miprimita.com

Historia de un verdadero amor 4

en Lésbicos

Historia de un verdadero amor.

Historia novelada de un hecho histórico, el amor entre una judía y una mujer aria en la Alemania nazi. En este capítulo cuando la protagonista ya disfruta libremente de su sexualidad, el pasado vuelve a su vida.

 

Berlín, 22 de enero de 1942.

Querido diario:

Ayer en la noche, fue nuestro aniversario. Hace exactamente un mes que dejé de vivir esa vida asexuada y huidiza para convertirme en la lesbiana que soy hoy en día.

No ha sido fácil, he tenido que romper con mis creencias y adentrarme en un nuevo mundo sin saber hacia dónde me iba a llevar. Ser judía ya no me parece tan importante, las personas son lo que son y no importa su origen. Lo único que no ha cambiado es el asco que tengo a los nazis. Fanáticos enfundados en sus rutilantes uniformes que al ser incapaces de reconocer sus errores se dedican a perseguir al diferente. Creía que solo era a mi pueblo, pero no es así. Judíos, gitanos, homosexuales, monárquicos, comunistas, les da igual. Odian al diferente. Y por eso me odiarían a mí, si alguna vez me descubrieran.

Mi relación con Ilse me satisface. Sigo sin estar enamorada pero me da esa tranquilidad que tanto necesitaba. Su genuina devoción por mí, hay momentos que me empalaga, pero soy feliz. Me estoy acostumbrando a ser querida. Desde que me he ido a vivir con ella, me trata como una princesa, siempre atenta a mis caprichos, siempre dispuesta a cumplir con mis deseos.

Hoy le he dado una sorpresa. Al salir del trabajo, he ido a una tienda y le he comprado ropa. Ella paga todo, no me deja gastar en nada y por eso he querido tener un detalle con ella.

En el autobús cuando volvía a casa, me he encontrado con Brigitte. Sigue impresionante. Como ya te he contado es una mujer altísima con cintura estrecha y pechos de infarto. Hemos estado hablando durante más de media hora. Ninguna de las dos ha hecho mención a lo ocurrido en el coche de Gerard, pero te tengo que reconocer que mientras charlábamos me excitaba la idea que se repitiera y que esta vez que fuera yo quien la tocara. Me ha comentado que ha roto con él porque le pilló con otra y que desde entonces se siente muy sola. Cuando le comenté que estaba viviendo con Ilse, creí descubrir una expresión de desilusión en su cara, pero ha prometido visitarnos.

Ojala lo haga, me parece, además de guapa, una persona estupenda.

Al llegar al apartamento, Ilse me recibió preocupada. No sabía dónde estaba y pensaba que me había ocurrido algo. No sé, querido diario, pero quizás me esté acostumbrando a mi papel dominante, pero me molestó que me preguntara y enfadada, le dejé el paquete y sin decir nada me encerré en el cuarto, sin hacer caso a mi amada que, al otro lado de la puerta, me pedía que la perdonase.

A las dos horas, aunque no se me había pasado el coraje, salí a comer a algo. Con extrañeza descubrí que Ilse no había preparado la cena y ya realmente enfadada, la llamé a gritos. Cuando entró en la cocina, lo que vi me dejó impresionada.

Llevaba puesto el vestido azul que le acababa de regalar, pero lo había trasformado. La falda la había recortado hasta convertirla en un cinturón ancho, con la tela que sobraba se habría hecho un delantal, había abierto el escote y sobre la cabeza llevaba una cofia.

-¿Qué narices has hecho?-, le pregunté horrorizada al descubrir que había destrozado el traje nuevo.

-Mi dueña, siento haberme olvidado de mi papel-, me respondió,-por eso he creído conveniente que su primer regalo fuera un uniforme de sirvienta que me haga recordar lo que soy-.

La locura de sus actos lejos de enfadarme, me hizo sonreír y con voz calmada, le pregunté que teníamos de cena.

-La señora tiene la mesa servida en el comedor-, me contestó, señalando con su mano el camino como si no lo conociera.

Imitando a una gran dama, levanté la barbilla y me dirigí hacia mi silla. Al llegar, esperé a que mi criada me la acercara. Ilse no sabía qué era lo que yo aguardaba y dándole un azote en su trasero, le solté:

-Tienes mucho que aprender para ser una buena chacha, inútil. ¡Acércame mi silla!-.

-Perdón, mi señora, disculpe a esta inútil sirvienta, no se repetirá más-, me contestó abochornada.

Su cara reflejaba vergüenza, pero yo sabía que estaba disfrutando de su papel de sumisa.

-Luego recuérdame que debo darte un escarmiento-, le solté y sin darle más importancia, empecé a cenar.

La comida estaba buenísima, había preparado chucrut acompañado por un guiso de carne de ternera, todo ello bañado con un buen vino del Rhin. "Ilse es una mágnifica cocinera cuando se quiere lucir y hoy se ha esmerando", pensé mientras terminaba.

-¿El postre?-, exigí a mi amante que, mientras cenaba, se había arrodillado a mi lado, adoptando una posición servil.

Se levantó como un resorte y corriendo a la cocina, me trajo una fuente de fresas con nata. Al irme a servir, la paré con un gesto y le pedí que retirara el plato. Confusa, me rogó que le explicara.

-Desnúdate, voy a comer directamente sobre ti y no quiero que manches ese bonito uniforme-.

Haciéndose la sufrida, agachó la cabeza y sin mediar palabra, se desnudó y se extendió sobre la mesa. Disfruté un rato solo observándola. Me gusta esa mujer, su cuello, sus pechos pequeños pero firmes, su estómago sin grasa y sus esculturales piernas, pero lo que más me enloquece es su piel suave, su olor a niña y su pelo rubio, tan distinto al mío. Como si estuviera verificando que el plato donde iba a tomar el postre estuviera limpio, recorrí con mis manos sus aureolas, su ombligo, para terminar en su sexo ya humedecido por la excitación.

Cuidadosamente, fui colocando estratégicamente una a una las fresas sobre su cuerpo. No quedó punto de placer que no fuera ocupado por una de esas frutas.

Satisfecha del resultado, cogí la nata y con un cuchillo fui untando, cada trozo con cuidado, evitando que rebosara en exceso y si lo hacía, usando el filo, recogía lo sobrante. Mi amante se mantuvo quieta todo el tiempo, solo su respiración agitada revelaba hasta qué grado mis maniobras le estaban afectando.

-Se ven deliciosas-, dije en voz alta, -solo espero que al recipiente no se le ocurra cambiar su sabor con su flujo.

Le acababa de avisar que debía evitar excitarse, tras lo cual empecé con la fresa que había colocado en su boca. No me resultó difícil, cogerla de entre sus labios, pero al retirar la nata con la lengua, ella creyó que quería un beso.

-Eres un plato, no te muevas-. Cerró imperceptiblemente las piernas al oírme.

Sonreí al pensar que cuando llegara a su sexo, la nata se habría licuado por la temperatura del recipiente. Sin hacer caso a esa infracción, proseguí degustando los trozos de su cuello. Con las venas marcadas por la tensión, soportó estoicamente sin mover un músculo.

Las fresas que nacían en ambas clavículas y que se unían en su escote eran otra cosa, tuve que subirme a la mesa y colocarme encima de ella para podérmelas comer. Fue excitante tenerla inmóvil, a mi entera disposición debajo de mis piernas. Con cuidado para que no se cayeran fui cogiendo entre mis dientes los pedazos, rebañando la crema sin dejar más que el rastro húmedo de mi saliva.

Con mi sexo completamente empapado, me enderecé antes de dar cuenta de las que decoraban sus aureolas. Mi amante tenía la piel de gallina, concentrada no emitía el menor ruido. Me apetecía llegar al final, pero era una carrera de obstáculos y debía de conquistar cada cima antes de perderme en las profundidades de su cueva. Reconozco que fui mala al recoger la cosecha de sus pechos por que no solo no me conformé con el fruto, sino que me entretuve en mordisquear pacientemente sus pezones, buscando que me desobedeciera y sin poderlo evitar, se corriera aún antes de llegar a su sexo. Tuvo que morderse los labios para que distraerse y olvidarse que estaba siendo usada.

Al ir bajando por su torso y siguiendo el rastro dejado por la nata, recordé sus cosquillas. Estaba segura que si antes, al torturarle delicadamente los pechos, no había fallado, cuando mi boca recogiera de su ombligo el enorme fresón que había colocado en su interior, iba a sucumbir.

"No creo que lo consiga", pensé cuando ya estaba a escasos centímetros, "va a moverse". Pero como si fuera una estatua griega, Ilse soportó impasible las crueles caricias de mi lengua.

"Lo está consiguiendo", me dije mientras terminaba de masticar la fruta.

Me tomé mi tiempo antes de lanzarme sobre la última etapa de mi viaje. Mi propio sexo estaba sobre-excitado y me dolían los pezones, me urgía terminar para que la boca de mi amada saciara el otro hambre que me estaba consumiendo. Estuve a punto de masturbarme, necesitaba el contacto de unos dedos acariciando mi atormentado clítoris.

"¡No debo hacerlo!, ¡Jamás debe de tomar el control!", me repetía insistentemente, "Tengo que obligarla a que se corra".

Con determinación, proseguí mi camino. Separando sus piernas, abrí el hueco que requería mi exploración. Su olor me estaba volviendo loca, era yo la que realmente estaba deseando sumergirme en ella. Lentamente, fui bajando por su cuerpo. Mis manos acariciaban sus pechos, mientras mi lengua retiraba la nata de su pubis sin llegar todavía a la frontera de sus labios.

"¡Cómo la deseo!", pensé al recoger con mis dientes la fruta incrustada en la entrada de su gruta.

Sabiendo que era una de mis últimas oportunidades de hacer que se corriera, usé la áspera piel de fresón para acariciar su clítoris. A mis oídos llegó un leve gemido, envalentonada abrí sus pliegues y usando mi lengua a modo de cuchara recorrí todo su sexo. La excitación de mi amante era palpable, sus labios estaban completamente hinchado y su botón erecto.

Las gotas de mi propia ansia recorrían mis piernas en un reguero de pasión líquida que nacía de mi entrepierna mientras el objeto de mis lisonjas se mantenía incólume sobre la mesa. "Estoy a punto de correrme", reconocí preocupada mientras introducía uno de mis dedos en su vagina, "tengo que darme prisa". Forzando esa entrada que tanto trabajo me estaba dando, profundicé mi penetración añadiendo dos dedos y mordisqueando su clítoris con mis dientes.

¡Nada!, le había obligado a no excitarse y estaba cumpliendo a rajatabla mis instrucciones, tenía que hacer algo o habría perdido. Desesperada, me levanté de la mesa y cogí un plátano del frutero y de un solo golpe se lo incrusté hasta el fondo. Gritó al sentir asaltada su cueva, pero siguió sin correrse.

"Tengo que hacer algo".

Al no tener la porra al mi alcance, me tuve que conformar con una estrecha berenjena.

"Mira que es lo que voy a usar", le solté esperando que al ver el grosor del vegetal, se moviera o al menos se quejara. Pero no hizo ningún gesto, por lo que acercando el improvisado instrumento a su entrada, retiré la banana y con decisión, forcé cruelmente su sexo.

"¡Chilla!", le supliqué sin palabras, "¡tienes que venirte!".

Desesperada, comencé a sacar y a meter la berenjena, sin importarme el sufrimiento que suponía que estaba soportando. La pasión ya me había poseído. Mojando dos dedos en mi propio flujo, embadurné su inexplorado camino trasero, relajándolo. Sabía que ese agujero era todavía virgen, nunca su dueña había permitido que nadie lo horadara.

"No va a permitirlo", me dije tratando de auto-convencerme, siempre me había dicho que su ano solo estaba destinado a servir de evacuación de deshechos de su cuerpo y que jamás le daría otro uso.

Unté con nata el plátano antes de usarlo, no estaba segura del daño que podría provocarle si no lo hacía, y, sin mediar palabra, lo introduje unos centímetros en su interior.

"¡Se está dejando!", no dejaba esta niña de sorprenderme.

Penetrándola alternativamente por ambas entradas, fui acelerando mis maniobras al sentir que mis pechos y mi coño estaban a punto de explotar. La pared de su vagina recibía el empuje del vegetal tras lo cual era su esfínter el que era obligado a encajar por entero el fruto.

Alborozada, la escuché gemir. Sin ninguna piedad, apuré hasta el límite la cadencia de mis movimientos. Ilse se estaba desmoronando. Sus suspiros se sucedían sin pausa. Todavía podía ganar, pero debía de usar todas mi armas.

Acercando mi boca a su clítoris, lo puse entre mis dientes. Mi amante no aguantó sentirse violada y mordida y dando un grito de angustia se vació ante mis ojos. Fue alucinante ver que de su sexo, como si de un geiser se tratara, un cálido chorro brotó empapando la mesa.

-¡Sigue!-, me rogó absorta en su placer.-¡Lo necesito!-.

Sus palabras eran la confirmación de su fracaso, pero en mi fuero interno sabía que yo había hecho trampa y por eso no me importó seguir buscando su placer hasta que desplomándose sobre la madera, quedó vencida.

La dejé descansar unos minutos, tras lo cual la llevé a la cama.

-¿Cómo me vas a castigar por fallarte?-, me preguntó entornando sus ojos.

-Tu condena es esta…-, contesté señalando mi atormentado sexo.

Sonrió y separando mis piernas, se concentró en cumplir escrupulosamente su castigo. No tardó en conseguir que me corriera y, por primera vez, esa noche me dormí deseando que alguien me desvirgara.

 

 

Berlín, 13 de febrero de 1942.

Querido diario:

El pasado irremisiblemente siempre vuelve. Hoy en la oficina, el delegado en Dusseldorf me ha encerrado en su despacho. Asustada pensé que se iba a repetir la escena del sr. Hass, pero fue peor.

-Felice-, me dijo casi susurrando, -nuestro pueblo te necesita-.

Me costó entender a que se refería, mi actual vida había echado tierra sobre mis recuerdos. Tuvo que ser él, quien zarandeándome, me recordara que era judía y que nuestros congéneres sufrían.

-Que quiere que haga-, le contesté.

-Trabajarás para nosotros desde aquí. Ha sido una suerte que uno de los conductores te reconociera. Vamos a usar los camiones de la compañía para mandar a nuestros parientes a lugares seguros-.

No pude negarme. Había renegado de mis orígenes en pos de una seguridad y un modo de vida ficticia, pero sé que el destino me tiene reservado otro fin. No en vano….Soy judía.

 

Mas de golfo

Todo comenzó por una partida de póker

No son dos sino tres las putas con las que me casé

Mi mejor alumna se entregó al placer

Mi secretaria. cara de niña y cuerpo de mujer 5

Me llamo Rebeca. Soy una puta, casada e infiel.

Mi secretaria cara de niña y cuerpo de mujer 4

Mi secretaria tiene cara de niña y cuerpo de mujer

Mi secretaria tiene cara de niña, cuerpo de mujer2

Mi secretaria tiene cara de niña y cuerpo de mujer

¿Me darías un azote? Descubriendo a mi sumisa

Una nena indefensa fue mi perdición 4

Una nena indefensa fue mi perdición 3.

La puta de mi cuñada

Una nena indefensa fue mi perdición 2.

Una nena indefensa fue mi perdición

Yo, cazador

Mi prima preñada y su dinero, mis mejores afrodisi

Herederas de antiguos imperios

Mi prima preñada y su dinero, mis afrodisiacos 6

Mi prima preñada y su dinero, mis afrodisiacos 5

Mi prima preñada y su dinero, mis afrodisiacos 4

Mi prima preñada y su dinero, mis afrodisiacos 3

Mi prima preñada y su dinero, mis afrodisíacos 2

Descubrí a mi tía viendo una película porno 7 FIN

Mi prima preñada y su dinero, mis afrodisíacos

De loca a loca, me las tiro porque me tocan

Mi tímida e inocente amiga me entregó su culo

Me compré una bella esposa asiática por internet.

Mis enormes tetas fueron mi perdición.

La dulce e ingenua doctora que se volvió mi puta 2

Robando la leche de su madre al hijo de mi criada.

La dulce e ingenua doctora que se volvió mi puta

Descubrí a mi tía viendo una película porno 6

Descubrí a mi tía viendo una película porno 5

Mi prima mi amante, mi puta y ante todo mi mujer 2

Mi prima, mi amante, mi puta y ante todo mi mujer

Duelo de divas en la gran manzana.

Mi hermano me heredó a una diosa virgen

La huésped del hotel . Una ninfómana insaciable.

La huésped del hotel.Una tarde sin parar de follar

Mi cita a ciegas resultó muy puta 2.

Mi cita a ciegas resultó muy puta.

Descubrí a mi tía viendo una película porno 4.

Mi hermano me heredó a sus mujeres. (LIS)

Borracha y semidesnuda esperó mi jefa en el portal

Descubrí a mi tía viendo una película porno 3.

Las tortuosas vacaciones dela inocente jovencita 2

De la cama de mi esposa a la de mi cuñada (2 de 2)

De la cama de mi esposa a la de mi cuñada (1 de 2)

La suegra de mi hijo me entregó su culo.

Me comí el culo de mi abogada, una madura infiel.

Las tortuosas vacaciones de una inocente jovencita

La ingenua alumna que resultó muy puta

Mi nuera me preguntó si podía hacerme una mamada 2

La ex esposa de un amigo nos folló en un congreso.

Mi caliente vecina y yo nos follamos a mi mujer

Pillé a mi vecina recién divorciada muy caliente

La ex esposa de un amigo me abordó en un congreso.

Una diosa MUDA me salvó la vida en la montaña.

Descubrí a mi tía viendo una película porno 2

Mi nuera me preguntó si podía hacerme una mamada.

Descubrí a mi tía viendo una película porno

Dos gemelos me follaron en mitad de un parking

Una amiga me ayuda con el cabrón de mi vecino.

Enculando a la malcriada y a su amiga por zorras

Descubro que mi madre es tan puta como yo.

Mi esposa se compró dos mujercitas por error 2

Mi esposa se compró dos mujercitas por error.

Desvirgando a la super soldado

Me pone super cachonda el cabrón de mi vecino.

De super soldado asexuada a puta sin remedio.

Me follé a la enfermera de mi madre y a su gemela

Educando a una malcriada, la hija de un amigo

Preñé a mi madrastra durante una noche de verano.

Pillé a mi suegra con otro y por eso me la follé

Pillé a la puta de mi suegra con otro.

Mi prima venía a preñarse y la cedí a otra mujer

La enfermera de mi madre y su gemela.

La enfermera de mi madre resultó muy puta

El ídolo 5: Vendo a mi sumisa por dinero.

El ídolo 4: la hija del jefe resultó ser una diosa

El ídolo 3: la profesora y mi compañera, mis putas

El ídolo 2: Las nalgas de la profesora fueron mías

El ídolo 1: Mi compañera no es puta, es ninfómana.

Seducido por la niñera de mis hijos, una exmonja2

Seducido por la niñera de mis hijos, una ex-monja

Mi prima venía a preñarse y salió con el culo roto

Mi jefe me entrega a una jovencita como esclava

Aunque me costó: ¡Por fin me follo a mi mujer!

Mi tía y su amiga me mandan a tomar por culo.

Marina, una perroflauta con la que me casé

Mi tía me regala otra fantasía: una PONY GIRL

Mi tía, su transformación en puta y su amiga 2

Mi tía, su transformación en puta y su amiga

Las enormes tetas y el culo de mi tía, la policia

Las enormes tetas y el culo de mi Tía, la policía

Diario secreto de una suicide girl

Rubia teñida, gorda y obsesionada por el sexo

Sexo inesperado con una negrita en la playa.

Conseguí que mi marido me follara como a una puta.

Sustituí a un amigo con su madre y su esposa

De compañera de trabajo a novia sumisa en 1 noche

Pillé a la puta de mi esposa con otro.

Mi prima me folló gracias a Alonso, un prostituto.

Mi jefa es una hija de puta con su hermana también

La esposa del narco y su hermana. ¡Menudo par!

Mi jefa es una hija de puta con tetas.

La esposa de un narco y su hermana. LA HERMANDAD

La esposa de un narco y su hermana son mis vecinas

Al conocer a mi hija, recuerdo el amor de su madre

¿Me deja adiestrar a la puta? me rogó Susana

Di por culo a la puta de mi cuñada y a mi mujer 2

¿Aceptarías como sumisa a mi amiga? me rogó Susana

Di por culo a la puta de mi cuñada y a mi mujer

¿Me atarías a tu cama? me rogó Susana

¿Me darías un azote? me rogó Susana

La viuda de mi hijo y su madre son mis putas 2

La viuda de mi hijo y su madre son ahora mis putas

Di por culo a la puta de mi cuñada en una playa 3

Mamá descubre que mi tío y yo tenemos una sumisa.

Mi tío me entrega para mi placer a una sumisa.

Di por culo a la puta de mi cuñada en una playa 2

Para salvar a Johana, me follo a Ivanka Trump. 2

Para salvar a Johana, me follo a Ivanka Trump 1

Mi prima, mi criada y yo somos una extraña familia

Ayudo a la inquilina a follarse a mi puta esposa

Entre mi esposa y yo, nos follamos a la inquilina.

El culo de mi compañera de trabajo fue mi manzana

Consolando a mi vecina, madre joven y recién viuda

¿Te follarías a una embarazada? me soltó mi cuñada

¿Qué te parecen las nuevas tetas de tu secretaria?

¿Me romperías el culito? me dijó un día mi sobrina

¿Harías un trío con un par de putas como nosotras?

¿Te parecería una puta si te pido que me folles?

¿Te follarías a mi madre?: preguntó mi esposa

La cuñada de mi hijo resultó que no era tan puta

Puta, casada y culona era la hija de mi vecina

¡Qué culo tiene esa mujer! La entrego a una amiga

¡Qué culo tiene esa mujer!: acepta su sumisión

Historia de un político corrupto: Doña Leonor

¡Qué culo tiene esa mujer!: La esposa de un amigo

Sustituí a su esposa en la cama de mi tío.

El cambio de mi vida: De auditora a puta

La decente profesora es ahora nuestra puta esclava

Doce noches 4 mi prima y su amiga se emborrachan.

Su alumna pilla follando a la decente profesora

Mi profesora no era decente sino muy puta

Infiel a mi mujer con la hermana de mi amigo

Di por culo a la puta de mi cuñada en una playa

Caí entre las piernas de mi “ingenua” secretaria

La puta de mi mujer metió en mi cama a su amiga

Doce noches con mi prima y su amiga en una isla 3

Doce noches con mi prima y su amiga en una isla 2

Doce noches con mi prima y su amiga en una isla

Preñé a la hermana de mi mujer con su permiso

Prostituto Una clienta me confesó que era lesbiana

Seducido por ella, desvirgué a la amiga de mi hija

Fui infiel a mi marido con su padre, mi suegro

Prostituto 20 Correos obscenos de una puta preñada

Mi cuñada, además de princesa, resultó muy puta 2

Mi cuñada, además de princesa, resultó muy puta

Cómo conseguí convertirme en la esclava de mi jefe

Prostituto 19 Esther es mas puta que yo

Prostituto 18 Follando en el Central Park

Prostituto 17Un perro se folla a mi clienta virgen

Prostituto 16 La modelo obsesionada con la leche

Prostituto 15 Dina quiere ser violada

Prostituto 14 Mi novia me traiciona con un abuelo

Prostituto 13 La mulata se entrega a mí por placer

Prostituto 12 Ayudo a Zoe a vengarse de su gemela

Prostituto 11Una policía y su gemela me chantajean

Prostituto 10 Semental para una pareja de lesbiana

Secuestrado, atado y humillado por mi ex suegra.

Prostituto 9 La mamá contrata y su niña me folla

Prostituto 8 Yuko una japonesa insaciable me folla

La taxista, su amiga y un pintor. Trío inesperado

Prostituto 7: Bob, un marido cornudo y mirón

El diablo hecho mujer. Ilse, una morena cachonda

Prostituto 6: Carol, una flaca de enormes pezones.

Prostituto por error 5: Betty, una mamá lactante

Prostituto por error 4:Ann y su criada negra part2

Prostituto por error 4:Ann y su criada negra part1

Prostituto por error 3: La ejecutiva tetona

Prostituto por error 2:Helen, enculando a la gorda

Prostituto por error: Ángela, la azafata buenorra.

Soy la puta de don Fernando, mi nuevo jefe.

Mi obsesión por el culo de la profesora de mi hija

De discreta vecina a puta desorejada.

¡Un cura me obliga a casarme con dos hermanas! 2.

¡Un cura me obliga a casarme con dos hermanas!

Al ayudar a la novia de mi hijo, la hice mi mujer

Animando 2... mi prima embarazada me busca novia.

Animando a mi prima hermana, una hembra necesitada

La tara de mi familia 1

Cinco días con la perturbada viuda de mi amigo

Asediado por mi ahijada, la hija de mi mejor amigo

Acosado por mi jefa, la reina virgen.

Me follé a la puta de mi jefa y a su secretaria 1

Me follé a la puta de mi jefa y a su secretaria 2

Historia de ...6 (Soy promíscua)

Historia de...5 (mis amantes son unas zorras)

Historia de un verdadero amor 2

Historia de un verdadero amor 3

Historia de un verdadero amor 1

La noche que conocí a Sonia

Tengo miedo (Vudú )

¿Violación o deseo?. Luna

¿Quién es Ella?

Dos mujeres y La espada de Damocles

Adiestrando a las hijas de mi jefe (3)

Atraído por... 3, Mi negra me trae otra criada.

Atraído por... 2, Cadenas de sumisión

Atraído por mi nueva criada negra.

Ana, mi secretaria, está embarazada

Adiestrando a las hijas de mi jefe (2)

Adiestrando a las hijas de mi jefe (1)

Madre de alquiler o hembra hambrienta de sexo

La tara de mi familia 8: la dulce Wayan

La tara de mi familia 7: Inseminación forzada

La tara de mi familia 6: Sometiendo a Thule

La tara de mi familia 5: venciendo a Makeda

La tara de mi familia 4: Lucha por el dominio

La tara de mi familia 3: Dos hermanas chinas

La tara de mi familia 2: El sacrificio de mi...

La tara de mi familia 1: Mis primeras experiencias

Saqué a la puta que había en su interior (2)

Saqué a la puta que había en su interior

En mi finca de caza (4: Patricia se confiesa)

En mi finca de caza (3: Trio con iniciación anal)

En mi finca de caza (2: María consuela a Patricia)

En mi finca de caza (1: Con la ex de mi amigo)

Libertad es lo que perdí esa noche

Descubrí a mi secretaria en mi jardín.

Gracias al padre 5, con la hija y sus amigas

Gracias al padre 4, con la hija y sus amigas

Gracias al padre, estuve con la hija y la madre 3

Gracias al padre, estuve con la hija y la madre 2

Gracias al padre, estuve con la hija y la madre

Sentí sus manos recorrer mi cuerpo

Luna azul mejor que el viagra

Amanda (2: Bárbara, la castiga suavemente)

Amanda