Mi prima Alejandra es 5 días menor que yo, tiene el cabello lacio, delgada, ojos muy negros e intensos; sonrisa picara, mirada lasciva. Yo me llamo Pablo, y tengo 17 años. 1.76, piel blanca, contextura normal, cejas muy negras y pestañas pobladas, muy parlanchín. El padre de Alejandra es hermano de mi madre y como dicen en mi tierra somos primos carnalitos.

Desde pequeños hemos jugado al papá y a la mamá.

Para el fin de ese verano, Alejandra llega llorando a mi casa, yo estaba solo y ella me decía que su enamorado le había tocado sus partes intimas, yo me ofendí, quise buscarlo para matarlo, ella me abrazo y me dijo que eso no importaba, que ella no lo quería volverlo a ver.

Para calmarla le dije que porque no bajábamos y buscábamos en la cocina un vaso de refresco y me contaba que es lo que ella pensaba de todo lo pasado, acepto y asi lo hicimos.

Serví unos refrescos para poderlos tomar en la cocina nada mas, ella en eso se acerca y me dice:

Me tomo con las dos manos la cara, y me mira a los ojos.

Su voz se quiebra y me dice que era yo. Yo llevaba siete meses sin salir con alguien, y pasaba muchas horas al lado de Alejandra, íbamos al mismo colegio, y éramos súper amigos, siempre me había gustado, pero me negaba a aceptarlo, por el parentesco.

Solo atine a besarla, tocar sus senos. Ella tocaba mi cintura, me tocaba las nalgas, yo hacia lo mismo con las de ella. No dejaba de besarla, le mordía los labios, ella solo accedía a mis caricias, no pensé que la tendría en mis brazos, siete meses pajeandome, y ahora podría comerme a mi primita que desde siempre me había gustado.

Sigue, me decía, cuando yo le mordía los pechos, ahora ella tenia la blusa desabrochada, estaba recostada el filo de la mesa. Los mordía despacio, con muchas ganas y fuerza, cuando mi excitación crecía. No dejaba de gemir; mis manos buscaban su chucha y mis dedos jugaban allí, yo sentía como mi verga estaba dura, en eso mi primita me dice, déjame tocarla, quiero saber si es como mis amigas dicen que es la verga de un hombre, caliente, dura y que palpita, que cuando la tienes en la mano, tienes la vida de un hombre allí. Desabroche mi short y lo deje caer hasta las rodillas, ella tocaba mi verga, con recelo, la movía, me decía si era normal que este húmeda de la punta, no dejaba de mirarla y yo no dejaba de sobarle la chucha, en eso cuando encuentro que ella se excita mas cuando uno de mis dedos, hurga un lado, moviéndolo, ella suelta mi verga y con sus manos, rodea mi cara y no deja de besarme, y decirme que siga, que no pare. Puedo sentir como dentro de ella, todo es tibio, se va humedeciendo.

Mi verga esta mas dura, ahora así parados, solo atino a que ella se siente al filo de la mesa, desde allí se la voy metiendo despacio, siento el calor de su chucha, y que mi verga se siente caliente dentro de allí. Húmedo, empiezo a moverme, la miro y veo que ella tiene los ojos cerrados, ha tomado mi pelo con sus manos, y me lo jala, quiere que pare, que deje de hacerlo, que le duele. Pero ahora mis movimientos son involuntarios, no puedo parar, lo hago mas lento, y comienzo con mas fuerza cuando ella jala mas duro de mi cabello. La aferró a mi, con fuerza y me vengo abundantemente, siento que mi verga se siente mas suelta dentro de ella. Su rostro esta recostado en mi hombro, al sacar mi verga de allí, sale húmeda, goteante, no sangro, pero de seguro fue su primera vez, una de esas gotas las tomo con uno de mis dedos, se la pongo en la boca y la besa.

Ella me dice "y en la cama como será"... yo solo le digo "contigo prima, cualquier lugar es perfecto".

Me subo el short, ella baja de la mesa. Busca su ropa interior y se acomoda la minifalda que llevaba puesta. Nos sentamos en esa mesa con unos refrescos a reírnos. A los 15 min. suena la puerta y era mi madre, diciendo que pronto nos haría algo de comer.