Los hombres se disfrazan de verdugos para continuar el martirio de Valentina y de su hermana pequeña en la cruz. En medio del tormento y cuando éste es más intenso y cruel, Tom llama por teléfono.
Los granjeros organizan una cacería humana con las dos chachas. Tras unas cuantas horas huyendo de los perros, Valentina es atrapada por los cazadores que la llevan de vuelta a la granja para ser crucificada. Mientras la transportan hacia allí le van contando las torturas a las que la van a someter
Tras torturarlas salvajemente durante horas en la mazmorra de la mina, los hombres llevan a las tres esclavas a la superficie, las limpian a conciencia con las mangueras y las dejan secar al sol atadas a unos postes.
Continua la larga sesión de tortura de las dos hermanas. Seguidamente serán sometidas a una dolorosa prueba en la que tendrán que demostrar el amor que se profesan la una a la otra.
Por petición de Tom, las hermanas son sometidas junto a Ramona a una larga y cruel sesión de tortura en lo que parece una mazmorra medieval
Markus lleva a Valentina y su hermana Gina por todo el valle para que las conozcan los viejos granjeros. Por fin, tras pasar por muchas manos, acaban el día en una granja de ordeño de vacas.
Tras ser uncidas al arado y arar el campo de Matías, las dos hermanas le hacen una doble fellatio al granjero y a su caballo. Como premio por sus servicios las chachas reciben una larga tanda de latigazos al aire libre.
Tom recibe una inesperada llamada que le obliga a ausentarse en el extranjero y entrega a Valentina a Markus y sus hermanos. Las dos hermanas son conducidas a la granja pero ya en el viaje tienen que servir a sus amos de diferentes maneras.
Ginebra, la hermana pequeña de Valentina, ha dejado caer una bandeja llena de copas que se han hecho añicos y al ser reprendida ha contestado de malas maneras al señor de la casa, por lo que recibirá el merecido castigo de manos de Markus.
Markus le está haciendo una “entrevista de trabajo” a la hermana de Valentina. Para ello le hace desnudarse y ponerse unas esposas.
Valentina confiesa por fin la clave de su móvil bajo tortura. Tom y su sádico amigo encuentran información en él sobre su hermana Ginebra.
Tom y su amigo el granjero llevan a Valentina a la cámara de tortura para que Markus le enseñe otras formas de castigarla. Allí descubren que Valentina ocultaba un teléfono móvil donde guarda las conversaciones con su hermana.
Tom viste a Valentina de doncella porno para que reciba a un amigo que viene de visita y le sirva en todo lo que necesite.
Tras una dolorosa sesión de BDSM Valentina tiene que dormir en la perrera con esos chuchos a los que no cae bien.
Valentina vuelve a casa con el mandado de Tom y se prepara para recibir su tercer castigo por servirle el café demasiado caliente.
Valentina tiene que ir a hacer un recado de su jefe en una sex-shop y allí le ocurre de todo
Tom termina de castigar a Valentina y aún atada y amordazada le saca una foto y se la envía a un amigo. Este le responde.
Valentina se encuentra desnuda y en postura de penitencia frente al gran espejo del recibidor esperando a que Tom empiece el castigo.
Inspirado en una película de bondage japonés que está viendo con la chacha, Tom decide castigar los generosos pechos de Valentina.
Para sorpresa de Tom Valentina volvió a trabajar al día siguiente muy temprano.
Tras azotarla en el trasero Tom sigue castigando a la chacha por la falta cometida y luego se la folla bien follada.
Tom vuelve a su casa y sorprende a Valentina bañándose desnuda en su piscina consiguientemente tendrá que castigarla
Valentina una atractiva joven de 20 años se emplea como empleada del hogar en el lujoso chalet de Tom
Termina la historia pero el Penal de los Lamentos sigue ahí esperando a sus futuras víctimas…
El barquero lleva al Penal a dos mujeres, una es prisionera pero la otra no.