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Adrian y Marco

en Gays

ADRIAN

MARCO

 

Marco caminaba por los pasillos de tv azteca con su particular galanura, estaba al tanto que muchos ojos seguían su paso tanto de hombres como de mujeres, pero eso no le importaba, solo le importaba alguien, Adrián, su compañero de la segunda generación, precisamente ese día estarían juntos en el programa sexos en guerra. Durante su larga estancia en la academia se fue enamorando del joven tamaulipeco, pero no podía acercarse más de lo necesario, pues eso afectaría su imagen y su carrera, sin embargo ahora que estaban fuera podía intentar algo con él, y es que en verdad lo volvía loco.

A lo lejos Adrián miraba las nalgas de Marco contoneándose a cada paso que daba, el solo mirarlo era un placer infinito, sus hermosos ojos y su tierna sonrisa hacían que se volviera loco, era tan hermoso, su homosexualidad era un secreto a voces, sin embargo no se había atrevido a nada por temor al rechazo o peor aun, que los rumores estuvieran equivocados y quemarse con todos. La mirada del tamaulipeco era tan insistente que Marco volteó a ver por instinto, notando que Adrián lo miraba fijamente.

M-¡Hey Adrián!-gritó tan amigable como solía ser siempre

A-Hola Marco-dijo al acercarse a él y extenderle la mano para saludarlo-¿Cómo estás?

M-Olvídate de eso-abrazando fuertemente a su amigo ante su sorpresa-Te he extrañado mucho amigo

Adrián tardó en reaccionar, no podía creer que Marco lo estuviera abrazando tan efusivamente y mucho menos confesarle que lo había extrañado, ningún hombre lo habría admitido, pero no Marco, él no temía expresar sus sentimientos. Rodeó al regio con los brazos, y lentamente le fue acariciando la espalda disimulando un poco con palmaditas ocasionales.

A-Me da gusto volver a verte Marco. Cuéntame, ¿Que has hecho?

M-Pues estoy escogiendo los temas de mi disco, ¿Y tú que tal Adrián?

A-Estoy analizando varios proyectos para ver cual es la mejor opción-dijo para no quedar mal frente a su amigo, pues en realidad no tenía ningún proyecto en puerta-Pero vamos que ya empezarán a grabar

Marco solamente contestó con una hermosa sonrisa mientras seguía a su amigo por los pasillos para llegar a la grabación. Durante todo el programa, Adrián se la pasó observando a Marco, lo siguió en cada prueba en la que participaba y aun cuando no participaba, ese día estaba totalmente extasiado por la belleza del regio, quería abrazarlo, besarlo sin importarle que el estudio estuviera lleno de desconocidos, pero no podía hacerlo, lo detenía la opinión de los demás, temía por la carrera de su amigo, no por la suya, sabía que un escándalo de esa naturaleza sería fatal.

Al terminar la grabación, Adrián y Marco salieron juntos hacia el estacionamiento, solo quedaba despedirse de nuevo esperando que no fuera la ultima vez que se vieran. Ambos tenían la esperanza de que el otro diera el primer paso, pero ninguno se atrevía, y se hizo notar en el silencio que guardaron los dos limitándose solamente a observarse mientras sonreían.

M-Y…-rompiendo tímidamente el silencio imperante entre los dos-¿Te gustaría ir al cine algún día?

A-¿Contigo?, ¿Solo nosotros dos?

M-Si, tú sabes, para no perder el contacto…y esas cosas…

A-Claro que si, me encantaría Marco…

M-Bueno, nos vemos entonces Adrián

Nuevamente Marco abrazó al tamaulipeco, pero esta vez no era como el primer abrazo, pues más bien se aferraba a él para no dejarlo ir; quería estar con él como pareja, en la academia se había enamorado de él, pero creía que era solo por el encierro, y ahora que estaba afuera sabía que no era así; había besado muchas bocas, masculinas y femeninas, sin embargo ninguna lo podía hacer dejar de pensar en Adrián, su adorable amigo; podía sentir el olor masculino de su amigo que tanto le gustaba, y no pudo evitar acariciar lentamente a Adrián, pero al darse cuenta de lo que hacía lo soltó de inmediato.

M-Cuídate Adrián

A-Tú también Marco, adiós

Adrián caminaba hacia su carro para irse, pero notó que Marco lo miraba profundamente, no se había movido desde que se despidieron, parecía no tener intención de irse, más bien parecía no querer irse; al ver que su amigo permanecía inmóvil mientras le observaba se detuvo, dio media vuelta y regresó ante la reacción de un sorprendido Marco, no sabía lo que hacía, no era dueño de sus movimientos en ese momento, solo sabía que quería regresar al lado de Marco.

M-¿Pasa algo Adrián?

A-Marco…yo…

Sus miradas se encontraron, y por unos instantes se mantuvieron inmóviles, hasta que Adrián no pudo más y besó al hermoso regio tomándolo en sus brazos mientras los dedos de Marco acariciaban su pelo.

M-Adrián…esperé tanto tiempo a que dieras el primer paso

A-Desde que estábamos encerrados me gustabas, pero no me había atrevido a decirte nada

M-Olvida eso, vamos mejor a otro lugar, alguien nos puede ver aquí

El regio quitó la alarma de su carro y lo abordó junto con su amigo, dirigiéndose así a su departamento. No podían esperar a llegar al lugar, se deseaban en ese preciso instante. Adrián acariciaba la pierna de Marco sin cesar mientras miraba su hermoso rostro. Por fin llegaron a su destino, y presurosos subieron por el ascensor hasta llegar al piso donde vivía Marco. Al entrar no perdieron más tiempo, Marco fue desnudando a Adrián mientras besaba cada parte de piel que descubría, y cuando lo tuvo totalmente desnudo decidió hacer lo mismo, dejando que el tamaulipeco disfrutara observando como revelaba cada parte de su cuerpo para después guiarlo hasta su alcoba. Sus miembros rozaban entre si mientras se besaban y recorrían sus desnudos cuerpos con las manos. Marco se retiró un poco, y vio el cuerpo de Adrián, su tono de piel le encantaba, su cabello, su mirada penetrante, todo en el le fascinaba, esa fragancia natural que despedía; sonrió, y se arrodilló ante su amigo para besarle el vientre y comenzar a bajar lentamente hasta llegar a sus vellos púbicos, los cuales llenó de saliva. Levantó la mirada para ver al complacido Adrián como si le pidiera permiso para chupar su semi erecto pene, el moreno solo asintió con la cabeza. Sin esperar un minuto más comenzó a chupar el moreno falo, recorriendo cada milímetro de él con la lengua y los labios mientras la mano del tamaulipeco le sujetaba la nuca. El regio separó los labios de la virilidad de su amigo, la cual había logrado parar, y la contempló relamiéndose los labios, a pesar de haber chupado muchas vergas y de haber cojido con muchos hombres, era la primera vez que lo disfrutaba tanto. Reemplazó su boca con su mano para lamer el vientre de Adrián, y continuó lamiendo hacia arriba hasta llegar a los oscuros pezones de su amigo, los cuales lamió y chupó hasta hartarse de ellos. Llevó su mano hacia arriba hasta el pecho de Adrián para acariciarlo, luego lo abrazó y comenzó a besarle el cuello mientras el tamaulipeco suspiraba de placer.

A-Ahhh, Marco…

M-Te espere por tanto tiempo…

Las manos de Adrián se deslizaban por la espalda de Marco, recorriendo su blanca piel hacia abajo hasta llegar a sus nalgas, apretándolas mientras sentía como sus erectas y calientes varas chocaban entre sí, apretándose contra sus abdómenes.

M-Hazme el amor, aquí mismo

Pidió a su moreno amigo mientras se recostaba en el suelo. Adrián acompañó al regio, y le abrió las piernas al levantarlas en el aire, encontrando el rosadito anito de Marco. Hundió la cara bajo los huevos de Marco y comenzó a lamer una y otra vez el cálido agujerito de su amigo, provocando que el regio comenzara a gemir levemente. Ya no podía más, necesitaba entrar en Marco ya mismo, quería gozar de su cuerpo y hacer que su amigo lo gozara también. Colocó la punta del miembro en el ano de Marco, que emitió un leve quejido cuando sintió que la empujaban poco a poco para que entrara. Adrián sintió que su verga entraba con facilidad, bueno, al menos con más facilidad que con aquellos que había tenido sexo, aun así no podía negar que le agradaba la sensación.

M-Ah, que rico-sonriéndole-¿Cuánto te mide?

A-15 cm

M-Ah

Respondió un poco desilusionado, el tamaño de sus amantes anteriores era mayor al de Adrián, pero por alguna razón estaba disfrutando más a esas alturas que con los demás.

Adrián comenzó a moverse en el interior de Marco hacia delante y hacia atrás. Le complacía ver la cara de Marco llena de placer, y sus oídos percibieron como los jadeos del regio iban en aumento conforme aumentaba la celeridad en sus arremetidas. Abrazó las piernas del regio con los brazos para jalarlas e imprimir así mayor ímpetu a la cojida.

M-AAAHHHHH, AHHHHH. ¡OH ADRIAN!

Exclamaba Marco al sentir como la verga del tamaulipeco entraba y salía velozmente de su anito, la fricción era deliciosa, y aun más cuando movía las caderas, era una sensación sublime. Abrió los ojos para observar a su amigo, su rostro estaba lleno de placer, eso le agradaba, sobre todo escuchar los gemidos de placer que poco a poco llenaban la habitación.

Adrián sintió que su miembro se congestionaba, así que lo sacó rápidamente del culito de Marco, para dejar que una oleada de líquido espeso y blanco mojara el aun erecto miembro de su amigo. Ambos sonreían mirándose mientras recuperaban el aliento, el moreno asentó las piernas del regio en el suelo, y luego comenzó a jugar con su miembro.

M-Eso fue maravilloso Adrián, te amo

A-¿Fue?-sonriendo lascivamente-Esto aun no termina

Adrián se recostó sobre el piso de manera que su cara quedó justo a la altura del falo de Marco, lo observo de arriba abajo calculando cuanto mediría, aproximadamente 14 cm, pero eso no le importaba, solo le importaba que era el miembro de Marco. Comenzó a lamer de abajo a arriba lentamente, una y otra vez, usaba también los labios para recorrer el tronco, y al llegar a la cabeza la lamió por la punta y de nuevo hacia abajo; siguió con los huevos de su amigo, metiéndoselos de uno en uno a la boca para chuparlos mientras jalaba con la mano el pene de Marco. Por fin se metió a la boca el caliente miembro del regio, chupándolo una y otra vez, recorriéndolo con la lengua, envolviéndolo con ella, masajeándolo con sus calientes labios. Sintió con la lengua que el glande se inflamaba, sacó la verga de su boca y esperó que Marco estallara, y así pasó, el semen del regio manchó toda su cara. Complacido jadeó una última vez, y se levantó un poco para recostarse junto a Marco, colocó su mano sobre el abdomen del regio y le dio un tierno beso en la boca.

A-Ahora si, eso fue maravilloso

M-No será la ultima vez, ¿Verdad?-preguntó temeroso de la respuesta

A-Claro que no, de hecho, pensaba en pedirte que fueras mi novio

M-¡¿En serio?!-emocionado por la propuesta de su moreno amigo

A-¿Aceptas o no?

M-Sabes muy bien que si

Marco abrazó a su nuevo novio invadido por una profunda felicidad. Miró directamente a los obscuros ojos de Adrián, y en ese momento ambos supieron que no solo se gustaban físicamente, en verdad se amaban.