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Evelyn: Me Engañaron (SanHistorias SAGA) Parte 1

en No Consentido

No acostumbro dar un relato sobre las cosas que pasan en mi vida y menos con el tiempo que tengo para lo mismo, pero pienso que algunas de estas cosas se sienten mejor cuando se sacan fuera del pecho, me llamo Evelyn, tengo 17 años y estudio el bachillerato (Preparatoria) tengo un cabello castaño muy oscuro y con la piel morena clara, en cuanto a mi cuerpo pues es algo más de lo común, con mis pechos de un tamaño bien formados, con unas caderas sensuales que dan una buena curva a mi silueta y con el cintura muy esbelta, yo siempre he estado orgullosa de mi cuerpo, al igual le he sacado frutos, buscado siempre sacar lo mejor del sexo contrario, para hacer mi vida más fácil, pero sin perjudicar a nadie ni denigrarle o aprovecharme de una manera abusiva, yo lo veo como algo no fuera de lo normal que cualquier mujer usa a los hombres, sin ser groseras, aunque hay mujeres muy abusivas no soy de esas. Soy algo humilde pero no estúpida serían las palabras adecuadas a todo. Tengo ojos de color miel y una cara bonita con nariz respingada y de estatura de más o menos de 1.61.

Todo comienza un día normal de clases, conocí a un chico llamado Rafael, era encantador y era muy atento conmigo, decidimos salir después de tantos días estar hablando de uno y del otro, de aquello y aquello otro, fuimos a muchas partes en nuestra primera cita, pero va para después cuando él quiso hacer una cita grupal, yo llevaría a dos amigas mías, y el llevaría a dos amigos suyos. A mí me encantó la idea y así fue, salimos en grupo a la feria de la ciudad, ya que estaba en esas fechas por ahí de pasada, yo lleve a mi amiga Alejandra y Ana. Ambas eran atractivas y muy buenas personas, al igual que atrevidas. Estábamos todas esperando en mi casa la salida, esperado que llegaran por nosotras, cuando se escuchó el sonido de un carro fuera de mi casa, al salir era Rafael, salimos todas y los muchachos se bajaron del auto, eran 2 muchachos muy apuestos a decir verdad, se acercaron a nosotras y yo le presente a mis amigas a Rafael y él nos presentó a sus amigos, Fabián era un chico alto, rubio y algo fuerte con un muy buen cuerpo, mientras que el otro amigo era Paul, él era igual de alto que Fabián, media como 1.81, ambos eran apuestos y de cuerpo ejercitado, pero Paul era de piel morena y se veía un hombre más imponente. Salimos del lugar y nos divertimos mucho, rápido se hicieron las parejitas en ese lugar, Paul con mi amiga Alejandra y Fabián con mi amiga Ana, y yo con mi amado Rafael.

todos la pasamos bien pero fuimos a un lugar más cómodo, nos dirigimos a un parque muy grande que está en la ciudad y nos pusimos a platicar un rato, compramos bebidas alcohólicas, en realidad no tomo mucho y mis amigas tampoco, a excepción de Ana, ella no acostumbra tomar mucho pero ese día se pasó de copitas, pero aún estaba muy cuerda y fue muy sensata a decir que ya no tomaría para no pasar a peores, cada quien se dividió en el lugar y fuimos a caminar en direcciones opuestas en parejas, después de un tiempo de caminar, llegamos a una banca Rafael y yo, nos sentamos a tratar de pasar el rato mejor, duramos un tiempo ahí de platicar pero el luego paso a la parte donde quería tocar, comenzó sus intenciones y toco mi pierna, al principio no se me hizo nada malo, pero después quiso subir su mano hasta mi parte femenina intima, aprovechando tantos besos y caricias, pensó que accedería, pero no fue así, al sentir su mano cerca, rápido se la quite, le molesto un poco, o más bien bastante, no sé si ese día eche a perder la noche, pero igual lo deje pasar, al regresar al auto, esperamos a las otras parejas, pero solo llego Alejandra y Paul, pero Ana y Fabián tardaron más en llegar, duramos mucho esperando, pero después de un tiempo las conversaciones con Rafael se volvieron incomodas y a cierto punto dejaron de existir, supongo aún estaba molesto, pero llevamos poco de conocernos no podía acceder tan rápido, al menos no está en mis intenciones aun, a eso agregarle que busco al indicado, soy aun virgen y no quiero estropear esos pensamientos que tengo de que todo sea perfecto en mi prima vez. Después de un tiempo llego Ana con Fabián, se subieron muy cariñosos al auto y nos fuimos a dejar a todos, el auto era de Rafael así que los últimos fuimos yo y el, después de dejar a todos y llegar a mi casa, me menciono lo de sus intenciones, pero de nuevo le tuve que dar para atrás pero esta vez le explique las cosas, que quería y por qué no, el me pregunto que si no lo sentía el adecuado, yo le dije que sí pero que aún no era el momento, quería estar más segura de eso.

El solo se fue un poco molesto aun, pararon los días y volvimos a salir pero esta vez yo y el solos, al igual que la última vez al dejarme en mi casa ya muy noche, volvió a tratar de hacer algo más, pero de nuevo le di para atrás, el parecía muy entusiasmado conmigo pero yo aún no estoy lista para dar ese paso aunque ya llevemos 2 meses saliendo. Fue después de un tiempo que me pidió que saliéramos en grupo, pero le dije que no podríamos igual, porque Ana se había ido de viaje un tiempo, así que no podríamos salir de igual manera que la vez pasada, el me insistió que fuéramos dos parejas entonces, eso nos dejaría a mí y Alejandra, imagino de su parte a él y Paul, no era tan mala idea y además quería recompensarle las cosas, porque aun que no estaba cerca el día que me entregue a él, podría darle buenos días y hacerle pasar buenos ratos como una mujer amorosa y atenta, así que accedí a su petición, pero no fue hasta su plan y me cambio las cosas de pronto, me dijo que quería ir a un concierto que estaba en la ciudad vecina de rock, era una banda extraña y comenzaría el evento un poco tarde, por haya de las 10 pm y terminaría cerca de las 2am, y de solo camino son 3 horas, le dije que eso era imposible, mis padres nunca me dejarían ir y volver tan tarde, el me insistió y después de un tiempo accedí, pero cambiaron las cosas, me escaparía de mi casa como a las 8, él me dijo que no, que si hacíamos eso, llegaríamos tarde al evento, yo le dije que no podía hacer más, las cosas eran de esa manera porque tampoco podía irme a dormir tan temprano y parecer sospechoso, tenía que cenar con mi familia y cosas así, ver que mis padres van a la cama, después de ello le dije

–        Qué más da, igual manera el evento terminara tarde, llegamos una hora tarde y no nos perderemos de mucho. –Le dije a él esperando triunfar.

El solo se quedó pensando por un tiempo, y después de un rato me voltio a ver y me beso sonriendo para luego decir.

–        Está bien, iremos para haya a esa hora, pero trata de no retrasarte más, estaré esperándote fuera de tu casa a que salgas a escondidas. –Me dijo aceptando mi invitación a mi plan, pero un poco descontento al respecto pero al igual viendo que es la única solución.

–        no, no estés fuera de mi casa, mi padre reconoce tu auto, y si por alguna razón llega a ver tu auto fuera, y yo me voy a dormir temprano, será algo más que obvio. –Le dije un poco descontenta por su idea de estar ahí afuera. –Así que mejor estate a la vuelta de la calle, yo iré a la casa roja de la esquina que está dando la vuelta al final de la calle, me esperas ahí y yo llego. –El solo me vio y se dio cuenta que mi plan era mejor.

–        Está bien Evelyn, pero te quiero temprano no te retrases mucho. –Me respondió.

–        En cuanto a lo de mi amiga Alejandra, yo busco como hacerle que nos pueda acompañar, no te preocupes por eso, buscaremos la manera, no se tal vez pueda decir que dormirá en mi casa o algo se nos ocurrirá. –Le dije a Rafael. Diciéndole que no había que preocuparse por lo otro.

Cuando le quise mencionar a Alejandra sobre nuestro plan, no pude comunicarme con ella, dure un tiempo pero no fue así, fue hasta que la vi en la escuela pero iba a prisas, la alcance y le dije que le había estado marcando, ella me dijo que su teléfono se había descompuesto, se le cayó a la tasa del baño, así que por eso no había tenido, pero que no me preocupara, su padre había quedado en comprarle otro, pero que con suerte iban ese mismo día a comprarle, no dejo de avanzar rápido y llego al auto de su padre para luego decirme que luego le marcara al teléfono de casa en la tarde, le dije.

–        ¿Estas segura que estarás ahí? porque es algo que ocupo mencionarte que es para hoy –Le dije con un poco de reproche.

–        Si, tú confía en mí, tú márcame en una hora o dos, solo iremos a comer y luego iremos a la casa.

–        Está bien pues, te marco más tarde. –Le dije aceptando su idea

Llegue a la casa y me serví algo para comer, después de un tiempo le marque a su casa, me respondió su madre y le pregunte por Alejandra, me dijo que aún no llegaba a casa, eso me puso en aprietos, volví a marcar más tarde a ver si ya había regresado y su madre me respondió lo mismo, que aun andaba fuera y que no había llegado aún, le dije que si no había como comunicarse con ella, con el teléfono de su padre o algo así, me dijo que su padre llego a la casa de ellos antes de ir por ella a la escuela y puso a cargar su teléfono, así que no había manera, ya que llegara ella misma le diría que me marque, sin más remedio le dije que sí. Pararon las hora sy ya mero era hora de comenzar todo esto, sin más remedio le marque a Rafael.

–        Hola amor, parece que Alejandra no ira con nosotros, no contesta su teléfono. –Le dije algo preocupada por su respuesta.

–        ¿Pero tu dijiste que si llegaría? –Levanto un poco su voz algo molesto.

–        Era mi idea Rafael, pero no pude comunicarme en estos días y ahora no pude comunicarme de nuevo, además no es algo que le pueda decir ya, porque aun que le diga, era algo que ella misma tenía que planear, ya que tu idea es llegar muy tarde. –Le dije A Rafael recalcando que su idea era algo difícil para nuestras situaciones como mujeres.

–        Está bien, no pasa nada cariño, solo que se quedara algo triste Paul, pero luego veré la manera de pagárselo. –Me dijo mientras su voz cambiaba por tener un poco de gracia ese último comentario.

–        Bueno entonces espérame donde quedamos, yo estaré ahí amor, te lo prometo, porque yo si iré como dije, no te quedare mal confía en mí.

–        Está bien, te espero en una hora cariño, nos vemos… que nada salga mal y ponte hermosa para mi cariño. –Me dijo eso ultimo algo cariñoso y no podía fallarle después de quedarle mal con mi amiga

–        Claro amor. –Después de eso colgamos y me puse a seguir mi plan con mis padres.

Espere que todos se durmieran para luego irme a la cama, paso el tiempo que se requería y aun mis padres no se dormían y ni señales, sin más me retrase media hora más de lo esperado, después que vi la oportunidad para salir de mi casa, me cambie de ropa, me puse una mini falda de esas acampanadas que dan unos 8 dedos arriba de la rodilla, que llegan hasta el ombligo, me puse unos zapatillas negras del mismo color que mi falda, me puse una blusa rosa que era muy trasparente con un top del mismo color que la blusa, pero con un tapizado de rosas, en cuanto a mi parte inferior, pues no sé por qué si ni mi idea no es llegar a ultima base pero quizá pase a segunda, así que si era seducida tan solo por sus manos me puse algo sexy, una pantaleta negra con encaje de color rosa, a media nalga muy bien ajustados. En cuanto al cabello, me recogí un poco el cabello, la parte de arriba y la mande hacia atrás, dejando mi cabello suelto pero sin que me moleste en mi cara, sujetado a mi cabello trasero con un broche, para no dejar de traer suelto todo mi cabello pero que no me moleste en mi cara.

Abrí la ventana, y me baje por unas rejas que están cubiertas por una planta de enredadera, baje del segundo piso, se me dificulto por traer zapatillas pero lo logre, aunque el tacón era de punta muy fina, lo logre. Se fue corriendo hasta la calle, Salí de la vista de mi casa y me puse las zapatillas, ya fuera de la vista de mi casa no había necesidad de sentirse presionada, llegue al auto y ahí estaba Rafael, me subí y lo bese, voltee hacia atrás de mí y pude ver a Paul y Fabián, los salude y me dispuse a terminar de arreglarme, con mis pinturas mientras conducían, no me dijo nada Rafael por mi retraso, eso me alivio un poco. Quería arreglarme muy bien para él, así que me iba a pintar y poner muy hermosa para él, aunque no sé si me ropa era adecuada para el evento, igual quería verme muy sexy y hermosa para él, así que opte por llevar algo despampanante, quería lucirle como una diva de sus sueños, seguí pintándome mientras ellos conducían, rápido el lugar se tornó oscuro ya que salimos a carretera, le pedí a Rafael que me prendiera el foco de la camioneta y eso hizo, me seguí pintando, a decir verdad, Paul y Fabián iban sacando mucha platica, eso hizo que me retrasara mucho al pintarme, ya que me detenía a veces para escuchar la plática, responder o dar mi opinión, eran interesantes las conversaciones, me retrase  más de lo esperado pero daba igual, el camino estaba a 3 horas aproximadamente. Ya después de una hora de estar ahí con el maquillaje a ritmo demasiado lento, ya casi para terminar de arreglarme, la camioneta se detuvo, seguí apurada dándome los últimos toques y poco antes que apagara las luces de la camioneta delanteras, voltee hacia enfrente y pude ver que estábamos en la nada, frente a nosotros solo se veía un planicies largas y solas, con solo una carretera lejos de la camioneta, me asome y pude ver que la camioneta se había salido de la carretera, podía alcanzar a diferenciar la carretera a más de 1 km o 2 quizás, no lo note por que el camino estaba bien formado para llegar a donde estábamos, voltee por mi ventana hacia afuera y pude ver una casa de dos pisos, algo vieja y muy oscura, fue cuando me provocó un poco de susto ver esto, le pregunte a Rafael donde estábamos.

–        Rafael ¿Dónde estamos? Está muy oscuro aquí. –Le pregunte esperando algo de comprensión por parte de él.

–        Estamos muy lejos de la carretera amor. –me dijo mientras se acercó a mí y puso su mano encima de la mía, tratando de calmarme.

–        Pero llegaremos tarde. –Le dije

–        No llegaremos tarde, solo venimos por unas cosas aquí y luego nos iremos, es rápido. –Me dijo reconfortándome sus palabras.

–        Pero no te asustes mujer, solo bajaremos por algo, esta casa es de Rafael, de sus padres, aquí vivía su abuelo antes de morir, y aquí vivió su padre antes de irse a la ciudad a buscar mejor vida antes de conocer a la madre de Rafael. –Me dijo Paul mientras abría la puerta para bajarse, al igual que su amigo.

–        No te asustes, solo baja, será rápido. –Me dijo Rafael.

Sin más que hacer, baje de ese lugar, de igual manera el susto se me había ido, me sentía reconfortada, aunque me asustaba un poco la oscuridad del lugar y la situación de esa casa, vieja, sola y oscura. Me baje, me sentía segura cerca de Rafael.

Pasamos la puerta de entrada, Rafael iba delante de mí, me llevaba tomada de la mano a la suya, mientras que Fabián iba delante de todos, fue quien abrió la puerta de la casa, en cuanto a Paul iba detrás de mí a pocos pasos, eso me hacía sentir más segura, estando ahí protegida por los amigos de mi amor. Al pasar por la puerta, nos quedamos a unos pasos de la entrada, Paul quedo muy apenas dentro y cerró la puerta, quedando la puerta pegado a su trasero, mientras que yo a menos de 10 cm de el y Rafael pegado a mí, pero enfrente de mí, mientras que Fabián buscaba como prender las luces del lugar, fue cuando les pregunte.

–        ¿Qué es exactamente lo que venimos a buscar? –Les pregunte a cualquiera que contestara con un poco de dudas.

–        Venimos por una guitarra vieja cariño. –Contesto Rafael.

–        Solo que no encuentro la maldita luz. –Contesto Fabián, mientras se dispuso a sacar su teléfono y usar la luz de su pantalla, lo que parecía favorecerle por que encontró el interruptor, pero se dio cuenta que la luz no encendía

–        Parece que no sirve el interruptor. –Dijo Fabián.

–        Que estúpido eres Fabián, tienes que prender la corriente de energía de la casa, está debajo en el sótano. –Le dijo Rafael a Fabián.

Fabián se dispuso a irse a buscar el sótano, mientras que avanzamos unos pasos todos al mismo tiempo, Paul se movió y volvió a acercarse a nosotros para decir.

–        Valla que esta algo oscuro. –Dijo Paul, pero valla que tenía razón, solo se alcanzaban a notar poco nuestras siluetas y un poco de luz que entraba por las ventanas de la luz de la luna, no nos dejaban en color negro, pero si en las sombras el ambiente de ahí, nada grave pero imposible para buscar una guitarra.

Paul se posiciono cerca de nosotros y mientas que Rafael se despegó poco de mi para buscar o estar viendo el lugar, pude sentir una mano pasar debajo de mi falda, la sentí en mi trasero deslizarse, al sentir eso, solo voltee a ver a Rafael y pude ver su espalda buscando la guitarra, obvio no era el, en eso pensé en Paul, era el, pero que podía hacer, me dio un poco de vergüenza y en ese momento no supe que hacer, solo pensé en dejarle pasar, pero el no dejo de hacerlo, siguió acariciando mi trasero, en ello pensé en dar dos pasos hacia enfrente, hacia donde esta Rafael, cuando trate de dar un paso, el me tomo de la mano y no me dejo avanzar. Sentí un poco de miedo al estar en esa ocasión, así que decidí hablarle a Rafael para que viniera cerca de mí con el pretexto de que tengo miedo y que me abrase.

–        Rafael, tengo miedo, puedes venir, te quiero cerca amor. –Le suplique para que el viniera y por fin salir de todo esto. –

–        Espera amor, no tengas miedo, no pasara nada solo estamos nosotros 4, no tienes nada que temer créeme. –Me dijo mientras se alejaba su voz en la oscuridad, al poco tiempo se escuchó una puerta abrir, él estaba saliendo de la sala de estar de la casa y había entrado a una habitación, dejándome ahí sola con Paul.

Al estar sola ahí con el aprovecho para acercarse mucho a mí y quitar su mano detrás de mi trasero, para luego pegar su entrepierna en mi trasero, al hacer eso, yo quise quitarle con mi mano libre, empujarle hacia atrás, pero él me tomo de la mano y la dirigió a una parte de su cuerpo, al llegar pude sentir algo grueso y largo, muy caliente, pude sentir piel, era su pene, eso si provocó mucha molestia en mí, más aún porque él tenía su pene fuera desde hace tiempo y me lo estaba restregando en mi trasero sin más.

–        Paul ¿Qué te pasa? ¿Qué te has creído? –Le dije de una manera desaprobatoria mientras trataba de zafarme de sus garras.

–        Nada cariño, solo es que ocupo un poco de cariño ya que no vino Alejandra a dármelo. –Me dijo eso a mí oído, el muy cínico mientras volvió a poner mi mano en su pene dar otro intento de que accediera a masturbarle.

–        Te lo diré más claro. Quítate de aquí, aléjate de mí, si no lo  haces gritare y Rafael escuchara lo que estas intentando hacer y tus intenciones con su novia. –Le amenace, mientras trate de quitarle pero él no se movió nada. Solo sonrió al escuchar eso y se acercó a mi oído para decir.

–        Está bien buena cariño.

Después paso a soltarme la mano que tenía desde hace tiempo agarrada con la suya, para ahora pasar su brazo por todo mi estómago, me había sujetado ahora con todo su brazo y con la otra mano volvió a ponerla en mi trasero de nuevo, volvió a acariciar por debajo de mi falda, lo tenía todo pegado del pecho hacia arriba, mientras que de abajo el hacía espacio para que su mano pudiese entrar sin mucho esfuerzo, no dejo de decirme cosas sucias al oído.

–        Estas bien rica, sin duda te viniste súper sexy y muy provocadora. –Me dijo al odio mientras se acercó a mí y restregó su pene de nuevo en mi trasero, en cuanto a su mano con la que me acariciaba antes, la pasó a lado de mi pierna y comenzaba a levantar la falda mientras me acariciaba la pierna de arriba abajo.

–        Quítate por favor, no me toques, gritare es de verdad. –Le dije y advertí una vez más lo que haría mientras trataba de quitarle la mano encima de mi estómago que me tenía sujetado de candado.

–        No te quiero soltar, quiero cogerte, quiero hacerte de todo puta. –Me dijo a mi oído de nuevo, no sé qué es lo que esperaba de mí al decirme esas cosas, pero ya me había asustado.

–        No me digas puta ¿Quién te has creído? Te lo diré una última vez, quítate de aquí o gritare. Le dije a Paul, dándole un ultimátum sobre las cosas.

–        No. –Se acercó a mi oído a decirme eso sin más. Al mismo tiempo que dijo eso, sentí como bajo su mano por debajo de mis nalgas, fue deslizando lento hasta llegar a mi sexo, al llegar, impulso con fuerza con la palma de su mano, que me hizo dar un brinco de sorpresa.

Dado que Paul no quería parar a su acto de desobediencia hacia mí y su ultraje, grite por fin a Rafael, grite fuertemente, para mi suerte Rafael llego muy rápido, salió del cuarto súper asustado por mí.

–        ¿Qué pasa amor? –Me pregunte muy asustado.

–        Es Paul, Paul se está sobrepasando conmigo, dile algo. –En el mismo momento que le decía eso, la luz volvió a toda la casa y se ilumino hasta el último rincón de la habitación, fue cuando claramente Rafael pudo ver cómo me tenía sujetada Paul y de lado ver mi falda levantada con su mano mañoseando mis piernas.

–        Pero que adelantados son, ya se estaban divirtiendo desde hace tiempo, que adelantados son. –Dijo eso Rafael mientras nos veía. No podía creer sus palabras, daba a sumir que todo esto le daba su consentimiento, o al menos que no le importaba mucho.

–        Pero amor ¿Por qué dices eso? –Le dije todo eso, ya hasta había olvidado a Paul, deje de luchar de lo sorprendida que estaba, pero Paul no se detuvo y siguió acariciando la pierna y restregándome su pene en mi trasero.

–        Que eres una puta y Paul un caliente por adelantarse a la fiestecita. –Me dijo molesto al decirme puta y al decir caliente a Paul rio, no podía creer lo que estaba escuchando.

–        ¿Pero por qué me dice esto amor? ¿Es que tú consientes todo esto? –Le pregunte con esperanza de escuchar otras palabras a las que me dijo.

–        te vamos a coger todos princesa. Y yo seré el primero en hacerle. –Le interrumpió Paul para responderme a mí el, a lo que Rafael contesto.

–        Te equivocas cabron, yo seré quien se la coja primero, es virgen la muy puta y quiero estrenármela yo, es mi presa. –Dijo algo furioso Rafael a Paul.

Al escuchar eso, pude intuir mucho de que iba todo esto, ellos me tenían ahí, ellos me habían llevado ahí para usarme, para hacerme algo a su antojo, pero ellos en un principio querían a Alejandra también, pero como no pude contactarla no pudo venir y todo lo que tengan planeado hacer, me tocaría a mí.

–        No es justo ¿Pero que nos tocara a nosotros? –Pregunto Paul.

–        Hay muchos más hoyos que usar de ella, no te preocupes, además después que la use yo, pueden usarla ustedes. –Dijo esas palabras horrorosas Rafael.

–        Está bien, me parece perfecto. –Mientras seguía manoseándome.

Después de escuchar todo ello, Rafael se acero a mí y trato de besarme en la boca apasionadamente, el muy estúpido obvio no obtuvo nada de mí, solo voltee mi cara, todo eso mientas Paul tenía su pene restregándomelo, Paul se disgustó y me golpeo en la cara con un bofetón, me dolió mucho, pero más aún el acto de el de obligarme a base de golpes a besarle, volvió a acercarse a mí y me volvió a tratar de besarme, volví a voltear mi cara, aun con lágrimas en la cara de decepción.

Volvió a golpearme de nuevo, pero esta vez con mucho más fuerza, al terminar solo le pregunte.

–        ¿Por qué haces esto? ¿Por qué me tratas así? –Le pregunte entre voz solloza.

–        Por qué te traigo ganas, y quiero cogerte y tú no accediste, si lo hubiese hecho talvez te hubiera tocado otro trato y no este. –Me dijo en burla, mientras me distraía su conversación, me sembró un beso aprovechando mi descuido, para luego de terminar de dármelo dijo. –Disfrútalo, es el último que te doy, y el último que recibirás de alguien que quieres. –No entendí mucho sus palabras, pero era obvio que sería abusada por todos estos desgraciados, solo me quedaba buscar la manera de correr y escaparme, pero poco duro mi idea cuando mis ideas fueros desaparecidas por ciertas cosas.

–        Entonces quiero que me la mames puta. –Dijo Paul algo lujurioso

–        Ni aun que me tuvieras apuntando con un cuchillo lo haría y mi vida dependiera de ella. –Le dije con la intención de plantearle mi repulsión por ello.

–        Los límites de una mujer… me gusta ver eso –Dijo Rafael, se voltio y dio 3 pasos mientras reía, para luego voltear y nomas sentarse en una silla vieja que estaba ahí.

–        Ahora hazle lo que quieras Paul, es toda tuya esa puta, no escapara. –Dijo Rafael esas palabras que no podía creerlas.

Paul no desaprovecho su oportunidad y me voltee en dirección hacia él, me pego a su pecho con fuerza y trato de besarme el también, pero se le fue imposible, para ello parece provoque un disgusto en él, me puso una ambas manos en mi trasero por encima de mi falda, para luego levantarlas y dejar la falda bien arriba, trate de bajarlas con mis manos pero él me las sujeto con una mano de mis muñecas, no me dejo hacer ningún movimiento.

–        Mira nada más a esta puta. –Dijo Rafael –Trae un calzón con encaje, muy sexy y atractivo, no puedes negar que tus intenciones eran tan parecidas a esto. –El asumía que era una puta, pero en realidad no, solo era por precaución si algo llegaba a pasar, más nunca sexo.

Solo sonrió Paul al escuchar todo eso, con sus manos me sujeto fuertemente de mi parte trasera, para luego moverme los glúteos con fuerza, los acariciaba todo lo que podía, me sentía humillada y ultrajada, no podía gritar, nadie me escucharía, solo gastaría energías donde no hay caso por hacer. Continúo tocándome y con mi falda arriba, trate de separarme de él poniendo mis manos sobre su pecho y tratando de empujarlo, le decía mucho que se quitara de ahí pero el solo reía.

–        Por favor Paul, quítate, prometo no decir nada si me dejan ir en este momento. –Le dije con intención de que funcionara, pero lejos de ello estaba, el solo rio y continuo besándome el cuello, aunque lo empujaba, él era muy fuerte, no podía hacerle nada significante.

–        Estas muy rica. –Dijo Paul, para después de esas palabras, bajar por mi cuello en besos y besos, al llegar a mis pechos, bajo mí escote con una mano para descubrir mi brasier al aire libre. Trate de decirle que parara

–        Por favor, para Paul, esto no está bien, soy una persona. –Pero mis palabras solo al parecer lo prendían aún más, continuo con su acto de desnudarme, aun que trate de taparme mi brasier e impedir que llegara a algo, puse mi mano en mis pechos para impedir la vista y su paso.

–        ¿Qué crees que estás haciendo puta? –Me dijo en voz disgustada Paul, para luego tomarme de mis manos con mucha fuerza y ponerlas detrás de mí, coloco ambas en mi espalda y con mucha fuerza las sostuvo, para cuando pensé en golpearle la entrepierna para salir corriendo de ahí, apareció el otro sujeto.

–        Hola linda, ayudare en esta fiesta un poco –Mientras me decía eso, me puso unas esposas en mis manos por detrás de mi espalda, ahora mis manos estaban sujetadas. Ahora no podía separarle de mí, ya no pude más y comencé a llorar de la desesperación y miedo

–        Por favor, déjenme ir, prometo no decir nada. –Les suplique de nuevo, pero poco les importo.

–        Tienes una mala idea de todo esto Cariño. –Se dispuso a entrar en la conversación Rafael, al mismo tiempo que Fabián se acomodaba en otra silla a lado de Rafael. –No te pensamos dejar ir, no somos estúpidos, si te vas dirás a todos de esto y no es lo más conveniente.

–        Prometo no decir a nadie, por favor –Trata de verles por encima de mi hombro, porque ellos estaban detrás mi a mis espaldas.

–        Deja de platicar puta. –Me dijo esto último Paul, al tiempo que me apretó de mi trasero fuertemente y repego mas a él, trato de nuevo de besarme pero se lo impedí al voltearme.

Eso pareció disgustarle, porque en ese mismo instante, me golpeo mi mejilla fuerte, desquitando su ira por la frustración de no estar cooperando, se volvió a acercar a tratar de besarme mientras aún seguía tocándome mi trasero y acariciando, obvio de nuevo le impedí el paso, me tenían a su merced mi cuerpo pero no mi voluntad, eso le disgusto mucho de nuevo y me golpee ahora con la mano apuñada en el estómago, eso me derrumbo totalmente en el suelo hincándome de golpe.

–        ¿A dónde vas preciosa? –Paul me dijo eso después de poner sus manos sobre mis brazos, me volvió a levantar con sus fuerzas de hombre. Yo no podía hablar, estaba muda por la falta de aire pero eso al no le importaba.

–        Ven ahora puta, a ver si te opones de nuevo, obedeces o serás golpeada de nuevo y cada vez más fuerte. –Al terminar de decirme eso, bajo a mis pechos, yo solo mande mi cara hacia arriba, para tratar de tomar todo el aire que pudiera, el aprovecho para bajar mi brasier, pero le molestaba un poco y de golpe lo jalo, reventando mi brasier de la parte de atrás, ahora con mis pechos descubiertos ya eran totalmente de él, igual no podía oponer posición porque no tenía las suficientes fuerzas aun.

–        Que rica estas puta. –Me decía eso al mismo tiempo que se acercaba a mis pezones y lamia, para luego pedirle ayuda a Fabián. –Ven y ayúdame Fabián, sostenla, la quiero agarrar cómodo sin tener que estarla sujetando. –Al decir eso, inmediatamente Fabián se paró y me tomo por detrás de mí de los brazos, me sostuvo al mismo tiempo que Paul comenzó a agarrar mis pechos con fuerza, los apretaba con tanta  brutalidad que cada agarre, sentía que me moría, a todo ese juego le agrego los chupetones a mis pezones.

–        Parece que esta buena la puta ¿Sabe bien? –Pregunto Fabián a Paul.

–        Como no tienes idea. –Agrego Paul, en pausas por estar ocupado chupándome los pezones y apretándolos, sintiendo todo lo que puede de mí.

–        No se vayan a emocionar, recuerden que su panocha es mía. –Interrumpió el acto Rafael con sus palabras, poniendo en claro sus intenciones sobre mí.

–        No te preocupes, pero después la usaremos todos. –Dijo Fabián a Rafael.

–        Claro, saben que no hay problema. –Agrego Rafael.

Para después de todo esto, supongo que a Fabián se le hizo poco todo esto de solo sujetarme, y con una mano me sujetaba mientras que la otra comenzó a tocar mi trasero, lo acariciaba al mismo tiempo que Paul seguía chupando mi cuello y mis pechos con mucha intensidad. Paul parecía estar muy entretenido y subiendo las cosas, era cruel y agresivo, me chupaba mis pezones y jalaba entre dientes fuertemente, para eso yo ya había recobrado mi aire y les volví a suplicar de nuevo.

–        Por favor, me duele Paul, me lastimas mucho… me duele. –Le suplique a Paul.

–        Cállate estúpida. –Mientras Paul me dijo eso, al parecer quiso enseñarme que yo no le daba ninguna orden a él, me mordió con más fuerza y jalo mi pezón con mucha fuerza para luego pasarse al otro y hacer lo mismo, era solo su maldito juguete.

–        No tienes idea de cómo te traigo ganas. –Dijo Paul mientras seguía besándome y mordiendo sin ninguna autoridad que lo impidiera, aunque Fabián tampoco no se detenía, su mano comenzó a pasar por mi entrepierna y comenzó a sobar mi sexo, lo sobaba con fuerza también, ambos eran bruscos, supongo porque les importaba un comino lo que yo pensara, nomás hacían lo que para ellos era conveniente, de pronto sentí como Fabián metió con fuerza mi Pantaleta a mi vagina, fue con tanta fuerza que introdujo su dedo a mi vagina llevándose tela de mi pantaleta con el dedo.

–        ¿Te gusto todo eso verdad puta? –Cuando Fabián me dijo eso, volví a derramar lágrimas de mí, era ya obvio que no tenía salida y ni esperanzas de salir de ahí, era suya y nadie me ayudaría, ni Rafael.

–        Por favor, déjenme ir. –Les suplique de nuevo, pero a Paul no le pareció y me golpeo de nuevo la mejilla, después de ese acto brusco y bárbaro, me puso su mano en mi barbilla y me voltio a en dirección a su boca y me trato de besar, pero esta vez no opuse resistencia, ya me encontraba destruida y me sentía débil ante dos hombres, además sus golpes duelen mucho, sentí como entro su lengua hasta dentro de mi garganta y la movía, siguió besándome hasta que Rafael lo separo de mi boca con fuerza.

–        No te sopesadas, recuerda que aún sigue siendo mía, les dejo jugar pero sus besos aun me pertenecen. –Cuando escuche eso no podía creer lo que escuchaba, le interesaba pero porque entonces me hacia todo esto.

–        Alguien esta celoso. –Le dijo Fabián con voz burlesca a Rafael.

–        No es eso, solo que ya me estoy prendiendo y talvez se las quite. –Dijo Rafael.

–        No lo harás, estamos juntos en esto y te prometimos que te dejaríamos su tesoro para que tu lo estrenes, no te preocupes, somos hombres de palabra. –Dijo Paul a Rafael un poco molesto por tratar de adueñarse de mí. Rafael solo se quedó el silencio y se regresó a la silla a seguir viendo el espectáculo.

–        Ahora si puta, quiero que me la mames toda, que me hagas un buen trabajo. –Dijo Paul frente a mi cara con voz de loco maniático.

Se quitó Fabián y soltó mis brazos, se trajo la silla donde él estaba sentado antes y se la dio a Paul. Paul se sentó en la silla y desabrocho sus pantalones, fue tan rápido que no podía creerle que pensara que yo fuera a hacer eso, saco su pene, era grande y grueso, además se veía muy lleno de grandes venas, con su mano pude ver como se la pelo jalando todo ese cuero hacia atrás.

–        Te vas a comer todo esto puta. –Dijo Paul al mismo tiempo que meneaba su pene con sus manos de un lado a otro.

–        Yo no pienso hacer nada de eso. –Le dije con mi voz diciéndole que mi orgullo de mujer aún estaba en pie para seguir luchando.

–        ¿No lo harás? –Me dijo eso Paul al mismo tiempo que me miraba con rencor en sus ojos.

–        No lo pienso hacer. –Le volví a decir en el mismo grado de voz.

–        Alguien tiene más testículos que tu Paul. –Le dijo Fabián a Paul, burlándose de su poca autoridad sobre mí. Eso solo disgusto más a Paul y de nuevo volvió a golpearme mi estómago con mucha fuerza.

–        No vuelvas a desobedecer estúpida. –Paul dijo eso ultimo con mucha ira, para después tomarme de mi cabello y jalarme, me coloco con el rostro frente a su gran pene y trato de hacer que lo lamiera o metiera en mi boca, pero el muy estúpido no hacia conciencia que no tenía aire.

Volví a caer en mi llanto de nuevo, pero no podía hablar, solo trataba de decir palabras que no se podían escuchar o alcanzaban a formar como tales, el seguía insistiendo en que metiera su pene en mi boca pero no lo lograría, no le dejaba.

–        No lo piensas hacer. –Me dijo Paul al tiempo que Fabián reía por la situación de poca autoridad de Paul.

–        No. –Le conteste con poco aliente en mí. Fabián solo rio un poco pero de pronto pude sentir como alguien se levantó de una silla para hacer un numero de pasos para luego escuchar su voz cerca de mí.

–        Claro que lo hará Paul, no se opondrá eso te lo aseguro. –Dijo Rafael, él era quien se había parado, y pude sentir algo frio y duro colocarse en mi espalda. Cuando voltee pude ver que era un arma de fuego.

–        Mira estúpida, haces caso a lo que te decimos y te dejaremos ir después de todo esto, pero con la condición que no dirás nada a nadie de lo sucedido, si lo haces mataremos a toda tu familia, papa, mama, hermanos y amigas cercanas. Ahora has caso a lo que te dice Paul. –Dijo Rafael mientras me apuntaba con esa arma a mi espalda.

–        Has caso preciosa. –Me aconsejo Fabián.

–        No lo pienso hacer. –Les volví a contestar de la misma manera que les dije anterior mente.

–        Eres una estúpida. –Dijo Paul molesto.

–        No sabes en que problema te metes preciosa. –Me dijo eso ultimo Rafael, se agacho por detrás de mí y sentí como puso sus manos en mi pantaleta, la bajo rápido, quise detenerle pero con mis manos esposadas no pude hacer mucho, al terminar de bajarme toda mi pantaleta, trate de levantarme para doblar mi cuerpo pero se me fue imposible, Paul me sujeto con más fuerza del cabello.

–        ¿A dónde vas pendeja? Tú y tu boca se quedaran aquí en mi verga, la meterás en tu boca y la chuparas como un rico caramelo y lo disfrutaras con una niña hermosa que eres. –Agrego eso Paul sin dejarme levantar.

–        ¡Que hermosa vista tienes amor! –Dijo eso Rafael, mientras ambos me veían todo mi parte intima, era súper vergonzoso y no podía hacer nada, trate de taparle con mis manos esposadas pero no llegaban, ellos notaron mi tonto intento de ello.

–        ¿Por qué quieres tapar algo tan hermoso cariño? –Dijo Paul con su voz cariñosa. –No te queremos lastimar, pero tú nos estas obligando a hacerte pasar un mal rato.

–        Ya me están haciendo pasar un mal rato. –Le dijo en casi gritos y llantos.

–        No te pongas agresiva cariño, que aquí solo pierdes tú. –Dijo Fabián.

–        Que hermoso culo tienes preciosa. Además de gozar de una panocha muy hinchadita, se ve todo esto precioso. –Me dijo eso Rafael al mismo tiempo que me acariciaba mi ano y vagina con su dedo índice, deslizándolo lentamente por ambos hoyos, para luego decirme. –¿Algún día tenías pensado darme esto tan bello?

Solo me quede en silencio, no le contesta anda, no le daría el placer de escuchar que pensaba en el cómo mi amor y hombre de mi vida con el cual me quería casar y tener hijos. Al poco tiempo pude sentir como coloco la pistola en mi hoyo anal para luego decirme.

–        Ahora mira, vas a mamársela toda completamente si no te disparare por aquí y destruiré todo tu interior, y te aseguro que después del disparo vendrá una muerte lenta y dolorosa, pero no te descansaremos, te cogeremos fuerte y agresivamente después del disparo, para que tus últimos momentos nos sientas dentro a todos, incluso por el culo. –Dijo eso Rafael, solo me quede con los ojos como platos, al escuchar palabras tan perversas y crueles. Esas palabras enfermas no podían venir de mi Rafael.

–        Quiero que me la chupes. Métela en tu boca puta. –Paul al tiempo que me dijo eso, trato de forzarme a meter su pene en mi boca pero de nuevo me negué.

–        Evelyn, te prometo de que iras de aquí con la condición que te dije, pero si cumples, no te dañaremos solo hazlo, de no hacerlo prometo que te disparare. –Dijo Rafael tratando de convencerme, pero no soy estúpida, no me dejarían ir tan fácil.

–        Chúpala. –Me dijo Paul. Al no hacer caso, Rafael comenzó a introducir el arma en mi trasero lento y dolorosamente, sentía como cada milímetro de ese revolver entraba en mi ano y lo iba abriendo, el dolor era desgarrador, pegue un brinco y trate de hacer fuerza para que no entrara en mi ano, pero más dolorosa era.

–        Detente, me duele mucho, detente por favor amor. –Le suplique de una manera desesperada

–        ¿Quieres que la saque? –Pregunto Rafael.

–        Si, por favor ¡Me duele, sácala de ahí! –Le dije fuertemente y desesperada.

–        Chúpala cariño. –Me dijo Paul. Dándome a entender que todo eso era por eso.

–        ¿Te duele amor todo esto? –Pregunto Rafael al mismo tiempo que la iba metiendo más el muy sínico, seguía metiendo esa arma muy dentro de mí, el muy sínico quería meterla toda completa. Sin más remedio accedí, comencé a chupar la puntita del pene de Paul, comencé a chupar lento y Rafael comenzó a sacar el arma de ahí y ese dolor desgarrador se calmó.

–        Ohh por fin, esta puta está haciendo su trabajo. –Dijo eso ultimo Paul envuelto en placer.

Seguí chupándole el pene, pero el arma aún seguía dentro de mí, me asustaba la idea de que disparara, pero al meter su pene totalmente en mi boca y comenzar a chupar de arriba abajo, Rafael saco el revolver de ahí, el dolor no se esfumo al instante, el daño ya estaba hecho, pero vaya que si disminuyo bastante, de poco a poco comenzó a bajar hasta ser una pequeña molestia, pero en ningún momento Rafael quito el revolver fuera de mi ano, lo tenía ahí pegadito para cuando desobedeciera lo volviera a meter.

Chupe con fuerza su pene, solo se escuchaban mis chupetones en la habitación. Y los gemidos de Paul del placer que le estaba provocando, al tiempo que Fabián y Rafael estaban sentados viendo mi trasero y vagina totalmente desnuda, fue cuestión de tiempo que Rafael comenzó a tocar mi pierna, de la misma manera que siempre lo hacía en intentos de sexo, por eso supe que era el, comenzó a acariciarme la pierna y comenzó a besarme con besos cariñosos y suaves sobre mis nalgas, era algo cariñoso con sus caricias, pero aún estaba algo distraída con el pene de Paul, comencé a mamarle más rápido para poder salir de ese infierno y mover mi lengua dentro de mi boca, para acelerar las cosas y poder salir de este infierno. Pero mi ato atento comenzó a bajar de calidad al ponerle atención a Rafael en mi trasero, era hasta cierto punto estimulante y se volvió agradable lo que al principio era molesto.

–        Princesa, estas muy mojada ya, parece que te gusta todo esto que te estoy haciendo. –Me dijo eso Rafael al mismo tiempo que seguía con su jugueteo en mi cuerpo, yo no quise prestar mucha atención a ello y tenía mi boca ocupada con el pene de Paul, me dio vergüenza comentar algo a eso, me sentía más humillada pero me excitaba saber que ahí estaban dos hombres atractivos viendo todo mi parte íntima y lo estaban disfrutando, era algo excitante y a la vez humillante, pero no sabía qué hacer.

–        Es una hermosura de mujer, me muero por darle duro. –Dijo eso ultimo Fabián, al tiempo que se acercaba a mi trasero y se hinco para ver más de cerca. Comenzó a acariciar mi pierna Fabián, la comenzó a pasar por la cintura y llegar a mi nalga, estaba siendo tocada por ambos.

–        Estas toda llena de miel corazón. –Mientras dijo eso Rafael, paso su dedo por mi vagina y tomo un buen de jugo de mi vagina, para luego pasar su dedo a mi ano y lo introdujo con fuerza ese dedo, sentí como entro y a decir verdad me provocó poco dolor, supongo que el arma ya había hecho el trabajo difícil ahí atrás, aunque aún poco adolorido por la pistola, un dedo era algo menor pero aun molesto que batallar.

–        ¿Prometen que me dejaran ir si hago caso a lo que me pidan? –Le pregunte en pausas, mientras mamaba el pene de Paul.

–        Claro cariño, tiene palabra de todo esto. –Dijo eso último Rafael.

Comenzó a meter con más fuerza e intensidad su dedo en mi ano, el seguía metiendo y metiendo su dedo, sentía sus remolinos dentro de mí, los remolinos que hacía con su dedo, en un principio lo molesto se volvió algo placentero y excitante, me sentía sucia y casi como estrella porno, eso me excitaba, estar siendo usada por 3 hombres, pero aun en ello estaba en contra de ser usada por algún hombre que no fuera mi novio. Lo de mamar se podía pasar, total, ya me habían forzado a hacerlo, como que ponerse los moños con el pene del otro ya era hipócrita si ya lo tenía dentro. De pronto sentí como  la mano de Fabián paso por mi trasero y quiso llegar a mi vagina con sus dedos, rápido deje de mamarle a Paul para voltear y oponer resistencia.

–        No voy a permitirles que me usen como un juguete. –Les dije a ambos detrás de mí.

–        ¿Ni a mí tampoco princesa? –me dijo eso ultimo Rafael.

–        No eres tu quien está ahí detrás de mí jugando solo. –Al decir eso clave mi mirada en Fabián, pero Fabián quería una cucharada de mí, no se permitiría, podía soportar a Rafael, me valía un comino morirme, con sus estúpidas armas, tenía miedo pero no pensaba ceder, al menos lucharía más.

–        Fabián, espérate en la silla a tu turno de mamar, yo la usare como dije antes, no molesten, después de todo es mi princesa. –Dijo eso último Rafael, no podía creerle, pero estaba haciendo algo por mí, en ello pensé un poco y dije, talvez es de esas cosas que recuerdas como una experiencia de la vida y si él es quien me va a tomar, adelante se lo permito. Sin decir ni una palabra ni afirmarle que estaba de acuerdo ser cogida por el ante todos, era algo vergonzoso así que me voltee cuando vi a Fabián sentarse en la silla. Seguí mamándole a Paul.

–        Ohh que rico mamas puta. –Dijo Paul al sentir como volví a su pene y seguí mamándole con entusiasmo. Me encontraba excitada por toda la situación.

–        Eres hermosa cariño. –Me dijo Rafael al tiempo que pasó su lengua por mi vagina, sentí unos espasmos que detuvieron mi boca en el pene de Paul, pero seguí rápidamente mi ritmo.

Le di con muchas ganas a Paul, me encontraba muy excitada con las caricias de Rafael en mi sexo, de pronto lo que eran caricias se convirtieron en sexo oral, comenzó a chuparme fuertemente mi sexo y con suavidad su lengua, era un juego de movimientos que se puso a hacer, eso me acelero y comencé a mamarle a Paul con mayor velocidad, le mamaba y mamaba. De pronto pude sentir como del pene de Paul salió el líquido que los hombres tienden a soltar, trate de quitarme pero Paul me retuvo mi boca con su pene dentro para que me tragara todo. Sin más de ahogarme, los trague, no saben tan mal, solo son espesos y aun que me provocaron algo de asco por el hecho de lo que son, me aguante, continúe lentamente sobando el pene de Paul con mis labios, imagino estaba muy sensible así que lo hice suave y lento, Paul solo se quedó ahí con sus ojos cerrados disfrutando de lo último, pero ya al pasar el tiempo, Rafael quería reclamar lo que era suyo, me jalo y le dijo a Paul que se quitara de ahí.

–        Quítate de ahí Paul, sigo yo. Me la voy a coger a mi puta. –Paul al escuchar eso de Rafael, rápido se quitó y abrocho sus pantalones, se colocó en la silla extra que estaba al lado de Fabián.

–        Discútala, esta riquísima. –Dijo eso ultimo Paul al sentarse.

–        Ven y siéntate aquí –Me jalo de mi brazo y en cuanto se sentó el en la silla, me pidió que me sentara sobre su pene, me trataba como si no tuviera opinión sobre las cosas, como una muñeca.

–        No puede ser de otra manera, no quiero que mi primera vez sea de esa manera. –Le dije a Rafael en un intento de no hacer tan desagradable lo que ya era.

–        No, eres mía pendeja, no mandas. –Al decirme eso, me voltee, en dirección a los muchachos, después me jalo sin avisarme hacia él y me senté de golpe en su pene, lo sentí entrar de golpe en mi vagina, fue muy dolorosa, era la primera vez que me perforaban y con esa agresividad fue horrible.

–        Me lastimas Amor. –Le dije de su brutalidad. –A demás no quiero hacerlo asi me da pena que me vean tus amigos.

–        Por eso lo hice estúpida, quiero que vean ellos como te hago mía, quiero que vean tus gemidos de puta, tu cara de placer de puta. –Me dijo eso al tiempo que comenzó a moverme con sus manos encima de él.

–        No, por favor Rafael, me da mucha pena. –Le suplique mientras veía el rostro de sus amigos muy contentos con verme y con una risa burlesca.

De Rafael ya no hubo más que silencio, el me continuo metiendo y sacando, continuo haciéndome brincar encima de él, pude sentirle por fin dentro de mi moverse, sentía todo su pene en mi útero, aunque al principio fue doloroso, se volvió algo placentero, sentir como rosaba todo su pene mi ligamento vaginal por mis labios, como se sentía el tronco entrar todo por mi orificio, fue cuestión de tiempo que aun con las manos atadas no podía tapar mi rostro y ni hacer nada, solo estar a su merced, ni podía tapar mis pechos, veía como los muchachos veían muy atentamente mis pechos brincar, el pene de Paul volvió a recobrar su dures, mientras que Fabián se sacó su pene y comenzó a acariciárselo, tocando su cabeza. Yo muerta de la pena de exhibirme de esa manera, pero no podía hacer nada, mis manos estaban atadas y solo era un espectáculo para ellos.

Las metidas de Rafael se hicieron más fuertes, sentía como me levantaba con más fuerza y me dejaba caer en su pene, como su tronco desde la punta de la cabeza salía de mi vagina y al caer me abre todo mi hoyo para entrar todo el tronco, me comencé a dejar llevar de lo rico que se sentía, sentía muy rico entre mis piernas ahí en mi vagina

–        ¿Te gusta sentir mi verga dentro de ti cariño? –Pregunto Rafael algo agitado al tiempo que me seguía metiendo y sacando, yo ya estaba en gemidos de placer, solo cerré mis ojos para no ver a los muchachos ahí frente a mí y no sentir tanta pena, no le conteste a Rafael de la pena de los muchachos, supongo que eso era algo intimo para una pareja, no algo público como estaba pasando.

Pero Rafael nunca se detuvo aun al no haberme escuchado decir una palabra, él sabía que me gustaba por mis gemidos, en poco tiempo comencé a tomar su ritmo, comencé a ayudarle a brincar con mis piernas, el sintió mi ayuda y comenzó a hacer menos esfuerzo. Continuo su mete y saca ahora con más velocidad. Al sentir que ya el trabajo estaba muy por encima de él, que había tomado todo el trabajo yo, quito sus manos de mi cadera y la paso a ponerlas en mis pechos y comenzar a acariciar, a pellizcar mis pezones, era doloroso pero me gustaba, solo comencé a gemir con más fuerzas en ese acto sexual.

Brinque y brinque a como se me pudo, me importo poco que ellos me vieran moverme de arriba abajo en el pende de Rafael. Abrí mis ojos y pude verles a ellos dos, estaban muy concentrados viéndome brincar encima de Rafael al tiempo que se estaban masturbando ambos, pero Fabián lo hacía más lento, pero Paul lo hacía más intenso, él quería terminar al parecer, al verles solo me éxito más, ver que estaban fantaseando conmigo, era la dueña de sus erecciones y pensamientos. Solo volví a cerrar mis ojos llevándome esa imagen y comencé a brincarle más rudo a Rafael. Al tiempo le conteste.

–        Si, si me gusta tu verga dentro. –Le conteste su pregunta después de un rato, entre falta de respiración y pausas por lo mismo le pude decir eso.

–        Eres una puta bien hecha cariño.

–        Lo sé, soy tu puta. –Me moví más rápido aun y seguí dándole, coloque mis manos esposadas en la pierna izquierda de Rafael para tener más impulso y seguí.

–        Eres nuestra puta. –Dijo Fabián interrumpiendo mis gemidos.

Solo abrí los ojos y me le quede viendo a Fabián, como se masturban mientras yo brincaba, sentir como mis pechos rebotaban de un lado a otro en mi pecho se sentía excitante también, me hacía sentirme toda una puta y eso me gustaba, a decir verdad esto ya era algo bueno, de habérmelo pedido nunca hubiera aceptado, pero ahora no me encontraba arrepentida de nada de esto. Total estaba teniendo sexo con mi amor y los acompañantes les di cariño, no había nada de malo.

–        Claro, soy la puta de todos. –Le conteste a Fabián, mientras seguí moviéndome. De pronto Rafael me detuvo un poco y dijo.

–        Espera cariño, vas muy rápido, me vas a hacer venir. –Me dijo Rafael eso, al parar me volteo en dirección hacia él, me dio la vuelta sobre su pene sin sacarlo de ahí, al terminar de colocarme, mira como levanto una de sus manos y con el dedo índice le señalo a Fabián que se acercara. Imagine rápido para ver el espectáculo más de cerca o venirse en mi cuerpo, no supe si permitírselo o no pero total no quería parar de tener relaciones, quería más pene.

–        Eres deliciosa cariño, ahora muévete más lento encima de mí. –Le obedecí, al tiempo que comencé a moverme más lento, el coloco sus manos en mis nalgas y comenzó a darme ritmo desde ahí lento a como él quería, al tenerlo frente a mis ojos, lo vi y lo bese muy apasionadamente cuando de pronto pude sentir como jalo mis nalgas en lado contrario de una de la otra, mientras me seguía moviendo.

–        Se ve deliciosa. –Dijo Fabián estando detrás de mí, de pronto abrí los ojo y comprendí todo, pero fue muy tarde, Fabián coloco su pene detrás de mi hoyo anal y Rafael levanto más mi trasero dejándolo más cómodo para él, sin mucha consideración Fabián la metió de golpe en mi ano sin darme tregua.

–        ¿Qué tal, está bien rica la perra verdad? –Le pregunto Rafael a Fabián. Mientras yo no pude hacer nada, trate de empujarle para que se quitara de ahí, pero no pude hacerlo, mis manos no me dejaban mucha facilidad para hacer fuerza esposadas en mi espalda.

–        Está bien apretado aquí. –Dijo Fabián, al tiempo que grite y trate de decirles que me dolía a horrores.

–        Me duele, Fabián sácala, me duel…. –Fui interrumpida de golpe con un beso fuerte de Rafael y no me dejo hablar, trate de quitarle, trate y trate, solo se escucharon mis “mmmmmmmggg mmmmMMMHH” de dolor, trate de quitarme pero Rafael puso sus manos en mi espalda y Fabián en mi cadera, los dos oprimiendo mi intento de escapar, de pronto Fabián comenzó a moverse dentro de mi ano, comenzó a mover el muy imbécil, el dolor era desgarrador, trate y lucha ahora con más fuerza y al tiempo que lo logre quitar a Rafael de mi boca para gritar

–        Me duele, quítate de ahí, por atrás no porfav….. –Fabián me tapo la boca con su mano y siguió su mete y saca por mi hoyo anal, estaba a su merced y no había quien me ayudara, eran unos barbaros los dos conmigo, querían destrozarme, Rafael se pasó a seguir chupando mis pezones y jalarlos al igual que lo hizo Paul.

Fabián movió su cadera con mucha más fuerza en mi hoyo anal, lo embestía con ira y fuerza, podía sentir que me quería destruir mi hoyo, no le importaba nada lo que yo sintiera a ninguna de ellos, solo se escuchaban mis gritos de dolor por debajo de la mano de Fabián, Rafael seguía chupan mis pezones al tiempo que poco a poco comenzó a mover su pelvis para poder levantarme poco y poder sentir placer en su pene, era horrible sentir los dos penes como se tocaban por dentro de mí, solo teniendo una pequeña tela de mis intestinos que los dividían, ambos se tocaban y yo sentía el rose de ambos dentro de mí, era horrible y fuerte la situación, pero no pararon, siguieron con su mete y saca sin piedad sobre mí, al poco tiempo comencé a dejar de llorarles, a lo que Fabián me dijo.

–        Quiero destrozarte ese culo tan rico que tienes –Me dijo a mi oído Fabián.

–        Tus tetas también son riquísimas cariño. –Me dijo eso Rafael al tiempo que volvió a chupar mis pechos, pezones y siguió moviendo su pelvis. Baje un poco mi mano y la puse en mi sexo para sentir algo extraño, al levantar mis dedos frente a mis ojos pude ver, era sangre, me había quitado mi virginidad Rafael, pero no me dolió tanto como me habían platicado, solo lo ignore y me deje llevar.

Siguieron diciendo un sinfín de cosas como puercos sobre mí, de que tanto me disfrutaban, eso me comenzó a gustar, y de pronto Fabián quito la mano de mi boca al darse cuenta que mis gritos se convirtieron en gemidos de placer para colocar su mano de nuevo en mi cadera, al tener ambas en mi cadera, comenzó a darme con más fuerza y mover más mi cuerpo de un lado a otro, pero Fabián se las ingenió para que sus movimientos ayudaran a Rafael de tal manera que me movía mucho sus embestidas tanto hacia enfrente como hacia arriba. Ambos agarraron ritmo sincronizado, cuando el pene de Fabián salía, el pende de Rafael entraba, y viceversa. De pronto se escuchó un ruido extraño de gas o algo así, una botella destapándose, era Paul que al parecer tenían cerveza ahí y él había abierto un cuartito de botella de cerveza, comenzó a tomarla y al tiempo que se bebía la cerveza.

–        ¿Te gusta puta? –Pregunto Fabián.

–        Claro que le encanta, escucha los gemidos de la puta. –Dijo ahora Rafael, a decir verdad me estaba gustando ser penetrada de esa manera, me hacía sentir una sucia y una muñeca sexual, un juguete de ellos, nunca me había sentido tan deseada y tanto erotismo en mi cabeza.

–        Sí, me gusta, me encanta. –Les dije ambos entre falta de aire por gemidos.

–        Te gusta que te destroce el culo. –Pregunto Fabián al tiempo que daba con más fuerza, mas no más rápido.

–        Si, destrózame el culo, rómpemelo todo. –Le conteste con un tono de voz alto entre gemidos.

–        Eso are puta, te voy a partir en dos con mi verga. –Dijo Fabián sin bajar el ritmo de fuerza en sus penetradas. Al tiempo Rafael me seguía chupando los pezones pero con mucha fuerza, quería arrancármelos, me dolía mucho pero me excitaba ese dolor.

–        Si, que me lo destroces te dije, es todo tuyo mi culo…. Tu amor sácame leche a tu princesa, con más fuerza Rafael. –No supe porque decía eso, pero me encontraba envuelta en algo nunca antes había sentido en mí.

–        Eres toda una puta. –Dijo Rafael a mi oído.

–        Soy tu puta. –Le conteste a su comentario anterior.

Sin más que poder hacer más que ser su platillo al cual se estaban comiendo y compartiendo, creo que al final acabe cediendo a todo lo que ellos querían y me deje como dicen por ahí “querer” por ellos, sus arremates en mi ano y la doble penetración que hacia Rafael al mismo tiempo que sus chupetones en mis pechos, cuello y boca eran muy eróticos y excitantes, el acto de sexo continuo por un tiempo más.

–        Ohh siento que ya termino –Dijo Fabián entre gemidos de placer de él, al tiempo que sus embestidas se volvieron aún más fuertes, le daba con más motivación a mi hoyo, era brusco y eso me gustaba.

–        Termina dentro de la puta. –Dijo Rafael.

–        Es lo que hare, toda mi leche se la dejare ir dentro. –Dijo Fabián respondiendo a Rafael. Por mi parte solo me quede en mi viaje de placer escuchando eso, a decir verdad la idea me encantaba, estaba en un estado ya fuera de mí, todo lo sucio y erótico era placentero.

–        Ohh puta, trágate toda mi leche! –Dijo eso al tiempo que sus embestidas se volvieron más lentas pero sin dejar de ser fuertes, comencé a sentir un líquido dentro de mí, era obvio, Fabián se estaba terminando dentro de mi ano, al sentir esas cosas y imaginar que estaba en la sima del placer Fabián, comencé a menearle mi trasero, de una manera que le pareciera placentero, comencé a hacer el trabajo en su pene con mi ano, al hacer el mueve y mueve en mi hoyo y comencé a apretar el agujero.

–        Ahhhh eres una puta, te encanta tenerla dentro, se siente tan rico. –Dijo eso Fabián, esas palabras de felicitación por lo sucia que estaba siendo y lo placentero que era para el esas cosas, por hacerle sentir todo eso en su pene. Fue cuestión de un tiempo para que Fabián sacara su pene de mi ano y se sentía como se creó un pequeño rio de goteo del semen que me inyecto en mi ano, y al parecer por fin mi ano comenzó a descansar de la agotadora penetración que me arrimo, sentía como se fruncía, abría y cerraba, por fin descansaba.

–        Ahora solo quedo yo puta. –Me dijo eso ultimo Rafael, al tiempo que me bajo al suelo, me tomo de la espalda y bajo rápido, a decir verdad fue algo rápido que tuve un leve golpeo en mi espalda, pero sin caer en algo grave, me levanto las piernas y me abrió todo lo que pudo, coloco cada una de mis piernas en sus hombros y acomodo su pene en mi vagina, lo mire a los ojos y el a mí, se acercó y me volvió a besar al tiempo que pude sentir como su pene entraba en mi vagina.

–        Me encanta, me encanta que me cojan. –Le dije sin pensar, salió de mi sin analizar lo que dije o diría.

–        Eres una puta, es normal. –Al tiempo que deslizaba su mano por mi pierna y la otra en mi pecho, me penetraba al tiempo que me tocaba todo lo que podía, su boca aterrizo en mi cuello, todo eso junto, era toda suya, y él lo sabía.

Comenzó su mete y saque de mi vagina, todo lo que sentía en ese instante solo se podía resumir en simples palabras “Intenso placer” nunca había tenido un pene dentro de mí, y sentir todo ese grueso y rico pene en mi vagina lo hacía riquísimo.

En tanto placer y metidas de Rafael, me encantaba sentirle dentro de mí, en unos minutos que pasaron, me tomo de la cadera y me volteo con mucha fuerza y sin avisar y me coloco de perrito en cuatro, al hacer eso solo me acaricio mis nalgas para luego chupeteármelas con mucha fuerza con su boca.

–        ¿Por qué no te había hecho esto antes? Robarte  y cogerte, estas bien rica. –Dijo Rafael al tiempo que seguía con su chupetones, al tiempo se quitaron sus caricias para el segundo decir. –Mira tu culo como te lo dejo Fabián, todo abierto, eres una perra sucia cariño.

–        Es una perra, me la trago toda y al final apretó su culo cuando me estaba viniendo, sabe cómo hacer sentir a un hombre y es primeriza, que le espera en el futuro, va a ser la reina de las putas. –Dijo eso Fabián a todos en voz alta, al tiempo que todos reían de su comentario, a mí no me interesaban sus comentarios, solo me excitaban más escuchar cosas así de mí. Fabián camino y abrió una botella de cerveza para tomar, dio un trago tan fuerte que se escuchó en toda la habitación, era muy refrescante para él y la Saborío.

–        Pásame una botella de cerveza a mí también. –Dijo Rafael, al pasársela, la abrió y dio unos tragos fuertes.

–        ¿No quieres una cerveza tú también? –Me pregunto Fabián, al tiempo que me puso una botella en mi cara para abrirla, pero al estarme sosteniendo en cuatro no pude y cuando pensé hincarme para hacerlo, Fabián salió rápido su voz para interrumpir.

–        ¡No! No le des, es una puta y la quiero en sus cinco sentidos mientras es cogida, que sepa de lo que se estuvo perdiendo. –Dijo Rafael, al tiempo que comenzó a recorrer la cerveza fría por mis piernas, la botella estaba heladísima y me puso la piel de punta, pero no me dejaba moverme, me tenía dándole un pasaje detrás de mi aun, aunque me cansaba un poco de estar de perrito, él no me dejaba moverme.

–        Que rico moviste tu culo niña ¿Te gustaba sentir mi verga dentro de ti verdad? –Me pregunto Fabián. Solo quede en silencio, no supe que contestar, aunque el placer no estuvo ahí, fue erótico y ayudo a mi mente a sentir un viaje en mi cabeza y sentirme una puta.

–        Te preguntaron algo, contéstale. –Al tiempo que Rafael me ordeno contestar, me nalgueo con fuerza para que contestara.

–        Sí, me encanto. –Contesta en voz baja, con un poco de pena.

–        Más fuerte. –dijo Rafael, al tiempo que me arremato otra nalgada.

–        Si me encanto sentir la verga de los dos dentro de mí. Ser su juguete. –Les conteste con fuerza.

–        Increíble, si te encanta todo esto verdad puta. –Dijo Fabián. –Deberíamos darle una cerveza esta que sudando a chorros, de la exhausta situación que vive la puta. –Volvió a decir Fabián.

–        Le sienta bien a la muy puta sudar. –Al tiempo que decía eso, Rafael e dio otros tragos fuertes a su bebida y la tira lo botella vacía, metió sus dedos en mi vagina y los movió con un poco de velocidad, fue rápido como salió un gemidos rápidos de mí.

–        Ohhhh mmmmhhhh aaahhhmmm –Salieron sin pensar. No se detuvo de su acto.

–        Mira como le gusta a la puta, si le encanta que le metan las cosas. –Dijo Fabián, al tiempo que de unos segundos más sin dejar de meter sus dedos en mi vagina, Rafael se acomodó su pene en mi vagina para arrematar su metida sin avisar en mi vagina, de golpe me saco un gemido más fuerte, para luego continuar con su mete y saca sin dejar tregua a mí, era tan rico, sentir como su pene atravesaba mi vagina hasta el fondo.

–        Me encanta, sigue así. –Le dije sin pensar a Rafael.

–        ¿Te gusta puta? –Pregunto Rafael al tiempo que daba con más fuerza.

–        Sí, me gusta mucho, dame más, dámelo. –Le dije entre gemidos.

–        Eres una sucia, dame otra botella, tengo calor. –Dijo Rafael. A lo que Fabián abrió otra botella y se la paso y comenzó a tomarla veloz mente, tomaba mientras me cogía, podía escuchar sus tragos y sus gemidos de placer al sentir refrescamiento por la bebida, todo eso sin dejar me metérmela.

–        Que tal, esta deliciosa. –Pregunto Fabián. Al tiempo que rio Paul para decir.

–        ¿La bebida o la mujer? –Dijo Paul, todos rieron de su broma pero Rafael no paraba de cogerme.

–        Te encanta sentir mi verga dentro verdad. –Me dijo eso Rafael al tiempo que me tomo de la cintura con sus dos manos para aumentar la fuerza de las embestidas, pero no dejo la botella, de pronto la sentí en mi cintura caliente, me dio un pequeño brinco.

–        ¿Qué pasa cariño? Es por la cerveza. –Dijo Fabián

–        Mira este culo, tengo una vista maravillosa. –Dijo Rafael. Al tempo que seguía envistiendo mi vagina y todo mi trasero, aun sentía un poco de dolor en mi Ano, eso solo le hacía fruncirse, abrirse y cerrarse, la verdad que fue una buena cogida la que me arremataron.

–        Mira esta vista, es tan deliciosa, ver todo tu culo destruido. –Dijo Rafael. –Por la cogida que te dimos ¿Qué pasa cariño, aun sientes algo de dolor? ¿Qué te parece si te doy un poco de cerveza, dicen que son eso el dolor pasa? –En esos instantes que dijo eso, pensé y no era mala idea, hacía calor aunque no acostumbro tomar, hacía calor ahí.

Pero no fue como esperaba, en plena metida y sacada de su verga en mi vagina, pude sentir como la mano de la botella se separó de mi cintura y de golpe sentí que algo me entro sin avisar en mi ano lastimado, era la botella fría de cerveza, me metió la botella del cuello para tomar dentro de mí, di un salto y trate de quitarle pero el solo la oprimió con más fuerza y me causo mucho dolor, me tomo de la cintura y no dejo que me moviera de ahí, comencé a sentir como coloco un dedo y lo metió a lado del cuello de la botella.

–        Por favor, sácala, esta helada y además me duele. –Le suplique a Rafael, pero en vano, no hizo nada de caso a mis suplicas.

–        Amor, pero que dices, si se nota que tienes calor, un poco de cerveza te ayudara a relajarte. –Sentí poco a poco como al entrar su dedo en mi ano, logro quitar el vacío dentro y comenzó a salir cerveza dentro de mi ano, estaba súper helada.

–        Por favor, déjame, sácala de ahí, esta heladísima. –Le grite en suplicas de desesperación.

–        Tómatela toda cariño, metió más la botella dentro de mi hoyo anal, le metió con mucha fuerza y seguía sintiendo como se descargaba toda la cerveza dentro de mí. Al tiempo de ello, comenzó a cogerme con fuerza, mientras el líquido se derramaba dentro de mí. Comenzó a escurrirse por mi hoyo hacia afuera, de lo mucho que era y se había llenado, pero el empujo más la botella con una mano mientras con la otra me sujeto de la cintura para que no escapara, tenía casi toda la botella dentro de mi ano.

–        AHHHHH, por favor saca la botella, me duele, está muy grande, me duele mucho. –Pero no le convencí, no la saco de ahí y solo dejo su mano arriba de la botella para que no la empujara, mientras que con la otra me comenzó a apretar de la cintura, para asegurar que no me zafara.

–        Tómatela toda cariño. –Dijo Rafael, me metía y sacaba su verga con fuerza, al estar por un tiempo así, el dolor anal se esfumo un poco de mmi mente, lo ignore y comencé a dejarme llevar de nuevo, mis gemidos regresaron a mi cuerpo.

–        He escuchado que por el ano, que las drogas o bebidas funcionan más, así que fue mejor aprovechada cariño, dalo por hecho. –Dijo Fabián.

–        Ohh que rica estas. –Decía Rafael, su suculento sabor de su pene en mi vagina era mutuo al que yo sentía, Rafael siguió con sus embestidas con fuerza sin sacar la botella de ahí, de pronto después de varias veces y mucho tiempo, su mano dejo de hacer presión en la botella y la coloco en mi cintura, la botella fue cuestión de tiempo para que saliera y cayera al suelo, el por otro lado me apretó fuertemente mi cadera. –Me vengo, estoy por terminar, voy a terminar. –Término diciendo Rafael.

–        No termines dentro de mí –Le ordene rápido entre gemidos.

–        No me das órdenes estúpida. –A lo que arremato con más fuerza en mi vagina su pene, me castigaba por mis palabras y sus embestidas me movían todo mi cuerpo y sacaban fuertes gemidos de mis entrañas, eran espasmos de placer muy ricos.

–        Tíralos dentro, quiero sentirlos. –Le dije al no tener solución y dejarme llevar por la excitación.

–        Ya casi, ohhh ya casi. –De pronto en palabras de Rafael, comencé a sentir algo dentro de mi cálido, él se había venido dentro de mí, en ese momento no me preocupo mucho las consecuencias de ello. Además no tenía opciones, solo dejarme llevar.

Al terminar Rafael, se tiro hacia atrás y me quede de cuatro patas, Paul se levantó de su silla y me lanzo hacia atrás, me tomo de las piernas y me levanto en sus brazos, era increíble su fuerzas y al parecer de ase tiempo quería penetrarme, yo solo lo mire asombrada de ver cómo me levanto de esa manera. Sin darme cuenta, Fabián había puesto en el tiempo que Paul me levanto, una cuerda con un gancho en el techo, que la cuerda pasaba por sus manos para acabar haya arriba, Fabián la ato a  la puerta que lleva al sótano, para luego acercarse a mí y abrir las esposas, al sentir todo eso, me descansaron las manos y Paul comenzó a besar mis pezones y jalar, una vez más era juguete de otro hombre. Sin avisar Paul me dejo caer al suelo, me di un fuerte golpe en el suelo con mis rodillas, no les importaba nada mi seguridad, me querían humillar, no era más que un trapo donde meter su pene, Fabián se acercó a mis manos y las levanto rápido, puso las esposas de nuevo en las manos, todo fue tan rápido que no lo vi venir, para luego meter la cadena de las esposas en el gancho, de pronto sentí un jalón fuerte de mis manos, me levanto Paul jalando de la cuerda y al estar de puntitas con mi dedo pulgar de los pies, me quedaron ahí un tiempo viendo, yo solo los voltee a ver, pero no dije nada, era obvio que solo me acomodaban para disfrutarme más. Sentía un poco de dolor de los brazos al estar soportando mi peso de ahí y aún más en  mis muñecas, las esposas me apretaban mucho y ahí estaba casi todo mi peso. Pero sin más Paul amarro la cuerda para que yo permaneciera en esa altura, al terminar se acercó a mí y sonrió al tiempo que voltio a su grande verga, era obvio lo que iba a pasar. Yo solo desvié mi mirada, estaba avergonzada y me sentía humillada, la verdad no pensé como es que acabe en esto. Comencé a hacerme preguntas en mi cabeza ¿Por qué me paso esto a mí? ¿Qué hice para merecer esto? Y muchas cosas más.

–        Ahora perra, te voy a coger como nunca nadie más lo había hecho. –Me dijo eso Paul a tiempo que me tomo de mis piernas y las acaricio, trate de subirlas a sus hombros pero el rápido me lanzo, eso me provocó un gran dolor en mis muñecas, al balancear todo mi peso en ellas, rápido busque con mis dedos pulgares el suelo para apoyar el peso y hacerlo menos doloroso.

–        Me duele, suéltenme por favor ¿Por qué me hacen esto? No les hecho nada. –les dije en llanto, estaba tan asustada y adolorida.

–        Nada, no nos has hecho nada, solo tuviste la mala suerte de estar muy buena y deliciosa. Eso fue tu error, y para tu mala suerte nos topaste a nosotros. –Dijo Paul al tiempo que me rodeaba para colocarse en mi espalda.

–        Por favor, déjenme ir. –Le suplique más en llantos. –No le diré a nadie, se los prometo. –En el mismo instante que decía eso, el me tomo de la cadera y jalo hacia atrás, despegando mis pies del suelo y dejándolos en el aire, solo apoyada de mis muñecas y me jalo todo lo que pudo, todo solo para ajustar mi trasero a la altura de su pene, no podía tocar el suelo no podía hacer nada, ni jalar ni hacer fuerza, era más un saco de carne colgado de una cuerda.

Paso una mano por toda mi cintura para tomar apoyo y con la otra mano la puso por fuera de mi vagina, pero al parecer dudo un rato de que hacer, pero se retractó de ello y decidió cambiar el hoyo a donde apuntar, coloco su pene en mi ano y dijo.

–        Quiero que me sientas dentro de ti con toda tu alma. Que sientas cada milímetro de grosor de mi verga. –Al escuchar esas palabras de Paul, solo se me enchino la piel, su pene era muy grueso, anteriormente había tenido una botella, pero no logro entrar toda, solo poco del final y un poco del cuello del a botella, pero nunca llego a la parte gruesa, el pene de Fabián no era tan grande como el de Paul, ese monstruo ya lo había tenido en mi boca y era muy grande, me aterrorizo escuchar todo eso.

–        Por favor, suéltenme, se lo suplico –Llorando con toda mi alma, fue inútil de nuevo.

–        No seas injusta cariño, ya todos te penetraron, ahora me toca a mí.

De pronto comenzó a meter su pene en mi ano, era grande y grueso, pude sentir como su cabeza comenzó a abrir mi hoyo y como el muy maldito sin dejarme tregua, comenzó a perforarme con lentitud pero sin parar y ni batallar, con la fuerza que tenía supongo que para el perforar algo tan delicado como eso fue como atravesar con un dedo una hoja de papel mojada, ningún esfuerzo, aun que para esa hoja de papel era como estar muerta.

–        AAAAhhhhh me duele! –Grite con mucha fuerza. –AHHHH MMM Ayúdame Rafael, AHHHHAAAAAAAA. –Seguí gritando por el monstruo que estaba recibiendo dentro de mí, era un horror, quería estar muerta, le grita a Rafael que me ayudara pero no hizo nada.

–        ¿Qué pasa linda? ¿no era lo que querías hace un rato con ellos? –Me dijo Paul mientras reía al introducir su pene.

–        Ahhmm por favor, sácalo, Rafael ayúdame, si me amaste ayúdame, aaaaaggghhh me rompes en dos. –Le suplique, hasta el llanto se había ido ya, era una voz desesperada, me estaba muriendo por dentro del dolor.

–        Te dije que me sentirías hasta tu alma dentro de ti. –Dijo Paul, cuando sin descanso después de meterlo todo, comenzó a moverme de la cintura de afuera hacia dentro, el muy infeliz no tenía que moverse, solo me movía a mí, total yo estaba columpiada en esa cuerda, no le daba ni esfuerzo violarme.

–        Rafael, ayúdame, que lo saque, me duele a horrores. –Voltee a Rafael a ver y pedirle ayuda, pero la tenía parada de nuevo, y se estaba masturbando, tanto como Fabián y Rafael estaban en shock viendo todo eso muy excitados masturbándose.

–        Nadie te va a ayudar, te diré algo, vas a sufrir mucho niña, así que si quieres puedes cerrar los ojos y gritar, aunque nadie te ayudara. –Mientras Paul decía esas cosas, comenzó a moverme con un poco más de velocidad, mis gritos aun siguieron y mis imploraciones de ayuda no pararon, fue inútil, nadie fue en mi ayuda

Nadie me ayudo, suplique y suplique pero nadie llego y nadie ayudo, el tipo ese llamado Paul, solo continuo moviéndome a mí, y continúe sintiendo como su pene salía y entraba en mi ano, comencé a sentir como un leve goteo comenzó a deslizarse por mis piernas, al sentirlo en mi rodilla, voltee a ver que era entre metidas de Paul y mi llanto, pude ver que era sangre, ese Paul me está destrozando mi ano, lo peor de todo es que el dolor no era nomas en ligamento anal, era en mis entrañas, sentía como su cabeza golpeaba mi estómago, el la metía toda sin dejar nada fuera, eran unos 22 cm de pene y un grosor enorme. Casi imaginaba que se podía ver un bulto en mi estómago de como golpeaba su pene y sobresaliera sobre mi piel, aunque nunca pude comprobar, por la inclinación no podía ver, me tenía a su placer y antojo, su mete y saca no paro ni un poco, al contrario, fueron mejor dados, en cada metida sentía como me inclinaba mucho hacia adelante para aprovechar cada cm de su pene y quedar casi de fuera y luego me volvía a jalar a su dirección entrando todo, entraba todo lo que se podía, preferiría estar muerta, seguí suplicando pero nunca me dejo ir, nunca dejo de cogerme.

–        Ohhh, me encantan las mujeres, tienen tan apretado ahí atrás, a mi novia no puedo hacerle estas cosas. –Me dijo Paul mientras me cogía con violencia ahora, dio más arrematadas y me jalaba con fuerza, se escuchaba solo mis gritos de dolor y los golpes de mi cuerpo chocar con su pelvis.

–        Por favor, déjame ir –le volví a suplicar, pero estúpidamente fue en vano de nuevo. Siguió metiendo y sacando su pene, el me disfrutaba con toda su alma y disfrutaba mi dolor.

–        No, estas bien apretada, y lo mejor es que ya comienza a escurrirse la cerveza, eso me hace sentir la punta de mi verga helada, es una bella sensación. –Rio Paul mientras me dijo eso y seguía moviéndose.

De aun instante, y para mi suerte pero ya muy tarde, ya con mi espíritu roto y mi cuerpo destruido, termino Paul, imagino su duración no fue tan buena por estarse dando placer con su mano de hace tiempo, me soltó después de descargar toda su leche en mi ano al igual que Fabián, al sacarle me dolió mucho y mi ano no recobro su tamaño que debía, sentía una pequeña corriente de viento por ahí, me había desfigurado mi Ano.

–        No te preocupes por tu culo, volverá a tamaño normal después de un día o dos, en cuanto a cómo estuviste, te doy un 10, apretaste mucho aun que me ya te había cogido Fabián y Rafael había metido una botella, me hubiera encantado metértela con el culo bien cerrado, claro, eso te hubiera desgarrado y desangrado y talvez ya no vivirás para contarlo, pero hubiera sido riquísimo mamacita. –Me dijo eso al tiempo que se sobaba su pene mientras bajaba de tamaño, volví a ponerme de puntitas y llorando del dolor que me había causado. Fabián se acercó a mí y levanto mis piernas y las enrosco en su vientre, para poner su pene en mi vagina y volverme a coger, yo ya no tenía fuerzas para luchar.

–        Te quiero coger, me quede con más ganas de ti, con eso que vi me prendí mucho. –Me comenzó a coger ahí de nuevo enfrente de todos, yo no conteste nada, ni placer había en mí ya, solo una alma destrozada se podía ver, seguí y deje que las cosas pasaran, después de otro tiempo que ya ni horrendo era para mí, Fabián termino dentro de mi Vagina, no hubo ningún quejido de parte mía, ya no quería ¿para qué? De nada servía.

–        Ahora sigo yo. Dijo Rafael, pidió que me desamarraran y al ponerme pie de nuevo y tener control, me puso sus manos en mis hombros y me hizo hincarme.

–        Parece que no tiene ganas de nada ya –Dijo Paul.

–        Claro que tiene, mámamela toda, es la única área que no está toda usada. –Dijo Rafael.

Sin más que hacer y ni más que luchar, obedecí y comencé a mamar su pene, hasta mala suerte tuve que la mayoría de ellos estaba por encima del promedio de tamaño de penes, no era tan grande como el de Paul, ni será pero tenía un buen tamaño. Seguí mamándosela.

–        Ohhh, que rico lo haces cariño. –Me dijo eso Rafael, seguí y chupe con fuerza, quería que todo terminara ya, pero en mero morbo y por ser Rafael, comencé a sentir cosquillas en mi vagina y la necesidad de más sexo. Me excite un poco y entre mamada y mamada le di más fuerte.

–        Te gusta mi amor. –Le dije mientras mamaba su pene.

–        Ohhh si, eres la mejor de mi vida. –Dijo Rafael, a lo que de quise bajar mis manos a mi vagina y comenzar a tocarme, ya que estaba como renacuajo con las piernas abiertas. Y de curiosidad pase una de mis manos por mi ano y me dolió de solo tocar suavemente, podía sentir la sangre y semen mesclados en mis dedos. Pensar en cómo llegue a eso y juntarla con la mamada de Rafael, me éxito pensar en lo que acababa de pasar, volví a sentirme mojada de nuevo.

–        Cógeme Rafael, quiero que me cojas de nuevo. –Le dije eso entre mamadas.

–        Claro que eso va a pasar, todos lo haremos hasta hartarnos de ti. –Dijo Rafael.

Me levanto, para luego hacerme avanzar hacia la mesa y me puso de espaldas para él, me aventó ahí y comenzó a metérmela de cogerme de nuevo, yo volví a disfrutar de todo aquello rico que se podía sentir, siguió metiéndomela y metiéndola, al tiempo termino y regreso Fabián, el me voltee en la mesa y me sentó arriba, puso mis pies a lado de mi cadera toda abierta y me cogió, cuando termino, se acercó Paul y ahora me dio por la vagina al igual que todos, pero este último me levanto como al principio en sus brazos y me comenzó a coger entre sus brazos, gemí y gemí toda la noche como puta, para ser mi primera experiencia fue larga, fuerte y placentera. Cuando todo parecía haber terminado y todos ya cansado y exhaustos. Yo ya un poco influenciada por la bebida que me dieron por detrás. Me dio un poco de sueño y a ellos también. Me dormí en encima de la verga de Paul,  mientras que los demás se durmieron en el piso.

Al siguiente día que desperté, estaba todo oscuro, no se veía nada, todo a oscuras pero mis manso estaban atadas, mi boca amordazada y mis pies amarrados, no podía moverme. Dure ahí por horas para luego escuchar sonidos y voces. De pronto después de tiempo hubo luz en la habitación, estaban abriendo la puerta, era un señor de edad el que entro por ahí y Rafael, me pregunte qué relación pueden tener ellos.

–        ¿Esta es la niña? –Pregunto el señor.

–        Si, a decir verdad te la quería dar sin estrenar Tío, pero era mi novia y le traiga ganas. –Le dijo Rafael.

–        Que tonto eres Rafael, sabes bien que sin estrenar valen 10 veces más. –Contesto el señor, al tiempo que se acercó a mí y al hincarse dijo –Prende la luz de la habitación, está muy oscuro aquí Rafael.

–        Si tío, ya voy. –Rápido prendió la luz de la habitación y el señor me comenzó a admirar ahí sentada en la esquina. Yo estaba asustada pero no puede haber algo peor de lo que ya me hicieron pensé.

–        Es muy hermosa, nos podrá servir, pero –El señor sin pedir permiso y ni ser respetuoso, me voltee de golpe, colocándome de perrito pero con mi cara en el suelo y mis manos atadas a mi espalda. Me comenzó a ver todo mi trasero. –Jugaron fuerte, como puedo ver esta muy lastimada, así a nadie le va a gustar, tenemos que dejarla reposar unos 10 días o 15 para que pueda recuperar su elasticidad de casi como nueva.

–        Lo que usted diga tío. –Contesto Rafael.

–        Como es casi virgen, es casi nueva, podemos conseguir un buen precio ¿Gravaste todo lo que le hicieron? –Le pregunto el señor a Rafael. Yo estaba muy atenta a la conversación y tenía mucha hambre y sed, pero no podía hablar, de pronto razone y me puse atenta por escuchar la palabra “gravaste”.

–        Si tío, había cámaras en toda la habitación del acto, por todos los ángulos, eran como 30 cámaras. –Contesto Rafael

–        Perfecto, mandare a los especialistas de edición para que editen un buen video y lo venderemos a buen precio con nuestros clientes, en cuanto a todo esto, llévense a la niña. –Le ordeno y entraron unos hombres fuertes a la habitación y me levantaron para luego sacarme de la habitación.

–        ¿Fue un buen botín verdad tío? –Pregunto Rafael.

–        Si hijo, te recomenzare bien, en cuanto a lo demás, usaremos el mismo video que le venderemos a nuestros clientes para promocionarla. –De pronto comenzó a dirigiré a sus hombres para decirles –Quiero que al vender el video a los clientes, digan que la niña esa no ha sido vuelta a usarse después de la grabación, para que se venda a buen precio. Usaremos ese video como promoción aparte que lo venderemos.

–        Wow tío, eres bueno en esto. –Dijo Rafael, antes que saliera totalmente de la habitación escuche todo eso.

–        No por nada soy el Señor Rodríguez sobrino, somos buena familia y a temer en negocios. –Dijo ese señor al tiempo me sacaron de lugar de esa casa

Me aventaron a la parte trasera de una camioneta de carga, de esas que usan común mente las perreras para sus animales.

–        Diviértete cariño, serás usada hasta estar vieja y fea por hombres. –Al tiempo que me dijo eso me sonrió y tiro un beso. De pronto aparece el señor ese al cual llaman Rodríguez.

–        ¿Cómo se llama la niña? –Pregunto el señor Rodríguez.

–        Evelyn –Dijo Rafael, para después un tipo acercarse a mí y ponerme una inyección en mi nalga, no pude hacer nada, solo sentir, ya que aún estaba toda amarrada y amordazada.

–        ¿Cuántos años tiene la niña esta? –Pregunto el viejo Rodríguez.

–        17 años, es un buen producto tío. –Dijo Rafael.

–        No diría que hiciste un muy buen trabajo, la usaste antes, pero podremos venderla por un buen precio o rentarla. Por ahora solo llevémosla ya para trabajar en ella. –Dijo por final este señor, para después cerrar las puertas de la camioneta.

Al estar ahí sola a oscuras, pude escuchar como el camión comenzó a avanzar y no se podía ver nada, no podía ni gritar, estaba muerta de miedo, pero sin más al poco tiempo comencé a sentir mis parpados muy pesados, para luego convertirse en algo sin poder evitar, algo me inyectaron para dormirme, sin decir más, caí en sueño y ya no supe nada mas de mí.

 

Continuara…