Veinte días habían pasado desde que se había despedido y ya estaba soñando con su regreso; la empresa estaba por ascenderlo y el no podía negarse a las peticiones de sus jefes, era muy competente en su trabajo.

Tenemos año y medio de relación y siempre a pesar de sus altibajos podía estar seguro que era mi alma gemela, o quizás es que en otra vida también nos habíamos amado, ya que desde el primer día que hable con el sabia que quería compartir mi vida y que me traería felicidad. Debido a su trabajo y al mío, siempre pasamos los fines de semana juntos y los días de semana en el trabajo, pero desde que se fue por trabajo, los fines de semana no les encuentro razón de ser.

El día que nos conocimos yo estaba haciendo mi sueño realidad, después de haber publicado seis meses en un diario de poca rotación, me había hecho conocido por mi columna, donde podía expresar lo que quería, me permitió ahorrar algo de dinero para poder pagar a una editora y publicar un libro que yo escribí, recién ese día podía decirse que era escritor. Soy gay, y la verdad es que me ha ido bien siéndolo, regresando al tema entre los asistentes a la publicación estaba el, y se acerca a conversar conmigo, su aspecto a hombre recio me llamo la atención, su mirada cálida y su voz varonil y aguda me hizo verlo con mas atención. "el escritor es muy talentoso", me dijo y me sonroje (no soy un gay con pluma) y le dije "gracias por lo que me toca, soy el escritor" y ambos sonreímos. El no sabia quien era el escritor, pero quiso usar ese pretexto para hablarme.

Le regale un libro, firmado por mi y en la ultima pagina mi teléfono, y como encontrarme si estaba interesado. La velada la pasamos muy bien. Se despidió que porque tenia que viajar, pero prometió llevar el libro y revisarlo mejor.

Dos semanas pasaron y suena el teléfono:

El día anterior a que me llamase, había llegado a la ciudad, había pasado quince días fuera, me llamo para invitarme un café y conversar del libro, que le había gustado mucho. Acepte, comenzamos a salir desde ese día, a la tercera salida el estaba ya en mi cama, ese día hice el amor después de mucho tiempo, me dolían los labios cuando no estaba besándolo, la piel tiritaba con cada roce de sus manos fuertes y ásperas, y su voz ronca diciéndome "Te Amo, Me gustas..." al oído hacían que pierda la razón por breves espacios de tiempo. Desnudos en la cama, el me pide que me ponga boca abajo a la cama, quedando mi culo al aire, aproximo su boca y con sus dedos entreabre mis nalgas, su lengua estaba allí dentro, haciéndome apretar con mis manos las sabanas, lo sentía mordisqueándome, recorriéndome poco a poco, se puso encima mío completamente y con sus piernas sobre las mías, las separo y su verga, se puso entre mis nalgas y se fue hundiendo, fundiéndose en el calor de nuestros cuerpos, sus movimientos eran rápidos y agitados, podría decirse que me estaba lastimando, pero no se detuvo, me estaba dando tanto placer estar con el, que el dolor me parecía placentero. Su cadera chocaba con mi culo y hacia que mi cabeza choque con la cabecera de la cama, lo sentía tan dentro de mi, como nadie lo había estado, aun encima mío, busco mis manos, con sus manos aferradas a mi, seguía moviéndose, yo tenia mi verga dura y sin haberme tocada, solo el roce de las sabanas me vine, yo sentía que el aceleraba aun mas sus movimientos, y se movía como enajenado, cuando inundo mis entrañas con su esencia. Salió de mi y se acostó a mi lado, para luego estar mas de quince minutos abrazando y besándome me dijo "quieres ser mi pareja..." y yo respondí con un efusivo "Si... me encantaría". Nos besamos mucho rato mas y me quede abrazado a su pecho, con los ojos bien abiertos, escuchando sus latidos muy cercanos a los míos.

Los meses pasaban, y los fines de semana los pasábamos juntos, pero desde que tuvo que viajar no encontraba que hacer, antes de el, simplemente iba a ver alguien, salía con mis amigos, "veinte días estaré fuera, te llamare todas las veces que pueda". He vuelto a salir al cine, los fines de semana, visitar a mis primos, a ellos les extraño, y aunque ellos se alegran, creen que las cosas están mal con mi amor, y solo sueño con el día de verlo, de poderlo tener cerca.

Muchas noches me doy baños de agua fría para poder conciliar el sueño, y vuelvo a la cama y acaricio mi cuerpo y me masturbo a su nombre, y su ausencia se hace mas grande, el poderlo tener dentro mío, es lo que extraño, poderlo sentir mordiendo mi espalda, darnos un baño juntos, besarle la verga hasta que se venga en mi boca, sentirlo mío.

Ya se acerca el día en pueda verlo, en que pueda tenerlo en mi cama nuevamente y saberlo mío, y sueño con ese día haciendo el amor, en el baño, y el pidiéndome que le haga el amor también, sentirme tan dueño de el, como me siento tan suyo cuando esta dentro de mi. Y por extrañarlo solo escribo estas tontas líneas, que un día posiblemente leerá y sabrá que estoy loco por el.