La idea de que Ingrid viniera a Buenos Aires me gustaba, era una preciosidad rubia que junto a Corina hacían una pareja perfecta, lástima que no se reuniera con ellas Gerta… o sí. Marlene también se portó bien, no me defraudó.
Me hacía falta despejarme la mente y el mejor remedio que se me ocurrió fue hacer turismo y ver sitios donde hacía tiempo que quería ir y no me decepcionó, pero hay muchas cosas para ver, tendré que volver otro día.
Después de un día tan ajetreado necesitaba un poco de espacio y reflexionar pero no siempre se consigue del todo, fui a conversar con la chica que más me comprendía fuera de mi familia y me ayudó bastante, tuve que hacer una visita junto con mi amigo argentino.
Desde Misiones habían llegado Herta y su amiga guaraní Yuma, dos bellezas, yo sería su cicerone en Buenos Aires y procuraría hacerles la estancia agradable y al revés también. Elena también tuvo un premio especial y de rebote me llegó a mí.
Desde Misiones habían llegado Herta y su amiga guaraní Yuma, dos bellezas, yo sería su cicerone en Buenos Aires y procuraría hacerles la estancia agradable y al revés también. Elena también tuvo un premio especial y de rebote me llegó a mí.
Aquella Nochebuena fue especial, las habíamos tenido horribles pero quisimos agradecer a mi madre sus desvelos y sus sacrificios por mis hermanas y por mí.
Se habían podido complicar mucho las cosas, las casualidades en la vida existen y a veces comprometen la existencia, por suerte mis amistades eran de confianza.
Después del viaje a Córdoba tuvimos que aclararle las cosas a Viviana, la mujer volvía a sus andadas con todo empeño y era mucho lo que había en juego, también tuve que resolver algún asunto pero creo que todo saldrá como espero.
Fui encontrándome con mis amistades de siempre, durante el corto viaje habían pasado algunas cosas y poco a poco fui poniéndome a día. Un viaje a Córdoba inesperado me hizo pasar momentos muy especiales
Había sido un viaje irrepetible, además de ver una de la maravilla de la naturaleza Las Cataratas de Iguazú, habíamos conocido a unas mujeres que además de acogernos en su casa nos habían ofrecido todo lo que tenían. Ahora era hora de volver a casa, ya teníamos ganas de descansar y volver a la vida
En las Cataratas de Iguazú disfruté como nadie en todos los sentidos, la acogida de las amigas argentinas fue mejor de lo que yo esperaba y lo agradecí en lo que pude.
Ya estábamos en Misiones hospedados en casa de la amiga de Corina, nos atendieron muy bien, yo diría que maravillosamente bien, nos enseñaron muchas cosas especialmente a mí y lo disfruté.
Mi vida no era para quejarse pero había algunas cosas que me sacaban de quicio, sobre todo mi hijo Eduardo. No tenía ni idea que era así.
Por fin habíamos partido los cinco debidamente acomodados y dispuestos a hacer los más de mil kilómetros hasta la provincia de Misiones, las Cataratas de Iguazú nos esperaban y nos íbamos a hospedar en casa de unas amigas de Corina, el plan no podía ser mejor.
Ya llegaba el día de la partida y con la ilusión de unos críos hacíamos planes, cada uno se ocupaba de alguna cosa, le plan era muy bueno en principio y yo lo teníamos todo previsto, bueno casi todo. También me pude despedir debidamente de las turistas españolas.
Ya iba seleccionando las compañías, o ellas lo hacían conmigo, de todas formas aprendía mucho y a mi edad eso es importante. De nuevo me dedique a recorrer Buenos Aires, la ciudad tenía muchas cosas que enseñarme.
Con la intención de conocer la ciudad encontré a unas compatriotas, me hicieron estar como en casa por unos momentos. Los preparativos para el viaje seguían adelante pero mientras seguía cultivando mis amistades.
A veces nos confiamos, queremos abusar y la naturaleza no perdona, a ciertas edades hay que cuidarse, la suerte que tuve es que tenía buenas cuidadoras
Ya con la vida más ordenada quise ampliar horizontes, me habían prometido un viaje especial y yo ya volvía a tener confianza y hacer mis correrías. Mientras una serie de citas me tuvieron ocupado.
Además de las catas en las bodegas yo me procuraba de las personales, rememoré el placer de conducir un coche clásico que sólo me dio satisfacciones. Mendoza me había encantado por muchos motivos, la excursión había sido corta pero intensa, ahora había que volver
Me convencieron que hacer un viaje corto y alejarme de mis fantasmas que me atormentaban podría ser de utilidad, me apenaba alejarme de mi mujer, la había dejado muy triste y las demás tampoco estaban muy contentas, excepto los que tenían una visión más ecuánime y serena y me fui con mi hijo a Mendo
Las bodegas de Mendoza se sucedían a cual mejor que la otra, las catas de vinos iban animando el ambiente y el viaje no se hizo nada aburrido, sino todo lo contrario. Incluso me permití un capricho, conducir un Citroën 2 CV como el que había sido mi primer coche, y follar en él.
Tenía intención de cortar con aquel ritmo de vida pero el destino me iba arrastrando como un juguete, menos mal que mi familia me echo un cable y volví a ser yo, volvía a ser yo pero bastante cambiado, mis convicciones iban cambiando sin darme cuenta.
Cuando ya se había normalizado la convivencia en casa, por lo menos en las actitudes de las mujeres, otra serie de matices hacían que no dejaran sosegarme, ahora todas me tenían en muy buena consideración pero preferí buscar una segunda opinión
No podía quejarme pero la situación me sobrepasaba bastante, se habían juntado las tres mujeres y me tenían contra las cuerdas, tuve que ponerme un poco serio y hacerme el duro aunque sabía que no tenía mucho futuro