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El jardín perfumado (2)

en Erotismo y Amor

"El jardín perfumado" (2)

Hola, soy Caro, profesora de historia. Nuevamente con ustedes para brindarles la continuación de "El Jardín Perfumado para el disfrute del espíritu", al que se considera como el tratado más completo sobre el amor carnal escrito dentro de la cultura árabe. Fue escrito en la segunda mitad del siglo XIV por un juez de la ciudad de Túnez llamado al-Nefzaqui. Si desean mayores precisiones lean "El Jardín perfumado" (1).

A fuer de parecerles repetitiva deseo advertirles que el texto no me pertenece.

Continuación.

Las diferentes posturas para hacer el amor

<Las formas de unirse con una mujer son numerosas y variadas, y ha llegado el momento de que aprendas las diferentes posturas. El Corán dice: "La mujer es vuestro campo, id a vuestro campo con seguridad".>

<Según tus gustos, puedes escoger la posición que más te plazca, siempre que el coito se realice en el órgano designado para ello: la vulva>.

Primera postura

<Tumba a la mujer sobre la espalda y levántale los muslos. Sitúate después entre sus piernas e introdúcele el pene. Apoyándote en el suelo con los dedos de los pies, podrás moverte de la forma adecuada. Esta postura es recomendable para los que poseen miembros largos>.

Segunda postura

<Si tu miembro es corto, tumba a la mujer de espaldas y eleva sus piernas en el aire hasta que los dedos de los pies le toquen las orejas. Al levantar de este modo sus nalgas, la vulva se adelanta. Introduce entonces tu pene>.

Tercera postura

<Acuesta a la mujer en el suelo y colócate entre sus muslos. Entonces, apoyando una de sus piernas en tu hombro y la otra en tu brazo, penétrala>.

Cuarta postura

<Tiende a la mujer en el suelo y apoya sus piernas en tus hombros. En esta posición, tu miembro se encontrará exactamente enfrente de la vulva, que se habrá elevado del suelo. Es el momento de introducir el pene>.

Quinta postura

<Haz que la mujer repose de costado en el suelo y, luego, túmbate tú también, sitúate entre sus muslos e introduce el pene. Esta postura puede dar lugar a dolores reumáticos o ciáticos>.

Sexta postura

<Haz que la mujer descanse sobre sus rodillas y codos, en la posición de plegaria. Su vulva sobresaldrá hacia atrás. Penétrala por detrás>.

Séptima postura

<Tumba a la mujer de costado y siéntate sobre los talones. Luego apoya su pierna superior sobre tu hombro más cercano y su otra pierna contra tus muslos. Ella seguirás de lado y tú entre sus piernas. Introdúcele el pene y muévela adelante y atrás con las manos>.

Octava postura

<Tiende a la mujer sobre su espalda y arrodíllate a horcajadas sobre ella>.

Novena postura

<Coloca a la mujer en una postura relajada, ya sea boca arriba o boca abajo, contra una plataforma ligeramente elevada, con los pies apoyados en el suelo proyectado hacia delante. En esta postura, presentará la vulva ante tu miembro para que se lo introduzcas>.

Décima postura

<Coloca a la mujer en un diván bajo y haz que se aferre al respaldo con las manos. Luego ponle las piernas sobre tus caderas para que pueda apresar tu cuerpo con ellas y, entonces, introduce tu miembro mientras te agarras al diván. Una vez empieces, mantén el ritmo>.

Undécima postura

<Tumba a la mujer sobre su espalda y eleva sus nalgas con un cojín. Que apoye las plantas de los pies entre sí y entonces colócate entre sus muslos>.

La clausura

<Acuesta a la mujer sobre la espalda y levántale las nalgas con un cojín. Introdúcete entre sus piernas, manteniendo los dedos de los pies en el suelo, y apresa sus muslos contra tu pecho. A continuación, pásale las manos por debajo de los brazos acercártela y agárrala con fuerza por los hombros. Una vez hecho esto, introduce el pene y atráela hacia ti en el momento de la eyaculación. Esta postura resulta dolorosa para la mujer, ya que, al tener los muslos apretados contra el pecho y las nalgas elevadas sobre el cojín, las paredes de la vagina se contraen y el útero se proyecta hacia delante. Como consecuencia de ello, el pene no dispone de suficiente espacio, se introduce con dificultad y presiona el vientre. Esta posición sólo debe usarse cuando el pene es corto y fláccido>.

La postura de la rana

<Coloca a la mujer tumbada sobre su espalda y flexiónale las rodillas hasta que los talones le toquen las nalgas. Siéntate delante de su vulva e introduce el pene. Entonces, sitúa tus rodillas bajo sus axilas y, apresando la parte superior de sus brazos, atráela hacia ti en el momento adecuado>.

El abrazo de manos y pies

<Tiende a la mujer sobre su espalda, introdúcete entre sus muslos, siéntate sobre los talones y apóyate en el suelo con los dedos de los pies. Ella te rodeará el cuerpo con las piernas y el cuello con los brazos>.

La postura de las piernas levantadas

<Mientras la mujer está tumbada sobre la espalda, agárrale las piernas y, tirando de ellas, acércala a ti. Levántale las piernas hasta que las plantas de los pies queden mirando al techo. Entonces aprésala entre tus muslos e introduce tu pene, procurando a la vez que no se le bajen las piernas>.

La postura de la cabra

<Tiende a la mujer de costado y haz que extienda la pierna inferior. Acuclíllate entre sus muslos, levántale la pierna superior e introdúcele el pene. Agárrala por los brazos y hombros>.

El tornillo de Arquímedes

<Mientras el hombre yace tumbado sobre la espalda, la mujer debe sentarse sobre su pene, mirando hacia él. Entonces la mujer apoya las manos en la cama y despega el vientre, moviéndose de arriba abajo. Si el hombre es delgado, puede moverse también en otras direcciones. Si la mujer desea besar al hombre, sólo tendrá que apoyar los brazos en la cama>.

El lanzazo

<El hombre ata una cuerda a cada una de las extremidades de la mujer tumbada boca arriba y otra que la sostenga por el centro del cuerpo, y la iza. De este modo, cuando estés de pie, la vulva quedará enfrente de tu miembro. Introdúcele el pene y comienza a columpiarla, primero alejándola y luego acercándola. Así, introducirás y retirarás el miembro. Continúa de este modo hasta que se produzca la eyaculación>.

La postura suspendida

<La mujer permanece boca abajo y el hombre ata cuerdas a las manos y los pies de ésta, elevándola mediante una polea sujeta al techo. Luego se sitúa debajo e ella y, con el otro extremo de la cuerda entre las manos, la baja hasta poder penetrarla. La sube y la baja hasta que eyacula>.

El salto mortal

<La mujer deja caer sus pantalones hasta los tobillos, como si se tratara de grilletes. Entonces se inclina hasta introducir la cabeza en ellos y el hombre, agarrándola por las piernas, la hace caer de espalda, se arrodilla ante ella y la penetra. Dicen que hay mujeres que, tumbadas de espaldas, pueden colocarse los pies debajo de la cabeza sin ayuda de las manos o los pantalones>.

La cola del avestruz

<Tumba a la mujer en el suelo y arrodíllate a sus pies. Levántale las piernas y colócatelas alrededor del cuello, de modo que sólo apoye en el suelo la cabeza y los hombros. Entonces, penétrala>.

Ajuste del calcetín

<Mientras la mujer yace sobre la espalda, el hombre se sienta entre sus piernas y sitúa su miembro entre los labios de su vulva, que tomará entre el pulgar y el índice. Entonces el hombre se mueve de modo que la parte de su pene en contacto con la mujer haga fricción con la vulva y continúe así hasta que ésta se humedezca con el líquido que fluye de su pene. Tras haber proporcionado a la mujer un anticipo de placer, el hombre la penetra completamente>.

Visión mutua de nalgas

<El hombre yace boca arriba y la mujer, dándole la espalda, se sienta sobre su pene. Él le apresa el cuerpo con las piernas y ella se inclina hasta que toca el suelo con las manos. De este modo, ambos pueden verse las nalgas y ella puede moverse adecuadamente>.

La tensión del arco

<Con la mujer tumbada de lado, el hombre se tiende detrás de ella entre sus piernas. Poniendo las manos sobre sus hombros, introduce su miembro. Entonces, la mujer agarra los pies del hombre. Así, el cuerpo de la mujer forma un arco cuya flecha es el cuerpo del hombre>.

Movimiento recíproco

<El hombre, sentado en el suelo, junta las plantas delos pies a la vez que baja los muslos. La Mujer se sienta sobre los pies del hombre y se aferra a su cuerpo con las piernas, el cuello y los brazos. Entonces el hombre toma las piernas a la mujer y, acercando sus propios pies hacia su cuerpo, sitúa a la mujer al alcance de su pene y se lo introduce. Mediante el movimiento de sus pies, la mueve adelante y atrás. La mujer debe intentar facilitar el movimiento sin oprimir demasiado. Si el hombre teme que su miembro pueda salirse, debe aferrarse a la mujer y satisfacerse sólo mediante el movimiento que realiza con los pies>.

El martilleo

<El hombre se sienta con las piernas extendidas y la mujer se sienta sobre los muslos de éste, cruzándole las piernas por detrás de la espalda. Entonces coloca la vulva enfrente del pene y lo guía con la mano. Rodea el cuello del hombre con los brazos y él la rodea por la cintura y la hace subir y bajar, mientras ella le ayuda en el movimiento>.

El coito por detrás

<La mujer yace boca abajo y eleva sus nalgas sobre un cojín. El hombre se tumba sobre la espalda de ella e introduce su miembro, mientras ella desliza los brazos entre los de su amante>.

Vientre a vientre

<El hombre y la mujer se sitúan el uno frente al otro. Ella separa ligeramente los pies y él sitúa los suyos entre los de ella. Entonces avanzan el uno hacia el otro. El hombre debe colocar un pie delante de otro y la pareja se agarra por las caderas. El hombre la penetra y ambos se mueven del modo explicado en el primer movimiento>.

La postura de la oveja

<La mujer se arrodilla y apoya los antebrazos en el suelo, mientras el hombre se arrodilla tras de ella y desliza el pene en el interior de la vulva, que ella tarta de hacer sobresalir tanto como puede, El hombre debe colocar las manos sobre los hombros de la mujer>.

La giba del camello.

<La mujer, de pie, se inclina hasta que toca el suelo con los dedos. El hombre se sitúa detrás y la penetra mientras se aferra a sus muslos. Si el hombre se retira mientras la mujer permanece inclinada, la vagina emite un sonido como el balido de un becerro, por lo que a veces las mujeres rechazan esta postura>.

Introducción de la pértiga

<Situándose uno frente a otro, la mujer se cuelga del cuello del hombre y levanta las piernas para ceñirlas a la cintura del hombre, que está apoyado contra la pared. Entonces el hombre le introduce el pene y la mujer queda como suspendida en una pértiga>.

Inversión

<El hombre yace boca arriba y la mujer sobre él. Ella lo sujeta por los muslos y tira hacia ella, haciendo que su miembro sobresalga. Tras haberle ayudado a introducirlo, la mujer apoya las manos sobre el lecho, una a cada lado de las nalgas del hombre. Será necesario que ella se coloque un cojín en los pies para ajustarse a la inclinación del pene. La mujer se mueve. La mujer puede variar esta postura sentándose sobre los talones, entre las piernas del hombre<:

Cabalgata sobre el pene

<El hombre se tumba y se coloca un cojín bajo los hombros, apoyando las nalgas en el suelo. Así, levanta las piernas hasta que toca la cara con las rodillas. La mujer se sienta sobre el pene. No se tumba, sino que se acomoda a horcajadas como sobre una silla de montar formada por las piernas y el pecho del hombre. Flexionando las rodillas en el suelo, en cuyo caso puede moverse de arriba abajo. También puede apoyar las rodillas en el suelo, en cuyo caso el hombre la mueve con los muslos mientras ella se agarra a su hombros>.

El empalme

<El hombre y la mujer se sientan uno enfrente de otro. La mujer coloca su muslo derecho sobre el izquierdo del hombre, y él actúa del mismo modo. La mujer introduce el pene en su vagina y se agarra a los brazos del hombre, del mismo modo que él se agarra a los de ella. Entonces se entregan a un movimiento de vaivén, inclinándose alternativamente adelante y atrás, procurando que sus movimientos sean rítmicos>.

La postura del hogareño

<La mujer yace boca arriba y el hombre, con las manos apoyadas sobre cojines, yace sobre ella. Después de la penetración, la mujer levanta las nalgas tanto como pueda y el hombre la acompaña en el movimiento, procurando que su miembro no se salga. La mujer deja caer sus nalgas con breves espasmos y, aunque ambos no estén aferrados, la penetración debe mantenerse. Deben continuar moviéndose de este modo, pero es necesario que el hombre sea ligero y el lecho blando para que no se produzca dolor>.

La postura del herrero

<La mujer yace sobre la espalda, con un cojín bajo las nalgas, y dobla las rodillas sobre su pecho de modo que su vulva sobresalga como un tamiz. Entonces ayuda a introducir el pene. El hombre realiza los movimientos convencionales durante un rato y, acto seguido, retira el pene y los desliza entre los muslos de la mujer, a imitación del herrero que retira el hierro candente del fuego y lo sumerge en agua fría>.

La postura seductora

<La mujer yace sobre la espalda y el hombre se acuclilla entre las piernas de ella, que coloca bajo sus brazos o sus hombros. Puede agarrarla por la cintura o por los brazos>.

<Estos métodos aportan un gran número de posturas que pueden ser utilizadas generalmente, y su gran cantidad permitirá a quienes experimenten alguna dificultad en su práctica encontrar la que les resulte adecuada y placentera>.

<No he creído necesario mencionar las posturas que me parecen de imposible ejecución y, si alguien creyese que el número dado es demasiado reducido, simplemente puede inventar otras>.

<Los hindúes han superado enormes dificultades al idear posturas para hacer el amor y aquí tenemos un ejemplo:.

La mujer yace boca arriba y el hombre se sienta a horcajadas sobre su pecho, mirándole los pies. A continuación, se inclina y le levanta los muslos hasta que la vulva se encuentra frente a su pene y puede penetrarla>.

<Como puedes ver, esta postura es de difícil ejecución y muy cansina. Creo que sólo es posible en la imaginación y no en la realidad>.

<He oído decir que hay mujeres que, durante el coito, pueden elevar una de sus piernas en el aire y sostener una lámpara encendida sobre la planta del pie sin derramar el aceite, o bien apagarla. Esta acción no interrumpe el coito, aunque sin duda requiere una gran habilidad>.

<Sin embargo, lo mejor de la cópula, lo que proporciona mayor placer con los abrazos, los besos y la mutua succión de los labios. Estos actos diferencian al hombre de los animales. Nadie es insensible a los placeres que derivan de la diferencia de sexo y el mayor placer del hombre radica en el acto sexual>.

<Cuando el amor de un hombre alcanza su cenit, todos los placeres del coito le resultan fáciles y puede satisfacerlos mediante abrazos y besos. Ésta es la fuente real de la felicidad para ambos amantes>.

<Sería bueno que el conocedor de la cópula ensaye todas las posturas para saber cuáles proporcionan placer a la mujer. Así adoptará las que prefiera y obtendrá la satisfacción de conservar el afecto de la mujer.. El consenso universal dicta que la postura del martilleo es la que proporciona mayor satisfacción>.

<Dicen que un hombre poseía una concubina de belleza, gracia y perfección incomparables. Tenía por costumbre hacer el amor con ella de la manera ordinaria, excluyendo cualquier otra. La mujer no experimentaba ninguno de los placeres que deben acompañar al acto y siempre concluía de malhumor. El hombre contó su problema a una anciana y ésta le dijo: >Prueba diferentes métodos con tu concubina y observa cuál le proporciona mayor placer. Cuando lo hayas encontrado, no uses otro y ella te amará sin limites>.

<Así pues, el hombre ensayó varias posturas y, cuando llegó a la del aporreo, vio que el placer de la mujer era intenso y sintió su miembro firmemente atrapado. La mujer exclamó mientras le mordía los labios: Ésta es la forma adecuada de hacer el amor>.

<Estas demostraciones probaron al amante que su concubina experimentaba el mayor placer con esta postura y no volvió a usar ninguna otra>.

<Ensaya las diferentes posturas, pues cada mujer prefiere la que le proporciona mayor placer, aunque la mayoría muestra una marcada predilección por la antes mencionada, ya que, al practicarla, su vientre se une con el de él y su boca con la de él, y la vagina raramente se encuentra en mejores condiciones>.

<Ahora me queda hablar de los diferentes movimientos usados en el acto sexual>.

Continuará con:

Los diferentes movimientos usados en el acto sexual.

Sobre los daños provocados por el acto de la generación.

Advertencia:

La ficha bibliográfica está disponible para todos aquellos que la desean.