía humillado.

Los ojos del joven carabinieri se llenan de ira y odio. Intenta agredir a la prisionera que, está totalmente indefensa, esposada.

Un compañero del temperamental policía, evita con su cuerpo que la prisionera sea agredida, increpándolo —¡¡ESTUPIDO!! ¿QUÉ CREES QUÉ HACES…? Tú la has provocado… ¿QUIERES QUE TE DENUNCIE ESTA VIEJA…? El inexperto carabinieri reacciona a las palabras de su compañero, disculpándose con el resto de policías. La madura lo vuelve a provocar sin resultado. — Estará en este momento follando con algún amigo…¡¡CORNUDO!!

El jefe de los carabinieri la hace callar, hablándola severamente —¡¡VALE, PUTA!!

Nada más llegar a prisión ingresa en el calabozo número trece.

En cuanto se cierra la puerta echa un vistazo a la celda. Mira la litera de hierro. Tras observar unos segundos a la morena gitana que, está acostada en la litera inferior le espeta con tono frío — Me gusta tu cama… ¡guapa…! La novata reclusa al oírla, se levanta con la mirada en el suelo, sin decir palabra, coge su almohada y se echa en la litera superior.

— ¡Gracias cariño!— le dice la rubia platino.

A la hora de la cena Lucia no se levanta para ir a cenar. La joven compañera al volver al calabozo, le extiende una fruta. La madura se levanta de la litera, observándola con detalle.

No es guapa, es de rasgos exóticos, sensuales.

Tiene una boca de labios carnosos, insinuantes. «La Madame» besa a la gitana en los labios, rozándolos, cómo si la besará con timidez. Ambas no cejan de mirarse a los ojos.

Se acuestan cada una en su litera, sin mediar palabra.

Al día siguiente al salir al patio, todas las presas saben quién es, la atractiva madura rubia platino. Hasta ese momento varias presas han estado «acosando» a la viuda gitana. Al verla pegada a «La Madamme», ninguna rea vuelve a molestarla.

Después de la cena, Lucia y «Gía» diminutivo de Gíacinta, entran rápidas en la celda. «La Madame» afloja la bombilla de la celda. La viuda gitana se desviste totalmente.

 La luz del pasillo le ilumina el poblado y oscuro pubis. Lucía no pierde detalle, sintiendo como se le humedece el coño.

Al desnudarse la rubia platino, la gitana devora con los ojos el carnoso y maduro coño, sintiéndose caliente y excitada. Las dos mujeres se acuestan juntas en la litera inferior. La madura napolitana hace más de un año que, no la folla ningún hombre. Cuándo regentó el piso con cuatro prostitutas, no quiso acostarse con ninguna de las chicas. Quiso evitar levantar suspicacias y celos entre ellas.

Lucía toma la iniciativa, besando a su «perra sumisa» sin prisa alguna. Los labios de las dos mujeres quedan en contacto, durante varios segundos. — ¿Estás bien…cariño?— s-sí…M-Madame —responde algo nerviosa y excitada la reclusa novata.

Lucía le pregunta a la gitana, susurrándola en los labios, sin que las bocas se separen apenas un instante.

—Tu esposo ¿Te…comió…alguna…vez…el…chocho…?

La joven viuda nota cómo se le humedece el coño, al contacto de la lengua de la rubia platino. Al oír la pregunta de la rubia, un rubor le sube por las mejillas. El coño se le moja cómo nunca lo había sentido antes. —N-no señora…nunca qu-quiso comérmelo el muy egoísta…

Lucía chupa y muerde la oreja y el cuello de la gitana, a la vez que la manosea todo el coño, descubriendo lo carnoso y abultado que es.

Hace que la sumisa le manosee todo el coño, guiando la mano de la novata reclusa. La rubia platino, mete sin prisa primero un dedo y luego otro, en el inexplorado coño de la gitana.

Al sentir la caricia, la gitana imita a la madura, gimiendo de placer, sin deshacer el lascivo morreo —¡¡Oh...Mmm Madame!!— ¡¡Mmm…Oh perra!!— le responde la madura, al sentir los inexpertos dedos de la joven, como le hurgan morbosamente el coño. La gitana acaricia el excitado y carnoso clítoris de la Madame. Lo pinza entre dos dedos, haciendo se ponga más erecto y sensible. La Madame solloza morbosamente en el oído de su perra.

 —¡¡OG…PUTA!!...mi…pipa…Mmm…—.

La madura folla intensamente el coño de la inexperta viuda. Le mete los dedos hasta el fondo, haciéndolos rotar lentamente, a la vez que le titila el grueso y carnoso clítoris que se gasta la gitana, masajeándolo intensamente con el dedo pulgar.

Las dos mujeres se corren al mismo tiempo, soltando jugos los coños de ambas, como dos fuentes lascivas. La viuda jamás ha sentido antes un placer así con nadie. Pone los ojos en blanco, sujetando con su mano, la mano de la experta rubia.

—¡¡OH...MADAME…!!...me…corroo…ya…Nunca…me…ha…tocado…así…nadie…no pares…folla…mi…chocho…más…

—¡¡AH…PERRA…!!...me…corro…también. Toca…así…mí…pipa…

Cómo te chapotea el chocho…

Cuándo aún se estaba corriendo la novata reclusa, la Madame se colocó entre los muslos de su perra sumisa. Le encajó la boca en el carnoso y velludo coño. Metió toda la lengua, chupando y lamiendo el caliente y jugoso coño de la inexperta gitana.

Le sacó todos los jugos, volviéndola loca de placer. La joven viuda atrapó la cabeza de su Ama, frotándole el coño de forma convulsiva. Se corrió a chorros sollozando y gimiendo, cómo si la estuviera matando, mordiéndose los labios para no ser oída por las demás reclusas…

—¡¡Aaahhh…Aaahhh…Madame…!!...mi…chochooo…sí…cometelo…así…Aaahhh…Aaahhh…toma…mis…jugos…Mmm…¡¡PUTA!!

Me…corrooo…en…tu…boca…toma…mi…chochooo…me…corro…muchooo…

                                                                                                        LA PRIMERA VEZ DE PAQUITO.

Lucía ha sido puesta en libertad, a los seis meses de haber ingresado en prisión. La razón es que, su hija Concheta ha sido condenada a varios meses de cárcel, por vender drogas. Concheta quedó embarazada con sólo quince años. Nunca ha sabido quien fue el padre. El color de piel del niño, no ayudó mucho.

Paquito nació con algún problema. Es algo disminuido psíquico, aunque con la ayuda recibida desde el momento que nació, ha mejorado bastante.

Físicamente es un chico grande, fuerte, mulato, de metro ochenta y algo de altura.

La misma jueza que, encerró a la abuela por proxenetismo, ha encerrado a la madre.

Los asistentes sociales creen que, es mejor que Paquito esté con la abuela materna. De esta forma intentan evitar que, Paquito acabe siendo carne de cañón, si lo ingresan en un reformatorio para jóvenes delincuentes.

Lo que nadie sabe ni sospecha es que Paquito, ha mejorado mucho con su deficiencia, al ser «pervertido» por su promiscua y pervertida madre.

Concheta al relacionarse habitualmente con «gente conflictiva», tiene sexo frecuentemente con distintos hombres. Paquito la ha visto follar a todas horas, espiándola desde la puerta, que la madre deja siempre medio abierta, despreocupadamente, creyendo que él «retraído de Paquito» no se entera de nada.

Concheta a pesar de ser una mujer maciza, de carnes prietas, tiene una atractiva silueta, con una «cintura de guitarra». Es de muslos rotundos, macizos, apretados.  Su pelo es negro, casi azabache. Sus pechos son pequeños, gasta una talla 85 copa B, lo que hace se vean unos pechitos inhiestos, como dos excitantes peras. A Concheta siempre la ha excitado el sexo oral, y el anal.

Le parece que, tiene un coño excitante, demasiado carnoso, de labios abultados y salidos hacia fuera, que sobresalen mucho, entre la abundante y negra pelambrera, dándole aspecto de ser un coño «guarro y tragón». Pero los drogatas con los que se relaciona, nunca la han comido el coño, ni follado analmente.

Lo normal es que se corran a los pocos minutos de penetrarla, dejándola insatisfecha, más caliente, y excitada de lo que ya lo estaba. Por esta razón cuándo no está vendiendo droga a algún cliente, se mata a pajas, mirando cómics hentai sobre toda clase de perversiones. Sin que ella lo sospeche, su retraído hijo Paquito, la ha espiado muchas veces, pajeándose a la vez que ella.

 Tres meses antes de que, Concheta fuera detenida, ocurrió algo que cambió las vidas de madre e hijo. Después de follar con un cliente, Concheta se ducha y se echa la siesta, toda desnuda. Paquito se ha pajeado mientras la espiaba, viéndola follar.

Atraído por el poblado y oscuro coño materno, Paquito se atreve a mirar de cerca el coño materno.

Recordando cómo la ha visto decenas de veces, «pajearse cómo una posesa», sollozar y gemir,  huele el coño de la madre, cómo un perro de caza. Excitado por el olor, da un tímido lametón con su enorme lengua. Después de mirar a su madre con miedo, repite. Esta vez el lametazo es más intenso.

El sexo materno se humedece con la caricia. Viendo que no se despierta su mamá, el adolescente se estira entre los macizos muslos. Abre el carnoso coño con los pulgares, separando los labios a lengüetazos. Excitado cómo un animal en celo por el dulce y caliente olor, introduce toda la lengua, bebiéndose los jugos que deja ir el carnoso coño.

Concheta más dormida que despierta, siente cómo algo la está acariciando, sintiéndose excitada cómo pocas veces lo ha estado.

Sin abrir los ojos, sus manos acogen la cabeza que tiene entre los muslos, empujándola contra su excitado coño.

Al sentir como aquella lengua, la lame cada rincón de su insatisfecho sexo, se corre. El coño se le mueve solo, frotándose con movimientos secos, espasmódicos contra aquel apéndice carnoso que la devora…—Mmm…¡¡OOOGGG…!!  ¡¡OOOGGG…!! ME CORROOO…Uuufff… ¿Qué me pasa…?

Abre los ojos pesadamente, bajando la mirada. Ve a Paquito con la boca encajada en su coño, lamiéndola cómo un sabueso.

En aquel instante Paquito levanta los ojos hacía su madre. Ausculta la mirada materna. No ve enfado ni enojo en los ojos de su mamá, sí qué, está excitada, cachonda pérdida.

Concheta al mirar a los ojos a su hijo, queda sorprendida. Siente que, el placer aumenta al descubrir quien la está devorando, aunque intenta negárselo a ella misma.

—N-no…nnnooo…OG ¡¡P-PA…QUITO!! No pued…es hacer esto a ma-mamá…

Sin apartar la mirada de los ojos de su madre, el adolescente lame con más deseo. Mete la enorme lengua hasta el fondo, sintiendo como el excitado coño late a cada lametazo.

Concheta sigue mirando a los ojos a su hijo. Siente como la lengua le lame todo el coño, arrancándola pequeños orgasmos encadenados. La mente le dice que no es bueno aquello. Pero su cuerpo no reacciona. Coge la cabeza de su hijo, frotándole el coño contra aquella endemoniada lengua, que la mata de placer. De su boca sale un débil no, con la voz tomada por la salvaje excitación sexual, y morbo en estado puro…—N-no…¡¡OG…!! Me corrooo sin parar, esto…es sucio…Mmm.

Paquito atrapa entre sus labios el clítoris. Al sentir como le chupa su hijo el clítoris, pone los ojos en blanco, volviéndose loca de placer.

—¡¡AAAYYY…PAQUITO!! ¡¡AAAYYY…!! SÍ CHUPA AHÍ…ME MATAS…CHUPA LA PIPA…ME CORROOO…

La excitada madre sacude con violencia el coño contra la boca que la mata de placer. El adolescente la tiene fuertemente cogida con sus enormes brazos.

Nada más correrse la madre, el adolescente se pone de rodillas, cerca de ella. Tiene las mejillas rojas hasta las orejas. La madre lo mira sería, sin estar enojada por lo que acaba de suceder.

—M-mamá…déjame m-meterla…¡¡porfa!!

Concheta al oírlo, no pude evitar sentir una punzada de excitación que le llega hasta el coño, al ver lo gruesa y dura que tiene la polla su hijo mulato.

Mientras se muerde el labio inferior piensa obscenamente para ella misma —P-pero… ¿Cuándo ha crecido tanto este crío…por Dios…? ¡¡QUÉ POLLA!!

Sonrojada igual que el hijo, aún se siente latir el coño, le responde —E-es…to que hemos hecho está mal Paquito. Las mamás y los hijos no pueden hacerlo, es incesto. ¿Lo entiendes nene?

Concheta observa la verga, que está pegada al vientre. La gruesa cabeza amoratada, parece está amenazándola con follarla, dejando escapar alguna gota de líquido pre seminal.

Más excitada y caliente de lo que quiere reconocer, la madre estira la mano hasta coger la polla. Cierra morbosamente los dedos, cómo comprobando el grosor y la dureza, tironeando la verga. Nota cómo late, gana grosor y dureza a cada caricia de ella.

Con el rubor hasta las orejas, y la voz tomada por la excitación le dice al hijo —E...es-está muy dura. ¿Tú confías en mamá, nene?—.

Al decirle esto, se nota el coño más húmedo por el deseo incestuoso que está sintiendo —S-sí…mamá— responde el excitado adolescente.

—Está bien cariño, quiero que cierres los ojos y no los abras hasta que yo te diga—. Mientrás le ordena esto, le tironea la verga, haciendo se acerca más a ella.

La polla está a no más de un palmo de su cara. Acaricia toda la verga lentamente, sintiendo cómo vibra. Lleva la mano hasta la base, acariciando las negras pelotas. Le parece que están llenas de leche.

Las caricias ponen más caliente a Paquito, haciéndolo gemir de placer —¡¡Oh…mamá!! — empuja las caderas,  acercando la gruesa cabeza a su madre, que está hipnotizada, con la boca reseca, excitada y caliente.

Titubea toda sonrojada al decirle —n-nene…cie…rra la ojos y no se te ocurra…abrirlos o mamá se va a enfadar mucho.

—Sí…mamá, no los abro.

 Nada más cerrarlos, la madre engulle la gruesa cabeza.

Apenas es capaz de tragarse la gruesa morcilla. Atrapa el cipote entre los labios y el paladar. Cierra los labios intensamente, saboreándolo, dándole lengüetazos sin dejar de mirar al hijo.

Nada más tragarse el cipote siente cómo se le inunda el coño. Nunca se ha sentido así de caliente con ningún hombre. A la vez acaricia toda la barra de carne, y los gruesos huevos.

Paquito sorprendido al sentir la caricia, brama de placer —¡¡OOOHHH MAMÁ…!! Sigue…no pares…Mmm. La madre excitada cómo el hijo, se traga la polla, usando la boca cómo si fuera su coño, moviendo la cabeza rápidamente. Acaricia la polla del hijo, notando cómo gana grosor y dureza con sus caricias.

—MMMPPP…MMMPPP…MMMPPP…— interrumpe un instante la mamada para recordarle —no abras los ojos nene…— al momento sigue lamiendo toda la polla, hasta lengüetear con vicio los hinchados huevos.

—UUUFFF…¡¡MAMÁ…!! Que rico lo siento…

La madre excitada y caliente, a cada mamada se traga más la verga. Excitado Paquito sujeta a su madre del pelo con ambas manos. Al sujetarla así,  enviste las caderas follando la boca. Sorprendida, se la traga toda notando como la polla gana grosor y dureza

—OOOHHH…¡¡OH MAMÁ!! SÍ NO PARES

— ¿P-PAQUI…TO? MMMPPP…MMMPPP…MMMPPP…

El adolescente acelera el mete saca, sintiendo como su madre le lengüetea el cipote en cada envite, haciendo que se corra estrepitosamente.

—UUUFFF…MAMÁ ME MEOOO…SIENTO ALGO MUY RICO…¡¡OOOHHH…!!

—MMMPP...MMMPP...MMMPP...NO TE MEAS CARIÑO, ES LA LECHE, CORRETE, DASELA A MAMÁ…MMMPPP,

MMMPPP, MMMPPP…

El hijo sujeta la cabeza de la madre. Soltándola fuertes chorretones a cada envite… —OH…OH…OH…TÓMA LA LECHEEE…¡¡¡MAMÁ…!!! TÓMAAA…OH…OH…OH… La pervertida y excitada madre traga cómo puede, los chorretones de leche. Cuándo traga el último chorretón, lame con vicio la gruesa cabeza. Limpia todo rastro de la leche, que le parece tiene un sabor único y exquisito.

Para su asombro la polla sigue prácticamente igual de tiesa. Se nota el coño inundado de jugos. Latiéndole cómo nunca lo ha sentido antes.

Nerviosa y más excitada que, antes de darle la mamada le dice —A-abre ya…l-los ojos Paquito… —.

Nada más oírse, se siente las mejillas púrpuras, como si le ardieran.

El hijo tiene un brillo en los ojos que excita más a la madre. Sin querer darla tregua, vuelve a pedirle lo mismo que antes del sexo oral —mamá déjame la meta…un poco por fa…

El adolescente está sentado sobre los talones, entre los muslos abiertos de la madre. La gruesa cabeza está a pocos centímetros del sexo que, se muestra abierto, brillante y húmedo de jugos. La madre está con la mirada hipnotizada por la amoratada cabeza.

El adolescente se levanta quedando erguido sobre las rodillas. Se acerca a la madre susurrándola — Q-quiero besarte como si fueras m-mi novia…mamá—.

La madre al ver que, está echándose el grandote adolescente sobre ella, intenta pararlo oponiéndole los pies. Esto provoca que ella misma acabe poniendo los tobillos en los hombros del hijo. — Q-quiero besarte mamá, como si fueras mi novia…—. Mientras la dice esto, se echa encima de la madre. Al ser tan alto y fuerte, hace que la madre acabe toda espatarrada, con los muslos abiertos del todo, con las rodillas rozándola las tetas.

 El adolescente queda echado encima de la madre, sujetando los muslos de ella con sus brazos. Ella está con las nalgas en vilo, con todo el coño ofrecido.

En esta postura la verga queda apoyada encima del coño. Paquito acerca la boca a la cara de la madre, besándola mimosamente en la mejilla. La mano de la madre coge la verga, frotándosela contra el húmedo coño.

Al roce de los labios la respiración de ambos se agita. La madre gime quedamente —Mmm… ¡Paquito las madres y los hijos n-no se pueden besar cómo los novios…!— le responde sin ninguna convicción.

A la vez, se pinta el coño con la gruesa cabeza, como si fuera una brocha de carne. El hijo envite lentamente adelante y atrás la verga.

Con timidez Paquito apoya sus labios contra los de su madre.

Excitado aprieta los labios, sacando la punta de la lengua. Lame los labios de la madre de forma torpe, cómo si los pintara.

Concheta más excitada al ver lo que pretende su hijo, le dice que no sin ninguna convicción.  Abraza al hijo pasándole los brazos por el cuello. El coño se le mueve solo, frotándose contra la gruesa morcilla. El grueso cipote se frota una y otra vez, poniendo cachonda pérdida a la pervertida madre.

Incapaz de resistir la excitación, y tortura a que la somete su hijo disminuido, frotándola la cabeza de la polla, gime excitada —Mmm…¡¡OG…PACO!!

Abre su boca haciendo que ambas lenguas se acaricien fuera de las bocas. El adolescente se excita, sintiendo su corazón cómo el de un caballo.

—MMMPPP...¡¡MAMÁ!!—MMMPPP…¡¡NENE!!

Las bocas se unen, aumentando los dos los envites de sus caderas. La madre agarra la polla, enfilándose el cipote  en su abierto y húmedo coño.

Aúllan al unísono al sentir como la polla penetra el lubricado coño.

—¡¡¡OOOHHH MAMÁ…!!!—OOOGGG…¡¡¡PACO!!!

El chico grita el placer que, siente al notar como el estrecho y lubricado coño de la madre le aprieta la polla.

—¡¡OOOHHH…MAMÁ!! TU  CHOCHO ES MUY ESTRECHO Y JUGOSO…

La madre excitada al sentir la gruesa polla como la penetra,  grita igual que el hijo — ¡¡AAAHHH…PACO!! TU POLLA ES…MUY GRUESA…hijo…sácala…no podemos…es incesto…

Aunque su madre le pide que se la saque, siente como el coño le atenaza más la polla a cada envite.

Madre e hijo deshacen el morreo, observando morbosamente cómo la polla penetra más profundo a cada envite.

El coño chorrea de jugos la verga, haciendo un guarro chapoteo acuoso,  a cada mete saca, excitándolos cómo animales.

—PLAFFFSSS…PLAFSSS…PLAFFFSSS…PLAFFFSSS…

—TU CHOCHO SE TRAGA MUCHO MI POLLA…TE LA METO TODA…¡¡MAMÁ…PUTA!!

Concheta, con el rubor purpura en sus mejillas por el morboso y lujurioso incesto, atenaza a su pequeño, con sus rotundos muslos por los riñones.

Levanta las nalgas del colchón, ofreciéndole así todo el coño en vilo al hijo.

Así el hijo descubre que la puede penetrar mucho más. Excitado le da un mete saca profundo a la madre, haciendo que sus pelotas choquen con el coño, en cada envite.

—¡¡¡MAMÁ!!! Así te meto más la polla...OH, OH, OH…¡¡Qué chocho…!!

Ella solloza de placer, al notar cómo el hijo se la  mete toda —¡¡PACO!! Así me la clavas mucho…AH, AH, AH…Métela sin prisa…

 La madre con su mano guía la verga en cada mete saca. Como si se asegurase  de que no se le va a salir.

El adolescente al verse cogido así, enviste con fuerza la polla dentro del coño. La hace gritar de placer.

— AAAHHH ¡¡¡…HIJO!!! LA ESTÁS METIÉNDO MUCHO.

—UUUFFF…TU CHOCHO SE TRAGA MI POLLA…¡¡MAMÁ!! ESTÁ MUY CALIENTE Y HÚMEDO…QUÉ RICO TE FOLLO…

—NO ME DIGAS ESAS COSAS PERVERSO…¡¡AAAHHH!!

La madre solloza cachonda pérdida, al sentir el grueso cipote en el fondo del coño.

—¡¡OOOGGG…PACO!! ME LA ESTÁS METIÉNDO TODA…

Decidido a que su madre sea «su novia», el chico a pesar de ser disminuido, excitado y nervioso se atreve a decirla—M–mamá... ¿Q–quieres ser mi novia…?

La madre al oírlo preguntarle aquello, se contagia de su vástago.

—Oh…Paco, eres un chico sucio y pervertido… ¿Quieres que tu madre sea tu novia…?

Al oírse ella misma sus mejillas se ponen tan rojas como las de su hijo.

Las bocas se acercan con timidez. Las miradas de ambos están llenas de lujuria y deseo incestuoso. Paquito coge con fuerza a su madre, de las nalgas, haciendo que levante más el culo del colchón. La madre gime excitada de verse cogida así por su hijo…—¡¡ AH NENE…!! Los muslos maternos lo atenazan por los riñones.

Con los cuerpos en vilo, las bocas se unen quedando selladas. El rubor cubre las mejillas de madre e hijo, por el incesto que están cometiendo.

Paquito enviste con fuerza la polla en cada envite a la excitada y cachonda madre.

Excitado como un animal, folla a la madre culeándola cómo un perro rabioso, con un mete saca rápido y profundo. Deshace el morreo, ocultando su cara en la melena negra de la madre, susurrándola loco de placer.

—¡¡OOOHHH…MAMÁ!! TE METO TODA LA POLLA…TU CHOCHO ME LA APRIETA MUCHO...

Concheta se agarra al hijo cómo una garrapata. Caliente y cachonda de follarse al hijo, le susurra de forma morbosa — OOOGGG…ME LA METES MUCHO…FOLLA A TU MADRE…¡¡LADRÓN!!!

El acuoso chapoteo que hacen coño y polla a cada mete saca, los excita como a bestias.

Madre e hijo sollozan y gimen morbosamente a cada envite…

—PLAFFFSSS…PLAFFFSSS…PLAFFFS…¡¡OOOHHH MAMÁ…!!

—OOOGGG…¡¡PACO…!! QUÉ POLLA TIENES CARIÑO…

—PLAFFFSSS…PLAFFFSSS…PLAFFFSSS…QUÉ CHOCHO…

La madre sigue el ritmo del hijo, gimiendo como una guarra para que no deje de follarla.

   —AAAHHH…ME CLAVAS TODO EL CIPOTE…¡¡FÓLLAME CARIÑO!! NO DEJES DE FOLLARME…MMM.

—PLAFFFSSS…PLAFFFSSS…PLAFFFSSS…TOMA EL CIPOTE MAMÁ…

Se dejan caer en la cama. Paquito cogiéndola del culo, levanta las nalgas de la excitada madre, metiéndola toda la polla hasta chocar las pelotas en cada envite.

—¡¡OOOHHH…MAMÁ!! QUÉ CHOCHO TAN CALIENTE TIENES...TÓMA MÍ POLLA ASÍ PLAFFFSSS…PLAFFFSSS…PLAFFFSSS…¡¡GUARRA!!

—¡¡AAAHHH…PACO!!…FOLLAME EL CHOCHO ASÍ…¡¡OG…!! ¡¡OG…!! ¡¡OG…!!

Al escuchar a la excitada madre, el hijo acelera el mete saca, hablándola excitado.

—UUUFFF…MAMÁ QUE RICO TE FOLLO…TÓMA CIPOTE…¡¡GUARRA!!

—¡¡AAAYYY…NENE!! ME  LLENAS TODO EL CHOCHO…QUÉ POLLA TIENES…

El hijo acelera el mete saca al sentir que va a correrse.

—ME CORRO MAMÁ SIENTO ALGO MUY RICO…OOOHHH…

La madre al notarlo, atenaza con su coño la polla, sintiendo cómo se pone más gruesa y dura. Excitada como un animal, ordeña la verga de su pequeño, al sentir como la llena toda en cada envite.

—DALE A MAMÁ LA LECHE…¡¡OOOGGG…HIJO!! ME SACAS LOS JUGOS A CHORROS…MÉTEME ASÍ TODA LA POLLA…ME MATAS DE PLACER…¡¡CABRÓN!!…CORRETE EN MI CHOCHO…

—PLAFFFSSS…PLAFFFSSS…PLAFFFSSS…TOMA TODA LA POLLA MAMÁ…ME CORROOO…¡¡PUTA!!…

—¡¡AAAYYY…QUÉ POLLA!! AAAYYY…SÍ LLÉNAME EL CHOCHO DE LECHE…ME CORROOO…HIJO…FOLLAME ASÍ EL CHOCHO…

Las bocas de ambos quedan unidas, resoplando al mismo tiempo los dos. A cada envite deja un chorretón de leche en el coño de la madre.

Ella gime fuera de sí al notar los chorretones de leche caliente, cómo la abrasan por dentro…

—TÓMA LA LECHE MAMÁ…ME CORRO MUCHOOO…

—ME QUEMA TU LECHE…DAMELA TODA…¡¡GOLFO!!

Paquito sigue envistiendo su gruesa y dura verga, cómo si no se hubiera corrido.

La excitada madre solloza a cada envite, notando los últimos chorros de leche en el fondo del coño.

—PLAFFFSSS…—¡¡OG…!! —PLAFFFSSS…—¡¡OG…!! —PLAFFFSSS…—¡¡OG…!! —PLAFFFSSS…—¡¡OG…!!

Con el último chorretón de leche, ambos quedan uno encima del otro.

Concheta se despierta con una sonrisa en los labios. Se pasa la mano por la cara, como intentando recordar qué sucedió antes de quedarse dormida. Al recordarlo de golpe, gira la cara descubriendo a su lado a Paquito.

Lo observa con la boca entre abierta. Ha soñado que follaba en sueños con él. Pero no ha sido un sueño. El adolescente tiene una erección enorme.

La verga parece vibrar cada pocos segundos. La mirada de la madre queda atrapada. Recuerda como la gruesa cabeza, que está amoratada y de un grosor exagerado, la ha follado, como no ha sido follada antes de ayer.

Agarra la verga cerrando morbosamente los dedos. Los aprieta con fuerza, sorprendida de la dureza de la barra de carne. Sin apartar los ojos de la cara de Paquito, pasa la lengua por toda la polla, saboreándola, aspirando el olor de la polla. Se obliga a soltar la verga del hijo. Sale del dormitorio desnuda, con un top de algodón en una mano, y una tanga brasileña en la otra.

Mientras se calienta el desayuno, friega los platos de la cena.

Absorta en cómo su hijo la ha follado, como ningún hombre la ha sabido follar nunca, no lo siente acercarse a ella. Los fuertes brazos del enorme adolescente la rodean por la cintura.

El hijo la muerde el cuello, y la chupa la oreja, haciendo que la madre sienta rápido, cómo se le humedece el coño.

—H-hola…mamá…quiero seas mi…novia…—. La besa de forma zalamera, como un crío mimado. A la vez frota el enorme bulto de la polla contra las nalgas de su madre.

Paquito mete las manos por debajo, cogiendo las tetas como si fueran un tesoro.

La madre al sentir la dureza de la polla, no puede evitar que el culo se le mueva solo, frotándose contra la verga.

Concheta aún está pensando en cómo su disminuido hijo, ha mejorado durante estos años sin que ella se percatara. Paquito acaricia los pezones, entre sus dedos, estirándolos, haciendo que ganen grosor y dureza.

Soltando una teta, mete la mano en la tanga, llenándose la mano con el peludo coño. Enseguida descubre lo húmedo que ya está.

Hurga el coño metiendo un dedo de forma torpe, pero eso no impide que excite rápido a la madre —Mmm…AH ¡¡PACO!!

El dedo hurga el coño, metiéndose del todo. La madre le moja el dedo de jugos. Paquito mete otro dedo, rozándole todo el coño a la madre. Ella no lo resiste — Mmm…AH, AH, soy tu madre hijo per…verso…AH, AH…me metes mucho los dedos…ME CORROOO…¡¡PACO!!

El adolescente acelera el mete saca de los dedos. Se echa hacia atrás, arrastrando con él a su madre. El chico cae de culo en medio de la cocina, con su madre sentada encima de él. Ella mueve las caderas de forma convulsiva, mientras los dedos la siguen follando.

Nada más correrse saca la verga del encierro del bóxer. Está como una barra de hierro. Después de masajearla comprobando la dureza y grosor, se pinta el coño con la gruesa cabeza.

Se enfila el cipote entre los abiertos labios, brillantes de jugos. Aúlla de forma vulgar al sentir como la penetra el cipote de su hijo — OOOGGG…¡¡COÑO!!— a la vez que sacude la leonina y oscura melena, por el morbo y placer que la recorre toda la piel.

El adolescente sorprendido aúlla a la vez que la madre.

—UUUFFF ¡¡MAMÁ…!!

LL hijo le coge las tetas, pellizcando los gruesos pezones entre los dedos.

La madre imitando a una amazona, se echa hacia atrás, apoyándose con ambas manos en las caderas de él. En esta postura lo cabalga, sintiendo como las gruesas pelotas le rozan el coño en cada envite…

— AAAHHH…¡¡¡QUÉ POLLA…!!! ME LLENAS TODO EL CHOCHO CARIÑO…COGE MIS TETAS…AAAHHH.

— OOOHHH…¡¡¡TU CHOCHO…!!! QUE JUGOSO Y ESTRECHO…QUE RICO TE LO FOLLOOO…

— AAAYYY…¡¡¡PACO…!!! TOMA MI COÑO HIJO…FOLLAMELO ASÍ…ME CORRO YYYAAA…

La madre al llegarle el orgasmo cómo un latigazo, se deja caer en el pecho del adolescente. Paquito la suelta las tetas, levantando los muslos de la madre. Así le da un mete saca profundo, volviendo loca de placer a Concheta.

—PLAFFFSSS…PLAFFFSSS…PLAFFFSSS…OOOHHH QUÉ CHOCHO MAMÁ…TOMA POLLA ¡¡¡PUTA!!!

—AAAYYY…AAAYYY…¡¡¡PACO!!! ME LA METES  TODAAA…ME MATAS NENE…ME CORROOO. Arrastrado por su madre, se corre dándola unos envites secos y profundos. A cada envite el hijo la llena con un abundante chorretón de leche…

La mano de Concheta coge la verga y las pelotas, acompañando cada envite del hijo.

—¡¡¡MAMÁ…!!! ME CORROOO YA…TOMA LA LECHE...COMO FOLLAS…GUARRA…ME CORROOO…

—AAAHHH…ME QUEMAS NENE…LLENAME EL COÑO DE LECHE…AAAYYY…QUE CHORROS ME DAS GOLFO…

—¡¡¡PUTA!!!...ME CORRO MUCHOOO…TÓMA LECHE…

Los siguientes días no deja que la folle. Después de pensarlo mucho, la pervertida madre está decidida a pervertir a su pequeño, accediendo  al deseo expresado por él, de que sea «su novia».

Desde que ha follado con Paquito, ha dejado de follar con los clientes que vienen a comprarle droga.

El sábado decide hacerle al adolescente su plato favorito: Macarrones con tomate. El chico después de  más de dos semanas de no follarla, devora a su madre con ojos saltones, cada vez que pasa delante de él. Concheta viste siempre una camiseta muy corta que no la cubre las nalgas.

Y para empeorarlo lleva tangas que dejan las nalgas desnudas del todo, dejando escapar pelos de su peludo coño por entre la tela.

A punto de comer, con los platos en la mesa, Concheta se acerca al hijo, con las mejillas sonrojadas por el rubor.

—P-paco…— titubea excitada, algo nerviosa— Desde…esta noche…si quieres puedes dormir con mamá…—le dice con un hilo de voz, bajando la mirada, con el rubor en  los pómulos.

Paquito la mira en silencio con la boca entre abierta. Coge a la madre de la cintura, acercándola a su silla. Hace que se siente encima de sus muslos. La besa tímidamente en los labios, rodeándola con sus fuertes brazos por la cintura.

Al sentarse la madre nota la dureza de la verga, que amenaza con romper el bóxer. Concheta abre la boca, haciendo que las lenguas se acaricien fuera, con una gran cantidad de saliva.

Al sentir la lengua de la madre el chico gime sin deshacer el incestuoso beso —MMMPPP…¡¡MAMÁ!!—MMMPPP…¡¡PACO!!

La mano de la madre libera la polla del encierro. La masajea excitada, cachonda pérdida. Sin perder un segundo se enfila el grueso cipote en el coño, apartando la tanga.

El chico la empala toda la polla, atrayéndola hacia él. La madre se queja sollozando, al notar como la llena toda la verga —AAAYYY ¡¡CABRÓN…!!

Agita las caderas, haciendo que la polla la penetre hasta el fondo del coño.

Paquito le quita la camiseta, comiéndole las tetas como si fuera un bebe. La madre no aguante más de diez minutos sin correrse. El adolescente la folla por una hora, hasta que la madre la grita que la llene de leche, que no puede ya más.

—CORRETE NENE…DAME LA LECHE YYYAAA…ME MATAS CON ESA POLLA…

Espoleado por la voz materna, Paquito la llena con potentes chorretones…—¡¡¡MAMÁ…!!! ME CORROOO EN TU CHOCHO PUTA…TÓMA LA LECHE…UUUFFF…

A cada chorretón de leche la madre sacude el coño de forma seca, exprimiendo la gruesa verga.

—¡¡¡PACO…!!! TU POLLA ESTÁ MÁS GRUESA…AAAYYY…ME QUEMA TU LECHE…SÍ CUANTE LECHE TIENES HIJO…FOLLA ASÍ MI CHOCHO…LLENAMELO...AAAYYY.

Después de comer Concheta se pone a fregar los platos, sintiendo aún cómo le late el coño. Siente el esperma de su hijo, como le baja por los muslos.

Jamás ha disfrutado del sexo de esa manera tan salvaje. Está cometiendo incesto con su hijo disminuido psíquico. Si se enterará alguien, la encerrarían en un psiquiátrico seguramente.

Su cuerpo está despierto y excitado, como jamás lo ha sentido antes. Absorta en estos pensamientos, no ha escuchado llegar a Paquito. Está detrás de ella, observándola, excitado.

El adolescente mira las nalgas de su madre, que están desnudas a la vista, con la tanga brasileña encajada entre las nalgas.

Algunos pelos negros y brillantes de jugos, asoman entre los muslos, dándole aspecto de ser un coño GUARRO Y TRAGÓN.

Paquito se arrodilla detrás de su mamá sin que esta se entere de nada, absorta en el placer que su hijo le ha sabido dar.

Rápido cómo un rayo, el chico aparta la tanga, aprovechando que la madre está con los muslos separados, apoyada en la pica de los platos.

Separa las mollas del culo, abriendo los húmedos y carnosos labios a lametazos rápidos e intensos, como si fuera un perro lamiendo su comida favorita. La madre no tiene tiempo de nada. Sólo siente cómo una lengua la devora todo el coño, dándole un placer cómo nunca ha sentido antes.

—…P-pero…Mmm…¡¡AH…DIOS!!

El adolescente mete toda la lengua hasta el fondo del coño materno. El olor íntimo de su madre lo tiene drogado.

—SLURPPP…SLURPPP…SLURPPP…MMM…QUÉ CHOCHO TAN SABROSO Y DULCE TIENES MAMÁ…

La madre siente como su pequeño la lame cada rincón de su coño. El cuerpo se le mueve solo, frota el coño contra la boca de su hijo, para que no deje de darla placer…

—OG…OG…OG…nadie me ha comido así el coño nunca…me sacas los jugos…Demonio...ME CORROOO…¡¡¡NENE!!!

El instinto del hijo hace que al sentir como se corre su madre, la atrape el clítoris entre los labios y la lengua, chupándolo como un caramelo.

—¡¡¡AAAHHH…!!! SÍ CHUPA MI PIPA ASÍ…ME MATAS HIJO PERVERSO…AHÍ SÍ…CHUPA MI PIPA ASÍ…ME CORRO CARIÑOOO…

Concheta sacude con movimientos secos y violentos el coño contra la boca de su pequeño. El adolescente la tiene bien sujeta con sus grandes manos.

Paquito deja de comerle el coño a su madre por unos instantes. Se incorpora de pie detrás de ella, sin soltarla.

Con una habilidad impropia para un adolescente de dieciséis años, penetra a la madre de una embestida.

Consigue enfilar el grueso cipote entre los abiertos y carnosos labios, sin ayudarse de  las manos. Al sentir en el cipote lo húmedo y caliente que está el coño de la madre aúlla de gusto, embistiendo toda la polla —Uuufff…¡¡MAMÁ!!

Tironea del pelo a la madre, haciendo se recueste hacia delante, en la pica de los platos.

La madre al sentir como su pequeño la embiste cómo un animal, empalándola toda la polla, aúlla al unísono que el hijo.

—AAAYYY…¡¡PACO!!

El coño materno chorrea jugos cómo un grifo mal cerrado.

Paquito se echa en la espalda de la madre, culeándola con embestidas profundas y lentas, rodeándola con sus fuertes brazos. Agarra las tetas, llenándose las manos, titilando los pezones hasta ponerlos como piedras.

—OOOHHH MAMÁ…TIENES EL CHOCHO MUY CALIENTE Y JUGOSO…QUE RICO TE FOLLO…

Concheta está con los ojos en blanco, sintiendo como la polla de su hijo la llena todo el coño en cada envite. A cada embestida de él, siente como se le mueve solo el coño, al ritmo que le marca su «disminuido hijo», sollozando y gimiendo a cada mete saca.

—AH, AH, AH…Me metes mucho la polla…AH, AH, AH…Cómo me follas el coño cariño…

Al oírla Paquito se incorpora, sujetándola por las caderas.

En esta postura le da un mete saca diabólico, más rápido haciendo se corra la madre a chorros.

Las pelotas chocan en el coño a cada envite. El chapoteo acuoso enerva los sentidos de madre e hijo.

—UUUFFF…¡¡¡MAMÁ!!! QUE RICO TE FOLLO ASÍ...TÓMA POLLA…QUÉ BUENA ESTÁS…¡¡¡PUTA!!!

—AAAYYY…¡¡¡PACO!!! ME LA METES TODA…¡¡¡ME CORROOO…!!! GOLFO QUE  BIEN ME FOLLAS HIJO…

Paquito se echa hacia atrás al sentir como el coño de la madre le exprime la verga.

Cae de culo en medio de la cocina, con su madre sentada encima de él, dándole la espalda.

Fuera de si la madre se quita la camiseta. Con la polla de su hijo dentro del coño, cabalga al adolescente, haciendo que el hijo la levante en cada mete saca, cogiéndola por las nalgas. La viciosa madre se apoya en los fuertes muslos del chico, sin dejar de mirar como la gruesa morcilla negra penetra toda en su excitado coño.

—AAAHHH, AAAHHH…Se me mueve solo el coño…me haces correrme sin parar…¡¡¡QUÉ POLLA!!! FOLLA, ¡¡¡FOLLAME NENE!!!

Paquito excitado nalguea a la madre, hablándola soez.

—OOOHHH…QUÉ RICO MUEVES EL CHOCHO…¡¡¡GUARRA!!!

Nada más nalguearla hasta ponerla el culo rojo, le da un mete saca diabólico, profundo. Las pelotas chocan con fuerza en el peludo coño. La madre al ver cómo la folla, con su mano acompaña la verga y las pelotas en cada mete saca.

—AAAHHH, AAAHHH, SIENTO TU CIPOTE EN EL FONDO DEL CHOCHO…COMO ME FOLLAS…¡¡¡GOLFO!!!

Excitado por las palabras de su madre, la tironea del pelo.

Concheta acaba estirada de espaldas, en el pecho de su pequeño. En esa postura, toda espatarrada, el adolescente la folla con envestidas rápidas y profundas.

Paquito la coge de las tetas, llenando a su madre de leche con fuertes chorretones a cada envite.

—UUUFFF ASÍ TE LA METO TODAAA…CÓMO FOLLAS MAMÁ…ME CORRO EN TU CHOCHO…¡¡¡PUTA!!!

—OG…OG…OG…ME LLENAS TODO EL CHOCHO…SÍ DAME LA LECHE CARIÑO…

                                                                                     DURMIENDO JUNTOS MADRE E HIJO.

Cuándo Paquito se acuesta, huele rápido el olor íntimo de su madre en el aire de la alcoba.

Concheta se siente por un lado excitada y cachonda, por dejar que su pequeño duerma con ella, teniendo ya dieciséis años. Por el otro la embarga un sentimiento de reproche y culpabilidad, por pervertir a su hijo, en una relación anti natura e insana.

Nada más acostarse el adolescente, se pega a sus nalgas, dejándola sentir la erección que tiene. Para su sorpresa, su retraído hijo se atreve a acostarse todo desnudo.

Se siente las mejillas arder en una mezcla de morbo y vergüenza. El chico hunde su cara en su negro y denso pelo, oliéndola profundamente. Paquito deja su mano encima del poblado coño.

Así queda dormido el adolescente. Concheta despierta a media madrugada, descubriendo su coño empapado de jugos.

Al mirar a su lado descubre que su hijo sufre una erección exagerada. A oscuras lame la gruesa cabeza de la polla, pasando la lengua por el glande. Lame algunas gotas de líquido pre seminal, saboreándolo como un néctar.

Recorre sin prisa toda la verga, con la lengua, saboreando cada lametón. A la misma vez con las manos acaricia la gruesa morcilla, sin dejar de acariciar las gruesas pelotas.

A cada caricia nota como la polla gana grosor y dureza, sintiéndola vibrar en su boca.

Sin dejar de mirar a su pequeño, cesa las caricias temerosa de que vaya a despertarse.

Paquito más perverso y pervertido de lo que su madre cree, se ha despertado unos instantes antes de que ella cesara sus caricias. Ha tenido que hacer un esfuerzo increíble, para no coger la cabeza de su madre, y follarla la boca cómo le habría gustado hacer.

A los pocos minutos de cesar las caricias Concheta, el hijo mete su cara en las nalgas maternas. Pasa la lengua entre los muslos, centrándose en la canaleta del coño al ano.

Concheta aún despierta no da crédito. Jamás pensó que su pequeño, con alguna deficiencia, siendo algo «deficiente y retraído», pudiese ser tan atrevido y perverso con ella.

Al sentir la lengua de su hijo, lamiéndola el ano sobre todo, siente que los pezones la duelen de lo duros que se los nota.

Lejos de interrumpirlo, se gira cómo si soñara, medio abriendo los muslos, ofreciéndole así el culo al pervertido.

Paquito picotea el ano saboreándolo con placer —SLURP, SLURP, SLURP…Mmm SLURP, SLURP, SLURP…Mmm.

La madre no puede evitar sollozar al sentir las obscenas y guarras caricias de su pequeño. Su fantasía sexual siempre ha sido disfrutar algún día del sexo anal.

Oculta la cara en la almohada, intentando que el hijo no descubra está despierta… —Mmm…mi ano…Mmm…Oooggg…

El hijo mete la lengua en el recto anal, lamiéndolo todo. A la vez mete dos dedos en el coño. Lo descubre todo húmedo y abierto. A los pocos minutos cambia la lengua por un dedo. Mete el dedo en el culo de la pervertida madre.

Mientras acaricia todo el recto, mete la lengua en el coño.

La madre siente cómo le chorrea el coño, arrancándola un orgasmo que la sacude cómo un latigazo. Se cubre la boca con la mano. Paquito levanta la vista temeroso se despierte su mamá.

Tras conseguir meter todo el dedo hasta el fondo, Paquito se echa encima de la madre, enfilando el grueso cipote en el ano.

Concheta con los ojos desorbitados no sabe qué hacer. Siente el cipote cómo la presiona su estrecho ano. Tras unos minutos de insistir, el ano cede.

Paquito al ver que ha conseguido su deseo más oculto, solloza feliz de placer, susurrándola a la madre, como si supiera que ella está despierta, cómo así es…—Uuufff mamá…tu culo.

La madre al sentir la gruesa polla en el culo, aprieta el ano, atenazando con el esfínter la gruesa cabeza. Jamás se ha sentido tan caliente y excitada.

No puede evitar se le escape un gemido —Oh…que…cipote…

Tras unos momentos Paquito envite la polla, penetrando lentamente el ano de su mamá.

En pocos minutos el estrecho culo se traga más de media polla.

Más excitado a cada instante, sabiendo que la guarra de su madre está despierta, separa con sus pies los muslos de la madre.

—Oh…mamá…qué rico te follo el culo...Uuufff…qué culo tan estrecho y tragón tienes… ¡PUTA!

Así la deja toda espatarrada con el culo todo ofrecido. La pervertida madre, solloza y gime, a cada envite de la polla, con la cara contra la almohada, apretando fuerte sus nudillos en la sabana.

—Mmm…me está follando el culo mi hijo…Ooohhh…su polla me abre todo el culo...

Paquito al tenerla toda espatarrada, le mete toda la polla hasta golpear las pelotas en el culo.

La madre le atenaza la polla con el recto, haciendo que los dos dejen ir un gemido morboso de placer.

—UUUFFF…¡¡MAMÁ!!—OOOGGG…¡¡PACO!!

En ese instante Paquito se echa encima de la espalda de ella. La culea con un mete saca lento y profundo, golpeando el duro y respingón culo a cada mete saca.

A cada envite le mete a la madre el cipote en el fondo del culo.

—¡¡OOOHHH…!! QUÉ CULO TAN TRAGÓN…TOMA TODA LA POLLA…

Ella solloza cómo una guarra, empujando su culo contra la polla, sacudiendo la cabeza a un lado y otro…

—AAAYYY…ME CLAVAS TODA LA POLLA…

Paquito al notar como su madre le atenaza la polla con el culo, se lo hace notar, excitándose más los dos.

—UUUFFF…TU CULO ME APRIETA FUERTE…TÓMA POLLA…TE VOY A ROMPER EL CULO…¡¡GUARRA!!

—AAAHHH…SIENTO TU CIPOTE EN EL FONDO  DEL CULO…AAAHHH…FOLLA MI CULO HIJO PERVERSO…

Sin resistir tanta excitación, Paquito coge a su madre del pelo, haciendo se ponga en la postura del perro.

En esta postura la folla profundamente, subiéndose en la grupa de la pervertida madre.

Le da un mete saca diabólico, como si imitara a un perro.

—OOOHHH MAMÁ ASÍ TE CLAVO TODA LA POLLA…QUE CULO TAN TRAGÓN TIENES…PUTA…TOMA CIPOTE…

Concheta al ver como la folla así su hijo, se corre por el culo arrastrando con ella a su pequeño…

—AAAYYY…ME ROMPES EL CULO…¡¡CABRÓN!! AAAYYY…ME METES TODO EL CIPOTE…ME CORRO NENE.

—UUUFFF MAMÁ ME ORDEÑAS LA POLLA…SÍ TOMA EL CIPOTE ME CORRO EN TU CULO…

—AAAYYY…TU CIPOTE ME LLEGA HASTA EL FONDO…DAME LA LECHE PACO…ME CORROOO…

A los pocos días de estar durmiendo juntos, Concheta fue encerrada por tráfico de drogas y un delito contra la salud pública.

                  

                                                                                                                     FIN

 Espero que os haya gustado esta primera parte, y además de votarlo, opinéis en la web qué os ha parecido.

                                                                                                       Azalais©copyright2019

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