miprimita.com

La mejor de mis musas

en Grandes Relatos

"LA MEJOR DE MIS MUSAS"

No podía ser tan ruin.

Luis pasaba por una calle con filas de prostitutas con intención de darle placer a alguien, había de todos colores, aromas y sabores unas altas otras bajas, rubias, morenas y pelirrojas pero al aproximarse a una esquina se percató de que una de ellas salía casi volando de la entrada de un hotel después de ser maltratada por un barbaján que probablemente no había quedado satisfecho o bien puede ser que se le haya hecho caro el servicio.

Trato de pasarse de largo en su auto pero la conciencia y caballerosidad no se lo permitieron, pues era un artista; así es que estacionó el auto y se bajo de él, Luis se acercó a la chica y esta le respondió a la defensiva, indiscutiblemente se veía intoxicada y se podía percibir que se había tomado todos los litros de alcohol que había encontrado.

La levantó y con generosidad y cuidado la llevó hasta su carro, la chica iba llorando y su llanto denotaba rabia, no le quedó otra mas que subirse. Luis se arranco y en el camino iba pensando mil cosas. La chica en un llanto iba tapándose el rostro con las mangas de su suéter. Hasta que la voz de Luis trajo serenidad.

¡Ya, tranquila! Ya paso todo, mejor dime ¿Cómo te llamas?

La chica no quería voltear la cara tal vez sentía vergüenza por si misma y con una voz entrecortada dijo Samanta.

¡Vaya tienes un lindo nombre!! Yo me llamo Luis.

Ella sintió un poco mas de confianza pero no dejo pasar la oportunidad de querer hacer negocio.

Te cuesta $ 400.00 pesos la hora pero si quieres felación te cuesta $ 500.00 no doy besos en la boca, prohibida la penetración anal y soy enemiga del sado, yo escojo el hotel y no están incluidas las bebidas o lo que se me llegue a ofrecer.

Luis con una sonrisa y muy caballerosamente le contesto. No soy muy buen cliente para esto, solo quiero llevarte a mi casa a que te des una ducha y tal vez en un par de horas puedas regresar a tu trabajo.

A partir de ahí el camino se hizo silencioso.

Llegaron a casa de Luis, el abrió el garage electrónicamente y el auto se dio paso a lo mas cercano a un palacio " era la casa de un artista" había pinturas maravillosas en cada espacio de las paredes y vitrales que traslucían una luz proveniente de afuera en un de ellos se reflejaba un azul verdáceo que llamo la atención de Samanta y sin pedir permiso fue a averiguar de que trataba ese relajante tono, al llegar a la ventana descubrió que la alberca estaba diseñada como un riachuelo que pasaba por debajo de los árboles.

En ese momento se acerco Luis y le preguntó ¿te gusta?, Samanta impresionada con lo que estaba admirando le respondió ¡es precioso!.

Luis la tomo de la cintura y la dirigió con la intención de llevarla a conocer mas, Samanta se dejo llevar pues sabia que no iba a arrepentirse. Todo estaba lleno de arte producto del talento de Luis al llegar al cuarto más importante de la casa Luis abrió y destellos de luz salieron de ahí, era su lugar de inspiración: había una cama en forma circular en el centro y todo estaba rodeado de cuadros espectaculares con mujeres hermosas en distintos ambientes y lugares, diferentes colores y tonos, había campos, ciudades marinas y gloriosos paraísos llenos de flores, estrellas y agua, enriquecidos con toques femeninos de sirenas, ángeles, madres, querubines, diosas y reinas que abarcaban todas las historias y leyendas de la vida.

Samanta quedo impactada ante tal escenario, se dio cuenta de que estaba frente a un excelente artista y le dio gusto poder haber conocido algo como eso.

Después de conocer la casa Luis dirigió a Samanta hacia el baño, le pidió que se diera una ducha y que se sintiera en confianza que cualquier cosa que necesitara solo la pidiera.

Samanta procedió a meterse a la tina y se dio un baño como nunca, un rato después Luis quiso ser cortes y llevo una toalla mas a Samanta en el justo momento en que abría la puerta Samanta salía de la tina. La posición en que la encontró fue sumamente deleitante para él. Con un pie dentro de la tina y el otro afuera a punto de tomar una toalla por tal motivo su pechos atraídos por la gravedad y los pezones erectos por el aire, la cara cubierta por mechones de cabello mojado.

Luis no se lo explicaba habían pasado miles de mujeres por ahí con cuerpos y siluetas esplendorosas pero Samanta tenía algo mas y definitivamente necesitaba descubrir que.

Solo agacho la cabeza pidiendo perdón y se atrevió a pasar y la cubrió con la extensa toalla que el traía, le quitó los cabellos de la cara y la arropo bien, se dio la media vuelta y salió lo mas pronto que pudo.

Samanta salió de ahí y si saber para donde dirigirse camino buscando a Luis el cual ya la esperaba en la entrada de una habitación tenia un armario lleno de prendas probablemente olvidadas por sus musas le dijo escoge lo que quieras y póntelo te espero abajo para tomar algo.

Samanta procedió a hacer lo que le indicaba Luis y después de taparse solo con una toalla más grande bajo hasta el mini bar que tenia el en el centro de la sala.

Ella tomo asiento y con una mirada imponente le dijo a Luis ¡ me encantaría que me pintaras!

Luis asombrado respondió ¿qué podría pintar contigo?.

Déjame pensar, ¿con qué relacionaría tu cuerpo, tus manos, tu boca, tu pelo.

La poderosa mente de Luis ya trabajaba a mil por hora, empezó a imaginarse diferentes imágenes y ambientes con Samanta en medio de ellos. Sin embargo, no eran suficientes la presencia de la chica pedía más.

La llevó hacia su cuarto de inspiración, Samanta se apoderó de la cama, dejo caer su toalla sutilmente y se recostó encima de una de las acogedoras almohadas blancas y pulcras.

Mientras Luis preparaba un lienzo en blanco y se acercaba sus pinceles y pinturas ya tenía la idea.

Samanta ni siquiera pregunto que hago? Solo comenzó a actuar. Su rostro símbolo de sexualidad, sus labios, si gota de maquillaje pero lo suficientemente rojos para invocar al sexo. Luis no soltaba el pincel comenzó diseñando sus formas bien marcadas y su rostro lleno de belleza, pero la posición lo confundía no sabía en cual debía estar la chica. Sin embargo, ella si lo sabía demasiado bien. Abrió las piernas en ángulo, recargo sus codos en la cama y dejo que sus pechos calleran con los pezones semi erectos. Su vulva era en ese momento el espectáculo; no era estrecha debido a su oficio pero se veía roja y sana, su pelvis totalmente depilada y sus labios gruesos y carnosos.

Samanta sonrió, y comenzó un recorrido con sus dedos desde la punta de los pies hacia arriba, sus yemas comenzaron un viaje sin rumbo recorriendo cada milímetro de su suave piel hasta llegar a su boca, su anular derecho lo metió y lo ensalivó dejando una sonrisa pícara al salir de ahí.

Después lo dirigió nuevamente hacia abajo dando antes un pequeño paseo por sus pezones prendidos y bajo suavemente hasta llegar al comienzo de su intimidad, se detuvo ahí, solo unos segundos, cerro los ojos anunciando el disfrute de su autónoma picardía y movió su dedo húmedo buscando su clítoris rojo e inflamado, punzante y caliente. Al tocarlo un dulce gemido brotó de su respiración, indiscutiblemente le encantaba lo que estaba haciendo y además era experta.

Luis estaba enajenado pero no deja pintar, era demasiado profesional pero tampoco podía negar que no cualquier musa era capaz de causar ese efecto.

Comenzaba a tener una erección espectacular, su pene crecía sin medida y palpitaba iniciando un suave dolor que le recorría hasta el vientre, le parecía maravilloso ser el único espectador de tal teatro.

Samanta no dejaba lo suyo, no podía pues era la inspiración de lo que algún día sería una obra de arte. Su dedo bailaba al compás del ritmo que ella misma marcaba y si darse cuenta fue desapareciendo adentrándose en una cueva ardiente y mojada, sus fluidos ayudaban a seguir explorando.

Ese dedo salía y entraba sin parar, Samanta cerraba los ojos utilizando su imaginación para llegar a un clímax y Luis no dejaba de pintar, no dejaba de plasmar cada detalle del escenario que presenciaba, colores por aquí y por allá, solo el sabía que expresaba la función de su pincel.

El vigor de Samanta empezaba a hacer presencia, sus gemidos ya no dejaban de escucharse en el salón y sus movimientos cada vez eran más bruscos. No dejaba de pellizcar sus pezones ni de morder su labio inferior, su expresión facial denotaba pasión y el aroma a sexo femenino empezaba a invadir ya el espacio y el olfato de Luis.

No pudo mas, los hombres suelen ser demasiado débiles ante tal presencia de una mujer, necesitaba poseerla, hacerla suya de una vez por todas. Dejo a un hado el pincel y la paleta de pintura; esta cayo al piso despertando con el ruido a Samanta de su trance, se percató que venía hacía ella pero no le extraño. A Luis se le había secado la boca y necesitaba hidratación así que comenzó por eso, un dulce y suave beso que le dejó los labios mas que hidratados.

Samanta era la maestra así que no podía dejar que le quitaran su jerarquía, se levanto y comenzó a desvestir a Luis, le quito la camisa y el calor de sus cuerpos los atraía como imanes, Luis la abrazó para sentir sus senos aplastarse en su pecho, pero Samanta lo evadía ella le bajaba el cierre del pantalón con desesperación quería sacar ya el miembro de su encierro y lo logro mientras Luis la tiró en la cama para seguir besándola y Samanta rejega se levantaba buscando el pene de Luis para poder meterlo a su boca.

Definitivamente iba a estallar un volcán en ese sitio ya que estaban en medio de una lucha de poderes, Samanta con fuerza se levanto y abrió las piernas por encima de Luis, llevando su pene hasta la entrada de su intimidad sin pensarlo lo enfoco y bajo poco a poco, Luis quedó inmóvil unos segundos y el placer que esto le causaba hizo que apretara las sabanas de la cama con fuerza.

Samanta comenzó su faena subía y bajaba sin parar al mismo tiempo que sus senos bailaban al ritmo de sus brincos, pensó que había ganado por el mito que se tiene de que a los hombres les encanta esa posición.

Ja!!!!. ¡Ilusa! Luis la agarró de los brazos y con una sola maniobra tomo el control de las cosas, sin dejar de penetrarla se posesionó arriba (es algo que solo los hombres saben hacer), abrió sus piernas de par en par y con fuerza comenzó a entrar y salir de ella.

Samanta no se daba por vencida después de un rato logro tomar el pene de Luis e invadirlo con su boca, succiono su glande y lo rodeaba todo con su lengua casi lo metía hasta su garganta. Luis decidió disfrutar un poco, no todos los días tenía a una experta en su casa.

Pero pronto se le acabaría el dominio a la chica, se levanto vigoroso y la jalo hacia arriba dejándola casi inmóvil la detuvo del pecho y bajo poco a poco hasta ahí, el lugar de perdición de Samanta. Luis abrió sus piernas lo mas que pudo e invadió su intimad con la lengua, Samanta se resistía pero sabía que difícilmente iba a poder contra eso.

La legua de Luis viajaba desde el clítoris hasta su rosado ano provocándole convulsiones inexplicables por mas que ponía resistencia no podía mas se estaba rindiendo. Los pequeños mordiscos de Luis por toda su vagina la hacían explotar casi en llanto.

Metía y sacaba su lengua de esa cueva hirviente y ella mandaba pequeños mordiscos con la misma en agradecimientos lo cual provocaba una cascada de jugos que a Luis le parecían deliciosos, los bebía sin parar.

Una insignificante voz casi sin aliento salía de la garganta de Samanta que decía, ¡ penétrame!

La arrogancia de los hombres nunca falta, Luis sin dejar su labor le contesto ¡pídemelo otra vez!

Samanta casi sin aliento repitió de nuevo ¡penétrame! Te lo suplico.

Luis accedió a su dulce petición y se impulsó hasta llegar arriba, Samanta se preparó con las piernas abiertas y el pene de Luis ya sabia su destino así que no necesito enfoque, se posesiono en la entrada y resbalo hasta adentro robándole un suspiro a Samanta. Un vaivén con ritmo empezó a llevarlos al final a ambos mientras Luis miraba fijamente la expresión de Samanta que era exquisita y lo trasladaba a otro mundo acariciaba su pelo, su rostro y humedecía sus labios a besos, Samanta correspondía pero el clímax estaba por llegar, con desesperación Samanta enterró sus uñas en la espalda de Luis, lo cual fue la señal para que Luis acelerara el paso.

La rapidez con la que entraba y salía el pene de Samanta hizo que estallara en un confuso pero delicioso orgasmo y con un grito sordo y un gran suspiro cayo rendida desbordando sudor de su frente y semen de su vagina .

Lo ultimo que pudo hacer es buscar el regaso de Luis y dormir toda la noche, bueno casi toda la noche ya que horas después repitieron lo mismo.

 

De lo mas profundo de mi inspiración para la persona que ahora me ayuda a abrir mi mente y enriquecer mi conocimiento. Por eso, ¡¡ mil gracias!!

M.A.C.J

Te quiere

Cherry

pamela_saravia@yahoo.com.mx