miprimita.com

My life: Compañera de trabajo

en MicroRelatos

Hace no mucho tiempo, al terminar mi carrera, entré a trabajar en una gran firma de refrescos como vendedor. Supongo que era bueno porque al poco tiempo ascendí a jefe de zona, donde además de visitar establecimientos, era responsable de cuatro vendedores.

Uno de ellos era Goya, una mujer morena, con buen tipo, de unos 35 años, viuda, madre de dos hijos, y que supongo consiguió el puesto a cambio de chupar mas de una polla, ya que, aún siendo una mujer guapa, era nefasta en su trabajo, incapaz de vender nada. Debido a su forma de ser y de vestirse, con faldas cortas y escotes, conseguía que el resto de los compañeros hicieran su trabajo. Eso me enfurecía mucho. Llegué incluso a hacer más de un informe al jefe de personal, explicando su incapacidad para el trabajo, pero nunca los tomaron en cuenta por una sencilla razón que entenderéis a continuación.

Un día de fiesta nacional me tocó hacer inventario, y quedé sólo en la fábrica junto a Goya y el jefe de personal que se encontraba en las oficinas de la fábrica. Ella al poco tiempo desapareció dejándome a mi todo el trabajo. Estaba hasta los cojones de ella. Después de dos horas, pensé en ir a la máquina del café y de paso hablar cara a cara con el jefe de personal para que la despidieran. Tomé el café y con un cabreo cada vez mayor fui al despacho del jefe. Allí estaban los dos, follando.

Me quede mirando desde la puerta entreabierta del despacho. El jefe con los pantalones en el suelo, ella sentada en la mesa del despacho, con su camisa blanca abierta, las tetas al aire moviéndose con cada embestida, la falda negra levantada hasta la cintura, sus medias negras, sus zapatos de tacón y las piernas bien abiertas sujetadas por el jefe mientras le decía: "Creo que el jefe de zona (yo) me tiene discriminada, me hace trabajar mucho", a lo que él respondía con un "si, cielo" entre suspiros mientras le metía la polla una y otra vez. Que hija de la gran puta, además de vaga, mentirosa.

Que gran invento la cámara en los móviles. Hice un par de fotos justo antes de que le sacara la polla del coño y descargara su semen sobre sus pelos negros, en sus muslos y la parte interior de la falda. Aún más cabreado que antes, volví a mi trabajo.

Minutos después apareció Goya, impecable con su traje de chaqueta y falda y su camisa blanca con un par de botones abiertos mostrando su escote, como siempre. Se acercó a mi y me dijo que tenía que recoger a su hijos de casa de la vecina y tenía que irse ya. La hija de puta volvía a dejar el trabajo para los demás. "Antes de irte, te importaría ayudarme con unos códigos de aquellas cajas amontonadas?". Miró con desagrado pero aceptó. Eran unas cajas apiladas en una esquina de la fábrica. "Ésta te vale?" preguntó. "No esa no, la que esta detrás mejor". Ella se inclinó ya que la caja estaba en el suelo detrás de otra que impedía el paso, dejando su culo en pompa.

Lleno de rabia, levanté su falda, empujándola sobre las cajas. La muy guarra no llevaba nada debajo. Sin mover su cuerpo, apoyada con sus manos sobre las cajas, giró la cara, supongo que para insultarme, pero antes de decir nada, le dí una botefada en la cara. "Estoy hasta los cojones de ti, y te voy a dar por culo igual que tú a mi, zorra", le dije mientras me sacaba la polla dura. Intentó levantarse pero la detuve con otra bofetada, esta vez más fuerte que la primera.

Terminé de levantar su falda y la obligué a abrir las piernas. A cada insulto que intentaba decir, yo le respondía con otra bofetada en la cara. Aún tenía los muslos húmedos y el coño manchado de semen. Pasé un par de veces mi capullo por la entrada de su coño y sin más vueltas, se lo puse en la entrada de su culo.

Pasó de los insultos a las súplicas. Abrí sus cachetes y metí en capullo en su ano en la primera embestida. En la segunda la polla entera. Gritó, suplicó y lloró. Yo sujetaba sus caderas y la enculaba cada vez con más rabia. Le temblaban las piernas, a mi la polla. Apenas duré unos minutos antes de sacar la polla del culo y meterla en el coño justo a tiempo para correrme dentro de ella. Cuando terminé la descarga me separé de ella y me guarde la polla.

Ella se incorporó, se bajo la falda y empezó a decir que me iba a denunciar por violación. Yo, tranquilo, saqué el móvil y la enseñe las fotos en las que el jefe de personal se la follaba. " Mira las fotos zorra, quieres que las vea la mujer del jefe? O mejor aún, que las vean tus hijos o los compañeros del colegios de tus hijos?". Agachó la mirada y no dijo nada más. Antes de irse quería darla otra lección, así que de un tirón arranque todos los botones de su camisa dejando sus pechos al aire, tampoco llevaba sujetador la muy guarra. "Y ahora vete así a recoger a tus hijos, tenias prisa, no?". Se tapó con la chaqueta como pudo y se fue.