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Evelyn - RedHeels Club (SanHistorias SAGA) Parte 2

en No Consentido

Para aquellos que no les gustan mucho la historia y les gusta más el acto sin muchas vueltas, abajo en la lectura, les dejare una indicación desde donde pueden empezar a leer con un resumen muy pequeño que los lleva casi directo a la acción erotica del relato

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Ejemplo con el resumen de la separación de la historia

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Aquellos que disfruten de una historia completa, aquí abajo comienza la historia, Disfruten ;)

Dure sin poder saber nada de nadie en más de un mes, me tenían encerrada en una habitación donde solo había una cama y unas cuantas sabanas para pasar las noches, donde solo tenía contacto con un tipo que es el que me traía la comida, que por cierto no hablaba nada y de vez en cuando me abrían una puerta daba a un baño para que me lavara, en cuanto a ropas solo disponía de un short, que me daban uno nuevo cada cierto número días para cambiarme, en cuanto a arriba, me daban una camisa de tirantes y al igual que el short, me lo cambian cada cierto tiempo de días, era un horror estar ahí, nada de ropa interior, solo lo suficiente para tenerme viva.

Nunca pensé que algo así pudiera pasarme a mí, yo confié en mi novio, aun como estúpida no confié en mis padres en decirles a donde iba, dure más de un mes ahí metida, debieron estar muy preocupados mis padres por mí, si había comido, si estaba bien, si aún estaba con vida, si nadie me ha lastimado y muchas cosas más debieron pasar por sus mentes en ese mes.

Quien diría que un hombre tan amable y amoroso sería una persona que trafica mujeres, el solo me invito a salir e ir a un concierto diciéndome que la pasaríamos genial pero por cuestión de la hora no me darían permiso, y estaba en todo lo correcto, para solucionarlo me escape de noche y me fui con él, pero nunca llegamos a ese lugar, me llevaron a una casa en la nada, donde ahí abusaron de mi sus amigos y el sin descansar hasta saciarse de mí. Para cuando por fin me dejaron y llego el amanecer, llego un tipo, hablaron de mi como si fuera un producto, de cosas como venderme, rentarme y muchas cosas más, para luego empacarme en una camioneta y traerme a este sucio lugar. No sabía ni donde estaba, desde que desperté estuve ahí, sin que nadie me diera una explicación, donde tan solo mis llantos eran lo único que me a acompañaba en mis primeros días para luego ser solo mi soledad.

Fue cuestión de unos cuantos días para que una señora pasara por esa puerta, al acercarse a mi comenzó a verme, me ordeno que me parara y comenzó a verme todo mi cuerpo.

–Quiero que te pares niña –Me ordeno la mujer esa, que bestia de una manera muy elegante, era alta, rubia y de facciones muy bonitas, se veía de unos 40 años, aun con un cuerpo muy bien cuidado.

Sin más, me pare y solo me quede intimidada viendo el suelo, sentir miedo en ese momento supongo que era lo de menos, ya con las cosas que había vivido ya no podía sentir todo eso, aun pude haber sentido los primeros días, pero ahora ya me sentía despojada de mi alma ahí sola y abandonada.

–Se ve que es una mujer muy linda –Al tiempo que levantaba mi rostro con su mano.

Me observo mucho tiempo mi rostro, de golpe sentí como me apretó un pecho por encima de mi ropa, para luego voltearme con mucha gentileza y ponerme una mano en mi trasero, apretó con fuerza, después de ello me volvió a voltear para decir.

–Tiene un cuerpo muy buen aun, en realidad es una buena chica. –Dijo ella dirigiéndose a nadie, hablaba sola, se decía entre sí para ella misma. – ¿Cómo te llamas niña? –Me pregunto la señora, a lo que solo me quede en silencio, no sabía que decir, aún estaba en ese estado sin esperanzas. – ¿No piensas contestar? ¿Qué te debieron haber hecho esos barbaros para que estés en este estado? –Al decir eso esa señora, parecía como si le importara lo que me había pasado, o al menos lo deba a impresión.

Para después decirme que le acompañara con ella, yo no la seguí, me daba un poco de miedo salir de esa habitación, porque aun que estaba sola, esas paredes me protegían o me mantuvieron alejada de quien sabe que me iban hacer. Pero la señora muy amable me romo de la mano y me pidió de por favor que la acompañara. Después de un rato de caminar y ver todas las instalaciones, era como una cárcel vieja, donde había hombres armados por todas partes y se veían muchas celdas, quizás mas victimas como yo, procuraba no ver mucho para no ser regañada hacer eso, pero aun hacia tomaba fotos mentales del lugar, era horrible, antes de salir de ahí, recuerdo haber escuchado gritos de una mujer a lo lejos, donde unos hombres gritaron con fuerza y gloria “Te gusta perra, no te hagas la santa” solo dios sabe que estaba pasando ahí, pero me estremecí y apreté la mano con más fuerza de esa señora.

–No te asustes niña, ya conmigo las cosas van a ser diferentes. Ya no estarás en este sucio lugar, te llevare a un lugar donde será más cómodo, donde si te portas bien nadie te lastimara. –Me dijo la señora tratando de reconfortarme, pero sin parar de caminar.

De pronto llegamos a una puerta que parecía ser la salida del lugar, y efectivamente lo era, al verle solo pensé en escapar, pero luego me di cuenta que estaba en la nada, en vano hubiera sido intentar algo, me subí a ese carro y me fui en silencio todo el camino, los vidrios del carro estaban polarizados y la vista no era tan buena pero pude ver las calles, pude ver la libertad, después de un tiempo me di cuenta de que no estaba en mi ciudad.

– ¿Dónde estamos? –Le pregunte a la señora sin dejar de ver el lugar.

–Después de todo si hablas, estamos en la ciudad vecina que está a 3 horas de tu ciudad. –Me contesto la soñera muy amable, se veía que era una mujer muy amistosa, pero igual manera era una mujer que sabía de aquel lugar que parecía cárcel, que tan buena puede ser.

Sin más que saber, me sentí un poco mejor al no estar en otro país o algo de esa manera, seguí con mi silencio viendo por la ventana del carro. Seguimos por mucho tiempo, supongo que recorrimos toda la ciudad, porque fueron fácil una hora o dos, no sé en realidad no llevaba conmigo un reloj o algo parecido a ello. De pronto salimos de la ciudad y aún recuerdo mi sentimiento, como volvía ese miedo y ese re confortamiento de estar cerca de tanta gente, aunque en un auto me hacía sentir protegida y volvió eso, el miedo de alejarme de la sociedad a un lugar extraño y desconocido donde quien sabe que me harían. Voltee a ver la mujer preocupada y al verle, estaba ocupada y sonriendo con su teléfono, parecía que  platicaba con alguien por chat, ella muy contenta mientras yo aterrada, ella alcanzo a verme que la veía y me voltee a la ventana de nuevo.

– ¿Qué pasa niña? ¿Tienes miedo? –Amas preguntas rápido y con su voz de mujer amable que se interesa por mis sentimientos y preocupaciones.

– ¿A dónde me llevan? –Le pregunte de nuevo sin quitar la mirada de la ventana del auto.

–Te voy a ser sincera, te planeaban usar para muchas actividades grotescas, como lo diré sin asustarte… para usarte de placer con hombres, pero he decidido traerte conmigo para este lugar que ahora vamos, un lugar más acogedor para las mujeres, aunque el propósito no se desvía mucho de tu propósito por el cual estas aquí y no libre. –Me dijo sin mucho rodeo.

– ¿Voy a ser vendida? ¿Es eso lo que me quiere decir? –Le pregunte siendo directa.

–No te precipites a las cosas niña, diciendo esas cosas te asustas tu misma. Te voy a decir una verdad de todo esto, si tú te portas bien nadie, absolutamente nadie te va a lastimar, claro eso es viéndolo respectivamente desde un punto de vista mío, no del tuyo. –Termino de esa manera de asentar las cosas la señora de las circunstancias

– ¿Qué es lo que me harán? –Le pregunte de esa manera para ser más directa sobre mi situación.

– ¿Qué tal si primero me dices tu nombre? Me llamo yo Clara, me puedes llamar de esa manera si gustas. ¿Pero ahora dime el tuyo? –Me pregunto de nuevo mi nombre, no vi el motivo de no decirle.

–Evelyn, me llamo Evelyn Cruz, pero supongo que ya sabía mi nombre, solo lo hace para parecer mi amiga pero en realidad no lo es, de serlo me liberaría. –Le conteste.

–Tienes algo de razón, y tienes razón en estar molesta. Yo no te pienso hacer nada, y a donde te llevo aunque sea difícil de creer, es mejor que donde ibas a estar y lo que ibas a vivir, yo viví lo que ibas a vivir ahí, pero luego abrieron este lugar que te llevo, y todo fue mejor, al final yo fui la que era casi la jefa de ese lugar y ahí a las mujeres se les trata mejor, como dije antes, no soy la jefa, por mí las liberaría a todas pero no es así, yo tengo un dueño, tu ahora tienes un dueño y por lo mismo no mandamos en nuestras vidas ahora. –Clara me lo dijo de una manera de corazón, donde ella asumía sentir lo que yo sentía en ese momento.

– ¿Dueño? Nadie es mi dueño, yo no soy una exclama a quien traten como ganado. –Le conteste algo agresiva.

–Ahora si Evelyn, y por mucha desgracia y con mucha pena de mujer a mujer te diré algo, entre más lo tengas en mente, menos sufrirás en tu nueva vida, porque más que lo veas diferente, aquí no hay leyes, aquí no hay justicia, solo la ley del señor Rodríguez. –Me dijo clara al mismo tiempo que me menciono el nombre de ese hombre otra vez.

–Claro que hay leyes, solo déjame ir y las haremos sobre esos lugares. –Le dije diciéndole claramente que se equivocaba, que no todo el mundo era esa vida que le toco vivir.

–No entiendes, afuera no hay leyes, las leyes que tú dices que hay ahí afuera en tu ciudad, esta ciudad, son de mi dueño, de tu dueño ahora, tratando de escapar solo lograras que te lastimen y estés fuera de mis alcances, afuera no hay amigos para nosotras, no hay nada, entiende eso, tuviste la mala fortuna de toparte en el destino de ese señor, sea por equis persona, pero lo hiciste, ahora trata de portarte bien y nadie te dañara Evelyn. –Escuchar eso último, me dejo en silencio y pensativa.

Después de tanto estar en ese auto, por fin llegamos a un club algo fuera de la ciudad, pude alcanzar a ver el logo donde estaba el nombre del club, RedHeels Club. El carro le dio vuelta al club hasta llegar a la parte trasera, duro mucho porque era muy grande, era gigantesco el lugar, después de ver ese majestuoso lugar, por fin parece llegamos a nuestro destino, unas escaleras grandes viejas de metal, que daban a la parte más alta del club.

–Ya llegamos Evelyn, ahora sígueme, no te quedes aquí, ya que soy una de las que controla el lugar, más bien controlo a  las niñas, no el club, el dueño es una persona hostil y mala con ustedes, trata de hacerme caso. –Me dijo y me asusto al mismo tiempo.

Me baje de ahí y pude ver a varios hombres acercarse a nosotras, que cuidaban esa puerta, estaban armados, y eran muchos, al bajar se me quedaron viendo, me revisaron de pies a cabeza sin dejar nada de mi sin ver. Comenzaron a gritar de cosas sucias como muchos hombres acostumbran pero les ignore, total no es algo que no pase en las calles, seguí a Clara, aún seguía con esa ropa vieja y fea, el suelo me quemaba ya que había mucho calor y era en pleno medio día, el suelo estaba caliente al igual que los escalones de metal, iba de puntitas subiendo, no quería decirle a Clara ya que no quería recibir nada de ella, después de todo era cómplice de todo esto.

Llegamos a la puerta, era grande de metal, con cámaras fuera, abrieron el lugar después de que parece reconocieron a Clara, al abrir me pude dar cuenta que era una puerta muy gruesa de metal, era claro que no querían que nadie entrara por ahí, al entrar el cambio fue rotundo, el lugar era muy bonito por dentro, muy bien decorado y fresco, parecía más un hotel de 5 estrellas.

Caminamos unos cuantos pasillos, aun con unos hombres detrás de nosotros, los mismos de afuera, podía sentir sus miradas encima de mí, uno de ellos trato de sobrepasarse y me toco una nalga, pero rápido Clara respingo a su acto, ellos solo rieron para luego decirles clara.

–Esto no es para ustedes, ustedes vuelvan a su trabajo, se les paga con dinero, no con mujeres ¿Quieren que el señor Rodríguez se entere de todo esto? –Les pregunto muy retóricamente, a lo que ellos sumieron la cabeza y dejaron de reír. –Eso pensé, sigue caminando Evelyn. –Pues ella me dijo y yo obedecí a sus órdenes, al parecer lo más cerca de estar segura era ella.

Llegamos de pronto a un cruce de pasillos, que era de 3 caminos, por donde veníamos ya nosotras, y otro frente a nosotras y otro a lado en dirección a la puerta del club, ella se detuvo y me explico ciertas cosas del lugar.

–Ahí enfrente de nosotros en dirección a la puerta del club, están los dormitorios de huéspedes, ese mismo pasillo es el único que está conectado directamente con el club, cerca de ellos por el mismo pasillo, hay una puerta que baja al club mismo donde todos se divierten. Por el pasillo que veníamos es donde están las oficinas y donde se guarda todo el dinero y todas esas cosas, el administrativo del club, y el pasillo a donde vamos que está ahí. –Apunto con el dedo. –Ese pasillo da a los dormitorios de ustedes, de las chicas del lugar, no te preocupes porque alguien quiera subir en media noche y te quiera molestar o hacer algo que no esté permitido, en el pasillo de los huéspedes, hay una reja con un guardia. –De hecho se le podía ver, estaba el guardia a menos de 10 metros de nosotras, el cual saludo asumiendo la cabeza para Clara al momento de señalarle. –A sí que nadie puede pasar por ahí que no tenga la señalización por las autoridades del club, ahora ven y acompáñame. –Me volvió a ordenar seguirle y lo hice.

Seguimos caminando por el pasillo que dijo ella estaba mi dormitorio y vi muchas puertas, supongo eran muchas habitaciones, fácil pude contar unas 40 habitaciones, hasta pude ver unas puertas grandes con vidrio y se pudo alcanzar a ver un comedor, después un salón de belleza con muchos espejos y muchos tocadores, al igual que un gran guardarropa, no pude ver que tan grande era el guardarropa o el número de tocadores, ya que al igual que el comedor, el salón de belleza también tenía una puerta trasparente e igual manera pasamos rápido por ahí, ya casi al llegar a la habitación mía, todas estaban con números, que indicaban el número de la habitación, llegamos al parecer seria el mío, era el 37.

–Esta será tu habitación Evelyn. El número 37, se te dará una llave electrónica que solo tu podrás abrir, y yo claro está, para que nadie te moleste y tengas privacidad. –No podía dejar de sorprenderme, el lugar no se veía tan malo, parecía un lugar agradable. –Ahora veras ven, sígueme a tu habitación. –Dijo Clara mientras abría la habitación y me daba la llave eléctrica del cuarto.

Entre y no pude creerlo, era el cuarto de mis sueños, tenía mi propio baño, todo el lugar era rosa, muy bonito decorado, una cama grande y se veía agradable, un tocador gigante, una televisión de unas 32 pulgadas ahí, con aire acondicionado, el lugar olía muy bien y había unos cuantos muñecos de peluche en la cama, todo eso se veía genial.

– ¿Te gusta? –Me pregunto Clara.

– ¿Cómo pides que me guste mi prisión? –Aun que era la habitación de mis sueños, era mi prisión, era donde me tendrían prisionera de mi libertad.

–Sé que estas molesta, sé que aún no comprendes cosas, pero te diré una cosa, ve y cámbiate, ponte algo agradable, lávate, perfúmate y no te preocupes por la ropa, toda es nueva, es y será solo tuya, luego hablamos de ello, cerca de tu cama hay dos botones con una bocina, el botón Rojo da a mi habitación, por ahí me puedes hablar, el botón azul, da a mi radio, con el me puedes hablar y pedir lo que quieras, es un radio que siempre traigo dentro de las instalaciones, ya que hayas terminado de asearte, te preparas que hoy será tu primer día de trabajo. –Dijo Clara, al tiempo que me hizo dudas en mi cabeza.

– ¿Mi primer día de trabajo? –Le pregunte muy asombrada por sus palabras.

– ¿Qué esperabas? Por mi te dejo asimilar las cosas, pero aquí hay un jefe y quiere que le des a ganar dinero, créeme, por peor que se vea el asunto, es mejor que estar a donde estabas. –Después de decir eso, se retiró de la habitación sin decir más.

Quise sirle a Clara antes que me dejara ahí, “no quiero estar aquí, sácame de aquí” pero en vano seria, lo sabía dentro de mí, por eso no dije nada, ella solo cerró la puerta, después de ello me senté en la cama y me puse a ver el lugar, mire el baño y tenía una bañera, una taza del baño y era muy bonito, seguí al guarda ropa y pude ver que las prendas que habían ahí eran fuera de lo normal, eran ropas sexys, nada discreto, solo a lado de ahí en la mera horilla habían muchos babydoll, al esculcar en unos cajones pude ver pura ropa interior sexy, casi todo tenia encaje, no parecía que fuera un lugar acogedor y que mi trabajo fuera a ser respetable, solo me senté en la cama, me tire de lado y comencé a llorar, repasaba las palabras de Clara por mi cabeza, donde yo tenía un dueño, y ya no era dueña de mi vida, extrañaba a mi madre y padre, mis hermanos y mi vida, dure mucho tiempo en llanto ahí yo sola, sin que nadie me escuchara, después de un tiempo decidí tener más explicaciones, pero apestaba un poco y me fui a bañar, tome un poco de ropa, trate de tomar la menos sexy y  la más discreta, cosa que era imposible pero trate de hacerlo. Tome un short que lejos estaba de serlo, era como de licra y muy pegado a mi cuerpo, de color negro, muy corto, que solo al darle pequeñas ondulaciones hacia arriba en mis piernas, unas ondulaciones demasiado insignificantes y podía ser fácil una pantaleta femenina, me puse una blusa un poco transparente, de color blanco con rosas dibujadas de color rojas con un tono muy bajo, con un brasier de color blanco con encaje, mi pantaleta fue una de encaje de color negra con encaje rosa, difícil de creer pero encontré uno que cubriera todas mis nalgas, casi todo era tanga ahí, me sentía muy desnuda, me sentía de una manera horrible al vestir de esa manera y el guarda ropa solo tenía ese tipo de cosas, era lo que menos gritaba “soy una zorra” que pude encontrar.

Me puse un rato a meditar las cosas, dure mucho tiempo sentada en la cama observando el lugar y en llanto en llanto por un tiempo, pero después de pensar en todo, me daba cuenta de que nada serbia llorar, nadie llegaría a rescatarme, pero a la vez pensar que nadie me salvaría y estaba metida en un hoyo del cual no saldría, me hacia otro nudo en la garganta y me volvía la tristeza en mí.

No supe en que momento fue cuando me quede dormida, pero así fue. Llego Clara a mi habitación y me despertó, diciendo que ya en 1 hora bajaría a trabajar, que me fuera alistando, que fuera al salón de belleza para trabajar.

– ¿Pero de que voy a trabajar? No me has dicho aun nada. –Le pregunte a Clara.

–Darás un servicio ahí abajo, solo tienes que servirle a los clientes lo que te pidan, pero no trates de hacer ningún disparate y ni enojar a ninguno, ya que el encargado de este lugar, no es muy amable con nosotras. –Me dijo al tiempo que trataba de tragar todo lo que decía.

–Yo no quiero estar aquí, no quiero bajar. –Le dije en suplica aunque muy en vano.

–Lo sé, yo tampoco quisiera estar incluso donde estoy, pero lo estamos, ahora ve y alístate, lávate la boca, tomate una ducha y ve al salón de belleza ahí estaré, apúrate tienes poco tiempo, ya estas retrasada. –Me dijo en palabras rápidas y salió de la habitación.

Me levante para hacer todo lo que me pedía, pero recordé que ya me había duchado apenas unas dos horas, entonces solo fui a lavarme la cara para despertarme un poco y cepillarme los dientes. Al terminar todo, Salí de la habitación y voltee a los pasillo, había tipos con armas casi por todas partes vigilando el lugar, un intento de escape era imposible, solo camine hacia el cuarto de belleza, poco antes de llegar había un guardia en la pared, que estaba frente a la puerta, al verme solo me saludo y me miro de pies a cabeza, me vio todo sin dejar nada que se le escapara, me hizo sentir amenazada por ese tipo, solo le ignore y me puse frente a la puerta, con ello dándole la espalda, medite unos 2 segundos y al abrir la puerta, di apenas unos dos pasos hacia dentro y sentí que me apretaron una nalga con fuerza, voltee y era ese tipo asqueroso que muy en ello después de ese acto, se estaba riendo para al final decir.

–Lo siento nena… esto le hago a todas las chicas antes de entrar, es como el pase. –Todo eso mientras reía con una mirada picara.

Yo solo me voltee y seguí mi camino, ya sabía que nadie me defendería y si eso le hacía a todas, significa que poca autoridad había ahí, para cuando entre ya pude poner más atención al lugar, muchas chicas estaban ahí alistándose, se ponían ropas muy extravagantes, de pronto fui la atención de todas, hubo un poco de silencio y una me dijo.

– ¿Eres nueva? –Me pregunta una mujer de unos 20 años pasados, con color de ojos azules muy claros, una cara muy bonita y lo que se podía ver de su cuerpo, era muy atractiva.

–Sí, soy nueva. –Le conteste con voz de tímida.

Pero a poco de seguir la conversación, en mera expresión de esa chica para comenzar nuestra platica, clara interrumpió con voz fuerte la conversación, estaba detrás de mi sin darme cuenta, me asusto su voz fuerte y agresiva.

– ¡Basta de charlas! Pónganse a alistarse, luego platicas Lisa… ahora díganme quien ya termino, para que le preste un tocador a Evelyn –Dijo de una manera agresiva y rápida Clara a todas las chicas del lugar.

–Yo –Dijo esa chica que me interrogo al entrar, que al parecer se llamaba Lisa, al tiempo que se iba levantando del lugar y se paró unos 4 metros detrás de ese mismo tocador.

–Ya oíste, ahora siéntate ahí, para que comencemos a arreglarte, y esto lo harás todos los días de aquí en adelante, hay muchos tocadores, pero también hay muchas chicas, no son suficientes 40 tocadores para todas las chicas. –Dijo Clara mientras la escuchaba atentamente, me iba sentando en ese lugar. –Ahora mírate, eres muy bonita, supongo que este tipo de maquillaje te iría bien. –La conversación se volvió nomas de maquillaje y como me vería mejor, era algo extraño, estarme preparando tan hermosa para ir hacer algo que desconocía, solo veía como algunas me volteaban a ver de reojo al tiempo que esa tipa llamada Lisa, podía verle por el espejo, que tenía su mirada clavada en mí y veía como me pintaba y arreglaba.

–Clara ¿Puede hacerte una pregunta? –Le pregunte a Clara mientras ella no dejaba de ayudarme a maquillarme.

–Adelante, pero que sea rápido. –Me contesto a lo que parecía no ponerme mucha importancia.

– ¿Qué es lo que hare ahí abajo exactamente? –Al hacerle esa pregunta, todas las chicas voltearon a verme, a lo que la tipa llamada Lisa se volteo y comenzó a buscar cosas en el guardarropa.

–Servir, servirás en el bar a los clientes todo lo que te pidan, desde bebidas, comida y caprichos, todo sin reprochar las cosas más absurdas.

Para cuando escuche eso, no parecía ser difícil servir bebidas, servir comida, e imagino los caprichos tontos de como servirlas y la medida de tiempo, eso me hizo pensar que eran clientes muy estrictos, entonces pensé que solo tenía que ser cuidadosa a la hora de servirles y pues en algún tiempo en vacaciones me tocó trabajar de mesera para ganar un poco de dinero en el restaurant de mi tio hermano de mi padre, no sería difícil pensé.

–Ten, creo que esto es de tu medida. –Me dijo Lisa al tiempo que me daba ropa que ponerme, la coloco a lado de mi tocador y se volteo, se dirigió a una silla cerca y se sentó a verme como me alistaba.

– ¿Tú tienes mucho aquí? –Le pregunte a Lisa por el mismo espejo de donde me veía antes.

–Silencio! Luego platican, por ahora tenemos cosas que hacer. –Interrumpió Clara nuestro intento de plática. –Además a todo esto, Lisa si ya estas lista, te puedes ir de aquí al piso a trabajar ya. –Le ordeno, a lo que Lisa solo se paró del lugar un poco disgustada por cómo le hablo y solo antes de irse dijo entre sus dientes.

–Lejos esta este trabajo de solo servir bebidas. –Lo dijo de una manera para que escuchara yo, y claro que lo hice.

Mientras seguí maquillándome, me puse a observar a las demás, me di cuenta que todas traían vestimentas extrañas, todas con ligeros en las piernas, con short de color rojos, casi como los que me traía yo, pero estos más sexys y más elegantes con un toque brilloso, donde el short llegaba hasta su vientre pero de abajo era corto, muy corto para ser específicos. Con unas blusas muy arriba del ombligo muy escotadas, aparte de color negro esas blusas pero trasparentes, donde se veía todo nuestro brasier sin batallar ni esforzarse ni un poquito. Observe a todas, me di cuenta que todas eran hermosas, no había mujer fea, ni mujer con una belleza normal, todas eran como sacadas de películas o concursos de belleza. Era obvio que solo conseguían buenas mujeres para este trabajo. De pronto entendí, es un casino donde les atienden mujeres hermosas, con ropas que hacen parecer un burdel el lugar.

–Ya mero estas lista, termina lo que te falta tu misma, pero ahorita lo haces, ahora ponte esta ropa ya mismo. –Me dijo y ordeno Clara, a decir verdad tenía una voz muy amable a veces y otras veces muy intimidante.

Me levante y tome esa ropa, me di cuenta que era igual a la de las otras chicas, era como un uniforme, ese short rojo súper corto y esa blusa trasparente, al tiempo que usaría esa blusa trasparente, me di cuenta que también en la ropa ya al ir viendo, no me habían dado más que un brasier, un short y una blusa.

– ¿Solo estas 3 prendas? –Le pregunte a Clara.

–Sí, solo serán esas 3 prendas ¿hay algún inconveniente Evelyn? –Me pregunto Clara con su voz intimidante de nuevo.

–No hay pantaleta aquí. –Le dije, al tiempo las otras chicas voltearon a verme y rápido se voltearon a seguir haciendo sus cosas mientras solo me observaba Clara.

–No se usa, ahora ve y cámbiate rápido apúrate. –Me comenzó a empujar a que me cambiara.

Me dirigí al lugar donde nos cambiábamos, era uno de esos vestidores que solo son una pared y detrás se cambia una, me metí y comencé a cambiarme, en un momento pensé en hacerle caso a Clara, pero nadie se daría cuenta de nada, así que me deje mi pantaleta, no iba a salir sin ella con solo el short puesto, era un short tan pegado y delgado que ni de loca lo haría. Salí del vestidor y me estaba esperando ahí Clara.

–Ven, acércate. –Me ordeno de nuevo Clara, le obedecí y me acerque a ella.

–Me siento como una Zorra vistiendo de esta manera. –Le dije a Clara pero no me prestó atención, tenía su vista en mis short.

–Creí haber sido muy clara con las cosas. Regrésate y quítate la pantaleta y no pienso volver a repetírtelo. –Me grito, Clara me grito y levanto la voz, eso me hizo estremecer y me dio un poco de puchero y ganas de llorar, pero me aguanta, no quería llorar enfrente de todas esas mujeres.

Me regrese al vestidor y me quite la pantaleta, me subí el short, me sentía incomoda sin nada abajo, podía sentir como ese micro short se pegaba a toda mi piel, y al tener un buen trasero, como se me veía perfectamente toda la silueta de mi trasero, toda sin dejar nada a la imaginación, como se sumía entre mi raya de mis nalgas. Al igual de frente a mí, aunque no se podía notar mi vagina, si sentía como me ajustaba mucho. Salí del vestidor con mucha pena y algo de vergüenza por estar vestida asi, quería que la tierra me tragara.

–De esa manera esta mejor, no me hagas enojar Evelyn. Y en los peores de los casos, yo soy lo de menos, el gerente del lugar tiene menos paciencia, te lo advierto, compórtate como te dicen que lo hagas. –Dijo Clara para después dirigirse a la silla donde estaba sentada yo antes y jalarla, indicándome que me sentara y siguiera arreglándome donde me quede. Camine y me senté ahí, tome las cosas y seguí maquillándome, ya no era mucho lo que me faltaba.

Pasaron los minutos rápido, yo después de terminar solo me quede ahí esperando y viéndome al espejo, veía a las demás alistarse, como algunas ya habían terminado y solo se quedaban ahí pensando, mientras que otras se iban ya para abajo sin que Clara les ordenara nada, pero había algo curioso, solo variaba una cosa de una a otra en su vestimenta, era un collar que iba al cuello, casi todas lo traían de color Rojo, pero había unas 4 mujeres que traían uno de color azul en su cuello, después de mirar mucho más el lugar, pude ver a una chica en especial, era una muchacha de más o menos mi edad, pero tenía un listón en su cuello de color Rosa, y parecía estar muy nerviosa.

–Ya es hora chicas, levántense y vámonos a trabajar. –Dijo Clara al tiempo que todas rápido se levantaron y comenzaron a caminar hacia el pasillo que dividía el casino de nuestros dormitorios.

Yo me levante de ahí e hice lo mismo, me di cuenta que la muchacha de listón collar rosa no se levantó de ahí, se quedó nerviosa y de pronto Clara me llego por detrás y me volteo para darme algo, era uno de esos collares.

–Casi se me olvidaba esto, estos collares son para pasar por la puerta que divide los dormitorios de las mujeres con la parte del pasillo que da al piso del casino. –Me comenzó a ponérmelo en mi cuello Clara después de decirme eso.

– ¿Cómo? No entendí mucho. –Le pregunte ya después que termino de ponérmelo.

–Este collar en su dije de corazón, es una llave magnética que sirve para pasar por algunos lugares del casino, por ejemplo esa puerta que divide el lugar en el pasillo, eso es para que solo las chicas puedan pasar o personal autorizado, además nos dice la posición tuya de donde te encuentras en el edificio. –Me dijo eso y comprendí el motivo. –Por nada del mundo te lo vayas a quitar, no sería una buena idea, aquí puede haber hombres muy diferentes a los que conoces. –Me dijo a tiempo que me advertía de todo eso. –Pero aun que hay cámaras, hay que estar bien prevenidos con todo eso.

–Entiendo, está bien. –Después de decir eso, comencé a caminar y pude ver como Clara se regresó con esa chica, imagino a quitarle lo estresado.

Fui caminando por ese pasillo y vi a las demás ahí, como iban se colocaban en una área que indicaba ahí y un foco prendía a verde, entonces las rejas se abrían y pasaba, en cuanto pasaba la tipa, y piso una área similar del otro lado, se ponía rojo el foco, se volvía a cerrar la puerta, eran 4 puertas por donde todas las chicas estaban pasando.

Era un movimiento rápido, me acerque y rápido comencé a pasar por ahí, mientras iba caminando por el pasillo, veía las habitaciones de los huéspedes, de golpe se abrió una de esas puertas, salió un señor de unos 52 años de una puerta, mientras salía me miro y quedo clavada su mirada en mí, pude ver cómo me miro toda mis piernas, yo trate de ignorarle y seguí caminando, seguí avanzando por ese pasillo y me di cuenta antes de que cerrara el señor ese, el lugar era como un hotel a la vez que un casino, ese señor era un huésped del lugar, avance más rápido porque sentía los pasos del señor detrás de mí.

–Que rica estas niña –Me dijo ese señor con voz de satisfacción y pervertido.

Yo solo camine más rápido y por fin a vi el final del pasillo, que tenían un pasillo hacia la derecha con escaleras, donde al acercarse más, se podía escuchar música, y al avanzar iba aumentando el volumen de la música.

Ya baje por esas escaleras, con velocidad para que no me alcanzara ese señor pervertido. Llegue y pude ver el lugar por fin, era un lugar con muchas máquinas tragamonedas, con su área para apostar con eventos de televisión, su propio bar. Bueno eso fue lo que alcance a ver en cuanto llegue. Me quede parada ahí sin saber qué hacer, nadie me había explicado que sería mi tarea ahí, sentí una nalgada fuerte en mí y al voltear era ese viejito estúpido que me había mañoseado, me enfureció mucho esa acción.

– ¡Que le pasa¡ -Le dije con una voz fuerte.

El señor solo pelo los ojos, se sorprendió de mi reacción, como si no fuera normal esperar eso de una chica después de ser mañoseada de esa manera. Camino rápido y se alejó de mí, se fue por un pasillo del casino a quien sabe qué área.

–No te comportes como una perra, aquí los clientes disfrutan de las zorras. –Escuche eso a lado mío, rápido voltee y pude ver a un tipo joven, muy apuesto, de unos 30 años calcule, tenía un traje muy elegante y se veía educado.

–Es que….. –Cuando le diría mi motivo, me interrumpe para decirme.

–Soy David, el encargado y gerente del lugar ¿Debes de ser nueva verdad? –Me pregunto ese tipo guapísimo llamado David.

–Mucho gusto, soy Evelyn, si soy nueva en este lugar. –Le dije al tipo.

–Talvez esa estúpida de Clara no te explico mucho de aquí, esa estúpida siempre es tan blanda y descuidada, la idea de poner a una mujer a cuidarlas a ustedes, es que las entienda y pueda razonar como ustedes, pero hay cosas que nunca cambiaran, una mujer para estas cosas no funciona bien, pero bueno son cosas del jefe que así lo ordeno. –Me dijo al tiempo que veía el todo el casino sin voltear a verme.

–Pues tú explícame cómo es esto. –Le pregunte a David.

–Tu solo complace, y deja que se complazcan ellos contigo, fácil. –Me dijo eso y rápido se separó de mí y se fue a quien sabe dónde.

Solo me quede parada ahí un tiempo más, me moví un poco para no tapar la entrada al casino, de pronto se acerca clara a mí.

–aquí estabas… ocupo que vayas al área 6, esa es el área donde hay mesas y juegan póker los clientes. –Al tiempo que me decía las cosas, me señalaba por donde tenía que ir caminando con su dedo. –Te vas por ahí al fondo y después doblas, ahí veras el lugar, hay muchas mesas y gente jugando póker, te vas directamente con el bar que está ahí y te quedas parada frente a la barra, esperando que un cliente llame o pida algo y vas atenderle lo que te pida, es sencillo ¿Hay algo que no entendiste? –Me pregunto, le afirme rápido.

–No, todo es muy claro, iré para el área 6 entonces. –La verdad que si era muy claro lo que tenía que hacer y es fácil.

Clara se separó de mí y yo me fui caminando por ahí, aun me daba pena ir vestida de esa manera, pero de pronto comencé a sentir las miradas de los hombres al ir caminando hacia allá.

–Uuu que culo tiene esa tipa –Escuche al fondo la voz de un tipo. No voltee y seguí caminando.

–Que rica estas niña, ven para acá y siéntate en mis piernas, para que sientas mi verga. –Grito otro.

Yo solo me quede impresionada por todas las groserías que gritaban, seguí caminando e ignore los muchos más comentarios similares que me seguían diciendo. Por fin llegue a ese lugar que me decían, se podía percibir el humo del lugar, de los fumadores que no paraban de hacerlo. Igual que lo anterior, sentí la mirada de la mayoría encima de mí, mientras caminaba solo seguí mi objetivo, llegar a la barra y esperar una orden. Llegue y me pare, voltee hacia los clientes y me puse a ver el lugar, puse atención a todo y fue sorprendente lo que vi, mis ojos se pusieron como platos, no puedo creer lo que veía, en realidad todo esto me provoco miedo, el miedo que se había esfumado hace tiempo.

Había chicas del casino sentada en las piernas de los tipos, otras sentadas en la mesa a lado de un tipo platicando, otras calladas, mientras ellos tenían sus manos encima de alguna parte del cuerpo de ellas, incluso pude ver como una chica llego a darle una cerveza a un tipo y como ese paso su mano por toda su pierna, la chica actuó como si eso no paso, y continuo atendiéndole ¿Qué clase de lugar es este? No era un casino normal.

–Hola ¿Sorprendida? –Me pregunto alguien con voz de mujer. Voltee a ver y me di cuenta que era esa tipa llamada Lisa.

–Hola ¿Te llamas Lisa verdad? –Le pregunte a la chica tratando de hacer una conversación.

–Sí, y tú te llamas Evelyn, la chica nueva del lugar. –Me dijo al tiempo que reía.

–Si soy nueva, no sabía que atender las bebidas era una parte de nuestro trabajo también. –Le dije a Lisa.

–Todos los puestos aquí los atienden las mujeres. A excepción los de cobrar y verdugos, eso es de hombres.

En mera conversación se escuchó que alguien pidió algo para beber, me voltee a ver y era ese señor que anterior mente me había metido mano al bajar las escaleras, en ello pensé que ni de loca lo atiendo.

–Tienes que ir con ese señor Evelyn. –Me dijo tratando de alentarme a ir.

–No es un viejo pervertido y mañoso, me toco la nalga hace rato. –Le dije algo indignada.

–Te diré un consejo, ve y atiéndele, y hazlo muy bien, si no las cosas se te pondrán feas Evelyn, solo es ir y ver que quiere no será difícil.

–Pero tratara de meterme mano a las demás. –Le dije preocupada.

–Tienes que ir, eso será lo de menos si no vas, además las cosas así son, no quiero ser repugnante pero te diré una cosa, las cosas aquí así son y así serán. –Cuando me dijo eso, no tuve más opción que arriesgarme y fui a ver que quería el señor. Camine con mucho pena porque me sentía desnuda con ese short tan apretado y delgado.

–Hola señor buenas noches ¿Puede ayudarle en algo? –Le pregunte con una voz repugnante e indiferente.

–Claro que puedes. –Al tiempo que decía eso, comenzó a tocarme la pierna y la deslizo hacia arriba, antes de que llegara a mis nalgas, me quite dando 3 pasos atrás, el señor solo puso cara de sorprendido.

– ¿Qué pasa niña? ¿No sabes cuál es tu trabajo aquí? –Me dijo con voz ahora molesta.

–Si señor, atenderle. –Le dije molesta.

De pronto me tomo de la mano y me jalo con fuerza, me sentó de golpe en sus piernas, me agarro de la cintura y pe pego con fuerza a su cuerpo, había más tipos en la mesa jugando al póker, pero nadie dijo nada, solo se rieron de lo que estaba pasando y dijeron estupideces al igual que los demás.

–Dale lecciones a la puta. –Dijo uno.

–Estas mujeres de hoy, no entienden su lugar en la vida. –Dijo el otro mientras dio un sorbo a su cigarro y lo aventó al aire.

–Mira puta, tu eres una chica especial, nunca me he agarrado a una chica casi nueva. –Todo eso me lo dijo mientras los demás de la mesa me veían así.

–Quítese estúpido viejo imbécil. –Mientras le dije eso, me pare y no me dejo hacerlo.

– ¿A dónde crees que vas estúpida? –Me dijo el viejo al tiempo que me forzó a estar ahí en sus piernas.

Sin más, sin decir ni una palabra más, apuñe mi mano y le arremate un golpe en cara, eso provocando que casi se caiga hacia atrás, por suerte logre ponerme de pie, aunque me balanceo un poco y casi iba hacia abajo junto con el señor.

–Entienda, yo no soy lo que usted cree, viejo mañoso. –Le dije mientras le veía en el suelo, al mirar a mi alrededor, todo mundo me observo impresionados, eso serbia para darles a entender a todos quien era y con quien se metía, que vieran de que estaba hecha, que lo que me hizo Rafael no volvería a ocurrir.

– ¿Qué hiciste tonta? –Escuche fuertemente mientras me jalo del brazo Lisa. –No sabes en el problema que te acabas de meter.

–El tipo me mañoseo y me insulto, nadie me pisoteara ya nunca más. –Le puse muy en claro las cosas a Lisa.

De pronto llego David, me miro y sin preguntar nada, levanto al señor, le comenzó a pedir disculpas por esa agresión y le dijo.

–Señor, lo sentimos, mire le daremos un mes gratis de membresía además que podrá disponer de todo el alcohol que quiera en ese mes. –Le dijo al señor, lo premiaba sin decir nada, ni preguntar lo que había pasado.

–Pero David ¿por qué haces eso? no sabes siquiera como paso todo. –Le dije a David.

– ¡Cállate tú! Solo hay que ver para entender, tu estas de pie y el señor en el suelo, es obvio lo que paso aquí. –Dijo enfurecido, mientras el viejo me veía con odio por el golpe que le di.

– ¿Esas son las mujeres y el servicio que le da este club a sus clientes? Pago mucho para recibir este trato. –Dijo el viejo molesto.

–Mis más honestas disculpas señor, ya sabe es nueva aquí, mire de recompensa le daré a dos chicas azules para usted, serán exclusivas todo el mes de usted. –David solo trono los dedos y rápido Lisa fue a hablarle a dos chicas.

– ¿Cómo puedes hacer eso David? Él es… -Mientras le decía a David, me interrumpió con su voz agresiva y gritándome enfrente de todos.

– ¡Cállate dije estúpida! –Se voltio con el señor y le siguió ayudando a sacudirse.

De pronto llego Clara con las dos chicas, Pude ver la cara de Clara y su mirada hacia mí, era como diciendo ¿Pero qué has hecho? Y a la vez con lastima, pero estaban equivocados si pensaron que sería sumisa y blanda, estar en aquel lugar 1 mes encerrada me hizo dura, repasando mis errores y viendo lo estúpida que fui y que nunca más seria así.

David me tomo del brazo y me llevo con fuerza, al fondo del pasillo por la puerta del personal.

–Me lastimas, suéltame. –Le dije pero él no decía nada, solo con la cara furiosa.

Pasamos por muchos pasillos, mucho personal y por fin llegamos a un cuarto oscuro y solo, se parecía mucho a la celda donde pase 1 mes, me aventó y dijo.

–Eres una estúpida ¿Qué acaso no te dije que estabas para complacer? –Me dijo disgustado.

– ¡Nadie va a pasar por encima de mí! –Le grite con fuerza, nadie me iba a poner en mi lugar, estaba mal si creía que eso iba a pasar.

Solo me miro a los ojos furioso, se rio y se dio la vuelta hacia la puerta, justo antes de cerrar, entraron 2 tipos grandes y fuertes, uno con camiseta roja y otro con camisa azul, ambos grandes y fuertes, con muchos músculos y de piel oscura.

– ¿Cariño o disciplina? –Pregunto el Rojo a David.

–Nada de cariño, pura disciplina. –Dijo David, al tiempo que salió completamente de mi vista.

–mierda, quería darle por el culo y por su panocha, bueno ordenes son órdenes. –Dijo el de Rojo.

Se acercó el tipo de rojo hacia mí, mientras que el de azul cerró la puerta, ambos me vieron de pies a cabeza.

–Estas bien rica mami, lástima que no me hayan dejado darte cariño. –Dijo el rojo al tiempo que me rodeaba caminando.

– ¿Quién empieza, tu o yo? –Pregunto el de azul.

De pronto sentí la mano del de rojo en mi trasero, me voltee y trate de darle un bofetón, pero el muy vil y abusivo, me dio un golpe con mucha fuerza en mi cara, eso me tumbo al suelo. Perdí un poco mi conocimiento. Para cuando lo recupere un poco, me pusieron de pie, y ahora el de Azul me toco un pecho, nadie me doblegaría, le tire un golpe con mucha fuera a su cara, pero él fue rápido y me lo detuvo y tomo mi brazo con su poderosa mano, me lo volteo a mi espalda causándome mucho dolor.

– ¿Qué pasa nena? Eres muy agresiva niña. –Dijo el tipo de azul al tiempo que me propino un golpe fuerte en el estómago.

Ese golpe me tumbo al suelo, pero no me dejaron ni recuperarme, no dure ni 1 segundo en el suelo a lo que el tipo de rojo me levanto y me tomo de las manos, me las coloco arriba de mi cabeza, las sujeto con su fuerte mano, para él no fue difícil, ya que era alto y fuerte. El tipo de azul me deslizo la mano por mi entrepierna, trate de patearle pero él me propino otros dos golpes en el estómago.

La verdad todo eso duro aproximadamente como 4 horas, toda golpeada, para cuando ellos terminaron conmigo, no era reconocible, me golpearon mi cuerpo, mi espalda, mi cara, todo me golpearon. Apenas podía moverme, en el suelo volvieron a manosearme, esta vez no tenía fuerza para hacer algo. Salieron del cuarto y me dejaron ahí sola a oscuras, toda la noche estuve despierta del dolor de la golpiza que me propinaron, a lo que supongo, ya había pasado un día y llegaron de nuevo a esa estúpida celda, volvieron a hacer lo mismo, me propinaron otra golpiza durante 3 horas aproximadamente, al siguiente día, no fueron, y ese día me alimentaron, apenas y podía comer, me dieron un poco de agua, pase todo el día ahí a dolores, apenas y pude dormir de la golpiza que me daban. Entraron al siguiente día, y me propinaron otra golpiza, ya no podía ni pararme, no podía ver de lo hinchado que tenía mis parpados, la verdad no podía ver mi rostro pero imagino estaba lleno de moretones.

–No te preocupes por tu bello rostro, nunca dañaríamos permanente tu rostro, eres mercancía buena. –Dijo el tipo de rojo.

Y fue así una y otra vez, me dejaban descansar un día o a veces dos, y solo esos días que no iban ellos me alimentaban, los diez que ellos me visitaban no era alimentada, siguieron por un largo y largo tiempo entrando y saliendo de ese cuarto, cada día me hacían sentir un terror, cuando la puerta se habría para alimentarme, me saltaba el corazón pensando que eran esos tipos, ya que no había patrón para su visita, solo aparecían y me arrimaban una golpiza.

Repetían el mismo acto, me mañoseaban y después de varios días entendí, no me defendía pero aun así seguían haciendo lo mismo, me golpeaban, recuerdo que la última golpiza fue tan fuerte que perdí el conocimiento, para cuando desperté ya estaba en mi habitación, me dirigí al baño y pude ver mi rostro, todo moreteado, en mi primer día en mi habitación apareció Clara, paso por esa puerta, me asuste, aún estaba traumado que al escuchar una puerta, esos tipos entraban, pero luego razone y recordé que ya no estaba en esa celda. Clara se acercó a mí para preguntar el porqué de todo.

– ¿Por qué hiciste eso? Te advertimos todas, incluso Lisa, ella me dijo que te trato de aconsejar pero le ignoraste, yo soy dura con ustedes porque no quiero que pasen por esas cosas, que yo también pase en algún momento, antes todo era más difícil… antes no existía una encargada de las chicas como yo, antes solo estaba el gerente, como David pero era otro tipo, David lleva con nosotras como 4 años… el de antes era más agresivo y malo, era un infierno, yo al menos he peleado por muchas cosas de ustedes, habitaciones, ropa bonita, privacidad, seguridad para ustedes, que nadie pueda entrar, ya que aquí hay hombres agresivos con armas que no tienen miedo de matar y menos de violar a una mujer. –Dijo todo eso, mientras yo miraba el suelo. –Por eso les digo las cosas, estuviste ahí dentro 16 días metida, solo mira cómo te dejaron. –Me dijo eso al tempo que revisaba mi cara, y comencé a llorar. Ella rápido me abraso y trato de consolar.

–Yo no quiero estar aquí. –Le dije en pucheros y llantos.

–Lo sé, pero no podemos hacer nada bebe. –Me dijo al tiempo que me acariciaba la espalda, dure ahí mucho y hasta que me quede dormida.

Al siguiente día me despertaron con un buen desayuno, como se acostumbra en ese lugar supongo, con una nota en la puerta por dentro, la leí y era de Clara.

“hola Evelyn, siento de mucho corazón todo lo que pasas, pero está fuera de mis manos, yo hago que lo que es malo no sea tan malo, aunque nunca dejara de ser malo… en cuanto a tu trabajo, cuando pasan este tipo de cosas, se les da tiempo a ustedes de que se recuperen de las agresiones y queden totalmente limpias, hasta entonces no trabajaras, solo descansa, en tu televisión hay servicio de pago, para que te entretengas y puedes andar por todo el pasillo que es asignado para ustedes, comedor, salón de belleza, gimnasio y el cuarto de piscina, te visitare diario a ver cómo estas y cómo vas, me gustaría que fuéramos amigas, espero te recuperes, chao”

Por lo que había leído en la nota, descansaría un tiempo hasta que mis lesiones se arreglaran, y así fue, durante un tiempo Clara iba a visitarme, a veces iba con Lisa, nos hicimos buenas amigas, nunca hablábamos de cómo llegamos ahí, siempre quise preguntar pero prefería no mencionarle, ya que si lo mío no quería recordarlo, imagino que ellas tampoco, solo veíamos la televisión y a veces platicábamos, fue así durante un tiempo hasta que me recupere por fin de mis lesiones, después de no tener ninguna marca y ni dolor, Clara aun abogo por 2 días más para estar seguros y me la pase bien, aunque encerrada.

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Después de haber sido traicionada por su novia y haber sido engañada diciendo que irían a un evento de rock, donde al final fueron a una casa sola, donde Evelyn fue abusado por su novio a lado de los amigos de él, para luego enterarse que el reclutaba mujeres para los negocios perversos de su tío Rodríguez, al final de la diversión de su novio, la entregaron a su tío y el la adormeció para llevársela a sus instalaciones donde seria rentada a hombres con fines sexuales.

Cuando Evelyn despierta, está en una celda que parece de cárcel, dura ahí un mes sin tener contacto con ninguna persona, solo es alimentada y aseada sin nada más, después del mes, llega una tipa llamada Clara por ella y le dice que la llevara a otro lugar donde se le solicita, se la lleva al RedHeels.

Al llegar a ese lugar, ella es instalada y le explican cómo funciona el lugar. Ella tendrá su propia habitación, su propio guardarropa, y su propia privacidad aparte de muchas cosas más. Pero esa misma noche tiene que trabajar y la mujer le dice que se asee que más tarde vendría por ella. Ella solo se siente triste y  sin más salidas al final se asea para su trabajo, al dirigirse al salón de belleza donde las chicas se alistan para su trabajo, ve a muchas chicas hermosas que se dedican a lo mismo. Ve como todas se cambian, para luego ella hacerlo, Clara le ayuda a estar lista para los clientes, aunque ella aún no sabe exactamente qué tipo de trabajo se hace en ese lugar.

Poco antes de bajar, Clara le pone un collar de color azul, ella se pregunta para que son esos collares ya que no nota que todas las chicas sin excepción tienen uno, pero los colores varían en 3, Rojo, Azul y Rosa. Fue cosa rápida entenderlo después, era la manera como clasifican las mujeres por su uso en el negocio, las veces que han sido usadas.

Rojo: más de diez veces. cual quier acto se puede cometer con ellas donde sea

 

Azul: de 1 a 9 veces usada, sería algo casi nuevo. Para adquirir estas chicas sexualmente, se tiene que pagar un gasto extra, pero solo únicamente para la penetración. Para manosearlas y cosas de ese tipo no hay necesidad de una cuota extra.

Rosa: son las mujeres vírgenes, por ellas hay una cuota más grande que se decide por forma de una subasta que cierra sin límite de tiempo, solo hasta que el gerente decide. Ya sea que le llegaron al precio o se dio cuenta que nadie iba a dar más y la cierra.

Siendo ella de color azul, baja al piso del negocio y se da cuenta del tipo de negocio que es. Es donde los hombres pueden tocar todo y hacer todo lo que se les plazca con las chicas del lugar, lo único prohibido son las penetraciones con las chicas de azul y rosa sin dar las cuotas extras por penetración que se les hace por ello, ella es encargada del área de apuestas de póker. Cuando llega ahí, hay un tipo que trata de sobrepasarse, pero a no estar acostumbrada Evelyn le da un golpe después de insistirle varias veces que no lo hiciera, aun después de las advertencias de Clara y las chicas del lugar que no hiciera cosas de ese tipo. El señor caí al suelo del golpe por perder el balance de la silla, el gerente David se da cuenta y decide castigarla, la mete a un cuarto totalmente oscuro donde no tiene contacto con nadie, solo y únicamente con dos tipos, los cuales la golpean una y otra vez, todo con una secuencia “ellos la mañosean y si se defiende, la golpean duramente” hasta que deja de hacerlo, pero igual ellos no dejan de visitarla durante días para golpearla, después de cierto número de días, es liberada y llevada a su habitación donde tendría un reposo de ciertos días antes de volver a trabajar, ya que una mujer moreteada y adolorida de todo su cuerpo y rostro, no es una buena mercancía.

Pasaron los días de reposo donde recibía visitas de Clara para ver cómo estaba y como mejoraba, ya con el tiempo pasado y ella en buen estado, está lista para dirigirse al salón de belleza para ponerse hermosa para bajar al RedHeels de nuevo.

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Ya habían pasado los dos días y ya tenía que volver a bajar a ese lugar de nuevo, me daba miedo volver a cometer otro error, pero aun así trataría de evitar ser ultrajada, pero con tantos hombres ¿Sería algo posible? Me preguntaba. Pase al salón de belleza a la misma hora. Al estar ahí, me acerque a Lisa y hablamos un poco mientras ella se alistaba, a no estar Clara, hice algunas preguntas rápidas ya que había establecido ya hace un tiempo la conversación.

–Lisa ¿Cómo se supone que esconden este lugar de las autoridades? –Le pregunte a Lisa.

– ¿Cómo lo esconden dices? Este lugar esta dividió en dos partes, el 20 0 30 porciento es un casino normal, con meseras y meseros y todo eso, pero hay una puerta que es Premium, donde solo pueden pasar los que sean del club Premium, al entrar a esa área del casino, es el are donde nosotras trabajamos, así pueden esconder el lugar de la sociedad, aunque inútil, si el dueño del casino, el señor Rodríguez controla media ciudad, pero es la fachada de todo. –Dijo Lisa, al escuchar eso, entendí mucho de como algo así podía pasar desapercibido.

–hubo algo que dijo el viejo de aquel incidente ¿A qué se refería con lo de que era casi nueva en este lugar? –Le pregunte eso, ya que lo pensé por muchos días.

–Aquí las mujeres tenemos precio, bueno algunas, otras no, a los hombres no les interesa nuestra experiencia propia de que sepas hacer, les interesa cuantas veces nos han usado, alguien con la membresía puede entrar y hacer lo que se le plazca, lo que sea… -La interrumpí para preguntarle.

– ¿A qué te refieres con lo que sea? –Le pregunte.

–Lo que sea Evelyn. –Dijo ella.

– ¿Frente a todos? –Le pregunte asombrada.

–así es, aunque hay mismo en el piso bajo hay en las orillas pequeñas áreas, que se tapan con una cortina deslizante, donde hay sillones extensos y cómodos, ahí algunos suelen hacer sus porquerías, la verdad es grotesco al principio, pero luego aprendes a vivir así. –Dijo Lisa.

–¿Y que significa el color del collar en concreto? –Le pregunte y a punto de hablar llego Clara y interrumpio nuestra conversación.

–¿Qué es dices? Las de color Rosa son las mujeres Vírgenes, un cliente no puede hacerles nada de penetración por ningún orificio, si quieren tienen que pagar extra, se crea una subasta y la chica dura un tiempo hasta que alguien le llega al precio al gerente y la dan, las Azules, son mujeres que han tenido relaciones 1 ves, en resumen las inexpertas casi vírgenes, aquí una mujer pierde el collar azul después de las 10 usadas, por ellas también hay que pagar una cuota específica, para ellas no es subasta, y en cuanto a las de color rojo, cualquiera y quien sea en el casino puede acceder a ellas, son del público sin pagar nada, solo tener Premium, que por ende se entiende que alguien en estas áreas, es obvio Premium… así que todos se podría decir. –Termino su explicación rápido y se sentó a vernos como nos pintábamos mientras veía el guardarropa, al parecer quería cambiarlo, ya me había comentado en los días que me visitaba, por algo igual de bueno y sexy. Cosas diferentes decía ella.

Escuchar que éramos un producto, hasta calificado absurdamente por nuestro uso, era horrendo, me asustaba este lugar, de que cosas comenzarían a pasarme aquí. Terminamos y bajamos de nuevo, de pronto vi a esa tipa con el collar rosa, estaba súper nerviosa de bajar, lo entendí todo, cada día que ella baja, tiene ese temor que ese día sea el día que alguien le llegue al precio al gerente, que horror vivir de esa manera, pobre solo pensé.

Ya baje de nuevo al lugar, tome un poco de aire y se apareció el gerente por un lado de mí, me vio y se veía el odio hacia mí, no le agradaba era un hecho, se acercó y me dijo “área 6” sin decir nada, entendí, quería que fuera a trabajar al área 6 de nuevo, solo pensé en se momento, que nadie me tocaría, me podían golpear, torturar, pero nadie me haría nada.

Llegue al área 6 y me pare igual que antes, las palabras rápido se hicieron llegar, las groserías de mi cuerpo, pero no me preocupe mucho, ya que había varias paradas a lado de mí, eran muchas mujeres hermosas y al parecer los clientes ya tenían a su favorita, de pronto una de ellas venia de una mesa y se acercó a mí para decirme.

–El señor de la mesa 13 me suspendió mis labores con él, quiere que tú le atiendas –Al tiempo que me decía, me señalaba al señor, le pude ver, era el mismo imbécil de hace un mes aproximadamente, era el mismo viejo sucio.

Me quería morir, pero pensé por mi cabeza y dije que nadie me pisotearía, mi importaba poco, pero nadie doblegaría mi espíritu, comencé a caminar hacia el señor, poco antes de llegar, voltio a verme, ya que estaba platicando con otro señor mientras jugaban cartas, eran 4 tipos contándole a él, todos ellos en la mesa, dos de ellos estaban muy entrados en el juego. Me vio y observo de nuevo de pies a cabeza, mi traje de ese día era gatita, ya que dice el casino era día salvaje, todas nos vestimos de acuerdo a nuestro color de collar, las de rojo de conejo, azules de gato y las de rosa eran diferentes, para sobresalir, era un babydoll rosa bien corto y sexy, que daba la impresión de inocencia y a la vez de sexy. En cuanto a mi vestuario, era un traje de dos piezas, la parte de abajo era peluda como una toalla de baño para secarse y la parte de arriba igual, pero la parte de abajo tenía una cola pequeña de gato, usaba unos botines peludos que parecían más pantuflas, con una diadema de gato, con guanas de color del traje, que eran gris todo el vestuario.

– ¿Le puedo ayudar en algo señor? –Le pregunte pero no fui agresiva, si él no me había hecho nada, no tenía por qué serlo.

–sí, quisiera que me traigas un Martini por favor, y una botana, la que sea. –Me dijo sin tratar de sobrepasarse, parecía que si había funcionado.

Me fui a traerle su encargo, llegue a la barra y estaba otra mujer, no estaba Lisa esta vez, me dio lo que le pedí, de pronto apareció Clara a lado sin avisar y dijo.

–Te vi como caminas, trata de menearlo un poco y hazlo sexy. –Me dijo en voz baja al oído.

–Está bien, lo are clara. –Le dije, no había nada de malo, eso lo podía aguantar.

Tome lo que tenía que llevar a la mesa y me fui caminando sexy, el señor voltio a verme y no quito la mirada encima de mí, le gustaba mi forma de caminar al tipo cochino, seguí de esa manera. Al llegar a su mesa, el tipo me indico donde la pusiera, fue cerca de él, en realidad casi justo enfrente, me acerque y coloque a lado de él, a su lado izquierdo, casi pegado a él y le puse su bebida al tiempo que le puse su plato de botana en la mesa.

–Aquí esta señor, como usted pidió… -Mientras le serbia, pare de hablar, sentí como el tipo movió la silla unos centímetros hacia atrás y se puso a ver mi trasero, pero no le bastó con ver, hizo lo que me silencio. Puso una mano por la parte trasera de mi rodilla, y comenzó a subir la mano.

–Se ve muy rico todo lo que me trajiste. –Dijo el señor, ignorando lo que me estaba haciendo, yo comencé a sentir como había recorrido casi toda mi pierna, y su mano no se detenía

En ello pensé en quitarle, pero quise hablar, quise golpearle, pero no salían las palabras de mi boca, y mucho menos los golpes, comencé a sentir miedo, tenía miedo que el señor me golpeara, no sé de donde salió ese pavor. Tenía miedo quitarle y recibir un golpe fuerte, el siguió subiendo sus manos mientras subía su mano, yo me quede quieta en esa posición, no pude enderezarme, me quede quieta paralizada en esa posición inclinada, la posición que tome al servirle las cosas en la mesa. Su mano siguió subiendo a mi nalga.

–Se ve muy rico insisto, lo que traes ahí niña. –Dijo el viejo, refiriéndose a la botana pero a la vez dándole doble sentido a sus  palabras.

–Espero sea de su agrado. –Salieron esas palabras pero en pausas de mi boca, estaba aterrada, quería defenderme pero mi cuerpo estaba controlado por un miedo.

El tipo siguió acariciando mi trasero con toda su mano, la pasaba de una a otra, no dejaba escapar nada de mí, volvía a bajar su mano poco a la pierna y volvía a subirla hasta mis nalgas de nuevo y volvía a acariciar.

–Me encanta tu nueva actitud, es bueno niña, me encanta que te hayas quedado en esa posición inclinada, la vista que me das es tan rica. –Pero yo no me quede así apropósito, es solo que quede en shock, pero al decir eso el tipo, me despertó y me di cuenta que me había puesto a su merced y me enderece.

– ¿Algo más que quiera señor? –Le pregunte sin moverme de donde mismo, solo me quede quieta a esperar sus órdenes.

–No, solo quédate aquí, espérate unos 5 minutos. –Mientras me dijo eso, volvió a poner su mano en mi cadera y la pasó por toda mi parte trasera, me tenía abrasada de ahí.

–Señor, lo siento pero tengo que atender el club. –Le dije tratando de zafarme.

–Está bien, atiéndeme, ve y tráeme un poco de postre, de ese con fresas que está muy bueno. –Me dijo el señor.

–Está bien, ya regreso señor. –Me fui a la barra y pedí el postre, me regrese con el señor a su mesa y el tipo me volvió a ver y se rio conmigo, pero fue coquetamente.

–Quiero que lo pongas ahí. –Me señalo donde lo pusiera, era enfrente de su botana, entonces tendría que inclinarme más para ello, para poder alcanzar, era muy listo este viejo mañoso. Trate de hacerlo rápido pero no fue así.

Me acomode y mientras lo iba acomodando, el señor puso una de sus sucias manos de nuevo en mis nalgas, comenzó a acariciar, ya casi al terminar de ponerla, me dijo,

–No me arrepentí, ponla ahora más a un lado. –Dijo el viejo arrepentido de donde lo había puesto.

Lo moví de lugar, a un lado, pero el señor me volvió a pedir que lo pusiera a otro lado, me seguía ultrajando con su mano, quería matarle, pero no podía, dentro de mí gritaba “Defiéndete” pero tenía miedo que me golpeara el señor, tenía mucho miedo y no hice nada.

El viejo cochino puso su mano en mi entrepierna y comenzó a frotar, froto sus dedos de arriba abajo, y como el traje era algo delgado, sentía mucho sus dedos en mí, lo sentía muy bien ahí, me desagrado y quería voltearme a propinarle un golpe el doble de fuerte pero no pude.

–Estas muy rica niña, quisiera hacerte mía. –Dijo el viejo cochino, eso me hizo reaccionar y me enderece para luego decirle.

– ¿Ocupa algo más señor? –Le pregunte, pero en ese momento vi como David se había parado cerca de nuestra mesa a ver mi servicio al señor, con su cara de pocos amigos.

–Si niña, ocupo que te sientes en mis piernas, quiero que te coloques como te puse la vez pasada pero que lo hagas tú. –Cuando dijo eso, voltee a ver a David, aunque él no escuchaba lo que decíamos, el veía y si ese señor se paraba disgustado, me iba a ir mal.

Me senté en sus piernas, pude ver su juego de cartas, en realidad no me intereso, el viejo apestaba mucho a cigarro, alcohol, a viejo y muchas otras cosas horribles.

–Solo 5 minutos señor, tengo que atender el club, espero me entienda. –Le dije tratando de zafarme.

–Si está bien, solo 5 minutos. –Dijo el señor, mientras sentí algo debajo de mí, era su pene, la tenía el viejo bien pene bien erecto y me la tenía restregada en una nalga.

– ¿Va ganando señor? –Le pregunte al viejo, tratando de ser amable.

–Claro ¿Qué no sientes mi verga en tu culo? –Me dijo al tiempo que todos en la mesa rieron, me dio tanto coraje, tanto odio, quise golpearle, pero voltee rápido a David y aún estaba ahí, aunque hubiera querido hacerlo, había algo dentro de mí que me impedía, tenía miedo de recibir un golpe por impedir su mañoseada.

De pronto el señor gano la partida, el señor había ganado esa partida, solo los otros señores se disgustaron por ello un poco y dijeron que querían otro juego, entonces como era la encargada del atender la mesa, me trate de levantar, pero el señor no me dejo, me tomo con fuerza de mi cintura.

– ¿A dónde vas nena? –Pregunto el señor.

–A servirles las cartas señor. –Le dije con amabilidad, tratando de no exaltarme.

–Pero tienes que pedirme permiso, estas en mi verga ahora mismo estúpida. –Dijo el señor molesto.

Voltee a ver y ahí estaba un David, viendo mi comportamiento. Así que obedecí a lo que dijo el señor, no me quedo otra manera.

– ¿Señor, me da permiso de pararme y hacer las cartas? –Le dije al señor.

–No! No te doy permiso, y no quiero que te separes de mí y quiero que esas cartas estén servidas en 1 min. –El muy imbécil ¿Cómo quería que hiciera eso?

Entonces no se me ocurrió una manera, era algo grotesca pero no me quedo otra forma, encima del señor, me moví y coloque hacia enfrente, ahí mismo me puse un poco de pie, hasta donde la mesa me daba espacio de hacerlo, la posición que tuve que adoptar era súper incomoda, con mi trasero hacia atrás y mi cuerpo hacia enfrente, con una mano me sostuve de la mesa para mantener el equilibrio y me coloque exactamente como un arco, placentero fue para el señor, todo mi trasero estaba empinado y a su vista. Comencé a tomar las cartas de la mesa, alcance a tomar las primeras del medio, aquel señor del que estaba sentado, comenzó a acariciar mi vagina por encima de la ropa, supe en ese momento que tenía que apurarme, trate de hacerlo, pero las cartas estaban lejos, difícil de alcanzar desde ese punto, tome las de un seño y luego las del otro, ya solo me faltaban las de uno, pero el viejo cochino del que estaba sentado, comenzó a besarme la vagina por encima de la ropa, podía sentir su lengua de viejo mojada que de seguro apestaba a cigarro, me dio tanto asco imaginar, pero por fin alcance las cartas. Me regrese y senté encima del señor.

–Ohh que rico sentir tu culo encima de mi verga otra vez. –Solo lo escuche, no puse atención y comencé a arreglar las cartas, ya después que termine, comencé a repartirlas, poniendo las del señor ahí frente a mí en la mesa, ya que termine, me voltee de lado de nuevo en sus piernas y le dije al señor.

–Señor, lo siento pero ya pasaron los 5 minutos. –Le dije tratando de zafarme, pero no me di cuenta que David se había acercado a la mesa.

– ¿Cómo la está pasando señor? –Pregunto David al señor.

–De maravilla, pero dice esta niña que solo puede estar 5 minutos como máximo con un cliente, y yo quiero más. –Dijo el señor a David.

–No se preocupe señor, por los incidentes con la chica esta, aremos una excepción, que sean 10 minutos niña. –Me dijo eso ultimo dirigiéndose a mí.

Qué horror, no podía creerlo, ya que me había logrado escapar, David se quedó unos segundos más y se fue a la barra a sentarse y tomar algo.

–Niña, quiero que sostengas las cartas con tu mano izquierda, mientras yo me entretengo contigo, sostengas bien para mí y que nadie las vea. –Dijo el señor. Quería matarle, pero aún estaba aterrada.

–Está bien señor. –Le dije sumiendo la cabeza y tome las cartas en mi mano.

El señor puso sus manos en mi cadera y comenzó a moverme encima de su pene, me movía en círculos, el señor se estaba restregando mi trasero en todo su pene y yo ahí tratando de que eso no existiera. Después de ello, comenzó a moverme más y meter la mano por encima de la ropa en mis pechos, siguió tocándomelos fuerte y a veces suave, eran las cosas como al le complacía.

–Tienes unas tetas tan ricas y grandecitas, me encantas mucho niña ¿Te llamas? –Pregunto por mi nombre y sin más le conteste.

–Evelyn señor, ese es mi nombre. –El señor comenzó a usar la otra mano y comenzó a acariciar mi pierna por encima de los ligeros, era algo molesto, además porque se acercaba muchas de las veces a mi entrepierna.

–Me llamo Francisco niña, por si querías saber mi nombre… ohh que bien hueles. –Dijo eso el estúpido mientras me olía morbosamente mi pecho.

De pronto el señor, puso una mano en la parte superior de mi calzón de gatita y la metió de golpe y llego a mi vagina yo estando así sentada, eso me impresiono y di un salto de golpe, tumbe las cartas al suelo sin darme cuenta. Pero nadie de los jugadores contrarios vio las cartas para mi suerte. El señor saco la mano rápido de ahí y se la pego a su nariz.

–Oh y ahí huele aún más rico. Eres una mujer hermosa. ¿Cuántas veces has tenido sexo en tu vida niña? –Pregunto el viejo mañoso, me dio pena contestar pero a la vez me daba miedo guardármelo y hacerle enfadar.

–Una vez, solo fue una vez señor. –Le dije en voz de pena y muy bajo el tono para que nadie en la mesa escuchara.

– ¿Cuántas veces dijo? –Pregunto el señor de enfrente de nosotros.

–Una vez dice la muy puta ¿Le creemos? ¿Qué dicen? –No quería que los demás supieran, y este tipo francisco le importo poco mi privacidad y me exhibió de esa manera.

Solo me quede viendo a la copa, me quede pensativa, de cómo había acabado ahí, hace dos meses estaba feliz con mi familia y ahora estaba ahí. El señor francisco seguía oliendo su mano con mi olor ahí.

– ¿Qué esperas? Recoge esa carta estúpida. –Me ordeno el tipo.

En eso reaccione y coloque las cartas en la mesa en posición hacia abajo para que nadie las pudiera observar, ya estando abajo, el señor sin darme cuenta, había desabrochado su pantalón y tenía su pene fuera. Su tamaño era algo normal, unos 15 cm, era algo viejo pero aun bien duro, cuando me iba a parar a darle la carta, el señor puso una de sus manos en mi cabeza.

–Quédate ahí abajo, quiero que me la mames estúpida. –Al escuchar eso, me quede en shock, no supe que debía hacer, me pare aun contra su voluntad y me quede frente a él sin decir nada, solo pensaba sobre las cosas, sobre el límite que había, quería usar esa excusa para zafarme.

–Señor, para usarme, tiene que pagar una cuota extra, ese tipo de servicios lo ejecutan otras compañeras ¿Si gusta le puedo hablar a una? Para que lo atiendan hasta de una mejor manera y como usted se merece. –le dije y por fin una me salía bien.

–Pues te compro estúpida. –Al decir eso, solo me dejo paralizada escuchar eso. El señor trono los dedos y rápido se acercó David a él.

– ¿Qué le puedo ayudar señor? –Dijo David, rápidamente el señor contesto.

– ¿Cuál es el precio de esta niña? –Pregunto a David.

– El mismo de todas señor, se maneja el mismo para todas las de azul. –Contesto David.

–Perfecto, la tomo. –Contesto el señor.

–Maravilloso señor, no se arrepentirá de tomarla. Que la disfrute, provecho señor –Después de decir eso, David se fue.

Yo solo comencé a respirar más fuerte y me entro una tristeza profunda, mis ojos como platos se pusieron mirando a la nada, quería estar muerta, quería llorar, pero no quería hacerlo frente a ese señor, no frente a David, no quería demostrarles que era débil, pero tampoco era fuerte.

– ¿Qué tienes niña? ¿Si quieres llorar? Hazlo, adelante, pero en silencio y mientras me la mamas. Ahora muévete y hazlo. –Dijo y ordeno Francisco.

–pero ¿Aquí frente a todos? –Le pregunte tratando de evitar la humillación.

–Sí, aquí frente a todos, apúrate y bájate a mamarla. –Dijo el viejo.

–Hago lo que quiera en otra parte, pero por favor aquí no. –Le suplique aún más, no quería ser observada por las otras chicas mientras hacía eso o por los otros viejos cochinos de la mesa o algún cliente.

–Te dije que no, mámamela ahora. –Volvió a ordenar.

–Por favor, reconsidere, hago lo que usted quiera, pero por favor, por lo que más quiera aquí no, sería muy humillante para mí. –Le volví a suplicar.

–No hay nada que pueda hacer una mujer que sea humillante, no te avergüences, ese es tu papel como mujer, ser cogida y mamar vergas, ahora apresúrate. –Me volvió a insistir el señor.

–Enserio, por favor, aquí no, se lo rueg…. –Me interrumpió el señor en mera suplica.

– ¡QUE NO! ENTIENDE. –Yo creo que todo el casino escucho, y muchos voltearon de otras mesas, ahora si todo mundo me veía.

–Estas mujeres de hoy en día, piensan que tienen en realidad los mismos derechos que los hombres, cuando la realidad es que solo son para ser cogidas y penetradas. –Dijo uno de los señores de enfrente de mí. Uno de esos tipos de la mesa que jugaban con francisco.

Solo pensarlo me daba asco, francisco era un tipo viejo, con algo de pansa pero sin exagerar a comparación de sus compañeros de mesa, que eran viejos y panzones. A la vez, todos me veían ahí, tenía la mirada de todos en mí.

–Apúrate, que siento que mi verga estallara de pensar que tu boquita estará aquí. –Dijo Francisco.

–Está bien señor. –Mi voz ya no era la misma, ahora era con el alma destruida y sin esperanzas, antes la violación de Rafael fue a la fuerza, pero esta vez seria yo quien bajaría y haría eso.

Me comencé a inclinar para hincarme, mientras lo hacía estaba llorando pero sin hacer ruido para no molestar al señor, baje y me moví por debajo de la mesa, recordé darle la carta que aún tenía en la mano y el señor la agarro, me acerque al señor a su miembro.

–Que no llores te dije, obedece niña. Haces mucho ruido. –Muy desconsiderado pero igual a el que le importaba, francisco solo quería su mamada.

–Discúlpeme… señor…. No vue…lve a pasar se lo prometo. –En pausas en el llanto que no me dejaba hablar. De pronto el señor bajo su mano y me dio algo, era un lápiz labial rojo carmesí.

–Póntelo en los labios, ponte mucho y antes de mamármela, quiero que me plantes un beso en la cabeza de mi verga, quiero verlo. –En eso, recordé lo que me había dicho anteriormente, que había tipos muy raros que me toparía.

–Sí, señ…or –Tome el lápiz y me lo puse en todos mis labios, para después acercarme a su pene, lo vi ahí, me daba asco pero sin más, cerré los ojos, tome un poco de aire para no hacer más pucheros y le di un beso bien sembrado, para asegurarme de que no metiera el pretexto de que no lo hice bien y me pidiera otro.

–Eso niña, bien hecho, me encanta ver un beso bien plantado en mi cabeza. Ahora mámamela y déjame jugar a gusto. –Ya como orden final y por fin el tipo comenzaría a jugar.

–Sí señor. –Le dije, mientras que dentro de mi sabía que tenía que defenderme, tenía principios, pero mi cuerpo no reaccionaba, el miedo que recorría mi cuerpo era horrible, obvio tenía un trauma por lo que me hicieron aquellos tipos.

Puse la boca cerca del pene y cerré los ojos, pegue mis  labios a su pene y comencé a abrir la boca lentamente, sin acelerarme, nunca había mamado un pene hasta aquella vez que Rafael y sus amigos me obligaron, no tenía experiencia, pero improvisaría o de lo contrario me golpearían de nuevo.

–Oh eso puta, que bien se siente tu boquita en mi verga. –El señor comenzó a disfrutar eso que tanto anhelaba desde ase minutos.

Abrí un poco los ojos y mira a los lados, aun había tipos viéndome mamarla, mientras que otros se burlaban de mí, diciendo cosas y murmullaban cosas como “no que no la puta” “¿Y decías que no?” “No te vayas a ahogar” y muchas más, muchos se voltearon sus sillas solo a verme doblegarme, ahí tomando sus cervezas y los juegos de cartas en pausa.

–Que bien la mamas, tú sigue así niña. –El señor apenas y podía hablar, de lo que le gustaba lo que le hacía.

Me daba mucha pena, pero ya todos me habían visto, cada grito que escuchaba, me hacía llorar más, cada burla que emitían de mí, me destruía mas. Seguí metiendo y sacando ese pene en mi boca sin parar, aun en llanto, no había nada más que pudiera hacer que obedecer. Solo pensaba en mi cabeza “que esto se acabe ya” “quiero que este momento termine” , así que de pronto se me ocurrió algo, hacer terminar al señor francisco rápido, y comencé a moverlo con más fuerza su pene de arriba abajo con mi mano, mientras usaba mi lengua en su cabeza para darle más satisfacción, el señor estaba que se moría por lo que sentía.

–Ooohhhh eso bonita, AAhh eso así. –El seguía y seguía disfrutando.

Seguí haciéndole ese oral al señor francisco, pero yo no podía, me daba mucha pena y aún estaba en llanto, pero los tipos seguían gritando y burlándose, creo que fue mi momento más humillante de mi vida, no tuve más opciones que seguir. Seguí y seguí sin parar chupando y mamando ese pene de ese viejo, pero no lograba hacerle venir, el viejito aguantaba mucho.

Pare un poco de mamar y mira a mi alrededor y todos me veían, todos aún seguían su mirada encima de mí, hubiera deseado no haber volteado, ahora me sentía más humillada y más explote en llanto, pero el señor francisco se enojó.

– ¿Qué crees que haces? Mámamela. –Se enojó y me jalo la cabeza a su pene para que no dejara de mamarla.

Se comenzó a escuchar más chiflidos en el lugar y gritos groseros “Eso, dómala a la puta” “enséñele lo que es una buena verga señor francisco” “si te gusta puta, no te hagas” muchos más gritos, pero trate de no hacerles caso y abrí la boca para que entrara ese pene, pero el señor no dejo de forzarme y me la metió hasta mi garganta, fue horrendo, y comenzó a moverme la cabeza encima de su pene, fue un horror, quería vomitar, pero no debía caer en eso, me aguante las ganas y por fin el señor me dejo para que yo siguiera mi ritmo.

–Francisco, recuerda que estamos jugando, no te entretengas esa puta, te toca tirar a ti. –Dijo una de los señores de la mesa.

Al escuchar eso, el señor Francisco se puso a jugar y me dejo ahí solo, algunos se voltearon a sus mesas, pero otros si se quedaron a verme como se la mamaba, a decir verdad los hombres más jóvenes, los viejos solo volteaban a verme a veces y volvían a lo suyo. Dure un tiempo ahí abajo mamándole al señor, el llanto se me esfumo un poco, a que los gritos cesaron y los que quedaron solo se dispusieron a  ver y no hacer ruido.

–Oh oh espera, no tan rápido niña, ya estoy viejo y no quiero terminar aun, yo no me puedo recuperar tan rápido para un segundo round como cuando era joven. –Cuando escuche, obvio obedecí, no había nada más que quisiera que dejar de hacer eso. Pero pronto me arrepentiría de no haberle hecho terminar.

Me limpie la boca de la saliva que traía escurrida y me levante del lugar, para decirle al señor.

– ¿En qué más le puedo ayudar señor? –Aun limpiándome las lágrimas.

–Yo pienso seguir jugando niña a las cartas. –Me dijo eso y sentí un alivio por dentro, el señor esperaría un tiempo a seguir con su compra, eso me dio un respiro.

–Está bien señor, vendré ya que me necesite si eso le parece. –Le dije, pero no le pareció ya que me vio con disgusto.

– ¿Qué dijiste? No niña, yo te compre esta noche, solo me atiendes a mí, que nadie te explico eso, hoy solo estarás aquí para mi únicamente, estarás ahí hasta que yo me arte y me vaya, harás lo que te pida y si no te pido nada, te quedaras ahí parada en espera de que se me ocurra algo, y cualquier cosa, desde ir al baño y comer o tomar algo, me pides permiso a mí. –No podía creer, pensé que comprar a alguien era como comprar a una prostituta, el tiempo de usos, no en total tiempo hasta su ida del lugar.

–Está bien señor. –Le obedecí, no creo que estuviera mintiendo.

–Ahora escucha bien, quiero que te sientes en mis piernas, igual que ahorita y me masturbes con tu mano, trata de no sentarte en mi verga y mastúrbala pero suave y lento, no quiero venirme pero tampoco quiero que se baje y quiero terminar este juego, eh apostado mucho dinero. –Escuche y obedecí.

Me senté en su pelvis, pero su pene quedo entre medio de mis piernas y baje la mano, comencé a frotar mis dedos en su cabeza de arriba abajo, lento y suave como él quería, hice solo y únicamente eso durante unos 5 minutos como el señor ordeno hasta que el juego se acabó. Llego otra mujer a la mesa, a atenderla, ya que yo ya no atendía a la mesa, desde el momento que el señor me compro, ya no me encargaba de nada más que de él. Preparo las cartas y volvió a tirarlas, el señor francisco aún seguía encantado con mi técnica en su pene, pero él quería más.

–Dame un beso niña, quiero que me lo des muy apasionado y que sea bueno. –No podía creerlo, iba a besar a ese señor en su boca asquerosa. Pero nada más me quedaba, además no quería ofenderle y que se fuera furioso.

Me acerque y lo bese por encima de los labios, pase los míos por encima de los de él, pero me distraje y pare en su pene, eso parece le molesto por que puso su mano sobre la mía y me la movió arriba abajo, indicándome que no pare. Entendí el mensaje, solo buscar su satisfacción y nada más que eso, así que frote con un poco más de fuerza su pene al tiempo que me metí en su boca ahora sí, todo eso le llego al viejito de golpe al mismo tiempo, mientras le besaba rápido, seguí moviendo su pene con mi mano aún más rápido y puse más presión con mis dedos en su cabeza, el señor se despegó de mi beso y solo dijo.

–Ah que delicioso beso pero Oh oh que rico, eres una putita, sabes cómo complacer a un hombre para no tener experiencia. –Dijo el señor francisco, sin darse cuenta de mis intenciones, quería hacerle venir y así deshacerme de él.

–Espera, a donde tan rápido, vuelves a intentar hacer algo así, y no te la acabaras niña. –Cuando escuche eso, recordé muchas palabras de rojo y azul, me dio pavor escuchar eso, pare rápido y obedecí al ritmo que él quería, lento y suave para no provocarle una venida pero no dejarle de dar placer.

Continuo el siguiente juego, mientras el señor jugaba, yo seguí masturbando al señor como el indico, dedos en su cabeza presionando y frotando hacia abajo, eso le gustaba, me di cuenta que se ponía seco y escupí mi mano para echárselo en su cabeza, el señor al ver eso, solo me miro y rio, para luego voltear a ver el juego con sus compañeros. Yo seguí durante todo el juego en esa posición sin decir y ni hacer nada, más que ver el cuello del señor y su camisa, mientras movía mi mano. Después de un tiempo el juego termino de nuevo y el señor volvió a ganar, tenía mucha suerte al parecer o era muy bueno.

–Ahora quiero que tus las arregles las cartas, anda ve, igual que antes niña. –Me ordeno y obedecí, de la misma manera que antes, me puse en dirección hacia enfrente y me levante en curva de nuevo dejándole todo mi trasero a su vista.

–Oh si vieran amigos que rico se ve esto. –Dijo Francisco a los demás de la mesa.

La mujer que atendía la mesa solo me voltio a ver y pudo notar mi pena sobre todo eso, pero al parecer ella entendía bien por lo que estaba pasando y solo se colocó ahí, un señor comenzó a manosearle el trasero a la mujer, yo me dedique a lo mío, arreglar las cartas para otro juego.

Me asuste al sentir algo diferente, el señor estaba bajando mi pantaleta, se estaba dando el permiso el mismo para hacerlo, aunque pensándolo bien, lo tenía se supone. Al sentir eso, me enderese rápido y casi tiraba al señor hacia atrás pero se alcanzó a sujetar de mi cintura.

– ¿Qué te pasa niña? ¿Tienes algún problema con lo que hago? –Me pregunto eso ultimo con un poco de reto en su asentó.

–No señor, no tengo ninguno. –Con voz baja y con la mirada hacia abajo le conteste.

–Pues vuelve a lo que hacías ahora mismo. –El señor volvió a ordenar, mi pantaleta se encontraba poco arriba de mis nalgas, ni había alcanzado a bajar casi anda… aun.

Me volví a inclinar a agarrar las cartas y prepararlas y el señor de nuevo bajo mi pantaleta, pero ahora si la bajo toda, ahí enfrente de docenas de personas, me daba mucha pena, pero no podía hacer nada, mire a mi alrededor a ver y los que no me veían, era porque estaban ultrajando a otra mujer, incluso llegue a ver como un hombre se estaba haciéndoselo a otra compañera mía en un sillón de la esquina, al parecer era muy enserio lo de hacer lo que quieras con las chicas del lugar.

El señor francisco se acercó a mi vagina y comenzó a olerla. Eso me hizo sentir coraje y mucho odio, quería defenderme, pero que podía hacer. Solo apuñe con fuerza mis manos y cerré los ojos por unos segundos tratando de tomar aire.

– ¿Huele bien ahí abajo francisco? –Pregunto el tipo que tenía a mi compañera.

–oh si, como no tienes idea, pura pureza y juventud hay aquí. –a lo que decía eso a su compañero, me dio un lengüetazo en mi vagina, como si fuera una paleta.

– ¿y qué tal sabe? –Pregunto el mismo mientras reía.

–sabe a lo más delicioso que eh probado en mi vida, sabe a gloria. –Dijo al tiempo que volvió a lengüetearme una y otra vez, el señor francisco.

–No señor, por favor, eso no, aquí no. –Le dije y suplique.

–Nada de eso, tú sigue arreglando las cartas, recógelas todas. –Fue lo último que dijo, para después comenzar a meter su boca en toda mi vagina, metió su lengua hasta lo más dentro de mí ser y lambia y chupaba sin parar.

Yo seguí recogiendo las cartas, pero por más que quise, ese señor comenzó a provocarme placer, eso no estaba en mí, mi sexo está hecho para dármelo, y eso fue, me sentía como un perro callejero, teniendo sexo en la calle como si nada, me daba pena, claro aún no llegaba al sexo, pero no veía la diferencia en realidad yo.

–Oh que rico sabe. –Decía francisco y volvía a lo mismo.

Trate de hacer las cartas lo más rápido que pude, pero el señor se había metido mucho en mi vagina. Hasta que termine y por fin le dije al señor que ya había terminado.

–Señor, ya termine ¿Doy las cartas ya? –Pregunte al señor sin sentarme. –Para lo que me contesto otro.

–Pues claro niña, estamos esperando desde hace mucho eso, apúrate. –Y obedecí y las di, cuando tuve las cartas ya del señor francisco. Me acerque a dárselas y él se despegó por fin de mi vagina o eso creí.

Trate de bajar pero el señor me engaño, volvió a mi vagina y volvió a mamar con más fuerza y ataco en mis puntos débiles de mujer, el sabia, el tenia años de experiencia.

–Ahhhmmmm aaaAAAHH –Me saco un gemido sin control, que vergüenza al escucharlo de mí.

El señor no paro, hasta pareció que eso lo motivo mas y siguió moviendo su lengua en mi vagina y siguió un rato más, mire hacia arriba y mire a mi compañera como me veía, me dio tanta pena que me voltee hacia abajo y cerré los ojos, y otro gemido se escapó, trate de que no hubiera un tercero tapando mi boca con fuerza pegando diente con diente, pero salió otro, me estaba gustando ahí frente a todos. Era un placer real, el señor siguió y siguió, me provoco otro, después se volvieron tan seguidos que no pude y se escapo de mi boca todo.

–Ahhhh mmmm ahhhh aAAh que rico. –Dije y dije muchas veces.

–todas son unas putas, a todas les gusta la verga… ¿verdad nena? –Dijo el mismo señor de la mesa que no le paraba la boca y que tenía a mi compañera en sus piernas.

–Sí señor. –Dijo mi compañera al tipo.

–Por favor, pare señor… aaahh Ahhh pare.. mmmmmm que rico. –No sabía qué hacer.

– ¿Quién te entiende? Dices que pare pero luego que te gusta. Eres más que una puta. –Siguió lamiendo y chupando, todo eso en mi parte más débil como mujer, no podía controlar el placer.

Abrí los ojos entre gemidos y pude ver a los hombres observarme, disfrutaban verme como me ultrajaba el señor, eran todos unos enfermos abusivos, el señor francisco siguió por unos minutos más, trate de evitar hacer ruido pero no pude, hasta que el señor se cansó y se apartó de mi vagina.

–Está bien niña Evelyn, ahora siéntate que jugare cartas. –Cuando escuche eso, yo ya quería sexo, pero no debía, sería más humillante pedirlo, así que me resigne y me senté, pero olvide algo.

Al sentarme, el señor me metió su pene en mi vagina sin avisar, no recordaba que el señor tenía sus pantalones desabrochados y con su pene fuera.

– ¡No señor! Por favor eso no aquí no. –Le suplique con mucho entusiasmo, eso ya era mucho para mí, que me hiciera eso frente a todo el público.

– ¿Pero qué dices? Si es obvio que te gusta y quieres ahora esto. –Me dijo al tiempo que me comenzó a mover con sus manos.

–No señor, se lo suplico, eso no. –Le volví a decir pero fue inútil.

Me ignore y ni contesto, solo siguió moviéndome de arriba abajo con sus manos, me movió y sin más que hacer y con un poco de placer y excitación que ya traía, me moví encima de él, que más me quedaba, y si fue igual que antes, había ahí hombres viéndome, pero igual manera no podía hacer nada para ello.

–Ahora quiero que te muevas tu lento encima de mí, quiero que seas suave, ya estoy muy viejo y no aguantare si me das rápido como a ti te gusta, no al menos aquí. –Me susurro eso al oído

El quito sus manos encima de mí y las puso en las cartas, muy incómodo quiero imaginar jugar así, pero él lo hizo, se puso a jugar mientras me movía lento en su pene, era extraño eso, me gustaba sentir esa verga, pero me gustaba estar ahí castigada, porque era un castigo no dejarme moverme a mi placer, era muy pequeño el movimiento, me hacía sentir bien pero a la vez necesitaba más.

El señor siguió jugando y dure los minutos que duró la partida, ya casi para terminar el señor, comencé a moverme un poco más rápido, no pude aguantar mucho estar así, el señor se enojó y me detuvo.

–Más lento niña, fui claro contigo. –Me detuvo.

–Es que está bien rico señor. –Le dije al oído mientras me movía suave como él quería.

–pues espérate, me costaste mucho dinero y fuera de ello, estas súper riquísima. Quiero disfrutarme poniendo el 100 de mí en ti.

–Ahhmmm está bien rico ¿Seguro que no quieres que lo haga más rápido? –Le pregunte a susurros.

–Estoy seguro niña. –Al decirme eso, me propino un beso en mi boca de lengua, no me opuse, estaba muy excitada para ponerme caprichosa.

El señor siguió jugando y yo seguí el rito que él me pidió, aun me daba pena ver a los demás, cerré los ojos para no verles y solo escuchaba el juego y las cosas que decían los acompañantes del señor.

–oh está bien rico señor. –Le decía a su oído. Al parecía gustarle, se reía pícaramente cada vez que decía algo a su oído.

No me medí y comencé a moverme más rápido en su pene, me comencé a mover a mi antojo y mi placer subió, comencé a imaginarme la cara de los demás y al abrir los ojos me di cuenta, que los demás me veían, algunos alcance a ver como se frotaban con la mano su pene, de cómo se morían por jugar conmigo y darme, después de todo no era tan malo, pero con las chicas si me daba pena, me voltee de nuevo mire al techo mientras me movía en francisco, eran tan delicioso e increíble, cerré los ojos con fuerza y me moví, aun que escuche que francisco me dijo que parara, no le pude hacer caso.

–para niña, vas muy rápido. –Dijo pero no escuchaba.

–No AaHH No quiero Ahhhhh aaahhh francisco me gusta que me hayas comprado y tener tu verga dentro ahhh ahhh –Fue una lluvia de gemidos y no pare nada ni le di descanso a francisco.

El señor fue cuestión de tiempo que no aguanto mi ritmo y cedió, de pronto se escuchó como el señor lanzo un pequeño gemido.

–Ohhmmmm mmmmm que rico ah oh que rico, maldita niña me hiciste terminar. –El señor había terminado, no fue mi intención.

Nunca quise hacer eso, me metería en problemas por hacer eso, pare un poco mi ritmo para dejar descansar al señor porque ya había terminado.

–Lo siento señor, no me medí, no le diga a David, me castigara. –Le suplique al señor.

–No te preocupes mi niña Evelyn, pero dime cariño. –Me dijo con voz suave y cariñosa.

–Por favor, discúlpame cariño, no le digas a David. –Le dije como el quería.

–Claro nena, no lo hare, pero lo nuestro aun no acaba. –Me dijo en susurros.

– ¿no? ¿Cómo es eso posible? –Me sorprendió su respuesta y la verdad me entusiasmo por que yo no termine y quería más de el dentro de mí.

–deja solo termino este juego ya está para terminar solo mire y observa. –Sin quitarme de su pene, mire como arrojo las cartas y el señor gano, los demás se molestaron y aventaron las cartas maldiciendo.

–Ahora párate y acomódate tu ropa, nos iremos de aquí a un lugar más cómodo. –Dijo el señor francisco, y abrió mis dudas ¿A dónde seria y cómo?

Se levantó el señor, en realidad aún se veía muy duro el señor, no se veía un viejo frágil, se notaba que se cuidó en su vida, me tomo de la mano, se acercó a David y le dijo.

–El dinero de esa mesa que gane, creo que cubre los gastos de la niña y aun mas, lo que sobra quiero me nadie me la toque por una semana a la niña, ningún otro hombre más que yo. –Dijo francisco a David.

–está bien señor, me parece perfecto y aquí se hace lo que usted diga. –se fue David por el dinero de la mesa.

–Ahora tu niña, dame una pastillita para viejos y una habitación –Se dirigió a la mujer de la barra.

–Con gusto señor. –La mujer le dio una pastilla y el señor me jalo a una habitación al fondo de un pasillo y entramos con la llave del señor francisco que había pedido.

– ¿Por qué no fuimos a tu cuarto de arriba? –Le pregunte.

– ¿Qué no sabes nada niña? Bueno cierto eres nueva. Aquí son unos extorsionadores, si quieres a una chica, tienes que pagar por una habitación aquí, y como quieres eso te lo cumpliré, solo por ser deliciosa y suave conmigo. –Dijo al tiempo que abría la puerta del lugar.

Entramos a la habitación y francisco se tomó la pastilla, al tiempo que se fue al baño a refrescarse un poco, yo me quede sentada ahí en la cama, sorprendida de lo que había hecho y lo que iba hacer aun. Era todo sorprendente y nuevo para mí, pasaron unos minutos y llego a mi Francisco, podía ver su grande y fuerte bulto en su pantalón, era obvio que ya había surtido efecto su pastilla.

–Ahora quiero que te quites la ropa para mí, lento y suave como me gusta. –Dijo Francisco.

–Como desees cariño. –Me levante y francisco tomo mi lugar.

Desabroche mi brasier, fue lento y suave come él quiso, al sacar mis pechos al aire libre, pude ver como francisco me veía con mucha lujuria, estaba como clavado en mis pechos, veía y eso me gusto, me sentía como una ramera y una mujer muy deseada, acaricie un poco mis pechos para él, pero tuve que pasar a lo siguiente, puse mis manos en mi cadera y baje lento a mi cintura, comencé a bajar mi pantaleta de gatita, lo baje lento sin ir a prisas como el me pidió, fui suave hasta llegar a mis pies, cuando termine, me pare frente a el y me modele un poco. El solo rio al verme y yo igual, al parecer ambos queríamos eso. Me sentía como una puta, pero me gustaba sentirme así.

–Ahora quiero que vengas para mi verga niña, quiero que la mames. –Me volvió a pedir lo mismo.

Sin decir nada, camine a su verga y comencé a mamarla, igual que antes pero sin que nadie me viera, lo hice con más ganas, con mucha rudeza, como si fuera la última en este mundo, solo escuchaba los ruidos de placer de francisco, fascinado por mi técnica al mamar, la verdad que eh de admitir que no sentía que lo hiciera mal, seguí mamándosela  de arriba abajo sin parar, use mi lengua en su cabeza y en toda su tronco.

–ahh que rico niña. –El señor estaba encantado.

Yo no dije nada y seguí mamando, no deje descansar al señor, metí todo su tronco a mi boca, y regresaba a chupar solo su cabeza como si fuera un chupón, no deje de recibir en ningún momento halagos por mi técnica, pero el señor aguantaba mucho más que antes, no logre hacerle venir, por más tiempo que le invertí, no lo logre, chupe y chupe, lamia como paleta y no fue posible.

–Ahora quiero que te subas pongas de perrito en la cama para mi niña, quiero que lo hagas en la orilla, para poder cogerte yo parado. –Dijo y obedecí igual que antes.

Me coloque en cuatro encima de la habitación y sin más llego un pensamiento a mi cabeza ¿cómo podía dejar que me hagan eso? esta no era yo ¿cómo es que todo cambio en media hora? yo no quería esto y no tenía que ser así. Así que desistí y trate de irme de ahí.

–Espere, yo no puedo y no debo lo siento señor. –Pero mientras decía eso, él me puso sus manos en mi cintura.

– ¿Pero qué dices? Si pague mucho por ti niña estúpida, no te dejare ir así como así. –Me tomo con rudeza de la cadera y sentí como su pene se clavó en mí, trate de quitarme y el señor con más fuerza la metió en mí.

–No por favor no, no haga eso, no debe ser esto, usted podría ser mi abuelo. –Le trate de entrar en razón.

–Pues te coge tu abuelo niña, por que pague por ti y te usare. –Me dijo agresivo y comenzaron sus embestidas en mí.

Sentía como cada embestida me aventaba hacia el frente y una y otra recibí con rudeza en mí. Eso me comenzó a gustar, porque yo en realidad si quería, pero sabía que no debía… trate de salir de esa situación y no lo logre, porque aunque fuera viejo, aun estaba en forma el señor, tenía mucha fuerza y me sometió.

–No por favor, déjeme ir.

– ¡No te pienso dejar ir estúpida, entiende, toma esto! –Me daba con todo lo que tenía, se sentía tan rico sentir como entraba y salía su verga dentro de mí.

–Ahhmm ahhhmm que rico, me gusta. –Le dije sin pensar entre gemido.

–Vez te dije puta, que te gustaría, ahora te pregunto ¿quieres que pare?

–No, aahhmmmmm mmm no pares por favor francisco. –Y de esa manera fue, no paro.

Siguió dándome con mucha fuerza y pasión en mí, me daba mucho pero cuando menos lo espere, el señor me cambio, sin avisar, me voltee hacia arriba y se subió encima de mí, ya estando encima de mí, me la volvió a meter y siguió envistiéndome con todo su cuerpo.

Me comenzó a besar mi cuello y a chupar mis pechos, todo eso sin parar de metérmela, yo enrolle mis piernas en su cuerpo para sentir mejor sus embestidas, sentía cada milímetro de su pene al entrar y salir dentro de mí, era una experiencia que no quería que terminara. Duro dándome con fuerza por un tiempo pero paro.

–Ahora te quiero dar por todas partes, solo me falta un lugar. –A mis experiencias pasadas con Rafael, yo ya entiendo a qué se refiere con “todas partes”, intuía por donde quería el señor.

Cuando él dijo eso, yo solo me quede pensando y mientras el ensalivaba su pene, yo sabía a qué se refería, tome mis piernas con mis manos y levante más mi trasero jalando mis piernas, francisco se dio cuenta de ello, me miro y sorprendió al ver esa cooperación de mí.

– ¿Qué pasa? ¿Me querías toda que no cariño? –Francisco solo me vio y rio un poco beso mis piernas un poco para luego acomodar su pene fuera de mi orificio.

– ¡Eres increíble niña! –Dijo el señor Francisco

–Tómalo, métemelo todo, tú pagaste por él y más francisco. –Le dije al tiempo que me frote los dedos en mi ano indicándole que ya estaba lista.

Lo puso en el orificio por fuera y pude sentir como comenzó a hacer presión, como comenzó a penetrar mi ano, me comenzó a doler la entrada de el en mí, mucho pero no sé cómo explicar, me excitaba mas sentirme una puta, me éxito ser poseída por el de esa manera, aunque me causaba dolor, no había más que gritara zorra que dejarse coger por ahí, y yo lo estaba haciendo, mi encanto y dolió hasta el alma, solo hice unos pequeños quejidos de dolor.

–aagmmmm mmm –Trate de que no los notara francisco y me reprimí mucho.

Pero por dios que me dolía hasta el alma, pero no me quite, seguí en esa posición para él, para sentirlo dentro y ser suya.

– ¿te duele niña? –Pregunto francisco.

–No te preocupes por mí, tu pagaste por mí, disfrútalo cariño. –Le dije en voz baja tratando de ocultar el dolor.

El no dijo nada y comenzó a moverse, eso me hizo más dolor, yo solo cerré los ojos y no me quite, deje que se moviera en mí, sentí su pene como entraba en mi ano y se movía dentro de ahí, se movía y movía por todas mis paredes y ni hablar de mi anillo anal, sentía que iba a reventar, pero no dije nada y aguante, me deje que me hiciera lo que él quería, no deje que parara, cerré los ojos y aguante mucho el dolor.

–Oh que rico aprietas niña. –Dijo el con voz de satisfacción.

–y que rico se siente tenerte dentro de mi cariño. –Le dije eso porque si me gustaba tenerle dentro.

Comenzó a moverse con más fuerza, pero al parecer se aburrió de tenerme así y me voltio de perrito, pero él no me penetraría de esa manera, me bajo un poco y coloco en posición de rana y metió la verga así, comenzó a darme rápido y rudo, no dije nada ni le moleste, le deje que me usara, eso me gustó mucho. Duro así un buen rato, me tomo de la cintura y daba con fuerza, era fuerte el golpe que se escuchaba en la habitación de las fuertes envestidas.

– ¿Te gusta puta? –Pregunto mientras me daba fuerte.

–Sí, dame más fuerte. –Y sin más él lo hacía más fuerte.

Él quería destrozarme el culo y lo estuvo a punto de logar al principio pero ya había pasado esa parte, ahora no sentía dolor al tenerle dentro después de tanto tiempo, solo se sentía bien ya, comencé a sentirme excitada y a gustarme.

–aammm me gusta, dame francisco. –El siguió dándome y seguido sin parar.

–Eres lo más rico que eh probado niña. –Dijo Francisco al tiempo que me daba fuerte.

–¿Enserio? ¿Te gusta mi sabor?

–Claro, sabes riquísima, tu hoyo es tan rico y suave. –Ese tipo de frases en algún momento me hubieran molestado, pero ahora no era así, me gustaba oírle.

Comencé a sentir un orgasmo dentro de mí con sus palabras y preguntas obscenas, todo era bueno y erótico, algo un poco diferente a lo de Rafael, deje que me diera una y otra vez, pero para mí mala suerte, llegue a mi final, de pronto sentí todo eso rico mucho más fuerte y en todo mi cuerpo, era tan rico y no pare.

–Ahhhh mmm eso dame más fuerte. –Mi voz se volvió más frenética.

– ¿Te gusta que te den por atrás verdad zorra? –me dijo Francisco sin detenerse.

– ¡Si! Me gusta que me des por donde te antoje. –No sé por qué, pero era lo que quería decir en ese momento.

–Te voy a reventar el culo niña.

–Hazlo si es lo que quieres, métemela y rómpemelo cariño. –El daba más fuerte y más fuerte, era muy increíble para su edad.

–Oh que puta tan mas rica, aprietas mucho, bien rico se siente tu culo. –Dijo Francisco.

–Ahmm aahh dame, ahhhmmm mmm –No podía expresar en palabras lo que quería tenerlo adentro de mí, yo solo quería sexo y me encantaba el erotismo de la escena y como llegamos a ello.

El me dio más fuerte y mis gritos de placer igual, no podía creer, en tanto gemido logre terminar, no podía creer que había terminado por atrás, no sabía que eso se podía, aunque ya había escuchado cosas parecidas en la escuela por mis compañeros pero nunca lo había vivido.

–Aoufff, que cansada estoy mmmmm y que rico fue. –Le dije a Francisco.

–Eso es porque estas bien rica niña. –Me dijo Francisco.

–Me dolió un poco mi trasero con tu pene, pero fue riquísimo. –Le dije a Francisco.

–Lo sé, fue excitante y vales la pena cada centavo. –Dijo Francisco y hubo un silencio por unos minutos.

Paso un tiempo ahí los dos descansando, me importo poco, está ahí tirada con las piernas abiertas, Francisco comenzó a acariciar mi pierna desde la rodilla hasta mi entrepierna, eso me agradaba, se pasó a un pecho y comenzó a chuparle, jalaba como si fuera un niño recién nacido, chupaba con mucha fuerza mi pezón, era tan fuerte y eso me gustaba mucho, era un buen amante, después se pasó al otro pezón y continuo besándome, pero no dejo el otro en paz, se puso a usar sus dedos para acariciar mi otro pezón.

–Que rico Cariño, a decir verdad, todo fue riquísimo, lástima que termino.

–Estas mal si crees que ya termino. –Se levantó Francisco con su gran pene aún muy erecto.

Me voltee boca abajo y puso una almohada en mi vientre, se colocó por detrás de mí y comenzó a meter el pene por mi vagina, era tan rico y nunca había hecho eso de esa manera, en realidad nunca lo había hecho de muchas maneras.

Me dio como pudo, se cansaba de mí y me volteaba a otra posición, se cansaba y me cambiaba a otra posición, me daba bien rico sin parar, y así fue toda la noche me dio muy duro y sin descanso, la verdad fue mi más grande momento y nunca pensé que fuera de esa manera, en ese momento no importaba nada más que eso. Para cuando terminamos todos los jugos y para cuando se le bajo a francisco, él se quedó dormid en el lugar, yo me quede despierta viendo el techo, pensando lo que había pasado y como fue humillada en público y al final a esa persona que me humillo accedí a todo lo que me pedía, dure un tiempo también pensando e imaginando todo lo que había sentido en el acto sexual que había pasado y pensando en la vez que Rafael abuso de mí, después de un tiempo me levante y vestí, Salí de la habitación y aun había gente, estaba lleno el lugar como si fuera muy temprano, y aun con el mismo nivel de perversión de antes de entrar, subí a mi habitación muy cansada, apenas y podía mover las piernas de lo cansada que me encontraba, mi vagina me ardía de lo tanto que me dio, batallaba para aminar de hecho, me dolía mi entre pierna cuando daba un paso, pero nada inaguantable y tenía un cierto ardor en mi ano, todo eso fue por el acto sexual que no paro en esa habitación.

Llegue al segundo piso y me metí a mi habitación, eran las 5:22am, era súper tarde, me bañe un poco y me recosté en la cama un rato, no pude dormir recordando todo lo que había pasado, de la misma manera como lo hice hace minutos en el cuarto donde se quedó Francisco, pero el cansancio me noqueo y no pude hacer más.