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Paulina (II)

en No Consentido

Antes que nada le quiero aclarar a todos esos gueones calientes que me han escrito que soy hombre, esta bien? y bastante hombresito para mis cosas. Asi que dejense de propuestas gueonas y hagan criticas constructivas hacerca del relato.

Paulina (II)

....Estaba a unos pocos metros de mi casa cuando divisé a mi padre discutiendo fuertemente con nuestro vecino de al lado, un viejo con mas menos 5 decadas encima, enemigo de él desde que nos mudamos a esta casa ya que asegura que mira de una manera descarada a cualquier mujer que se le cruce, incluyendo a mi madre y a mí. Cosa que molesta sobre manera a un hombre recatado como mi padre.

Cuando entre a la casa, ansiosa por ducharme y sacarme la peste que me había pegado aquel hombre, me cruce con mi madre y temiendo que me preguntara por mi aspecto le indique por la ventana la pelea de mi padre con el vecino con el objeto de distraer su atención.

--¿Paso algo?-Le pregunte, simulando interés.

--Estaba regando los árboles del jardín, cuando tu padre sorprendió a ese viejo gordo con un par de hombres que recogen la basura mirándome y haciendo comentarios acerca de mí--Respondió ella con un leve tono de repugnancia.

--¿Qué pasa?, Parece que también empezaste a odiar al vecino--Insinué mientras entraba al baño.

--Si, ese degenerado me tiene arta--Replico alejándose a la cocina.

Mientras me duchaba repase lo que me había sucedido en el bus. No entendía que me había pasado; como había actuado, ni lo que había sentido. Al rato deje de quebrarme la cabeza haciéndome esas preguntas y lo volví a vivir en mi cabeza, sin poder evitar masturbarme(por primera vez en mi vida) con un dedo en la boca y el otro en mi trasero. Cuando me secaba me puse a pensar en lo que había provocado la pelea de mi padre con el vecino; pelea que suponía terminada ya que escuchaba a mi padre hablar con mi madre en la cocina. Por lo que pude escuchar, la recriminaba por las prendas que usaba, muy pequeñas por cierto, que dejaban al descubierto sus hermosas piernas, su cintura y su extraordinaria piel tostada. Antes de continuar debo decir que si hay una mujer a la que envidie por su belleza esa es mi madre; su nombre es Susana y es simplemente perfecta. Yo herede de ella todo lo que tengo; mis piernas largas y bien formadas; mi cintura de Barby; mi hermosa y sensual carita y mis bien formadas tetas, aunque debo decir que las de ella son de mucho mayor tamaño, lo que provoca un desorden de hombres a su alrededor cuando sale de casa. Por esto no me extraño que el vecino y esos dos basureros, que yo supongo son los mismos que me miran con cara de perros en celo cuando me los topo en la calle, hayan estado mirando a mi mamá.

Esa noche tome mi diario, el cual llevo a todas partes, y detalle mis experiencias de ese día sin poder evitar recrearlas en mi mente y correrme otra vez.

Al día siguiente, en la escuela, no me podía concentrar en nada y justo al principio del día me tocaba gimnasia. Clase dirigida por el sueño erótico de mis compañeros, la profesora Vivian. Esta no perdió tiempo en empezar la clase y yo, entre mi sueño y mi desconcentración, no pude seguirle el ritmo, lo cual le extraño ya que yo era su mejor alumna. Me pregunto que me pasaba y le dije que me sentía un poco mal. Ella me autorizo para ir a ducharme y cambiarme. Yo contenta le hice caso y me fui a los camarines.

Luego de ducharme salí de las regaderas envuelta en mi toalla cuando me di cuenta que alguien estaba espiándome desde detrás de unos casilleros; lo note gracias a la figura que formaba su sombra en las rendijas de su escondite. Me puse nerviosa y me senté sin saber que hacer, al cabo de unos minutos me calme y deduje que el voyerista debía ser el conserje de la escuela, al cual me había topado antes de entrar a los camarines. El conserje era un hombre no muy viejo de unos 30 años; muy moreno de 1.60 de estatura conocido en la escuela como el cojo Juan ya que al parecer tenia una pierna más corta, lo que le provocaba una leve cojera al caminar.

De pronto empecé a sentir esa sensación entre mis piernas al saberme espiada por un degenerado que seguramente ansiaba verme desnuda. Esta sensación me descontrolaba y hacia que olvidara todos mis temores; ya era consciente que me gustaban los hombres asquerosos que quisieran aprovecharse de mí y gracias a ellos había experimentado las sensaciones más placenteras de mi vida, por lo que decidí dejarme llevar por mis deseos y darle algo para que disfrutara ese maldito fisgón (disculpen el vocabulario, pero me excita insultarlos, me hace sentir ultrajada). Con esta decisión me pare lenta y sensualmente mientras me quitaba la toalla.

Luego me incline a buscar una crema en mi bolso parando mi trasero para que el fisgón lo observara a gusto mientras simulaba no encontrar lo que buscaba; al cabo de un rato deje de menear mi trasero y empecé a echarme crema en las tetas totalmente descubiertas; las apretaba y peñiscaba a gusto, lo que provoco que me excitara más todavía. Seguí aplicándome crema en el cuerpo, esta vez bajando por mi cintura, llegando a mis piernas y repasando de una manera muy coqueta mi trasero. Luego, producto del placer, olvide al desgraciado que me espiaba y me dedique exclusivamente a darme placer con mis caricias, haciéndome terminar con una mano en mi zorrita y la otra con un dedo metido en mi trasero. Volví a mirar los casilleros, pero la sombra ya no estaba.

Luego de vestirme me dirigí al patio, donde la señorita Vivian seguía con la clase, y me senté a observar. Al paso de un rato vi como desde la ventana de la oficina del director, estaban éste y el cojo Juan mirando detenidamente a la profesora que destacaba todas sus partes por sus transpiradas y apretadas prendas de gimnasia; en un principio no me extraño ya que la profe tiene un lindo físico esculpido por el ejercicio, creando unas fabulosas curvas entre sus piernas, trasero, cintura y pechos. Pero después me acorde de los rumores, que corrían por la escuela, de lo deseoso que estaba el director con ponerle las manos encima a la profe Vivian. Esto no me extraño cuando lo oí ya que es conocida la fama de caliente del director, incluso se rumoreaba que, pese a su mala apariencia de gordo asqueroso y los años que lleva encima, este viejo se habría cogido a varias profesoras que han pasado por la escuela. La razón, se contaba, su enorme y siempre duro miembro. Seguí observando la clase y la manera como admiraban a la profe estos dos morbosos cuando me percate que el cojo Juan me miraba más a mí que a la profe lo que reafirmo mis sospechas de que él era el fisgón de hacia un rato.

Ese día por reunión de profesores nos dejaron salir más temprano de la escuela, olvide que lo habían anunciado la semana pasada así que fue toda una sorpresa para mí. Al bajarme del autobús me sentía muy excitada por haber estado pensando en mi experiencia del día anterior durante todo el viaje, solo quería llegar a mi casa a ducharme y acariciar mi cuerpo.

Cuando abrí la puerta de mi casa me pareció que no había nadie y supuse que mi madre estaba en el supermercado o de compras. Me dirigí a mi pieza a dejar mi bolso cuando escuche que alguien estaba en la habitación de mis padres, más precisamente en la cama de mis padres, supondrán el sonido que me llamo la atención. Pensé en irme a dar una vuelta al parque para dejar a mis padres en paz, para que mi papá no perdiera el permiso que seguramente había conseguido en el trabajo para poder estar a esa hora en casa. Cuando salí al jardín me quede pasmada al darme cuenta que el auto de mi padre no estaba. Mire para dentro mientras miles de ideas me daban vueltas en la cabeza; obviamente la que mejor acogía era la de pensar que mi papá había prestado el auto o que lo tenia en el taller, pero no negare que ni yo creía en eso, razón por la cual decidí asegurarme de que los que estuvieran en la pieza fueran mi padre y mi madre o por lo menos ninguno de los dos.

Entre otra vez a la casa, esta vez sigilosamente y con el mayor de los cuidados, ya que si eran mis padres no los quería molestar. De esta manera llegue a la puerta de su habitación que, para mi suerte, solo estaba junta. Recordé que junto a la puerta había un ropero que por la parte interior de sus puertas tenia espejos, y por los años que tenia estas siempre se abrían solas, por lo que pensé que seria muy fácil ver lo que pasaba en la cama sin que me vieran. Abrí de la manera más cauta que pude la puerta, dejando solo el espacio justo para poder ver la cama. Lo pensé unos segundos, entiéndanme, estaba asustada y no sabia con lo que me iba a encontrar. Me arme de valor y me asome; no se como explicar lo que sentí en ese momento, cualquier cosa que les diga quedara corta, simplemente quede paralizada y horrorizada.

Estaba mi madre tirada boca abajo sobre la cama con unas pantys rojas hasta el muslo, que yo nunca le había visto, las cuales eran sujetadas por un porta ligas del mismo color, tenia un cojín en el estomago lo que hacia que su trasero se parara de una manera descomunal hacia el techo, ella tenia agarradas las cobijas con las manos y pude notar como mordía el otro cojín de la cama mientras, pese a sus ojos cerrados, sus lagrimas recorrían sus mejillas. Sobre ella, la figura de un hombre obeso, arremetía con fuerza contra el cuerpo de mi pobre madre, se notaba el tamaño exagerado de ese miembro, que, yo suponía por la posición, entraba y salía del trasero de mama; reconocí que aquel maldito que empalaba a mi madre ¡¡era el vecino que el día anterior estaba discutiendo con mi padre!!.

--¡Eso maldita puta, quiero que te duela el culo!, ¡Quiero abrirte como nadie lo a hecho!--El gordo le gritaba mientras ella empezaba a gemir con una mezcla de placer y dolor.

De pronto mi madre empezó a gritar descontroladamente, lo que agitaba y excitaba aun mas a ese maldito.

--¡Aaaaaaaahhh!......aaaaaaaaaaayyy....deja mi culo, por favor me duele--Rogaba mi madre--Te lo chupare pero dejame maldito, ya no aguanto más.

--¿A quién crees que engañas?, Sé muy bien que té esta gustando, si me pides que te suelte es para calentarme y que té de más duro--Respondía el viejo mientras le pegaba fuertes palmadas en las nalgas, dejándolas rojas por tantos golpes.

Me sentía indecisa y asustada no sabia que hacer; por una parte ella rogando que la dejaran, y por otra meneaba sus caderas respondiendo a los fuertes embistes de ese maldito. No sabia si intervenir o no, no sabia si mi madre era obligada o no.

--Ya sabes como me gusta terminar--dijo el gordo saliendo del interior de mi madre y quedando de pie detras de ella.

Sorprendida por el tamaño de ese miembro y por la situación en la que estaba mi madre, siendo cogida por un hombre gordo, feo y más viejo que ella; me excite observando como ella tomo sus perfectas y grandes tetas, se arrodillo frente a su violador, y con ellas atrapo el enorme pico del maldito, dejando fuera solo la húmeda cabeza de ese miembro la cual no tardo en capturar con sus labios. Comenzó a hacerle una paja con sus tetas sin dejar de emitir gemidos de excitación, como esperando el merecido premio de la tarde. En un momento la gran excitación de mi madre fue evidente, estaba siendo victima de un gran orgasmo; de lo que el maldito se percato diciéndole--comételo todo perra--mientras agarraba fuertemente la cabeza de mama, obligándola a tragar todo lo que salía de su miembro. Cuando todo acabo mi madre quedo tirada sobre la cama dejando que el viejo del vecino masajeara a gusto sus tetas.

No aguante más, la excitación y rabia que sentía me impulsaron a salir huyendo de mi casa.

Sentada en el parque no me podía explicar como una mujer tan hermosa como mi madre se dejara sodomisar por el asqueroso enemigo de su marido, seria un poco más entendible si ese hombre fuera atractivo pero era un monstruo. Quizás esa extraña preferencia por los hombres asquerosos que sueñan con poseerte a toda costa, sea algo heredado de mi madre, idea que pronto olvide al recordar a mi padre que era lo que se podría llamarse un hombre atractivo.

Confundida aun por lo que había sucedido, decidí decirle a mamá lo que había visto, y dejar que ella me explicara. Ya era la hora en que yo llego normalmente del colegio así que me fui a casa.

Cuando llegué, mi madre estaba haciendo aseo en su dormitorio seguramente para limpiar cualquier residuo de lo que podría haber dejado lo acontecido en aquella habitación. Me dirigí directamente a ella y antes que me faltara el valor le confesé lo que había visto y le exigí respuestas y explicaciones. Ella inmediatamente exploto en llanto diciéndome que la perdonara, que ella nunca habría buscado lo que paso y que no era su culpa. Le pregunte por que entonces se dejaba poseer por ese animal y me pidió que la escuchase.

Ella me contó que un día, a media tarde decidió darse un baño ya que hacia mucho calor, ya en la ducha olvido cerrar la ventana del baño, a lo que no le dio importancia ya que no se divisaba ninguna ventana en la casa vecina y además a esas horas el vecino debía estar trabajando. No hubo ningún problema hasta que dos días después encontró un sobre bajo la puerta que contenía una foto suya desnuda en la ducha. Se notaba que la foto había sido tomada a través de un orificio, por lo que dedujo que el fotógrafo era el vecino. Asustada por la reacción de mi padre no le contó nada ni hizo nada al respecto. Al día siguiente recibió otro sobre con una foto similar en su interior y al tiempo que ocultaba el sobre junto al anterior, sonó el teléfono. Al responder oyó la voz del vecino que se disculpaba por haberle tomado las fotos y que quería devolvérselas, y así empezar una nueva relación con nuestra familia, para esto le pidió que fuera a su casa a buscar las fotos y los negativos y de paso a tomarse un refresco con él. Mi madre acepto ya que resolvía todos sus problemas y destruía todos sus miedos de que esas fotos las viera mi padre.

Al llegar a la casa del vecino este le ofreció de inmediato un baso de vino, el que mi madre acepto y al poco rato termino. Los dos se enfrascaron en una amena conversación; discutieron varios temas durante aproximadamente una media hora, en la cual mamá ya se había tomado varios vasos de vino, hasta que el vecino le pregunto si alguna vez le había sido infiel a su esposo; mi madre sorprendida por la pregunta le contesto que nunca se le había siquiera pasado por la cabeza; el hombre al verla inquieta por la dirección que tomaba la conversación le pidió que se calmara y que tuviera confianza en la discreción con que él tomaría todo lo hablado con su nueva amiga y vecina. Mi madre, un poco bebida ya, se calmo y volvieron a esos temas sin mucha importancia ya que era temprano y tanto yo como mi papá íbamos a tardar un par de horas más en llegar.

Ella me contó que los dos estaban sentados en el mismo sillón de tres piezas, uno en cada esquina del mismo, ella cruzada de piernas, con la falda de verano que llevaba, exponía su tersa y suave piel hasta medio muslo; él hombre supo llevar la conversación describiendo sus anteriores matrimonios y contándole a mamá los gustos sexuales de sus ex-esposas, le pregunto de una manera muy natural que como era la vida sexual de una mujer tan hermosa como ella; mi madre le respondió que no sabia si debía hablar de ello con un extraño, a lo que el vecino le repuso que no tenia que preocuparse ya que él no era un extraño y, mientras volvía a llenar el vaso de ella, le rogó que le contara. Mi madre, que aun no tenia las fotos en su poder, cedió y le contó que con su esposo la vida sexual era muy común, que ella nunca se había metido nada en la boca ni en su trasero y tampoco ninguna posición rara. Mientras ella hablaba de esto sintió como su entrepierna se estaba mojando y muy extrañamente se había empezado a excitar. El hombre dijo estar muy asombrado que el dueño de una mujer tan espectacular como ella no la disfrutara del todo; mi madre sonrojada le agradeció por el piropo. El vecino le dijo que no tenia que agradecer ya que él solo decía la verdad y aprovechando la oportunidad le empezó a decir que siempre le había fascinado su cuerpo; Mi madre guardo silencio; el hombre aprovechándolo empezó a alabar sus piernas, que eran largas y hermosas, siguiendo por su trasero parado y voluminoso; también diciéndole que no podía dejar atrás esa hermosa cintura y su carita de modelo. Mi madre trataba de parar las piropos de alto grado que le estaba diciendo aquel sujeto, pero su estado de semi-embriaguez y excitación no la dejaba, a cada palabra que elogiaba su cuerpo este respondía con la tierna humedad de su entre pierna y la dureza de sus pezones. Por fin con gran esfuerzo le dijo que por favor parara, y que ya tenia que irse por lo que necesitaba las fotos; el vecino se levanto y se ausento por dos minutos volviendo con un sobre en la mano; se las entrego a mi madre y esta al comprobar la existencia de los negativos en el sobre se disponía a irse cuando el dueño de casa le dijo que si podía pedirle un favor muy grande; ella le dijo que mientras pudiera no habría problema; el viejo temeroso le pidió si podía mostrarle sus pechos ya que a él le maravillaban y soñaba con verlos de cerca; a mi madre la petición le provoco una excitación que casi la lleva al orgasmo, pero disimulándola muy bien se negó rotundamente; el viejo le rojo que se apiadara de él ya que nunca, por su aspecto, ninguna mujer tan espectacular como ella lo haría. Mi madre lo pensó y al final fue seducida por los tragos que había bebido, los ruegos y la excitación que estos le provocaban; le dijo que se los mostraría con la condición que no tratara de tocarlos a lo que el viejo obviamente accedió.

Mi mamá traía puesta una polerita de estas con tirantes los cuales bajo lentamente, según me confeso, para seguir regocijándose con la excitación de aquel viejo. Ese gordo realmente estaba inquieto mientras ella se quitaba el sujetador, sentada ahora en medio del sillon.

Al estar ella con su polerita enrollada en la cintura y su sujetador en el suelo, el viejo quedo pasmado de pie frente a ella, por las esplendorosas tetas liberadas frente a él, lo cual le extraño un poco a mi madre ya que él las había visto en las fotos y cuando tomo las fotos. Ella se dio cuenta que la evidente excitación de aquel hombre se debía a que ella se las había mostrado voluntariamente, lo que a ella le provoco una excitación nunca antes experimentada. Hay estaban, él excitándose mirando desde todos los ángulos las tetas de mi mamá, y ella excitándose mirando la morbosidad de aquel hombre crecer.

Seguramente al percatarse de los excitados pezones de mamá, el vecino le suplico que le permitiera tocarlos, mi madre inmediatamente se tapo los pechos y le dijo que eso si que no, solo su marido podía tocarla. El viejo insistió diciéndole que su esposo nunca lo sabría, y que él de verdad necesitaba tocar tan enormes y perfectos melones. Al escuchar que ese gordo se refería a sus pechos como melones, mi madre se estremeció de la excitación que recorrió su cuerpo y liberando sus esplendorosas tetas le dio autorización a tocarlas siempre y cuando dejara de hacerlo cuando ella se lo dijera. El viejo sobre excitado se sentó a su lado y empezó a acariciar las tetas de mi madre lentamente disfrutando cada centímetro de estas. El viejo tomo una en cada mano y las apretaba cada vez con más fuerza, formando una hermosa rajita entre las dos. Mi madre miraba la desesperación en los ojos del viejo y se sentía como la puta más caliente del mundo al calentar a un hombre de esa manera. El viejo le pregunto: ¿su marido le toca las tetas de esta manera?... a lo que mi madre, excitada por el vocabulario del vecino, sinceramente respondió que no--¿y te a estrujado los pezones?--siguió preguntando a lo que mi madre también respondió negativamente, lo que le basto al viejo para apretujar uno de sus pezones, provocando que mamá gimiera pausadamente mientras miraba lo que le hacían a sus pechos--¿alguna vez te han besado las tetas?--no, respondió ella en medio de delicados gemidos al tiempo que el regordete viejo pasaba la lengua lentamente desde la base de su seno derecho hasta un poco más arriba del pezón; lo que basto para que mi madre dejara de mirarlo y cediendo a su excitación cerro los ojos dejando caer su cabeza contra el respaldo del sillón.

El viejo consiente de la vulnerabilidad de mi madre, puso una de sus manos sobre la rodilla de mama y empezó a subir por su muslo mientras chupaba con descaro las tetas desprotegidas ante él--no, pare por favor--susurraba mi madre, mientras desgarraban su ropa interior. Su voz pedía que la soltaran pero su cuerpo, ya de espaldas sobre el sillón, solo tironeaba débilmente al agresor; esté, excitado por la placentera negativa de mi madre, manoseaba con desesperación su culo y entre pierna.

El regordete viejo paro su alocada carrera de excitación y se paro frente a ella. Bajo lentamente sus pantalones liberando, según dijo mi madre, una verga dos veces más grande que la de papá. Mi mamá asustada se volvió a sentar en el sillón, y cuando intento tomar su sujetador, el viejo de un fuerte empujón la volvió a sentar.

--Espera un momento Susana, ¿vez eso?--dijo señalando lo que parecía ser el lente de una grabadora escondida sobre un mueble--es una cámara...bueno y tu sabes, a buen entendedor pocas palabras.

En ese momento broto una lagrima que, acariciando lentamente la mejilla de mamá, fue a dar a sus grandes pechos. Ella comprendió que estaba perdida.

El viejo, despojado completamente de sus pantalones, se puso de rodillas sobre el sillón con una pierna a cada lado de mi madre, posando su miembro entre sus tetas.

--Toma tus melones--ordeno el viejo--sepáralos para que mi verga se acomode entre ellos--seguía dando instrucciones mientras mi madre obedecía, notablemente de mala gana.

Mamá estaba siendo poseída por sensaciones nunca antes experimentadas, sentía odio y repulsión por aquel viejo pero no podía dejar de admirar con disimulo aquel enorme aparato de carne, que nacía de ese cuerpo arrugado y grasiento. Simplemente estaba caliente porque la iban a violar.

--Bien, ahora vuelve a apretarlos--ordeno el viejo, mientras ella, con sus tetas, rodeaba por completo el ancho miembro que, gracias a su largo, florecía unos 10 cm por entre las tetas de mamá.

Mi madre había sido sincera con aquel maldito cuando le digo que nunca había hecho ese tipo de cosas, por lo que su inexperiencia era un manjar para su enfermo chantajista. Esté ayudo a mamá a agitar sus tetas para que, según él, aprendiera a hacer "rusas". El gordo meneaba sus caderas, penetrando bruscamente entre las tetas de mamá, que sentía el roce del capullo del viejo en su barbilla; roce que dejaba vestigios de humedad cerca de su boca.

--Nunca te habían cogido las tetas, no es cierto puta--gemia aquel viejo, mientras mi madre se excitaba por la agresión verbal de que era victima--Eres una hermosa virgen para mí....tienes sin explorar tus agujeros más ricos...y ahora están a mi merced para que yo los perfore como quiera.....me voy a culear a la virgen más rica de la tierra....porque te aseguro que eso sentirás cuando te clave este aparato--vociferaba, convencido de la superioridad de su miembro sobre el de mi padre, al momento que mi madre era victima de un estruendoso orgasmo.

--Aaaahh....nnoooo....aaaaahh....--gemía mi madre mientras que, victima del orgasmo que sufría, lamía el capullo del viejo cada vez que estaba a su alcance.

El gordo agarro la cabeza de mamá y le metió violentamente su garrote en la boca. A lo que mi madre respondió chupando descontroladamente ese enorme dulce que le obligaban a comer.

El viejo, pese a la desesperada resistencia de mamá, aparto el miembro de la boca de su victima. Se paro y de un brusco movimiento la puso en cuatro patas sobre el sillón.

--Tienes un perfecto culo, quiero que lo pares para mí--gimió con indescriptible excitación.

Mi madre, mientras cacheteaban su trasero, obedeció. El viejo, sin previo aviso, penetro violentamante la concha de mi madre.

--¡¡AAAAAAhhhhhhh!!-grito del dolor que le producía ese enorme pedazo de carne enterrado hasta los testiculos en su interior.

--¡¡Suéltame, viejo asqueroso!!......¡¡Me lastimas!!....¡¡¡Por favor déjeme, me duele mucho!!!...¡¡¡Sáquemelo por favor!!!--rogaba mi madre, resistiéndose inútilmente al brutal ataque de su violador.

El viejo tenia razón al decir que desvirgaría a mamá, pues por lo menos ella lo sentía así. Al cabo de un rato los embistes del viejo fueron más violentos, convirtiendo el intenso dolor de mi madre en una excitación inaguantable.

--¿Sabes por que estas tan excitada puta?--pregunto el viejo--porque puse un polvito mágico en tu vino....se que no te puedes aguantar, ni siquiera ahora que lo sabes--termino de decir, arremetiendo con más fuerza contra el cuerpo de mi madre, que respondía a sus envistes clavando su parado culo bajo la panza del gordo.

Mi madre, al darse cuenta de la trampa en la que había caído, no podía evitar sentirse como una tonta putita a la cual se la estaba follando un viejo que siempre quiso ultrajarla. Se sentía engañada y utilizada, pero no podía evitar sentir una excitación desconocida para ella, mientras su cuerpo era poseído por ese viejo asqueroso, lo que por fin la llevo al orgasmo más fuerte de su vida.

--Ven, date vuelta y bebe de mi verga--gimió el viejo mientras volvía a poner su miembro entre las tetas, y dentro de la boca de mi madre.

Mi madre emitió todo tipo de sonidos mientras se bebía hasta la ultima gota del semen de aquel viejo que la había ultrajado por medio del chantaje. Mamá, exhausta, por fin libero el miembro húmedo y lacio del gordo que, de inmediato saco la cinta de la cámara, y diciéndole--esto me hace dueño de tu cuerpo--se retiro.

Mi madre llorando se fue a casa y desde entonces (hacia ya una semana) se la había estado follando; cuando, como y por donde había querido a mí adorada madre. Incluso su virginal orificio posterior había sido profanado, acto que yo misma había presenciado unas horas atrás.

Triste y disimuladamente excitada le dije que no se preocupara, que yo guardaría el secreto. Acto seguido ella seco sus lagrimas y se consoló diciéndome que ese hombre se aburriría de ella en un mes o dos y que nos podríamos olvidar de todo eso. Ella se excuso y fue al baño en donde mi oído creyó escucharla gemir. Por un momento pensé que rememorar su primer ultraje la había conducido a la inevitable masturbación, pero pronto lo olvide y me fui enfadada (con el maldito viejo de al lado) y excitada (por la historia de mi madre) a masturbarme a mi habitación.