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Oficial Valentín 3 (La Cena)

en Gays

OFICIAL VALENTÍN – CAPÍTULO 3: LA CENA

Jake Valentín entró a la Comisaría con toda la intención de cambiar de compañero. Esperó fuera de la oficina del Capitán McConnell hasta que el director principal llegó de su reunión anterior. Jake nunca había sido un hombre de hacer problemas, pero la conducta y las actitudes que había presenciado de sus compañeros oficiales, realmente le habían revuelto el estómago. Simplemente no había manera de que él pudiera seguir viajando en el mismo auto con alguien que consideraba a las minorías raciales como algo menos que humano.

“Qué puedo hacer por usted oficial Valentín?” preguntó el hombre mayor, mientras caminaban hacia dentro de la oficina. Jake pensó que el hombre era muy distinguido. “Estás disfrutando tu nuevo hogar en nuestra Comisaría?”

“Sí, señor, uh… quiero decir, no señor. Quiero decir… Señor, quiero mandar una solicitud de nuevo compañero.” Espetó Jake, mientras estaba de pie frente a su capitán mirándolo directamente.

“Nuevo compañero?” dijo McConnell aturdido, recostándose hacia atrás en su silla de oficina. “Y por qué es que quieres un nuevo compañero, novato?”

“Señor, es algo personal, señor. Preferiría no ahondar en eso si es que a usted no le importa.”

“Bueno, pues sí me importa.” Dijo McConnell bastante enojado. “Yo te puse con el oficial Gardner por su excelencia en el campo, yo pensé que podrías beneficiarte con su sabiduría y sus años de experiencia y conocimientos. Él es uno de nuestros principales oficiales, decorado con honores por su valentía en la línea de servicio. Y tú quieres solicitar un cambio de pareja? Será mejor que tengas una muy buena razón para querer manchar y calumniar el buen nombre de Gardner de esta manera y es mejor que no sea algo tan cojo como que ustedes dos simplemente no se llevan bien! Entonces, cuál es el problema?”

Jake pensó por un momento, ÉL era de hecho el “novato” aquí, la sangre nueva.  El capitán McConnell y Gardner  habían estado en la fuerza durante mucho tiempo y obviamente se conocían entre ellos, Jake se preguntó por qué nunca se le pasó por la cabeza que ellos dos probablemente eran amigos de cierta manera.

“uh… no hay problema, señor. Retiro mi solicitud de nuevo compañero. Lamento molestarlo.” Se retractó. McConnell no dijo nada mientras Jake abandonaba la oficina, pero se recostó en su asiento y se preguntó qué demonios estaba pasando con sus hombres.

En los camarines, Jake se colocaba su uniforme junto a los otros oficiales. Escuchaba que todos se reían y bromeaban entre ellos, una real camaradería entre hombres. Él todavía era un extraño y se sentía más sólo que nunca. El hecho de que Cooper en todo momento se mantuviese con  la mano en la polla acariciándose sobre sus calzoncillos, no ayudaba para nada. Él les recordó a los otros oficiales presentes que Jake era un chupapijas por naturaleza, ya que estuvo dispuesto a chupar todas sus pollas.

“Cálmate, Alan. Se acabó.” Dijo su compañero mayor George Whitmen. Jake se alivió un poco, hasta que Cooper caminó cerca de él vestido completamente en su uniforme y susurró…

“Mi polla está lista para esos lindos labios tuyos, así que cuando quieras chupar este duro palo, házmelo saber.”

El viaje en patrulla con su compañero fue tranquilo y sin incidentes, señal clara de que había una muralla entre ellos tan gruesa como si fuese de ladrillo. Después de varias horas de patrullaje, terminaron estacionándose frente a la casa de Gardner en el noreste.

“Qué estamos haciendo aquí?” preguntó Jake, mientras se estacionaban.

“Vivo aquí” anunció Gardner, saliendo de la patrulla. “Creo que ya es hora de que conozcas a mi familia y veas que no soy el completo idiota que crees que soy.”

“Yo…no creo que seas un idiota…” dijo Jake, tomándolo por sorpresa.

“Entonces por qué fuiste donde el capitán para pedir un cambio de compañero?”  Jake quedó boquiabierto.

“Yo…yo…”

“Está bien. Sólo es que creo que debes verme de manera diferente, eso es todo. El hombre dentro de este uniforme no es así todo el tiempo, sólo es así cuando está de servicio y su vida está en juego.” Razonó Gardner. “Vamos, Lidia probablemente ya tiene la cena lista a esta hora, puedes cenar con nosotros.”

“Eso no es necesario Bruce, en serio.”

“No es problema. A ella le encanta cuando traigo compañía. Además, cuando fue la última vez que comiste real comida hogareña y no algo que salga de una bolsa?” Jake lo siguió mientras Gardner colocaba la llave en la puerta y entraba a su casa. Inmediatamente fueron golpeados por el aroma de la comida de Lidia. El estómago de Jake comenzó a gruñir al instante. De hecho, habían pasado meses desde la última vez que comió comida casera de cualquier tipo.

“Lidia! Estoy en casa!” gritó Gardner, debido a la explosión de ruido que su hijo mantenía en la habitación de arriba. Lidia entró corriendo saliendo de la cocina. Jake no pudo evitar estar impresionado por lo atractiva que era la mujer de Bruce; cabello rubio, delgada figura y muy cariñosa con su esposo. Bruce parecía tenerlo todo cuando su esposa se acercó y lo besó apasionadamente.

“Pero qué sorpresa! No sabía que vendrías a cenar.” Dijo ella, rompiendo el beso mientras corría la miraba hacia Jake. “Y quién es tu amigo?”

“Este es Jake Valentín, mi nuevo compañero. Jake, esta es mi esposa, Lidia.”

“Hola, señora.” Dijo él, estrechándole la mano suavemente.

“Oh, el novato. He oído habar de ti. Bruce piensa que tienes mucho potencial.” Dijo Lidia, envolviendo su brazo alrededor de la cintura de su marido afectuosamente.

“Él dijo eso?” preguntó Valentín, sorprendido y asombrosamente complacido al mismo tiempo.

“Sí.  El cree que deberías pensar menos y trabajar más instintivamente. Las calles son un lugar duro para ustedes, en esos grandes carros policiales de marca y usando esos uniformes son como un blanco para que cualquier loco, insano y drogado, enloquecido con una pistola les dispare. A menudo me preocupo por Bruce…” agregó, mirando hacia la cara de su marido, “…y me preguntó siempre si volverá de noche de una pieza a la casa. Pero entonces recuerdo lo brillante que es él al detectar el peligro y mantenerse a salvo y me siento mejor. Entonces oficial Valentín…”

“Jake.”

“…Jake, tienes que asegurarte de mantener a mi esposo a salvo allá afuera, porque él tiene aquí a gente que lo ama y lo quiere sano, entero y en una pieza. Bueno?”

“Sí, señora.” Sonrió Jake mientras Lidia besó a su esposo otra vez.

“Espero que los dos estén hambrientos, hice pastel de carne para la cena.”

“Dónde están los niños?” preguntó Gardner, mirando su reloj. Lidia apuntó al piso de arriba de donde salía la música.

“Vas a tener que tener una nueva conversación con Cristofer acerca de esa música rap a todo volumen que invade la casa! Nos está volviendo a mí y a los vecinos, locos!” se quejó Lidia, cerrando sus manos como conteniéndose.

“Lo haré. Y dónde está Samantha?”

“Con su teléfono, como siempre.” Dijo Lidia, apuntando hacia el living antes de desaparecer nuevamente a la cocina. Gardner miró hacia el living, la gran pantalla de la televisión familiar estaba encendida, mostrando los últimos videos musicales con mujeres escasamente vestidas sacudiéndose y moviendo sus culos casi desnudos en la pantalla mientras detrás de ellas había un indecente rapero mirándolas a todas como potenciales perras y prostitutas.

“Hasta los videos musicales de gente blanca están empezando a parecerse a ellos…” dijo Gardner a su compañero mientras entraban al living. “…vendiendo sexo en vez de buena música. Y mi hija mirando esta pornografía.”

“No es pornografía papá, es arte!” dijo Samantha Gardner de 15 años, recostada sobre el sofá con el volumen bajo del televisor mientras hablaba por el teléfono con una amiga.

“No hay nada artístico en la forma en que los pechos de esa chica están a punto de salirse de su ropa! Y qué es lo que te he dicho sobre estar hablando por el teléfono todo el día? Corta y sube las escaleras y dile a tu hermano que baje para cenar, tenemos un invitado.” Ordenó Gardner, mirando sobre el sofá. Su hija se chupo los dientes, puso los ojos blancos y le dijo a su amiga que la llamaría más tarde. Luego apretó el botón de cortar y se levantó del sofá y salió rápido de la habitación como un pequeño huracán, pasando tan rápidamente frente a Jake que él hasta pudo sentir el viento.

“Cristofer! La cena está lista!” gritó ella a través de la música, desde debajo de las escaleras, antes de desaparecer hacia la cocina de su madre.

“Y ella es la tranquila.” Sonrió Gardner, apagando la TV con el control remoto. Justo cuando sintieron la música del hijo apagarse. Cristofer Gardner, de 17 años, bajó las escaleras vestido con una camiseta negra de “Kiss the Dead”, desgarrados jeans, trenzas (con un peinado de callejero negro), con una cruz de plata colgando sobre su oreja perforada, mientras su padre lo esperaba en la parte inferior de los escalones.

“Veo que te vestiste para la cena.” Dijo Gardner, sarcásticamente. “Este es mi compañero Jake, Jake este es mi hijo de 17 años Cris. Muy gótico, eh?”

“Hola Cris, gusto en conocerte.” Dijo Jake, estirando su mano para saludar. Cristofer sólo miro a los dos oficiales a los ojos y comentó; “Entonces tenemos cerdo para la cena?”

La cena fue excelente. Lidia cocinó su famoso pastel de carne y salsa con papas al horno cubiertas con mantequilla y crema y a un lado verduras. De postre tenían un rico pastel de chocolate alemán. Jake se preguntó porque Gardner no era un obeso, después de probar la comida de Lidia. Durante la comida, Lidia trató de entablar una conversación agradable que incluyera a todos, pero su hija estaba ocupada enviando mensajes desde su celular a sus amigas por debajo de la mesa, mientras Cris usaba audífonos escuchando a su grupo de rap favorito ‘The Danger to Society Clan’. Menos de una hora después, Jake y  Bruce estaba de vuelta en la patrulla, con sus estómagos llenos mientras navegaban por los barrios en busca de cualquier signo de problema.

“Tienes una linda familia, Bruce. Gracias por invitarme a cenar.” Añadió Jake de nuevo, por tercera vez desde que dejaron la casa.

“Esa es tu forma de decir; mierda, tu familia es un desastre?” preguntó Gardner desde detrás del volante.

“No, en lo absoluto. Ellos son muy parecidos a… la típica familia americana.” Se defendió Jake. “Y tu esposa es muy atractiva; si no te molesta que lo diga.” Gardner miró a su compañero, extrañamente.

“Quieres follarte a mi mujer?”

“Ehh? Q…? Por qué dices todo eso? Preguntó Jake, asombrado por la pregunta. Lo único que dije es que era atractiva!”

“Está bien Jake, no hay necesidad de enojarse, sólo te pregunté si te GUSTARÍA follarla? Dijo Gardner, calmadamente. “Ella es una buena amante. Te encantaría. Y ella la toma por el culo también. Me tomó años que le gustara, ahora me deja follarla por cualquier agujero que yo quiera sin quejarse. Creo que a ella le gusta cuando se la meto por el culo y la follo como una vulgar puta, a la mayoría de las mujeres les gusta eso. Ser dominadas por su hombre. Si se lo dijera, ella dejaría que la follaras también. Ella haría cualquier cosa que yo le diga.”

“Y… a ti no te importa… compartir a tu esposa?” preguntó Jake, con recelo.

“Para nada. Somos swingers. Hemos intercambiado cónyuges varias veces, incluso compartido sexo con otras parejas. Es realmente divertido hombre, deberías probarlo.”

“No puedo, no estoy casado.”

“Entonces pruébalo con esa novia que tienes, no te arrepentirás.”

“Kelly?” se rio Jake. “Ella es tan rígida sobre el sexo, apenas puedo convencerla que folle CONMIGO, mucho menos ella iría a follar con un completo desconocido. Ella jamás haría eso.”

“Puedo ayudarte con eso si es que quieres.” Ofreció Gardner.

“Qué quieres decir?” preguntó Jake, curiosamente.

“Tráela un día, cenamos juntos, nosotros cuarto. Lo tomaremos desde allí. Te garantizo que tendremos a esa chica tuya de espaldas rogando por una polla, por cualquier polla!” insistió Gardner, con confianza.

“Yo… no lo sé, Bruce. El padre de Kelly es el Comisionado de la Policía, recuerdas? No creo que tenerla así sea el mejor de sus intereses. Si ella se siente culpable después de eso, hay una gran probabilidad que su padre quiera presentar cargos penales. No creo que ese escándalo valga la pena, verdad?” preguntó Jake.

“Entonces a la MIERDA con ella!” respondió Gardner. “Bótala! Conozco a otras chicas que andan como locas buscando a un viril policía como tú si es que realmente quieres hacer esto. Puedo prepararte. Todavía podemos hacerlo.”

“Espera Bruce, yo no estoy seguro de querer hacer esto tampoco. Quiero decir, tu esposa es atractiva y todo eso, pero ella sigue siendo tu esposa. No podría follármela y seguir siendo tu compañero, se sentiría… raro. No podría mirarte a la cara.”

“Por supuesto que podrías, yo también estaría ahí con ustedes.” Dijo Gardner.

“Ahí? En la misma pieza? Mirando? Preguntó, Jake, como si nunca se le hubiese ocurrido pensar en la presencia de Gardner.

“Participando.” Corrigió Gardner. “Lidia es mucha mujer cuando se trata de sexo, no creo que puedas manejarla tu solo. Además, a ella le gustan dos pollas dentro de ella de vez en cuando, golpeándola por delante y por detrás. Yo también le enseñé eso.”

“Esto es demasiado…” se rio Jake con incredulidad. “Acabo de conocer a tu esposa hace casi una hora atrás, y ya conozco más de su sexualidad que la de mi propia novia!”

“Eso es porque cuando se trata de mujeres, tienes que tomar al toro por los cuernos y luchar en el suelo!” le aconsejó Gardner. “A la mayoría de las mujeres no les gustan esos hombres sensibles, pasivos y románticos, - ellas quieren un macho que tome control de ellas! Como esa Kelly, apuesto a que si fueras más agresivo con ella, ella estaría ahora en tu departamento, de espaldas, jugando con su húmedo coño y esperando por ti a que vuelvas del trabajo. Te lo garantizo! Todas las perras quieren dominación. Excepto tal vez esas anchas lesbianas, que quieren ser como nosotros. Ellas tratan y tratan de imitarnos, pero necesitan una polla entre tus piernas para poder dominar correctamente.”

“Podemos… podemos cambiar de tema?” preguntó Jake, asqueado por las vívidas descripciones de Gardner sobre su novia.

“Cuál es el problema, novato? Se te pone el pene duro pensando en toda la vagina que te estás perdiendo?” bromeó Bruce, a las expensas de Jake.

“No. Sólo que ahora estoy viendo las cosas de otra manera.” Respondió Jake, como una piedra.

“Me he dado cuenta.” Dijo Gardner, sintiendo la tensión entre ellos volviendo a remontar. Condujeron por unos momentos en un incómodo silencio hasta que Bruce decidió romper el hielo. “Entonces… para qué fuiste a la oficina de McConnell hoy temprano?”

“Yo…yo tenía algo… personal que hablar con él.”

“Personal, eh?” preguntó Gardner. “Espero que no haya sido por lo que pasó debajo del puente con ese chico negro. Ya sabes… McConnell tal vez sea una mezcla de razas, pero él es un POLICÍA en primer lugar! Crees que le creería a un novato ‘mojado detrás de las orejas´ en vez de a 5 de sus mejores oficiales?”

“No…no lo creo…”

“Te llevé a mi casa esta noche para veas que no soy un animal. Tengo una esposa, un hijo que me odia y una hija que me ignora. Como tú dijiste, una típica familia americana. Whitmen, Blake y Cooper no son diferentes. Una vez que nos sacamos estos uniformes, nos convertimos en las personas que éramos antes de entrar a las fuerzas. Pero mientras estamos en uniforme, tomamos atención a lo que la experiencia nos ha enseñado. Nos cuidamos las espaldas en uno de los más rudos vecindarios en américa, entonces lo siento si piensas que somos demasiado rudos o injustos con algunos negros que necesitan que les enseñen una lección. Pero estamos aquí para asegurarnos que todos volvamos el día de mañana a nuestras casas en una pieza!  Tienes que dejar de pararte en medio del camino y tomar el bus con nosotros!”

Antes que Jake pudiese responder, una llamada salió por el radio policial debido a un tiroteo entre las tiendas de las calles Chunk y Chew. Gardner miró a su joven compañero como diciendo ‘ves a lo que me refiero’, antes de contestar la llamada diciendo que estaban cerca del camino. Encendieron las luces rojas y azules parpadeantes y aceleraron a través del tráfico como un murciélago del infierno.

CONTINUARÁ…