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Empresa familiar: introducción

en Amor filial

EMPRESA FAMILIAR: INTRODUCCIÓN 

Tocotoc. Toco-toc-toc.

Es una carrera contra el reloj, tecleo a tecleo, tratando de coordinar mis dedos, escribir a la primera cada palabra, para no tener que pasar por el martirio del autocorrector.  Balance trimestral... Balance, no "balanza" .

"¿Quiere decir...?"

No, no quiero decir nada que no esté escribiendo, mierda de aparato. Da igual cuántas veces me lo subrayes en rojo. Por Dios, nada de ventanas, nada de perder el tiempo.

¡Odio este ordenador!

Toco-toco-toc.

Como un sonido de galope en la radio; como el puto séptimo de caballería, mis manos corren sobre el teclado: no habrás visto a ningún genio del piano componer tan rápido como yo. Textos enteros, órdenes del día, notificaciones y bajas. Sinfonías de empresa, con el euro y la libra como claves de sol.

 

Apenas tengo ocasión de preparar mi proyecto. Siento que no puedo, que me aplasta el horario, pero aprieto los dientes y me desgasto los tendones y las yemas, porque sé que él me está mirando. Quiere que se me rompan las uñas que le rozaron, la piel que le tocó. Desnudarme hasta dejarme en carne viva.

Hacerme humear, porque cree que no pudo calentarme.

 

Quiere quemarme, obligarme a coger la baja y despedirme, para no tener que volver a verme. Evitar la tentación de seguir haciéndome quedarme hasta tarde, solos los dos en la oficina, donde todo sería tan fácil... si yo quisiera. Si le dejara ponerme la mano encima, como aquella vez.

Siento escalofríos al pensar en su aliento, en su nariz puntiaguda recorriendo los músculos de mi cuello mientras supervisa, por encima del hombro, un informe que nadie sabe hacer mejor que yo. Siempre tiene que poner pegas, mil quejas antes de dar su aprobación.

 Nunca, jamás dice una palabra amable.

 

Es imposible concentrarse con su respiración encima, revolviéndome el cabello. Oliéndome el pelo como un enfermo o un asqueroso anuncio de champú, sin molestarse en disimular que cada vez que aspira el aire  para dedicarme un insulto o susurrar algo desagradable, me está olfateando, cachondo como un perro. (Tratando de determinar, quizás, mi fecha de ovulación.)

Le gusta, le pone tanto tenerme en su poder...

 

Sé que podría notar su erección, dura como el hierro, si no fuera por el respaldo de la silla. Nunca pensé que le hiciera falta bromuro a un cincuentón. A veces me paso el índice por la clavícula, haciendo saltar descuidadamente  otro botón de la camisa sólo para ver qué sucede. Qué efectos tiene un inocente masaje de mis músculos entumecidos por un exceso de horas de trabajo.

Es divertido ver dilatarse sus pupilas en el reflejo del monitor.

C-E-R-D-O

Aprieto los botones uno por uno, a propósito... y borro rápidamente, antes de que pueda saber con certeza si ha visto la palabra. Si la he escrito o es parte de su imaginación. Un aviso de su conciencia, que le remordiera por darle tan mala vida a una becaria.

 

A mr Grant ("Percy, sólo Percy, venga, dílo, nena... Vamos, dílo, corazón... ¡Quiero oírlo!")no le viene mal de vez en cuando tener alguna alucinación. Digamos que trabaja demasiado. Pasa el día pensando nuevas tareas imposibles para mí, métodos para demostrar mi incompetencia. Cosas que a poder ser requieran que me agache mucho, le roce algo o se me rompan las medias.

Se ocupa de que esté lo bastante estresada para que no sepa dónde tengo la cabeza y me olvide hasta de ponerme unas bragas. Estoy esperando a que decida reprocharme la indecencia, para poder echarle en cara estar mirando constantemente entre mis piernas.

Me daría pena, si no me diese ya rabia... pero todo lo que puedo hacer es callarme y aguantar, porque al fin y al cabo, sólo soy una enchufada. No hay semana en que no me recuerde que  estoy en la empresa por ser la pareja de su hijo. Una latina (" española, mr Grant, española") engatusadora y holgazana.

Y con Douglas, decididamente, no se puede contar.

 

Si hay algo que he aprendido en estos meses, es que no hay una forma elegante de decir "me he acostado con tu padre". Un modo dulce, para aminorar el impacto. No existe el momento ni el lugar para contar algo que te quema por dentro  (las nauseas ancladas en la boca del estómago, estos nervios que me tienen siempre a punto de vomitar). De desahogarse y esperar que comprenda unos instintos tan bajos, que me dan asco a mí misma, y deshacerme de la culpabilidad. La verdadera razón por la que evito ir a comer los domingos con su familia, o por qué las últimas navidades fueron tan amargas.

No es fácil coexistir con alguien que piensa que tiene derecho de pernada sobre ti; que conoce tu sabor.

Tu maldita debilidad.

 

Todos los días me levanto pensando en que debería haberle dado un buen rodillazo en los huevos y salido corriendo, en lugar de dejar que se apoderara de mi boca. Haberle roto esos dedos finísimos, como de mujercita, con la tapa de la fotocopiadora.

¡Es casi un jubilado, joder! No soy un prodigio de fuerza, pero podría haber hecho más. Podría haber hecho ALGO, siendo precisos. Un empujón, un grito... Uno, aunque fuese suave, para poder pensar en ello como una violación.

Ni siquiera puedo alegar que  fuese culpa del alcohol, aunque nos tomáramos un par de copas.

 

Pero no. Da igual cuántas veces me lave la boca, si al final acabo pidiendo lo mismo que él en la máquina de café, (por deseo o por inercia, no lo sé) y es casi como si le tuviera otra vez lengua con lengua, tropezándonos con todas las mesas del departamento de contabilidad.

Simplemente no estaba preparada para esto. Nunca hubiese podido imaginar que en Glasgow me esperase un amante, en lugar de un suegro. (Y uno celoso, además...)

 

Toco-toc-click

Hay algo realmente posesivo en el modo en que coloca su  brazo sobre el mío, en cómo maneja mi muñeca al dirigir el ratón, borrándome varios párrafos. Es un maniático del control y no lo disimula. Todo tiene que ser siempre a su manera.

O a su modo o a la carretera, por utilizar su propia expresión.

Y ahora que no puede volver a tener lo que quiere, simplemente rabia.

-¡Si no sabes hacer ni una edición decente en Word- dice, mordiendo cada palabra- no esperes que nadie vaya a leerse esa basura!. Moléstate en intentar engañarme y que parezca que por una vez tienes algo interesante que decir. Ponle un formato... como tú, decorativo...

Está tan cerca de mí que podría arrancarle una oreja y darle motivos reales para gritar, pero hay algo mucho más cruel con lo que contraatacar. Utilizo mi voz más dulce, muy bajito, mientras acaricio como por descuido su pulgar con mi pulgar

-Lo siento mucho, de verdad. Tendrá que decirle a su hijo que me dejé descansar. No puedo concentrarme si no duermo...

-Douglas se va a aburrir pronto de ti, cariño, no te preocupes por eso.

-Tal vez entonces me conforme con su padre...

 

Percy Grant es un tirano, puro veneno; y resulta un placer darle justo donde le duele: ser el segundo plato.  Hay parcelas de mi vida sobre las que no tiene poder, y lo sabe. Como decidir lo que hago a partir de las siete. O con quién debo acostarme.

No puede abrirme y cerrarme las piernas como las puertas de su oficina, a su arbitrio y voluntad. En el horario más conveniente. Todo lo que se atreve a hacer es decirle a mi pareja que no soy suficiente, que él se merece más...

 

...Aunque no le habla de la cena de navidad, de cómo nos follamos sin palabras y hasta sangrar en su despacho, violentamente; o el modo en que hago que se le erice el vello. Del ambiente enrarecido, la tensión que se corta con un cuchillo cada vez que las circunstancias nos obligan a saludarnos con un beso. Se asegura de que no vea el esfuerzo, los mil intentos que hacemos por coordinarnos para que acabe cayendo en la mejilla.

El modo en que me mira, con ese par de ojos helados, de predador que ha herido a una presa y la sigue despacito y muy de cerca, esperando a que se rinda y se desangre. Y mientras tanto, a su carácter de mierda se le va sumando el hambre...

 

De momento sólo gruñe, pero sé que muere por morderme... Y a mí, (aunque sea absurdo y enfermizo) ¡me excita tantísimo verle enseñar los dientes!

CONTINUARÁ...

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Ahora que lo has leído, te agradecería mucho  que me dejaras un COMENTARIO con tus impresiones de la introducción de esta nueva serie. Al fin y al cabo, se trata de mejorar...

Te invito además a leer mis otros relatos :)