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Hot Chocolate Club (1)

en Jovencit@s

Hot Chocolat Club (Capitulo 1)

La sala estaba a oscuras, su piel blanca y sus rojos labios brillan de manera sobrenatural. Me susurra al oído que la sigua, yo miro hacia donde esta Ana y la veo charlar amistosamente con unas muchachas (no notara mi ausencia). La sigo hasta una habitación.

El habitáculo esta vacío, pero en el resalta una celda con una chica desnuda, atada, y amordazada, dentro.

-Es Gretel, seguirá la suerte de su hermano Hansel en cuanto engorde un poco mas Me dice

-¿Eres la bruja de la casita de chocolate? La pregunto entre risas

Ella se me encara y me muestra sus blancos dientes

-¿Qué esperabas que todas las brujas fueran feas y viejas? Su mano se desliza por mi entrepierna, yo cojo el mensaje (otra impertinencia y la sustituirás a ella en el menú).

Miro a la chica, es guapísima y tiene un cuerpo muy bonito.

-Si la quieres follar os dejare solo, pero ni se te ocurra hacerla daño o dejarla escapar... es muy lista y podría convencerte para que la ayudaras a huir Me dice tras leerme la mente

La bruja se marcha y yo me introduzco dentro de la jaula, es perfecta: Cara bonita, culito respingón, pechos deliciosas, y una piel suave. Esta asustada, lo leo en sus ojos y eso me excita aun mas, pero yo la tranquilizo. Beso la zona de su sexo, que queda al descubierto al estar sus piernas atadas a la parte superior de la jaula. Mmmmm, que piel mas dulce, la bruja la da friegas aromáticas según puedo ver. Sus enormes ojitos claros se me clavan temerosos, besaría su boca si no fuera por la mordaza que tiene en ella. Decido penetrarla, ya no puedo mas, así que me bajo los pantalones y clavo mi falo en su coñito ¡virgen!... nunca espere que una chica tan guapa pudiera ser virgen. La oigo gritar bajo la mordaza, se remueve ante el dolor, pero la deseo, eso me mueve a insensibilizarme ante esto y comenzar a darla sacudidas. Pronto la escucho jadear, estoy muy caliente y tras 7 minutos de dale que te pego llegamos al orgasmo. La dejo en el suelo, la sangre se deja notar, sus pechitos erectos me abren el deseo, comienzo a manosearlos, chuparlos. Morderlos, sucesivamente. Me la comería, pero ese placer pertenece a la bruja. La penetro por el culo antes de marcharme. La bruja entra cuando yo salgo, al ver a Gretel su cara se ilumina. Me mira, y me sonríe.

-Desearía que te quedaras Me dice mientras camina hacia la jaula

La bruja entra, es increíble, su boca carnosa, su rostro redondo y aniñado, su cuerpo juvenil,... parecen dos chicas de la misma edad y no una bruja y su cena. Se agacha y comienza a lamer la sangre del sexo de Gretel. Luego la comienza a chupar con lascivia, Gretel se debate por el gozo en continuas convulsiones. La bruja no la suelta, prosigue su labor de succión, y batidas frenéticas con la lengua, sucediéndose los orgasmos en el rostro de Gretel. Sigue, y sigue, Gretel mueve su cabeza de un lado a otro sin poderse controlar (es un placer ver esa melena sedosa ir de un lado a otro, como si la moviera un fuerte viento). La bruja por fin la suelta y Gretel cae agotada. La bruja se limpia su cara, y sale de la jaula

-Ven, ya nada haces aquí. El gran homenaje esta cerca, pronto se reunirá con su hermano. Me dice mientras nos encaminamos de nuevo al salón.

 

Hot Chocolat Club (Capitulo 2)

La luz, pasa por las rejas de la ventana, y enmarca su figura madura, piel morena, rasgos caribeños, cuerpo moldeado en el gimnasio, y esos labios pintados de un rojo rosado. ¿Qué hace?, espera.

Ana insistió en que nos quedáramos aquí, en el Hot Chocolate Club, y llevamos cerca de cerca de una semana viviendo en una de las habitaciones de la segunda planta.

Hay que tener cuidado con mujeres así, la llaman la India y es una mujer poco recomendable pero que no destaca en un lugar como este. La pierden las pollas jóvenes, aunque no hace ascos a las jovencitas con aire de ninfa. Se me acerca, se que si no me protegiera Ana hace tiempo que habría sido devorado por alguno de los visitantes / inquilinos del club. Su mirada se clava en mi paquete, comienza a acariciármelo por encima del pantalón, y su boca rosada se curva con una sonrisa malévola.

-¿Quieres que te cuente un cuento? Me dice

Me levanto bruscamente y la digo que no, conozco su cuento. Secuestro a una paraje de niños (niño y niña, 15 y 18 respectivamente), previa recogida en su coche, en su casa, allí la veo y la oigo como si hubiera estado allí...

-Mmmmm, que tenemos aquí, menudo pollon, con lo que me gustan-

Se introduce el sexo del chico en la boca, comienza suavemente y poco a poco aumenta el ritmo. Llega la corrida y ¡Ñam!... fuera polla...

-Mmmm, que guapa gringuita, ¿pensabas que me olvide de ti?

La chica corrió peor suerte que el chico, al menos a él lo mato antes de prepararlo para el guiso...

-Estaba en casa, sola, y sin saber que hacer para comer. Sentí llegar a mi hijo, el cual se metió en el baño enseguida, y fui a preguntarle que deseaba comer. Allí al verle su aparato se me ocurrió que comería aquel día. Enseguida estaba de rodillas frente a mi hijo, le obsequiaba con una maternal mamada antes de comérsela, mmmmmm.

Una voz se oye al fondo de la sala...

Morena, madura pero atractiva, y la boca carnosa, su hijo debió disfrutar antes de convertirse en el menú del día.

Suena una alarma, frente a mi comienzan a desfilar bellas adolescentes: Rubias de gesto angelical y dulces bocas, morenas con misterio y dureza en su rostro, pelirrojas femme fatales de labios de fuego y ojos de hielo, y estilizadas doncellas europeas de gesto aristocrático.

Si el infierno lascivo tuviera forma no se alejaría mucho de este lugar...

Una joven se detiene ante mi: ojos claros, pelo corto y moreno, boca dulce, cuerpo estilizado... podría poseerla, violarla, y después devorar su carne, y nadie se extrañaría, en este lugar, de mi comportamiento. Otra de similares características ya es presa de la India.

De pronto veo a un grupo de fornidos hombres, ¿Hombres? (es la primera vez que veo hombres en este lugar), llevando a una joven, atada a un palo que sujetan entre dos hombres, colgando y amordazada. La muchacha, con su cabellera negra y sus ojos claros suplicantes, va desnuda. Decido seguirles movido por la curiosidad.

Llegamos hasta una sala donde espera un hombre encapuchado, vestido de la misma manera que los porteadores de la chica, pero al mismo tiempo indicando, en algunos detalles de la vestimenta, un mayor grado sobre ellos. Se acerca a la muchacha, comienza a acariciar su cara y sus grandes pechos desnudos. Indica a los porteadores que la suelten, estos obedecen. La chica, al verse libre de sus ataduras se reincorpora. Aun lleva la mordaza, logro fijarme. El hombre la agarra del pelo y la atrae hacia él, la ase de la cintura y comienza a lamerla los pechos. Luego la obliga a ponerse de rodillas y saca su miembro, un enorme cuchillo, manejado con maestría por el encapuchado, la libera de la mordaza y otra cosa llena la boca de la muchacha.

-Es el asesino maestro, obsérvale y veras. Era Ana quien me hablaba, yo obedecí sus palabras

La boca no tarda en ser inundada por el semen, él la aferra por el pelo, ella esta tosiendo (diría que esta semiinconsciente tras lo ocurrido), y empuña de nuevo el cuchillo. Las mujeres gritan que la mate y las deje devorar su carne, él las mira y en sus ojos leo que la espera otro destino.

Unos grotescos enanos surgen de las sombras, esto cada vez es mas extraño, ¿quién o que son, parecen demonio?. La mordaza vuelve a su sitio, el encapuchado la ata las manos y ofrece el cabo a uno de los demonios, este obliga a la muchacha a ir con él. Veo las lagrimas nacer de sus claros ojos, se que me ve y me ruega que la ayude... pero no puedo. Me quedo mirando como se la llevan, preguntándome quienes serán esos demonios... ¿pero es que acaso existen los demonios?.

Les deseo seguir, de pronto veo al asesino maestro sacar a una muchacha de un cuarto, me detengo a observarla: Rubia clara, clara redonda y aniñada, ojos esmeralda, y los labios mas jugosos que habia visto, quizá demasiado delgada para devorarla...

-Un regalo. Oigo decir al Asesino maestro

Miles de manos apresan el ninfeo cuerpo, desgarraran el vestido de encaje que lo cubre, aquellas mujeres se comportan como hienas, como ratas, al abalanzarse sobre el suculento bocado...

Camino por donde creí ver marcharse a los demonios, me siento mareado y aun mas conforme un extraño olor me llega desde mas cerca conforme avanzo. Llego a una sala prácticamente a oscuras, alli la veo pendiendo sobre un caldero hirbiendo. Los ¿demonios? (aun pienso que son producto de mis excesos con las drogas) gritan y blanden cuchillos bajo ella. Me siento muy mareado, todo comienza a dar vueltas a mi alrededor...