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My life: Chat con Delgada44

en MicroRelatos

Hace algunos años una compañía telefónica puso de moda un chat a través de los móviles. Tenía yo por entonces 22 años y era un adicto a estos chat. Una mañana de aburrimiento me conecté buscando chicas de mi zona, y contacté con Delgada44. Era de un pueblo cercano, y tras varias horas de mensajes privados, la convencí, aprovechando que por la tarde tenía que venir a una peluquería de mi ciudad, para tomarnos un café en un bar cuando terminase en la peluquería. Quedamos a las ocho de la tarde en un bar a las afueras de mi ciudad.

Delgada44 era su apodo, Juli era su nombre, 44 años su edad, pero de delgada no tenia nada. Le calculé unos 120Kg y 1,60 metros de estatura. Era una mujer gorda, con cara de niña, pelo rubio corto y con un vestido estampado muy amplio. Durante el café dejé que hablara ella, mientras yo me limitaba a escucharla y mirar su generoso escote imaginando el tamaño enorme de sus pechos caídos. Se le notaba en el hablar y en su forma de ser que era una mujer de pueblo.

Estuvimos unas dos horas, en las que ella me contó que tenía dos hijas de mi edad, que nunca había salido de los alrededores del pueblo y que se quería separar de su marido. Me dijo que él era un cabrón, que la insultaba llamándola gorda e inútil cuando llegaba borracho a casa, que la obligaba a follar por todos los lugares de su casa, incluso, más de una vez la folló en el balcón de su casa a plena luz del día. En esos momentos de la conversación yo ya estaba con la polla dura. Miró el reloj y dijo de irse porque ya era muy tarde para llegar a su casa.

La acompañe hasta el coche, nos despedimos con dos besos, se abrochó el cinturón de seguridad y arrancó en coche. Yo aún junto a la puerta abierta le dije: "Sabes una cosa Juli? Desde que te he visto el escote me has puesto cachondo, y me hubiera gustado mucho ver tus tetas". "Yo no se porqué pero también estoy cachonda", respondió ella mientras cerraba la puerta y añadió: "Haber si quedamos otro día para otro café, me ha gustado mucho estar contigo nene. Esta noche te mando algún mensaje al móvil". Y se fue.

Estaba tumbado por la noche en el sofá de mi casa viendo la televisión cuando me llegó un mensaje al móvil. Era de Juli. -Gracias por el café de esta tarde. Aquí las tienes-, y junto al texto, una foto suya, recién salida de la ducha, con sus pechos desnudos, grandes y caídos, con unos pezones rosas enormes, y la toalla alrededor de su vientre. Después de algunos mensajes, quedamos en vernos al mediodía siguiente en un bar de carretera junto a la autovía. Esa noche me masturbé viendo su foto.

Eran las doce cuando llegó con su coche al aparcamiento del bar. Durante los diez minutos que estuve esperando no dejé de ver su foto, con lo que tenía la polla dura como una piedra. Baje de mi coche y entré en el suyo. "Juli, tengo muchas ganas de follarte", le dije después de darle dos besos. "Yo también tengo ganas de follar nene, pero a donde vamos?", respondió ella mirando a mi paquete abultado. La indiqué el camino hasta que paramos su coche debajo de un puente en la autovía.

Sin decir nada metí una mano por su escote y comencé a manosearle las tetas. "No quieres comerme la polla?", le dije mientras cogía su mano y la ponía sobre mi paquete. Ella se mordía el labio inferior. Me bajé la cremallera y saqué mi polla. Con timidez empezó a pajearme despacio con una mano mientras decía: "Que cosa más rica tienes nene". "Chúpamela", le dije mientras con mi mano llevaba su cabeza hacia mi polla. Se metió mi capullo en la boca y empezó a mamar. Sólo se metía poco más del capullo, ya que tenía una boca pequeña, y pronto empezó a rozarme con sus dientes.

Entonces la aparté de mi y la dije de salir fuera del coche. Al salir metió sus manos bajo el vestido, se quitó las enormes bragas y las tiró dentro del coche. Me puse frente a ella, que de inmediato cogió mi polla y volvió a masturbarme. Yo mientras logré sacarle un pecho del sujetador por el escote y mientras la sujetaba empecé a comerle la teta y ese pezón rosado enorme. Metí la otra mano bajo su vestido con la idea de meterle los dedos en el coño, pero fue imposible debido a su gordura.

"Fóllame nene, méteme la polla". Dijo entre jadeos. La dije que se tumbara en los asientos de atrás, con la puerta abierta y las piernas por fuera del coche, con la idea de follarla mientras me comía sus tetas, pero debido a su tamaño, fue imposible que abriera las piernas lo suficiente como para metérsela. Entonces la hice salir del coche, apoyarse de cara al maletero y abrir bien las piernas, dejando su culo y su coño a mi disposición.

Levante su vestido hasta la cintura, le abrí bien el culo con las manos y le metí toda la polla de una sola embestida. Empecé a follarla con ganas, pero aún así, no llegaba al fondo de su coño gordo y húmedo. Con una mano cogí la teta que se movía por fuera del escote y comencé a apretarla. "Por el culo nene, métemela por el culo". Saqué la polla del coño y se la metí por el culo sin ningún problema. Lo tenía tan dilatado como el coño. "Sigue nene, fóllame el culo. Que rico". A cada embestida su cuerpo se movía como un flan enorme. "Me corro Juli, me corro", anuncié mientras sentía el esperma salir. "Hazlo dentro de mi culo nene, córrete dentro de mi". Lo hice, vacié todo mi semen dentro del culo de Juli.

Me separé de ella y me guardé la polla. Ella guardó su pecho dentro del vestido, cogió sus bragas del coche y se las volvió a poner. "Me ha gustado mucho nene", dijo antes de abrazarme y besarme en la boca. Entonces pensé que yo sólo quería sexo, y ella quizás algo más.

De vuelta en el coche apenas hablamos. Al despedirnos quedamos en mandarnos mensajes y quedar otro día. Esa noche, en el sofá de mi casa recibí otro mensaje -Aún tengo tu semen dentro de mi culo. Te quiero- y junto al texto otra foto; esta vez un plátano con un condón puesto dentro del coño abierto de Juli.