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Señora medianoche: versión meperteneces

en Erotismo y Amor

La lluvia caia en la ciudad de Ortalba, una ciudad decadente de los estados unidos.

Antaño fue una de las ciudades más industrializadas del planeta, llegando a tener hasta 2 millones de personas viviendo en ella.

Pero, la ciudad no se adaptó a los tiempos, sus empresas estaban desfasadas comparadas con Los Angeles o Nueva York y lentamente se moria.

Hoy en dia es una de las ciudades con mayor delincuencia del país y su población no supera las 700.000 personas.

Personas que no tienen sitio donde ir, donde se es lobo o oveja.

 

Hell’s point.

Hell’s point o la pequeña Sodoma para los nativos, es uno de los nucleos duros de la ciudad, céntrico, muchos edificios vacios donde la prostitución, las peleas ilegales o incluso el porno snuff se suceden a través de sus ventanas aparentemente vacias.

Una enorme figura se acerca a lo que posiblemente sea el centro neurálgico de esas actividades, el fire wheells, un antro de moteros que lo dirijen los wild daggers, la banda más dura del barrio, especializado en robos, secuestros y prostitución.

La lluvia le da a la figura gigante una sensación de nostalgia, a medida que se acercaba, recordaba sus aventuras en el pub de su ciudad, los litros de whisky que entraban en su garganta y sobretodo.

Las peleas.

Cuatro moteros se interponen entre la figura y la puerta blindada.

El que relamia su cuchillo le dijo con una mirada psicópata.

-¡fuera tio! ¡esto es una fiesta privada!

 

Mientras en el fire wheells, alguien tocaba la puerta blindada, todos los moteros echaron su mano a sus armas, el portero abrió la ventanilla para ver.

Era el de la mirada psicópata, con la cara sangrando y balbuceando de miedo.

-e-esta señorita quiere ver al jefe.

Esto les puso alerta, solo había una persona que se les enfrentaba, la señora medianoche, alguien que les destrozó las operaciones una y otra vez.

Skull breaker, un motorista gordo y barbudo les dijo que la dejaran entrar.

Ellos obedecieron.

Puede que esa heroína fuese un grano en el culo, pero una cosa es cierta, estaba buenísima y se rumoreaba que no usaba ropa interior.

La erección de Skull luchaba contra sus pantalones de cuero, tal vez la capturasen y la hiciesen su putita, pensaba mientras se relamia.

Lo que entró era algo distinto.

No se fijaron en sus pechos, ni en su cintura, ni en sus piernas.

Sino en una enorme altura, aquella mujer media aproximadamente 2 metros con setenta y gruñía ante el bajo techo del antro.

Con gran dificultad llegó hasta la mesa del jefe, pero uno de los moteros que estaba violando a una de las secuestradas ocupaba el asiento que la ponía frente al jefe.

Sin mediar palabra, lo agarró de la pierna y lo estrelló contra la barra matándolo instantáneamente.

Todos apuntaron con sus armas, pero ella mostró algo que les aterró.

Una granada, aquella mujer estaba dispuesta a volar el local con todos dentro.

Skull les instó a que se calmaran.

La gigante agarró la joven violada como si fuera un saco de patatas y la lanzó fuera del local a través de la puerta abierta de acero.

Tras quitarse su chubasquero, mostro a una mujer de rasgos agradables, pecosa, pelo rojo como el fuego y una mirada azul hielo.

Tenia un pecho enorme, incluso para su altura y su cintura era estrecha pero no exagerada.

Señaló al tabernero y ordenó que le trajeran todo el whisky que tuvieran.

Solo le trajeron una botella.

La gigante reaccionó apretando el brazo del tabernero y le dijo todo el whisky.

El adolorido tabernero fue a por todas las botellas que sus brazos podían coger.

Skull estaba asustado, una cosa estaba clara, ella no es medianoche, que coño, ni siquiera es de aquí, medianoche es parlanchina, ella.

Parecía una lapida y solo hablaba cuando era necesario.

Cuando le sirvieron las botellas, la gigante sacó un teléfono móvil y lo puso sobre la mesa.

-hola señor Fat ass, se que esta visita no es de su agrado, créame, esta situación no nos agrada a nadie, ¿cree que tener a una de mis mejores soldados frente a usted es malo? Yo estaba desnuda siendo abrazada por los rayos del sol del mediterraneo ayer y ahora estoy aquí, en este vertedero que equivocadamente llamais ciudad.

Era una voz femenina, sexy y muy irreverente, al oir Fat ass como su nombre Skull empezó a temblar de ira.

Pero lo que vino era peor.

-ceda su territorio a mi grupo, si, es un detritus, pero por algo hay que empezar, obedézcame en todo y verá como su situación mejorara con creces.

Skull breaker se rió, pero los moteros no, ellos miraban hipnotizados como la gigante se bebia de un trago todas las botellas de Whisky, cuando Skull vio que sus hombres no se reian, miro curioso para ver que pasaba y entendio que esa mujer era una esponja.

-bueno eso es todo, se presentara ante mi de rodillas o como cadáver, es usted quien elije – dijo la voz del móvil antes de cortar.

La gigante colocó bruscamente la ultima botella vacia en la mesa y sonriendo les hizo una pregunta.

-¿medianoche, lady medianoche?

Skull miró fríamente a la gigante y ordenó que todos apuntaran sus armas con ella, sabia como funcionaban las granadas y como evitar que explotasen, pero no ordenó disparar, quería decirle algunas palabras.

-señora, he de admitir que tu y la puta teneis huevos, cierto, esa demostración de fuerza ha sido impresionante, para los paletos de donde venis, pero esta ciudad es donde imperan los más fuertes, duros y crueles, a nosotros se nos conocen como el musculo de esta ciudad, en cuanto a esa medianoche, apareció hace un año, pero cada dia se vuelve más y más atrevida, pero no viviréis lo suficiente como para que os patee el culo.

La gigante sacó un cigarrillo y pidió un mechero a Skull breaker, el se lo dio, un ultimo deseo antes de morir.

La gigante con una sonrisa dijo mientras destrozaba el cigarrillo.

-¿no lo sabes? Fumar mata.

La gigante encendió el mechero y sopló lanzando el etanol que tenia en su estomago, convirtiéndola en un lanzallamas que abraso a Skull breaker.

Ese movimiento impresionó a los moteros el fuego despertaba en ellos un miedo primitivo.

La gigante sopló otra vez y alcanzó a varios enemigos, los cuales respondían erráticamente disparando.

La gigante notaba como varias balas de 9 mm impactaban en su cuerpo, unas balas que no penetraban en su piel, parecía un Churchill cocodrile contra una multitud asustada.

Otra llamarada, varios motoristas gritando, el resto luchaba por salir pero atascaban la puerta principal, la puerta segundaria tenia un obstáculo, ella.

Otro soplido el grupo que bloqueaba la puerta arde, lentamente se acerca y los aparta de una poderosa patada.

Al salir, ve que tres motoristas supervivientes escapan.

Ella tensa sus musculos y se prepara.

Y corre como el diablo alcanzando a dos de los motoristas cuyas motos iban a 350 kilometros hora.

Un paseo para la gigante.

Agarra a los dos motoristas y sin dejar de correr los aplasta contra el suelo dejando dos líneas rojas sangre.

 

Otra noche de buen trabajo, la señora medianoche miraba satisfecha la ciudad desde el edificio más alto, le gustaba estar ahí saboreando la victoria, el alba pronto empezará y tendrá que volver a su vida de universitaria ¿Cómo estará ese chico tan guapo? Un dia tendría que hablar con el.

Pero sus pensamientos se interrumpieron al ver como un motorista iba a gran velocidad, ¿ese no es uno de los matones de Skull breaker? Pero vio a una mujer gigantesca que le perseguia.

Lo que asombró a medianoche es la velocidad que alcanzaba la mujer, superaba en mucho a la moto del matón, pero lo que más sorprendió era como lo derribaba y lo estrellaba contra el suelo.

Ese era un mierda, pero no podía permitir ese tipo de cosas, mientras bajaba ¿Qué coño era esa tia? Desde luego, humana no era ¿podria ser como ella? ¿una metahumana? ¿Alguien con poderes que pelease contra los delincuentes? Sea como sea, hay formas y formas.

Llegó hasta ella, que terminaba de pisotear los restos sanguiniolentos del motorista.

-¡detente! – gritó medianoche con confianza.

La gigante miró a la chica con una mirada que helaba la sangre.

-madre mia que  pinta tiene – pensó medianoche intentando no temblar.

La gigante sonrió, a pesar de estar a 50 metros de distancia, en menos de un segundo llegó hasta medianoche y le soltó un puñetazo en la cara, proyectándola hasta en un callejón.

El dolor de su mandibula era palpable, nadie le había golpeado con tanta fuerza, la gigante se acercaba crujiendo sus nudillos.

-ella es fuerte, pero yo también – se dijo medianoche mientras se levantaba y se lanzó a por la giganta.

Sus puños impactaron en el abdomen de la pelirroja, pero era como golpear acero, medianoche alzó su mirada aterrada y la giganta le devolvió una sonrisa.

Una patada la proyecto hasta un contenedor de basura.

Aquella mujer es poderosa, más que medianoche, por primera vez, medianoche sintió…

Miedo.

La gigante se acercaba con una sonrisa diabólica.

Estaba sobre ella, preparando el golpe de gracia mientras medianoche retrocedia aterrada intentado agrandar el espacio entre ella y ese monstruo.

La giganta, juntó sus manos y las levantó con la intención de aplastar su cabeza mientras le decía adiós.

-¡NO! –gritó medianoche mientras pateaba uno de los senos de la giganta.

Una debilidad que no podía vencer.

La giganta se alejó aullando de dolor, miró a medianoche llena de rabia.

Pero las sirenas de la policía la alertaron, de un movimiento rápido, abofeteó a medianoche y se fue corriendo.

La joven heroína, adolorida, se volvia a su casa, sentía que había sobrevivido de milagro pero… ¿Quién era esa gigante?

Tras volver a casa, ducharse e ir a la universidad, sus pensamientos se centraban en esa mujer.

¿amiga? ¿enemiga?.

Sea quien sea, debo apartarme de su camino.

Las manos de Lisa temblaban de terror ante la idea de que ella… no, no quería pensar en ello.

Se quitó el uniforme, mostrando a una joven de 18 años con los pechos pequeños en forma de limón, su cara inocente mostraba a una niña pecosa de ojos verdes y cabellos castaños hiperventilando, aterrada de miedo.

Abrazó su traje de heronia, cuantas aventuras ha tenido, cuanta admiración ha levantado, pero… esta ha sido la ultima noche de medianoche.

 

Al dia siguiente, Lisa se fue a la universidad, no pudo pegar ojo, cada vez que los cerraba, veía esa diabólica figura sonriendo, pero no, no más patrullas, no más aventuras.

Solo Lisa, la estudiante aplicada.

Al mismo tiempo que llegaba a la universidad (tarde para no variar) varias figuras entraban en su casa.

Un hombre corpulento con un garfio abrió la cerradura de su apartamento, a pesar de tener una mano, el garfio lo usaba bien.

Tras abrir la puerta, las figuras entraron en la casa con un detector, encontraron el uniforme en la bolsa de basura.

-jefa, veo que Mary la a acobardado, esta no volverá a molestar ¿jefa?

Pobre Lisa, la mujer envuelta en una túnica de seda, vio una foto, una foto de Lisa en bikini de unas vacaciones a Miami.

La mano de largas y filosas uñas agarró el marco y lo vio de cerca.

La mujer acariciaba el rostro de la foto y la yema de su dedo acariciaba los senos en 2d acabando en la braga del bikini.

La respiración de la mujer se aceleró un poco y empezó a lamer la fotografía.

-¿jefa? – dijo el hombre del garfio.

Un movimiento rápido y las uñas de la mujer apuntaron al cuello del hombre manco, el cual se alejó aterrado.

Con delicadeza, la mujer, sacó la foto del marco y la metio dentro de sus bragas.

 

Lisa salía de la universidad, había pedido apuntes a su mejor amiga (otra vez) pero veía una cosa buena.

Ahora dormiría , nada de salir salvo para bailar.

Pero chocó con una mujer que acabó en el suelo, Lisa se disculpó avergonzada y le ofreció su ayuda, pero la mujer la observaba a través de sus gafas negras.

Era una mujer europea de veintipocos de 1,75 de senos entre grandes y medianos con forma de manzana, destacaba una cintura de avispa muy marcada y unas piernas largas y torneadas, sus largos cabellos castaños estaban recogidos en un complejo peinado y tenia unas uñas largas acabadas en punta, vestia un vestido rojo de seda muy chillón que tenia una falda con cola.

Lisa se quedó impresionada por la belleza de la chica, una belleza que ella no tenia y sentía envidia.

La mujer miraba a Lisa mientras ella le tendia la mano como una tonta.

-veo que eres lo que busco – dijo la mujer con una voz preciosa con marcado accento español.

Lisa no entendia nada, pero la mujer se puso de pie y se presentó con una reverencia que parecía haberla sacado de una película antigua.

-soy Rosa Garcia y me dedico al negocio del entretenimiento ¿usted es?

-L-Lisa Lisa Moon.

-Lisa, voy a ser directa estamos preparando una serie sobre la heroína local, la señora medianoche y de hecho, tu tienes la forma física más parecida que he visto ¿te gustaría interpretar a la señora medianoche?

Lisa se hinchaba de orgullo, su cara dibujó una sonrisa que solo cesó por el dolor de la mandibula.

-lo tomaré como un si ¿vas a algún sitió?

-solo a mi casa – dijo Lisa.

Rosa le hizo otra reverencia y la invitó a acompañarla en su limosina, en ella harian el papeleo.

Entraron en la limosina, Lisa nunca estuvo en una, le parecía alucinante.

-¿quiere algo? Señorita Moon.

-una fanta limón – dijo la joven.

-oh, perdóneme, pero solo tengo tónica para mezclar ¿le vale?

-si.

Rosa le ofreció la bebida y cogió un Rioja para ella, su favorito, pero miró seriamente a Lisa y le dijo.

-le sonará violento, pero necesito verla desnuda, para ver si el traje se adaptara a su cuerpo.

Eso sonrojó a Lisa, pero accedió al imaginarse en la película como ella misma y un dia, ser una superestrella.

Rosa ordenó que la ventanilla que la comunicaba con el chofer se cerrara, cosa que Lisa agradeció.

La joven se empezó a desabrochar la camisa, pero con cada botón que se desabrochaba, más temblaban sus manos.

-no tiene nada que no tenga yo, si eso la anima, yo también me desnudaré.

Con toda la naturalidad del mundo Rosa se quitó su vestido, de forma sensual y sin pudor.

Pero Lisa pensó.

“¿Qué no tiene nada que no tenga yo? Hija de puta, tiene lo que tengo yo pero mejor, que pechos naturales tan bien formados y esos pezones tan pequeños, rosados y lindos, mientras que los mios son medianos y maroncitos, además, que altas están mientras que las mias son como caídas, por no hablar de esa cintura y esas piernas”

-¿esta bien? – preguntó Rosa.

-¡EH! Esto… no creo que mi cuerpo sea para salir en las pelis.

-eso lo decidiré yo – dijo Rosa mientras desabotonaba los últimos botones de la camisa y la separaba de su cuerpo.

Lisa se sintió escandalizada, esa mujer la desnudaba sin ningún pudor y  ahora le tocaba los pantalones.

-¡NO! – gritó Lisa.

-¿no? ¿le hago daño? Perdone, lo hare más despacio.

Lentamente los pantalones abandonaban las piernas de Lisa, acariciándolas, la joven sintió ahora mucha más vergüenza.

-mmm tiene mucho vello púbico – observó Rosa.

-¿hay algún problema? – dijo Lisa sonrojada.

-no, de hecho, podría arreglárselo, yo siempre me lo arreglo como puede observar.

Rosa mostró su vello cortado con forma de relámpago, un vello que no ocultaba una vagina cerrada y juvenil.

Lisa al verla, apartó su vista avergonzada.

-¿sucede algo? – preguntó Rosa.

-nada nada – dijo Lisa

-dejeme ver su vello, a ver que podíamos hacer, mientras, quitese los sujetadores.

Lisa no se sentía comoda abierta de piernas mientras otra mujer la observaba…ahí, no era lesbiana, no sentía atracción por las mujeres, pero se alarmó cuando vio que se lo abria.

Soltó un chillido desgarrador.

-lo lamento mucho, es solo para ver que tipo de corte debería hacerle, mmm, pechos naturales, complexión excelente, solo falta que firme el contrato y zas, de aquí a Hollywood.

Lisa no le gustaba lo que le hizo Rosa, pero esa mujer sabia vender sueños y consiguió que firmara sin mirar el contrato.

-perfecto, esta copia es para usted y esta para mi, le llevare a los estudios después de clase.

Lisa le dio las gracias y se fue de la limosina cantando, pero Rosa le gritó.

-¡te olvidas algo!

Lisa comprobó que se dejaba.

Y era todo.

Totalmente desnuda, todos la silbaban y algunos hacían gestos sexualmente groseros.

Lisa se lanzó a la limosina para protegerse de las miradas cayendo sobre Rosa, sus caras estaban juntas, sus pechos unidos entre si y sus sexos a punto de besarse.

-s-señorita Lisa, yo no formo parte de sus honorarios, pero… si eso la motiva a trabajar para mi, puedo acceder a sus deseos carnales – dijo Rosa sonrojada.

Lisa se puso roja como un tomate, cogio su ropa, se vistió tan buenamente pudo y en tiempo record y fue a casa a tanta velocidad que Usain Bolt se sentiría una tortuga reumática.

Rosa la miró sonriendo, pero no una sonrisa de alegría, sino una sonrisa diabólica, como una cazadora acechando su presa, motivada por una cosa que vio.

Su himen.

Tenia que ser suya si o si.

Abrió la ventana del conductor y este, acostumbrado a la desnudez de Rosa, dijo.

-jefa, esa puta se había retirado, se había cagado en los pantalones por el combate con Mary ¿Por qué darle animos?

Rosa no se vistió, se sentía mejor desnuda, mostrando lo que Diós le había dado y también disciplina suya.

-por que es una mujer que casi no existe, todo en ella desprende inocencia infantil, su ilusión por ser una superheroina, su cuerpo inmaculado, su comportamiento, es pureza y la pienso corromper.

-¿una estrategia legal? ¿drogas?

-nooooooo mi aburrido amigo, estas estrategias son para perdedores, yo quiero un reto, quiero divertirme seduciéndola, rompiendo uno a uno sus tabúes, ser su maestra en las artes amatorias, cuando termine con ella, me ofrecerá sus virginidades, porque seguro que ni siquiera ha hecho sexo oral.

Afortunada Lisa por no ser telepata, porque los pensamientos de Rosa se llenaron de escenas de porno duro.

Escenas en las que Lisa era la protagonista.

Mientras tanto, Lisa bailaba con su uniforme de superheroina por la suerte que ha tenido gracias a su vida de superheroina.

Pobrecilla