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Lecciones

en Hetero: Infidelidad

Aquello no estaba bien, pero no había sido capaz de resistirme. Tras dudar un momento, llamé al timbre del chalet. Al rato se abrió la puerta. Ella no había puesto condiciones. Yo, que aquello no saliese de su casa.

Al cruzar el umbral sus manos me tapan los ojos, y Cristina me susurra al oído

- Shhh… Hoy va a ser la tarde más jodidamente sexual que vayas a tener en tu vida.

Me pone una venda en los ojos y me besa, allí mismo, en la entrada, justo después de cerrar la puerta. Deja que mis manos recorran su cuerpo mientras su lengua recorre mi boca. Sólo noto su piel, está totalmente desnuda. Húmeda. Tan solo lleva encima los pendientes y un collar. Es estirada sin ser alta, morena, ojos claros… de vicio.  Tiene fama de follar todo lo que puede, pero eso para mí no es un problema, está en su derecho. Yo lo haría también.

- Estoy segura de que no eres de los que les gustan los preliminares, así que ven conmigo.

Me coge de la mano y me guía unos metros por la casa. Supongo que entramos en su salón. Me vuelve a besar mientras me desnuda. Al arrodillarse pasa la cara por mi polla y mis huevos, lamiéndolos pero sin hacer más, suficiente para ponerme bien duro. Se coloca detrás de mí y me pone unas esposas.

- Quiero tenerte bajo control, no te preocupes. Ahora, me vas a hacer un favor.

Me acerca algo de goma a los labios y empuja. Parece un consolador.

- Chupa, empápalo bien.

Habría hecho lo que me pidiese en ese momento. Lo chupo como si realmente fuese a hacer que el juguete se corriese en mi boca, me muero por ver qué es capaz de hacerme esta niña… Noto las venas de goma y la forma del glande, me lo mete casi hasta la garganta la muy perra.

- Como habrás notado, es una polla bien gorda, más que la tuya. Tiene una ventosa. La voy a colocar en el suelo y me lo voy a follar mientras te como la tuya, ¿qué te parece?

Al intentar hablar me coloca una bola en la boca, con una goma a las orejas.

- No vamos a necesitar tu boca por ahora, con la mía nos vale.

Oigo cómo la ventosa se pega al suelo, y noto su boca rodeando mi polla. Me gustaría coger su cabeza y notar cómo sube y baja, pero las putas esposas me tienen bien sujeto. La zorra se esmera, me lame los huevos, la recorre entera, se la mete hasta la garganta… Comienza a suspirar por la acción del consolador que se está follando. Yo gemiría también, pero la bola no me deja ni eso. La muerdo como si la fuese a partir en dos, pero la goma no cede. Mi novia está claro que no me hace estas cosas. Mucho más cariñosa, seguro, pero sexualmente poco activa. De todas formas, la hembra que me está comiendo está claro que no es un caso habitual. Cuando se clava el látex hasta el fondo me clava las uñas en el pecho para contener el placer.

- Te voy a poner un video que seguro que te gusta.

La venda no me deja ver nada, pero noto que coge algo del sofá en el que estoy sentado, y la televisión se enciende. Se oyen gemidos, muchos. Alguno creo que corresponden a mi caliente amiga. Noto voces familiares, pero apenas se entiende en el jaleo del sexo.

- Como habrás notado, me estoy follando a tres tíos en el video, ¿te gustaría verlo?

Me quita la venda y reanuda la mamada. En la pantalla la veo follando como una perra. Tiene una polla en el coño y otra en el culo, y se mueve pidiendo más. El cámara se acerca y se la mete también en la boca. Conozco a los tres tíos que se la follan, son tres amigos comunes. Dos de ellos tiene fama de tener un falo espectacular, y está claro que es cierto. Miguel, el que se mete por el coño es digno de película porno, pero el que está chupando, de José, apenas le cabe en la boca. La cámara hace zoom sobre ello. Todo lo que os pueda decir sobre semejante espécimen es poco.

El espectáculo en directo, la preciosa morena subiendo y bajando sobre el consolador, no tiene tampoco desperdicio. Sus grandes tetas se bambolean con el ritmo de las embestidas que propina a su plástico amigo. Me hace una cubana mientras me mira a los ojos y me sonríe.

- Cómo me follaron tus amigos… Menudas pollas… Estuvieron follándome toda la mañana ¿Tu novia no hace estas cosas, verdad? Cuatro buenas pollas necesita para espabilarla, creo yo… Te la podrías traer a alguna fiesta… La atarían y te la follarían hasta destrozarla… Joder… Cómo me pone este juguete… Me corro…

Se corre con el consolador dentro y mi polla entre sus tetas. Al hacerlo mira hacia la puerta. Hay una cámara grabándolo todo, ni me había fijado.

A mí me falta poco. La cabrona sabe cómo mantenerme justo en el punto antes. Me quita la bola de la boca y me besa apasionadamente.

- Ha estado bien, pero ahora tenemos que hacer algo contigo, ¿verdad?

Se levanta y cambia la cinta del video, pero sin ponerla todavía. Se acerca y me quita las esposas. Se pone a cuatro patas, separando las nalgas.

- Si aguantas un poco más te pongo un video aún más caliente, cabrón.

Me pongo detrás de ella y comienzo a lamerle el culo. Si se la meto ya me voy a correr, y quiero ver eso que me va a enseñar.

- Sí, cabrón, mueve esa lengua… Da al play, hijo de puta, que te lo estás ganando. Ni se te ocurra parar de comerme el culo…

Tenemos la pantalla enfrente. Se ve la puerta de entrada, y a ella acercándose a abrir, en bata. Parece que se acaba de duchar. Tras la puerta está mi novia, Lucía. Dos besos, y le dice algo al oído. Ella mira la cámara y asiente. Mientras la estoy comiendo el culo ella se masturba. Se ve cómo van al sofá y siguen hablando entre susurros.

- Métemela ya o te quito el video, maricón.

Veo cómo comienzan a besarse tiernamente, jugando, o eso creo. Ríen y se besan, como quien no sabe lo que hace.

- Vamos, joder , ¿a qué esperas?

Perra insaciable… Apunto con mi polla a su coño y me detiene… En pantalla los besos ya no son inocentes. Cristina le desabrocha la blusa y le cuela una mano en busca de sus pezones. Baja a comérselos. Lucía suspira. Nunca lo habría imaginado…

- Joder, qué torpe.  No me extraña que tu novia haya venido a probar follar conmigo… ¿No has visto antes lo que me gusta?  Méteme el consolador en el coño y fóllame el culo. ¿No se lo has desvirgado a Lucía, maricón?

Como manda, le meto el consolador. Junto al sofá veo un bote de lubricante y me unto bien. Ciertamente no le he follado el culo a mi novia. Se lo pongo en la entrada y voy empujando.  Ver cómo desaparece mi polla dentro de su culo está bien, pero lo que veo en la televisión es espectacular. Cristina está de pie, desnuda, ya ha tirado la bata al suelo, y mi modosita novia, arrodillada, le come el coño. Comienzo a follarle el culo, mis huevos empujan aún más el consolador al llegar al fondo. Ella grita. La tiro del pelo para que mire a la cámara.

- Sí, así… Parece que vas aprendiendo… Buenas clases os he dado a los dos, ¿verdad?

Que la hija de puta se haya follado a mi novia me jode, me siento traicionado, aunque injustamente, claro, yo la estoy dando por culo… La doy más y más fuerte, pero ella siempre pide más, y se ríe. La azoto con toda mi rabia…

- Así, cabrón, dame duro. Tus amigos la tienen más gorda, no me vas a hacer daño.

En el video mi novia está ya desnuda, y se folla el mismo consolador de ventosa que Cristina hace un momento… con el mismo efecto. Sube y baja mientras gime. Incluso tenía el coño depilado. ¿De cuándo será este video? Cristina, en el sofá, se acaricia suavemente con la escena. El consolador casi no la cabe entera, debe ser como mi brazo. Grita todo lo que puede.  Se agarra las tetas, las junta, las aprieta, se pellizca los pezones… Se está corriendo delante de la cámara, sin apartar la mirada. Es demasiado para mí, me voy a correr.

- Córrete en mi boca.

Cristina se saca mi polla y se da la vuelta. Sin sacarse el consolador se traga toda mi corrida.

Mientras ella se corre por segunda vez yo me siento, en estado de shock todavía. Acabo de tener la mejor ración de sexo de mi vida mientras la chica que me follaba se lo monta con la mía en un video…

Cristina se tumba a mi lado y nos acariciamos y besamos como dos amantes. No comprendo nada. No sé qué hacer, no sé cómo sentirme. En pantalla ellas se vuelven a besar de nuevo. Sin dejar de darse caricias, cogen la cámara y suben las escaleras. Se paran frente a la puerta del dormitorio de Cristina. La esposa y la venda los ojos. Le coloca algo entre las piernas, una especie de tanga. Abre la puerta. Introduce a Lucía en el dormitorio, y la coloca en el centro, arrodillada. “En un rato vengo”, la dice. Se despiden con un buen beso. Se ve cómo Cristina lleva la mano a su coño. No sé si quiero saber qué hizo allí. Supongo que seguirían follando durante horas. Una mezcla de excitación y celos se apodera de mí. En la televisión, la cámara queda apoyada en el suelo apuntando a mi novia.

- Cariño, para que disfrutes más, te voy a volver a atar.

Me lleva a una silla. Me esposa las manos a la espalda, y los tobillos a las patas. Me pone de nuevo la bola en la boca. Se sienta a horcajadas sobre mí, se mete mi polla suavemente, me besa. Me susurra al oído.

- Que sepas que me dijo que te quiere.

Sin darme tiempo a pedirla explicaciones, en la televisión suena un timbre. La cámara baja y la coloca sobre un trípode. Cristina abre la puerta. Soy yo.

La grabación se corta justo después de vendarme los ojos.

El video no ha tenido cortes. Mi novia está arriba, desnuda, esposada y con los ojos vendados.

Cristina se levanta y vuelve a poner la cinta de antes, en la que tres amigos se la follan. Coge un portátil. Lo pone en la mesa que hay frente a mí, y se sienta en mi polla, esta vez dándome la espalda. Lo enciende. Abre la videoconferencia de uno de sus contactos del Messenger. Mi novia está frente a la cámara, arrodillada sobre unos cojines, desnuda. Mi polla da un respingo, que se traduce en un gemido de Cristina. La saluda por el micrófono para que sepa que la está viendo. Ella le responde.

- Por favor, no me dejes así, hazme correr otra vez…

Cristina coge un mando que hay junto al ordenador y sube una palanca, una especie de volumen. En el video, Lucía se revuelve. Parece que está vibrando sobre su coño. Gime y grita.

- Ni te has dado cuenta, pero he estado usándolo mientras me lo montaba contigo aquí abajo - me susurra al oído, no quiere que Lucía la oiga -La he estado manteniendo bien caliente todo este rato. Mientras me follabas el culo tu novia se mantenía al borde del orgasmo en el piso de arriba. ¿Quieres que la de más?

Es una pregunta estúpida, la bola me impide responder. Lucía, arriba, suplicaba.

- Joder, hazme lo que sea, Cristina. Ven aquí y cómeme, o deja que te coma yo, pero haz algo, por favor…

Subió otro poco el “volumen” del mando, aumentando la vibración del aparato de Lucía, que grita pidiendo más.

Cristina escribe en el Messenger “empieza”. ¡De detrás de la cámara aparece José! Menudo cabrón, estaba allí desnudo viendo a mi novia gemir. Con la polla casi firme ya es bastante más intimidante que yo. Más de un palmo. Se coloca silenciosamente detrás de ella. Cristina comienza a hablar por el micrófono.

- Lucía, ¿te acuerdas de lo que hablamos antes, cuando te follabas el consolador? Dímelo o paro el juguete.

- ¡No lo pares, joder, dalo más, quiero correrme!

- Dímelo.

- Me dijiste que José tiene una polla enorme, más grande que el consolador. Que te has follado negros y que no la tienen tan grande y dura… Que el tamaño no importa mucho pero que con solo verla te corres…

- ¿Y qué más?

- Me preguntaste que si me gustaría follarme una polla así.

- ¿Y qué respondiste? – respondía Cristina, aumentando la vibración y follándome más rápido.

- Ahhhh… ¡Que sí, joder, que sí! ¡Que me gustaría probarlo! ¡Que me lo llevaría a un baño a que se corriese en mi boca! ¡Que he soñado con follarme algo así!

- Lucía, abre la boca – sentencia Cristina.

Lucía obedece, y José le planta la polla en los labios. Reacciona asustada, apartándose, pero Cristina pone el vibrador a tope, y su voluntad se derrumba por completo. Se mete la punta en la boca y la chupa como puede. José se inclina sobre ella y le quita las esposas. Se intenta quitar la venda, pero él no le deja. Le lleva las manos a su polla. ¡Joder, la coge con las dos y todavía se mete un buen trozo en la boca! ¡Ni le abarca el contorno con una sola mano!

- Joder, Cristina, qué polla tiene… Dale más al vibrador, necesito correrme…

Le chupa la polla y le masturba como si fuese lo último que fuese a hacer en su vida. ¡Y pensar que a mí me cuesta conseguir que me lo haga! Está fuera de sí, como una jodida actriz porno. Cristina me sigue follando, pero la escena me excita aún más que su coño. Hace lo que puede por comerse más carne de José, pero queda como mínimo un palmo fuera de sus labios.

- Cómo come tu novia – me susurra al oído -, pero se nota que tiene poca experiencia, apenas se la mete en la boca. Yo me como bastante más de la polla de José, pero tampoco puedo entera. Menuda polla tiene, después la va a partir en dos…

Lucía, en la pantalla, se saca la polla y grita.

- Me voy a correr, joder…

José coge la cámara y saca un primer plano de su polla y su cara. Se masturba. Lucía está a punto, casi sin poder respirar, con la boca abierta… y José se corre en su cara. Parte va a su boca, parte a sus mejillas… pero lejos de darla asco, la muy puta grita como una loca. Se corre. Se corre como nunca… La leche le escurre por la cara. Grita durante casi un minuto, y cae al suelo. No suelta la polla de José, y arrebaña la corrida de sus labios, llevándola a la boca, chupándose los dedos.

En la televisión, Cristina deja de follar. Miguel sale de su culo. Se saca la polla de José del coño todavía dura. Manuel estaba mirando la escena desde una silla, descansando. Ella se pone la bata. Baja a la entrada. Abre la puerta.

Es mi novia.

Junto a mi novia tiene que haber dos tíos más, desnudos y pensando en follársela.

Cristina se da la vuelta y queda mirándome a mí, y comienza a follarme más y más. Habla en voz alta, para que la escuchemos los dos.

- ¿Sabes lo que va a pasar ahora, Lucía, verdad?

- Me voy a follar esta tranca ahora mismo. – responde, cachonda como nunca.

Tumba a José en el suelo y se pone sobre él. Le agarra la polla, la conduce a su coño y comienza a bajar sobre él, poco a poco.

- ¡Me vas a romper, cabrón! ¡Qué polla, joder! ¡Me la quiero meter entera!

No puedo más y me corro dentro de Cristina. Ella sonríe y me besa.

- Te voy a desatar, pero tienes que prometerme que vas a ser bueno.

Asiento y comienza a desatarme y a quitarme la bola de la boca. Estoy confundido. Mi novia está follándose a un amigo con la tranca más grande que he visto jamás, y yo me acabo de follar a su amiga. En el dormitorio probablemente hay otros dos tíos que seguro quieren su parte en breve…  Y encima Cristina me sigue susurrando, desnuda, acariciándome.

- Los dos queríais un cambio, y os lo he dado. Esto no va a salir de esta casa, como prometí, si no queréis… A estos tres me los follo con frecuencia, no os van a pedir nada, ni lo mencionarán nunca si es lo que deseáis. Puedo parar esto ya. Puedo decirles a los demás que se vayan y lo harán sin que Lucía se entere. José la va a partir con su polla, seguro que ella no me deja sacársela ahora, pero no hay porqué pasar de aquí. Tú me has follado a mí, es un intercambio justo. Ella ni sabe que estás aquí. ¿Quieres parar esto?

- No – respondí, sorprendido yo mismo.

- Me lo imaginaba.

Escribe algo más en el Messenger, yo ni me fijo ya. Da igual. De detrás sale Miguel, que se pone frente a la cara de mi novia y le quita la venda. Ella ni lo duda.

- Joder, Cristina, menuda orgía me has preparado, zorra. – dice, justo antes de comérsela.

Manuel, el tercero del video de Cristina, aparece también y muestra un pequeño consolador. Lo unta con lubricante y se lo acerca al culo de  Lucía.

- Sí, jodedme el culo también, cabrones, partidme por la mitad… Joder, José… ¡fóllame más!

Se lo introduce suavemente… hasta el fondo. Lucía tiene otro orgasmo más. Se estira, deja de chupar… por unos momentos sólo. Quiere más…

- ¡Metedme una polla de verdad en el culo, quiero que me folléis dos tíos de verdad!

Manuel se acerca al Messenger y me escribe a mí. “¿Qué quieres, Raúl? ¿Le rompo el culo a tu novia, o se lo rompo a Cristina y te cedo el lugar?”.

Cabrones, lo tenían todo planeado…

Respondo “ahora mismo subo”.

Cristina va detrás de mí. Después de los videos conozco el camino. Al abrir la puerta José sigue follándosela. Seguro que Cristina les dejó secos, como a mí, se podrían tirar la tarde entera dándole. Manuel y Miguel están frente a ella y les chupa las pollas alternativamente. Entramos, no la dejan girarse. Yo me pongo detrás, todavía sin tocarla. Cristina se pone delante, entre los dos a los que está comiendo, y le acerca el coño. Ella le mete dos dedos y comienza a chuparla. Los otros ríen.

Le quito el consolador del culo, despacio.

- Joder, Cristina, ¿cuatro para mí? ¿Quién es? Espero que no tenga una polla como estos, no quiero que me rompa el culo…

Manuel se pone detrás de Cristina. Creo que se la está metiendo por el culo, de pie, sin que mi novia deje de comer su coño. Le separo las nalgas y se la meto. Lucía ni se queja. Entra sola. La agarro los hombros.

Me reconoce y se para. Se queda helada.

- Te quiero – la digo, tranquilizándola, mientras empiezo mi mete saca.

Noto la enorme polla de José por la fina pared que la separa de la mía en su culo. Lucía le come el coño a Cristina. Manuel le está follando el culo, y Cristina besa y masturba a Miguel. La cámara lo está grabando todo. José y yo comenzamos a movernos, acompasando nuestro ritmo en esta doble penetración…

- Joder… - es lo único que responde Lucía – Sí