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Te odio... te deseo... (y 5)

en Hetero: General

La seguí sin dudarlo un momento…hipnotizado por el movimiento cadencioso de sus caderas. La vi desaparecer tras una puerta, al final del corredor. Miré a un lado y a otro, nervioso, antes de entrar, pero igual que antes, todo el mundo distraído, bailando, bebiendo, viendo la televisión…Abrí la puerta. La habitación era grande, con una cama de matrimonio en la pared de enfrente. ¿El dormitorio de los padres de Chuchi? Creo que nos estábamos pasando…pero casi no tuve tiempo de terminar de pensarlo, y mucho menos de decirlo en voz alta…a mi derecha, recortándose en la luz que venía del pequeño cuarto de baño que tenía dentro la habitación estaba la figura de Ana…que cuando la miré, dejó caer el vestido a sus pies, mostrándome su cuerpo…totalmente desnuda…Avanzó hacia mí, que estaba paralizado, sin poder hacer más que contemplarla, deleitarme en cada detalle de tan maravillosa visión…, su piel, bañada por la fría luz del baño que la hacía parecer una escultura que hubiera cobrado vida, convirtiendo la quietud del mármol en un cuerpo palpitante, lleno de deseo… la firmeza y redondez de sus pechos, coronados por unos pequeños pezones que los hacían aún más apetecibles, la curva de sus caderas, que descendían suaves, voluptuosas, arrastrándote con ellas sin remedio…Sin decir palabra me empujó contra la pared, me desabrochó los vaqueros, y agarró mi sexo sobre los boxer… "quiero ver lo que tienes aquí para mí", dijo. Podía ver la lujuria en sus ojos…que devoraban con la mirada mi polla, libre ya de todo obstáculo, erguida y dura, reclamando con urgencia sus caricias. La tomó con una mano y empezó a masturbarme, despacio, deslizando la piel hacia atrás y hacia delante, presionando con fuerza cuando llegaba a la punta, hinchada y enrojecida por la excitación.

Me besó, y el ritmo de sus movimientos aumentó…volviendo a disminuir de nuevo…jugando conmigo, llevándome casi al límite para parar después…lentamente se arrodilló ante mí, sin dejar de mirarme a los ojos…los labios entreabiertos, la punta de su lengua sobre sus labios… acercó su boca hasta que pude notar su respiración, cálida y agitada…pero no siguió adelante…se quedó allí a escasos centímetros de mi polla, torturándome, disfrutando de la situación… y sin detener sus caricias ni un instante, aunque ahora eran desesperantemente lentas…llevé mis caderas hacia delante, pero ella se retiró lo justo…adelantándose de nuevo cuando las retiraba…así una y otra vez…eso me excitaba aún más…La presión de su mano aumentó, haciendo aparecer un par de gotitas en la punta, pequeñas y brillantes…que ella recogió con su lengua en un rápido movimiento. Un escalofrío recorrió mi espalda con esa simple caricia…me miró sonriendo…me tiró un beso…y su lengua volvió a acariciarme, pero esta vez recorriendo mi polla de arriba abajo…recreándose, saboreándola. Se acercó un poco más y, siempre muy muy lentamente…comenzó a introducirla en su boca.

El roce de sus labios me arrancó un gemido, sentía la piel deslizándose hacia atrás, el calor de aquella boquita que un momento antes me sonreía…y que ahora me estaba devorando…su cabecita se movía cada vez con mayor rapidez, alternando los juguetones toquecitos de su lengua con profundas caricias que su mano acompañaba. Se detuvo un momento y se llevó el dedo a la boca…pensé que para masturbarse ella…pero no. Para mi sorpresa lo llevó hasta mi culito, separándolo y comenzando a humedecerlo. Nunca me habían hecho algo así, y por un momento dudé si me gustaría o no…solo hasta que sentí como su dedo comenzaba a hacer una ligera presión, girando en pequeños círculos…y empezó a introducirse. Notaba como casi sin hacer nada se iba adentrando, haciéndome suyo.

Me eché hacia atrás, y ella aprovechó para meterse de nuevo mi polla en la boca, de un solo golpe…Su lengua, su dedo, cada vez más dentro de mí…aquello era demasiado, no podía controlar mis propias reacciones…el que mis caderas oscilaran siguiendo su ritmo endiablado, que me volvía loco. Mis dedos se perdían entre su pelo, crispándose cuando sus labios se cerraban con fuerza sobre mi polla, succionándola…le susurré que no iba a aguantar mucho más, que parara…pero ella ya lo sabía, y no me hizo caso…al contrario, aceleró el ritmo de sus caricias. Me sentía lleno, envuelto completamente por el placer…y me corrí, me derramé en su boca, al tiempo que su dedo se me clavaba hasta el fondo…convirtiendo aquella sensación familiar en algo mucho más intenso de lo que hubiera podido imaginar…

Cuando salimos de nuevo al salón la fiesta seguía muy animada, pero me di cuenta de que Marta no estaba. Le pregunté a Javi, pero me dijo que no sabía que le pasaba, que había dicho que no se encontraba muy bien y que se iba a casa. No había dejado que la acompañara y como vivía a dos manzanas pensó que si no estaba de humor era mejor dejarla sola. No estaba seguro de si lo que acababa de pasar entre Ana y yo tenía algo que ver, quizás era verdad que se hubiera puesto mala. La bebida, a lo mejor, o haber cenado poco. Como ya era tarde, decidí llamarla al día siguiente. Lo hice, y varias veces, pero no contestó. Me extrañó, porque nunca se separaba de su móvil, pero lo dejé estar. Pensé ir a su casa, pero al final me llamó Ana y fuimos al cine. Ya la vería por la mañana en clase.