Mi costumbre de cumplir mis compromisos hacía que las personas me apreciaran más, una sorpresa de mi hijo nos hizo pasar unos días especiales en compañía familiar.
La semana en el Hotel-Spa prometía ser movida, mi hijo se fue y me dejó con mi nuera y mi mujer con el nieto y en la mejor playa
El círculo de amistades iba ensanchándose, las personas unas a otras se comentaban la amistad que tenían conmigo y poco a poco me presentaban más amigos o mejor dicho amigas.
Estaba conociendo muchos lugares, costumbre y personas, sobre todo mujeres, nunca me imaginé que en todos lugares fueran tan iguales y tan diferentes a la vez.
Casi sin darme cuenta había reunido un círculo de amistades de lo más variado, ahora mi mayor empeño era seguir cultivándolas y a ser posible conocer a más gente, la curiosidad por ver lugares nuevos era una buena oportunidad y la iba a aprovechar.
Sin darnos cuenta la relación familiar se iba estrechando, todos estábamos en nuestro sitio pero aún eso nos unía una complicidad especial, sin duda mi estancia en La argentina era todo un éxito, ya me permitía hacer hasta obras de caridad
Estaba viviendo momentos completamente inesperados, mi vida en Buenos Aires era como una montaña rusa, en pocos días estaba disfrutando de la vida como nunca y lo mejor era que cada vez se ampliaban los horizontes. Una tarde con Corina me había acercado a ella más de lo que hubiera soñado.
Ya me sentía casi autónomo, me aventuraba cada vez más y lo cierto es que no me iba mal, ya me separaba de casa y me mezclaba con la gente, me daban información y mucho más, todos eran muy amables.
Según me iba organizando estaba más contento, ya había puesto los puntos sobre las íes en alguna fémina, creo que a partir de ahora me podré dedicar a mis gustos, me sentía pisando fuerte, y volví a mis andadas.
Ya me iba organizando y situándome en la gran ciudad, las nuevas amistades me demostraron que no hay mucha diferencia entre las sociedades y personas y esto me hizo sentirme como en casa.
Poco a poco me aventuraba más y recorría lugares emblemáticos, no puedo quejarme de mi suerte pues en alguno de ellos disfrutaba mucho, esto me animaba en seguir, por otra parte mis relaciones se iban ampliando sobre todo las femeninas.
Ya me iba ambientando, tanto en la ciudad como con sus habitantes, estaba encantado de la acogida que me dispensaban todos e iba haciendo amigos, me sentía eufórico y con ganas de comerme el mundo pero no todo eran alegrías.
Ahora mi problema era aclimatarme a mi nueva residencia, aunque temporal me gusta integrarme en el ambiente, cada vez aprendo más y conozco a personas de lo más agradables.
El viaje a Buenos Aires había empezado muy bien, ya había recibido un anticipo de la hospitalidad argentina, espero que todo siga por lo menos igual, sobre todo veré a mi nieto.
Siempre había querido visitar Argentina pero, por distintos motivos no pude, ahora jubilado iba a conocer a mi nieto, aunque no sabía aún lo que me deparaba la vida.
Todos teníamos ilusión ante el viaje menos mis primas, mi tía hizo lo que pudo para compensarlas. Emi demostró lo que valía y entre todos finalizó lo mejor posible.
Los preparativos del viaje eran extenuantes, llenos de emociones, mi tía y Emi se ocupaban de todo y con buen criterio, mis primas me demostraron que me querían muchísimo.
Cada vez mis tíos demostraban que estaban muy interesados conmigo, yo hacía todo lo posible por no defraudarles.
La felicidad iba entrando en la familia, Alba había aceptado ser mi novia, Ricardo le pidió a Julia también vivir en pareja y había aceptado, la llegada de Manuel llenó la casa de Ana y mi madre era ya compañera de Benito.
Ahora me dedicaba a cuidar a Ana y a mi primo Manuel, el bebé se portaba bastante bien y Ana se reponía muy rápidamente. Tomé una decisión importante.
Mi tía Cris me había llamado para cuidar a su hermana Ana que ya estaba a punto de parir, tuve que ir apresuradamente. Por fin conocí a mi primo.
El fin de semana había terminado todavía mejor de lo esperado, mi madre estaba encantada sobre todo porque Benito me había pedido su mano, fue un detalle que nos emocionó a todos, Alba me demostró su aprobación también.
Estaba muy agradecido a mi familia el apoyo que habían demostrado y se lo hice saber a Ana, también empecé las clases de conducción.
Nuestra estancia en el balneario había empezado bien y sin duda iba a seguir mejorando, Alba me encantaba y mi madre volvía loco al médico.
Después de la celebración mi tía me dio una sorpresa, tuvimos una visita agradable de mis padres, me demostró lo que me quería, le correspondí largamente.