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Karin, mi hermana y mi profesora. El inicio

en Amor filial

Karin la hermana ideal, siempre me ayudaba y protegía de lo que pasara, siempre estaba ahí cuando yo lo necesitaba, pero al pasar de los años ella se fue separando de mí y yo de ella, como dicta la ley de la vida, pero realmente me dolía que pasara esto pues no era fácil perder a la compañera de tantas aventuras y travesuras.

-Yuri, dile a mama que saldré con las amigas y que no me espere despierta-dijo Karin.

Mientras Karin decía esto o más bien, lo gritaba, podía observar como ella salía rápidamente de la casa con sus amigas, yo podía observarla desde mi habitación.

-Cuídate Karin- decía en susurrando.

Estaba muy triste pues aparte de que ella me dejaba solo de nuevo, mi novia había terminado conmigo ese mismo día. Estaba depresivo y no paraba de llorar mientras observaba fotos de mi hermana y yo cuando éramos inseparables, y de mi novia y yo en nuestros mejores momentos.

-Yuri, que te pasa?-dijo Karin.

No podía creerlo, Karin estaba en la casa.

-Que haces aquí?-decía mientras secaba mis lagrimas- No tenias planes con tus amigas?.

-Si, pero sentí que algo estaba mal y cambie de opinión, ahora dime, que te pasa?-repitió su pregunta.

-Lo que pasa es que mi novia rompió conmigo-no me atreví a decirle que en parte mi tristeza se debía a ella.

Ella me sonrió y se acerco a mí, me abrazo de tal forma que mi cara chocaba directamente con sus pechos. Fue en ese momento en el que realmente llore como un bebe.

-Desahógate, para eso está tu hermana-decía mientras acariciaba mi cabeza.

En esa posición podía sentir su calidez, esa calidez que tanto sentía cuando éramos más jóvenes. Por un lado me sentía triste por romper con mi novia, pero por otro estaba contento pues había recuperado esa sensación que por tantos años no pude sentir.

Le conté todo lo que paso con ella y como ella termino conmigo, realmente me sentía bastante bien diciéndole todo esto a mi hermana.

-Entonces esa perra te estaba poniendo los cuernos con otro?!-pregunto.

-Si, me engaño con otro-dije- y eso que ni llegamos a follar.

Mi mente solo pensaba en como había metido la pata, me dio bastante vergüenza pero mi hermana lo tomo de lo mas natural como si eso fuese normal.

-Tranquilo, seguro encontraras a otra-sonrió- ahora que estamos en confianza, hasta donde has llegado?-pregunto con ansias.

-Si te refieres a si sigo virgen pues si, realmente no se nada pues ella nunca se dejo conmigo-me estaba sonrojando mientras me consumía la vergüenza- No se dejo de mí pero se dejo de otro.

Mi hermana todo esto se lo estaba tomando bastante bien, como si nada raro pasara y es mas hasta le podía ver su carita pensativa que solo daba los planes mas descabellados.

-Entonces, tomarías mas confianza y te sentirías mejor si pudieses perder la virginidad?-me dijo con su sonrisa picara.

No sabia que responder, mi mente genero muchas ideas de cuál era el fin de esto, pues se que mi hermana le gusta llegar a los extremos si es algo relacionado conmigo.

-Creo que sí, con eso me repondría-dije con miedo a lo que pudiese pasar.

Mi hermana sonrió complacida, miro fijamente a mis ojos como si quisiera encontrar algo, se acerco a mí lentamente y se sentó al lado mío.

-Seguro nos divertiremos juntos-sonrió mientras tomaba mi mano-te dare lecciones y me asegurare de que nunca olvides nada de esto.

-Karin a donde quier…

Karin me beso, no lo vi venir pero realmente me estaba gustando ese beso, podía sentir como nuestros labios se chocaban con cada vez más fuerza, como nuestras lenguas se buscaban apasionadamente la una a la otra para poder unirse, sentía como intercambiábamos saliva, esa unión me hacia sentir como si nuestras almas se unían.

-No seas tímido conmigo-ella tomo mi mano y la llevo a uno de sus pechos- yo te iré guiando poco a poco.

Esta vez fui yo el que la beso a ella pero esta vez de una forma más enérgica que la anterior, mi mano jugaba con su seno mientras que con mi otra mano tocaba sus piernas, esta vez me sentí más cerca de ella.

Por primera vez, estaba pensando en mi hermana como una mujer, una mujer que podría hacerme sentir bien, Karin a sus 16 años era la envidia de todas sus amigas y el deseo de todos los hombres, sus ojos eran de color ambar, es de tez bronceada, su pelo era de color rubio, sus pechos sin llegar a ser grandes son para deleitarse y su trasero es el tipo que te deja con la boca abierta.

No podía creer lo que estaba haciendo, estaba con una chica preciosa metiéndole mano y lo mas grande es que esa chica era mi hermana y lo estaba disfrutando más que nunca.

-Cuantas veces te masturbas diario?-dijo con toda seriedad

-Bueno, diariamente necesito descargar cuatro veces-dije con total sinceridad y ya con la vergüenza pérdida.

-Pues de ahora en adelante ya no te masturbaras, mis lecciones necesitas que estés al máximo de tu capacidad.

Eso realmente no me agrado pues era un chico que realmente se calentaba bastante fácil.

-Sé lo que piensas, no te preocupes por quedar caliente, no te imaginas las cosas que haremos juntos de ahora en adelante.

-Prepárate, las lecciones comienzan desde hoy, cámbiate que esta noche saldremos juntos.

-Tan rápido?!-grite.

-Muchos desearían esto, así que no te quejes-dijo mientras me guiñaba el ojo.

Ella se puso de pies, me beso por última vez y salió de mi habitación.

-Dios, que acaba de pasar aquí?!-me dije en mis adentros.

No podía creer que solo en ese momento acababa de besar y meterle mano a mi hermana, no solo eso sino que también pensé en ella como una mujer en vez de cómo una hermana.

-Como será tener a mi hermana de ‘profesora’?-pensé- Esa chica es mágica, pero seguro que para cuando termine con ella, aparte de que entenderé como complacer a una mujer, seguro no podre dejarla ir.

Continuara…