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La deuda pagada

en Trios

Después de lo ocurrido con Laura en el hotel durante el verano, Verónica me prometió que le debía una. Yo no hacía más que fantasear con ello: ¿sería capaz? Definitivamente era capaz de lo que fuera como meses más adelante me demostró.

Llegué de un viaje de negocios a casa, como ya le había avisado previamente a mi mujer, y esta aún no había llegado del trabajo pues era pronto. Me dirigí al salón a sentarme un rato a ver la tele mientras ella llegaba y descansar del ajetreo del viaje.

Al entrar vi que la cámara de video se encontraba junto a la tele, cosa que me sorprendió, pues ella no era muy aficionada a usarla, por lo que sentí curiosidad de ver que era lo que había grabado. La conecté a la tele y pulsé el botón de play esperando ver cualquier tontería que se le habría ocurrido grabar para matar el tiempo  mientras estuve fuera.

Pero allí estaba la prueba de una sorpresa mayúscula. Apareció la imagen de Verónica sonriente, siendo abrazada desde su espalda por un tío, probablemente un compañero del trabajo, pues me sonaba su aspecto de haberlo visto en alguna ocasión.

Desde su espalda el individuo desabrochó su chaqueta, ayudándola a desprenderse de ella, mientras sus rostros reflejaban unas sonrisas de complicidad. Volvió a tomarla por la cintura, comenzando a acariciar su cintura, subiendo y bajando sus manos desde esta hasta justo debajo de sus pechos. Verónica giró su cabeza hacia atrás buscando la boca de su amigo, de modo que estos comenzaron a besarse entrelazando sus lenguas, mostrando a la cámara como lo hacían. Las manos de este se paseaban por todo su torso, acariciando sus pechos por encima del vestido negro  que tanto me gustaba.

Poco a poco, mientras besaba su nuca y su cuello, el hombre iba subiendo el vestido hasta llevarlo a su cintura, mostrando así sus piernas, vestidas con unas medias negras muy sensuales. Continuaban besándose sin parar. Verónica se fue girando de modo que quedaron uno frente al otro, abrazados y besándose. Podía observar su culo únicamente cubierto ya por un tanga negro, mientras las manos de su amigo lo tocaban.

Mi mujer pasó a la acción, comenzó a quitarle lentamente la ropa a su compañero, sin parar en ningún momento de besarse. Se deshizo del jersey y de la camisa en un instante. Desabrochó su correa. En ese momento contraatacó el individuo levantando el vestido y sacándolo por la cabeza de mi mujer, dejándola en ropa interior y medias. Continuó tocándola mientras ella se giraba poniéndose frente a la cámara, lo que aprovechó para desabrochar el sujetador dejando sus tetas libres, las que enseguida comenzó a tocar con avidez. En ese momento caí en la cuenta de un detalle que hasta ese momento no me había percatado: la cámara hacia zoom en algunos momentos por lo que deduje que había alguien más que la manejaba. ¡Sería zorra, estaba montándoselo con dos personas sin que yo lo supiera, y además se estaba grabando para enseñármelo! Todo esto acabó de poner mi polla para reventar de dura.

Volvió a girarse para ponerse frente al amigo, el cual se abalanzó sobre sus tetas que comió con ansia mientras su mano tocaba su coño por encima y después por dentro de la braguita. Se volvió a incorporar para besarla, sin parar de tocarla. Ella aprovechó y desabrochó el pantalón, haciéndolo caer hasta sus tobillos, para enseguida meter su mano dentro de los calzoncillos que ya marcaban un tremendo paquete, comenzando a menearla tras sacarla por la cintura de estos.

Viendo que era muy molesto el trabajar así, este comenzó a bajarse los calzoncillos, pero Verónica ya estaba embalada y comenzó a empujarlo suavemente hasta que lo hizo llegar a la cama donde él terminó de quitarse las prendas que le quedaban y ella hizo lo propio con la suya. En ese momento se lanzó sobre él, subiéndose encima besándolo con pasión. Fue ahí cuando se confirmó lo que antes observaba. Apareció en escena un nuevo individuo rubio, que comenzó a quitarse la ropa con rapidez para incorporarse al grupo.

Verónica besaba y meneaba la polla del moreno, mientras este le tocaba por todos los lados. El rubio nada más llegar metió su cabeza por el culo de mi mujer comenzando a lamer toda la raja, provocando así los primeros gemidos de placer de mi señora. Esta se bajó un poco hasta llegar a la polla del moreno, quedando a cuatro patas, comenzando a chupársela, mientras el rubio ahora metía sus dedos en el coño de mi mujer, alternando con lamidas.

Tras unos minutos así, mi mujer quiso responder al placer que el rubio llevaba rato proporcionándole, por lo que se giró hacia él, de rodillas en lo alto de la cama, asiendo su polla y besándolo. El moreno se tumbó ahora metiendo su cabeza entre las piernas de ella comenzando a comer así su coño.

 Tras unos minutos meneando la polla del rubio, se echó hacia delante y comenzó a alternar la paja con una mamada. Estuvieron así un buen rato. Tras esto el moreno salió de su entrepierna, se colocó de rodillas detrás de ella y con la polla en su mano buscó el agujero del coño, el cual no tardó en encontrar, y mucho menos aun en comenzar a follarla, favoreciendo con sus sacudidas el que el rubio penetrara con su polla más profundamente la boca de mi mujer. La cogió por las caderas para que sus movimientos de entrada y salida fueran todo lo profundos posibles, provocando unos gemidos de placer en Verónica como nunca los había escuchado.

El moreno se echó hacia atrás en la cama, tumbándose boca arriba, y tras una indicación del rubio, mi mujer giró sobre sí misma para comenzar a chupar la polla del primero que apuntaba hacia arriba como el mástil de una bandera, y ofreciendo ahora su culo al rubio, que enseguida aprovechó la posición privilegiada para comenzar a follarla. Lo hizo con fuerza, penetrándola muy duro, con lo que consiguió que en pocas sacudidas mi mujer comenzara a chillar de gusto sintiendo un terrible orgasmo.

Tras recuperarse lo justo avanzó hacia el moreno al cual cabalgó, metiéndose su polla en el coño. El rubio que estaba para reventar de gusto, no quiso parar y se acercó por detrás, echó saliva en su culo y acercando su polla la introdujo en su culo poco a poco hasta conseguir meterla por entero. Verónica comenzó a moverse despacio sintiéndose ensartada por sus dos agujeros, comenzando a gemir de nuevo, y sin dejar de besar al moreno, o más bien debería de decir de comerle la boca, pues lo hacía con locura.

Pidió el rubio el cambio y se colocó ahora él debajo, en la posición en la que antes ocupaba el moreno, y viceversa. Todo era igual, solo cambió la posición de los dos machos.

Durante varios minutos que permanecieron así, escuché como Verónica sufría varios orgasmos, y ellos no bajaban el ritmo en ningún momento, si no todo lo contrario cuando la escuchaban correrse lo aumentaban. Pero todo tiene su límite y ellos no podían ser menos. Verónica les pedía que se corrieran, que lo hicieran los dos a la vez, que quería sentir su leche caliente, y otras muchas obscenidades que por fin dieron su fruto consiguiendo que uno tras otro, casi a la vez ambos chicos se corrieran entre gritos de gran placer, quedando los tres fundidos en uno solo, unos sobre otros con su miembros dentro de ella, hasta que consiguieron recuperarse de sus orgasmos.

Se separaron de ella, sin dejar aun de tocarla. Ella se incorporó, se dirigió a la cámara y antes de apagarla, me dirigió unas palabras:

-          Me la debías, aunque me parece que me la he tomado con creces. Espero que disfrutes de este video.

Me dirigió un beso y a continuación cortó la grabación. Supongo que, conociéndola como la conozco, ahí no acabaría la sesión pero eso ya me lo tendría que  contar de viva voz.

Durante el tiempo que duró esta grabación no paré de menearme la polla. La volví a ver de nuevo, hasta conseguir correrme como un loco viendo lo puta y lo guarra que es mi mujer.

He intentado describir lo mejor posible lo visto en la grabación aunque seguro que dejo lagunas por mis carencias a la hora de expresarme, pero conservo el video, el cual visiono de vez en cuando solo o con ella, pues siempre consigue ponerme como una moto.

falmsfe@hotmail.com