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Valentina, la chacha desnuda (19)

en Dominación

- NO, NO, por favor, no, ¿qué nos vais a hacer?

- Vamos esclava dijo Bruce tirando de ella hacia dentro. No te resistas o será peor.

- ¡No quiero!, dejadme, no quiero entrar ahí.

Valentina negó aterrorizada al ver el interior de la cámara de tortura y clavando los talones en tierra hizo lo imposible para evitar que la metieran en ese horrendo lugar, pero los hombres eran muy fuertes y cogiéndola de los brazos tiraron de ella hacia dentro. Gina en cambio entró en la mazmorra sin resistirse. Luego cerraron la puerta y afuera volvió a hacerse el silencio y la oscuridad.

En cambio, dentro seguía atronando el heavy a toda pastilla. Esa no era la única música que usaban durante las sesiones de tortura. Algunas veces a los sádicos hermanos también les gustaban los tangos o la música country pero con tres víctimas a la vez era mejor el heavy,…decididamente era mejor para acallar sus gritos. Naturalmente les gustaba oír los lamentos y gritos de las mujeres a las que martirizaban,  pero esa música ensordecedora les quitaba intensidad, así al silenciar los sollozos de sus víctimas parecían  banalizar los actos sádicos y crueles que se realizaban en esa habitación.

Valentina seguía gimiendo medio histérica y hacía  lo posible por huir de sus captores hacia la puerta, mientras Gina más calmada observaba detenidamente lo que tenía delante.

Para sorpresa de la joven masoquista, el habitáculo estaba bastante iluminado por unos focos. No hay que olvidar que los granjeros acostumbraban grabar en video las sesiones de bondage y tortura que se realizaban allí tal y como solía hacer Tom. Consiguientemente necesitaban luz suficiente para ello. De todos modos los focos  no iluminaban difusamente como en una clínica sino que lo hacían de forma direccional, iluminando mucho ciertas zonas y dejando otras en penumbra. Eso contribuía también a  acentuar el dramatismo de las escenas al generar fuertes contraluces en los cuerpos desnudos de las esclavas. Asimismo, las sombras animadas de las paredes hacían parecer a los verdugos diablos y seres monstruosos.

En ese momento, la luz iluminaba intensamente el lugar donde Ramona estaba siendo atormentada desde dos horas antes. La esclava calva apareció ante las chachas  grotescamente maniatada a una gran rueda como de dos metros y medio de diámetro de modo que su cuerpo se doblaba y adaptaba a la curvatura externa de la misma. Por su parte, la rueda estaba medio sumergida en una bañera metálica llena de agua casi hasta el borde. Al ver a las recién llegadas Mike que también estaba disfrazado de verdugo quiso mostrarles directamente el funcionamiento del ingenio  así que movió  la rueda y sumergió a Ramona en el agua…… y la tuvo allí dentro casi dos minutos.

Al ver eso Valentina enmudeció  por fin,  y las hermanas se miraron angustiadas mientras los hombres las sujetaban por los brazos obligándolas a ver el tormento.

- ¿Cuánto tiempo creeis que puede aguantar bajo el agua?, les preguntó Sam, y ellas le miraron a su vez alarmadas viendo las burburjas que salían a la superficie del agua mientras los pies de Ramona se movían nerviosamente. Los segundos pasaban y el corazón les empezó a golpear en el pecho intensamente.

- Pobre Ramona, pensaron, ese bestia la iba a ahogar.

- ¡Qué! ¿La saco ya?, preguntó Mike burlándose, y las hermanas dijeron que sí con insistencia.

- El sádico hermano volvió a accionar la rueda y sacó del agua la cabeza y el torso de Ramona. Esta  aprovechó el momento para escupir el agua y tomar bocanadas de aire desesperada. La mujer tosía angustiada pues esa vez había llegado a creer que la iban a ahogar de verdad.

Entonces Mike cogió un bastoncillo metálico en cuya base había un cable y empezó a tocarle con él en su piel desnuda.

- AAAAAYYYY, NOOOO AAAAAYYY

Ramona pasó en un segundo de la angustia del ahogamiento a sentir que la freían por dentro entre dolorosos espasmos musculares. Consiguientmente  se puso a lanzar agudos gritos y a temblar sin control. Entonces Gina reparó  en que en el borde de la bañera había un perno de batería de coche con el otro polo.

- ¿Lo ves?, explicó Markus como si fuera necesario. El agua de la bañera y el cuerpo mojado de Ramona transmiten mejor la electricidad, ¿no te parece ingenioso?. Esto se lo dijo a Gina mientras acariciaba suavemente su redondo trasero. Luego lo probaréis vosotras dos.

Al oír eso Valentina volvió a temblar diciendo que no y buscando la puerta con los ojos pero Bruce la tenía bien agarrada.

- IIIAAAAAAYYYY

Nuevamente los gritos desesperados de Ramona se impusieron al ruido ensordecedor de la música cuando el bastoncillo electrificado recorrió lentamente todo su torso. La tortura de la bañera era habitual en las sesiones a las que sometían a Ramona desde hacía años, pero no por eso la esclava la toleraba mejor. De hecho era una de las que más odiaba.

Mike siguió tocándole con el bastoncillo y aprovechaba las anillas que perforaban pezones y tabique nasal para aumentar el efecto del suplicio de la electricidad. Como respuesta a las descargas, la pobre Ramona temblaba espasmódicamente y gritaba como loca con sonoros aullidos cada vez que ese odioso bastoncillo le tocaba la piel. Era como si le tocaran con un hierro incandescente. Mike sólo paró un momento para ocuparse por fin de las recién llegadas.

- Hoy tenemos mucho público, dijo señalando la pantalla de televisión en la que se podía ver la tortura de Ramona y los comentarios de los cyberespectadores. Venga, mostradlas a cámara, que las vean antes de empezar con ellas.

-Ven aquí, preciosa, le dijo Bruce a Valentina y acercándola a una de las cámaras se situó detrás de ella y mostró bien su cara y su torso desnudo a los espectadores. Esta es Valentina, la chacha de Tom, dijo a cámara mientras rodeaba sus tetas con las manos y las realzaba y hacía temblar como si se las presentara a todos esos pervertidos. Es bonita, ¿verdad?, mirad, mirad qué tetas tiene.

La joven apartó la cara muy avergonzada al ver que sus gruesos pezones parecían aún más grandes en la pantalla.

- Valentina ha venido unos días a la granja a ayudar a su hermanita Gina en sus tareas y ya se ha hecho gran amiga de todos los granjeros del valle,….. aquí la llamamos “conejita”. ¿Eres feliz entre nosotros conejita?

Bruce le obligó a mirar otra vez cogiéndole la cara con la mano pues ella no dejaba de sollozar ocultando su bonita cara de todos esos mirones.

- Vamos preciosa, cálmate de una vez, saluda a tu amo y a los otros miembros del club.

- Ho, hola, dijo ella poniendo cara de cordero degollado.

- No, así no, saludales bien, le dijo pellizcándole y retorciéndole los pezones, vamos empieza por tu amo, esclava.

- Yo, yo, te saludo mi amo.

- ¿Y qué mas? Dijo Bruce insistiendo en retorcerle los pezones.

Valentina siguió hablando sin parar de llorar.

- Espero, espero que todos ustedes……y de repente la esclava se quebró en llanto…… Por favor, señor, no dejes que me torturen, por favor, ven a buscarme, te lo ruego.

- Estúpida, dijo Bruce dándole un tortazo, ¿es así como obedeces?

Y de pronto todos pudieron ver en la pantalla lo que escribía Tom.

- Valentina, eres una desobediente, mereces que te castiguen ahora mismo.

- NOOOO, por favor, señor, piedad.

- Dadle unos latigazos ahora mismo, luego pasaremos a cosas más fuertes.

- Ya has oído zorra, e inmediatamente Bruce la alejó de la cámara y la llevó hasta el centro de la sala para atarla del techo. Valentina siguió gritando y pataleando como si eso le pudiera librar de los suplicios que le esperaban pero Bruce no dudó ni un instante.

- Que traigan a la otra a ver si obedece mejor, dijo Tom desde el chat y Markus acercó a Gina a la cámara, se puso tras ella e hizo un primer plano de su torso como habían hecho con la otra. Markus también realzó sus tetas con las manos e incluso jugó un poco con ellas demostrando que eran tiesas y mullidas a la vez. Al contrario que su hermana, Gina se portó en todo momento como una perrita sumisa y cahonda.

- Esta es “lechoncita”, la llamamos así porque es un poco cerda como comprobaréis ahora mismo. Saluda como debes esclava

- Hola, hola a todos, espero y deseo que disfruten de mi tortura y de la de mi hermana. La joven estaba muy excitada de saber que quizá en ese momento la miraban decenas de personas, y sus pezones ya sensibilizados por la sesión de ordeño se le pusieron duros y erizados.

- ¿Lo veis?, ya os lo dije, y reclamó un beso en los morros, húmedo y con lengua que ella aceptó darle  sin dudar.

Entretanto, tras ella Bruce y Sam accionaban una manivela para ascender el cuerpo de Valentina en el aire hasta que éste colgó en vilo de sus brazos. Como ella seguía  pataleando como una loca, le ataron una pesada bola de hierro a los pies y todo su cuerpo se estiró dolorosamente.

- AAAAYYYYYY.

El gemido de dolor de la chica hizo que Gina se distrajera pero no se alteró mucho.

- Dile a Tom y a los demás cuántos orgasmos has tenido hoy, esclava, le dijo Markus acariciándole las tetas con sus manazas de labriego.

- No lo sé…. he, he perdido la cuenta,…. muchos.

- Ja, ja, y ¿por qué te has corrido tantas veces, putita? Vamos, explícalo.

- A mi hermana y a mí nos han ordeñado como si fueramos vacas, con ordeñadoras mecánicas…….

- ¡Con ordeñadoras mecánicas!, se nota que eso te ha gustado mucho ¿Y qué más?, venga habla.

- Mientras nos ordeñaban hemos hecho el amor….

- No mientas, no habéis hecho el amor, más bien os la han clavado un montón de tíos con unas trancas así de grandes.

- Sí, sí, eso he querido decir.

- Así que os la han metido un montón de labriegos ¿Por dónde?.

- Por todas partes.

- Descríbelo a nuestro público, vamos preciosa. Markus le estaba estimulando los pezones con insistencia y la chica los tenía tan sensibles después del ordeño que apenas podía articular palabra.

- Por, por la boca,….. por el sexo….por detrás.

- ¿Por el culo?

- Sí, también por ahí.

Entre tanto a espaldas de Gina continuaban las torturas. Ahora Ramona tenía la parte de arriba de su cuerpo sumergida en el agua y Mike le estaba aplicando descargas eléctricas en la planta de los pies y entre las piernas. Del agua salían grandes burbujas de agua signo de que la mujer había perdido el control y soltaba todo el aire por efecto de las descargas en su sexo.

Asimismo Sam y Bruce le estaban dando de latigazos a Valentina que colgaba inerme de sus brazos sin parar de gritar ni de pedir piedad. Los dos sayones le daban los latigazos a la vez cada uno por un lado dejándole todo el cuerpo marcado. Sólo la música amortiguaba algo sus desesperados alaridos.

- Y dime “lechoncita” insistió Markus mientras masajeaba sus mamas impunemente. ¿Por dónde te gusta más?, ¿Por el culo?

- No. Prefiero por mi sexo, por detrás me duele.

- Muy bien, preciosa, muy bien, como has sido tan obediente y tan buena chica te voy a dar a elegir uno de los  aparatos en el que te vamos a torturar, mira la sala y decídete.

Gina observó entonces con atención la variedad de aparatos de tortura que poblaban ese lugar y los ojos se le fueron hacia el más grande.

- ¿Qué es eso?

- Es un potro de tortura medieval, como ves sirve para estirar el cuerpo de las esclavas hasta el extremo y una vez en esa postura aplicarles un sinfín de tormentos. ¿Lo eliges?

Gina bajó la cabeza muy excitada.

- Lo que mis amos decidan.

- Ya la habéis oído, ¿qué decís vosotros?

Los del chat empezaron a verter sus opiniones y se decantaron mayoritariamente por el potro aunque algunos preferían que las dos hermanas fueran colocadas en la rueda en sustitución de Ramona. Un par de ellos pidieron también la barra electrificada, otro que las colgaran de las tetas, otro la cama de Judas, otro el caballito español…..

Gina empezó a respirar agitadamente al ver el rosario de tormentos que pedían para ella, algunos ni siquiera sabía lo que eran.

- Ya ves que sobre todo piden tres torturas para ti y para Valentina: el potro, la rueda y la barra. Escoge tú.

Pero Gina no se decantó por ninguna de las tres.

Bruce se impacientó y le agarró del pelo.

- He dicho que escojas tú esclava, elige  o esta noche sufriréis todos los tormentos que sugieran los invitados.

Pero nuevamente Gina dio la callada por respuesta.

- Está bien, tú lo has querido, sufrireis todas las torturas que se nos ocurran aunque eso suponga teneros más tiempo aquí abajo, y como veo que estás cachonda perdida  te voy a acariciar esto de aquí para que te corras delante de todos los invitados. Y alejándola un par de pasos de la cámara para mostrar su cuerpo completo, Markus la empezó a masturbar.

Entre tanto ya habían terminado de flagelar a Valentina mientras Ramona había perdido la consciencia por los últimos toques del bastoncillo electrificado. En lugar de desatarla la dejaron atada a la rueda pues por el momento decidieron empezar con la tortura de la barra.

Para el primer tormento de las dos hermanas, los sádicos verdugos prepararon dos barras metálicas de metro y medio de largas cada una de las cuales  descansaba en sus dos extremos sobre dos pies derechos. En lugar de estar completamente horizontales, las barras estaban ligeramente inclinadas de modo que eran algo más altas en un extremo que en el otro.

“Lechoncita y Conejita” fueron obligadas a colocarse a horcajadas cada una sobre una de las barras metálicas, sin embargo, antes de eso Markus les aplicó con sus propias manos una pomada conductora de la electricidad en toda su entrepierna y en la parte interna de los muslos.

Cuando las colocaron en su sitio, las chicas no tardaron en comprobar que efectivamente la barra estaba electrificada y que si accidentalmente la  piel de sus muslos hacía contacto con ella, una tremenda descarga castigaba esa parte tan sensible de su cuerpo.  Consiguientemente intentaron apartar de ella el sexo y la cara interna de las piernas poniéndose de puntillas y mirando anhelantes a sus verdugos. Por su parte los hombres se rieron al verlas en ese apurado trance y decidieron dejarlas así unos minutos antes de empezar el tormento. Así pues las dos muchachas temblaban sobre las puntas de los dedos de los pies rezando por no tocar la barra con su entrepierna. Las chicas se miraron angustiadas y protestaron cuando Sam se puso a rociarles de agua todo el cuerpo con un aspersor.

Lo siguiente fue colocarles unas pinzas de mariposa. De eso se ocuparon Sam y Mike a la vez. Las pobres chicas gritaron de dolor cuando las pinzas mordieron sus sensibles pezones y luego les obligaron a sacar la lengua que mordieron con una tercera pinza. Por último ataron cuerdas muy delgadas y estiradas en las tres pinzas y el otro extremo lo enrollaron en unos cilindros.

Markus se ocupó del cilindro de Valentina y Bruce del de Gina. Los dos verdugos empezaron a dar vueltas a los cilindros gracias a unas manivelas y fueron enrollando las cuerdas muy despacio. Lógicamente las dos chicas notaron un dolor punzante en sus lenguas y pezones mientras las cuerdas se ponían tirantes y las pinzas tiraban de ellos. Como consecuencia las dos intentaron caminar hacia delante para aliviar ese dolor pero manteniendo en todo momento los pies de puntillas. Como era de esperar, al hacer ese movimiento no pudieron evitar los  choques y contactos accidentales de su entrepierna con la barra electrificada.

- MMMMMHHHH

- MMMMMMHHH

Las dos jóvenes gritaron y lloraron de dolor entre las risas de los hombres y esa música repetitiva que no paraba ni un momento. Asimismo empezaron los comentarios de los mirones que se lo estaban pasando en grande delante de sus pantallas. El tormento de la barra era ciertamente perverso. Hay que tener en cuenta que a medida que las chicas progresaban hacia delante, la barra cada vez estaba un poco más alta y era cada vez más difícil evitar el doloroso contacto, sin embargo los dos hombres seguían accionando lentamente las manivelas de tal modo que las chicas tenían que elegir entre su entrepierna o sus pezones y lengua.

A juzgar por sus comentarios en la pantalla, los del chat se mostraban muy satisfechos de ver cómo sus jóvenes y bellas víctimas lloraban y se agitaban desesperadas por escapar a uno u otro tormento. Por supuesto pronto se pusieron a apostar a ver cuál de las dos llegaba antes al final de la barra mientras las pobres muchachas no paraban de llorar ni de soltar babas.

Por si esa tortura no  fuera suficientemente dura, en un momento dado, Sam y Mike se pusieron a canearlas en los tobillos y las pantorrillas haciéndoles gritar y llorar aún más fuerte. La piel desnuda de las dos jóvenes brillaba de sudor y babas mientras sus senos y lengua se proyectaban hacia delante como si se los fueran a arrancar.

Tras caminar sobre la barra electrificada durante un buen rato les retiraron las barras y las liberaron de las pinzas de modo que dejaron descansar a las chicas un momento de rodillas. Eso sí, mientras  los del grupo volvían a sugerir nuevas torturas los verdugos exigieron una larga felación de sus dos víctimas que totalmente sometidas accedieron a chuparla delante de las cámaras sin mucho problema. Esas dos harían cualquier cosa con tal de que las dejaran descansar un rato así que siguieron mamando como locas con la esperanza de que hubiera acabado ya el tormento cuando en realidad no había hecho más que comenzar. Esta vez Tom dejó que los demás eligieran y tras un rato de discusiones, los espectadores se decantaron porque el siguiente suplicio consistiera en colgarlas a las dos de las tetas.

Así pues tras eyacularles en la cara y dejársela perdida de semen, los hermanos procedieron con las esclavas como sugería su público. Ya estaban acostumbrados a ese juego: unos condenan y ellos ejecutan…… Para ello  ataron la base de los senos de las dos hermanitas con unas correas de cuero  una en frente de la otra de manera que la punta de sus pechos permanecieran en contacto y sus pezones se acariciaran entre sí estimulándose mutuamente.

Con toda su fuerza, Mike y Sam tiraron de las sogas hacia abajo y las chicas no tuvieron más remedio que ponerse de pie, luego de puntillas y más tarde perdieron pie y empezaron a ser izadas en el aire entre gritos de dolor. A las dos las levantaron a tal altura que quedaron literalmente colgando de sus tetas.

- AAAAAYYYY, AAAAYYYY

Lógicamente las dos pobres muchachas gritaron y aullaron desesperadas mientras las sogas constreñían sus senos y los pechos se les ponían entre azules y morados. De hecho parecían globos a punto de estallar.

- NOOO POR FAVOR

- MIS PECHOS, DIOOOS

Las chicas gritaron y berrearon como locas pues literalmente sentían que se les desgarraban sus senos. Sin embargo a pesar de sus quejidos las siguieron izando a más de dos metros e incluso les dieron tironcitos con las sogas haciéndolas botar en el aire pendientes de sus pechos entre las risas y burlas de los verdugos.  Eso provocó gritos y aullidos aún más agudos. Bruce puso la música aún más alta pues se les oía gritar demasiado.

Además como las dos hermanas pataleaban en el aire sin control decidieron atarles los  tobillos entre sí y de los mismos colgaron la misma  bola de hierro de antes. Esta pesaba más  de veinte kilos de modo que cuando la soltaron las dos muchachas quedaron colgando completamente estiradas e inermes y experimentaron un dolor tan intenso en  los senos que estuvieron a punto de perder el sentido. Las tetas las tenían completamente azules y deformadas y debían ser una fuente de intenso dolor a juzgar por la desencajada expresión de su rostro.

Sin embargo, los del público eran tan sádicos que ni con eso tenían bastante por lo que pidieron que ambas fueran torturadas de diversas maneras en esa postura. Así pues la siguiente tortura consistió en pasarlas unos enormes rastrillos por la espalda, costados y piernas que les arañaban la piel dejandoles unas lineas rojizas, luego las canearon el trasero hasta dejárselo rojo y lleno de verdugones. Finalmente tras varios minutos de gritos y berridos las dejaron en paz colgando de sus senos y Sam les dio un impulso con la mano para que quedaran en el aire dando vueltas.

Aparentemente  las dos mujeres habían perdido el sentido pues habían dejado de gritar así que tras un rato de espera decidieron quitarles la bola y  separando bien sus piernas les introdujeron bajo las mismas un pony español con una cuña de madera forrada de metal que se les hincaba en la entrepierna.

Hecho esto les echaron un cubo de agua fría para que volvieran en sí y siguieron con el castigo. Valentina y su hermana se despertaron desorientadas por efecto del agua fría. En unos segundos se dieron cuenta de que seguían colgando de sus senos pero ahora podían  aliviar levemente este dolor a costa de un sufrimiento aún más intenso en su entrepierna. Así permanecieron en esa dolorosa postura durante cerca de media hora mientras los verdugos descansaban y se tomaban unas cervezas que sacaron de un frigorífico que tenían por allí. Lógicamente tras media hora cabalgando sobre el pony, Valentina y su hermana lloraban otra vez desesperadas sin saber qué hacer y experimentando un agudo sufrimiento tanto en sus pechos como en su entrepierna. Eso no les impedía ver la conversación del televisor en el que los espectadores mostraban una crueldad infinita pues no dejaban de sugerir nuevas torturas a cual más espeluznante.

De hecho en cuanto los hermanos se terminaron las birras se pusieron en acción y continuó la danza. Así volvieron a aplicarles descargas eléctricas con una picana siendo respondidos por los lloros y gemidos desesperados mientras los del chat sugerían muy excitados que las picanas tocaran a las dos chicas en las partes más sensibles de sus castigados cuerpos.

Como había ocurrido antes, el suplicio fue in crescendo y paulatinamente los verdugos lo fueron empeorando paulatinamente para desesperación de las muchachas. Así al de otra media hora en esa dolorosa postura empeoraron sus padecimientos colgándoles pesos de los tobillos y calentaron la cuña metálica aplicándole tenazas candentes.

- AAAAYYYYYY. PIEDDDAADDD.

- PERDÓN AMO PERDÓN, gritaba Valentina desesperada pues aún creía que Tom era más piadoso que esos cuatro granjeros sicópatas.

La tortura del pony duró hora y media y tras ella, Valentina y su hermana fueron sometidas a la rueda sin pausa ni descanso de ningún tipo. Para ello desataron de la misma a Ramona que ya había recuperado el sentido y su lugar fue ocupado por las dos hermanas una tras la otra de modo que sus cuerpos desnudos y estirados ocupaban la práctica totalidad de la curvatura de la rueda. Lógicamente eso significaba que cuando una estaba fuera del agua la otra debía permanecer sumergida dentro de ella y viceversa.

Cuando vio lo que iban  a hacer con ellas incluso Gina perdió buena parte de su valor y rogó piedad, pero esa era una palabra sin significado en ese infierno. 

Una vez atadas a la rueda con brazos y piernas bien estirados y bien ajustados a la misma  por cinturones de cuero, los hombres se ocuparon de dar vueltas al ingenio. Sin embargo lo hicieron lentamente para que la que estaba sumergida tuviera tiempo de desesperarse mientras tragaba agua y casi se asfixiaba.

Esta vez no fueron ellos los que esgrimieron el bastoncillo eléctrico sino que la encargada de aplicar las descargas fue la propia Ramona. Quizá las chicas pensaban ingenuamente que eso aliviaría algo sus tormentos pero fue exactamente lo contrario pues los granjeros amenazaron a la esclava con que si no les satisfacía ella ocuparía su lugar otra vez. Para evitarlo, Ramona se empeñó tanto que utilizó intensamente el bastoncillo electrificado aumentando la intensidad de las descargas hasta un punto ciertamente peligroso.

Así pues cuando tenían la “suerte”de que su cabeza saliera del agua unos instantes las dos jóvenes hermanas experimentaban las “caricias” del bastoncillo eléctrico y entonces su cara se desencajaba de dolor mientras ellas ponían los ojos en blanco venga a temblar y a echar babas.

- Esta puta calva las va a matar, ha puesto el transformador a la máxima potencia, dijo Bruce burlándose.

- Igual es lo que quiere, tendrá celos de ellas, añadió Sam.

En ese momento Ramona aplicaba el bastón electrificado sobre la pepita de Gina que tenía casi todo su cuerpo fuera del agua temblando sin control, con los ojos en blanco y lanzando espumarajos por la boca

- Si, está claro que nos quiere a los cuatro hermanos sólo para ella, ¡serás zorra!, la vas a matar, volvió a decir Bruce palmeándole la calva. 

Sin embargo Ramona siguió insistiendo en el sexo de la pobre Gina que estaba a punto de perder el sentido mientras su hermana tragaba agua desesperada.

- Venga, deja en paz a lechoncita un rato que le vas a insensibilizar el coño de tanto freirselo.

Ramona apartó por fin el bastoncillo y Gina dejó por fin de temblar y pudo respirar profundamente literalmente agotada de encajar descargas.

Una vuelta de la rueda y mientras Ginebra volvía a sumergirse, Valentina salió del agua tomando bocanadas de aire como podía…

- Ay…..por favor….no puedo más IIIIIIAAAAYYY, y Ramona cortó sus palabras tocándle con la punta del bastón en su teta derecha.

La tortura de la rueda se prolongó una hora angustiosa que a las hermanas les pareció un siglo y de hecho cuando las soltaron estaban tan rotas que no hubo más remedio que dejarlas descansar. Los verdugos  aprovecharon que estaban casi inconscientes y las acostaron sobre el potro de tortura una al lado de otra.

Entre tanto, Markus y Bruce acercaron un brasero junto al potro y acto seguido introdujeron en el mismo varios hierros y tenazas para que se fueran calentando.

Continuará

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