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Señora medianoche: version meperteneces 6

en No Consentido

El agua cálida, unas manos dulces acariciándola, un hombro donde llorar.

Un momento de paz.

Lisa repasaba esa noche como la peor de su vida mientras Rosa acariciaba sus cabellos y le cantaba una dulce canción.

Pero nada de eso la hacía sentirse mejor.

-se que no es un buen momento, pero deberías pasar página por el bien de la serie – decía Rosa.

-no habrá serie – dijo Lisa apenada.

-¿Cómo?

-lo que oyes, Medianoche no es una superheroina, es una cobarde y una inútil que es buena pateando culos de pandilleros, cuando pelea contra un enemigo de verdad, a pesar de sus poderes, es… una pelele – decía Lisa convencida.

-¿Qué diría Medianoche si te oyera? – preguntó Rosa.

-me daría la razón, puesto que yo soy Medianoche – respondió Lisa sin importarle nada.

-lo sé, pequeña metahumana – decía Rosa sonriendo malévolamente.

Lisa la miró sorprendida ¿Cómo sabia?

-he tenido que adelantar mis planes de dominar esta ciudad, pero el perderte fue el empujón que necesitaba, sin esos parásitos, ahora yo tengo el control.

Lisa se alejó de su jefa, pensaba que nada podía ir mal.

Pero podía empeorar y mucho.

Aparecieron las dos metahumanas que tantas pesadillas le habían dado, que le enseñaron que era débil, inútil.

La irlandesa y la cobra, esta ultima tenia parte de su cuerpo vendado.

-no os preocupéis, retiraos – dijo Rosa con confianza mientras movía las manos visiblemente para cobra indicando en lenguaje de signos que fuera a descansar.

Ambas se fueron, dejándolas solas a Rosa y a Lisa.

Lisa temblaba a medida que una segura Rosa se acercaba, su sensual silueta estaba semioculta por el vaho de la bañera, se acercaba.

Lisa tenía miedo deseaba ser medianoche, fuerte, segura de sí misma.

Ahora solo era Lisa, débil, patética.

Inútil.

-¿voy a morir aquí? – preguntó Lisa.

Rosa soltó una carcajada y la cogió suavemente por sus mejillas.

-¿yo? ¿Matarte? ¿Por qué? Ahhhh ¿Por qué eres la buena y yo la mala? ¿o acaso eres la mala y yo la buena?

Eso confundió a Lisa ¿Qué quería decir?

-ven niña, te lo enseñaré.

-¿ropa? – preguntó Lisa cohibida.

-mi niña, eres preciosa, no deberías ocultar tu belleza, yo no lo hago, ven.

Lisa la acompañó tapándose, pero Rosa no se molestaba en absoluto ocultar sus formas.

Unas formas envidiables.

-después de contarte el plan, podrás satisfacer todos tus deseos sexuales conmigo.

-n-no soy lesbiana – dijo Lisa.

-¿nunca probaste la carne de mujer? – Preguntó Rosa -¿ni un besito?

-no, es una suerte que mis labios estén inmaculados, no dejé que ese… monstruo me besara.

Rosa hizo un pequeño gesto de victoria y siguió con la conversación.

-menos mal, quería probarlos, la casa de subastas se ha quedado con su comisión, tienes 450 millones en el banco y no has tenido que entregar tu virgo a ese imbécil.

-si, me, me… follo, me rompió el himen de forma brutal – dijo Lisa con lagrimas en los ojos acariciando su vagina.

Rosa la miró sorprendida ¿estaba segura? Si, esos ojos son sinceros ¿puede que?

-mírate tu himen, pálpatelo.

-mi himen no…¡¡¡!!! ¿Tengo todavía el himen? – dijo Lisa sorprendido.

Esa reacción de Lisa ¿un himen regenerado? Normalmente para las metahumanas que regeneran el himen es una excepción, la única parte del cuerpo que pierden para siempre, a menos que sea una regeneradora de alto nivel.

-Tengo que hacerte unas pruebas – decía Rosa.

Ambas fueron a una habitación con una cama redonda en medio, un escritorio, un ordenador y una biblioteca.

El sancta sanctórum de Rosa.

Con una jeringa le sacó sangre y la puso en una maquina.

-¿Qué haces? –preguntó Lisa.

-lo que debí hacer al conocerte, saber que poderes tienes – dijo Rosa.

-tengo una pequeña invulnerabilidad, tengo fuerza y velocidad y veo de noche.

-no, invulnerable no eres, me hubiera costado meterte la aguja, tu piel es demasiado suave, en cambio Mary es como cuero.

-¿Mary? – preguntó Lisa.

-la tía grande de pelo rojo y tetas delicadas – dijo Rosa - si no es indiscreción ¿Cómo supiste que eras diferente? ¿Qué poderes tienen tus padres?

-Cuando apreté la mano para saludar a alguien, se la rompí, noté como podia correr más y empecé a hacer pruebas, mis padres son humanos, no tienen poderes, no les hagas nada – decía Lisa asustada.

-mi niña, tu heredaste los genes metahumanos de alguien, puede que tus padres tuvieran un poder patético como controlar un olor o provocar pie de atleta o… que tu madre fuese salvada por un musculoso metahumano de un asalto y el la llevase a salvo en una azotea mientras tu madre notaba esos músculos y olía su sudor, en la azotea se miraron, el nunca vio a nadie tan hermosa, ella hacía tiempo que su marido no se le levantaba y…

-¡CALLATEEEEEEEEEE! – dijo Lisa avergonzada.

Esa reacción le dio fuelle a Rosa.

-entonces tu verdadero papá le mostro a tu mamá su verdadero poder, un poder que tu madre no dudó en succionar acariciando las dos bolas que alimentaban ese poder, para cuando hubo lubricado ese poder, se lo introdujo en su interior, los ojos de tu madre veían a tu padre empujando con ganas, disfrutando de su merecida recompensa hasta que te concibieron.

Lisa no paraba de gritar y de taparse los oídos en un intento de no escuchar esas vergonzosas palabras

Rosa soltó otra carcajada, desde luego, esa niña era inocente como pocas, es tiempo de que conozca un poco el mundo.

-esta noche voy a ir a una fiesta ¿vienes?

-¿una convención de villanos? – decía Lisa temblorosa.

-no, a Dark Liberty club – decía Rosa con seguridad.

¡¡¿Dark liberty club?!! Ese local esta vetado para blancos, es cierto que Rosa tiene una piel bronceada, pero… ninguna persona no negra pisó ese sitio sin recibir una paliza.

-ese lugar es peligroso – advirtió Lisa.

Rosa sonrió y respondió.

-mejor si no, sería aburrido, bueno, te explicare lo que le hare a la ciudad, ahora controlo el poder en la sombra de la ciudad de Ortalba, en consecuencia, los organismos legales que los mafiosos controlaban, ahora los controlo yo, lo que motivó mi venida es que hemos localizado por accidente esto.

Rosa manipuló una pantalla táctil y mostraba la ciudad de Ortalba con el lago Esperanza, en el lago había un circulo rojo.

Un deposito de Teslalina, un mineral superconductor muy raro, creemos que fue un meteorito que cayó hace millones de años, pero hemos nombrado este sitio nuevo Potosí, por un buen motivo, calculamos que hay 500 toneladas de ese mineral y con ello, revolucionaria la industria de la informática, aquí hay buenas fabricas, las compré baratas, con ellas, crearemos los chips para los nuevos ordenadores, lo que significa más trabajo para la gente, trabajo significa prosperidad ¿Cuándo fue la última vez que esta ciudad fue prospera?.

Lisa pensaba en esas palabras, si esta ciudad resurgiera, no tendría que vender las obras de arte del museo, descendería la criminalidad y la drogadicción, tendrían… esperanza.

-El problema es que ese depósito esta compartido por otra ciudad Vemtyo, Canadá, eso dificulta las cosas, pero… ya tratare ese problema más tarde, dúchate, te daré ropa nueva, tienes que ir a clase y no puedes ir con cara de pena, por cierto, debes tomarte esta pastilla anticonceptiva.

 

 

 

 

Un poderoso golpe destrozó un espejo, un espejo que reflejó a un rey destronado.

Perdió su ciudad, su influencia y una posible subordinada poderosa y… madre de sus hijos.

Por desgracia no estaba listo para volver, se miró a si mismo y se odiaba, ¿Cuántos años fue el terror de Ortalba? Quince años, quince años volviéndose débil por la buena vida, una vida que…

¡no! No no no, no debía rendirse nunca, NUNCA el volveria y reclamaría lo que es suyo y esa puta seria su criada que diese el biberón a sus hijos mientras llena de nuevo el utero de su metahumana de un nuevo vástago.

Esa chica, ni siquiera le preguntó su nombre, da igual, la encontraría de nuevo, pero hay que ir por partes.

¿Qué tiene en su contra?

Uno, es un criminal buscado, solución, nueva identidad, de hecho tiene doce para elegir.

Dos, no tiene una base de operaciones, pero siempre ha sido muy adaptable.

Tres, su cuerpo castigado por la buena vida, eso lo ha de solucionar urgentemente.

Cuatro, su brazo, necesitará tiempo para curarse.

Se levantó y se puso ropa cómoda para correr.

Salió de la pensión de carretera y miró a la carretera.

Larga, recta, como una autentica carretera estadounidense.

Empezó a correr.

Siempre corría un kilometro cada dos días, estar en el despacho controlando la ciudad le ha descuidado su forma, ahora tenía que solucionarlo, tenía que empezar con cinco kilómetros al día, librarse de lo que le sobra al cuerpo, disciplinar de nuevo su mente.

Forjarse de nuevo.

Su cuerpo empezaba a sudar, a partir del primer kilometro empezó a notar debilidad, la falta de aliento, el dolor de sus piernas en cada impacto contra el suelo.

-¡NO TE QUEJES IMBECIL Y TRABAJA! – se gritó a si mismo acelerando el paso.

Pero era difícil, si, difícil, pero no podía rendirse ¡odiaba rendirse! Prefería una muerte dolorosa a rendirse, a sentirse inferior.

Llegó a los cinco kilómetros, apenas podía respirar, su cuerpo suplicaba que parase.

-¡PUEDES! ¡PUEDES JODER! – se decía Diamont obsesivamente.

Mantuvo el ritmo, no podía parar, parar para él es morir, no, peor que eso, es rendirse, no podía detenerse, porque su objetivo es que nadie pudiese detenerle.

Salvo ese coñito.

Diamont se detuvo, hizo 7 kilómetros, recuperaba el aliento con ganas.

Normalmente se golpearía a si mismo por parar por otro motivo que no sea desmayarse, pero, ¿Por qué pensaba en ella?

La verdad es que ninguna chica le dio tanto placer como esa hembra adolescente, pero no basta ¿Por qué?

¿podría tener un poder que encandilase a los hombres?

No, le daría órdenes y ella más bien suplicaba.

¿Amor?

………………….noooooooooo no puede ser.

Necesitaba una ducha fría para aclarar las ideas, recorrer los siete kilómetros de regreso le costaría, pero es un buen comienzo.

Las grandes construcciones empezaron por una piedra.

Tras siete kilómetros de regreso, paró para tomar aire, miró las instalaciones del motel de carretera donde vivía, le hubiera gustado que hubiera una piscina.

-¿Por qué no? Si ellos no tienen, el les haría una, será un buen ejercicio.

Entró en su habitación y encontró una adolescente registrando sus cosas, la chica lo miró sorprendido.

-señorita ¿se ha perdido? – preguntó Diamont con furia contenida.

Lo que hizo la chica fue gritar, eso confundió a Diamont, normalmente las rateras te ponen una escusa estúpida o intentan escapar o te seducen para luego largarse dejándote con un palmo de narices, pero ¿gritar? La primera vez en su vida que ve eso.

Entonces escuchó unos pasos y ató cabos, fue a por la chica y la aprisionó con su brazo sano.

El dueño del motel vino con un rifle al grito de ¡¿qué le estás haciendo a mi hija?! Pero al ver que Diamont la usaba de escudo humano, dudó en disparar.

-muy ingenioso, si, lo admito, muy ingenioso, su hija roba a sus clientes, pero cuando estos la pillan, entonces el papaíto pensando que violan a su hija aparece con el arma y los echa y como nadie quiere un escándalo con una menor de edad ¿Qué edad tiene esa chica? ¿catorce? Entonces se van dejándolo todo, muy ingenioso.

-¡SUELTE A MI HIJA O…!

-¡¿o qué?! ¿Disparara a través de su hijita? Puedo ayudarlo con eso, tengo fuerza suficiente en mi brazo para romperle su precioso cuello y así usted pueda dispararme con tranquilidad, pero es una lástima que una criatura tan delicada muera ooooo, puede darme el rifle, le doy a su hija y aquí no ha pasado nada.

Diamont apretó el cuello de la chica lentamente, la joven estaba aterrada ante la posibilidad de morir.

El padre cedió y le entregó el arma, Diamont, nada más cogerla, le dio un culatazo al padre, la joven quiso atenderlo, pero Diamont le dio unas cuerdas y le dio instrucciones para atar a su padre.

Tiempo después el padre abrió los ojos, lo que vio fue devastador.

Su hija estaba desnuda, con las manos atadas en el techo y pinzas en sus pechos, su cara estaba bañada en lagrimas y apenas sus pies tocaban el suelo Diamont estaba detrás de ella, tocándola.

-le felicitó, tiene usted una hija preciosa, un buen par de tetas para su edad, un culito respingón, cinturita normal para mi gusto, pero se ve que esa niña esta acostumbrada a huir, porque tiene unas buenas piernas.

El padre iba a gritarle, pero estaba amordazado.

-al principio ella me suplicó que no te matase, que haría lo que sea , le tomé la palabra es un bomboncito y virgen, eso me sorprendió porque pensaba que era una de esas chicas que se abrían de piernas a la primera de cambio, pero veo que no pasan muchos chicos por aquí, de modo que voy a enseñarle a complacer a un hombre.

La reacción de su padre era miel para Diamont, el pobre hombre luchaba por liberarse, Diamont empezó a besar el cuello de la aterrada chica mientras acariciaba sus lastimados pechos.

-papa, no mires – decía la chica llorando.

Pero Diamont le clavó una aguja en el pezón haciéndola gritar y le advirtió que si dejaba de mirar, sentiría su hija mucho dolor.

Mucho dolor.

El padre, impotente, solo podia ver como ese cabrón manoseaba impunemente a su tesoro, como esas manos recorrían la inmaculada piel de su niña, sin respetarla.

Cuando una de las manos alcanzó su vagina, empezó a tocar su clítoris, fue entonces cuando le dijo al oído de la chica.

-como hagas algo que no me guste, mato a tu padre a golpes.

La joven no tuvo opción, notaba con asco como la tocaba, como el la besó y su lengua se introducía dentro de su boca, ella para que su padre no le pasase nada, decidió corresponder al beso, un beso que le dio arcadas, pero admitia que le estaba tocando la pepita como nunca, pero estaba siendo obligada, no debía sentir placer por ese bastardo.

Pero su cuerpo la traicionaba.

No tardó en llegar al orgasmo, con ello, las lagrimas de odio, odio a aquel animal, odio a…

Si misma.

Pero luego sintió algo que entró dentro de ella, rompiéndola, destrozándola por dentro, tardó un poco en darse cuenta de que ha sido su primera penetración, que ese monstruo la había desvirgado y encima le separaba las piernas para que su padre tuviera una vista privilegiada de su coño profanado.

Diamont tapó la boca de la chica solo por un motivo, oir el sonido que producía el mete-saca de Diamont.

Diamont mantenía el ritmo, estaba cansado pero un poco de placer extra es bueno, además, tenia que poner en su sitio a esos dos.

Aceleró las embestidas con más brutalidad, la chica pensaba que se rompia, casi deseaba que eyaculara solo por acabar ese suplicio.

Y no tardó en notar el semen del monstruo llenando su utero, Diamont se mantuvo dentro de ella unos minutos más.

Pero la chica, se sintió rota, usada, como si fuera una propiedad, es más, esa eyaculación es como un símbolo de que ella era su propiedad y rompió a llorar.

Diamont desató sus manos y la levantó en vilo, la acercó hacia su padre y dejó que la vagina de la chica derramase el semen sobrante sobre la cara de su padre, el cual lo recibia con lagrimas y odio.

Después de eso, Diamont los echó de su habitacion, les advirtió que tipo de desayuno tomaba y cuando lo tomaba, un fallo y sabrían lo que seria el horror.

Hija y padre se abrazaron llorando desconsoladamente.