Los problemas tienen soluciones rápidas y tienden a encaminarse… Sol, la empleada administrativa prueba un “dulce“ que le termina encantando pero sufre algunas “incomodidades” y su familia es para tener en cuenta… Carolina recibe una noticia… Aparecen un par de sobrinos lejanos y Ana María, la E
“Dos más dos igual a cuatro” y el dueño de la Estancia comienza a poner las cosas más claras con varios… Por el momento la Encargada y la Doctora cubren variadas y placenteras expectativas pero, siempre se quiere un poco más…
Mi prima Cris y su novia disfrutaron de Madrid y de la estancia en mi casa, probaron las delicias de sentirse libres y yo de contribuir a ello. En mi taller hubo reformas y pronto lo inauguré.
Decisiones y exigencias para repartir… Los viejos amigos perduran y resurgen para ayudar con enemigos nuevos… La Encargada con ganas de repetir placeres inesperados aprende rápido y la Doctora regresa con todos sus “ratones” acelerados a los que habrá que calmar…
Con dinero y con una impunidad que se deja notar todas las cosas cambian, hasta el carácter y la toma de decisiones cambia… La conciencia se “acomoda” y los placeres, aunque haya que enseñarlos, hay que dárselos en vida…
Cada vez los encargos eran más importantes pero a la vez más delicados, ahora debía aplicar mi psicología para clientes singulares. También recibí una visita que aunque inesperada no me disgustó en absoluto, mi prima Cris y su novia Gema.
Una nueva vida y la futura tranquilidad se estaban encaminando pero, como dicen, “no todo es soplar y hacer botellas”… Aparecían nuevos y agradables cuerpos femeninos junto a nuevos enemigos y aunque desde afuera parece cómodo, de adentro no era tan fácil…
Después de una noche tórrida como regalo de cumpleaños para Adela de parte de su marido, yo también había recibido una alegría, por fin tendría mi taller propio, en adelante cosería a las mujeres más influyentes.
La “escapada a EE.UU.” se concreta. Hay que poner algunos puntos en claro con los hijos y, tras unos escarceos por el camino, comienzan a gestarse otros sueños y una futura “tranquilidad”…
Ya iba cosechando éxitos y dándome a conocer, el boca a boca funcionaba como la mejor publicidad y yo procuraba quedar bien allá donde iba al mismo tiempo que seleccionaba más mi círculo de amistades.
Todo se encaminaba satisfactoriamente y con holgura económica podés ser exigente con algunos y magnánimo con otros, también podés sacarte varias “espinas” y comenzar a aprovecharte de quienes te trataron mal…
Habiendo probado uno de los “deseos” que más me importaban, quedaba continuar esperando y aprovechar para tomarme una pequeña venganza…
Con salud y, al fin, con dinero, la “cosa” cambia sustancialmente… La trilogía de Salud-Dinero-Amor parecía concretarse con lo que tenía en casa pero, había otros modos y tratos y no se podía dejar pasar ninguna oportunidad…
No estaba seguro si había sido un sueño o sucedió en realidad pero sin mucho tardar empecé a notar los efectos del acuerdo, todavía con temor me propuse organizar mi futura vida.
Un relato donde la vida real aparece en todas sus facetas, sexo, amor, dominación y venganza… y sobre todo un acuerdo que a todos nos hubiera gustado compartir.
Después del desengaño con Sonia me centré en mi verdadera ilusión que era convertirme en un modista famoso, ya daba muestras de hacerme conocido y me propuse no perder la ocasión.
Fueron unos días extenuantes pero muy felices, mi familia se desvivía por mí y yo procuraba no defraudarlas, mi madre y mi tía junto a mi abuela y mis primas recibieron las mejores muestras de cariño que podía darles pero todo se acaba y tenía que volver a Madrid.
Por fin llegaban los días festivos y mi ilusión era volver a ver a mi familia, también tenía muchas ganas de ver a Celia y sus gemelas y a Ana, la mujer pelirroja del médico, estos días prometían ser agitados.
Se acercaba un fin de semana largo y me propuse ir al pueblo para visitar a mi familia, tenía otro motivo, habían nacido mis “sobrinas” gemelas y quería conocerlas, en Madrid quise dejar las cosas medio “hilvanadas” pero…
En la Academia de Corte era el alumno más aplicado y eso tenía sus ventajas, mis compañeras me apoyaban y alguna incluso me había cogido afecto, por lo demás diría que “progresaba adecuadamente”…
Ya en mi casa madrileña iba adaptándome a la vida de la ciudad e intentaba integrarme en el barrio, por lo pronto ya había hecho amistades o conocidos y en la Academia, tras un mal comienzo, empecé a coger el ritmo.
Ahora estaba donde quería aunque totalmente desorientado y con un sentimiento de impotencia que me daban ganas de llorar pero, de momento, me dio una oleada de coraje que me llenó de vitalidad.
Ya me había decidido y estaba preparando los últimos detalles, no sabía lo que me iba a encontrar en la gran ciudad y con mi inexperiencia mucho menos pero estaba ilusionado y todos me apoyaban, por fin me fui a Madrid.
Mi vida había llegado a un punto donde debía decidir mi futuro y yo tenía ambiciones, me costó pero me lancé al vacio.
Ya iba teniendo conciencia de mis habilidades y ya podía devolver las atenciones que había recibido desinteresadamente, los pedidos llegaban encadenados y todos estábamos contentos pero se me presentaba un reto, debía tomar mis decisiones y además hacerme valer como hombre.