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Disfrutando de un viejo amigo 3

en Grandes Relatos

Las cosas con mi primo Arturo continuaron igual, tuvimos varios encuentros extremadamente apasionados, sus labios, sus ojos, todo él me causaba excitación, por otro lado, sabia que mis papás estaban felices de verme con la familia de nuevo.

En cuanto a mi hermana Katia, siempre habíamos sido muy unidas, nos contábamos todo, y a pesar de ser muy diferentes, éramos las mejores amigas. A las dos nos unía un gusto inmenso por el teatro musical y eso nos mantenía unidas mucho tiempo.

 Su boda se acercaba y ella me había prometido que me dejaría organizar su despedida de soltera a mi manera, lo que obviamente implicaba un maravilloso stripper, y aunque la idea no era mucho de su agrado, sabía que yo era la mejor organizadora de eventos y aceptó hacer alguna locura antes de casarse, con la única condición de que no iba a tener sexo con el stripper, eso sí, me dio plena libertad de hacer lo que yo quisiera con él.

Así entonces decidí que iba a buscar a alguien, sin embargo todos mis planes cambiaron cuando comenté con Artur lo que estaba planeando.

--Qué crees que pasaría si yo fuera el stripper de tu hermanita?-dijo Artur con mucha malicia una noche después de hacernos el amor.

--Estás loco…

--De verdad primita, déjalo todo en mis manos y las haré pasar a las dos la mejor noche de sus vidas sin que ella siquiera note con quien están.

--Ok, confiaré en ti, pero ten mucho cuidado.

Dejé entonces toda la planeación de la despedida en manos de Arturo, el me encargó algunas cosas y yo las tuve listas aquella noche.

Cuando llegamos al pent house que pagamos para la ocasión pude notar el nerviosimo de mi hermana, pero creo que yo estaba aún más nerviosa, tenía miedo de ser descubierta al fin, y por otro lado llevaba todo el día excitada esperando ver que iba a suceder.

Era una despedida muy íntima, sólo estábamos nosotras dos y tres amigas más, hicimos algunos juegos, le obsequiamos lencería sugerente y sensual a mi hermana y disfrutamos de un buen Vino tinto, podía notar el nerviosismo en el aire, cuando anuncié que el show iba a comenzar.

Vi salir a mi primo disfrazado nada más y nada menos que del fantasma de la opera, increíble, sensual, con unos pantalones muy ajustados  que remarcaban su hermoso trasero y un paquete de excitación al frente. La máscara, el elemento clave dejaba ver sus maravillosos ojos y sus carnosos labios, sentí su mirada posarse en mi mientras caminaba hacia la “novia”.

Ella, por su parte, lo miraba como tonta, yo sabía que el personaje en cuestión era su fascinación y por lo visto él lo sabía también,

Poco a poco comenzó a bailar al ritmo de la música, provocaba a la novia mientras me miraba, yo celosa y excitada contemplaba el nerviosismo de mi hermana al tener a aquel hombre restregando su pene y su trasero por todo su cuerpo.

Arturo acercaba sus labios a los de ella de forma sugerente mientras se quitaba la camisa, mostrándonos a todas su abdomen bien formado.

-- Pido a la orgullosa anfitriona que se acerque a ayudar a su querida hermana- dijo Artur mientas extendía su mano y me tomaba del brazo. Mientras me acercaba, se colocó de espaldas a Katia que estaba sentada en una silla colocando su hermoso trasero frente a su cara y me acercó a él tomándome por la cintura

--Ayúdale a tu hermana a que tomé confianza, dile que no muerdo—dijo mientras apretaba mi culo con su mano, las otras chicas miraban embelesadas, creían que él era un striper real y que estaba jugando, la verdad es que ya estaban algo tomadas,  incluso una de ellas casi se quedaba dormida.

Tomé las manos de Katia mientras él me besaba de forma dulce y juguetona, llevé sus manos al abdomen de Artur, ella ponía un poco de resistencia pero aún así, riéndose, dejaba que yo la guiara.

Mientras él, al ritmo de la música, acercaba su trasero aún más al rostro de mi hermana, yo coloqué las manos de ella en el borde del pantalón de Artur, poco a poco la ayudé a desabrocharlo, y besando a mi primo lentamente en el cuello, el pecho, fui deslizando su pantalón hacia abajo, resistiendo las ganas de sacar su miembro que ya se notaba endurecido.

Katia se veía nerviosa, estaba sonrojada por la pena y por tanto alcohol, tengo que reconocer que las hice beber de más a todas, a pesar de que yo no tomé más que unos tragos pequeños. Cuando terminé de quitarle el pantalón quedó frente a mí una tanga de un material muy parecido al cuero, dejaba poco a la imaginación, tomé las manos de Katy nuevamente y las coloqué sobre aquella verga, aún cubierta por la tela, ella quitó las manos entre risas pero él ágilmente se dio vuelta para quedar frente a ella y tomándola de las manos la hizo apretar con fuerza sus nalgas que ahora yo miraba de frente.

Mientras él trataba de acercar su verga al rostro de Katy, que no hacía más que girar la cabeza, yo disfrutaba de la escena, una de las chicas había caído rendida algo ebria, las otras dos miraban algo tímidas pero también muy ebrias, Katia se comía con los ojos a Arturo y yo observaba su baile y sus insinuaciones a mi hermana.

Me coloqué tras él y comencé a mordisquear su trasero, tomaba el hilo del tanga y lo jalaba un poco mientras que iba subiendo los besos por su espalda, quedé pegada a él besando su cuello por detrás y acariciando su pecho, mientras él acariciaba mi trasero y sin dejar de ver a mi hermana y de tratar de provocarla acariciaba un poco mi vagina por debajo del vestido.

De pronto, él se hizo a un lado y me indicó con señas que me sentará junto a mi hermana, ella estaba toda roja y se veía que estaba muy excitada. Nos dedicamos a observarlo bailar, él sacó un frasco de una maleta, y se acercó a mí pidiéndome que le ayudará a terminar de desvestirse, yo encantada deslice mis manos por su cuerpo hasta tomar el tanga con mis dedos y deslizarlo poco a poco hasta ver saltar aquella verga que tanto me gustaba, mientras, la segunda de nuestras amigas caía dormida.

Arturo comenzó a bailar alrededor de nosotras tres, su verga se movía al ritmo de sus pasos , cuando paso frente a mí la colocó frente a mis labios dando un ligero empujón, yo los separé gustosa para saborear aquel miembro que me volvía loca. El me tomó del cabello y empujó sus caderas penetrándome por la boca una sóla vez para enseguida alejarse e ir hacia Katy, ella me miraba sorprendida, él tomó el frasco que llevaba, que en aquel momento pude reconocer como crema batida y bañó su hermoso miembro con la crema.

Después retó a la novia a saborear aquel miembro dulce, ella, influída por el alcohol y la excitación se acercó y se colocó de rodillas frente a él, saboreó poco a poco de la verga de Arturo mientras yo me moría de celos, el me miraba retador y se relamía de gusto mientras Katia no lo veía. Continuó con ese juego de la crema batida durante unos minutos terminando el juego en manos de mi hermana, quien, ya sin resentimientos, saboreaba cada milímetro de él. Después comenzó a  acariciarla y a desprenderla de la ropa, a la vez, después de que yo le sirviera más vino a nuestra otra compañera, también ella cayó rendida, mi primera parte del plan estaba completa.

Observé como mi hermana que ya solo estaba en ropa interior, devoraba el miembro de su primo, ya sin necesidad de ninguna crema batida mientras se restregaba discretamente en la silla, me paré justo detrás de Arturo y lo rodeé con mis brazos, así con una mano acariciaba sus bolas y la base de su verga y con la otra, tomando a mi hermana por la nuca la empujaba a tragarse aquella verga mientras yo sentía las manos de Artur pegándome más a su espalda e introduciéndose bajo mi vestido, sentía como sus dedos recorrían mi vagina y acariciaban mi clítoris.

Poco a poco él se giró para quedar frente a mí y sin dejar de bailar hizo que mi hermana lo rodeará con los brazos, pude ver como ella besaba su trasero y acariciaba su pecho y su abdomen, mientras él y yo nos besábamos con pasión él me quitaba el vestido, que era lo único que me cubría aquella noche. Comenzó a devorar mis pechos mientras Katy lo masturbaba y yo acariciaba su rostro, cubierto ahora sólo por la máscara.

Sentía su verga y las manos de mi hermana rozando contra mi abdomen mientras los dedos de Artur entraban y salían de mí haciendo sonar los fluidos que me inundaban.

Artur nos arrastró con él a la otra habitación del Penthouse, en el camino nos desnudó por completo,  Katy con trabajos podía caminar pero aún así no dejaba de tocarlo  y de besarlo.

Cuando llegamos a la habitación, se colocó al borde de la cama, arrastrándonos a su lado, yo arrodillándome frente a él lo hice recostarse y comencé a devorar su verga, poco a poco pude lamerla como si fuese un dulce y pude notar como vibraba entre mis labios.

Mientras tanto pude ver a mi hermana, completamente desinhibida colocarse sobre el rostro de Artur. Él la jaló un poco más y desde donde estaba pude admirar como recorría poco a poco la rajita humedecida de Katy, mientras ella se movía acompasadamente sobre su rostro.

Su verga me llenaba los labios y mis ojos no se apartaban de Katy, quien estaba rendida ante la maestría de la lengua de mi Arthur. Enseguida, me deslicé sobre él colocándome sobre su verga, ahora tenía el rostro de mi hermana cerca, podía verla tan excitada, escuchar sus gemidos mientras Arthur chupaba su coño sin parar.

Poco a poco fui metiéndome su verga, mientras entraba, mis manos acariciaban los pechos de Katy, sentía como Arthur me embestía con fuerza mientras sus manos apretaban las nalgas de su prima. Yo acariciaba su coño, sintiendo rozar con mis dedos la lengua de Arturo. Ella estaba como loca, sabía que tenía un poco o un mucho de lo apasionada que era yo.

Así, mientras cabalgaba a Arthur sentí los dedos de Katy entre mi cabello, jalaba mi rostro hacia el suyo y comenzamos a besarnos, su lengua se enredaba a la mía mientras sus gemidos se apagaban en mi boca. Realmente estaba disfrutando su despedida.

De pronto, sentí como Arthur tomaba a Katy y la alejaba de su rostro, al mismo tiempo, sacaba su verga y se sentaba de lado junto a nosotras. Las dos nos separamos un poco y lo miramos.

-         Quiero ver disfrutar a las hermanas juntas – dijo mientras se sentaba en un pequeño sofá junto a la cama – anda nena – me dijo

-         Qué? – pronunció Katy mientras yo me acercaba a ella sin quitar los ojos de mi hombre e introducía mi lengua entre sus labios.

Ella reaccionó en automático y se dejo hacer, la recosté sobre la cama mientras seguía besándola, deslizando mis manos a su entrepierna. Luego, poco a poco baje mis besos por sus pechos, deteniéndome en sus pezones. Posé luego mis labios sobre su clítoris y comencé a besarlo, lamerlo y a juguetear con el. Su clítoris estaba endurecido, tal vez mas que sus pezones y sus gemidos no cesaban. Apartó sus manos de sus senos para entrelazar sus dedos en mi pelo y ejercer presión contra su sexo. Acaricié sus labios con mis dedos y lentamente fui introduciendo mi dedo mayor dentro de su excitado sexo, luego otro y debido a lo húmeda que estaba, entraban y salían con suavidad. Con los movimientos de mi lengua en su clítoris y el rápido mete-y-saca de mis dedos dentro de ella dure unos minutos en los que ella no paraba de gritar.  De reojo, podía ver a Arthur haciéndose una paja, sonriente y excitado mientras nos veía.

Seguí lamiéndole toda esa área y tome sus senos con mis manos, los apreté con fuerza y ella poso sus manos sobre las mías para que yo los aparece con aun más fuerza. 

En seguida ví venir a Arthur, me apartó un poco colocando su verga en la entrada de Kathy, ella trataba de quitar la máscara de su rostro, sin embargo, él con firmeza apartó sus manos y la penetró lentamente.

Yo, haciéndome a un lado los observaba, veía a mi hermana disfrutar mientras mi hombre la penetraba despacio, escuchaba sus gemidos mientras me hacía un dedo, y la escuchaba pedir más.

Arthur la embestía ahora sin piedad, el chasquido de sus cuerpos me excitaba y pensar en que ella no sabía con quien estaba en realidad era aún mejor.

Poco tiempo pasó antes de que él le arrancara un orgasmo a mi hermana. Ella gemía y se retorcía en sus brazos como loca. Luego, él sacó su verga bañada en jugos y la deslizó por todo su cuerpo, dejándola descansar, ella estaba  rendida y al poco tiempo quedó perdidamente dormida.

Arthur y yo seguimos cogiendo el resto de la noche, su verga entraba y salía de mi cuerpo en todas las formas posibles, nuestros gemidos se fundían en la noche, y ahora, sin la máscara, podía ver el rostro de Arthur lleno de placer y lujuria. Me encantaba follar con él así, sin tapujos y sin límites, no importando quién era él o quién era yo.

A la mañana siguiente desperté cubierta por las sábanas, Arthur no estaba ya, y mi hermana dormía plácidamente. Yo sonriente, me levanté pensando en la noche maravillosa que habíamos pasado juntas.