miprimita.com

En mi finca de caza (3: Trio con iniciación anal)

en Grandes Series

Me estaba poniendo un whisky, cuando entraron las muchachas en el salón. Venían charlando animadamente sobre temas triviales, Patricia se había recuperado gracias a los cuidados de María, y viendo el rubor en las mejillas de ambas, supe al instante el tipo de bálsamo usado. Lejos de ofenderme, el que sin mi consentimiento hubieran compartido algo mas que un baño, estaba contento, mis planes se iban cumpliendo al pie de la letra siguiendo la vieja práctica del palo y la zanahoria. Al verme se quedaron calladas, como esperando mi reacción. La sesión de sexo, que sin lugar a dudas habían disfrutado, les había sentado bien. Son dos pedazos de mujeres, tuve que reconocer al observarlas.

La ex de mi amigo, con sus treinta y dos años, se conservaba estupendamente, el camisón realzaba su silueta, con su profundo escote y la apertura hasta medio muslo desvelaba unos pechos firmes y unas piernas bien contorneadas. Era una mujer elegante, de la alta sociedad, que jamás se había dignado a mancharse las manos con un trabajo manual. Mi empleada en cambio, era una joven de veintitrés años, cuya mirada seguía conservando la lozanía de la niñez que se conjuntaba en perfecta armonía con un cuerpo de pecado, grandes pechos coronaban una cintura estrecha, y todo ello adornado por una piel morena que hacía resaltar sus ojos azules.

Paula rompió el incómodo silencio, preguntándome si deseaba algo mas, o por el contrario si se podía ir a preparar la cena. Mirándola a la cara, descubrí que no le apetecía estar presente cuando, con toda seguridad, castigara a Patricia. Le dije que se fuera a cumplir con sus obligaciones, sin sacarla del error, este no era el momento del castigo, tenía una semana para ejercerlo y ahora lo que me apetecía era disfrutar de la mujer, que hasta hace 24 horas compartía el lecho de Miguel.

-Patricia, siéntate aquí-, le dije señalando un sillón orejero, -tengo que hablar contigo, pero antes, ¿quieres una copa?-.

Me contestó que si, que estaba sedienta, sin reconocer que lo que realmente estaba era muerta de miedo, al no saber que es lo que le tenía preparado. Haciéndola sufrir, tranquilamente le serví el cacique con coca-cola que me había pedido, tardando mas de lo necesario entre hielo y hielo, mezclando la bebida con una lentitud exasperante, de forma que su mente no podía parar de darle vueltas a que le depararía su futuro inmediato. Cuando terminé, lo cogió con las dos manos, dándole un buen sorbo, mi actitud serena la estaba poniendo cardiaca, no se esperaba este recibimiento. Poniéndome detrás del sillón, apoyé las dos manos sobre sus hombros. Ella sintió un escalofrío, al notar como mis palmas se posaban sobre ella, quizás temiendo por la cercanía de su cuello, que fuera a estrangularla. Esperé a que se relajara, antes de empezar a hablar, todos los detalles eran importantes, si quería que esa mujer bebiera de mi mano, debía antes desmoronar sus defensas. Cuando aceptó mi contacto, sobre su piel, empecé a acariciarle sus hombros, eran unas caricias suaves casi un masaje, nada parecido a como la traté en la dehesa. Patricia no sabía a que atenerse, me tenía miedo pero en ese momento le recordaba, no al salvaje que la había denigrado, sino al amigo que conocía desde que era una adolescente.

Mis carantoñas no cesaron cuando, con voz seria, comencé a hablarle al oído.

-Pati, estoy enfadado contigo, por que ayer me trataste de engañar, cuando me mentiste diciendo que tu marido te maltrataba-, intentó protestar al oírlo, pero la corté por lo sano apretando un poco mas de lo necesario su cuello,-no sé que es lo que intentabas con ello, porque tarde o temprano me iba ha enterar. Solo se me ocurre, que tratabas de seducirme antes de que eso ocurriera-, la tensión con la que escuchó mi comentario era la confirmación que necesitaba,-pero quiero que sepas que no era necesario, ya que desde niño me has gustado, y solo el hecho que estuvieras con Miguel, evitó que me declarara-, estaba mintiendo pero ella no lo sabía, y creyéndome se relajó, lo cual lo tomé como señal para profundizar mis caricias, bajando despacio por su escote, -ya sabes y si no te lo digo yo, por que no quiero que haya malos entendidos, que María es mi amante, y que creo que le gustas-, en ese momentos mis dedos jugaban con el borde de sus aureolas,-creo que le gustaría tenerte en mi cama, compartiendote conmigo-, los pezones de la muchacha estaban duros al tacto cuando me apoderé de ellos pellizcándolos tiernamente, la excitación se había extendido ya por su cuerpo ,- somos una pareja abierta, por eso te propongo que te unas a nosotros-.

Sin darle tiempo a responder, la levanté del sillón , abrazándola mientras mis labios rozaban los suyos, Patricia me respondió con pasión besándome mientras me despojaba de la camisa. Sus manos no dejaron de recorrer mi pecho, cuando su boca mordió mi cuello, ni cuando sus caderas se juntaron a mi, buscando la cercanía de mi sexo. Estaba en celo, el relato de María, la atracción que sentía por ella y mis arrumacos se le habían acumulado en su cabeza, y necesitaba desfogar ese deseo. Sin mas preámbulos, se arrodilló abriéndome el pantalón, dejando libre de su prisión a mi pene. Sonrió al ver su tamaño, le hizo sentirse una mujer deseada. No se había dado cuenta de lo que añoraba a un hombre que le protegiera hasta que se lo había oído decir a mi empleada, yo podía ser ese hombre, y no iba a desperdiciar la oportunidad. Su lengua empezó a jugar con mi glande, saboreando por entero, a la vez que su mano acariciaba toda mi extensión.

Era una gozada verla de rodillas haciéndome una felación, notar como su boca engullía mi sexo, mientras su dedos acariciaban mi cuerpo. Pero ahora quería mas, por lo que obligándola a levantarse, la tumbé encima de la mesa, y desgarrándole el camisón, la dejé desnuda. Me miraba con deseo mientras me despojaba del pantalón, y se le puso la carne de gallina cuando bajándole el tanga, empecé a jugar con su clítoris.

-¿Te gusta?, verdad putita-, le dije mientras proseguía con mis maniobras.

-¡Si!-, con la voz entrecortada por la excitación, -¡házmelo ya!.

Estaba en mis manos, con un par de sesiones mas esta mujer sería un cachorrito en mi regazo, y con la ayuda de María la convertiría en esclava de mis deseos, todo en ella me pedía que la penetrara, sus ojos, su boca, el sudor de sus pechos revelaban claramente la fiebre que sentía. Separando sus labios con mis dedos, puse la cabeza de mi glande en la entrada de su cueva, a la vez que torturaba sus pezones con mi boca.

-Por favor-, me gritó pidiéndome que la penetrara.

Muy despacio, de forma que la piel de mi sexo fuera percibiendo cada pliegue, cada rugosidad de su vulva, fui introduciéndome en su cueva, en un movimiento continuo que no paró hasta que no la llenó por completo. Patricia entonces empezó a mover sus caderas, como una serpiente reptando se retorcía sobre la tabla, buscando incrementar su placer. Gimió al percibir como mi pene se deslizaba dentro de ella incrementando sus embistes, y gritó desesperada al disfrutar cuando mis huevos golpearon su cuerpo como si de un frontón se tratara. Previendo su orgasmo, la penetré sin compasión, mientras que con mis manos apretaba su cuello, cortándole la respiración, ya que la falta de aire, incrementa el placer en un raro fenómeno llamado hipoxia. Ella no sabía mis intenciones, solo notaba que no podía respirar, por lo que se revolvió tratando se zafarse de mi abrazo, pero la diferencia de fuerza se lo impidió, y aterrorizada pensaba que iba a morir, mientras desde su interior, una enorme descarga eléctrica subía por su cuerpo, explotando en su cabeza. Y como si de un manantial se tratara, su cueva manó haciendo que el flujo de su orgasmo envolviera mi pene. Al sentirlo, descargué dentro de ella toda mi excitación, mientras ella, con sus uñas, desgarraba mi espalda, exhausta pero feliz de lo que había experimentado.

-La cena esta lista-, desde la puerta nos informó María, que por el color de su cara y el brillo de sus ojos , debió de ser participe como vouyeaur de nuestras andanzas. "Seguro que había estado mirando, y se le ha mojado su tanga", pensé al verla.

El camisón estaba desgarrado por lo que se puso una camisa mía, al querer ponerse bragas se lo impedí, todavía no había hecho lo honores a su culito, y aunque había aliviado parte de mi calentura, algo me decía que no era suficiente. Con mi empleada, abriendonos paso, fuimos al comedor donde estaba preparada la cena. Sobre la mesa, tres lugares, sin preguntarme había decidido que ya era un hecho nuestro trío, cosa que me molestó porque aunque fuera verdad, no me gustaba que lo diera por entendido. Si quería jugar, jugaríamos, pero según mis normas y siguiendo mis instrucciones.

-María, creo que me debes una explicación-, me miró asustada, sabía que la había descubierto y que se avecinaba un castigo,-¿Quién te dio permiso para usar mi mercancía?-.

-Nadie-, me contestó, y sin necesidad de que le dijera nada mas, se fue desnudando con Patricia alucinada por que no entendía nada. Cuando hubo terminado, se arrodilló en la alfombra, dejando su trasero en pompa, de forma que facilitara el castigo. La ex de mi amigo intentó protestar pero al ver mi mirada, decidió callarse no fuera a recibir el mismo tratamiento.

Saqué entonces de un cajón una fusta y cruelmente le azoté el trasero. Recibió la reprimenda sin quejarse, de su boca solo surgieron disculpas y promesas de que nunca me iba a desobedecer otra vez. Las nalgas temblaban, anticipando cada golpe, pero se mantuvo firmemente sin llorar hasta que decidí que era suficiente.

Patricia estuvo todo el rato callada, en su cara se le podía adivinar dos sentimientos contradictorios, por una parte estaba espantada por la violencia con la que había fustigado a la mujer, pero por otra no podía dejar de reconocer que algo en su interior la había alterado, ver a la muchacha que la había consolado en posición de sumisa, y sus nalgas coloradas por el tratamiento, había humedecido su entrepierna.

Acercándome y acariciando ese trasero que tantas alegrías me había dado, no pude dejar de sentir pena, y agarrando la botella de vino blanco que estaba en la mesa y sirviéndome una copa, pregunté:

-Pati, ¿te apetece una copa?-, que le ofreciera de beber, la dejó fuera de juego, pero como tenía la garganta seca por el miedo, me respondió afirmativamente.

Esas nalgas necesitaban ser enfriadas, por lo que derramé una buena cantidad de vino sobre ellas y cogiendo del pelo a la rubia le ordené que bebiera. Obedientemente, empezó a sorber el liquido, que goteaba por su trasero, al principio despacio temiendo el hacer daño a la criada, pero el cuidado con el que pasaba la lengua sobre su atormentada piel, provocó que unos pequeños gemidos de placer surgieran de la garganta de la muchacha. Patricia al escucharlos, sintió como su vulva se alteraba, y sus incursiones se fueron haciendo cada vez mas atrevidas, con sus manos abrió los dos cachetes, para que le resultara mas fácil el obtener con su boca las gotas de vino que se habían deslizado por el canalillo de María. Cuando empezó a recorrer el inicio de su escroto, no se pudo aguantar y sin ningún recato le pedía que siguiera, que le encantaba el notar la humedad de su lengua en su hoyo secreto. Estaban excitadas y listas, una mujer adolorida siendo consolada por otra, me enterneció, por lo que pregunté a mi criada:

-¿Te llegaste a correr antes?-

-No, ¡Te lo juro!-, me contestó con la voz entrecortada por el calor que sentía.

-Túmbate-, le ordené, y reacomodándolas, puse su pubis en disposición de ser devorado por la mujer.

Esta se lanzó como una fiera sobre él, y separando con los dedos los labios inferiores, se apoderó del su clítoris, mientras que con la otra mano, le acariciaba los pechos. María estaba recibiendo el premio a su fidelidad, después de su merecido castigo, su amante la recompensaba otorgándole el placer de ser reconfortada en lo mas íntimo, su ojos me miraban con deseo y gratitud, mientras sus piernas se abrazaban a la mujer, sus senos eran acariciados y su sexo se licuaba entre lamida y lamida. La visión del culo de Patricia, mientras proseguía comiéndose a mi criada, me devolvió a la realidad, apeteciéndome ser participe de esa unión.

Busqué algo que me sirviera, sobre la mesa una botellita con aceite de oliva era perfecto, por lo que separándole las nalgas a mi amiga deposité unas gotas sobre el inicio de su trasero. Ella al sentir el contacto de mis manos, levantó su trasero sabiendo que era inevitable. Con mi mano lo extendí, concentrándome en su agujero virgen, aunque se lo mereciera no quería excederme cuando hiciera uso del mismo, de forma que fui relajándolo con un masaje, ella respondió como una loca mis caricias, sus dientes se apoderaron del botón de placer de María, mientras sus dedos empezaban a someter a la vagina de la mujer a una mas que deseada tortura. Con mi criada a punto de explotar, decidí que era hora de romperle por primera vez su escroto, por lo que poniendo mi pene en la entrada trasera de la mujer, de una sola embestida introduje mi extensión dentro de ella. Gritó de dolor, pero no intentó zafarse de mi agresión. Y tras breves momentos en los que dejé que se acostumbrara a mi grosor dentro de ella, comencé con mis embestidas. Completamente llena, se había olvidado que tenía que seguir consolando a María, por lo que esta tirándole del pelo, volvió a acomodar la boca de la mujer en su sexo, manteniéndola en esa posición sujetándole la cabeza con sus dos manos.

Era nuestro objeto de placer, no podía dejar de lamer y mordisquear el clítoris de mi amante, mientras yo estrenaba su culo. Babeando notó que la mujer que se estaba comiendo, estaba cercana al climax, iba a ser la primera vez que una hembra se corriera en su boca, por lo que aumentó el ritmo de sus caricias, al sentir los primeros espasmos de placer de la muchacha. Recibió ansiosa el río ardiente de la mujer, era nuevo para ella el sabor agridulce del flujo, pero tras una sorpresa inicial, como posesa buscó no desperdiciar ni una gota de ese regalo liquido, bebiendo y absorbiendo mientras su propio cuerpo dejaba de sufrir por mis incursiones y mas relajada empezaba a disfrutar de mis movimientos. María, satisfecha se levantó para ayudarme con la muchacha, y poniéndose debajo mío, separó sus labios, introduciéndole dos dedos en su vulva.

Patricia no se podía creer ser sodomizada y follada a la vez, y ya sin ningún recato, gritaba que siguiéramos, que era una puta, pero que no paráramos. Sus caderas se movían sin control, buscando el placer doble que le provocaban los dientes de mi criada sobre su clítoris y mi pene rompiéndole su virgen culo. Tuve que intervenir, sujetándole por la cintura, acomodé sus movimientos a mis penetraciones, no quería que se desperdiciara esa primera vez, por la descoordinación de nuestros cuerpos. Ella no entendió este parón, por lo que me exigió que siguiera, recibiendo un azote como respuesta.

-Tranquila-, Volví a recomenzar mis penetraciones, sintiendo como toda mi extensión recorría su ano,- muévete solo cuando te lo ordene-, comprendió que es lo que quería cuando mi mano cayó por segunda vez sobre sus nalgas,-¡Ahora!-.

Era una buena aprendiz, sus caderas se acomodaron al ritmo , siguiéndole marcado por mis manos sobre su trasero. Estábamos en perfecta armonía, empujando al recibir los azotes, recibiendo mi extensión a continuación. Inmediatamente. Poco a poco fuimos incrementando la cadencia, hasta que nuestro galope se convirtió en una carrera sin freno. María, que no dejaba de introducir sus dedos en ella, cambio el objetivo de su boca, empezando a jugar con mis testículos cada vez que estos se acercaban a su lengua.

Patricia, apoyó su cabeza contra la alfombra, cuando desde su interior como si fuera una llamarada su cuerpo se empezó a convulsionar de placer, y derramándose en un torrente de líquido que recorrió sus muslos, cayó agotada sobre el suelo, mientras ya encima de ella, proseguí introduciendo mi pene en sus entrañas, excitado por sus gemidos. María me besó dejándome que mi lengua se introdujera en su boca, acelerando mi excitación. Era el dueño, tenía a mis dos mujeres donde yo quería, y tras unos breves pero intensos momentos, exploté dentro de la rubia, mientras besaba con pasión a mi criada.

Caí agotado, pero satisfecho, escoltado por dos bellezas, una a cada lado, rubia y morena, diferentes, pero ambas mías. En cuanto me hube recuperado un poco, me puse en pié exigiendo mi comida, las muchachas me dijeron si no me había saciado suficiente, y cabreado les aclaré:

-Esto fue un aperitivo-, en sus caras su felicidad era patente,- el banquete será esta noche en la cama, pero ahora quiero cenar-, y viendo que se sentaban en la mesa, agregué mientras cortaba el filete,-¡El servicio come en la cocina!-.

Mas de golfo

Todo comenzó por una partida de póker

No son dos sino tres las putas con las que me casé

Mi mejor alumna se entregó al placer

Mi secretaria. cara de niña y cuerpo de mujer 5

Me llamo Rebeca. Soy una puta, casada e infiel.

Mi secretaria cara de niña y cuerpo de mujer 4

Mi secretaria tiene cara de niña y cuerpo de mujer

Mi secretaria tiene cara de niña, cuerpo de mujer2

Mi secretaria tiene cara de niña y cuerpo de mujer

¿Me darías un azote? Descubriendo a mi sumisa

Una nena indefensa fue mi perdición 4

Una nena indefensa fue mi perdición 3.

La puta de mi cuñada

Una nena indefensa fue mi perdición 2.

Una nena indefensa fue mi perdición

Yo, cazador

Mi prima preñada y su dinero, mis mejores afrodisi

Herederas de antiguos imperios

Mi prima preñada y su dinero, mis afrodisiacos 6

Mi prima preñada y su dinero, mis afrodisiacos 5

Mi prima preñada y su dinero, mis afrodisiacos 4

Mi prima preñada y su dinero, mis afrodisiacos 3

Mi prima preñada y su dinero, mis afrodisíacos 2

Descubrí a mi tía viendo una película porno 7 FIN

Mi prima preñada y su dinero, mis afrodisíacos

De loca a loca, me las tiro porque me tocan

Mi tímida e inocente amiga me entregó su culo

Me compré una bella esposa asiática por internet.

Mis enormes tetas fueron mi perdición.

La dulce e ingenua doctora que se volvió mi puta 2

Robando la leche de su madre al hijo de mi criada.

La dulce e ingenua doctora que se volvió mi puta

Descubrí a mi tía viendo una película porno 6

Descubrí a mi tía viendo una película porno 5

Mi prima mi amante, mi puta y ante todo mi mujer 2

Mi prima, mi amante, mi puta y ante todo mi mujer

Duelo de divas en la gran manzana.

Mi hermano me heredó a una diosa virgen

La huésped del hotel . Una ninfómana insaciable.

La huésped del hotel.Una tarde sin parar de follar

Mi cita a ciegas resultó muy puta 2.

Mi cita a ciegas resultó muy puta.

Descubrí a mi tía viendo una película porno 4.

Mi hermano me heredó a sus mujeres. (LIS)

Borracha y semidesnuda esperó mi jefa en el portal

Descubrí a mi tía viendo una película porno 3.

Las tortuosas vacaciones dela inocente jovencita 2

De la cama de mi esposa a la de mi cuñada (2 de 2)

De la cama de mi esposa a la de mi cuñada (1 de 2)

La suegra de mi hijo me entregó su culo.

Me comí el culo de mi abogada, una madura infiel.

Las tortuosas vacaciones de una inocente jovencita

La ingenua alumna que resultó muy puta

Mi nuera me preguntó si podía hacerme una mamada 2

La ex esposa de un amigo nos folló en un congreso.

Mi caliente vecina y yo nos follamos a mi mujer

Pillé a mi vecina recién divorciada muy caliente

La ex esposa de un amigo me abordó en un congreso.

Una diosa MUDA me salvó la vida en la montaña.

Descubrí a mi tía viendo una película porno 2

Mi nuera me preguntó si podía hacerme una mamada.

Descubrí a mi tía viendo una película porno

Dos gemelos me follaron en mitad de un parking

Una amiga me ayuda con el cabrón de mi vecino.

Enculando a la malcriada y a su amiga por zorras

Descubro que mi madre es tan puta como yo.

Mi esposa se compró dos mujercitas por error 2

Mi esposa se compró dos mujercitas por error.

Desvirgando a la super soldado

Me pone super cachonda el cabrón de mi vecino.

De super soldado asexuada a puta sin remedio.

Me follé a la enfermera de mi madre y a su gemela

Educando a una malcriada, la hija de un amigo

Preñé a mi madrastra durante una noche de verano.

Pillé a mi suegra con otro y por eso me la follé

Pillé a la puta de mi suegra con otro.

Mi prima venía a preñarse y la cedí a otra mujer

La enfermera de mi madre y su gemela.

La enfermera de mi madre resultó muy puta

El ídolo 5: Vendo a mi sumisa por dinero.

El ídolo 4: la hija del jefe resultó ser una diosa

El ídolo 3: la profesora y mi compañera, mis putas

El ídolo 2: Las nalgas de la profesora fueron mías

El ídolo 1: Mi compañera no es puta, es ninfómana.

Seducido por la niñera de mis hijos, una exmonja2

Seducido por la niñera de mis hijos, una ex-monja

Mi prima venía a preñarse y salió con el culo roto

Mi jefe me entrega a una jovencita como esclava

Aunque me costó: ¡Por fin me follo a mi mujer!

Mi tía y su amiga me mandan a tomar por culo.

Marina, una perroflauta con la que me casé

Mi tía me regala otra fantasía: una PONY GIRL

Mi tía, su transformación en puta y su amiga 2

Mi tía, su transformación en puta y su amiga

Las enormes tetas y el culo de mi tía, la policia

Las enormes tetas y el culo de mi Tía, la policía

Diario secreto de una suicide girl

Rubia teñida, gorda y obsesionada por el sexo

Sexo inesperado con una negrita en la playa.

Conseguí que mi marido me follara como a una puta.

Sustituí a un amigo con su madre y su esposa

De compañera de trabajo a novia sumisa en 1 noche

Pillé a la puta de mi esposa con otro.

Mi prima me folló gracias a Alonso, un prostituto.

Mi jefa es una hija de puta con su hermana también

La esposa del narco y su hermana. ¡Menudo par!

Mi jefa es una hija de puta con tetas.

La esposa de un narco y su hermana. LA HERMANDAD

La esposa de un narco y su hermana son mis vecinas

Al conocer a mi hija, recuerdo el amor de su madre

¿Me deja adiestrar a la puta? me rogó Susana

Di por culo a la puta de mi cuñada y a mi mujer 2

¿Aceptarías como sumisa a mi amiga? me rogó Susana

Di por culo a la puta de mi cuñada y a mi mujer

¿Me atarías a tu cama? me rogó Susana

¿Me darías un azote? me rogó Susana

La viuda de mi hijo y su madre son mis putas 2

La viuda de mi hijo y su madre son ahora mis putas

Di por culo a la puta de mi cuñada en una playa 3

Mamá descubre que mi tío y yo tenemos una sumisa.

Mi tío me entrega para mi placer a una sumisa.

Di por culo a la puta de mi cuñada en una playa 2

Para salvar a Johana, me follo a Ivanka Trump. 2

Para salvar a Johana, me follo a Ivanka Trump 1

Mi prima, mi criada y yo somos una extraña familia

Ayudo a la inquilina a follarse a mi puta esposa

Entre mi esposa y yo, nos follamos a la inquilina.

El culo de mi compañera de trabajo fue mi manzana

Consolando a mi vecina, madre joven y recién viuda

¿Te follarías a una embarazada? me soltó mi cuñada

¿Qué te parecen las nuevas tetas de tu secretaria?

¿Me romperías el culito? me dijó un día mi sobrina

¿Harías un trío con un par de putas como nosotras?

¿Te parecería una puta si te pido que me folles?

¿Te follarías a mi madre?: preguntó mi esposa

La cuñada de mi hijo resultó que no era tan puta

Puta, casada y culona era la hija de mi vecina

¡Qué culo tiene esa mujer! La entrego a una amiga

¡Qué culo tiene esa mujer!: acepta su sumisión

Historia de un político corrupto: Doña Leonor

¡Qué culo tiene esa mujer!: La esposa de un amigo

Sustituí a su esposa en la cama de mi tío.

El cambio de mi vida: De auditora a puta

La decente profesora es ahora nuestra puta esclava

Doce noches 4 mi prima y su amiga se emborrachan.

Su alumna pilla follando a la decente profesora

Mi profesora no era decente sino muy puta

Infiel a mi mujer con la hermana de mi amigo

Di por culo a la puta de mi cuñada en una playa

Caí entre las piernas de mi “ingenua” secretaria

La puta de mi mujer metió en mi cama a su amiga

Doce noches con mi prima y su amiga en una isla 3

Doce noches con mi prima y su amiga en una isla 2

Doce noches con mi prima y su amiga en una isla

Preñé a la hermana de mi mujer con su permiso

Prostituto Una clienta me confesó que era lesbiana

Seducido por ella, desvirgué a la amiga de mi hija

Fui infiel a mi marido con su padre, mi suegro

Prostituto 20 Correos obscenos de una puta preñada

Mi cuñada, además de princesa, resultó muy puta 2

Mi cuñada, además de princesa, resultó muy puta

Cómo conseguí convertirme en la esclava de mi jefe

Prostituto 19 Esther es mas puta que yo

Prostituto 18 Follando en el Central Park

Prostituto 17Un perro se folla a mi clienta virgen

Prostituto 16 La modelo obsesionada con la leche

Prostituto 15 Dina quiere ser violada

Prostituto 14 Mi novia me traiciona con un abuelo

Prostituto 13 La mulata se entrega a mí por placer

Prostituto 12 Ayudo a Zoe a vengarse de su gemela

Prostituto 11Una policía y su gemela me chantajean

Prostituto 10 Semental para una pareja de lesbiana

Secuestrado, atado y humillado por mi ex suegra.

Prostituto 9 La mamá contrata y su niña me folla

Prostituto 8 Yuko una japonesa insaciable me folla

La taxista, su amiga y un pintor. Trío inesperado

Prostituto 7: Bob, un marido cornudo y mirón

El diablo hecho mujer. Ilse, una morena cachonda

Prostituto 6: Carol, una flaca de enormes pezones.

Prostituto por error 5: Betty, una mamá lactante

Prostituto por error 4:Ann y su criada negra part2

Prostituto por error 4:Ann y su criada negra part1

Prostituto por error 3: La ejecutiva tetona

Prostituto por error 2:Helen, enculando a la gorda

Prostituto por error: Ángela, la azafata buenorra.

Soy la puta de don Fernando, mi nuevo jefe.

Mi obsesión por el culo de la profesora de mi hija

De discreta vecina a puta desorejada.

¡Un cura me obliga a casarme con dos hermanas! 2.

¡Un cura me obliga a casarme con dos hermanas!

Al ayudar a la novia de mi hijo, la hice mi mujer

Animando 2... mi prima embarazada me busca novia.

Animando a mi prima hermana, una hembra necesitada

La tara de mi familia 1

Cinco días con la perturbada viuda de mi amigo

Asediado por mi ahijada, la hija de mi mejor amigo

Acosado por mi jefa, la reina virgen.

Me follé a la puta de mi jefa y a su secretaria 2

Me follé a la puta de mi jefa y a su secretaria 1

Historia de ...6 (Soy promíscua)

Historia de...5 (mis amantes son unas zorras)

Historia de un verdadero amor 4

Historia de un verdadero amor 2

Historia de un verdadero amor 3

Historia de un verdadero amor 1

La noche que conocí a Sonia

Tengo miedo (Vudú )

¿Violación o deseo?. Luna

¿Quién es Ella?

Dos mujeres y La espada de Damocles

Adiestrando a las hijas de mi jefe (3)

Atraído por... 3, Mi negra me trae otra criada.

Atraído por... 2, Cadenas de sumisión

Atraído por mi nueva criada negra.

Ana, mi secretaria, está embarazada

Adiestrando a las hijas de mi jefe (2)

Adiestrando a las hijas de mi jefe (1)

Madre de alquiler o hembra hambrienta de sexo

La tara de mi familia 8: la dulce Wayan

La tara de mi familia 7: Inseminación forzada

La tara de mi familia 6: Sometiendo a Thule

La tara de mi familia 5: venciendo a Makeda

La tara de mi familia 4: Lucha por el dominio

La tara de mi familia 3: Dos hermanas chinas

La tara de mi familia 2: El sacrificio de mi...

La tara de mi familia 1: Mis primeras experiencias

Saqué a la puta que había en su interior (2)

Saqué a la puta que había en su interior

En mi finca de caza (4: Patricia se confiesa)

En mi finca de caza (2: María consuela a Patricia)

En mi finca de caza (1: Con la ex de mi amigo)

Libertad es lo que perdí esa noche

Descubrí a mi secretaria en mi jardín.

Gracias al padre 5, con la hija y sus amigas

Gracias al padre 4, con la hija y sus amigas

Gracias al padre, estuve con la hija y la madre 3

Gracias al padre, estuve con la hija y la madre 2

Gracias al padre, estuve con la hija y la madre

Sentí sus manos recorrer mi cuerpo

Luna azul mejor que el viagra

Amanda (2: Bárbara, la castiga suavemente)

Amanda