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SdM [4]: La víctima insospechada

en No Consentido

Carmen estaba sola en el chalet que la compañía de su marido, Advanced Machinery o AMach, les había proporcionado por sus vacaciones. Un pobre favor teniendo en cuenta que a cambio su marido se había quedado sin vacaciones. Así que Carmen se había ido sola con su hijo Marcos.

Carmen era una pelirroja natural, de amplios pechos talla D y voluptuoso trasero. Algunos decían que recordaba a Christina Hendricks. A sus 36 años era una preciosa mujer de rasgos atípicos para su Asturias natal. Allí había conocido a su marido, en el pueblecito de pescadores donde habían nacido. Y con él se mudó a Madrid cuando él encontró trabajo como comercial en la sección de exportación de AMach. Algo que le obligaba a viajar bastante al extranjero.

Era la una de la madrugada y Carmen estaba viendo una película erótica. Un porno suave del llamado “para mujeres” donde un hombre atractivo y musculoso acababa de atar a una mujer a la cama. Se había tomado ya media botella de vino viendo la película que la había medio emborrachado y ahora su mano estaba bajo sus bragas jugueteando con su clítoris. Solo las bragas y un negligé azulado bastante sexy era lo que llevaba. Lo había metido en la maleta cuando aún había posibilidades de que su marido la acompañara. El sexo con su marido no estaba mal. Normal. Pero ahora mismo le vendría de perlas que estuviera con ella. Así que esa noche había decidido darse un homenaje.

Oyó un par de toses falsas. De esas que se usan para llamar la atención. Se giró y vio a tres hombres que flanqueaban la puerta del salón copando la salida. Carmen tardó en reaccionar más de lo recomendable pues estaba algo borracha. Salto y se escudó en lo primero que encontró. El televisor que proyectaba la película erótica que estaba viendo.

Los tres hombres tenían rasgos extranjeros. Posiblemente de Europa del este. Los tres eran musculosos y su corte de pelo a cepillo les daba un aire marcial. Casi diría que parecían unos típicos y tópicos malos mercenarios de una película americana. Uno de los hombres junto a la puerta acababa de montar un poner en marcha una cámara en un trípode.

“Vaya vaya. ¿Interrumpimos algo?” se mofo el que parecía llevar la voz cantante. Hablaba bien español, tal vez con un tono latinoamericano pero era claramente un hombre de Europa del este. Carmen apenas balbuceaba palabras sin sentido. “De hecho venimos a hacer realidad eso que estás viendo... Si te portas bien no le pasara nada a tu hijo que está arriba durmiendo”

Carmen al fin pudo reaccionar. “¿Que? ¿Mi hijo? Mi hijo no esta. Se ha ido esta tarde a pasar el fin de semana a casa de de un amigo”

La sorpresa de Goran era manifiesta. Había preparado este safari, el número 10, como tantos otros. Habían recopilado información sobre Carmen y habían estado vigilando la casa varios días. Había visto un coche salir pero solo habían visto a un chiquillo que no era Marcos, el hijo de Carmen. Pero a saber si Marcos no estaba jugueteando con su amigo en el coche, tirado, y por eso no lo habían visto. Goran hizo una señal a Boris que de un salto corrió escaleras arriba. Durante varios segundos hubo un tenso silencio solo roto por los falsos gemidos de la actriz de la película. Cuando bajó Boris este le confirmó, en su idioma, que efectivamente la habitación del niño está vacía.

Goran sopeso que hacer ahora. Habían refinado la técnica de amedrentar a madres amenazando con cortar los dedos de sus hijos. Una madre dispuesta a salvar a su hijo es tremendamente complaciente pero ahora, sin esa amenaza... tenía que tomar una decisión.

“Ha... habéis venido a violarme”

Goran meneó la cabeza con condescendencia. “Pues si.”

“¿Solo eso? ¿Ni a robar, ni a matarme ni nada permanente?”

Lo de ‘solo’ le sorprendió a Goran. Se sentía algo descolocado por la situación. “Si. ‘Solo’. De dinero vamos sobrados y solo matamos si nos pagan” Goran estaba hablando casi en automático, sin importarle mucho lo que decía. Decidiendo que iba a hacer. La violarían, por supuesto. A la vieja usanza ya que no podían coaccionarla. Su ADN y sus huellas no se encontraban registrados en ningún sitio. Como siempre habían entrado en Europa con su velero amarrado en un pueblecito costero del sur de Francia y habían entrado en España con un coche alquilado con nombre falso. Podían hacer lo que quisieran que sabía quedarían impunes.

“Pues... adelante”

Ahora si que Goran prestó atención.

“Adelante.” la combinación de excitación y alcohol estaban haciendo que Carmen fuera imprudente. “Tuve un... romance cuando era joven con un alemán. Me enseñó e hizo algunas cosas... que no me atrevo a pedirle a mi marido. Solo os pido que no me hagáis nada permanente” Carmen se imaginaba escenas con esos tres hombres como en las películas que veía. Le atarían, la cubrirían de besos, la follarían hasta extenuarla... todo con un toque romántico.

Goran soltó una risotada. “Pues claro. Adelante” Y hizo un ademán a sus hombres que la rodearon y la capturaron, cogiéndola de su cabellera pelirroja y sus brazos. Goran se colocó en el sofá delante del televisor donde hace un momento se encontraba Carmen y sus hombres la colocaron delante de él.

La cara de Carmen era una mezcla de miedo y excitación. Goran le cogió por la mandíbula y le giró la cara a un lado y al otro. Como quien examina una... cosa. Bajo su mano hasta el cuello del negligé y con tremenda facilidad lo rasgó hasta hacerlo desaparecer. Carmen respiraba forzadamente presa de la excitación. Eso lo había visto en mas de una película de las que le gustaba y siempre le había excitado. Ahora solo las braguitas, Un triángulo azul delante y detrás unidos por un hilo era lo que le cubría. Pero inmediatamente Goran lo destrozó también de un tirón dejando a la vista un pubis de pelo bien cuidado. Un monte rojo claro que casi no se distinguía de su piel, pudiendo incluso inducir al error de pensar que Carmen se depilaba por completo.

Goran le metió los restos de las bragas en la boca. “Toma. Mejor muerde esto... como no podemos coaccionarte y jugar contigo... iremos directamente a la parte en la que te reventamos”

Carmen mordió sus propias bragas mientras se preguntaba que querían decir con reventarla. Recordaba ese amante alemán que la ataba, la provocaba, la excitaba con azotes juguetones y palabras sucias.

Goran se bajó los pantalones y se sentó en el sofá. Dioses. Que miembro se adivinaba bajo su bóxer. Goran cogió como pudo del corto matojo que era ese pubis pelirrojo y obligó a Carmen a avanzar un paso, mordiendo las bragas por la pequeña oleada de dolor y Goran terminó de quitarse los bóxer mostrando un miembro descomunal. Más dioses, pensó Carmen. No sabía si sería capaz de recibir semejante monstruo. Ya podían ponerle lubricante en su rajita para que le cupiere.

“Ya sabéis chicos” Y Boris y Myrko, sabedores de lo que venía ahora, obligaron a Carmen primero a darle la espalda a su jefe y luego a sentarse hacia el.

Carmen escupió sus bragas. “Eh! Esperad. Tengo algo de lubricante arriba... no se si eso me va a caber en... mi rajita”

Tanto Myrko como Boris se rieron a gusto. “¿Rajita? Tranquila. Te prometo que no te hará daño en la rajita” le contesto Myrko con una mirada lasciva, preámbulo de lo que iba a suceder. “No deberías haber escupido las bragas”

La manaza de Goran la sujetó por el abdomen mientras bajaba y enseguida Carmen se dio cuenta de a que se referían. Noto el glande de la monstruosidad apretando contra su ano. Pocas veces lo había hecho, nunca le había gustado y nunca recientemente. Su marido nunca se lo había pedido.

“¿Que? Nonononononono no. Por favor. Venga... no es necesario... de verdaARRRRRGGGGGG!!!!”

Goran la empujo con fuerza de un hombro, obligándola a bajar y haciendo que su ano ardiera al notar todos y cada uno de los centímetros de ese monstruo empalándola en el culo.

Carmen se despertó de su ensoñación. Estaba cachonda, algo borracha y tenía una visión algo idealizada de lo que podía haber sido esto. Pero ahora era muy consciente de la realidad. Del error que había cometido. Estos hombres no querían jugar a seducirla, a excitarla... Iban a follarla pero bien!

Intento retorcerse y escaparse pero ahora que estaba empalada Goran la inmovilizó haciéndole una llave pasándole sus recios brazos bajo las axilas y uniendo sus manos en la nuca. Y en esa posición Goran aún era capaz de hacerla saltar con solo los golpes de su cadera. Tenía claramente la fuerza de una bestia.

“No! Basta!” Ordenaba Carmen “Esto no es lo que quería” a lo que le contestaron solo con burlas y risas. “¿Tu novio alemán no te metía tanta caña como nosotros?” Goran y Myrko estaban buscando algo en una bolsa de deporte que habían traído mientras que los envites de las caderas de Goran enviaban al aire una y otra vez el cuerpo de Carmen que gritaba y sollozaba con cada golpe. Cada vez que caía y sentía esa polla rasparle el ano le ardía como si fuera una barra rusiente.

El primero en volver fue Myrko y trajo una fusta. Sin presentación alguna empezó a azotarle las tetas, apuntando sobre todo a sus pezones. Carmen gritaba y se retorcía con cada golpe y lo único que conseguía es que Goran disfrutara aún más de su sodomización. Boris llegó poco después con un vibrador de un tamaño como de la polla de Goran. Aún estaba siendo sodomizada y azotada cuando sintió como su coño, que al menos aún estaba algo húmedo por su anterior, y ahora perdida, excitación, se abría para dejar sitio a ese mecánico invasor. Molesto, pero ni de lejos la tortura que sentía detrás. Pero cuando sintió ponerlo en marcha dio un respingo. La vibración no era suave como la de los vibradores que había tenido. Era fuerte, potente, hasta molesta. Parecía un martillo neumático. “Genial. Puedo sentirlo a través de sus entrañas” dijo Goran con la voz llena de satisfacción. “Sisisis....” Carmen empezó a sentirse mareada por la mezcla de sensaciones. La brutal sodomización, la tortura de los azotes de Myrko o la invasión de su coño por un vibrador de potencia descomunal y que sin ningún miramiento Boris estaba usando para violarla. Había pasado de nada a todo prácticamente en un instante.

Los quejidos de Carmen iban apagándose así como su resistencia iba desapareciendo. Y cada vez se oía más sollozos y menos alaridos. Myrko dejo la fusta y busco algo más en la bolsa. Saco una cadena con pinzas a cada lado que enseguida procedió, sin ningún miramiento, a pinzar en sus pezones. Sensibilizados por los azotes Carmen soltó un sentido quejido. También saco un par de cuerdas y pronto los tobillos de Carmen estaban atados a las patas del sofá, obligándola a abrirse de piernas.

Boris se había desnudado mientras tanto y mostraba un pene también de buen tamaño. Carmen deseaba que no fuera tan grande como el de Goran y, por suerte para ella, así era. Goran se tumbo un poco hacia atrás y Boris se colocó frente a su expuesto coño. Cogió la cadena que colgaba de sus pezones y tiro. “Voy a cabalgarte como a una yegua hasta dejarte exhausta, zorra” Y sin ninguna pleitesía la polla de Boris entró de golpe directamente hasta golpear su cerviz mientras tiraba con fuerza de esas riendas atadas a sus pezones. Con la habilidad que da decenas de violaciones anteriores Goran y Boris se sincronizaron y la corneaban con sus pollas a la vez.

Myrko no iba a ser menos y aún quedaba un agujero libre. Ya desnudo se subió al sofá y agarró por el pelo a Carmen, forzándola a encararlo... más bien a encarar la polla que estaba a la altura de su boca. Sin dejarle siquiera decir nada Myrko le llenó la boca de polla y no espero ni a que se la chuparan. No era eso lo que buscaba. Con rítmicos movimientos de cadera Myrko empezó a follarle la boca como nunca antes había sufrido. Las arcadas, la falta de aire, la desagradable sensación de que su boca era solo un coño más, se adueñaron de los sentidos de Carmen.

Apenas habían pasado diez minutos desde que empezó la violación y ya tenía el culo destrozado, el coño dolorido y la boca usada como nunca debería haber sido usada. Y así aún estuvo un buen rato más. Con los tres usándola como si fuera un pedazo de carne con agujeros. Con la adrenalina agotada y la sensación de impotencia manifiesta Carmen desfalleció. Aún consciente no mostraba ninguna resistencia. Goran pudo entonces liberar su llave y pasó a disfrutar de los grandes pechos de Carmen. Mientras Goran los estrujaba Boris tiraba de la cadena como si fuera unas riendas y estiraba los pezones como si fuera a arrancárselos. Carmen daba algún manotazo al aire sin ninguna fuerza como últimas muestras de vacua resistencia.

Después de lo que a Carmen le pareció una eternidad pero que en realidad solo fueron veinte minutos... los primeros de muchos... Boris tiro aún con más fuerza de lo normal. Carmen hubiera permitido que su cuerpo siguiera la cadena pero como las manos de Goran la estaba sujetando, más bien estrujando los pechos solo pudo emitir un quejido ahogado por la polla de Myrko que golpeaba su campanilla una y otra vez al sentir como estiraban sus pezones. “Si! Zorra. Toma mi semen. Que gozada de puta estas siendo!” Y Carmen noto como Boris apretaba sus caderas contra ella y algo caliente la llenaba por dentro. Por un momento lo único que pudo pensar Carmen es “Por favor, que no me quede embarazada”. Poco después fue Myrko el que le llenó la boca de esa desagradable sustancia. Durante un rato, escupitajo a escupitajo, Myrko le fue llenando el paladar de semen y cuando al fin sacó su polla en seguida tapó la boca de Carmen con su mano. “Traga, guarra” Carmen, casi como un autómata, trago la que sería la primera vez de muchas. “Bien hecho tragona. Que no te lo tengamos que volver a repetir. Trágatelo todo”

Goran empujó a Carmen hacia delante que cayó sobre la mesita del comedor. Aún con sus tobillos atados terminó de rodillas, tumbada sobre la mesa y con Goran aún por terminar de encularla. Poco después Goran le apretó las tetas como nunca, haciéndola gritar otra vez mientras él se corría a gusto en sus entrañas.

Se levantó y la rodearon allí, alrededor de la mesa, esperando alguna reacción de Carmen pero como imaginaban estaba totalmente rota. Exhausta. La adrenalina la había quemado por dentro y ya no tenía fuerzas más que para soltar algún que otro quejido o para sollozar. Y para levantar un momento la cabeza y ver a la actriz de la película “disfrutar” de su violación. Y una mierda...

Una vez confirmado que Carmen estaba rota desataron sus tobillos y siguieron violándola a gusto. Entre que los tres hombres estaban en expendida forma y cierta ayuda de pastillitas azules la violación duró cerca de tres horas.

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El trío de violadores estaban en la cocina, tomándose un refrigerio antes de irse y Carmen estaba esposada a la reja de la escalera que subía al piso superior. Sin apenas energía en su cuerpo le dolía todo el cuerpo. A Goran le encantaba sodomizarla. Myrko era un sádico que le había dejado las tetas y el culo rojos por distintas torturas. Boris se la había follado a gusto y parecía que sus gustos eran bastante eclécticos.

Ahora, sola, con el dolor aún presente pero desapareciendo la agonía anterior. El miedo del momento también desapareciendo... Carmen empezó a recordar algunas cosas... la sensación de haber sido usada, la pasión de la violación, como los hombres se la habían follado de una forma salvaje, primaria, como si no pudieran reprimir sus deseos por ella... todo eso... le recordó sus primeras experiencias con su novio alemán... pero multiplicadas, por cien, por mil!

No podía creerlo. Empezaba a sentirse excitada. Ahora que el terror del momento era un recuerdo su mente se recreaba en las sensaciones de lo que realmente disfrutaba y empezó a sentir como su coño, dolorido y hasta hace un momento seco, empezaba a mojarse. Giró como pudo hasta poder ponerlo cerca de sus manos esposadas y sus dedos empezaron a trabajar con fricción su clítoris, su vagina... le dolía... y aún así la mezcla de dolor y placer la estaba volviendo loca. Aumentó el ritmo y ambas sensaciones, dolor y placer, se entremezclaban haciendo imposible diferenciar uno del otro. Así estuvo, rememorando la sensación de suciedad, de abuso, de ser usada, de pasiones primarias y salvajes hasta que tuvo el mejor orgasmo de su vida.

Su cuerpo se relajó y se quedó tumbada como un saco en el suelo. Empezó a sollozar. ¿Que le pasaba? ¿Estaba loca? Acaban de destrozarla. Le dolía todo el cuerpo. Podían haberla matado o hacerle algún daño permanente y aún así... acababa de tener el mejor orgasmo de su vida. Se quedó sollozando en el suelo, acurrucada, sintiéndose culpable y extasiada a la vez.

Después de un rato volvieron sus violadores satisfechos, tanto de sexo como de comida. “Bueno putita. Lo siento pero vamos a tener que irnos ya. Primero nos haremos unas fotos de recuerdo y luego te dejaremos en paz. No nos olvides y no te masturbes mucho pensando en nosotros” Lo último lo habían dicho por herirla sin ser conscientes de que realmente había sido así.

“Mi hijo no vuelve hasta el domingo” Dijo Carmen sin pensar. “¿Queréis quedaros?”

Goran volvió a sorprenderse. No se esperaba algo así. Esta zorra estaba loca. Pero si le iba tanto la marcha... tal vez sí que pudieran jugar con ella. Aunque no tuvieran nada con lo que coaccionarla. Bueno... no tenían prisa. Podían quedarse un día más.

La cogió por el pelo “¿Que te crees zorra de mierda? ¿No has tenido suficiente? Vale... aceptamos el reto. Te vas a arrepentir”

Y subieron al piso superior a pasar la noche dejando a Carmen esposada a las escaleras en el suelo.

“Dios... ¿Que he hecho? ¿Que me pasa? ¿Porque no puedo controlarme?” y se quedó sollozando hasta que consiguió dormirse

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Al día siguiente Carmen se despertó cuando la estaban liberando de las esposas. Era Boris. “Vamos guarra. A ducharte. ¿No querrás que te follemos así?”

Subió al que tenía que haber sido su dormitorio y se metió en el baño, sin ventana, donde pudo verse en el espejo. No había dormido muy bien así que se encontraba cansada. Notaba como tenía el cuerpo cubierto de semen seco. Sobre todo entre sus piernas y en la comisura de sus labios. Su pelo era un desastre. Parecía una puta barata después de una larga noche de trabajo. Y otra vez esa sensación de suciedad, de degradación, que tanto le excitaba le calentó la entrepierna. Esta vez se la sacudió de la cabeza. ¿Que le pasaba? ¿Se estaba volviendo loca? Si el día de hoy era como ayer podría acabar en el hospital. Pero si... parecía una cualquiera. Tendría que arreglarse... ¿Otra vez? ¿Estoy loca? Estoy pensando en ponerme guapa para que me violen!

Después de una ducha relajante se sintió mucho mejor. Se arregló el pelo y salió a la habitación. Estaba sola pero da igual. No podía escapar. Las ventanas estaban enrejadas para no dejar entrar a nadie... bufo una risotada. No han funcionado que digamos y ahora no la dejaban salir a ella. Encima de la cama había algo de ropa preparada. Parecía que habían descubierto las prendas que había traído pensando en su marido. Encima de la cama había una medias negras de las que llegan a medio muslo con encaje y lacitos rojos de adorno además de un liguero. Un tanga negro con lacitos rojos que por detrás parecía que fuera desnuda y un sujetador a juego. De media copa de los que dejan los pezones al aire. Junto al sujetador estaba la cadena con las pinzas que tanto la había atormentado anoche. ¿Esperaban que ella misma se la pusiera? En el suelo los zapatos de tacón de aguja más altos que tenía. También en la cama tenía algunos utensilios de maquillaje entre los que destacaba un lápiz de labios rojo pasión. Lo había traído todo pensando en su marido y ahora iba a servir para que disfrutaran sus violadores.

No podía creer lo que iba a hacer pero no sabia que otra cosa podía hacer sino. Así que se vistió como esperaban sus violadores, incluyendo las pinzas en los pezones. Al menos poniéndosela ella mismo no era tan doloroso. Y se maquillo. Antes de bajar se miró en el espejo. Si antes parecía una puta buscona ahora parecía una puta de lujo. Se veía genial. Cualquier hombre se volvería loco con verla... y sabía que así iba a ser... locos hasta violarla sin freno alguno.

Bajo al piso inferior y dudo un momento que hacer. ¿Huir? Estos tacones hacían un ruido de traqueteo que la habían delatado seguro. Miro desde las escaleras la mesita del recibidor donde debería estar uno de los teléfonos inalámbricos y vio que faltaba. La puerta de la entrada estaba cerrada y las llaves que dejó ayer puestas no estaban. También aquí abajo las ventanas estaban enrejadas... imaginó que huir era imposible.

Se acercó a la cocina donde oía a sus captores hablar en una lengua que desconocía. Pero nada más entrar se callaron para admirarla. “¿Que os dije?” Dijo Goran. “Es una puta de primera. Me la pone dura nada más verla. Date la vuelta para que te admiremos” Carmen dudo unos instantes y al final obedeció. No veía mucho sentido en resistirse. “Joder que culo. Inclínate” Y así lo hizo. “Zorrita. No sabes lo cachondo que me pones” Esa sensación de sentirse deseada sin freno la halago. Por un momento se sintió hasta bien “No sabes lo que voy a disfrutar rompiéndotelo otra vez” y entonces su ilusión se esfumó. La realidad le recordó que estaba cautiva con tres violadores que no solo la deseaban sin freno, sino que la tomaban también sin freno. “Termina de girarte” Y Carmen obedeció. Los tres hombres aplaudieron. “Jodida puta. Eres una hembra impresionante.”

“Gra... ¿Gracias?” farfulló Carmen con una tímida sonrisa que escondía un miedo atroz. “¿Pero esto es necesario?” refiriéndose a las pinzas “Voy a hacer lo que queráis... podéis... no se... no ser tan... ¿brutos?”

Los tres hombres se rieron. “Cógele de los brazos“ le pidió Myrko a Boris. Carmen no sabía que esperar cuando Boris se puso detrás y la sujeto tirando de sus brazos hacia fuera y hacia atrás. Así solo sentía que le obligaba a sacar pecho y así sus tetas se verían excelsas. Myrko cogió la cadena y tiro hasta donde podía y aún más. Carmen intento seguir la cadena pero sujeta como estaba no pudo y empezó a sentir como sus pezones se estiraba hasta hacerla quejarse “Arggghhhh AY! Para” Y Myrko aún tiro más “parapapapa por favor. Duele”

Myrko aguanto un rato hasta que liberó la presión y se acercó a Carmen. “No es necesario pero lo hacemos porque podemos y porque queremos. Y No es que tu vayas a hacer todo lo que queramos... es que vamos a hacerte todo lo que queramos. ¿Lo entiendes ya?”

Reprimiendo una lágrima Carmen asintió. “Bien. Y ahora haznos el desayuno. Café y tostadas”

Eso le sorprendió aún más. ¿Le habían hecho vestirse así solo para ser su chacha? ¿Su criada? Pero no tenía sentido negarse. Así que en sus tacones altos y lencería fina se puso a hacer tostadas en una sartén y café. Pero apenas se puso frente a la placa sintió como Myrko se ponía detrás de ella, muy cerca, hasta que pudo sentir su paquete apretando contra su trasero. Se paró un momento pero Myrko le susurro al oído “Sigue cocinando puta”. Carmen, como un autómata obediente, siguió con las tostadas y sintió como con un par de patadas en los tobillos Myrko le indicaba que separa las piernas. Así lo hizo. Myrko metió su mano en el tanga y cogió con dificultad ese delicado matojo de corto pelo pelirrojo pero lo suficiente para poder retorcerlo y hacer sentir a Carmen incómoda. Ahora Carmen sitio como la polla recién liberada de Myrko le golpeaba el culo. “Metete mi polla en el coño, zorra”. Carmen dudaba. Era demasiado. Le pedían que ella misma se la metiera. Se hizo la despistada y siguió cocinando. “jejeje. Métetela... en... el... coño!” Y noto como Myrko la empujaba por la cabeza doblándola hacia delante, hacia la placa, muy lentamente pero inexorablemente. Carmen se asustó y enseguida metió su mano por su entrepierna, busco la polla de Myrko y la guió hasta su rajita apartando su tanga donde la metió. Acababa de meterse ella misma la polla de un violador.

Pero Myrko no paró de doblarla lentamente hacia adelante, hacia la placa donde se cocinaban las tostadas. Carmen hizo ademán de zafarse pero Myrko, como los otros dos, era extremadamente más fuerte que ella. Empezó a asustarse de verdad hasta que oyó la voz de Goran decir un “Myrko” no con mucho interés pero lleno de una carga admonitoria. Myrko susurro unas risitas al oído de Carmen y dejo de obligarla a doblarse. “Muévete, zorrita” Carmen dudo. “Mueve las caderas zorrita. Fóllate” Carmen comprendió que Myrko quería que ella misma se follase. Era una escena estrambótica. Carmen empezó a mover sus caderas, a sentir la polla de Myrko dentro y fuera, mientras terminaba de hacer las tostadas. Así unos minutos. Cuando termino de hacer las tostadas Myrko la cogió de las caderas y aceleró el ritmo, buscando claramente acabar y correrse. Algo que hizo enseguida. Carmen sintió el primer chorro de semen caliente del día con la certeza que no sería el último. “Buena chica” y Myrko le dio una palmada en el trasero antes de dejarla.

Carmen pensó por un momento que ojalá todo fuera así durante el día. Repugnante pero que físicamente no fuera tan duro como durante la noche. Terminó de servir a los tres violadores que aprovechaban para darle palmaditas en el trasero o tocarle las piernas y sentía la desagradable sensación de como su tanga se mojaba con el semen de Myrko que resbalaba de su coño.

Acabaron el desayuno y Goran pregunto “¿Y ahora que hacemos para divertirnos?” Los tres hombres la miraban como perros mirando un hueso. Así estaban en un incomodo silencio para Carmen cuando el teléfono sonó. Boris sacó el inalámbrico de su bolsillo y miró el número para luego enseñárselo a Carmen. “¿Quien es?”

“De... debe ser mi hijo. Es de la casa donde esta pasando el fin de semana”

Goran sonrió ampliamente y dijo algo a Boris que le paso el teléfono y salió de la cocina en busca de algo. Goran puso el teléfono en la mesa. “Voy a poner el manos libres. Habla con tu hijo. Y recuerda. Estas sola. Aquí no pasa nada”.

“¿Mamá?” La voz adolescente de su hijo sonó en el manos libres. Carmen estaba asustada. “Si... Hola Hijo”

Boris volvió y dejó en la mesa lo que parecía un bocado de caballo, con sus riendas y todo. Pero más pequeño y de goma. Claramente estaba pensado para ponerlo a una persona.

“Me lo pase muy bien ayer aquí mamá...” Carmen apenas escuchaba a su hijo. ¿Para que era el bocado? Goran se puso detrás suyo y la tumbó hacia delante, sobre la mesa donde estaba el teléfono. Noto como los pantalones de Goran caían al suelo y como apartaba el fino hilo de su tanga que apenas cubría su ano. Se acercó a su oído a susurrarle mientras notaba como ese monstruoso glande volvía apoyarse en su ano. “Tal vez quieras morder el bocado... o tendrás que dar explicaciones a tu hijo por el grito”

Carmen apenas farfulló un “si si...” Apenas escuchando a su hijo buscó nerviosa el bocado y lo mordió con ganas. Justo en ese momento, violentamente, la polla de Goran volvió a romperle el culo. Carmen se sujetó con fuerza con sus manos al borde de la mesa, levantó la cabeza, mordió con fuerza y reprimió un sonoro alarido. Las lágrimas que caían por su cara eran muestra de lo doloroso que es la polla de Goran irrumpiendo en su ano.

“¿Mamá? ¿Estas ahí?”

Soltó un momento el bocado “Errr... si si... dime hijo” para inmediatamente volver a morderlo..

“Pues te decía...”

Y así siguió un buen rato. Su hijo le contaba cosas que Carmen casi no escuchaba. Solo intentaba evitar soltar gemidos que delataran que la estaban violando por el culo.

“Bueno... mañana nos vemos” y su hijo colgó. Pero eso no paró a Goran que continuó sodomizándola hasta el final. Carmen ya no tenía que disimular y al menos pudo soltar algún que otro alarido que le permitían liberarse un poco. Nunca se había dado cuenta de lo que libera gritar hasta ahora.

“¿Te ha puesto cachonda que te folle mientras hablabas con tu hijo? Vamos arriba” Goran la cogió por la cadena y se la llevó arriba. Carmen lo seguía como un perrito faldero. Una vez arriba la metieron en la habitación que usaba su hijo. Boris ya estaba allí. “Te vamos a follar aquí. Y tu vas a llamarnos Marcos y a decir guarradas como ‘Dale polla a tu mami’ o ‘Como me gusta que me folles Marcos’ Quiere que nos hagas creer que quieres que tu hijo te folle”

Goran lanzó de un empujón a Carmen a la cama. Boris se puso delante de ella y empezó a desvestirse. “Adelante puta” le espetó Goran desde el quicio de la puerta. Carmen dudaba de que hacer. No estaba segura y ante la falta de reacción Boris le cruzó la cara con una bofetada que la tumbó en la cama. Pronto se irguió de nuevo porque Boris le tiró de la cadena hasta ponerla delante de su cara “A ver zorra, o podemos jugar contigo o podemos follarte hasta reventar como anoche. Tu decides”.

Carmen se acariciaba la cara donde había caído el golpe. Tendría que reaccionar y darles lo que querían o seria peor. Tomo aire, cerró un momento los ojos y se llenó de resolución.

“Marcos... Ven con mama y dale lo que quiere” Boris sonrió satisfecho y se acercó. Carmen se tumbó en la cama y con las manos animaba a Boris a subirse. Pronto lo tenía entre las piernas. Con un tanga tan escueto solo tenía que apartar un poco de tela para tener su rajita disponible. “Vamos Marcos. Fo... fóllate a tu mamá”

“Claro Mami. Te voy a dar lo que me pides” y le metió la polla... pero Carmen se sorprendió que no fue de la forma abrupta a la que le habían acostumbrado. Boris empezó rítmicamente a follársela pero no tan salvajemente como otras veces. Boris le susurro al oído ”Sigue. Que me lo crea”

“Hummmm.... Sigue hijo. Como me gusta. Sigue...” y de repente Carmen soltó un genuino y verdadero “OH” de placer. Ahora que se la estaban follando, más que violando, debía reconocer que tenían una polla estupenda, que sabía usarla cuando quería y que su cuerpo la estaba traicionando al disfrutar del momento. La cara de satisfacción de Boris la mortifico. “Sigue”

“Huuummmmmm si... Hijo mío. Que bien follas.”

“Más. Humíllate” le susurraba Boris.

“Sisisi el clímax de Carmen estaba llegando. “Si. Dale a la puta de tu Madre lo que quiere! Fóllame a gusto hijo mío. SISISIS Joder!” Carmen abrazo con sus piernas el cuerpo de Boris. No era consciente de lo cachonda que estaba. Esas sensaciones que tanto le abrumaban y excitaban cuando no estaba aterrada como cuando se masturbo en la noche estaban volviendo otra vez. Empezó a mover las caderas como loca “Tu madre es una puta! Fóllatela! Fóllame Marcos! Fóllame! Como me pone cachonda tu polla!”

Tanto Carmen como Boris no duraron mucho más. Que Carmen había disfrutado del polvo era más que aparente. Luego Carmen le mortifico que había sido el mejor polvo de su vida en meses. Su marido no era tan bueno ni de lejos. Cuando Boris acabo se saco su polla y la acercó a la cara de Carmen. “¿Quieres limpiarme la polla?” Carmen dudo un momento. Estaba avergonzada. ¿Como podía haberse corrido con algo así? Violada y jugando a que se la follaba su hijo. Quería morirse. Así que lo único que hizo fue continuar con el juego. Al menos no era tan duro como había sido la noche. “Si Marcos. Te limpiare la polla, hijo mío” Y se la trago entera y la sacó succionando con sus labios alrededor de ella hasta dejarla limpia.

“¿Te ha gustado Carmen?” Le preguntó Boris. “¿Te ha gustado jugar a que tu hijo te follase”

Carmen asintió. Lo peor de todo es que era cierto. De alguna forma esa idea sucia, pervertida, le había puesto cachonda. “S... si. La verdad es que si. Me ha puesto cachonda imaginarme que... que mi hijo... me follaba” No sabía muy bien si lo que decía era por seguir el juego a Boris o porque realmente lo sentía así.

“Y corten” dijo Goran. Carmen no entendió lo que decía. “Ya podemos irnos.” Y cogió una cámara que había estado grabando. “Boris. Coge el ordenador de esa zorra y envíale el video a todos sus conocidos”

“¿Que?” musito Carmen. “¿Que? ¿Lo habéis grabado?”

“Si. Te hemos grabado diciendo que te gustaría que tu hijo te follase. Y ahora se lo vamos a enviar a todos tus conocidos. Solo por joderte”

“NO!” exclamo Carmen que se tiro a los pies de Goran “No! Por favor. No hagas eso. Te lo ruego”

Desde luego que Goran no pensaba hacerlo pero esperaba esa reacción. “¿Porque no?”

“Te lo ruego. No lo hagas. No voy ni a denunciaros. Podéis hacer lo que queráis pero no hagas eso!”

Goran soltó un falso “hummm” como pensando. “Bueno... podemos quedarnos más rato y si nos divertimos nos quedaremos el video solo para nosotros. ¿Vas a ser una puta obediente y vas a jugar a todo lo que queramos?”

“Si!” exclamo asustada “Si!”

Goran soltó otro falso suspiro “Soy un blando. Vale. Nos quedaremos a violarte más rato vuelve a la cama de tu hijo. ¿Sabes lo que es un bukake?”

“N.... no” temiéndose que iba a ser algo tremendamente doloroso. Pero como un perrito apaleado obedeció y se sentó en la cama.

Le pasaron un slip que sacaron del cajón de su hijo. “Toma. Límpiate el coño, guarra” Le parecía del todo inapropiado usar un slip de su hijo para limpiarse el semen que le chorreaba del coño pero no veía otra que obedecer.

“Ahora lámelo”

“¿Qu... que?”

“Que lo lamas. Que limpies la lefa de Boris del slip de tu hijo que has usado para limpiarte... sobre todo en la parte del paquete”

Carmen estaba consternada. Los tres hombres alrededor, con sus miembros en la mano, habían empezado a pajearse apuntando todos hacia ella.

“Venga guarra. Y mientras mastúrbate para nosotros. Ábrete bien de piernas para que te veamos como te metes el dedo mientras lames esas guarreria del slip de tu hijo. O si no... Ya sabes. Nos vamos. ¿Quieres que nos vayamos... con todo lo que eso significa... o nos quedamos aquí a jugar contigo?”

Carmen estaba subyugada... lo del video podría destrozarla. Termino de subir las piernas a la cama y las abrió de par en par. Con una mano la metió en el tanga y empezó a hacerse un dedo... con la otra se llevaba ese slip a los labios y lo lamía como le habían ordenado.

“¿Serás guarra? ¿Que pedazo de zorra hace eso con los slips de su hijo? Me parece que te has poniendo cachonda con todo este jueguecito. Venga. Métete ese dedo que ya te hemos visto como te corres y queremos volver a verte hacerlo. Si no... Tu no quieres defraudarme zorrita”

Carmen se sonrojo. Intento no pensar en lo que estaba haciendo... pero justo al hacer eso empezó a sentir lo sucio que era todo... No es que quisiera acostarse con su hijo pero la sensación de depravación, de suciedad de ese acto empezaron a excitarla. Empezó a jugar con su clítoris con mas entusiasmo. Sin darse cuenta empezó a lamer el slip con largos lametones que le daban un aspecto de guarra impresionante.

“Joder. Que pena que no estuviera aquí tu hijo. Seguro que terminabas tirándotelo”

Carmen intentaba concentrarse en lo poco bueno que le quedaba del día y siguió a lo suyo. Dejo bien limpio el slip y con mas facilidad de la que le hubiera gustado acabo corriéndose de forma aparente para regocijo de sus violadores.

“Bien follahijos. Ahora le bukake. Trae la cara aquí. Acércate...”

Carmen empezó a entender lo que era un bukake. Que varios hombres se le corrieran en la cara. O eso parecía. No tardaron mucho en correrse todos, uno tras otro, y llenarle cara y pelo de semen hasta cubrirla. Carmen aguantaba estoicamente. Dentro de lo que podía ser era de lo menos malo.

“Anda. Mírate en el espejo. Estas preciosa con ese maquillaje”

Y la llevaron hasta el baño donde se vio en el espejo. Era asqueroso. Toda esa masa blanquecina recorriendo su cara. Le daba un aspecto muy bajo, muy tirado. No se percató que habían traído mas slips, ¿Todos?, de su hijo. “Toma. Ya sabes como va. Te limpias y los lames. Cada vez que le prepares al colada a tu hijo y veas estos slips tendrás algo que recordar” Y se rieron. Carmen cogió uno, se miró en el espejo derrotada, y procedió a limpiarse y lamer los slip uno tras otro.

La dejaron en paz un rato. A lo largo de la mañana la pillaron para alguna follada suelta pero poco mas. Ver el canal de deportes mientras Carmen se la chupaba, vendarle los ojos y que la follara Boris o Myrko y que lo adivinara. Si fallaba Goran la volvía a encular...

Llego la hora de comer y les entró hambre. Así que encargaron algo de comida a domicilio.

“¿Una repartidor? No puedo recibirlo así.” Se quejó Carmen. Si quisieran podrían forzarla a ello pero no querían llamar la atención... demasiado. “No te preocupes” Dijo Boris que le bajaba una camiseta blanca larga que le llegaba hasta medio muslo. “Ponte esto.” Boris le ayudo a ponérsela y Carmen se dio cuenta que le habían dejado el culito al aire al meter la camiseta por dentro del tanga por detrás.

Llego el repartidor y Goran se puso tras la puerta. Había sacado una pistola con silenciador y no tuvo que decir nada para que Carmen entendiera la amenaza velada. “Espera un momento” le dijo Boris. Y le tiró un vaso de agua a la camiseta. Carmen se quedó en shock y justo en ese momento llamaron a la puerta. “Venga estúpida. Abre”

Carmen se precipitó a la puerta y la abrió. El joven repartidor se quedó un momento también en shock sin decir nada. Al final Carmen reaccionó. “Cu... ¿Cuanto es?”

“Pues....” el repartidor dibujo una sonrisa. “Errr... ah! Si. Veintisiete con cincuenta”

Carmen se dio cuenta en ese momento que no llevaba dinero encima. Miro de refilón tras la puerta sin saber muy bien que hacer. Goran le señalo con la pistola tras de sí. Así que se giró y vio en una mesita en el recibidor algo de dinero. Así que fue a por el. Pero al llegar se vio en el espejo del recibidor. Por eso el repartidor estaba tan contento. La camiseta mojada se trasparentaba y dejaba adivinar sus preciosos y amplios pechos además de un sujetador sugerente. Menos mal que hace rato que le quitaron la cadena. Pero además recordó que Boris le había dejado el culito al aire y con el tanga está totalmente desnudo y ha la vista del repartidor ahora que se había dado la vuelta. Con un subidón cogió treinta euros, volvió rauda tapándose los pechos con el brazo y ofreció el dinero al joven. Este, algo borde, le ofreció primero la comida con lo que tuvo que destapar sus pechos para cogerla y luego prácticamente tirarle los billetes para cerrar la puerta de golpe. “Señora, tengo que darle el cambio”. “Quédatelo” espeto Carmen a través de la puerta. En cuando vieron que el repartidor se alejo los tres empezaron a reírse. “Tenias que haberte visto la cara” “Pues anda que la suya” Carmen estaba colorada, tremendamente avergonzada.

Llevaron la comida a la cocina y Carmen les siguió. Empezaron a repartir la comida entre los tres. “¿Y yo?” pregunto Carmen. “¿Tu? Si quieres tragar algo chúpanos las pollas. Si no, vete al salón y no molestes mientras comemos.” Carmen no había comido nada mas que semen desde la cena de ayer y empezaba a tener hambre pero no iba a caer tan bajo. Así que se aguanto. Solo agua le dejaban tomar durante el día.

Tras la comida estuvieron tranquilos. Solo le pidieron algún baile ocasional, que se masturbara con algún consolador, alguna sesión de tortura a base de fustas, pinzas y otros utensilios por parte de Myrko... nada ‘demasiado’... hasta que a mitad de tarde....

“He preparado su portátil” dijo Boris.

“Vale. Vamos arriba zorrita. Te vamos a compartir”

Carmen estaba confusa. ¿Compartir con quien?

Arriba estaba su ordenador encendido y con una Web abierta. ¿Como sabía Boris su contraseña?. La Web parecía un sitio donde uno podía abrir una ‘habitación’, conectarse, mostrar tu webcam e incluso hablar por el micro mientras otros chateaban por texto. Carmen no se percató de unas marcas con cinta en el suelo. Boris había medido que dentro de esas marcas, mientras estuvieran de pie, no se les vería la cabeza. Había un segundo ordenador conectado, el de Boris, desde el que se veía la misma pantalla que desde el de Carmen.

“¿Que queréis que haga?”

“Ponte esta máscara” Myrko le ofreció una máscara de cuero típica de bondage. Ojos y boca hasta la mandíbula quedaban al aire pero el resto estaba oculto. “Si te portas bien no te obligaremos a quitarte y que todo el mundo te vea”

Carmen miró la máscara con miedo y luego el ordenador. “¿queréis que de un espectáculo erótico?”

“No. Queremos que des un espectáculo pornográfico, estúpida”

“Pe... pe... pero me van a ver un monto de personas”

“Esa es la idea estúpida! Ahora... o te pones la máscara y te sientas o sencillamente te sentamos y encendemos la webcam para que todos te vean”

Después de un breve titubeo Carmen se puso la máscara y se sentó. podía ya verse en la webcam que proyectaba. Con sus tetas pinzadas y su máscara de cuero. Menuda putona parecía. Tenía ya preparada la Web para conectarse. Hasta el nick lo tenía preparado. “ZorraViolada”. Solo tenia que darle a conectar y crearía una habitación. “Por favor... no hace falta que nadie mas me vea así...”

Myrko dio dos pasos pero antes de que tuviera tiempo de hacer nada Carmen se hizo un ovillo mientras decía “sisi... lo haré lo haré...” Se recompuso, pulso ‘conectar’ y creó la habitación.

En breve, con ese nick, empezaron entrar hombres, que nada mas verla en la webcam alucinaban. empezó a recibir líneas de texto. “joder que tetas”,”¿Esas cadenas son de verdad?”,”¿Que pasa? ¿Te han violado y te mola?”,”No me creo las cadenas. Tira de ellas”

Desde atrás Myrko estiro el brazo, lo único que se veía de él, cogió la cadena y tiró con fuerza hasta sacar un grito de Carmen. Todos podían ver que las cadenas estaban bien sujetas.

Mas líneas de texto. “¿Que fue eso?”, “No estas sola”,”Menudo grito. si que dolió”,”¿Pero de que va esto?”

“Cuéntaselo” dijo Goran. “Diles la verdad”

Los mirones podían escuchar perfectamente el micro..”¿Quien dijo eso?”, “¿La verdad?”, “¿Quien esta ahí?”

Carmen dudo un momento. “¿La verdad? Tres hombres me han capturado en mi casa...snif.. y me... me han violado. Ahora me han puesto aquí.. delante de vosotros... así... no se porque”

“Para humillarte, zorra estúpida” se oyó la voz de Myrko.

“Si, ya claro...”, “Fake!”, “Da igual, esta buena”, “Si claro. Si es verdad que te rompan el culo ahora mismo y nos lo creemos!” “Si. Rompedle el culo!” “hahaha Fake!!!!”

“Vale” Se oyó decir a Goran que ya estaba desnudo y con el pene erecto. Entró en la cámara pero gracias a la marca no se le veía la cara.

‘Joder que pollón!”, “Eso no cabe por el culo”, “Si! Destrózala, viólala por el culo!!!”

Goran la cogió por la coleta de pelo que le salía de la máscara y la echó hacia delante. Carme acabo apoyada en la mesa, con la cara bastante cerca de la cámara. En sus ojos se veía auténtico terror. Goran se puso detrás y apartando el hilito enseguida tuvo acceso al ano. Apretó con fuerza y como siempre, de un golpe, le metió toda la polla. Todos pudieron ver y oir como Carmen abría la boca para proferir un sonoro grito seguidos de otros mas a cada empujón. Las lágrimas le resbalaban por la máscara.

“Wow!”, “¿Esto va en serio?”,”Si no, la actriz es buena.”,”Mirad esas lagrimas. Eso no se disimula”,”Esto es de verdad. Yo me lo creo”,”Que alguien llame a la policía”,”Callate estúpido. Esto es la ostia. Venga tío. Hazla gritar” Algunos textos parecían preocupados pero la mayoría, o no se lo creían pero les gustaba o los que se lo creían y les encantaba.

Myrko le puso unas pesas a las cadenas. Bastante pesadas. Ahora a cada empujón la pesa salida despedida y además le estiraba los pezones. Todo siempre jaleado por los espectadores que pedían mas barbaridades. Carmen no podía creer que toda esa gente estuviera disfrutando con su agonía.

Goran la giró después de un rato y Boris se le unió. En volandas, uno por delante y otro por detrás le hicieron un sándwich. En cuando acabo Goran, Boris dio la vuelta a Carmen, le quito el tanga y todos podían ver como su coñito era violado. “Que coño mas bonito. Destrozádselo cabrones”, “Si es que todas las pelirrojas son unas putas”.

Myrko llegó con una mordaza de metal que le puso a Carmen. Le obligaba a abrir la boca hasta casi desencajársela. Poco después Boris acabó. “Enséñales los agujeros, zorrita” Carmen tardó un poco en reaccionar. “Que les enseñes los agujeros, zorra!” Carmen se puso delante de la cámara y mostró su coñito pelirrojo que ahora perdía algo de semen. “Y el otro!” Se dio la vuelta y les mostró el ano, aun parcialmente abierto después de la invasión.

“Genial. Sois grandes”,”Así se trata a una zorra”,”¿Te ha gustado? Pedazo de puta”

Carmen no podía decir nada por la mordaza pero Myrko apareció. “De rodillas” y acompañó la orden de un tirón de pelo que la dobló al suelo. Una vez allí metió su pedazo de polla hasta el fondo, hasta metérsela por la garganta, y allí la dejó, unos segundos eternos que Carmen pensaba que se iba a ahogar.

“Joder que pollones gastan estos tíos”,”Se la ha tragado toda!!!”, “Impresionante”, “Ahógala tío. Ahógala!”

Carmen intentó resistirse. Luchaba con sus brazos, empujaba a Myrko pero no era rival para ese hombre. Myrko se mantuvo allí, quieto esperando.

“Que se va a ahogar”, “Veis como va en serio”, “Estos la matan!”

Pero Myrko sacó la polla como la había metido. De golpe. Llena de babas de Carmen que hacía unos ruidos raros al intentar toser con la mordaza puesta. Poco le duró el descanso pues enseguida Myrko volvió a la carga y empezó a follarle la garganta. Carmen conseguía algunos jirones de aire entre embestida y embestida. Y así, durante un buen rato, su garganta volvía a ser usada como nunca fue diseñada para eso. Al final Myrko se corrió pero justo antes aviso a Carmen. “No te lo tragues ahora. Quiero que todo el mundo te vea con la boca llena de mi leche”. Y así fue. Cuando Myrko iba a correrse saco la polla justo hasta la entrada de la boca y todos podían ver como se iba corriendo en ella. Luego cogió a Carmen por el pelo y le puso la boca cerca de la cámara. Todos podían ver un primer plano de su boca llena de Semen. “Mueve la lengua” ordeno Myrko “Saboréala”

“Eres una puta de primera”, “Una violación auténtica. Como me estoy poniendo”,”¿Donde estáis? Quiero unirme a vosotros y follarme esa zorra como se merece”

Carmen alucinaba cuando leía los mensajes. La mayoría estaban disfrutando de su sufrimiento, ya fuera fingido o real. así estuvo aun un buen rato, siendo violada para regocijo de esos vouayers que la mayoría disfrutaban con ello. Como una hora duró el espectáculo y cada vez mas hombres se unían a verlo, a jalear, a animar a que la violaran, la degradaran y la dañaran.

Cuando acabaron apagaron el ordenador y la dejaron tirada en la cama para que se recuperara.

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Llego la hora de cenar y Carmen se quedó de nuevo, esperando en el salón, muerta de hambre, a que los violadores acabaran. Cuando acabaron la llamaron a la cocina. “Si quieres comer algo y para que veas que somos buenos ven a la cocina” Escucho. Cuando carmen llegó vio varias zanahorias y pepinos pelados en la mesa lo que le extraño.

“Primero gánatelo. Siéntate sobre la mesa y ábrete de piernas” De alguna forma la promesa de comida le empujo. Lo barato que puede venderse una persona cuando tiene hambre. En seguida se sentó y abrió las piernas. Y uno tras otro, los tres, se la follaron. Noto algo extraño. Se dieron prisa por acabar. Apenas diez minutos y ya se habían corrido cuando solían durar bastante mas.

“Bien. Ya tienes la salsa” dijo Goran con una sonrisa malvada. “Si quieres puedes comerte las zanahorias y los pepinos pero.... pero primero te tienes que follar con ellos”

Carmen miro las viandas sobre la mesa y notaba como su coño estaba bien lleno de semen. Lo que le pedían es que se follara con eso... lo empapara en semen y luego se lo comiera. Que asco! “Venga. A que esperas. ¿No tenias hambre?” Y era cierto. Así que cogió una zanahoria, se la metió y la sacó, empapada de semen y se la iba a comer cuando Goran le paro. “No, tonta... pero unta bien que sabrá mejor” Carmen tuvo que volver a meterse la zanahoria y follarse con ella unas veces hasta que Goran estuvo satisfecho. “Ya puedes”. Carmen la saco, empapada, se la acerco a los labios y la mordió. Estaba cansada. Que la follaran todo el día la había dejado exhausta y hambrienta. Y esa zanahoria empapada en semen le pareció deliciosa. Se la comió con ganas, esa y varias mas, zanahorias y pepinos... todos después de usarlos para follarse, ambientada por las risotadas de sus captores que disfrutaban con esta nueva humillación y degradación.

No es que hubiera muchas. Media docena. Pero fue suficiente para quitarle algo el hambre.

Una vez acabado decidieron pasar al siguiente juego.

“Sube arriba, dúchate y vístete. Nos vamos de marcha” le ordenó Goran.

Carmen subió y allí encontró la ropa que le habían preparado. Solo unas sandalias de cáñamo con tacón y una falda y una camiseta blanca. Tanto la falda como la camiseta las habían recortado burdamente con tijeras. La falda apenas le cubriría tres dedos de pierna bajo el pubis y la camiseta colgaría directamente de sus pechos y apenas los cubriría. No vio ropa interior sobre la cama. Se dio una ducha rápida, se vistió con la escueta ropa y se arreglo. Se miró en el espejo. Parecía una de esas quinceañeras putonas que iban provocando.

Bajo por las escaleras donde encontró a sus tres captores. “Joder. Pareces una guarra de las que se emborrachan y acaban folladas en cualquier rincón. Me gusta”

“¿Donde... donde vamos? No quiero que en este pueblo me vean así”

“Puta estúpida. A ver si entiendes que haremos lo que queramos pero tienes suerte. Este pueblo familiar no tiene marcha. Iremos a una disco a unos quince minutos de aquí” La conocían porque sabían que el dueño era un mafioso ruso que trabajaba para el mismo jefe que ellos, Gurenko.

Montaron en el coche de Carmen, ella detrás con Boris al que nada más sentarse tuvo que darle una mamada. Todo el trayecto hasta la discoteca estuvo Carmen doblada con la polla de Boris en su boca hasta que le llenó con su semen. Y una vez más se lo trago. Y pensar que hasta ayer nunca había hecho algo así... y ahora había perdido ya la cuenta.

Llegaron a la discoteca donde había cola para entrar. A la mayoría les sacaba entre diez y veinte años pero enseguida noto como se fijaban en ella. Sabía que seguía siendo atractiva y tal como iba vestida... empezó a sentir algo de vergüenza.

Fueron directamente a la puerta. Nada más llegar, el portero les miro y les paro. Se quedó fijamente mirando los pechos de Carmen sin ningún disimulo. Ella mismo les dio un vistazo y vio que con su propia transpiración y algo del calor del ambiente hacían que la camiseta traslucía un poco y sus pezones ya podían adivinarse. Carmen se tapó instintivamente. “Me temo que debéis hacer cola como todos” dijo el portero.

Goran le dijo algo en un idioma que no comprendió a lo que el portero se mostró algo perplejo pero enseguida les flanqueó el paso a los cuatro saltándose la cola. Al entrar Myrko le dio un par de golpes en los brazos a Carmen para que se destapara. Algo que hizo avergonzada.

La disco era atronadora. Era un lugar masificado donde sobretodo se practicaba el turismo de borrachera. Cientos de jóvenes extranjeros, ingleses y alemanes principalmente, bailaban y bebían sin parar.

Ni se molestaron en pedir bebidas. Directamente se metieron en la pista de baile y la rodearon entre los tres, llevándola cada vez más hacia el interior de la muchedumbre. Boris llevaba una cámara e iba grabando todo.

“Vamos putita. Hemos venido a divertirnos. Baila. ¿No es esto mejor a que te estemos violando en tu casa, Estúpida?”. Carmen intento seguir el ritmo. Era esa música machacona y no sabía muy bien como bailarla. Sus tres captores tampoco eran muy buenos bailando pero parecía no importarles. Pegados a ella podía sentir como sus manos, de vez en cuando, se perdían bajo su falda o camiseta y jugaban con sus intimidades. En mitad de la pista sin ningún recato. “Pero muévete golfa. Sube los brazos cuando bailes. Menéate. Contonéate” Carmen. Asustada y aún recordando el video que tenían obedecía. Empezó a contornearse y a subir los brazos. La camiseta subió y apenas le cubría sus pezones dejando ver claramente la mitad inferior de sus amplias tetas. La falda también se subió un poco y por muy poco le cubría el pubis. Pero a menudo tenía una mano descarada de alguno de sus captores en su culo, coño o tetas. Sin ningún pudor, delante de todos.

Una panda de jovenzuelos borrachos ingleses que los rodeaban se percató de la presencia de Carmen. Difícil no hacerlo con su aspecto de guarrona y empezaron a vitorearla. “Wow!!!! Enseña tetas! Enseña Tetas!” Goran le susurro al oído “Ya lo has oído. Dales una alegría” Carmen le costó aún unos segundos conseguir el valor necesario pero al final obedeció. Se subió la media camiseta y sus pechos se mostraron en todo su esplendor. Los ingleses empezaron a jalear algo en inglés que no entendió y antes de que pudiera darse cuenta tres o cuatro manos se abalanzaron a magrearle los pechos. Carmen se asustó, se bajó la camiseta y dio un paso atrás para golpearse contra Goran. “¿Que haces estúpida? Les has enseñado las tetas. ¿Que esperabas que hicieran? No seas mal educada y déjate magrear”

Los ingleses empezaron a jalear otra vez “Enseña tetas!! Enseña tetas!!!” Carmen, tremendamente asustada inspiró hondo y volvió a mostrarlas. Ahora otra vez varias manos se abalanzaron pero esta vez Carmen aguanto el tipo mientras oía todo tipos de comentarios en inglés que no entendía pero que claramente adivinaba soeces.

Alguien sacó un móvil y se disponía a hacer una foto cuando Myrko, rápido, de un manotazo, lo estampo contra el suelo. El asalto de los pechos de Carmen paró y los ingleses no sabían muy bien como reaccionar. Eran como una docena pero crios y Goran y sus hombres parecían bestias. Al final uno de los ingleses que posiblemente era un macho alpha tuvo el valor de dirigirse a Myrko en inglés recriminándole. Pero fue Goran quien le contestó. Intercambiaron unas frases que Carmen solo podía entender por las expresiones de ambos. Parecía que el inglés recriminaba algo a Goran, este le contestó tranquilo algo a lo que el inglés se mostró perplejo. Pareció pedir confirmación porque luego miró a Carmen con una sonrisa de oreja a oreja y les dijo algo a sus amigos mientras negaba con el dedo. Todos los amigos jalearon, respondieron afirmativamente a lo que fuera que les estuvieran diciendo y miraron a Carmen encantados.

Pronto Carmen se vio otra vez rodeada pero esta vez por los ingleses. Empezaron a bailar a su alrededor pero también a refrotarse, a meterle mano, las manos jugaban con su pubis y su falda ya había subido tanto que era solo un cinturón. La camiseta aún cubría a duras penas sus pezones y la iban empujando de un lado a otro.

Pronto se dio cuenta Carmen que los empujones no eran casuales. Poco a poco la habían empujado hasta llegar a una de las paredes de la disco. Justo junto a un gran y sonoro altavoz que formaba un rincón casi escondido con la pared.

Una vez allí por primera vez desde que entró en la pista tuvo apenas medio metro de libertad y vio que estaba atrapada allí, con el paso cortado por una docena de jóvenes ingleses medio bebidos que la miraban con deseo. Además de sus tres captores que estaban entre ellos, Boris en primera fila grabándolo todo.

El joven que se había atrevido a encararse con Goran se adelantó y la cogió por la cintura “Mujer española mucho puta tú!” Carmen miró desesperada a Goran que solo le contesto con una afirmación. El joven bajó sus manos hasta el culo y apretó su paquete contra el pubis desprotegido. Pero en cuando vio que no había resistencia enseguida se sacó el miembro, apunto a su destino y Carmen sintió un nuevo miembro entrar en su interior. El inglés era como un conejo. Empezó rabioso, furibundo, rápido mientras que todos sus amigos coreaban una palabra “MILF! MILF! MILF!” coreándolo mientras se la follaba. No tardó mucho. Poco más de cinco minutos. Cuando acabó sus amigos lo celebraron como si hubiera marcado un tanto o algo así y el se alejo con los puños en alto y sacando pecho mientras gritaba de satisfacción.

Pero no hizo más que apartarse que otro inglés tomó su lugar. Pero este le dio la vuelta a Carmen. Enseguida vio que iban a por su agujero trasero. No era ni de lejos la tortura del miembro de Goran pero seguía siendo algo desagradable. Y más teniendo en cuenta que seguía con la tónica de su amigo. Follándola rápida y furibundamente. Buscando correrse lo antes posible. Así fue. También en poco más de cinco minutos se corrió en su culo llenándola con su leche caliente. Cuando se dio la vuelta vio que a su último violador le estaban ofreciendo un rotulador y le señalaban la pared. Allí vio lo que parecía un dibujo esquemático de un coño con un palito al lado, debajo lo que parecía un sol y debajo lo que parecía una boca. Su violador dibujó una raya junto a lo que parecía un sol y Carmen entendió. Era su ano. Iban a registrar las veces que se la iban a follar.

Un tercero tomo su lugar pero este la obligó a arrodillarse. Enseguida su polla estaba frente a sus labios buscando entrar en su boca. Fue una mezcla de felación y follada bucal. Carmen esperaba acabar lo antes posible. No podía creerlo. Estaba en un local con cientos de personas, la estaban violando y nadie decía o veía nada. Otra vez el joven acabó bastante rápido y cuando el resto vieron como Carmen, obediente, se tragaba su corrída jalearon el gesto con alegría coreando “Mucho puta! Mucho puta!”

Así se fueron turnando todos y algunos hasta repitiendo. Mas que follarla la estaban usando para masturbarse. Solo buscaban correrse lo mas rápido posible en ella. Como dos horas duró la orgía. El único incidente fue que uno intentó sacar un móvil y hacer una foto. Esta vez Myrko, en vez de golpear el móvil, directamente le partió la cara al chaval. Cuando el inglés que parecía llevar la voz cantante lo vio se encaró con su amigo que estaba en el suelo he incluso le dio una patada para luego hacerle un gesto a Goran de ‘aqui no pasa nada’. En eso llegó el portero que hacía las veces de seguridad al oír la pelea. Se acerco y pregunto en ruso a Goran algo a lo que este le negó con la cabeza. El portero miró donde estaba Carmen, escondida junto al altavoz, apoyada contra la pared con las piernas sujetas en el aire por el joven que se la follaba. Carmen le imploro con los ojos e incluso estiro su mano pidiendo ayuda. El portero, impertérrito se dio la vuelta y los dejó allí.

Dos horas después Goran decidió irse lo que fue coreado con un ‘noooo’ por los ingleses pero que lo aceptaron. Cuando Goran la cogió para sacarla de allí pudo dar un vistazo a la pared. Su boca había sido la menos usada con diferencia. Y su coño había ganado por una rayita. No le dio tiempo a contarlo pero en total habían sido 17 corridas las que había soportado. Así como iba saliendo aún tuvo que soportar unos últimos manoseos por parte de los ingleses a modo de despedida.

Ya en la calle podía ver que su camiseta estaba empapada y apenas ocultaba sus pechos. Estaba exhausta y dolorida. Le habían gastado toda su parte baja con tanto uso sin descanso. En la salida se despidieron del portero con el que intercambiaron algunas palabras en ruso de las que Carmen solo pudo entender un ‘Da’ de Goran acompañado de una afirmación mientras se giraba para mirar a Carmen sonriente.

La llevaron hasta el coche casi en volandas. El cansancio le mataba y eso que no había hecho nada. Se lo habían hecho casi todo. Pero cuando llegó al espacio entre los coches aparcados la empujaron y la tiraron al suelo. No se había dado cuenta que el portero los había acompañado y ahora estaba entre los coches con ella, desabrochándose el pantalón mirando alrededor en busca de curiosos indeseados. En cuando se bajó los pantalones se abalanzó sobre ella. Boca abajo como estaba enseguida se dio cuenta a por que agujero iba. Al final sus dos agujeros iban a empatar esa noche. Allí, en el suelo de un aparcamiento, entre dos coches, Carmen fue sodomizada una vez más. Pero ella solo se sentía como una muñeca rota que se dejaba hacer. Sus pezones frotándose contra el asfalto con cada empujón en su culo.

El portero agradeció el regalo y se fue. La metieron en el coche y volvieron a casa. Esta vez al menos la dejaron en paz en el camino de vuelta y pudo descansar algo y recuperar fuerzas. “Joder que guarra que eres. Como has aguantado con todos. Esperaba que te hubieras desmayado” Y Carmen también lo hubiera deseado. “Algo así solo se aguanta si estabas cachonda por lo que te ocurría .Serás puta!” Carmen no se atrevía ni a contestarle. Solo sonreía estúpidamente y se encogía de hombros temerosa de que fuera cierto. De que en el fondo le gustase. “No te quejarás. Hemos protegido tu honor. No te han hecho ni una sola foto... solo lo que ha grabado Boris. ¿A que amigos quieres que lo enviemos como recuerdo de tus vacaciones” Esta vez Carmen si reacción. “No. Por favor. Eso no....” Se rieron. “No te preocupes. Te has portado bien Si no nos das razones para joderte la vida estos videos se quedan para nuestra colección”

Llegaron a casa y Carmen ya imaginaba que alguna tortura aún le esperaba pero no fue así. Goran la mando a ducharse y que se volviera a vestir con la lencería de la mañana. La ducha la revitalizó y la calmo. Empezó a recordar lo que acababa de pasarle. Una jauría de ingleses rabiosos se había abalanzado sobre ella y la habían usado como si fuera un pedazo de carne. Durante dos horas uno tras otro se la habían follado a toda prisa buscando solo correrse en su interior. Se sintió sucia, usada, degrada, excitada... ¿Excitada? Otra vez, al rememorar lo sucedido y aislarse de lo peor empezó a disfrutar de la esencia que sí le gustaba. Se estaba dando cuenta que era una pervertida. Le excitaba todo los prohibido, lo oscuro, aunque el dolor y el miedo del momento la mataban luego, mas calmada, recordar lo que le había pasado le estaba poniendo cachonda.

Esta vez, más cansada, ni intentó alejar esos locos sentimientos. Buscaba un atisbo, un rayo de sol de felicidad entre los nubarrones que había sido su dia. Se relajó, busco su clítoris, y mientras se duchaba se masturbo vigorosamente. Fue increíblemente rápido y obtuvo un tremendo orgasmo. Justo después la lucidez llegó a ella. Se arrodillo en la ducha y sollozo al darse cuenta lo loca, lo pervertida que era. Realmente lo pasaba mal mientras la violaban. El dolor, el miedo... pero luego....

Cuando se recompuso, salió a vestirse y arreglarse como le habían ordenado. Volvía a parecer una puta de lujo. Abajo le esperaban sus captores con una cámara de fotos. Le explicaron que como estaba de safari querían unas fotos de recuerdo de su presa. Ella. Así que cada uno posó con ella en una pose pornográfica y luego imprimieron las fotos con una impresora portátil. Así le obligaron a dedicárselas con comentarios obsceno como si ella fuera una buscona que hubiera disfrutado de la experiencia.

Luego la mandaron al piso de arriba. Le dijeron que se tumbara en la cama que ya irían subiendo a follársela a lo largo de la noche. Carmen subió, se tumbó en la cama, espero y... se durmió. Estaba exhausta.

Al día siguiente se despertó. No había subido nadie durante la noche. No sabía muy bien que hacer pero al final bajó, aún vestida con solo su lencería sexy.

“¿Hola?” pregunto pero nadie le contestó. Dio un vistazo rápido por la casa pero no encontró a nadie. Sus llaves volvían a estar puestas en la cerradura. Los inalámbricos en su sitio y ella estaba sola en la casa.

Se dejó caer en el suelo. Sollozando. Era libre al fin pero estaba loca. No entendía lo que le pasaba. Lo mal que lo pasaba mientras la violaban y como disfrutaba recordándolo. Así estuvo un buen rato hasta que se recompuso. Había pasado ya y esperaba que no volviera a pasar. Estas sensaciones contradictorias la estaban destrozando por dentro.

Subió a su habitación y se vistió de una forma más recatada. aún tenía todo el cuerpo dolorido. Intento enumerar las veces que se la habían follado por sus distintos orificios y no pudo ni imaginárselo. ¿40 veces tal vez? ¿En un solo día? Paso a la habitación de su hijo a cambiar las sábanas. La única cama donde la habían follado. Metió las sabanas en la lavadora junto con los slips, aun con restos de semen pese a todo lo que los había lamido.

Por la tarde llegó su hijo.

“Hola mamá. ¿Te los has pasado bien el fin de semana?”

Carmen tuvo que contestar con un sincero “No lo se”

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Epilogo

Tres meses después Carmen lo había superado No había dicho nada a nadie. Aun temía que su vídeo apareciera por Internet o que alguien la hubiera reconocido de la sesión de violación ante la webcam pero parecía que estaba a salvo.

Estaba frente al ordenador cuando salto una ventana de chat de un programa que no conocía.

“Hola zorra”

Carmen se asustó un momento. ¿Que era eso? Al fin se armó de valor y contesto. “Quien eres?”

“Así me gusta. Que contestes a tu nombre. Soy Goran. Y ahora descúbrete las tetas”

Goran. Ese monstruo. No sabia que hacer así que gano tiempo. Le contestó un rápido “Ya las tengo al aire” aunque no era cierto para poder pensar que decidir.

“NO ME JODAS, PUTA ESTÚPIDA. AUNQUE CREAS QUE LA WEBCAM ESTA APAGADA NO ES ASI. LA CONTROLÓ YO Y TE ESTOY VIENDO. RECUERDA LOS VIDEOS QUE TENGO TUYOS. ASI QUE ENSEÑAME LAS PUTAS TETAS YA O TE JODO LA VIDA”

Como un resorte Carmen se quitó la camiseta y el sujetador y se quedó pasmada frente al ordenador.

“Así esta mejor. Que tetazas tienes, pedazo de puta. Sabes... creo que me lo voy a pasar muy bien contigo. De momento deja el ordenador siempre encendido. Tengo ganas de verte follar con tu marido. Pero nunca le dejes que te de por el culo o se la chupes. Eso vamos a reservarlo para... otras ocasiones. Recuerda... mientras seas una puta obediente todo quedará en privado. ¿Entiendes?”

Carmen asintió. Esto no había acabado. Una lágrima rodó por su mejilla.