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Virginia seducida y entregada al vecino h......iii

en Sexo con maduras

Recordad que en la segunda parte de este relato, Virginia se entrego de nuevo a José Enrique e incluso le dio su virginal culo. Tras esto  él la invita a visitar el Club donde están y la va mostrando las diversas zonas y secciones de su negocio, hasta llegar a otra sala que es una especie de teatro con gradas en redondo, alrededor  de un escenario redondo  y giratorio, rodeado todo él por cuatro filas de butacas que se pueden reclinar y echar para atrás convirtiéndose, prácticamente en cama. En esta sala hay en esos momentos una actuación.  José Enrique la lleva a una cabina aparte y privada para contemplar el espectáculo que se está ofreciendo en esta sala y la advierte que se va impresiona de lo que va a ver. Entonces ella le pregunta: “¿Pero tan fuerte va a ser, que crees que me va a impresionar, más incluso que lo que ya he visto?”. Y hasta aquí el resumen del relato anterior, ahora continuamos donde quedamos aquel:

Él me contesta:

“Creo que sí, pues lo que vas a ver no lo esperas. Te diré como va él número. A la pista sale una de mis chicas, en esta ocasión una de mis últimas putas, tan solo lleva trabajando aquí una o dos  semanas. Y del publico los hombres o mujeres  (porque también hay alguna mujer entre el público) que quieran disfrutar de ella pagan una cantidad que ya está fijada, (que es menor que si se fuera con una puta de las del prostíbulo) pero tienen que hacerlo ante todo el público y pueden participar uno, dos tres o hasta 6 personas a la vez con la chica y podrán hacerla todo lo que deseen , ella no podrá negarse a nada e incluso si pagan un poquito más la podrán penetrar sin preservativo y ella tendrá que aceptar, de hecho a la chica que en estos momentos está en la pista, se lo están haciendo sin ellos”.

Nos acomodamos en la cabina y miro hacía el espectáculo y puedo ver en el escenario a una chica joven completamente desnuda (que en esos momentos nos da la espalda a nosotros) haciendo sexo con tres hombres a la vez. Ella está a  cuatro patas muy abierta y mientras uno de los hombres está tendido sobre unos cojines de espalda en el suelo entre el arco que forman sus piernas y brazos, este la esta agarrando y atrayéndola hacía él de su culo (el cual se le tiene bien abierto con sus manos, a la vez que la penetra por su vagina y otro puesto tras ella se la tiene introducida en su culo, mientras ella con su boca está haciendo una mamada al tercero que por la expresión de su cara parece estar disfrutando muchísimo. A la vez que esto ocurre el escenario va girando muy despacio, entonces le digo yo a mi acompañante:

“Dios mío, qué barbaridad, pobre chica la van a quedar cuando acaben totalmente destrozada, como es posible que pueda tener dentro de su cuerpo tres pollas a la vez, y además lo está haciendo sin preservativo,  pudiendo quedarla embarazada o si ella pone los medios para evitar el embarazo, la pueden pegar cualquier enfermedad que tengan alguno de esos hombres”

Él me contesta:

“Ella lo ha querido, por eso cobra más, ella es una de mis nuevas adquisiciones, ellos son clientes asiduos. Mis putas trabajan a tanto por ciento de lo que el cliente paga, normalmente y este es el caso la chica se lleva el 40% y la empresa (en este caso yo) el 60% de lo que cobren por su trabajo. De modo que si por hacerlo con preservativo hay una tarifa establecida y ella quiere cobrar más esto lo consigue haciéndolo sin protección, la parte de más que cobra es toda para ella. Lo que pasa que esta putilla, esta encaprichada igual que tú de mi polla y a cambio de follar conmigo solo se queda con su 40%, todos los demás extras me los da a mí.”

Yo le miro a la cara y le digo:

“¿Entonces, yo te tendré que compartir con otra?”

Él me dice:

“No querida, con otra no, me tendrás que compartir con varias más de mis putas , pero eso será si aceptas el ser mía por completo, haciendo todo lo que te he propuesto, caso contrario sabes que hoy habrá sido el último día que has gozado conmigo, pues no me volveré a acostar contigo”

El escenario va girando y ya casi se puede ver la cara de la chica, aunque todavía se la tapa su pelo. Al que se la está mamando, no puede aguantar más y se corre dentro de su boca y en su rostro y tras correrse comienza a mearla toda su cara, pelo y la parte de su cuerpo que llega el chorro de orín que está echando. A la vez que hace esto no deja de gritar e insultar a la chica. Ella también debe de estar gozando bastante, pues tras liberar su boca de la polla del que se ha corrido comienza a emitir suspiros y gritos de placer. Yo al oír esa voz y esos gritos me son muy familiares, en eso sigue girando el escenario y ya está completamente la chica frente a nosotros y puedo ver perfectamente su cara, lo que veo no me lo puedo creer, me refriego mis ojos y vuelvo a mirar, la chica es mi hija Rocio, entonces no puedo por menos que gritar:

“Dios mío, es Rocio José Enrique, es mi hija, ¿cómo ha podido llegar aquí y entregarse a esto?”

 Miro a mi hija desnuda gozando con la follada que esos hombres la están dando y haciéndolo delante de todas las personas que están en la sala. Como es posible, siendo ella tan recatada y pura igual que yo, como es posible que haya caído tan bajo, si hace menos de dos semanas era tan feliz y decente junto a su joven marido. Y ahora está ahí ejerciendo de prostituta en un Club, siendo el bocado sexual de estos hombres y el deseo de todos los que la están contemplando. Yo me enfado, y chillo de rabia, me entran ganas de pegar a mi cubano, pero me sujeto y le pregunto:

“José Enrique ¿Cómo que esta mi hija hay, como una prostituta cualquiera?¿ cómo es eso posible, que la has hecho o que la has dado cabrón”, 

Él riéndose me dice:

“La he dado lo mismo que a ti, mi polla y la ha pasado lo que a ti, la ha gustado tanto que no puede pasar sin ella y si la quiere, tiene que hacer lo que está haciendo, lo mismo que tú tendrás que hacer a partir de ahora si sigues queriendo tenerla dentro de tu maduro cuerpo”

 Yo me llevo mi mano a mi cara y le digo:

“Tenías razón que me iba a impresiona y que no lo esperaba, y que mejor lo viera desde este lugar privado. Por favor dime como conociste a mi hija y que es lo que ha pasado para que ella haya llegado hasta este punto.”

Él me coge de mis manos y me hace que me siente en uno de los sillones, para oír lo que me tiene que contar. Desde donde me ha situado yo sigo viendo el espectáculo que está dando mi hija con los tres hombres que la están poseyendo. Los dos que la estaban perforando su vagina y culo, ya se han corrido dentro de su cuerpo, se han salido de ella y ahora es el que se corrió en su boca , el que la ha tendido a ella de espalda, la ha abierto bien sus piernas y tirándose encima de ella la esta follando. Los otros dos uno de ellos, la pone su polla en la boca y ella se la mete y comienza a mamársela el otro se ha puesto de rodilla al lado de Rocio y la esta sobando y apretando sus grandes pechos.

El cubano comienza a contarme:

“Recuerdas la noche que estuvimos cenando en ese restaurante de enfrente, si la misma noche que te entregaste a mi por primera vez. Ella te llamo por teléfono y estuvisteis hablando. Luego en un momento dado fuiste al baño, dejando el teléfono encima de la mesa. Entonces mientras tú estabas en el baño, yo cogí tú teléfono, miré el registro de la última llamada y apunte el nº del teléfono que aparecía (era el de tú hija). Tras cenar, cuando fuimos a tu casa, vi la foto de ella en la mesita del comedor y me gusto, eras tú pero joven, entonces comencé a pensar en que igual que había seducido a la madre podía seducir a la hija y de esta forma os tendría a las dos.

Al día siguiente, deje la urbanización, pues mi trabajo contigo ya lo había realizado. Y ese mismo día telefonee a Rocio, me presenté como tu vecino y que quería verla, pues me había llegado a mis manos algo comprometido tuyo que debía de ver y tomar los dos juntos una decisión al respecto.

Ese mismo día, nos encontramos en un restaurante de una zona que habitualmente visitáis vosotros bastante, y aunque ella no me conocía, yo al verla la reconocí por la foto que vi en tu casa. Me acerque a ella, me presente y mientras tomábamos una copa la dije que había recibido un sobre con unas grabaciones un poco comprometidas tuyas y mía, que si quería acompañarme a mi casa que se las mostraría para ver que podíamos hacer, para que el escándalo no fuera vos populi y si era posible evitar que se enterara tú marido y tú misma.

Ella acepto y me acompaño en mi coche aquí, a mi apartamento. La mostré las grabaciones del restaurante en las que aparecemos tú y yo follando, ella me dijo que no era posible que fueras tú, pues tú eras una mujer decente y cristiana y que eso era pecado y tú no habrías sido capaz de cometer semejante pecado ni de haberle sido infiel a tú marido. Volvimos a ver las grabaciones, para que se convenciera y cerciorara de que eran verdaderas y que la mujer que estaba haciendo el amor conmigo eras tú. Ella me dijo que tú te habías vuelto loca, que como era posible, que a tu edad hayas caído en esto y con un hombre bastante más joven que tú. Entonces la dije que se calmara, que ya lo solucionaría yo, que pagaría o haría alguna llamada a algún conocido mío, para que esas grabaciones no salieran a la luz. La invite a cenar, estuvimos bebiendo bastante en la cena (procuré que ella bebiera para ver si el alcohol la hacía perder el pudor y se mostraba más abierta al trato con otros hombres), después, de ello me dijo que quería volver a ver las grabaciones, que aún todavía no se lo podía creer. Volvimos aquí y en esta ocasión comencé a enseñarla en vez de la que le había enseñado fallándote, otra en la que tú estás mamando mi polla, ella al ver mi miembro erecto no pudo reprimir un gritito de sorpresa y admiración. Según las estaba viendo yo la miraba a ella y pude comprobar que no quitaba ojos de mi pingón, yo al verla notaba como se iba calentando con la visión de mi pingón. Yo entonces tomando un poco de confianza, la dije que si podía decirla un secreto de su madre y ella me dijo que sí. Entonces la conté que a ti te encantaba mi polla por lo larga y gorda que era y por lo bien que sabía usarla para hacerla feliz.

Ella se puso colorada al oír este comentario y a moverse nerviosa. Entonces la dije, que si quería verla y tocarla que yo con sumo gusto se la enseñaría, para que pudiera comprobar por ella misma porque su madre había hecho lo que estaba viendo en la pantalla. No la di tiempo a que me contestara, me abrí la bragueta de mi pantalón y metiéndome la mano me la saque y se la puse a menos de cinco centímetros de su cara, yo ya la tenía erecta, aún no había llegado a alcanzar los 26 centímetros ni el grosor que tú bien conoces que tiene cuando está en su pleno esplendor, pero ya la imponía y la sorprendía lo larga y gruesa que era el miembro que tenía ante sus ojos.

Entonces la dije:

 “Tócala, nota la suavidad de su piel y la dureza y grosor de ella. ¿La de tú marido es así?”.

Ella entonces llevando su manita a mi pingón y tocándomela me contesta, con voz tímida:

“Uff que larga y gorda que es, y aún no la tienes del todo erecta, y que piel más suave que tienes, es un poco oscura. La de mi marido es de piel clara y es mucho más pequeña, pues no mide más de 10 centímetros de larga y dos de gruesa, cuando está en plena erección, yo creo que aun sigo con mi virgo intacto, pues en todos estos meses que llevamos casados, me la ha metido bastantes veces en busca de tener familia y nunca me ha salido sangre (que según dicen al romper el virgo, siempre sale) y aún sigo sin estar embarazada. No sé como mi mamá ha podido entrarse semejante aparato en su vagina pues es tremenda, yo creo que a mí no me podría entrar, pues con lo estrechita que tengo mi rajita veo difícil que pueda entrarme incluso aunque solo sea la puntita”.

Yo tras oír sus comentarios sé que la gustaría tenerla dentro de ella, pues no la suelta y ha comenzado a acariciarla toda ella y a rodearla lo que puede con su manita (pues no es capaz de abarcarla entera con ella, debido a su grosor). Yo entonces me acerque a ella y comencé a besarla en su cara, luego me acerque a su boca y la di un beso apasionado metiéndola mi lengua en su boca, ella participo y le acogió con agrado sin oponer resistencia. Debía estar muy caliente pues no dejaba de tocar mi polla, yo tras abandonar su boca fui a su cuello y se le chupe y bese y después subiendo con mi boca a su oreja se la beso y la digo:

“Chúpamela, no tengas miedo, verá como te gusta, mira como a tu madre la gusta, mira la grabación como me lo está haciendo ella”

 Y ella me dice:

“Nunca lo he hecho, con mi marido, este tipo de sexo no lo practicamos, pues lo creemos guarro y sucio y encima es pecado. Pero al estar tocándotela, y tenerla tan cerca y percibir el olor fuerte que desprende, me están entrando ganas de hacerlo, pero mi educación, me dice que no debo de hacerlo ni ser tan descarada ni osada como ha sido mi madre”

Yo entonces la vuelvo a insistir, y esta vez ella trata de meterse la punta de mi polla en la boca y en principio no es capaz de engullirla, pero yo  la insisto y al fin logra entrarse todo mi glande y comienza a absorber de ella. Yo entonces la digo. Mira la pantalla fíjate como lo hace tu mama, tienes que poner la boquita como si fuera una O y después entrarla y sacarla despacio, cuando lo hagas y aprendas verás cómo te gusta. Yo bajo mi mano a su falda se la levanto y la introduzco bajo ella hasta llegar a su entrepierna, se la toco y en efecto, está totalmente empapada por sus jugos, fruto evidente de su calentura. La comienzo a masturbar su sexo y noto como ella se va encendiendo porque noto en mi polla como me la chupa con más ganas y pasión, cuando estoy a punto de venirme en su boca se la saco y la llevo besándola y agarrándola por la cintura a mi cama, la voy desnudando poco a poco, entre beso y beso, entre caricia y caricia, parece como si ella no se diera cuenta esta totalmente entregada a mí. Cuando la tengo totalmente desnuda la tiendo en la cama con su espalda sobre el colchón, la abro lo que puedo las piernas, el panorama y visión que me brinda es precioso, tiene su coñito muy parecido al tuyo, su pubis tiene un poco de vello, no la cantidad del tuyo, la pregunto y me dice que  a su marido le gusta así, sin mucho, pero tampoco con poco vello. Me desnudo deprisa, me subo a la cama y colocándome de rodilla entre sus piernas  llevo mi polla a su rajita y comienzo a pasearla todo lo largo de ella, me detengo y voy introduciendo poco a poco, muy despacio mi puntita en su sexo, noto un poco de resistencia, aprieto un poco más y noto como acabo de romperla su himen. Virginia, me gusta mucho tú hija y su chochito es mucho más estrecho que el tuyo, no sabes lo que me costó desvirgarla y conseguir meterla toda mi polla en él. Una vez que lo conseguí se volvió loca de placer comenzó a moverse ella también al ritmo que yo la follaba. Me la folle como a ti sin preservativo ni protección ninguna, en ese momento deseaba preñarla y que tuviera un hijo mío. Ella no se opuso ni me pidió que me pusiera preservativo, pues luego al comentárselo, me dijo que ella y su marido no lo usan, pues es pecado utilizarlo y  ellos son muy católicos y religiosos. Tras follármela tres veces seguida, cuando iba a dejarlo y ducharme fue ella la que me pidió que no lo dejara que quería y necesitaba más. Entonces sin dejar de acariciarla y besarla descansé un rato para después complacerla.

Ese noche marchó de madrugada a su casa y al día siguiente no eran las once de la mañana cuando de nuevo estaba aquí, y así varios días, hasta que me confesó que no podía estar sin mí, que haría todo lo que yo quisiera. Yo entonces la dije que si quería ser mía debería de hacer todo lo que yo la pidiera y entre ellos estaba trabajar para mí de prostituta o de lo que yo quisiera, sin poderse negar a nada, y que según se comportara así tendría su premio, que no sería otro que poder ser follada por mí.  Ella acepto y entonces ese día de nuevo estuvimos follando hasta que no pudimos más los dos. Entonces la dije que debería dejar unos días su casa y a su marido y sin que nadie supiera donde estaba venirse aquí y probar si era eso lo que quería o no, si al pasar esa semana no quería seguir podría irse y no volvería a estar conmigo, pero si al acabar esa semana continuara me tendría a mí  y podría gozar conmigo las veces que según su trabajo yo creyera que se había ganado. Y ya veríamos como podríamos arreglar lo de su marido, para que acabe por separarse de él de tal manera que en el divorcio salga él como culpable y la tenga que pasar una pensión de por vida. Lo mismo que si tú accedes a ser mía haremos con tú marido Virginia. Al final de la semana decidió seguir y ahí la tienes trabajando como la mejor, y puedo decir que ahora mismo es una de las mejores y más trabajadoras de las putas que tengo.”

En ese momento los hombres que están dando el espectáculo con Rocio han dado por terminado su goce con mi hija. Ella mira hacía donde nosotros estamos, sabe que tras el cristal opaco que tiene la ventanilla aunque ella no pueda vernos, esta José Enrique viéndola, lo que no sabe es que yo le estoy acompañando. Por la megafonía de la sala se oye muy claro la voz de Rocio dirigiéndose a los tres hombres que la han gozado decirles:

“Mucha gracia por el placer que me han proporcionado ustedes , estoy a su entera disposición para cuando ustedes quieran, y sepan que no estoy tomando nada para protección de embarazo, así que si desean preñarme ya saben que si pagan como me tienen que pagar pueden hacerlo, dentro de 4 días entro en mis días fértiles, por si les interesa “

Ellos la contestan:

“Fue un placer para nosotros, y dentro de cuatro o cinco días estaremos aquí, para volver a follarte y ver si a pesar de nuestra edad, (tienen todos entre 55 y 65 año) podemos quedarte preñada, putilla, eres una joya de puta, para nosotros la mejor puta con la que hemos estado y gozado”

Yo muy enfadada y con ira, llorando por no poder hacer nada  y viendo a mi hija (que siempre ha sido una chica decente y recatada, casada con un chico bueno y de muy buena familia) desnuda en medio de los tres hombres mayores, pidiendo que la preñen, ya que de esa forma ganará más dinero para su chulo que es el mismo hombre que a mí me ha seducido y al que me he entregado,  me dirijo al cubano y le digo:

“Esto no puede ser, José Enrique, cabrón, hijo de puta que es lo que has hecho, no tenías suficiente con haberme seducido a mí y tenerme completamente entregada a lo que tú quieras, que has tenido que hacer lo mismo con mi hija. Encima la has metido el vicio en su cuerpo, metiéndola a prostituta para darte a ganar a ti mucho dinero, y ella ha aceptado con tal de poder estar contigo, eres un cabrón. No sé si conseguiré que ella deje esto y arrancarla de tus garras, aunque lucharé con todas mis ganas por hacerlo y……..”

Entonces él dándome una fuerte bofetada  en mi cara  me hace caer sentada en el sofá que hay en la cabina y sin dejarme acabar de hablar me dice:

“Cállate puta, ella es como tú, una mujer calienta falta de un buen sexo y yo os lo he dado y las dos adoráis mi polla y sin ella no podéis vivir. Ella ha aceptado por propia voluntad esta vida y la verdad es que ya me está dando muy buenos resultados  económicos. Y tú sé que tardes más o menos al final también aceptaras lo que te he propuesto esta noche y también sacaré bastante dinero contigo. Mira Virginia, desde que aceptó esta vida, y eso hace ya dos semanas está tomando unas pastillas para facilitar el que se quede preñada y además desde entonces cada vez que esta con un cliente lo hace sin tomar precauciones. Quiero que la preñen, porque así estoy seguro que sacaré más dinero y una vez lo consiga, la tendré más atada aún a mí”

Yo me limpio mis lagrimas y lo miro con ira, no sé si lanzarme a él y golpearle con todas mis ganas o irme, pero sé que no me servirá hacerlo de nada, pues él es fuerte y no consentiría ni que le diera el primer golpe, de modo que con los puños y dientes apretados por la rabia, me aguanto y mirándole a los ojos, con cara desafiante le digo:

“Me voy José Enrique, no me verás nunca más, en tu vida hijo de puta, esto que has hecho no tiene perdón”

 “Me voy José Enrique, no me verás nunca más, en tu vida hijo de puta, esto que has hecho no tiene perdón”

Vuelvo a mirar hacía el escenario por última vez y veo a Rocio mirar hacía donde nosotros estamos, pues aunque no nos puede ver ella sabe que su macho esta allí y la está observando, entonces lleva su mano derecha a su boca y le tira un beso, luego abandona el escenario entre los aplausos y pitidos de los espectadores. Él tras mirarme y reírse al ver mi cara me contesta:

“Vete, si quieres ahora puta, pero tú sabes que aunque ahora digas que no volverás. Una polla como la mía no volverás a encontrar y además sabes que estás enamorada de mi y de mi instrumento, mala puta. Tú sabes que digo la verdad y ver a tu hija desnuda y entregándose a esos tres viejitos te ha excitado y calentado, aunque te cueste y te dé vergüenza reconocerlo. Tampoco te gusta que ella también se haya enamorado de mí y puedo decirte que ahora prácticamente vive aquí en la casa y que como has podido observar es una buena folladora como tú misma has podido ver, en resumen es tan puta como su madura madre. Vete, vete si quieres pero volverás, pero el día que vuelvas pidiendo que te haga de nuevo mía, ten en cuenta que para conseguir eso tendrás que aceptar lo mismo que ha aceptado tú hija, y que no es otra cosa ser una de mis putas y hacer sin poder oponerte a nada de lo que yo te ordene y quiera. Vete sal corriendo no sé qué coños haces todavía aquí, puta de mierda”

Yo me voy, salgo corriendo de aquel lugar, con mi coño mojado por lo caliente que me ha puesto todo lo que he visto en ese local, por el camino no dejo de llorar pues se que lo que me ha dicho ese cabrón tiene razón y que tarde o temprano volveré a buscarle y a aceptar sus reglas e imposiciones. Pero yo lucharé con todas mis fuerzas para que esto no ocurra.

Cuando llego a casa, una de las chicas del servicio al abrirme y ver mi cara llena de lágrimas y descompuesta, me pregunta:

“¿Qué la pasa señora?, ¿está usted bien? ¿Qué ha pasado?”

Yo la digo:

“No es nada María, no te preocupes, por favor prepárame el baño, quiero bañarme, llena la bañera de agua caliente y espuma, quiero meterme en ella y relajarme”

Yo me dirijo a mi cuarto, me quito la ropa y me quedo desnuda, siento mis jugos correr ahora por mis muslos abajo y aún salen algunos hilillos del semen de ese hijo de puta que me ha robado a mi hija y ha destrozado nuestras vidas. Quiero meterme cuanto antes en la bañera y quitarme, arrancarme tanto la suciedad de nuestros jugos  y semen que tengo pegado por todo mi cuerpo, como la suciedad moral de la que con mis actos he llenado todo mi espíritu. Me acerco al cuarto de baño y me dice María:

“Ya está listo, señora, quiere que la ayude”

Yo la contesto:

“No gracias, puedes retirarte y si lo deseas puedes acostarte o hacer lo que quieras, hoy ya no te volveré a necesitar”

Me meto en la bañera y cogiendo la esponja echo gel en ella y me froto con fuerza todo mi cuerpo, como si quisiera arrancarme todo rastro de la lujuria que he tenido en estas horas que he pasado con el cubano. Después de bañarme, me seco todo mi cuerpo y me coloco encima una bata de baño, la cual al llegar a mi cuarto me la quito y me colocó un camisón de seda. El tacto de mi piel desnuda con la seda de la prenda me produce un placer que antes, otras veces que me lo he puesto, no he sentido. Me meto en la cama y tras apagar la luz trato de dormir, pero no soy capaz de conciliar el sueño, no puedo dejar de pensar en mi hija prostituyéndose y me da una pena horrible y pienso que dirá su marido cuando pasa tanto tiempo fuera de la casa, que pensará y si sospechará algo de lo que realmente su mujer está haciendo en esos momentos. Entonces cogí el teléfono que tengo en la mesita de noche y marque el teléfono de la casa de mi hija. Cuando sonó el teléfono, me lo cogió mi yerno, entonces le dije:

“Fernando, soy Virginia, está Rocio”

Él me contestó:

“Hola Virginia, ¿cómo está usted?. No, Rocio no está, suele llegar sobre las 21,30h. a 22,00h. de la noche. No sé si la ha dicho que está trabajando desde hace unas dos semanas, su turno es de tarde de 13,00 h. a 21,00h, pero se suele quedar siempre un poco más por eso suele llagar a casa más cerca de las 22,00 ó 22,15h.. Por las mañanas para practicar el inglés se ha apuntado a una academia dos horas de 10,00 a 12,00 cerca de donde tiene la oficina, así que aprovecha y come también por ahí, dado que yo no vengo tampoco a comer. No creo que tarde mucho, dado la hora que es si quieres cuando llegue la digo que te llame.”

Yo le contesto:

“No, no te preocupes Fernando, ya la llamo yo mañana a su teléfono móvil, solo era para ver como estabais, y ya veo que estáis los dos bien y muy ocupados. Aprovechad el poco tiempo que tenéis para estar juntos, pues estoy deseando que me hagáis abuela”

Él me contesta:

“Si Virginia, con el trabajo de Rocio, la verdad es que tenemos poco tiempo para estar juntos, pero estate segura que lo aprovechamos a tope, y ojala tu deseo se convierta en realidad pronto, un beso querida, que duerma bien. ¡Ah ¡ perdona se me olvidaba, cuando regresa Pepe de su viaje”

Yo le contesto:

“Este sábado, Fernando, estoy deseando de verle, imagínate después de un mes fuera de casa y separada de él. Un beso, hasta mañana”

Colgué el teléfono, y pensé, Rocio es lista, lo tiene todo bien planeado, pero ¿Cómo hará los fines de semana? Pues estoy segura que tanto tiempo no puede dejar de no ir a trabajar al Club. Luego seguí pensando, seguro que algo tiene ideado. Fernando parece que no sospecha nada, mejor de esta forma así ella y su chulo tendrán tiempo de preparar todo para que mi hija no salga perjudicada cuando se descubra el pastel.

Tras la conversación con mi yerno, me quedé más tranquila en lo referente a mi hija aunque no menos apenada de pensar que hubiera llegado a prostituirse por no dejar de estar un rato con un hombre. Luego de  nuevo apague la luz y me dispuse a dormir, pensando en ir a confesar mis pecados al día siguiente. Pero pasaba el tiempo y no era capaz de conciliar el sueño, pues no dejaba de venirse a mi cabeza una y otra vez todas las escenas y recuerdos  vividos esa tarde con José Enrique  y lo visto y vivido en el Club. Me veía a mi misma siendo follada una y otra vez por el cubano, llenándome mi vagina y mi culo con su leche. Y cuando no era esto veía a mi niña Rocio follada por esos tres hombres de edades comprendidas entre los 55 y 65 años y pidiéndoles que la preñaran. También la veía a ella follando con José Enrique, imaginándome que la habría abierto tanto su coñito y su culito como hizo conmigo. Al cabo del tiempo me puede más el sueño y acabo durmiéndome. Cuando me desperté la mañana siguiente estaba toda mojada y con mi mano en mi sexo y completamente desnuda, no sé qué habría pasado, pero en sueño me había desnudado y seguro que me habría masturbando soñando con ese sinvergüenza de José Enrique. No sé qué me pasa, pero me siento muy excitada y no puedo por menos que masturbarme al sentir mi sexo tan mojado, yo nunca antes me he masturbado, pues al igual que follar con alguien que no era mi marido, lo tenía como un pecado muy grande. Cuando lo estoy haciendo no puedo evitar pensar en el pingón del cabrón del cubano. No tardo mucho en correrme al hacerlo y mirar hacía el teléfono, veo que está parpadeando la lucecita de mensajes o llamadas perdidas, levanto el auricular y veo que tengo varios mensajes de mi marido, miro la hora y es de madrugada aún en el país donde esta, entonces cuelgo el auricular y decido llamarle al mediodía, a la hora de comer.

Me levanto, voy al cuarto de baño y me doy una buena ducha. Luego vuelvo a mi cuarto, me pongo ropa de estar en casa, voy a la cocina y la asistenta me sirve el desayuno. Tras desayuna, me visto con mis ropas normales y recatadas, salgo y me dirijo a la iglesia donde me confieso con mi confesor. Tras decirle que he vuelto ha caer en el pecado de la lujuria e infidelidad, y tras aconsejarme y decirme que tengo que ser fuerte y vencer a la tentación de la carne me pone la penitencia y perdona mis pecados.

Hace ya más de una semana que me tenía que haber venido la regla o periodo y al día de hoy no me ha llegado. Entonces tras salir de la iglesia me dirijo a una farmacia y pido un test de embarazo y nada más llegar a mi casa me voy al cuarto de baño, orino y me hago la prueba. Pasan unos minutos que a mí se me hacen años y cuando la vuelvo a ver y mirar compruebo que da positivo, estoy embarazada. A mí se me viene el mundo encima, embarazada y se segura que no es de mi marido, pues hace ya casi un mes que no está en casa y la semana en que me vino la regla el si estaba y en esa y la posterior, que fue cuando marchó no hicimos el amor, por tanto está claro que del que estoy embarazada es de José Enrique.

Tengo que pensar que hacer para que mi marido piense que la criatura que llevo en mi vientre es suya y no pueda sospechar nada de mi desliz con este cubano sinvergüenza, que me ha seducido y además me ha dejado preñada y para más inri es el chulo y proxeneta de mi propia hija.

Cuando me levanté esta mañana, sentía un dolor grandísimo en mi culito, y al sentarme siento un gran dolor el cual al andar me hace hacerlo más abierta de piernas que lo normal como si estuviera escocida. Todo ello es como consecuencia de las heridas que tengo en el agujerito de mi ano, por el desgarre que me hizo José Enrique ayer al desvirgarme por mi puerta trasera, por mi culito virgen. Cuando llego a casa, voy al botiquín y busco una pomada que tengo para que las heridas cicatricen y calmar el dolor que ellas producen. La encuentro y me doy en mi parte afectada con ella, notando un gran alivio. El sentarme es imposible, así que me voy a una juguetería y compro un flotador.  Cuando estoy en casa tengo inflado el flotador y me siento sobre él, lo que hace que el dolor sea menor al quedar el agujero de mi culo en el hueco que el flotador tiene en el centro.

A lo Largo del día no deja de venirse una y otra vez a mi cabeza José Enrique, y a veces siento ganas, muchas ganas de ir donde esta él, entregarme a él y dejar que me haga y hacer todo lo que él quiera de mí. Pero sé que sería mi perdición y haciendo caso al padre Tarsicio lucho con todas mis fuerzas contra el pecado de la carne y consigo alejar de mí esa idea.

El sábado , me despierto intranquila, pues es el día que llega mi marido y no sé qué hacer , para no sentirme culpable delante de él , para que no sospeche nada de mi preñez cuando esta se empiece a notar , esta noche tengo pensado hacer el amor con él y hacer que se corra dentro de mi vagina, cuando se vaya a retirar por que le llegue el orgasmo le sujetará con fuerza y evitaré que pueda salirse y le diré que quiero que lo haga dentro de mí, que lo necesito, que no pasará nada, pues acabo de tener el periodo. Y si consigo que lo haga, habré conseguido la baza para que ante la duda y aprovechando mi trayectoria de mujer decente y cristiana no pueda pensar otra cosa, nada más que la criatura que llevo en mi vientre es suya.

Tras ducharse mi marido  se puso cómodo, con una bata de estar en casa y zapatillas. Yo me puse igual, nos fuimos al salón y le serví una copa y comenzamos hablar y a contarme él como le había ido en su viaje y anécdota y cosas que le habían pasado. Me pregunto que había hecho yo, y como me había ido. Yo entonces le conté algunas cosas sin importancia que había realizado en su ausencia, pero no le conté nada de lo mío con José Enrique, es más ni le dije que le conocía.

Le dije que había preparado cena y que hoy no saldríamos, que nos quedaríamos en casa, y con una sonrisa un poco picara y exhibiéndome un poco ante él le dije que quería estar pronto esa noche con él en la cama. Yo estaba nerviosa y quería cuanto antes hacer que me follara y se corriera dentro de mí para poder cargarle a sus espaldas mi embarazo, ahora que solo llevaba con él dos semanas y no se me notaba y cuando diera a luz se podía entender que se me había adelantado el parto.

A las 7 de la tarde llega mi marido del viaje y cuando entra me tiro a su cuello y le como a beso, no le dejo ni descansar ni siquiera dejar el equipaje y entonces le digo:

“Mi amor, lo que te he echado de menos, ha sido mucho tiempo lo que has estado fuera, por favor no te vuelvas a ir y dejarme sola tanto tiempo, te necesito tanto….”

Tras besarnos al acabar él lleva su equipaje a nuestro cuarto, abre la maleta y yo le ayudo a deshacerla. Le digo:

“Pepe, ves tú duchándote, y ponte cómodo, yo en mientras deshago las maletas, la ropa voy a echarla toda a lavar y el resto lo colocaré en su sitio, pero no esperes más ves a ducharte, mi amor”.

Tras ducharse mi marido  se puso cómodo, con una bata de estar en casa y zapatillas. Yo me puse igual, nos fuimos al salón y le serví una copa y comenzamos hablar y a contarme él como le había ido en su viaje y anécdota y cosas que le habían pasado. Me pregunto que había hecho yo, y como me había ido. Yo entonces le conté algunas cosas sin importancia que había realizado en su ausencia, pero no le conté nada de lo mío con José Enrique, es más ni le dije que le conocía.

Le dije que había preparado cena y que hoy no saldríamos, que nos quedaríamos en casa, y con una sonrisa un poco picara y exhibiéndome un poco ante él le dije que quería estar pronto esa noche con él en la cama. Yo estaba nerviosa y quería cuanto antes hacer que me follara y se corriera dentro de mí para poder cargarle a sus espaldas mi embarazo, ahora que solo llevaba con él dos semanas y no se me notaba y cuando diera a luz se podía entender que se me había adelantado el parto.

A eso de las 8,00 de la tarde noche dijimos a una de las sirvientas que nos sirviera la cena. Tras la cena, yo fui a la cocina y él se dirigió al salón para esperarme a que yo indicara a la servidumbre lo que tenían que hacer. Yo en vez de irme derecha al salón me dirigí a mi cuarto  y me coloqué un conjunto de ropa interior muy sexi, que dejaba ver todo, me coloque encima una batita de andar por casa que a cualquier movimiento se me abría y como sin querer le enseñaba todo, me miré al espejo del armario y me vi sexi y explosiva. Después me dirigí al salón donde él me esperaba, cuando me vio entrar vestida de esa forma, se extrañó (dado que yo nunca me había mostrado de esa manera ante él, pero a la vez noté en su cara una leve sonrisa. Me senté a su lado, dejando que la batita se abriera y mostrándole gran parte de mi anatomía, cosa que él le debió de encanta. Empezamos a hablar, yo le preguntaba cosas sobre su viaje, me comencé a poner un poco mimosa con él, le pase mi mano por su cara y pecho, atreviéndome a llegar con ella hasta su entrepierna. Al ponerle la mano encima de la zona donde suponía se encontraba su sexo, pude comprobar que se le había puesto erecto y que marcaba un gran tamaño, estaba excitado y seguro que deseaba en esos momentos tenerme entre sus brazos y hacerme suya. Yo no iba a ser la que se lo impidiera, sino todo lo contrario se lo facilitaría todo lo que pudiera, pues me interesaba para de esa forma cargarle el hijo que me había hecho el cubano. Entonces le dije, con voz seductora y mimosa:

  “Bueno cariño, cuéntame cómo te ha ido en tu viaje, has ligado mucho, no me habrás engañado con ninguna y ahora no tengas ganas de mí, pues  conmigo tienes que cumplir, tantos días sin hacer nada me tienes muy necesitada, estoy tan caliente que me subo por las paredes”

 Diciendo esto me abrí la batita corta que llevaba, él no podía dar crédito a lo que veía y al comportamiento tan excitante y seductor  mío. Él que me conocía y sabía que yo nunca me comportaba de esa forma, que incluso en muchas ocasiones en las que él había querido hacer algo diferente a lo tradicional yo me había negado e incluso enfadado y le había dicho que ese tipo de conducta era de descaradas y de pecadoras y ahora era yo la que lo hacía. Al comprobar su sorpresa me atreví a decirle:

“Te gusta esto, te apetece, mi amor, estoy deseando que me cojas entre tus brazos y me hagas tuya, te he echado tanto de menos, te necesito dentro de mí, quieres que hagamos algo”

Yo le miré hacía su bragueta y vi que tenía un buen bulto, estaba también muy excitado, entonces me contestó:

“Virginia, si tú lo necesitas fíjate como estoy yo”

Yo le miro muy sensual y voy bajando mi vista desde su cara hasta su entrepierna, lugar en el que me quedo fija durante un momento, y entonces  le digo:

“Cariño quiero ir a la cama y que me poseas y hagas tuya hoy como tú sabes, pero quiero sentir dentro de mí tu semen (sé que no lo hacemos ni te dejo que te vengas dentro de mí desde que me embarazaste de nuestra hija Rocio), hoy necesito sentir tu semen caliente dentro de mí, mi amor. Y no te preocupes, no creo que me quedes embarazada por ello, pues acabo de pasar hace unos días la regla y no creo que haya peligro. Podemos estar haciéndolo seguros de esta forma, por lo menos durante toda la semana si tu quieres, a mi me encantaría. Y no sé porque siento ahora este deseo y este cosquilleo dentro de mí, de ganas de sentirte y amarte, debe de ser por el tiempo que hemos estado separados. Mira como estaré de ganas de ti que, que si me follas como tú sabes y a mí me gusta, te compensaré el gusto que me has dado concediéndote cada día de esta semana una cosa de las que me has venido pidiendo y me has dicho que  querías hacerme o que te hiciera a lo largo de estos años y yo por mi educación cristiana y religiosa, nunca he accedido a ello. Lo primero si me haces disfrutar como espero, luego u otro día cuando quieras te chuparé tu sexo y si tú quieres podrás hacer lo mismo con el mío. Y fíjate como estaré que incluso estoy casi dispuesta a entregarte mi joya que tantas veces me has pedido y siempre te he negado y es el virgo de mi culito, mi amor, aunque tengo que reconocer que tengo miedo hacerlo por el daño que me puedas producir a hacérmelo, Te deseo tanto que hoy quiero ser completamente tuya, tuya en todo, del todo y por todo, no me importa que todo esto sea pecado, más grande y doloroso y mayor pecado es no haberte tenido junto a mí en todo este tiempo que has estado de viaje , mi amor.”

Entonces él se levantó y esperó a que yo también lo hiciera y tal como estaba, es decir con  mis bragas húmedas por el deseo y con la bata aún puesta pero abierta, me agarro por mi cintura y yo cogí y una de mis manos la lleve al bulto que se apreciaba en su entrepierna y se le acaricie por encima de su pantalón, notando su polla tiesa y dura y nos dirigimos hacia nuestro dormitorio, eran las 9,00 de la noche, al entrar el me dijo:

“Virginia, no sé que ha podido pasarte en mi ausencia, pero estas muy cambiada en tu forma de ser, y eso me gusta, te veo más…. Más no sé cómo decirlo sin ofenderte. Más sexi, más abierta a lo que hasta ahora ha sido un poco tabú en nuestro matrimonio, el sexo, y eso me encanta. Yo he soportado tú poca actividad sexual en nuestro matrimonio, debido a tu estricta educación cristiana y religiosa que te hace ver todo lo natural como pecado, por el amor que te tengo  y por eso me alegra de observar este cambio en ti mi vida, mi amor, si es así de verdad y perdura, se que a partir de ahora vamos a ser muy felices y vamos a poder disfrutar los dos muchísimo de nuestros cuerpos, te quiero mi amor”

Al llegar a nuestro cuarto, yo me dirijo hacía nuestra cama y él comienza a quitarse su ropa, cuando acaba de ello, se acerca a la cama donde yo estoy y apaga la luz de la lamparita que teníamos encendida, para que yo como siempre me desnudara y comenzar luego a hacer el amor, entonces le dije:

“No , mi amor, no la apagues a partir de ahora lo haremos con ella encendida, quiero ser una mujer totalmente nueva para ti en el tema del sexo, aunque luego fuera de nuestra alcoba siga siendo a los ojos de los demás la mujer decente, discreta, cristiana y religiosa que hasta ahora he sido también en la cama. Quiero que veas mi cuerpo desnudo completamente y ofrecido por completo a ti, mi amor, para que hagas de él y con él todo lo que desees. A partir de ahora, desde este preciso momento seré una mujer completamente nueva en sexo junto a ti, seré esa mujer que siempre tú has querido que sea, sin oponerme a nada de lo que tú me pidas y desees que haga o te haga”

Yo entonces poniéndome de pie al lado de la cama, deje ir cayendo poco a poco mi batita a lo largo de mi cuerpo. Después llevando mis manos a mis pechos , me los acaricio y aprieto un poquito insinuante y mimosa, le digo:

“Te gusta mi sujetador, he querido ponérmele transparente para insinuarme y excitarte, o te gustan más así”

Y diciendo esto, me desabroche el sujetador y lo deje que poco a poco vaya cayendo al suelo, apareciendo ante él por primera vez mis grandes pechos  y quedando, también por primera vez,  completamente desnuda de cintura para arriba. Volví a acariciarme y jugar con mis melones y pasándome un dedo por mis aureolas después me lo lleve a mi boca y muy sensual me lo chupe mirándole

. El no puede reprimirse y me dice:

“! Oh mi amor!, son preciosos , cuanto he deseado poder verlos en todos estos años y no he podido . Y que grandes y como a pesar de tú edad aún se te mantienen tiesos, pues cuantas mujeres tras tener hijos se les quedan blandas y caídas por su peso, pero a ti eso no te ha ocurrido aun las tienes erguidas y desafiantes en su sitio, son maravillosas”

Él se acerca y cuando va a tocarlas, no le dejo y le digo:

“No, mi amor, ten paciencia, no tengas prisa yo también tengo ganas de tu sexo y aunque estoy deseando de tocártele no lo hago aún, déjame que acabe de quitarme todas mis ropas y pueda mostrarme por primera vez todo mi cuerpo desnudo, para que veas lo que has estado disfrutando estos años, sin poder verlo, mi amor, no tengas prisa la noche es joven y además tendremos todos los días que tú quieras mi vida, solo para nosotros.”

El se queda quieto y entonces yo me llevo mis manos al elástico de mis braguitas y comienzo a bajármelas estas muy despacio a lo largo de mis muslos, hasta que aparece mi espeso monte de Venus cubierto por mis largos y rizados pelos, me detengo un momento y voy bajándomela aún más despacio hasta que queda a la vista todo mi sexo. Levanto la cabeza y le veo a él que no puede retirar su vista de mi entrepierna y puedo admirar como su polla se le ha puesto totalmente erecta al contemplarme desnuda por primera vez en su vida, después de más de 22 años de matrimonio. Le miro con cara de deseo y sigo bajando mis braguitas hasta mis tobillos, entonces saco primero un pie de ellas y luego el otro. Me agacho las cojo y comienzo a darlas vueltas en uno de mis dedos, para al final lanzárselas a mi marido a su cara. Él la coge y llevándosela a su nariz la huele, apreciando y sintiendo con ello el fuerte olor que los jugos que he derramado por mi calentura y excitación ha quedado impregnado en mi prenda íntima. Después me siento en la cama y en una pose muy sensual voy a comenzar a quitarme mis medias, cuando él me dice:

“No Virginia, no por favor, las medias déjatelas puestas, me excita verte con ellas, por favor concédeme también este capricho, mi amor, ya que hoy te estás entregando por primera vez a mí como una esposa normalmente se entrega a su marido.”

Yo entonces, de nuevo me subo lo poquito que me había bajado la medía que me estaba quitando y de nuevo me pongo de pie y colocándome frente a él agarrándome y acariciándome mis pechos, para que pueda admirarme mejor le digo:

“Contéstame, sinceramente, realmente te gustan mis pechos o te gustaría que los tuviera más grandes. Yo sé que a ti  te gustan las mujeres con los pechos grandes, pues cuando nos cruzamos con alguna o sale en la televisión alguna que los tienen bien grandes y bien puestos se te van los ojos. Ser sincero dime si te gustaría que los tuviera más grande”

El ya completamente desnudo y con su polla tiesa en plena excitación, me dice:

“Virginia, tus pechos me gustan mucho como los tienes, pero ya que me pides sinceridad, me gustarían que fueran un poco más grandes, entonces me volverías loco, por lo menos dos o tres tallas más de sujetador que las que usas”

Yo entonces acercándome a él le cojo sus dos manos y las llevo cada una a cada uno de mis pechos para que me los acaricie y sobe a placer, y le contesto:

“No sé, no se querido, ya los tengo bastante grandes y aún quieres que los tenga más grande, No sé si eso sería bueno, pero te prometo que me lo pensaré y si me decido te lo diré pero si acaso lo hiciera quiero que sea por un método natural, nada de operaciones ni de implantes, pero por ahora creo que no lo haré”

Él continua con mis pechos entres sus manos, tocándolos, acariciándolos y observándolos por primera vez a placer  y entonces sin soltarlos me dice:

“Te quiero Virginia, ¿de verdad estás haciendo eso por mi?, ¿Por qué me quieres de verdad?, si te decidieras a aumentarte los pechos por fin y siguiendo como pareces que vas a ser en el terreno sexual a partir de ahora, me harías el hombre más feliz del mundo. Siempre como has dicho me han gustado las mujeres con mucho pecho, pero nunca me he atrevido a decirte nada (aunque los tuyos no son pequeños, pero si los tuvieras más grande hubiera sido mejor) dada tu estricta religiosidad”

Diciendo esto bajó su boca a uno de mis pezones y empezó a succionármelo como si quisiera mamarlos o sacar leche de ellos. Con la otra mano me acariciaba la aureola y el pezón de la otra teta. Después cambio de teta con su boca y una de su mano se deslizo hasta mi entrepierna y comenzó a tocarme mi sexo, pasando toda la palma de su mano por encima de mi raja (ya toda mojada) para al final detenerse en mi clítoris y comenzar a masturbarme. A mi entre su chupeteo de tetas y masturbación en mi almeja me estaba volviendo loca, estaba que ardía de lo caliente que estaba. Cogí su polla y apretándosela con ganas comencé a masturbarle yo también. Cuando más caliente estábamos nos fuimos acercando hasta la cama hasta que me hizo caer de espalda en ella y montándome como todo un macho me clavo su polla en mi coño que entró sin ninguna dificultad (estaba bien acostumbrado de los días anteriores a que le entrara la picha de José Enrique que aún era más grande y gorda que es la de mi marido), el entonces me dijo:

“Cariño, debes de estar muy caliente, pues me ha entrado con una facilidad que nunca había tenido, aunque sigo notando su estrechez, me gusta que estés caliente a tope, yo no te creas que yo estoy menos”

Yo le contesto:

“Si mi amor, estoy muy mojada y el deseo y ganas que tengo ha hecho que se dilate mi sexo y creo que por eso ha entrado tan bien, pero joder vamos a dejar de hablar y por favor, jódeme, fóllame como tú sabes. Llo necesito y quiero sentir tu esperma dentro de mis entrañas, por favor muévete, muévete, quiero correrme y que tú te corras dentro de mí a la vez que yo…….”

Dicho esto él se tiró encima de mí, yo en ese momento me sentía que realmente con el que estaba follando era con el cubano, aunque físicamente lo estuviera haciendo con mi marido. Este  cogiendo con una mano uno de mis pechos, se lo llevo a su boca y parecía que se lo quisiera comer y con la otra mano en mi culo, acercó con esta mano empujando  con ella desde mi culo, mi coño todo lo que pudo a su polla y comenzó un mete y saca violento y con un ritmo rápido y fuerte que nos hizo llegar a los dos al orgasmo a la vez. Yo le decía:

“Así, así mi macho, mi amor, así se jode a una mujer, sigueeee, no parees, me esta gustandooooo, estoy llegandooooo, asiiiiiii, correteeee , correteeee dentro échamelo dentro de miiiiiii, lo quiero, lo quieroooooo dentroooooooo, inúndame con tu corridaaaaaa ,  no te retires hoyyyyy no me la saqueeeees hoy qyuiero que te corrras dentroooooo siiiiii  llenameeee de lecheeeeee, cabrónnnnnn quiero sentir tu leche en mis entrañaaaaaaassss, como la sentiiiiim hace añoooooosss cuando me preñasteeeeeessss asiiiiiiiiiiiiii…….ooohhhhhoo, ahhhhaaaahhhh, me corroooooooooo que gussto me daaaaassss mi vidaaaaa sientooooo tu lecheeeee calienteeeee entrandomeee en mi vaginaaaa…..aaaaaahhhhhh””

Y él a su vez me decía:

“Siiii, siiiiiie, me gustaaaaa y a tiiiiii te gusttaaaa, me vieneeee, me vieneeee mi vidaaaa voy a sacartelaaaaa para no corrermeee dentroooooo ooooo siiiiii  siiiiii me vieneeee de verdaaaaaaddd qui qui quieeereeeeeees mi lecheeeeee, quieres mi lecheeeee, siiiiii, pueeeessss tomaaaaa, tomaaaaa , quiero que seas hoy mi putaaaaaaa, quiero que te portes para míiiiiii como una verdadera putaaaaa, no quiero que te porteeees como la esposa recatadaaaa y respetuosaaaaa que eres quiero que seas mi puta , esta noche quiero sentirte putaaaaaaaaa para miiiiiiiii, toma mi lecheeeeee, tomaaaaaaa, me estoy corriendooooooooo dentro de tiiiiiiiiiiiiiii, quiero preñarteeeeeeee, puta asquerosaaaaaaaa………aaaahhhaaaaaa……..”

Tras nuestras corridas él quedo tumbado encima de mí y yo comencé acariciar su cabeza  y espalda. Él está callado y agotado, noto su respiración acelerada, así permanecemos un buen rato hasta que los dos nos calmamos y serenamos. Luego mi marido levantándose de encima de mí, se echa a mi lado en la cama y me empieza a tocar mis pechos donde juega con mis pezones. Yo llevo mi mano a su cuerpo y le empiezo acariciar, así estuvimos un buen rato hasta que nos quedamos dormidos, abrazados desnudo uno al otro.

Al día siguiente, cuando me levanté mí marido ya se había marchado a trabajar, pero en la mesilla de noche me había dejado una rosa y una nota que me decía:

“Virginia, te quiero, anoche fue fantástico, me gusta cómo has cambiado y como eres ahora, todo un volcán de mujer. Se me harán siglos las horas hasta poder volver a estar contigo esta noche, pues a mediodía me es imposible venir a comer, dado que tengo varias reuniones con clientes”

Yo me levanté muy contenta, pues la verdad es que la noche anterior mi marido me había hecho disfrutar muchísimo, aunque pensara según me lo hacía, que con el que realmente estaba era José Enrique. Y más por haber conseguido que él se corriera y depositará dentro de mí su semen, lo cual me daba la oportunidad que unos 10 o 12 días después le pudiera decir que no me había venido la regla y darle a entender que me había quedado embarazada de él. Con el fin de que no sospechara nada de que el hijo que llevaba o se estaba formando en mis entrañas no era suyo, esa noche al volver de su trabajo y tras cenar,  nos quedamos en el salón haciendo la sobremesa. Yo como el día anterior me vestí con poca ropa y esta vez aún fui más osada al ponerme toda mi ropa interior transparente e incluso la bata también transparente ( esa mañana tras desayunar fui al centro y en una tienda de ropa interior, me cogí este conjunto transparente y la bata también transparente haciendo juego). Nos sentamos juntos en el sofá y él comenzó a besarme y acariciarme por todo mi cuerpo, incluso llevo mientras me besaba una de sus manos a mi sexo y comenzó a acariciarme mi clítoris, comenzando una verdadera masturbación. Yo cuando estaba muy cerca de que me llegara el orgasmo, le sujeté su mano y le dije:

“Cariño, quiero agradecerte lo que me hiciste ayer disfrutar y tus caricias quiero darte y concederte uno de los caprichos que tantas veces me has pedido y no te he llegado a conceder nunca: quiero comerte tu sexo, aunque bien sabes lo que me va a costar lo quiero hacer para darte ese gusto que tantos años llevo negándote”

Él al oír esto de mi boca, se le iluminó su cara, y llevando sus manos a su pantalón se desabrochó este y sacando su polla al aire me dijo:

“Ven mi amor, quiero que me la chupes, ya sé que no te gusta y que has decido hacerlo para darme gusto a mí y ya que has decidió hacerlo, me gustaría muchísimo que hoy te portaras como una verdadera puta. Si no sabes cómo se portan las putas yo te iré indicando, pero creo que es mejor que tomes tú la iniciativa ven comete mi polla vera como te gusta y luego me lo pides más veces, ven, ven, ven aquí, túmbate en el sofá, quiero hacer un 69”

El se levantó dejándome a mí el sofá para que me echara en él y me dijo:

“Ábrete bien de piernas, déjame que te quite tus bragas, que por cierto, te sientan de maravilla, son preciosa me encantan, te las tienes que poner más veces”.

Yo me hice la inocente, simulando un poco de vergüenza y pudor, pero hice lo que me dijo, el entonces se colocó encima de mí y me dijo:

“Coge mi polla y métetela en tu boca, pásame la lengua por toda ella y después me succionas el capullo, como si estuvieras chupando un chupachupa, veras como cuando lleves un ratito te anima e incluso te gusta y después no quieres soltarlo. De vez en cuando acaríciame mis testículos, eso me encanta”

Yo hice como que no sabía y comencé hacer lo que él me había indicado, para  pasado los primeros minutos hacerlo realmente como yo sabía. El se aposto entre mis piernas y comenzó a lamerme mi raja, yo sabía que con el tiempo que llevaba deseando que se lo hiciera, aunque no hubiera sabido hacerlo (recordad que en su ausencia fue el cubano el que me enseño a chupar una polla) le encantaría y le gustaría. Yo también después de que José Enrique me lamiera mi chochito, esto se había convertido en ser una de las caricias que más me gusta que me hagan y más tarde pude comprobar y saber que mi marido lo hace de maravilla.

Yo comencé a sentir verdadero placer con su comida de coño, al igual que notaba como él se iba también excitando con mi mamada, yo no quería que llegara a correrse pero si ponerle a tope y que el a mí también me llevara a ese punto. Cuando yo llegue a ese punto y vi que él también estaba, deje de chupársela y le dije:

“Cariño quiero ir a la cama y que me jodas como me lo hiciste ayer, si así como  tú sabes, y  quiero volver a sentir en mi interior tu semen caliente y que ello me haga sentir el placer que ayer me distes. Entonces él se levantó de encima de mi dejando de comerme mi almeja y esperó a que yo me pusiera de pie y tal como estaba, es decir sin bragas y con la bata aún puesta pero abierta, me agarro por mi cintura y yo cogí con una de mis manos le agarre su polla tiesa y dura y nos dirigimos hacia nuestro dormitorio,  al entrar el me dijo:

“Vamos a ponernos cómodo, quítate esa bata, mientras yo me quito la ropa”

Y esa noche de nuevo me hizo suya unas cuantas de veces, al menos se vino dentro de mí dos o tres veces.

Al día siguiente, no sé que me ocurrió que ya me levante solo pensando en José Enrique, le deseaba y no se me podía ir de mi cabeza. Yo me decía a mi misma:

“Pero Virginia, si no le necesita, si tu marido te hace vibrar también en la cama, te hace disfrutar y encima te quiere. Olvídate de ese cubano, que lo único que quiere es hacerte su esclava someterme a él y hacer que tu vida se vaya a hacer mierda. Mira lo que ha hecho de tu hija Rocio ¿es que quieres tú acabar como ella? Siendo una puta que se entrega al primero que te compre, con tal de tener contento a ese chulo de cubano?”

Pero no podía remediarlo, sentía algo que me empujaba a querer estar con él, volver a sus brazos. Pero tenía que luchar para no caer de nuevo en sus brazos, pues si lo hacía estaba segura que sería el final, sería definitivamente suya. Sería una muñeca de trapo en sus manos y podría hacer de mi todo lo que quisiera. Lucho conmigo misma una y otra vez, estoy a punto de claudicar e ir a verle. He llegado incluso a tener el teléfono en la mano para llamarle, pero al final, Dios me ha ayudado y he podido superar el no llamarle.

Por la tarde cuando llega mi marido, salimos a dar un paseo y de compras, al pasar por una tienda de lencería me hace entrar y me elige unos modelos de ropa interior muy sexi y  que para mi tapan muy poco por no decir nada y me los pruebo, entrando él conmigo en el probador. Me compra  5 conjuntos y 3 saltos de cama, y otros 5 picardías de diferentes colores.

Esa tarde no cenamos en casa, vamos a un hotel de los más caros de la ciudad, quiere agradecerme mi cambio y me agasaja con todo lo que quiero. Tras cenar fuimos a un discopub, tomamos unas copas y bailamos un poco y le digo al oído:

“Pepe, porque no nos vamos a casa , y allí seguimos tú y yo nuestra fiesta privada como los días pasado mi amor, me apetece eso más que estar aquí tomando copas y bailando”

Él me da un beso y me dice al oído:

“Creo que tienes razón, mi vida, estoy deseando volver a tenerte solo para mi, tu y yo solos en nuestra casa desnudos y amándonos hasta el amanecer, gozando uno del otro “

Cuando llegamos a casa, yo necesito ir al servicio, tengo que orinar pues traigo la vejiga llena de todo lo que he bebido. Cuando salgo del cuarto de baño que tenemos en la habitación, mi marido ya está completamente desnudo en el dormitorio. Viene hacía mi y comienza a desvestirme hasta quedarme completamente desnuda también. Luego comenzamos a tocarnos uno al otro y nos excitamos tanto que no llegamos ni a la cama en el suelo sobre las alfombras que lo cubren hicimos el amor, viniéndose de nuevo dentro de mí vagina. Cuando acabamos, continuamos tirados en el suelo desnudo sobre la alfombra, descansando de nuestro asalto sexual. Tras un rato tranquilo de nuevo reanudamos nuestras caricias, nos volvemos a tocar y sobar y así estamos como una hora más, hasta que a él de nuevo se le puso su pene en plena forma. Yo entonces quiero darle lo que me falta darle de todo lo que me ha pedido y no es otra cosa que mi culito. Ya ha pasado casi dos semanas desde que José Enrique me le desvirgo y me le partió y las heridas que me hizo en él ya están curadas y saneadas, entonces le dije:

 “Bueno, tu amiguito de nuevo esta en forma, ahora te voy hacer el regalo que tantas veces me has pedido, quiero que me des y folles por mi culo, es todo tuyo. Pero por favor ten cuidado, prepáramele, no quiero que me hagas daño, date cuenta que será la primera vez que alguien me entra una cosa como esa por mi agujerito. Por favor cariño con cuidado y suave, prepárame bien mi culito, con suavidad y tacto , aunque me duela quiero entregarme a ti ahora y hoy que soy tu puta particular por ahí”

Entonces él me dice:

“Está bien mi putita, ponte a cuatro patas tipo perrito, voy a comenzar a prepararte”

Yo hago lo que me indica y colocando mi culo en pompa, voy abrírmelo con mis manos, pero él me dice:

“No zorrita, no eso ya te lo haré yo, tu déjate hacer, se ve que no tienes mucha experiencia en que te den por el culo, si quieres que no te duela déjate llevar por mi”

Yo le digo:

“Joder, yo me dejo llevar, pero quiero ser tu puta y quiero tener alguna iniciativa como si fuera una puta, déjame”

El entonces me dice:

“Bueno dime qué quieres hacer”

Yo le digo:

“Metete debajo de mi, para que tu polla este a la altura de mi cara, quiero chupártela mientras tú me preparas”

Él antes de hacer lo que le digo me pregunta si tengo alguna cajita de vaselina para los labios, le indico que en la mesilla de noche tengo una. Él entonces abre el cajón de la mesilla y la coge. Con ella en la mano se coloca en la posición que yo le había indicado y abriéndome mis cachetes del culo comienza a chuparme mi agujero, procurando meter la lengua todo lo que puede en el agujero, para después sacarla y deslizarla a lo largo de toda mi zona hasta llegar a mi concha y darme varias pasadas sobre ella hasta llegar a mi clítoris donde se entretiene y me hace temblar de placer. Yo en mientras ya he cogido su palo y me lo he metido en mi boca y he comenzado hacerle una monumental mamada  (no quiero que se le venga abajo, quiero que este duro y fuerte, para sentirlo dentro de mi culo. No sé si al estar acostumbrado al de José Enrique, tendré que fingir placer, eso es lo que no quiero, quiero sentir placer de verdad y sentir la polla de mi marido en mi recto), quiero mantenerla dura y excitado. El mientras me chupa mi clítoris con sus manos ha abierto la cajita de vaselina y se ha llenado un dedo de ella, que me le lleva a mi agujero de mi culito y comienza a untármele primero por fuera y luego me le mete en el culo (yo para que parezca que está casi virgen, aprieto mis esfínteres haciéndole un poco difícil su entrada) una vez dentro yo aflojo un poquito mis esfínteres y el comienza a jugar con el dedo dentro de mi culo. Luego lo saca y hace lo mismo con dos dedos. Yo hago con que me duele y doy algún gritito que otro (fingido), entonces me saco su polla de mi boca y le digo:

“Cariño quiero que me entres otro más y si es posible cuatro dedos, no importa que grite de dolor quiero que me revientes hoy mi culito  virgen, venga méteme primero tres y después con cuatro haz con que me lo metes y sacas, a ver si lo aguanto, y si ves que lo aguanto sácamelo pronto que lo que más deseo es sentir tu polla dentro de mi culo, quiero ser tu puta plenamente, hoy quiero ser la mujer más puta del mundo para ti, mi amor”

El hace lo que le digo, yo aflojo completamente mis esfínter y dejo de apretarlos para que entren con facilidad (cosa que hacen al estar mi culo ya preparado  al haber sido penetrado por la extraordinaria polla del cubano), el cree que la dilatación de mi culo es por su trabajo y comienza a entrármelo y sacarme los dedos como si me follara con ellos, entonces yo le digo:

“Por favor, saca los dedos y méteme de una puñetera vez tu polla, cabrón de mierda, no ves que me tienes salida a tope, venga por favor métemela ya que no puedo más, tengo una calentura que me estas volviendo loca”

El se sale de debajo de mi y se coloca detrás de mi culo, con su polla muy tiesa a punto de reventarle, se la llena de vaselina la acerca a mi culo, yo le ayudo separando mis cachetes con mis dos manos. El toca con su puntita la entrada de mi agujero y va entrándolo poco a poco, yo finjo dolor y doy algunos grititos y cuando él esta entrándomela despacio yo le cojo desprevenido y doy un empujón fuerte con mi culo y logro que me entre entera de golpe en mi culo, esta vez doy un fuerte grito, de dolor verdadero. El se detiene y me dice:

“Cariño, te ha dolido, perdona, pero es que has sido tú la que has dado el apretón hacia atrás, yo iba con cuidado para que no te doliera”

Yo fuera de mí y con más calentura que un enfermo con fiebre de 40 le digo:

“Deja de lamentarte y menéate, aprieta y fóllame el culo mi vida, te estoy poniendo mi culito para ti mi vida, solo para ti , se que estas muy caliente también tu mi macho, mi amor,  lo estoy notando en tus embestidas, sigue mi amor no pares , más, más deprisa, sigue, quiero sentir tu semen en mi culo y que se trague todo, quiero que me le revientes mi amor, quiero que me le partas en dos y me le destroces siiiiii siiiii quierooooooo…..”

Yo en mientras he empezado a masturbarme el clítoris, la verdad es que estoy muy, muy caliente y a punto de correrme, el debe de sentir lo mismo, pues noto que sus embestidas son más rápidas y más continuas, ya son bastante fuerte, casi me clava mi cabeza sobre el cojín que hemos puesto en el suelo , noto que esta fuera de sí, noto que se corre, noto su semen caliente en mi recto o que placer, entonces el comienza a darme tortazos cada vez más fuerte en mi culo, debe de estar dejándome los dedos marcados pues me está dando con todas sus fuerzas, sino fuera por el placer de la masturbación y de su polla en mi culo de lo fuerte que me da me haría llorar, entonces él comienza a decir:

“Así, así te gusta puta, güarrona,, pedazo de puta, te voy a partir este culo de puta que tienes, así, así toma , joder que jaca , vaya culo que tienes Virginia, me vuelves locooooo, quiero que seas más puta aun quiero que seas putaaaaaaa a topeeeeee, me estás haciendo ……oooooohhhhooooooo que placeeeeeer, me corrrooooooooo  tomaaaaaaa cariñoooooooo, mi putaaaaaaa, aahhhahhhhh, oooooooooo siiiiiiiiiiiii tomaaaaaaaaa todaaaaaaa miiiiii lecheeeeee en tu putooooooculooooooooo………..”

Dicho esto se dejo caer sobre mi espalda, entonces yo me saque con fuerza su pene, sintiendo dolor y volviéndome y dándole la cara tumbada en la cama le decía:

“Cabrón de mierda, sigue corriéndote encima de miiiii, en mi caraaaaa y en mis tetaaaasss, quiero que me llenes de tu lefa, cabróooooooonnnnn, te quierooooooo…….”

Y siguiendo con mi masturbación me corro como lo perra que soy. El ha seguido meneándose su polla y sigue corriéndose sobre mi cara, cayéndome una de sus corridas cerca de mis labios, otra en mis ojos, y otras sobre mis pechos. Yo como una verdadera puta saco mi lengua y me trago la corrida de la comisura de mis labios, luego cogiéndome el pecho sobre el que más corrida ha caído me la llevo a mi boca y comienzo a comerme también la leche de mi marido que está cerca de mi pezón, para acabar chupándome mi propio pezón izquierdo. Luego cojo y con mis dos manos me esparzo el resto por todo mi pecho y cuerpo.

Entonces le digo a él:

“Te gusta, como lo hago, es así como hacen las putas, dímelo, quiero aprender, quiero ser tu puta de verdad, me tienes loca, mi amor, haría de puta o lo que tú me dijeras ahora mismo de lo caliente que me tienes. Ven quiero que me limpies mi culo y te tragues lo que me has echado dentro, ven mi amor ¿quieres darme ese gusto?

El acercando su cara a mi culo hace lo que le digo y yo forzando un poco mis esfínteres hago salir su semen mezclado con restos de mi caca, que mi marido se traga, como yo le pido.

Después, nos metemos juntos en la ducha y nos lavamos uno al otro, al terminar nos vamos a nuestra cama y abrazados nos dormimos hasta el día siguiente, en que cuando yo me levanto Pepe ya se ha marchado a trabajar. No creo que después de toda la semana haciendo el amor y corriéndose unas cuantas de veces cada día dentro de mi cuerpo, él tenga dudas cuando dentro de 10 días le diga que creo estar embarazada pues no me ha venido la regla, que ha sido él el padre de la criatura que está creciendo dentro de mí.

Ya han pasado cerca de tres semanas desde que salí corriendo del club de José Enrique, y la verdad es que en este tiempo no ha pasado ni un día que no haya pensado y querido estar de nuevo entre sus brazos y que me posea tan salvajemente como me lo ha hecho en las ocasiones en que le he pertenecido. No sé qué es lo que dentro de mí me empuja cada día con más fuerza hacía él, la fuerza que me empuja para que vaya a buscarle. Y no es porque mi marido no me dé sexo, pues desde que ha vuelto de su viaje creo que no ha pasado ni un día en que no hayamos hecho el amor, pero aunque disfruto muchísimo haciéndolo con él necesito algo más que él no me da y que el cubano tiene y no sé que es. Pero eso hace que no pueda vivir tranquila y todos los días estoy a punto de tirar todo por la borda e ir a donde él esta y entregarme a él aceptando todas las condiciones que me puso. Estoy muy excitada y luchando de nuevo por no ir a sus brazos, pero esta vez no sé qué me pasa, si será el cansancio de la lucha por evitarle, o es por el tiempo que ha pasado desde que no estoy con él (ya son casi tres semanas) que no se si  aguantaré mucho, no lo sé. No puedo, no puedo más cojo el teléfono marco su número y espero a que me conteste: Al descolgar él me viene de nuevo una ráfaga de sensatez y cuelgo, no sin antes al ver mi indecisión oír una carcajada suya riéndose. Seguro que al salir mi número en la pantalla de su móvil ha salido también mi nombre y sabe que he sido yo la que le ha llamado.  Salgo de mi casa y voy a dar un paseo, llego a la iglesia, entro en ella y pido ayuda rezando a Dios, tras estar un rato sentada y rezando en la iglesia me siento como más tranquila y  salgo y me dirijo a casa para comer.

Tras comer me siento en el salón para ver la televisión pero de nuevo se me viene José Enrique a mi mente y no puedo por menos que llevar mi mano a mi entrepierna y masturbarme pensando en él. Tengo varios orgasmos, pero no soy capaz de calmar mi calentura y las ganas de él han aumentado, entonces cojo el móvil, voy a llamar, pero dudo y cuelgo. Entonces cojo y llamo a mi marido y le digo:

“Pepe, voy a salir  de compras y después seguramente me entraré en el cine a la última sesión, así cariño que no me esperes para cenar, pues llegaré tarde , ya que la película termina a las 12,30 de la noche , de modo que acuéstate , y no te preocupes que lo que no pueda darte de placer hoy te  lo daré mañana con creces, yo no creo que este en casa antes de la 1 de la madrugada, ¿no te enfadas, no ¿ mi amor.”

Él me contesta:

“No te preocupes querida, diviértete, me hubiera gustado haber tenido otra de nuestras fiestas, pero como tú dices, mañana será mejor y gozaremos por los dos días”.

Yo le digo:

“Gracias cariño, te quiero”

Tras colgar con mi marido, me voy a mi cuarto y me arreglo lo más sexi que puedo, una vez hecho, cojo las llaves del coche voy al garaje y cogiéndole me dirijo hacía el club de José Enrique. Cuando llego ante la puerta paso de largo, sin decidirme a entrar en el parquin y doy varias vueltas con mi coche a la redonda. Las ganas de estar de nuevo en los brazos del joven cubano, son más fuertes que mi convicción de ama de casa decente y amante de su familia. Por fin me decido, entro el coche en el parquin del edificio del club. El portero del parquin al verme se sonríe y me dice:

“Aparque en la plaza 26, está libre”

Yo me dirijo hacía ella y ocupándola, paro el coche. Me bajo de él y por la puerta de acceso al edificio subo y al llegar al primer piso me dice uno de los porteros:

“Que desea señora”

Yo le contesto:

“Quisiera ver al señor José Enrique”

El portero me dice:

“De parte de quién, por favor”

Le digo:

“Por favor le diga que está aquí , Virginia, su antigua vecina”

El  hombre me dice:

“Espere un momento, le avisaré”

El hombre desaparece y yo muy nerviosa le espero en el hall de la entrada del club. A eso de los 4 ó 5 minutos aparece de nuevo el portero y me dice:

“Dice el señor, que suba a su despacho, que usted ya sabe donde es”

Yo subo al piso donde José Enrique tiene su despacho y su  apartamento. Al llegar llamo a la puerta y le oigo que me dice:

“Pasa Virginia”

Yo abro la puerta y allí delante de mi esta él y me dice:

“Has tardado en volver, que es lo que quieres”

Yo me tiro a su cuello para besarle y le digo:

“Te quiero a ti mi amor, quiero ser tuya, te quiero y estoy preñada de ti José Enrique”

Él me contesta, eso ya lo intuía que te quedarías preñada cuando follamos, pero dime ¿Qué es lo que quieres ahora?”

Yo como fuera de lugar le digo:

“A ti, mi amor, te quiero a ti, y te deseo muchísimo quiero ser tuya quiero que me hagas de nuevo tuya, quiero entregarme por completo a ti”

Entonces él me dice:

“¿Estás segura de lo que dices Virginia?, ten encuentra que si es eso lo que quieres, tendrás que aceptar las condiciones que te puse cuando hace ya cerca de un mes te marchaste corriendo de mi lado, al ver a tu hija convertida en una de mis putas.¿ Es eso lo que quieres, aceptas mis condiciones? Date cuenta que si ahora lo aceptas no podrás echarte atrás y te convertirás en otra de mis putas. No tendrás poder para decidir sobre tus actos y siempre tendrás que hacer todo lo que yo te diga, te guste o no te guste.”

Yo tirándome de nuevo a su cuello, y dándole besos por toda su cara le digo:

“Si mi amor, si quiero ser tuya, toda tuya, acepto todas las condiciones que me pongas, no me importa ser una puta, ser tu esclava, todo lo que tú quieras que sea, pero quiero ser de nuevo tuya, que me poseas y me folles hasta dejarme muerta de placer, si quiero, quiero ser completamente tuya y pertenecerte en todo y para todo lo que tu desees y quieras hacer de mi”

Él de nuevo me vuelve a preguntar:

“Es la última vez que te lo pregunto, estas decidida, quieres ser completamente mía y aceptar todas mis condiciones y no poder negarte hacer nada de l lo que te mande o pida, piénsalo una vez que me digas ahora tú decisión ya nunca más te podrás echar para atrás, piénsalo bien”

Yo ante su insistencia me quedo un ratito pensándolo y al cabo de unos minutos le digo:

“Si José Enrique, tu ganas, acepto todas tus condiciones y me entrego por completo en cuerpo y alma a ti, puedes hacer conmigo a partir de ahora todo lo que desees, pero por favor fóllame, ya lo necesito ahora”

Entonces se acerca a mí y me dice:

“Está bien putita, a partir de ahora me perteneces. Vamos a firmar los dos un contrato y una carta en la que tú aceptas las condiciones que te he dicho por voluntad propia y sin ser obligada a ello. A partir de ahora trabajarás para mí, haciendo lo que yo te indique. No quiero que pienses que abuso de ti, de las ganancias que saques con tu trabajo te llevaras no te daré el 40% como a las otras chicas sino el 50% y el otro 50% será para mí……pues desde que te vi siento también algo especial hacía ti que no siento hacía las otras de mis putas”

Yo no le dejo acaba r y le digo:

“No mi amor, yo no quiero dinero, solo quiero estar contigo y que me poseas y me folles  y me hagas disfrutar y…..”

En ese momento me da una fuerte bofetada que prácticamente me cae al suelo y me dice:

“Cállate puta, aquí se hace lo que yo diga y tú recibirás ese dinero que te he dicho y si te portas bien tendrás el regalo de poder follar conmigo, siempre y cuando yo quiera, no cuando tú quieras. Según las ganancias que consigas con tu trabajo y según te portes, así podrás disfrutar más veces o menos de mis favores sexuales, ¿entendido?

No quiero que lo mal intérpretes. Al decir ganancias de tú trabajo, no estoy diciendo que me traigas mucho dinero, sino que trabajes y procures tener cuanto más clientes mejor y cuanto más contentos los dejes con tu servicio mejor. Esas son las ganancias que yo considero, no el montante de dinero que traigas. Pues este va a ser según el lugar donde estés trabajando. Si te envió a uno de mis clubes de alto standing, traerás mucho dinero,  aunque tú trabajo no me gustes. Pero si te envió a trabajar a la calle o a uno de mis garitos de poca monta (que también tengo) traerás poco dinero, pero a lo mejor tu trabajo me gusta más que otro que haga otra compañera tuya en uno de mis clubs de lujo. ¿Me has entendido ahora lo que te quiero hacer comprender, golfa?”

Yo le digo:

“Si mi amor, te he entendido y no tendrás quejas de mí. Veras que dará igual el lugar que me envíes a trabajar o hacer lo que me mandes, yo siempre trabajaré lo mejor que pueda con tal de ser la que más ganancias te dé y de esta forma poder disfrutar muchísimo de tu cuerpo, mi amor”

El cubano me dice:

“No quiero que tengas celo de ninguna de las otras chicas. Te lo digo ahora antes de que empieces y firmes el contrato y la carta, de la que te he hablado. Tú serás una más de mis putas, no te pertenezco y solo disfrutarás de mi cuando yo lo crea conveniente y nunca me echarás en cara que este con una y no contigo o que estoy mucho o poco o nada contigo o con otras. ¿Entendido?. Tú a partir de ahora eres una mercancía de mi negocio, que yo puedo usar a mi gusto y ponerla a que me dé sus frutos en el sitio, lugar o donde yo lo crea necesario. Te follaré, te preñare o dejare que lo hagan cuantos yo quiera, como, donde y las veces que yo quiera. Si decido que cada año te preñen y paras, lo harás sin rechistar. Si decido cederte o entregarte durante un tiempo a otros colegas (que se dedican a esto o no) lo aceptaras sin protestar y te comportarás el tiempo que estés con ellos como si estuvieras conmigo. El contrato en principio lo firmarás por tres años, cuando acabe este tiempo recuperarás tú libertad o si quieres firmarás otro por  un periodo de 5 años más y cuando acabe este si sigues queriendo permanecer en esto firmaremos uno ya para perpetuidad”

Si José Enrique haré lo que tú me mandes y quieras.

Él entonces, se acerca a mí y me dice:

“Mira Virginia, con el tiempo quiero que dejes de vivir y te divorcies de tú marido, pero hasta que no reconozca al hijo que estas gestando en tu vientre seguirás viviendo con él. Mientras tanto iremos planificando nuestro plan de la forma en que te divorciarás de él,  de tal forma que sea todo lo favorable económicamente y personalmente para ti. Para ello trataremos de hacer que él sea el culpable, de eso ya me encargo yo y mis abogados (no te preocupes será fácil). Hasta que se produzca la riña entre ambos y se presente la demanda de divorcio (que será tras tu parto), te permitiré que solo estés en el trabajo hasta las 9 de la noche dos días a la semana y el resto  hasta las 7 u 8 de la tarde. Los sábados y los domingos que este tú marido en casa los tendrás de descanso para poder estar todo el tiempo con él y no levantar sospechas de todo esto en él.  Cada 15 días tendrás que quedarte hasta tarde, esto es hasta las 12,00 de la noche como mínimo, un día. Y cuando tú marido esté fuera de casa por trabajo (es decir de viaje) tendrás que trabajar todos los días hasta al menos las 12,00 de la noche incluido los sábados y domingos, con esto recuperaremos las horas que no trabajas cuando él está en Madrid en casa”

Yo estoy como hipnotizada oyéndole y solo puedo contestarle:

“Haré todo como tú me digas”

Entonces él me dice:

“¿Tienes ganas de estar de nuevo conmigo? ¿Qué te folle? ¡He puta!”

Yo rápidamente le contesto:

“Si mi amor, lo estoy deseando, quiero que me hagas tuya ahora mismo mi amor”

Entonces él riéndose me contesta:

“Me tendrás, querida, pero antes tienes que ganártelo y para ello, considerando que será tú primer trabajo, comenzarás por uno fácil en el Sex-shop,  y después pasaremos a otro ya más en línea con lo que harás a partir de ahora. Y si veo que te has esmerado en tus trabajos, antes de que marches esta noche a casa te daré tú premio, que si lo haces bien seré yo.¿ A qué hora tienes que estar en tu casa?”.

Yo le contesto:

“He dicho a mi marido que iría a la última sesión del cine y que por tanto estaría en casa antes de la una de la madrugada”

Él sonriendo me dice:

“Muy bien, tenemos tiempo para probarte y si lo haces bien que disfrutes de tu premio, mi putilla”

Yo me noto muy nerviosa y noto como de mi sexo no paran de salirme y florar jugos, por las ganas y el deseo que tengo de estar de nuevo con mi cubano. Yo sé que a partir de ahora mi vida dará un cambio total, aunque tendré ese periodo del que me ha hablado José Enrique de adaptación, mientras me separo o divorcio de mi marido. Sé que a partir de ahora seré una de las putas de este cubano de gran polla y chulo que no solo me ha vuelto loca a mí sino también a la beata de mi niña, a la cual ya ha prostituido y yo lo he podido comprobar.

Seguimos en su despacho, yo quieta mirándole y esperando lo que él quiera mandarme que haga. Él coge el teléfono y llama a una de sus empleadas, la cual al poco rato entra, es muy elegante viste con un vestido corto de piel y zapatos haciendo juego de tacón, entonces mi hombre me dice:

“Virginia esta es mi secretaria ejecutiva, se llama Maritza y es prima hermana mía y de toda mi confianza. Te has fijado  que trae varios documentos y un cuño, ella es abogada en leyes internacionales y puede practicar la abogacía  en toda Europa, pues pienso seguir con mi negocio en otros países”.

Yo miro su cuerpo, es  una mujer  alta de unas tetas grandes,  que se las ve duras,  de piernas largas y un culo de campeonato tieso  y al que se le  ve también al igual que a sus tetas, duro. Yo al verla siento algo de celos hacía ella, pues estoy segura que aunque es su prima, intuyo que mi cubano la ha follado muchas veces, pues solo ver como ella le mira me lo dice todo. Entonces José Enrique me dice:

“Siéntate Virginia, lee el contrato y si estas conforme  fírmalo”

Yo lo leo y al leerlo me doy cuenta que es un contrato en el que yo prácticamente me convierto en una esclava sexual de José Enrique, él cual podrá hacer conmigo y con mi cuerpo todo lo que le apetezca y si firmo podrá hacerlo con todo mi consentimiento y yo no podré oponerme ni discutí nada. Yo  tras leer lo le digo:

“Si Jose Enrique, entiendo el contrato y quiero firmarlo, porque lo que más quiero y deseo en este momento es pertenecerte por completo a ti mi amor”

Yo entonces cojo un bolígrafo que él mismo me ofrece y lo firmo.  Maritza le pone el cuño y dice  a su primo:

“Jose Enrique esto es todo?”

Él la contesta:

“Si Maritza , gracias pronto conocerás mejor a Virginia”.

Ella me mira de arriba abajo y dirigiéndose a mí dice:

“Si me daría mucho gusto, creo que será tan buena puta como su hija Rocio”.

Yo miro a mi macho y pienso cual será la nueva etapa de mi vida. No veo a mi hija Rocio, desde el día en que la vi cubierta de semen y siendo follada por aquellos viejos, y que sé que José Enrique lo estaba grabando, como todo lo que ocurre en todos sus locales y negocios. Yo tras firmar le digo:

“Jose Enrique lo he extrañado tanto, he dejado que mi marido me echara la leche dentro varias veces, todos los días desde que ha venido de su viaje,  pues se como mujer que me has preñado tú, con toda la leche que me echaste las veces que he estado contigo en mi chocho. Este coño  que pide una y otra vez que su polla me llene. Después de haber follado contigo la polla de mi marido no me hace venirme con él. Pero no obstante me vine pues cuando lo estaba haciendo con él, pensaba en ti en tu polla follándome y haciéndome convertirme en una puta”.

Él me corta y me dice:

“Virginia ven, mira este monitor. Ves esa cabina en la que hay un hombre tocando unos pechos que aparecen por una especie de puerta”.

Yo miro y veo que es una cabina, cuyas paredes son de cristal transparente y en la que se puede ver a través de él a una mujer completamente desnuda. La parte que da para el cliente es como una especie de puerta con dos huecos en forma redonda protegidos sus contornos por una tela, en estos dos agujeros la mujer tiene metidos su pechos, saliendo al exterior de la puerta  (zona donde está el cliente), un poquito como tres dedos más debajo de los agujeros hay una tabla a estilo barra de un bar, donde se apoyan los pechos de la mujer que cuelgan por los agujeros de la puerta. Más abajo hay también tres agujeros más dos para que la mujer meta las manos y uno en el centro a la altura que puede quedar su sexo (este está tapado con una chapa de inoxidable), en la parte derecha del frontal de la puerta, hay un aparato con unas ranuras, por donde echar monedas. Yo lo contemplo un momento el monitor y le contesto:

“Si lo veo”

Él entonces me dice:

“Uno como ese será tú primer puesto de trabajo en mi casa. Tendrás que desnudarte en el vestuario que tenemos a la entrada de la tienda, salir y atravesar toda la tienda hasta la cabina que te corresponda desnuda, viéndote todos los que estén en la tienda y la sala de las cabinas. Al llegar a la cabina entrarás, cerraras y el que quiera verte podrá seguir viéndote desnuda por los dos laterales de la cabina que como ves son de cristal transparente. Te cogerás tus grandes pechos y colocará cada uno a la altura donde están los dos orificios que tiene la parte frontal de la cabina para ellos. Cuando un cliente deposite una moneda de 1€uro en el aparato de recogida de dinero, se bajará la barra (la tabla de la mitad que sujetara tus tetas) entonces según se vaya abriendo tu irás metiendo tus tetas en los agujeros correspondientes hasta que queden totalmente dentro de ellos y apoyados sobre la tabla barra. Si el cliente echa otra moneda sacarás tus manos por los dos agujeros que tienes para ello a la altura de tus manos, con el fin de masturbar al cliente, mientras este te soba, pellizca, chupa, muerde o besa o hace lo que quiera con tus pechos. Cada moneda dura dos minutos, a los dos minutos la barra si no echa otra moneda se subirá hacía arriba y tú deberás retirar tus pechos o de lo contrario te los cogerá con ella,  y lo mismo con los agujeros de las manos. Como ves hay cuatro  ranuras para las monedas, una para cada servicio y cada una de ella tiene un precio. La más usada es para que exhibas y puedan tocar tus tetas, esta cuesta 1 euro dos minutos. Otra para tus manos, esta es para masturbar al cliente y este servicio vale 5 euros cinco minutos. Otra la tercera para abrir el agujero central y poder el cliente meter su polla por ella y tocarte tu rajita con él y si puede metértela dentro (eso pocos lo consiguen) y este servicio vale 10 euros y dura 10 minutos. Como te acabo de decir que pocos son capaces de meteros sus pollas en vuestros coños, para eso está la cuarta  ranura para billetes, pues es tanta su calentura y al no poder metértela tienen la opción de echar un billete de 20 euros , se abrirá la cabina te cogerá y te llevara a las sala de enfrente , la de las colchonetas y allí follarte por tu coño o culo o mamársela , todo ello en 15 minutos, pasado esos 15 minutos si no ha acabado deberá ir a la máquina de nuevo e introducir otros veinte euros para estar otros 15 minutos, caso contrario tú le dejarás como este y regresarás de nuevo a la máquina, sin lavarte ni limpiarte para que otro cliente te use y tú le des el servicio que él desee. ¿Lo has comprendido? “

Yo le contesto:

“Si, esta todo claro”

Pero él me apostilla:

“Te recuerdo que no te puedes negar a nada que un cliente te pida. Si logras que uno de los clientes te saque de la cabina y te lleve a las colchonetas a follar con él, tendrás un premio, cuanto más dinero se gaste el cliente en esto, mayor será el tiempo que podrás disfrutar tú de tu regalo. Son ahora las 6,30 de la tarde, estarás haciendo este servicio hasta las 8,45 de la noche, después descansaras o tendrás tu premio durante otros 15 minutos y a las 9,00 comenzaras tu segundo y nuevo trabajo, en el que estarás por lo menos hasta las 12,00 de la noche. Si al terminar este trabajo veo que tu servicio del día (tanto la cabina como el otro) han sido satisfactorios y de mi agrado, tendrás tu premio, me tendrás a mí hasta que te tengas o quieras marchar a tu casa con tu marido. Ven vamos al Sex-shop, es hora que comiences a producir con tu cuerpo. Recuerda que el 50€ de todo lo que ganes es para ti, no quiero que nadie me trate de estafador o aprovechado de mis chicas”

Yo le sigo, llegamos al vestuario entramos y sin irse de allí me dice:

“Desnúdate, pon tu ropa en esa taquilla, a partir de ahora será la tuya, como ves es la misma plaza del parking, tanto una como otra serán las que uses todo el tiempo que trabajes en este local. Quiero que mañana vengas por aquí a las 10,00 de la mañana, te estará esperando Maritza, la cual te acompañara a un sitio a cómprate la ropa que tendrás que utilizar para tus trabajos. El costo de la ropa corre por mi cuenta, quiero que si un día dejas esto tengas un buen dinero en tú banco y no tengas que volver arrastrándote a pedir ayuda a tu marido”

Yo comienzo a desnudarme, con un poco de miedo, pero a la vez con decisión, es lo que he elegido si quiero estar con él y ser suya y cómo es eso lo que más deseo haré todo lo que sea necesario incluso degradarme hasta este punto que lo estoy haciendo con tal de poder follar con mi amado cubano. Cuando estoy completamente desnuda, me dejo mis zapatos de tacón y el resto lo meto bien colocado y colgado en mi taquilla asignada. Luego le digo:

“Ya estoy lista”

Entonces él me dice:

“Recuerdas lo que te he comentado de la cabina y tú trabajo ¿lo has comprendido bien todo lo que tienes que hacer?”

Yo le contesto:

“Si, lo he comprendido y sé lo que tengo que hacer”

Entonteces él me dice:

“Pues sal y vete a la cabina 10, es la central y la más alejada de aquí, quiero que seas el centro de atención de todos. Yo ya te dejo aquí, dentro de 1 hora y 45 minutos alguno de mis empleados te sacará de la cabina, te traerá aquí para vestirte y después te subirá a mi despacho donde yo te indicaré cual es el siguiente trabajo a realizar tras tus 15 minutos de descanso o de goce. Yo por ser el primer trabajo que realizas para mí y ser el primer día estaré observándote todo el tiempo desde el monitor de mi despacho”

Yo salgo  como estoy desnuda y siento mucha vergüenza a medida que voy atravesando toda la sala de la tienda hasta llegar donde está la cabina en la que tengo que prestar mis servicios. A medida que voy andando noto como se mueven y bambolean mis grandes pechos y como los cachetes de mi culo se mueven y muestran duros y apretados, ante todas las miradas de todos los hombres que en ese momento hay en la sala, que al menos son cerca de 20 ó 30. Cuando llego abro con la llave que me ha entregado José Enrique la cabina, entro y cierro por dentro, donde al cerrar se enciende una luz. Me preparo como me ha indicado mi macho y espero a que llegue mi primer cliente. No tarda mucho, y echa  una moneda en la ranura para observar y tocar mis pechos. Se va bajando la tabla que hace de barra y con ella van apareciendo mis pechos desnudos y expuestos para mi primer cliente de mi vida. Es el primer hombre que me paga por dejarle tocar mi cuerpo y con ello el primero con el que me voy a prostituir. Yo una señora decente, ama de casa,  madre  cristiana y católica donde las haya y ahora estoy exhibiendo mi cuerpo ante cualquiera que quiera mirar y entregándole al primero que pague unas monedas por él, es bochornoso y me da vergüenza, pero estoy loca por el cubano y no me importa ser degradada hasta este punto con tal de poder estar entre sus brazos y a su lado. Él cliente comienza a tocar mis pechos, primero tímidamente para después hacerlo a placer, apretándolos y sobándolos sin ningún cuidado, me pellizca mis pezones, para que se me pongan erectos y después acerca su boca a ellos y comienza a chupármelos y a succionarlos, yo a pesar de mi vergüenza y sentimiento de culpa por hacer esto, comienzo a excitarme, pues los pechos es una de las zonas de mi cuerpo que al tocármelos más me excita. Cuando más excitada estoy,  se acaba el tiempo que el cliente tiene con la moneda que ha introducido y comienza a cerrarse la trampilla y mis pechos van desapareciendo de la vista del cliente y de los demás que deben de estar observándome desde fuera. Tras 4 ó 5 clientes de sobarme solo los pechos llega uno que además hecha monedas también en la ranura de las manos  y tengo que hacerle una masturbación, corriéndose y dejando (supongo) todo el frontal de la cabina manchado de su esperma, pues cuando se le acaba el tiempo, siento que alguien (seguramente el portero del local o el empleado que hay para atender las posibles demandas o reclamaciones del cliente) está pasando la mano con algo a lo largo de la parte frontal de la cabina. Mientras el empleado hace su labor, yo me contemplo mis pechos que siento doloridos y veo que tengo varias marcas en ellos, sobre todo en la zona de mis pezones y en la parte baja de mis tetas (debido a los pellizcos, apretones e incluso muerdos que me han proporcionado mis clientes) Tras este viene algún cliente más y al final hay uno que echa dinero en la ranura de los pechos y en la ranura del orificio central de la cabina. Comienza colocando su polla en  el agujero y tratando de llegar a mi sexo, consiguiendo tocar con su punta el mismo. Luego comienza a manosear mis pechos y jugar con ellos, cosa que hace que yo me caliente muchísimo. Noto como a medida que me soba mis tetas su polla se le va endureciendo presionando cada vez más la entrada de mi sexo, yo estoy excitadísima, pero no quiero que me perfore mi sexo, pero él comienza a mover su polla arriba y abajo de mi sexo (todo lo que le permite moverla el agujero por donde la tiene entrada en la cabina). Esta caricia hace que yo no pueda resistir y desear que consiga por fin entrármela pero él no lo consigue aún teniendo tantas o más ganas que tengo yo. Entonces a punto de acabarse el tiempo coge y pone el billete de 20€ en la ranura, esta se lo traga y la cabina se abre dejándome expuesta de nuevo totalmente desnuda y súper excitada (como denotan mis pechos duros y tiesos) ante mi cliente  (que tiene su polla totalmente tiesa) y los demás que hay en la sala. Mi cliente entonces me coge de la mano y tira de mi, sin guardarse su polla erecta y desafiante de unos 13 ó 14 cm. y me lleva hasta la zona donde están las colchonetas(Es un hombre de uno sesenta de estatura, regordete (puede pesar alrededor de 80 Kg). Allí se encuentran otras dos compañeras que son una sodomizada por su cliente y la otra a cuatro patas follada por el suyo. Mi cliente se desnuda a prisa y corriendo y me coge en brazo lanzándome y soltándome sobre las colchonetas y me dice:

“Ábrete bien de piernas , pedazo de puta que me has puesto a cien cuando te he estado pasando la punta de mi verga por tu almeja en la cabina, y no he podido ni conseguido metértela, pero ahora vas ver, zorra como se folla a una puta como tú”

Yo no sé lo que me pasa, si es por lo excitada que estoy o por sus palabras soeces o porque pero estoy deseando que se eche encima de mí y comience a follarme, entonces le digo:

“Si , si cariño, fóllame, fóllame como quieras y cuanto quieras, pero date prisa solo tienes 15 minutos para hacerlo y el tiempo pasa ven, mira como te estoy esperando toda abierta y expuesta para ti, solo para ti, solo para que tú me folles a placer, cabrón, no esperes más y fóllame de una puñetera vez”

Yo me oigo decirle estas palabras y no puedo creerme que estén saliendo de mi boca, de esta mujer que hace unas horas estaba luchando por no acudir a este lugar, que es cristiana, católica practicante y que nunca antes de juntarme con José Enrique, había cometido pecado de la carne y ahora estaba no solo pecando sino incluso prostituyéndome y siendo yo misma la que animara a mi cliente a que me follara.

El hombre desnudo se pone de rodilla entre mis piernas abiertas, ahora puedo observarle mejor, es gordo y con una buena barriga, y al ser bajito le hace parecer aún más grueso. Lleva su mano a su polla y la acerca a mi rajita me la refriega a lo largo de ella unos cuantas veces, haciéndome ver las estrellas de gusto, y cuando más distraída y caliente estaba, se deja caer encima de mi cuerpo aplastándome y entrándome su pingón todo de golpe. Noto como su cuerpo aplasta el mío, pero no me importa pues solo pienso y deseo gozar de la follada que me está dando, para que me penetre más a fondo le cerco su cuerpo con mis piernas atrayéndole con fuerza hacía mí y sentir más adentro aún su sexo, pues aunque es más pequeña que la de mi marido y de la de José Enrique, se le nota un follador experimentado. Me está follando de maravilla, haciéndome llegar al orgasmo  a la vez que él también se corre en el interior de mi vagina, pues con la excitación y las prisas no le he exigido que se colocara un preservativo y yo le comienzo a decir:

“Sigue , sigue moviéndote cariño, sigue ahora así , asií como lo estás haciendo oooohhhhh siiiiiii que gusto me estas dandoooooo, siiiii te gustaaaa aaaaa tiiiiii  estas disfrutandoooooo de esta putaaaaa, te gustaaaaa como me follaaaaaaassss cabróóóónnnnnnn aaahhhhhh oooooohhhhhh siiiiiii me corrrrooooooo aaaaaahhhhhh……..”

Él a su vez me dice:

“Toma, toma, puta, toma pelleja toma polla pendón que e s lo que ereeeeesss  oooohhhhh que rica que estaaaaas  zorraaaaa aaaajhhhhh y que buena putaaaa que ereeeeessss aaaaahhhhhh assiiiiii assiiiiiisigue moviéndote asiiiiiii asiiiiiii me gustaaaaaaaa  ooooohhhhhh estoy a aaaa puntoooooooooo me vengoooooo , me b¡vengooooooo golfaaaaaa me corrrooooooo me corrroooooo dentroooo de iiiiiiii tooomaaaaaa todaaaa mi lefaaaaa puta asquerosaaaa como gozas tu tambiénnnnn que pedazo de puta ereeeesssss……nunca antessss había visto correrse así a una putaaaa…..aaaahhhhhh….oooooohhhhhhh”

Y tras esto se queda tumbando encima de mí con su torso sobre mis pechos y aplastándome con su peso. No tarda más de dos minutos en llegar el empleado y dándole en la espalda le dice:

“Señor el tiempo ha terminado, si quiere seguir tendrá que volver a echar otro billete en la cabina”

Mi cliente se vuelve para mirarle y le dice:

“Esta vez no, pues esta puta me ha dejado para el desastre , me ha hecho gozar como ninguna mujer antes me lo había hecho, pero la próxima vez sí que echare dos e incluso tres billetes para estar más tiempo con ella, pues merece la pena “

El hombre se levanta de mí y el empleado dándome la mano me dice:

“Tú vuelve a tu puesto, que tras esto seguro que hay más clientes que requieren tus servicios”

Yo me pongo de pie y me dirijo, chorreándome todas mis piernas abajo la corrida que el cliente ha echado en el interior de mi vagina, hacía la cabina. Vuelvo a entra en ella y a esperar a más clientes. Esta vez no ha pasado ni medio minuto y ya están introduciendo monedas. Tras mi primera follada como puta barata (pues solo ha pagado 20€ por tener mi cuerpo y follarme) hasta que deje  el trabajo de la cabina a las  8,50 tuve dos clientes más de sobeteo de tetas y otros dos más para follarme, el último echó el billete justo a las 8,30 teniendo que quedarme con él hasta prácticamente las 8,45 en que se acabó su tiempo (pero con este y el anterior lo hice con preservativo) y el placer no fue tanto como con mi primer cliente.

Tras acabar este trabajo de la cabina me fui desnuda y sucia como estaba al vestuario, donde me esperaba una señora con una toalla, al entrar me dio la toalla y me dijo:

“Sube al despacho del Jefe, pero antes ahí tienes un bidel para que te laves un poco el coño, las putas que trabajan aquí son muy limpias y tú que a partir de ahora lo vas a hacer debes de seguir esa costumbre. Tras lavarte vístete y sube rápido el Jefe te espera y si quieres descansar los 15 minutos que tienes entre trabajo y trabajo debes darte prisa”

Hago lo que la señora me indica y tras acabar subo al despacho de José Enrique, el cual ya me está esperando, al llegar se me acerca y dándome un beso en mi mejilla me dice:

“Virginia, has estado bastante bien, y veo que al final hasta has disfrutado con tu trabajo, yo creo que si sigues así vas a ser una gran puta y toda una profesional y por tanto si te portas bien te tendré bastantes días en mi cama disfrutando los dos de nuestros cuerpos.

Ahora puedes descansar 15 minutos, o como te has portado bastante bien en este preámbulo de tú trabajo, pues tu primer trabajo en serio lo harás a continuación, creo que si lo deseas  te voy a dejar probar mi leche ahora otra vez antes de que comiences realmente tu primer trabajo. Este trabajo que vas a realizar a continuación consistirá en ir a la casa de una mujer de la alta sociedad madrileña, una condesa, y con bastante dinero y que la gusta pasar algunos ratos conmigo y ya lo ha hecho en varias ocasiones. Esta señora hace un tiempo adoptó a un niño, que hoy cumple precisamente 18 años, por eso quiere que en el día de su cumpleaños sea desvirgado (pues nunca antes ha estado con una mujer en el terreno sexual, y para ello quiere una puta madura que lo enseñe a follar y he pensado que esa puta seas tú Virginia. Tiene también una hija natural de ella, de la misma edad que el chico, y que a mí me gusta mucho, así que para que te sientas más segura en este tú primer trabajo yo iré contigo a la casa de la señora condesa. La señora se llama Mercedes y tiene unos 58 ó 60 años, es gruesa  pero no en exceso que lo disimula bien al estar su cuerpo muy bien proporcionado, la verdad es que es una belleza y tiene un sexo grande que solo yo se lo puedo llenar “

Yo frente a él le contesto:

“Lo que tú quieras José Enrique, haré todo lo que me pidas, como bien has puesto en el contrato y estoy deseando mejor que descansar probar de nuevo tu leche, mi amor. Por favor déjame probar tú pingón estoy tan caliente y soy tu puta y tu esclava, por favor déjame clavarme tu polla que me muero de lo caliente que estoy”.

Él me sonríe y ofreciéndome su mano me lleva al interior de su apartamento. Una vez dentro él se sienta en el sofá que tiene en el salón y me ordena que me arrodille y que le chupe su miembro. Yo entonces loca de pasión me arrodillo, le abro el pantalón y le saco al exterior su magnífico sexo, le miro y veo que la polla de mi Amo y Chulo esta ya grande y dura, le miro a los ojos  como preguntándole si puedo comenzar, y él entonces me dice:

“Sí puta ya puedes comenzar a mamarla y gozar de la polla de tu macho”

Yo me abalanzo sobre él con ganas y pasión metiéndomelo en la boca, siento  el pingón crecer en mi boquita. Y no puedo por menos que pensar de como este hombre me ha convertido en una viciosa mamadora, una  puta. Nunca antes de estar con José Enrique se la había mamado a ningún hombre ni siquiera al ya cornudo de mi marido y ahora me vuelvo loca y hago cualquier cosa que este cubano me pida con tal de podérsela  mamar y ser follada por este macho.

Siento mi chocho empapado de mis jugos y sé y pienso que  en mi vientre ya llevo el hijo o hija de este hombre que empiezo ya a adorar, hasta tal punto de hacer cualquier cosa que él quiera y me pida por él..

Luego le masajeo sus piernas, le vuelvo a mirar a su cara sacándome su polla de mi boca, bajo la cabeza de nuevo  y, con mi lengua, recorro su vientre y su paquete, notando las palpitaciones y el grosor de aquel sexo tan deseado, causa de mi locura. Me meto como puedo el capullo, en la boca, llenándomela toda, me la vuelvo a sacar. Le escupo, una, dos, tres veces y restriego mi saliva por la punta de su polla, hasta el punto de que puedo apreciar perfectamente ya el color carne de su miembro brillando por la capa que tiene de mi propia saliva. Está en su pleno esplendor, luce tremendo, resplandeciente, apetitoso, está completamente tieso, (se nota que José Enrique también está muy excitado) sus venas se le marcan a todo lo largo de su espada, su glande totalmente brillante, lubricado por el liquido pre seminal, su pubis lleno de pelos largos y sin cuidar, sus testículos velludos…  se presenta ante mí la polla más hermosa y deseosa, la polla por la que estoy dispuesta a entregarme completamente a ese hombre a ser su esclava.

Yo entonces le cojo la polla entre mis labios y con mi lengua comienzo a recorrerla de arriba abajo, entreteniéndome al llegar a su glande y después lamiéndole sus gruesas venas, pasando mi lengua por toda su extensión, se la mordía suavemente y, a continuación, me la metí en la boca y la succioné con deseos incontenibles. Dejé que la saliva me resbalara por la barbilla para que la polla le quedara bien lubricada y fui acompañando la acción con un movimiento de mi mano arriba y abajo, al tiempo que con la mano libre le palpaba los huevos.

José Enrique empezaba a gemir con la polla en mi boca, pero ahora era yo quien tenía el control, empecé a mamarle la tranca con frenesí, metiéndola en mi boca hasta sentir arcadas, alternando con movimientos de bombeo de mi mano y succiones fuertes en el glande que provocaban un chasquido en mi boca. La punta de su rabo, que tenía forma de corazón, era de un rojo brillante por la saliva. Yo seguí chupando y succionando su piel aterciopelada, tragando sus primeros jugos al tiempo que me admiraba de las dimensiones que estaba tomando el agujero de la punta de su nabo, se le estaba hinchando aún más, era la primera vez, de todas las que había estado con él,  que le veía la polla tan hinchada. Deseaba acelerar la mamada, quería que se viniera en mi boca, quería tragar su cremoso líquido, su ansiado néctar. Estando en esto le oí decir:

“Que bien la chupas mi putilla. ¡Qué bien lo haces! Serás una gran puta  si ahora lo haces así sin tener mucha práctica , en cuanto practiques y estés trabajando un tiempo vas a ser una mamadora difícil de superar y con ello una de las mejores putas que habrá en mis locales. Vas  hacer que me corra y te llene la boquita de mamona que tienes de mi leche calentita, que suerte he tenido, da gusto tener una puta así en casa, aaaaaaa…… siiiiiiii…..que placeeeerrrr me voyyyyy a   corrreeeerrr ….sigueeeeeee….mamonaaaa…..no pareeees , aaahhhhhhhhhhh siiiiiiiii me corrroooooooooo tragateloooooo todoooooooo Virginiaaaaa putaaaaaaaa siiiiiiiiiiooooooohhhhh que placeeeerrrr……….”

Yo entonces una vez que se ha corrido me la saco de mi boca y le digo:

“Ummm esto sí que es una polla rica de verdad  mi amor, aunque reconozco que la de mi marido tampoco está mal, pero es que la tuya  es divina ummmmm que ricaaaa……”

Yo volví a dedicarme de lleno a la polla de mí macho para limpiársela, cada vez que se la chupaba me oía mis propios ruidos o sonidos guturales, cuando más entusiasmada estaba en su mamada, me cogió José Enrique y me dijo:

“Basta ya, por ahora, descansa un rato y después arréglate un poco la ropa, tenemos que marchar a la casa de la condesa”.

Yo muy a mi pesar dejo su sexo, aun erecto y no puedo por menos que decirle:

“José Enrique, siento en mi interior un remordimiento como de culpa hacía mi marido por estar haciéndole esto, pero es que es tan fuerte lo que siento hacía ti, que por mucho que he luchado al final he sucumbido y no he podido por menos que entregarme por completo a ti con todas tus condiciones”

Él entonces me dice:

“Mira, ven a mi despacho, La condesa puede esperar un poco, pero quiero que veas una cosa, quizás al verlo te sientas mejor”.

Bueno creo que me he alargado demasiado, dejaremos aquí este capítulo y seguiremos la historia en el IV.

Como siempre si alguno de vosotros queréis poneros en contacto conmigo podéis hacerlo a través de mi correo:   [email protected]

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