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La hija del patrón

en Hetero: Infidelidad

"La hija del Patrón"

Mi patrón tenía una hija, casada, que su esposo se había ido a los estados unidos a trabajar, y desde que eso sucedió nunca le mando ni las bendiciones.

Mayra que era su nombre, tenía 19 años, se había casado a los 18, forzada por la situación de su embarazo. Por esas razones, el papá, mi patrón la tenía medio relegada y creo hasta amenazada de no darle ninguna parte de la herencia que le correspondía, por la burrada que había cometido.

A leguas se le notaba al "marido" de Mayra, que solo perseguía en ella precisamente eso, sus billetes, o mas bien sus tierras.

Soy ingeniero agrónomo y por causas del destino caí a esa pequeña población del estado de jalisco que se llama los laureles y fue donde me paso lo que les relato.

Yo casi no tenía tiempo de andar lavando ropa o aseando el cuarto donde me había asignado el patrón a quedarme, llegaba rendido del campo, asoleado, en pocas palabras muy madreado como para ponerme a hacer algo. Las primeras dos semanas aprovechaba los domingos por la mañana para hacer todo eso, hasta que un día Mayra se ofreció a hacer todo eso por mí a cambio de una módica cantidad de dinero para apoyarse ella ya que su padre pues no le daba y lo que ganaba en la tiendita de la primaria de la localidad realmente era muy poco.

Algunas veces dio en casi estar en la puerta del baño para recibirme envuelto en toalla o en mi bata de baño para tomar la ropa sucia e ir a lavarla en ese mismo rato cosa que se me hacía un poco incomoda por lo que pudiera pasar si llegaba en ese rato Don Julián.

Entonces aprovechaba esos momentos como esparcimiento y platicaba trivialidades con ella. Y como curiosamente siempre me ha sucedido, tarde o temprano, mientras platico con alguna mujer, la plática llego poco a poco al tema del sexo.

Ella me preguntó como le hacía, sin pareja, solo, etc. Yo solo me limité a contestar que hacía lo mismo que ella, sola, sin marido. Se sonrojó y me dijo que ella no hacía nada que solo se aguantaba las ganas, pero que había momentos en que quería salir corriendo a buscar a un antiguo novio para que le diera una "ayudadita".

Mi última novia me había terminado cuando se enteró que me iría de Guadalajara a las rancherías a trabajar. Como era de familia muy acomodada y estaba acostumbrada a las cosas de la ciudad, hasta los planes de vivir juntos que teníamos desechó, así que me quedé "bailando".

Mayra era una mujer como de 1.73, con unas tetas enormes, blanca, algo llenita, no gorda, y con un trasero llamativo, nada exagerado. Manejable pues. Y en sus ojos se podía notar que era cachondisima, como si le encantara todo el tiempo estar disfrutando de una buena polla, ya fuera entre sus manos, en su boca o entre sus piernas, y no me equivoqué.

Un día que estaba por salir a cenar me dijo que por la noche habría una fiesta a la que estaba invitada pero que no tenía con quien ir, que su hijo lo dejaría encargado con la nana del rancho de su padre.

-¿Me estas invitando? – le pregunté con cierta inquietud

-Si, -dijo mordiéndose el labio inferior cosa que me empezó a prender

-Esta bien, me voy a poner otra ropa y vendré por ti después de cenar, ¿De acuerdo?

Ella solo asintió. Ya estaba hecho el plan. Y solo de imaginarme que ella podría ponerse unas dos o tres bebidas en la panza y ponerse caliente, aceleraba mis pensamientos a niveles que ya eran casi de locura por el periodo de abstinencia que traíamos los dos.

Nos fuimos a la fiesta, bailamos un rato, bebimos, hicimos plática de todo tipo hasta que nuevamente salió a colación el tema del sexo y a estas alturas ambos andábamos medio mareados por la cerveza y se nos hizo fácil irnos a bailar a una zona un poco mas apartada del resto de la fiesta y fue ahí donde ella empezó a repegar su cuerpo al mío, haciéndome sentir esas enormes tetas en mi pecho y la presión de sus caderas empujando su monte venus contra mi erección que ya para ella era mas que evidente.

En medio del baile lento la escuchaba jadear en mi oído y sentía sus manos oprimiendo mis hombros mientras mis manos discretamente bajaban de su cintura a sus nalgas para pegar mas aún su cuerpo al mío.

Me pidió permiso para ir al baño y se retiró. Aproveche para buscar a uno de los compañeros ingenieros de otra sección del rancho para que me prestara su auto para salir al motel más cercano y dar rienda suelta ahí a la calentura que le acababa de agarrar a la hija del patrón.

Algo renuente me dio las llaves del auto y salí volando con ella de ahí tratando que nadie nos viera para no hacer nada de escándalo en su casa o que alguien fuera a decirle a su marido. En el trayecto nos fuimos besando, acariciando, la hice levantarse el vestido para acariciarle su pelambrera y cual fue mi sorpresa que al pedirle que se quitara la panty me dijo que a eso había ido precisamente al baño... que ya las traía en el bolso, al momento que terminaba de abrir las piernas y levantar el vestido.

Su puchita era velluda como lo supuse, y al tacto se sentía gordita y con una raja larga, su clítoris ya erecto era un botón duro, mojado, que pedía a gritos ser acariciado.

No me aguante mucho y en la primer salida que vi hacía una de las parcelas de su padre, me aparqué y continué besándola hasta que le saqué por completo el vestido. Ella por su parte me quito la camisa, y desabotonó mi pantalón para liberar li verga y acariciarla mientras yo le daba dedo en la raja.

El auto, era compacto por lo que nos pasamos al asiento trasero, ella desnuda y yo solo con mi bóxer que antes de meterme ella quito con premura y sin permitirme entrar al auto, sentada enfrente a mí, tomo mi polla y la empezó a mamar, me decía que extrañaba ese sabor me acariciaba de arriba abajo sin dejar de mamar y con la otra mano se iba dando dedo en la conchita y de pronto la subía para mojar sus pezones con su propia humedad vaginal que estaba casi escurriéndole entre las piernas.

La separé de mí y la acosté en el asiento, le abrí las piernas y le separe los labios de la puchita con los dedos y le empecé a dar una dosis de lengua con la que se puso como loca, jalándome el cabello y gritando que no me detuviera.

-Más!!!! Mas!!!! Sigue papito!!!!, No detengas tu lengua!!!! Mamame hasta que me venga, hazlo!!!

-Su sabor era riquísimo, a limpio, y sus labios eran gorditos. Mientras la tenía así abierta jugando con mi lengua y mis dedos en su panochita, de pronto pasaba uno de mis dedos hacia su culito y lo mojaba con sus mismos jugos vaginales a lo que ella respondía con un leve brinquito. Poco a poco fui haciendo mas constante esta caricia hasta que empecé a hacer presión en su hoyito y logré meter un dedo en él. Casi de inmediato empecé a meterlo y sacarlo. Ella se ponía cada vez mas y más loca con mi lengua en su chocha y mi dedo en su culito.

-Nunca me lo habían hecho así!!!! Que rico!!!! No te detengas, me vengo!!!!

Y al decir esto, casi de inmediato se vino en mi boca con un abundante chorro que me puso mas que acelerado. Tembló y quedo como desmadejada. En cuanto recuperó aliento, me jaló sobre ella y me agarró la verga para ponérsela en la concha y acto seguido me dio un jalón de la cintura para dejarse ir mi polla. Estaba tan mojada que no me costó mucho trabajo penetrarla.

Yo de píe casi fuera del auto y ella con sus piernas enredadas en mi cintura, iniciamos el meneo que nos aceleraba a ratos y nos dábamos calma para no terminar. Así como la tenia podía de manera un tanto incomoda a ratos besarle los pezones q eran grandes y duros por la excitación. Sus tetas se meneaban con el ritmo de nuestros movimientos y a ratos se colgaba de mi cuello. De pronto se soltó de mi cintura y empezó a hacer un vaivén con su cadera que me prendió de más.

-Ya!!!! No aguanto!!!!!!

-Échamelos!!!! Échamelos ya papi!!!!!!

Sin decir mas, jadeando los dos, le dejé ir mi descarga de leche dentro de su panochita y me derrumbé sobre ella, besándola, suspirando.

Me voltee y ella se acostó sobre mi pecho y me platicó cosas de ella y su marido. Tonterías de la tienda de la escuela. Y al rato se levantó, se salió del auto y me hizo sentarme con los pies fuera del auto, se arrodilló y volvió a mamarme la verga solo para ponerla a tono y cuando eso estuvo listo, se dio la vuelta y se sentó en ella. Yo tomándola por las nalgas le ayudaba con el movimiento de sentones que se estaba dando, hasta que en una de esas mi verga salió por completo de su vagina y con una mano la retuve y la otra tome mi falo y la jalé hacía mi para empezar lentamente a meterle la cabecita por su semi - virgen ano. Al principio me decía que no, que le dolía. Yo sin responderle nada solo la jalaba mas y mas hacia mí para ensartarle mas centímetros de mi miembro en ese apretado agujerito. Cuando menos pensó ya tenía todo dentro.

-¿Te gusta?

-Esta... raro... rico – contestó gimiendo.

-Disfrútalo un momento así, no te muevas – le dije casi murmurando.

-Mjm!! Ahh!!! Si papi, si!!!

Luego la empecé a retirar de mí y sola fue obedeciendo al movimiento y sola fue dándose garrote en el culo mientras con mi mano, le daba dedo en el clítoris. Para ese rato ya gritaba de placer. Al principio fueron tantos sus gritos que le pregunté si la lastimaba.

-No!!!!!!!! Sigue!!!!!! Así me gusta!!!!!!!! Muévelo!!!!

Sentía la presión que ella misma aplicaba desde la base de mi verga hasta la cabecita con las paredes de su culo hasta que no aguanté mas y sin avisarle se lo llené con mis mocos y no tardó mucho en venirse nuevamente en mi mano. Esta vez se dejo caer de espaldas para quedar acostada sobre mi pecho todavía con mi polla entre sus nalgas.

Nos tomo un rato recuperarnos, vestirnos. Mientras lo hacíamos nos íbamos besando y poniéndonos de acuerdo como regresaríamos a su casa.

Esa noche, aprovechamos la ausencia de Don Julián y se quedo hasta las 4 AM. en mi piso para salir a hurtadillas a la recamara donde dormía con su hijo.

Luego dejó de cobrarme por lavar mi ropa y asear mi cuarto. Bueno... la paga era en especie... hasta que regresó su "marido"...