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La oficina

en Grandes Relatos

Prologo

La historia que esta apunto de leer, describe el modus vivendi de un grupo de jóvenes, que viven como si fuera el último día de su existencia, forman lasos más estrechos que los de una simple amistad, lazos diferentes a los que el común de personas conocemos, la historia contada no me pertenece, pero he tratado de plasmarla tal cual me la contaron, conozco algunos de los autores, y he dialogado directamente con algunos de aquellos personajes mencionados, espero poder expresarlo tal como ellos relatarme o incluso mostrarme mediante fotos y vídeos, esta historia no se ha escrito para juzgar de ninguna manera esta forma de vida, la historia aunque real, tuvo que ser alterada para no mostrar ni los nombres reales de los protagonistas y ni aspectos relevantes de la misma, de forma que no se pueda asociar de ninguna forma a aquellos que participaron en alguno de los acontecimientos descritos.

CAPITULO 1

El bar

Juan bebía en la barra de un bar con su amigo Federico, sostenía un vaso de licor con su mano izquierda mientras con la derecha apuraba un cigarrillo, Juan odiaba fumar, pero esta vez lo hacía más por despecho que por gusto propio, quería únicamente intoxicar su cerebro y olvidar las últimas dos horas. Juan mantenía su mirada fija en la nada, su amigo estaba junto a el, pero el parecía esta solo los dos amigos se habían reunido hace un par de horas en ese lugar, la idea era pasar un buen momento en compañía de aquellas personas que estimaban sin embargo esta vez, las cosas no habían salido bien.

Juan había discutido con su novia y además tenía que aguantar a su amigo, que para estas horas ya estaba bastante pasado de tragos, Federico solicitaba insistentemente una respuesta clara a su pregunta necia, Juan empezaba a sentir los efectos del alcohol y poco a poco su paciencia se agotaba, cualquier momento soltaba una grosería, en esas circunstancias sería algo normal en él.

  • · Juan, por favor respóndeme con la verdad, si eres mi amigo, yo no te voy a reclamar nada pero debes ser sincero conmigo.
  • · Federico por favor, ten cuidado con lo que estás diciendo, Nancy puede estar por ahí, no está bien que hables así de ella.
  • · ¡ah!, te digo que me respondas?, yo sé muy bien que Nancy es una cualquiera, una perra que nunca me ha respetado, se bien ha revolcado con cuantos a podido ahí mismo en nuestra oficina, pero ...

En ese preciso momento apareció Nancy como una ráfaga y con una cara que recriminaba todo lo que acababa de escuchar, Nancy, llevaba un vestido corto rosado el cual dejaba ver sus hermosas contorneadas piernas, su envidiable figura y su bronceada piel, Nancy era  hermosa pero de un carácter firme, ella siempre sabía lo que quería y jamás se dejaba sobajar por nadie, era comprensible este momento en particular tuviera en su rostro marcado el enfado que le había causado la situación, Nancy nunca permitía que hablen mal de ella, era una mujer explosiva y su mano no temblaba si tenía que poner en su lugar a alguien o defender su dignidad. Juan conocía bien a Nancy y sintió un escalofrió en su nuca apenas sintió su presencia, le vino a la mente algunas situaciones pasadas cuando eran estudiantes, sin la menor vergüenza  había atacado a una de sus compañeras cuando esta se atrevió justamente a llamarla ramera. Nancy estaba precisamente ahí junto a los dos y parecía inevitable lo que iba a ocurrir.

  • · Federico!, que diablos te pasa, por lo menos respeta que estoy presente, como puedes decir esas cosas.
  • · Tú sabes que tengo razón.
  • · No me importa si tienes razón eres un patán.
  • · Ya basta - dijo  Juan tratando de aplacar los ánimos –
  • · Pero Juan es que no te das cuenta las cosas que dice tu amigo.
  • · Déjalo esta ebrio, creo que mejor nos vamos.
  • · No – grito Federico -, no nos vamos a ninguna parte, nos quedamos aquí bebiendo, con mi amigo, Juan recuerda que a ti también te dejo Michelle, así que estas solo y tienes que beber conmigo.

En ese momento Federico intento levantarse, pero el cuerpo ebrio lo venció y cayó de espaldas estrepitosamente, Nancy y Juan intentaron levantarlo lo mejor que pudieron mientras Federico gritaba ya algunos improperios casi incomprensibles, todos a su alrededor observaban atentos el espectáculo, en ese momento se acerco la gente de seguridad quienes les informaron delicadamente que era hora de retirarse.

Llamaron de inmediato un taxi para que pase a recogerlos, pues ninguno de ellos acostumbraba a manejar cuando iban a festejar, o salían a alguno de los lugares de diversión cercanos, era una práctica muy común en los jóvenes conscientes de la época, aunque también era muy común los accidentes cada fin de semana. Nancy, Michelle, Federico y Juan eran jóvenes abogados que habían abierto recientemente una oficina en sociedad en un lugar céntrico de la ciudad, acostumbraban a dejar siempre sus autos ahí a buen resguardo, luego se movilizaban en la ciudad en taxi y cuando se pasaban de alcohol, se quedaban a dormir en la oficina, para eso habían acondicionado el lugar con dos oficinas que tenían todas sus necesidades básicas, sofás-cama baños con ducha y siempre guardaban mudadas de ropa en caso de necesitarlo.

Juan y Nancy jalaron a Federico como pudieron hasta la salida del bar, este continuaba necio gritando a todo el mundo groserías, o acusándolos de haberse acostado con su novia, Federico solía beber mucho pero jamás se había comportado de esa forma, algo realmente preocupante algo debió haber pasado en la conversación que tuvo con Marcelo pocas horas antes eso tuvo que haber provocado este efecto, al menos eso era lo que Nancy se imaginaba.

Mientras esperábamos el taxi ya en la calle, Federico no resistió más y término vomitando un par de veces, Nancy no podía contenerse el desagrado que el momento le producía.

  • · ¿Qué hacemos ahora Nancy?
  • · Esta ya muy tarde como para llevarlo a su casa.
  • · Y a la tuya tampoco puedes llegar en ese estado, además esa discusión con Michelle te afecto bastante, yo tampoco puedo ir a mi casa es muy tarde y mi tía debe estar histérica.
  • · Es mejor quedarnos en la oficina.
  • · Si creo que es la mejor opción.

En ese preciso momento llego el taxi, subieron a él he indicaron la dirección a la que debía llevarlos el taxi arranco y llevo a los tres en el asiento posterior, con Federico al medio Nancy y Juan uno a cada costado.

CAPITULO 2

Victoria y Carlos

Eran casi las dos de la madrugada cuando salieron de en uno de los bares de mora de los últimos tiempos, cercano a la zona rosa de la ciudad, de el salía Victoria y su amigo Carlos, su noche tampoco había salido como esperaban, al menos no como ella esperaba, Carlos había exagerado en la bebida quizás porque quería desfogar toda la emoción que llevaba dentro desde el día en que Victoria, era lógico que Carlos no pudiera contener su emoción, al fin después de tantos años de haber deseado a esa bella mujer, el amor de su vida, aquella que nunca se había fijado en él, ahora era ella quien lo había invitado a salir, pero quizás lo que más le causo emoción fue el deseo de pasar la noche juntos, ella mismo le había planteado. Victoria no tenía intención de regresar esa noche a su casa y tenía la firme intención terminar la velada en un lujoso hotel cercano, al menos eso era lo que ella esperaba.

Victoria, era una chica de clase alta, vivía en un prestigioso barrio del norte de la ciudad, había tenido algunos novios en su adolescencia, pero nadie había llenado por completo ese espacio vacío que era su vida, solo recordaba en su vida una etapa en la que fue completamente feliz y eso no fue sino alado que su única amiga, aquella con quien compartió su infancia y todos sus secretos, aquella con la cual una noche de tantas que habían pasado antes de pronto descubrieron algo especial, algo diferente, entre las  dos surgió un instinto natural, un deseo reprimido, que solo lo supieron expresa entre caricias y besos, entre inocentes y apasionados solo pudieron terminaron en aquello que para lo cual parecían haber nacido, compartir en la cama un inusitado revolcón. Aquel amanecer fue diferente para las dos, ambas sucumbieron ante sus instintos, todo fue diferente desde entonces, eran inseparables la una de la otra pasaban horas en sus habitaciones conociéndose la una a la otra, y dedicando días enteras a explorar su sexualidad, un día Victoria junto a su amante perdió su virginidad todo fruto de un juguete sexual, con el cual habían querido experimentar, esto le hizo entender porque con un hombre este jamás hubiera sido un momento especial, su amiga solo la abrazo y le dio todo su cariño en  cada momento, algo que para un insensible hombre nunca hubiera entendido.

Un día los padres de Victoria empezaron a sospechar, ese día nunca lo podrán olvidar, las reunieron a las dos y les hicieron saber que tal cosa era reprochable en el circulo social al que pertenecían, pensar siquiera en tal cosa era inaceptable y de continuar tendrían que separarlas definitivamente, pero lo que las chicas entendieron entonces, es que debían prepararse para guardar las apariencias aun así Victoria, y conseguir uno que otro novio que llegara a la casa y les mostrara a sus padres que era una chica normar, llevaría una vida normal, como sus padres deseaban, así vivieron las dos amigas y amantes, oscilando entre uno u otro caballero que se enamoraba de ellas y su vida oculta de amor y desenfreno lésbico, aun así Victoria jamás tuvo relaciones sexuales con un hombre, para ella eso era algo inaceptable, aun cuando cierto día su gran amiga le dijo que no deseaba continuar con esa relación pues había encontrado al amor de su vida y era un hombre, terrible fue afrontar esta decepción para Victoria, pero esto solo incremento su desprecio por los hombres, que desde ese momento se habían convertido en mas que detestables, ahora era para ella una competencia, desde entonces aumentó si deseo de llevar una doble vida, engañando hombres con los que nunca llegaba a nada y acostándose con ciertas mujeres que le complacían todos sus instintos, todo eso hasta el día de hoy. La madre de Victoria le había puesto un ultimátum debía buscar un buen hombre que haga honor a su apellido y formar una familia antes que se pase su tiempo, por ningún motivo la familia podía admitir una solterona y menos una lesbiana.

Eso fue suficiente para entender su situación y empezó a buscar soluciones, llamo al amigo de infancia uno de aquellos con los que había jugado y estaba decidida a acostarse con él esta noche, al menos ese era su plan, lo primero que tenía que hacer es acostumbrarse a tener cerca un hombre y luego buscar uno que cumpla los requisitos de su madre, Para Victoria nunca fue difícil encontrar un novio que cumplirá todos sus deseos y caprichos, para luego dejarlo una vez que se canse de él, Victoria es una mujer hermosa y segura de sí mismo, tener un hombre a su lado después de todo era más fácil que conseguir una buena amante, escogió a Carlos, no solo porque lo conocía mucho tiempo, y sabía que  era su eterno enamorado, además era atractivo para las mujeres, pero lo más importante es que era el único hombre al que tenía cierta confianza, y pensó que entendería su torpeza en asuntos sexuales para con el sexo opuesto, al menos eso esperaba Victoria pero algo andaba mal, Carlos esa noche se había pasado de tragos y ya no estaba tan segura de haber tomado la decisión correcta, quizás era momento de cancelar todo y mandar por un tubo a su desdichado acompañante, pero le detenía la imagen de su madre, hablándole de la urgencia de buscar pareja.

CAPITULO 3

El taxi

Nancy y Juan iban en silencio, al menos los primeros 5 minutos, pues de inmediato Federico había empezado a roncar desvergonzadamente en medio de los dos, solo entonces Nancy se animo a hacer la pregunta:

  • · ¿Qué fue lo que le contaste?
  • · ¿Yo? dime tu ¿qué le dijiste? De pronto viene un día a reclamarme por tus acciones, o es que te descubrió en alguna de tus andanzas.
  • · No seas idiota, vas a comenzar igual que tu amigo, te vi conversando con el ¿qué le decías?
  • · No le dije nada, era él quien preguntaba.
  • · Sabes bien que desde que estoy con el no he tenido ninguna de mis andanzas, como tú dices.
  • · Bueno, hace como dos meses ya eras novia de Federico y aun así…
  • · No seas tonto, eso… fue un error. – Nancy bajo la mirada abochornada por el recuerdo
  • · Pues eso no decías cuando paso.
  • · Ósea que tu también crees que voy acostándome con el primero que me encuentro en el camino.
  • · No lo sé, dímelo tú.
  • · Te digo que no, además esa vez, recuerdas Federico que había tratado muy mal yo estaba muy dolida y después me pase en los tragos a ti te consta.
  • · Si está bien, yo tampoco soy un santo no puedo culparte de nada. Y lo peor es que ahora Michelle nunca me va a perdonar.

Vino a la memoria de Juan la desagradable escena que horas antes había tenido que pasar. Juan había llevado a su novia una cena romántica, luego la llevaría a bailar a algún lugar, para terminar en algún hotel cercano el cual fuera del gusto de Michelle su novia así es como les gustaba pasar sus aniversarios, Juan ese día sentía que había encontrado la pareja perfecta, con la que compartía ahora muchas cosas y con la cual estaría gustoso de formalizar su relación, pero Juan tenía su pasado y lo que menos se hubiera esperado es que esa misma noche le sacaría factura.

Michelle esa noche desbordaba alegría, mientras caminaba del brazo de su novio románticamente por las afueras de un restaurant pensaba en lo dichosa que se sentía junto a Juan, el amor de su vida y el único capaz de cumplir todos sus sueños, justo en ese  momento entro una llamada al celular de Juan, era Federico, su mejor amigo, quien le daba instrucciones para llegar a uno de los mejores bares de la ciudad, donde según decía se había prendido la fiesta, ahí les esperaba con algunos de sus amigos incluido Nancy. Juan no pudo negarse, además era el plan que habían trazado para esa noche, tomaron de inmediato un taxi y fueron hacia el lugar.

Cuando llegaron al lugar, estaba completamente lleno casi no había donde poner un pie, gente por todos lados chicas en la barra demostrando sus dotes de bailarinas, mientras entre amigos se servían licores distintos tipos y marcas en alguna de las tanta mesas, al fin cuando encontraron a sus amigos en una mesa del fondo, un grupo grande y bastante animado que los llamaban con ansia, ellos se acercaron y se presentaron con los presentes, justo en ese momento aparece una rubia despampanante que nadie sabía de donde salió y sin ningún recelo planta un beso en la boca a Juan, frente a Michelle que no creer lo que veía, Juan se separo como pudo mientras su rostro agarraba un rojo vergüenza, entonces hizo ademán de presentar a Michelle, quien solo podía identificar como conocidos a Federico y su gran amiga Nancy, Juan quiso reaccionar pero de inmediato retomo la Rubia entendiendo el problema en que lo había metido.

  • · Hola preciosa soy Elizabeth, discúlpame por el atrevimiento es que no había visto a Juan hace mucho tiempo y a veces me emociono mucho, yo soy así de expresiva, no mal interpretes con Juan somos buenos amigos y nada más.
  • · No te preocupes, pero no lo vuelvas a hacer yo no acepto esas confianzas y menos frente a mí.
  • · Hecho, no volverá a pasar.

De inmediato paso Elizabeth en frente de todo el grupo, mientras se arreglaba la minifalda que dejaba ver sus hermosas y bien torneadas piernas, con todo el descaro del mundo pasaba rozándose coqueta con sus compañeros mientras desfloraba sonrisas para con todos, hasta que llego a final donde un chico de su misma edad la esperaba paciente, ella paso a sentarse justo en sus piernas, para sus compañeros esto era más que normal en el comportamiento de Elisabeth, ella era una chica totalmente desinhibida y solo soportaba una pareja, si este o esta le permitía sus acostumbrados deslices, le daba lo mismo llegar con alguien o sola pero siempre salía con uno o dos a veces hasta parejas con quienes terminaban la noche.

Las parejas salieron a bailar parecía entonces superado el mal rato, Michelle no tenía intención de  arruinar la noche así que prefirió olvidarlo y disfrutar el momento, todo transcurría bien hasta cerca de la una de la mañana, cuando salió a bailar Federico con Michelle y Juan con Nancy, las dos parejas disfrutaban la noche y conversaban amenamente hasta que otra pareja se acerco a donde se encontraban Nancy y Juan, se saludaron e intercambiaron algunos comentarios luego se retiraron a otro lugar, era Marcelo y Janet quienes ahora eran pareja pero antes habían tenido su historia, Marcelo había sido el gran amor de Nancy, el primer hombre en su vida, a quien nunca había podido negarle nunca nada y quien se había aprovechado varias veces de esta situación para llevarla a la cama y luego dejarla sin decirle nada, algunas veces Nancy había cometido estos deslices ya con otras parejas, pero nunca con Federico, era el momento de poner en prueba su fuerza de voluntad, a Juan le pasaba algo parecido solo que Janet había sido una de sus aventuras más conocidas por sus amigos, pues ella era una chica muy reservada y bastante juiciosa pero cuando conoció a Juan perdió completamente los escrúpulos y se convirtió en una obsesión para ella, siempre que Juan tenía una nueva conquista ella insistía para salir con él y llevárselo a la cama, para ella era como un logro saberse deseada por Juan mientras ama a otra, para ella bastaba con que le prometiera que cada vez que fuera a la cama con su novia, recordar esos momentos juntos, y por eso mismo Janet se esforzaba por ser cada vez más ardiente, con eso le bastaba, después de su encuentro ella desaparecía de la vida de Juan pero si este decidía no ceder a sus bajos instintos, Janet reaccionaba furiosa si se las arreglaba para terminar la relación de Juan, a veces les enviaba fotos o videos de sus encuentros con Juan, todo con tal de salirse con la suya. Sin embargo esta vez Juan ya había pasado una noche completa con Janet cuando empezó la relación con Michel, para él era la forma de asegurarse que no tendría problemas a futuro, al menos eso pensaba.

Esa noche era diferente tanto Marcelo como Janet, pues amos estaban decididos a arruinar la noche, últimamente estos seres despreciables se habían reunido, para compartir la miserable vida que cada uno tenía y que ahora se habían juntado solo con el fin de salpicar sus malas vibras a los que los rodeaban, esta noche era el turno de Juan y Nancy.

Luego haberse cruzado con esta pareja a Juan y Nancy les quitó todas las ganas de seguir bailando y se dirigieron a la mesa que habían dejado, una vez acomodados solicitaron algo para beber mientras charlaban amenamente ellos no contaban con que la pareja los asechaba para salirse con la suya, pasaron solo unos minutos y entonces Janet y Marcelo se acercaron a la mesa en la cual se encontraba Nancy y Juan, sin pedir permiso se sentaron uno de cada lado he intentaron entablar conversación.

  • · Y ahora son pareja – Dijo Marcelo-
  • · No, no lo somos – Respondió Juan -  
  • · No es necesario que nos oculten nada – Agrego Janet – ya estamos enterados de sus andanzas, recuerden que tenemos un amigo en común, Ricardo, vaya fiesta que se pegaron.

La afirmación desarmo a Juan y Nancy, que se quedaron sin palabras, hace algún tiempo atrás, Juan y Nancy se habían ido a un bar pues había tenido una fuerte discusión con Federico y este ultimo había pedido a Juan como un favor especial que cuidara de Nancy, todo fruto de una aventura la cual Federico intentaba perpetrar esa misma noche, Nancy inteligente como ella misma se había percatado que algo andaba mal y aun cuando esto le había provocado una conmoción interna, Nancy decidió salir a divertirse en lugar de amargarse sola en casa y esto lo hizo con Juan como su acompañante, la noche había terminado con excesos y precisamente en casa de Ricardo un amigo común, el cual se especializaba en fiestas que causaban sensación entre la juventud, era un privilegio ser invitados, Juan no dudo en ir, pero Nancy no habría ido a no ser porque Juan estaba la acompañaba. Esa noche se complicaron mucho las cosas pues no solo que Nancy y Juan sucumbieron al alcohol y se dejaron llevar por sus instintos, sino que además las fiestas de Ricardo siempre terminaban en lujuria desenfrenada.

Esta noche era una de tantas que ambos intentaban borrar de sus memorias, no porque no lo hayan disfrutado, sino mas bien porque ambos habían decidido llevar parejas estables y llevaban una amistad solida, luego de lo hecho sintieron que estaba engañando a sus respectivas parejas, lo peor de todo es que a partir de esa noche ambos sucumbieron ante la pasión en varias oportunidades, esto estaba comiéndoles por dentro y decidieron dar por cerrado este capítulo de sus vidas. Sin embargo ahora estaba frente a ellos dos personajes de su pasado los cuales irónicamente les recordaban aquello que no querían recordar.

Juan entonces decidió separarse y salir de ahí antes que se compliquen más las cosas.

  • · Bien muchachos es un gusto verlos hace tanto tiempo, tengo que ir al baño un momento. – hizo el ademan de despedirse y se retiro, mientras la pareja se quedaba con las palabras en la boca, eso hubiera sido suficiente para que otras personas entiendan la indirecta, pero no para esta pareja.

Juan pasó junto a Michelle y Federico que estaban atentos las acciones de este, les explico que salía un rato hacia el baño, a Federico no le gusto nada que Nancy se quedara sola con Marcelo, pues conocía muy bien la historia, una vez que Juan se había perdido de vista entre toda la gente, paso Janet en una descarada intención de seguirlo, Michelle que nunca había pecado de tonta, se dio cuenta de la situación y de inmediato pidió a Federico que descansaran un momento, este estuvo de acuerdo y acepto entonces se dirigieron a la mesa en la que se encontraban.

La sorpresa de Federico no fue nada agradable al encontrar a Nancy conversando con Marcelo, esta no tenía ninguna intención de seguir hablando con Marcelo pero este era bastante insistente y siempre conseguía lo que quería, Federico conocía muy bien a Marcelo y sabia lo que representaba para Nancy, la situación fue muy incómoda para Federico y aun mas cuando Marcelo hacia ciertas insinuaciones o contaba anécdotas poco conocidas para él, la situación cada vez se ponía más tensa mientras Michelle no dejaba de mirar los alrededores buscando a Juan.

Juan salía entonces del baño cuando encontró a Janet esperándolo en la puerta. De inmediato Janet se abalanzó a los brazos de Juan e intento besarlo, pero este trato de zafarse.

  • · Qué te pasa, antes no eres así, no me digas que Nancy te está cambiando, todos sabemos el tipo de chica que es Nancy no quieras hacerte el difícil conmigo, ella no dirá nada, te lo aseguro ahora está feliz con Marcelo recordando los viejos tiempos y yo quiero hacer lo mismo, después podemos si quieres salir los cuatro rumbo algún hotel y pasarla genial, se bien a tu amiguita le gusta este tipo de encuentros y por Marcelo no te preocupes somos una pareja moderna.
  • · No es Nancy quien me preocupa, es Michelle, recuerdas que te había contado de ella, vine con ella y no le gustaría nada verme en esta situación frente a ella.
  • · Ah! ya recuerdo a la mosquita muerta esa, tengo entendido que es bastante mojigata, pero está bien no quiero causarte problemas.

En ese momento salió la persona que estaba ocupando el baño masculino y Janet jalo a Juan hacia adentro y cerró la puerta con seguro.

  • · No, Janet ya te dije que no, estás loca.
  • · Si, lo estoy y quiero que me hagas feliz aquí y ahora.
  • · Ya te dije que no suéltame.
  • · Está bien no lo hagas, mira lo que tengo aquí. –Janet le mostro su teléfono celular. – Seguro que estas fotos le van a encantar a tu noviecita, sobre todo cuando vea la fecha.
  • · Estás loca.
  • · Solo compláceme esta vez y te dejare en paz.

Juan no tuvo más que acceder y tuvo que poseer a Janet justo en ese mismo lugar, mientras la puerta no dejaba de sonar, por los golpes de la gente que quería entrar. Janet es una chica linda, de facciones delicadas de una belleza escondida bajo un par de anteojos que disimulaban sus bajos instintos, cabello negro crespo largo y tez blanca, lo que más resaltaba en su persona era sus senos firmes, grandes y bien formados que últimamente los resaltaba con escotes descarados, sus piernas son delgadas pero lindas con unas nalgas contorneadas y pequeñas, pero que resaltaban con su pequeña cintura, para Juan nunca fue un esfuerzo acostarse con ella, al contrario su obsesión por el sexo la hacía insaciable y jamás presentaba objeción para con alguna fantasía de Juan, igual tenían sexo en privado o en grupo.

Juan la penetraba fuertemente y estaba a punto de termina, mientras Janet no dejaba de gemir mientras era penetrada por detrás, Juan tiraba con una mano de los cabellos de Janet, lo cual la excitaba muchísimo al mismo tiempo con la otra mano tomaba fuertemente sus pechos de Janet los cuales habían salido por entre el gran escote que llevaba, para caer directamente en la fuerte mano de Juan, Janet mordía sus labios tratando de contener las convulsiones de su cuerpo. Justo en ese momento abrieron bruscamente la puerta de baño y un grupo de personas se asomo a la puerta solo para descubrir infraganti a la pareja que estaba adentro, Janet sonrió y se separo de Juan mientras procedía acomodarse sus vestidos, guardaba sus hermosos senos en el escote y subió delicadamente su pantalón, con toda la paciencia del mundo, mientras los mirones disfrutaban el espectáculo, Juan ya se había acomodado sus ropas y se disponía a salir cuando Janet se dio vuelta y le planto un beso en la boca.

  • · Lástima que nos interrumpieron, estaba pasando fenomenal, nos vemos luego.

Juan asintió sin ganas y levantó su vista tratando de aclarar los pensamientos, los muchachos presentes le gritaban victorias y le aplaudían a su paso, no era nada nuevo en ese lugar, encontrar esto, pero para ellos era como mostrar su apoyo y admiración al compañero, Juan levantó el rostro recuperando el aliento cuando se puso pálido. Al fondo de todos los interesados estaba Michelle, mirándolo fijamente, ¿cuánto hace que estaba ahí? ¿Había visto todo lo que paso? ¿O solo estaba esperándolo?, el rostro de Michelle no daba a notar ninguna emoción en ese momento, así que volvió a bajar la mirada y camino hacia su novia tratando de actuar normalmente. Cuando estuvo cerca pudo notar que el rostro impávido hasta entonces dejaba escapar una lágrima, esa era la confirmación que lo sabía todo, ahora no había ninguna escusa que pudiera ser válida.

  • · ¿Por qué ahora? –pregunto, Tratando de contener su voz que se quebrada – ¿esta es tu idea de una noche romántica?
  • · No es lo que parece.
  • · Lo sé, no me vuelvas a buscar nunca más, esto se acabo.

Juan intento seguirla pero no había nada que explicar, ¿como lo haría? La siguió hasta la calle, pero Michelle tomo un taxi y se alejo si decir más, había arruinado quizás el que debía ser el mejor día de sus vidas, quien sabe quizás hasta de su vida. Ahora ya no podía hacer nada, se debatía entre salir corriendo tras de ella o esperar a que se tranquilicen las cosas, opto por la segunda conocía muy bien el carácter de Michelle y no era nada agradable cuando se enojaba.

Desecho, por lo ocurrido Juan se dirigía a tomar sus cosas y salir a lamentarse en algún otro sitio, encontró entonces a Federico quien se encontraba en la tarea de vaciar la botella de licor que habían comprado, para entonces ya estaba bastante avanzado, cuando lo vio le invito a sentarse junto a él y tomarse una copa, entretanto Elizabeth y sus amigos procedían a retirarse del lugar.

  • · Vamos a casa de Ricardo – dijo Elizabeth  mientras se despedía con un sonoro beso en la mejilla - por si les interesa venir
  • · No, aquí estamos bien no se preocupen. – respondió firmemente Federico.
  • · Bien, que disfruten adiós.

Juan termino de acomodarse junto a Federico mientras este le servía una copa tras otra, Nancy no aparecía por ninguna parte pero eso era lo que menos le importaba ahora. Tampoco era mala idea beber alcohol como desesperado, después de todo que mas podía hacer. Federico cada vez daba más muestras del alto grado de embriaguez en el que se encontraba y se le hacía ya difícil hablar, entonces empezaron los reproches

  • · Juan, por favor respóndeme con la verdad si eres mi amigo, yo no te voy a reclamar nada, pero debes ser sincero conmigo.

  • · Juan, Juan – Nancy trataba de volverlo a la realidad –
  • · Que pasa
  • · Ya llegamos, ayúdame a bajar a Federico del taxi y meterlo a la oficina, yo mientras pago el taxi.
  • · OK.

 

 

CAPITULO 4

Decisiones

Victoria sentada del lado izquierdo tenía la mirada perdida mientras, en la oscuridad de la noche y en los vehículos que pasaban junto a ella, Carlos decía algo sin sentido, al menos así le parecía a Victoria que ya no estaba segura de lo que estaba haciendo, sintió entonces ganas de decirle al taxista que mejor le lleve a su casa, estaba a tiempo de arrepentirse.

Victoria conocía muy bien esa calle, había pasado muchas veces por ahí, al final de la misma se encontraba unas lujosas oficinas en las que su tía había instalado un afamado negocio de venta de computadores, Victoria paso muchos días ahí, aprendiendo del negocio de su tía y esperaba pronto seria parte de él, grandes esfuerzos y gratos recuerdos había dejado en aquel lugar, aunque hacia algún tiempo no había ido por ahí le encantaba pasar cerca y verlo aunque sea de lejos.

Esta vez fue diferente, cuando el taxi se acercaba a la última intersección de la larga avenida, notó algo que le extraño demasiado, de inmediato la sacó de su abstraído pensamiento, primero se asustó, luego pasó a estar indignada, al parecer dos tipos intentaban forzar las puertas, se notaban sospechosos pues se arrimaban mucho a las puertas y parecía no poder abrirlas, eran justo las oficinas de propiedad de su tía, Victoria se enfureció, no podía creer lo que estaba pasando, no pensó mas y ordenó al taxi que se detuviera, Victoria era de las que no pensaba dos veces las cosas, solo actuaba, en cuanto paro el taxi salió, como una loca, gritando sin control.

  • · Hey, ustedes ladrones, sin vergüenzas que están haciendo.

En ese preciso momento las dos sombras lograron abrir la puerta y entraron al local, sin prestar atención a los gritos de la chica que corría por media calle, eran Juan y Federico que entraban en ese momento a las oficinas, Victoria corrió y llegó rápidamente a la puerta principal, justo antes que estos pudieran cerrar Victoria empujó la puerta y empezó a gritar, ladrones, ladrones, Juan no entendía que pasaba, Federico estaba completamente inconsciente, no reaccionó.

  • · ¿Le pasa algo señorita?, ¿alguien la sigue? ¿Necesita ayuda? – alcanzó a preguntar Juan-
  • · Aléjese tengo una arma en mi bolso y la voy a sacar si es necesario, que diablos están haciendo aquí.
  • · ¿Está loca? Para empezar estas oficinas son nuestras.
  • · Mentira. – Grito Victoria con más fuerza -
  • · Está bien no son nuestras, pero las arrendamos nosotros.
  • · Eso no es verdad, estas oficinas son de mi tía, es su negocio.
  • · Mira niña no se dé que estés hablando, pero me parece que estas confundida. Estas son mis oficinas y te ruego que salgas de aquí.
  • · No lo voy a hacer, voy a llamar a la policía y a mi tía inmediatamente.
  • · Mira haz lo que quieras, puedes ver, tengo las llaves, ¿si fuera un ladrón como es que tendría las llaves? yo creo que estás loca, haz lo que quieras pero cuando entiendas que estas equivocada lárgate. – dijo Juan

En ese preciso momento entro Nancy, asombrada por los gritos.

  • · Pero que pasa aquí los gritos se oyen muy lejos, afuera hay un tipo que dice que su novia entró aquí.
  • · Si es Carlos, hágalo pasar.
  • · Pero ¿por qué? y ¿quién es usted?
  • · Yo soy la sobrina de la dueña de este local, ¿quiénes son ustedes?
  • · Pues nosotros arrendamos este local, si es la sobrina de la dueña debería saberlo.
  • · Pero aquí funciona el negocio de mi tía, como pueden ustedes arrendarlo.
  • · Creo que está equivocada, hace casi 3 meses funciona aquí este estudio jurídico.
  • · Eso no puede ser, mi tía tendría que haberme dicho algo.
  • · Pues llámala y pregúntale.
  • · Eso mismo voy a hacer ahora.
  • · Bien, voy a dejar entrar a tu novio se va o congelar ahí fuera.

Nancy, dejo pasar a Carlos que esperaba afuera sin entender nada, los hizo ponerse cómodos mientras colocaba un mínimo de seguridad en la entrada principal luego se retiro y ayudo a Juan que intentaba levantar a Federico a quien casi lo arrastraron hasta una de sus oficinas donde lo recostaron en uno de los sofás. La oficina en cuestión estaba ubicada en el centro financiero de la ciudad, era un lugar bastante grande y cómodo cerca de 200 metros cuadrados, dividido en dos oficinas una sala de reuniones la recepción una área de espera y la recepción justo ahí es donde ahora esperaba Carlos y Victoria, quien intentaba usar su celular para llamar a su tía.

Nancy y Juan hacían esfuerzos por acomodar a Federico en una de las dos oficinas, específicamente lo llevaron a la que pertenecía a Nancy ella mismo la había decorado, escogido todos los muebles y demás, el lugar era muy cómodo contaba con baño privado en cada oficina y ducha, un sofá cama, y dos más de tipo personal formando una pequeña sala de estar frente a la cual se exhibía un televisor LCD de 32 pulgadas, este justo en medio de un mueble de roble bien cuidado en el que descansaban cientos de libros, en el piso una hermosa alfombra que ella mismo había comprado, la cual le traía muy buenos recuerdos, mas de una vez había pasado la noche ahí junto a Federico, quien ahora se encontraba inconsciente mientras Nancy no podía superar el mal trago que había tenido que beber hace solo unos minutos.

Afuera en la sala de estar Victoria insistía varias veces en llamar a su tía pero esta no contestaba a ninguno de sus teléfonos, todos sonaban fuera de área, quizás ahora su tía estaba de viaje o estaban apagados sus teléfonos, por alguna razón estos no funcionaban, que podía hacer ahora no podía solo irse y dejar las cosas como estaban, eran casi las tres de la mañana quien podría contestar a esa hora.

Después de un rato salió Juan con una carpeta en mano, y se la dio a Victoria y le explico que  ahí estaba todos los documentos legales, que por favor los lea y se marche lo más pronto posible quería descansar, Victoria tomó la carpeta y lo revisó detenidamente, su amigo Carlos estaba recostado sobre el sofá mas dormido que despierto, el no aguantó más la espera y quedó profundamente dormido, mientras Victoria incrédula veía en cada uno de los papeles que revisaba la firma de su tía, esto parecía real, pero aun así no entendía porque su tía no contestaba, quizás algo grave le había pasado, el instinto de Victoria y aun mas su desconfianza le hacían armar películas completas en su cabeza, pero nada que le ayudara a armar este rompecabezas.

Después de unos 15 minutos regresaron Juan y Nancy y se pusieron en frente:

  • · ¿Y bien?
  • · Todo parece estar bien según estos papeles, pero yo aun no estoy convencida, no puedo irme sin una respuesta de mi tía, todo esto podría ser falsificado.
  • · Entonces que propones hacer,- Respondió Juan molesto por la situación - nosotros nos vamos a quedar aquí quieras tu o no, así que tú dirás, nosotros cerramos la puerta y cuando tengas la confirmación de tu tía nos avisas.
  • · Si, está bien me quedo aquí hasta que pueda hablar con ella.
  • · Ok, como quieras pueden acomodarse en el sofá.

Para ese entonces ya Carlos dormía plácidamente en el sofá, Nancy y Juan se retiraron sin dar más vueltas al tema y trataron de conciliar el sueño, Nancy entro a la oficina en que se encontraba Federico, ella tenía algo que arreglar, pero la persona con quien tenía que hacerlo dormía plácidamente, ella solo se sentó en uno de los sofás personales y lo observo dormir mientras millones de pensamientos rondaban su cabeza, sabía que Marcelo había hablado con él, no sabía que le dijo, pero sin duda debió haber sido algo grave, lo que le haya contado o mostrado, definitivamente lo que ahora sepa Federico le hará cambiar toda la concepción que tenía antes de esta noche, en parte era un alivio pues hace tiempo que le hubiera gustado decirle la verdad, pero Federico era un hombre chapado a la antigua, un caballero que creía en la fidelidad entre la pareja y que trataba de practicar ese concepto, al menos esa era la imagen que Nancy tenia de él, por eso para Nancy era tan difícil contarle sobre sus gustos y deseos, Nancy intento recostarse junto a Federico ofrecerle algo de su cariño pero este tenía tal grado de inconsciencia que no le respondería, entonces se molesto con ella misma, estar junto a él sería un premio por el mal rato que pasó y eso no podía permitirlo, se llenó de rabia, al fin y al cabo si se enteraba al fin que importaba, es mejor que la conociera como era, si tenía que terminar su relación pues que se termine, la ira le hizo levantarse y caminar en círculos. La había humillado, quien era él para decirle lo que le había dicho, nadie jamás se había atrevido a faltarle el respeto de esa forma. Nancy se hinchaba cada vez mas de las iras que tenia, ella pretendía pasar una buena noche con su novio y ahora esto, pero quizás no era muy tarde, si Federico no quería verla más, ella no tenia porque quedarse a llorar, pensó en dejar todo, llamar un taxi e ir a divertirse,  nunca faltaría quien le pueda dar un poco de diversión. Quizás ir a alguna de las fiestas con sus amigos, sabía muy bien dónde encontrarlos, pero quizás alguien la vio en el bar y no se vería muy bien que ella llegue sola sin invitación, bueno ¿qué hay de Juan?, también estaba solo, podrían divertirse juntos. Nancy paso cerca de una hora dando vueltas sin poder calmar su mente inquieta, hasta que al fin se sentó, reflexionó, echó unas lágrimas, al fin decidió mejor ponerse cómoda y descansar un poco, lo mejor era dejar que esta noche acabe pronto.

Para Juan tampoco fue posible conciliar el sueño, había entrado a su oficina por una puerta que comunicaba las dos, pero desde que entro se sintió solo, cada rincón guardaba recuerdos de Michelle, los dos habían decorado y comprado los muebles del lugar, contaban con dos sofás grandes y dos personales acomodados en un círculo, mientras en el fondo descansaba un escritorio grande junto con un gran anaquel que no solo guardaba libros sino trofeos, medallas y un sin número de objetos de especial valor para Michelle, mas de una vez se habían reunido ahí y tuvieron  profundas charlas respecto al significado de cada objeto, cuanto añoraba Juan esos momentos en los que de la nada Michelle convertía cada pequeña cosa en un tesoro, Juan se recostó en el sofá cama mientras un torbellino de recuerdos aprisionaba su cerebro, paso un buen rato mirando el techo hasta quedar adormecido.

Fuera de las oficinas Victoria primero intento acomodarse en uno de los sillones, pero no logro acomodarse, entonces fue junto a Carlos que parecía dormido, pero este despertó apenas sintió la presencia de Victoria, este intento acercarse ella quien acepto al principio pero luego intento separarse.

  • · Carlos por favor retira tus manos de ahí.
  • · Pero ¿por qué? Se supone que hoy íbamos a un hotel, como se supone que lo haríamos sin tocarnos.
  • · No estamos en un hotel.
  • · Podemos pensar que si, el lugar no esta tan mal.
  • · No Carlos, no sabemos nada de esa gente, que tal si salen con un arma o algo así, y nos encuentran aquí haciendo algo, desnudos, que se yo.
  • · Bueno, no es necesario que estemos desnudos basta con que te quites lo necesario, además si hubiesen querido hacernos algún daño estas personas creo que ya lo hubieran hecho, así que podemos aprovechar el momento, vamos aprovechemos lo que nos queda de noche.
  • · Yo no voy a tener sexo aquí, ¿estás loco?

Victoria, entendió que si bien ese no era el lugar perfecto para tener sexo, sin embargo quizás era la oportunidad perfecta para familiarizarse con un cuerpo y caricias masculinas, así que desistió de hacer resistencia, cerró los ojos y se dejo llevar por el momento. Carlos la beso primeramente para luego pasar a tocar delicadamente sus senos, firmes y bien formados, Victoria siempre se había enorgullecido por su cuerpo, hermoso como ella mismo decía, no tienen ni mucho ni poco, sus medidas eran perfectas, piernas esbeltas y contorneadas, largas debido a su porte imponente, amplias de caderas y un abdomen plano fruto de años de gimnasio, en realidad no le gustaba vestir demasiado atractiva a los hombres, prefería ser sexy para una mujer observadora como ella decía, esta vez llevaba una falda larga, con una blusa negra ajustada al cuerpo y con un ligero escote al frente, cubierto con un pequeño buzo que hacia juego con su vestimenta, botas largas casi hasta las rodillas y debajo un conjunto de encajes negros que había comprado para una noche especial.

A Victoria le gustaron las caricias de Carlos, le recordaban a su amiga de infancia, bastaba con cerrar los ojos y la sentía junto a ella besándola y acariciando, Carlos entendió que lo estaba disfrutando por lo tanto no intentaría detenerse, al contrario ahora iba en busca de la segunda fase, coloco sus manos en las piernas de Victoria, tratando de llegar hacia donde terminaba la interminable falda, al fin llego y metió sus manos ahora subiendo lentamente hasta los muslos de Victoria que se abrieron como impulsada por un resorte, Carlos no espero mas, ahora intentaba llegar a la gloria, pero se encontró con algunos preciosos obstáculos, que estaban impidiendo el paso, su panty de encajes prácticamente no dejaba nada a la imaginación pero al estar ajustado al cuerpo prohibía el paso, entonces Victoria quiso reaccionar.

  • · Te dije que aquí no Carlos.
  • · Está bien, solo quiero tocarte y sentir tu cuerpo, tu sabes para conocernos mejor, vamos tu sabes que lo estas disfrutando.
  • · Solo tocar Carlos, por ahora lo estás haciendo bien, así que voy a permitir solo eso.
  • · Bien.

Carlos siguió con gusto sintiendo el cuerpo perfecto de la mujer que siempre había amado, Victoria entonces sintió un calor insoportable y se despojo de su buzo, Carlos aprovechó para dirigir sus labios al escote y saborear lo que se podía, hasta que pudo sacar el par de senos que estaban aprisionados entonces empezó a devorarlos, cosa que encanto a Victoria quien aumentaba su excitación, una mano de Carlos seguía en las partes intimas de Victoria luchando por mover el panty o sacarlo si fuera posible pero este se resistía, al rato sintió el sexo de Victoria húmedo, paso a estimularlo con los dedos de la mano izquierda, mientras con la derecha alternaba con los senos, Victoria ahora yacía recostada en uno de los costados del sofá, con sus piernas bien abiertas y un par de dedos en sus sexo, sus senos en boca de Carlos, eso estaba disfrutando, pues cerrada los ojos sentía que quien estaba sobre ella era su amiga, en uno de sus encuentros, Carlos parecía estar haciendo bien las cosas.

Hasta que Carlos cometió un error, hablo, eso rompió el hechizo, y volvió a Victoria a la realidad, estaba con un hombre no con su amiga.

  • · Ahora princesa voy a hacerte disfrutar.

Victoria había perdido la concentración y quiso cerrar las piernas pero Carlos se lo impidió y coloco su cara frente al sexo húmedo, mientas este removía sin delicadeza alguna la ropa interior, para dejar ver una hermosa vagina bien depilada y húmeda, este intento pasar su lengua, pero Victoria se lo impidió.

  • · Espera mejor no.
  • · Vamos te va a gustar

Victoria, pensó que sería bueno dar una segunda oportunidad, además hace tiempo que no había estado con una mujer y necesitaba estimulación, se lo permitió y cerró los ojos nuevamente tratando de recordar la imagen de su amiga, cuando le daba tan delicioso tratamiento, pero de inmediato se dio cuenta de la diferencia, Carlos era Brusco e iba directo hacia su clítoris sin ninguna preparación, eso no gusto a Victoria que empezaba a desagradarle la situación, aguanto un par de minutos más y empezó a sentir asco de lo que estaba haciendo.

  • · Basta Carlos, no mas
  • · ¿Por qué? ¿No te gusta?
  • · No, no me gusta ya basta.

Victoria, se levanto bruscamente mientras y empujo a Carlos quien quedo sorprendido este perdió el equilibrio resbalando hacia el suelo el suelo, intento sujetarla sin entender que pasaba, este hizo un movimiento brusco agarrando fuertemente la falda de Victoria para no caer al suelo, la tela cedió a la fuerza y se rasgo completamente, Victoria se levanto y trato de acomodar sus ropas y cuando vio el problema con su falda.

  • · La rompiste – exclamo – y ahora que voy a hacer.
  • · Lo siento, yo… no quería.

Victoria, paso acomodar sus senos dentro de la bruza mientras veía el desastre que era su falda, tuvo que sacársela, para ver si podía arreglarla de alguna forma, no podía creer lo que estaba pasando, como explicaría la escena si alguno de los desconocidos aparecía de repente, no quería ni imaginárselo, Carlos en cambio observaba extasiado la figura semidesnuda del amor de sus vida, para él, eso era más de lo que quizás nunca hubiera esperado, la beso, toco, saboreó sus jugos, que mas podía pedir no se merecía todo eso, Victoria paseaba de un lugar a otro pensando que hacer, mientras Carlos se recostó en el sofá satisfecho el sueño lo venció y quedo profundamente dormido, mientras tanto Victoria recordó que su tía era bastante prevenida y guardaba de todo en las gavetas de su baño, ahora la oficina lucia amoblada diferente ero aun así tenía la esperanza de encontrar algo que la pueda ayudar, pero como lo hacía, pedía permiso o solo entraba… recordó luego que había visto a las personas entrar a una de las oficinas pero la otra debía estar libre y justo ahí había un baño en el que su tía acostumbraba a guardar las cosas menos pensadas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CAPITULO 5

El primer contacto

Juan despertó algo asustado parecía que apenas había cerrado los ojos cuando escuchó voces, gemidos o algo como gritos entrecortados y algo alejados, trato de concentrarse para escuchar mejor, algo pasaba afuera, quizás era Nancy y Federico que intentaban disipar sus diferencias, luego no escucho mas, se levantó dio unos pasos, se acerco a la puerta, ahí estaban de nuevo esos sonidos, los podía escuchar muy cerca, justo del otro lado de su puerta, luego un golpe seco, algo como un grito ahogado y finalmente algo que parecía una pelea, una voz femenina que se quejaba por algo, pero no lograba entender lo que decían, de pronto escuchó unos pasos pero parecían no ir a ninguna parte. Juan se preocupó y pensó en abrir la puerta y averiguar qué estaba pasando en ese preciso momento, pero se detuvo, aclaró las ideas y de pronto todo tomo forma, era claro lo que pasaba ahí afuera, reconoció la voz femenina, casi podía imaginar la escena.

Juan prefirió no intervenir, pero de pronto escuchó unos pasos, esta vez más que pasos parecían pequeños toques sobre el suelo como si alguien estuviera andando en puntillas, quien lo hacía estaba acercándose. Juan decidió entrar al baño a esconderse y ver desde una mejor perspectiva lo qué estaba a punto de pasar, dejó la puerta del baño entreabierta y se acomodo para ver mejor, de pronto escucho como abrían delicadamente la puerta de su despacho, una sombra se deslizaba sigilosamente, Juan observo cuidadosamente, vio como la sombra se adentraba sigilosamente, buscaba algo, primero fue hacia el sofá, pareció tranquilizarse cuando vio que no había nadie, entonces se dirigió a la puerta de baño, Juan retrocedió y se oculto tras la cortina de la ducha, la puerta se abrió suavemente y la luz se encendió, era Victoria que buscaba algo, pero aun más interesante, estaba semidesnuda, solo con una pequeña blusita negra, que entallada su bella figura, un escote delantero, que daba una buena idea del volumen de sus senos, por abajo un hermoso panty también negro con encajes que apenas cubrían lo esencia, sus largas piernas le daban un aspecto imponente, hermosa definitivamente, pensó Juan, mientras miraba tras su escondite, Juan claramente podía apreciar un prominente y bien distribuido cuerpo, a Juan le encantó de inmediato toda aquella feminidad, mientras Victoria rebuscaba Juan pudo mirar con todo descaro esa hermosa cadera, unas bellas nalgas perfectamente redondeadas, Juan se hallaba solo a unos cuantos centímetros, la suerte parecía sonreírle y no estaba dispuesto a dejar pasar esta oportunidad, no resistió mas, espero un descuido de la chica y cuando pudo, saltó como pudo y se coloco tras Victoria sin que ella se diera cuenta, puso rápidamente su mano en la boca para evitar que gritara mientras la agarraba fuertemente con su brazo por la cintura.

  • · Tranquila muñeca, me puedes decir que es lo que estas buscando, pero sin gritar. – Victoria se sacudió del susto tratando de liberarse de los brazos fuertes de Juan, pero le fue imposible, estaba atrapada, cuando al fin este retiro la mano que cubría su boca, lo primero que hizo fue tomar aire.
  • · Maldito, sabía que eras un pervertido, suéltame ahora o voy a gritar.- Victoria trataba inútilmente de liberarse
  • · ¿Vas a gritar? Y ¿qué vas a decir cuando vengan por ti? te metiste a mi despacho semidesnuda, ¿tu novio sabe que estas aquí? ¿porque te dejó venir así a mi habitación?, ¿es que les gusta este tipo de aventuras múltiples?
  • · No sabía que estabas aquí, imbécil, solo estaba buscando algo.
  • · Bien, ya lo encontraste, porque no me dijiste que lo que querías es sexo, no tenías que hacer drama con el cuento de tu tía. Me hubieras dicho antes y yo con gusto te complacía.
  • · Eres un idiota, no quiero nada contigo.
  • · Déjame entender, ¿lo que buscabas es un motel gratis para pasar con tu noviecito?
  • · Déjame en paz, no sé de qué estás hablando.
  • · Entonces dime, esos gemidos que escuche, ¿a que se debían? ¿Disfrutaste la noche con tu amante? ¿Estás aquí para refrescarte luego de un buen sexo? O ¿bienes en busca de más? Porque de ser así, me encantó tu cuerpo y con gusto te haría pasar un buen rato.
  • · Aléjate idiota voy a gritar.
  • · Bien hazlo que vas a decir ahora, si quieres llamemos a la policía, les diré que te metiste en mi oficina solo para tener sexo con tu novio, quizás te lleven a la cárcel un buen rato por indecente.
  • · Eso no es cierto.
  • · Pero tengo pruebas, solo mírate ¿qué dirá tu novio?, ¿le gustara pasar unos días en la cárcel?
  • · Solo déjame ir no voy a decir nada.
  • · Pero ¿Por qué? aquí estamos muy bien, mejor relájate que la vas a pasar muy bien.

Victoria estaba asustada, no sabía las intenciones del chico, lo odiaba en ese momento, pero sabía que tenia razón estaba en una posición muy incómoda, ahora él la tenía en sus manos y podría cumplir sus amenazas, Juan bajo lentamente su mano izquierda hasta llegar a sus senos, la toco por sobre la blusa, bajo lentamente y soltó el único botón que la sostenía, sus senos salieron expulsados, no había más ropa interior por debajo, el espectáculo era único, un par de senos firmes, jugosos y rebosantes de juventud, con unas aureolas rosadas, y unos pezones apuntando siempre al cielo. Entonces Juan pasó sus manos y jugueteó con ellos, luego se deshizo de la blusa, la arrojó al piso, ahora solo la cubría la pequeña tanga negra de encajes. A Juan le encanto la visión de ese cuerpo reflejado en un espejo de cuerpo entero, el cual estaba ubicado junto a la entrada al baño. Juan presionaba fuertemente con sus brazos fuertes, la preciosa mujer junto a él no tenía otra salida más que soportar un cuerpo desconocido tras ella, Juan en cambio disfrutaba de la espectacular figura  nueva para él, esto hacia más excitante el momento, Juan, disfrutaba cada roce con esa delicada piel que parecía no tener defecto. Mientras tanto Victoria cerró los ojos y se dejó hacer, el en cambio bajo sus manos y retiro cuidadosamente la tanga dejando expuesto un depilado sexo que se reflejaba en el espejo, una verdadera obra de arte, unos delicados labios pálidos, cerrados pero que dejaban notar su humedad, la perfección de aquella vagina la hacía lucir atractiva, deliciosa, jugosa - esto lo voy a disfrutar mucho – pensó Juan mientras desabotonaba su pantalón para sacar de su ropa interior, su miembro casi completamente erecto.

Entonces Victoria arrojo un sollozo, lo único que se le vino a la mente, es lo mal que había resultado esta noche y todo por su gran idea de acostarse con un hombre, de saberlo quizás nunca lo hubiera planeado, en la misma noche había soportado la caricia de dos hombres sin su completo consentimiento y lo peor de todo, hasta el momento no lograba disfrutar la experiencia, esto solo acrecentaba su odio al género masculino, Victoria expresaba su descontento con sollozos tímidos mientras cerraba sus ojos se mordía los labios tratando de ocultar su enfado, Juan pudo identificar un par de lágrimas brotando de aquellos bellos ojos.

  • · ¿Qué pasa preciosa? Tranquila lo vas a disfrutar, considéralo un premio 2x1, te acostaste con tu novio y ahora tendrás otro revolcón, tienes suerte.
  • · Estúpido es que tú no entiendes nada.
  • · Cuéntame que es lo que no entiendo.
  • · A mí no me gustan los hombres, es la primera vez que intento estar con uno, pero no funcionó y ahora tu.
  • · Tranquila preciosa voy a ser cuidadoso te lo prometo, tal vez hasta termina gustándote.
  • · Idiota, haz lo que tengas que hacer, no me importa ya.

Juan no tenía intención de parar, no era precisamente un caballero cuando su miembro presentaba tal erección además, ya no tenía nada que perder, siguió acariciando los senos de Victoria con sus dos manos mientras rozaba su pene contra las bellas y bien formadas nalgas de Victoria, tal parecía que el tamaño actual de su miembro se adaptaba perfectamente y gozaba con cada roce. Juan presionaba ese par de senos cada vez con más fuerza, llenándose de excitación, Entonces Juan la reclino hacia el frente, puso sus manos en el espejo, tenía tantas ganas de poseer esa mujer, solo pensaba en penetrarla, esa postura le encantaba, esas preciosas nalgas parecían estar listas para recibirlo. En ese preciso momento para mala suerte de Juan, sonaron claramente unos golpes en la puerta de entrada al baño, ¿quién podría ser a esa hora? la sorpresa fue mayor cuando se escucho la voz de Nancy, quien tocaba insistentemente la puerta.

  • · ¿Juan estas ahí?
  • · Si, donde más iba a estar ¿qué quieres?
  • · Solo quiero usar tu baño.
  • · Tienes un baño en tu oficina, ¿por qué quieres el mío?
  • · Estoy buscando unas aspirinas, tengo un fuerte dolor de cabeza.
  • · Maldición – susurro - ahora voy

Para Victoria eso fue como un alivio o golpe de suerte, la libraron del martirio al menos por un rato.

  • · Sera mejor que te escondas un rato -amenazo Juan- ¿qué pensaría Nancy si te ve desnuda en mi baño? se amable con ella te conviene, créeme si eres buena con ella le gustarás mucho, y quizás te deje salir.

Victoria acomodo su tanga y se escondió tras la cortina que separaba la ducha, Juan acomodo sus ropas y ocultó como pudo su erección, abrió la puerta del baño y salió. Tras la puerta se encontró con Nancy que esperaba, de pie vistiendo únicamente su ropa interior.

  • · ¿Qué es lo que en realidad buscas Nancy?, ¿quieres pasar la noche conmigo?
  • · Estás loco, ¿por qué dices eso?
  • · Mírate, vienes en ropa interior a escondidas a mi oficina, en medio de la noche, yo creo que buscas algo, ¿quieres un buen sexo quizás?
  • · No te hagas ilusiones, tonto, bueno, oí voces, vine a ver qué pasaba, además en serio me duele la cabeza quiero una aspirina, tú me conoces muy bien sin ropa, ¿por qué habría de vestirme frente a ti? Pero nunca pensé en pasar la noche contigo, sabes que eso se acabo.
  • · Bien como digas, toma lo que quieras y vete, que lo disfrutes.
  • · Tonto.

Nancy entro al baño, no pudo evitar percibir ese aroma inconfundible, de inmediato busco la aspirina, la tomo, luego se paro frente al espejo y se miro, saco un cepillo de cabello y empezó a peinarse mientras se veía al espejo, Nancy es definitivamente una mujer hermosa, poseedora de un rostro con delicadas facciones, cabello corto hasta los hombros, su contextura era algo gruesa pero muy bien formada, piel tostada al sol, senos grandes, caderas amplias, piernas firmes, un cuerpo que resaltaba donde sea que fuera, solo su presencia enloquecía a los hombres, antes solía ser una mujer aun más sexy y de vida relajada, tuvo muchos problemas en su adolescencia quizás porque no tuvo a sus padres cerca, desde muy joven, usaba drogas y alcohol, se acostaba con hombres o mujeres solo para obtener lo que necesitaba, pero eso era antes, logro superarlo todo y ahora era toda una profesional, a veces su pasado le seguía y no podía resistirse, esa era su debilidad.

  • · Sal de ahí – Dijo Nancy sin quitar los ojos del espejo – te vi apenas entre al baño, se que estas tras la cortina, percibo tu aroma desde aquí, me imagino lo que estaban haciendo, Juan no tiene remedio, ese papelito que hiciste para que te dejen entrar, ¿por qué? Es una fantasía de Juan o ¿qué?, vamos sal no tienes porque ocultarte.
  • · No mentí, -Respondió Victoria- pero no sé como termine aquí.

Victoria salió lentamente con sus dos manos cubriendo sus senos y con nada más que su tanga cubriéndola abajo, notaba en la voz de Nancy serenidad, parecía de confianza y quiso pedir ayuda.

  • · Tú me puedes ayudar, ¿necesito salir de aquí? por favor ayúdame.
  • · Bien dime como te puedo ayudar y lo más importante ¿porque lo haría? Que obtendría yo de eso.
  • · Yo… Solo quiero salir de aquí sin que tu amigo me haga daño, por favor ayúdame estoy desesperada.
  • · No creo que quiera hacerte daño, que te hace pensar eso, más bien lo que busca debe ser otra cosa, si es que no lo obtuvo ya, pero vamos tú fuiste quien quiso quedarse aquí y ahora me dices que quieres salir, no te entiendo.
  • · En serio, tienes que ayudarme.
  • · Bueno supongamos que te ayudo, ¿que obtendría yo a cambio?
  • · Yo… tengo dinero, mucho… no aquí, pero te puedo conseguir si me ayudas.
  • · No me interesa el dinero. – Nancy regreso la mirada a  donde estaba Victoria, la vio de pies a cabeza, no pudo evitar ese suspiro casi oculto, gesto inequívoco de estar viendo algo que le gustaba, mordió su labio inferior queriendo ocultar su excitación, Nancy volteo nuevamente a verse en el espejo mientras continuaba peinándose, no pudo ocultar esa sonrisa tímida y picara a la vez. Victoria observadora como era, noto el gesto de Nancy, con los años se había hecho experta para entender insinuaciones de otras mujeres.
  • · Yo… puedo ser muy agradecida, con las personas que me ayudan.
  • · Eso habría que verlo.
  • · Si gustas, te puedo demostrar ahora mismo.

Victoria se ubico tras Nancy y la tomo delicadamente de las manos, acariciando suavemente su piel.

  • · Puedo ser muy cariñosa también...
  • · Demuéstralo – Respondió Nancy cortante

Victoria abrazo a Nancy en ella veía algo que le gustaba mucho y no le costó nada acomodarse a la situación, la tomo suavemente y la giro lentamente hasta encontrarse sus rostros, ambas tenía casi la misma estatura, sin dudarlo Victoria paso a concretar un beso apasionado, ahora sí que lo estaba disfrutando, era lo único bueno que había pasado esta noche, Nancy era una mujer hermosa, quizás más de lo que hubiera deseado para esa noche, para Nancy tampoco fue ningún esfuerzo, Victoria le atraía físicamente, cruzaron sus lenguas en un largo beso, mientras sus manos navegaban desde las espaldas hasta sus caderas, pegaban sus cuerpos como queriendo hacer uno solo, sus curvas se mesclaban, Nancy tomo la iniciativa y  retiro suavemente la tanga de Victoria, a esta le encanto el detalle, Nancy también necesitaba algo de cariño esa noche, satisfacer sus necesidades, sus instintos, en su pasado había muchas mujeres hermosas con las que compartió, pero nunca se considero lesbiana más bien bisexual, pero eso era antes, cuando esta llevaba una vida desordenada, antes de Federico, a quien quería y se sentía querida, aunque últimamente todo estaba cambiando, desde aquella locura con Juan, sus instintos estaban venciendo a toda razón, a veces se sentía mal, pero cuando estaba tan excitada como ahora, no podía pensar en nada más que satisfacer sus deseos y se dejo hacer.

Las dos chicas dieron rienda suelta a sus pasiones, ambas se desnudaron completamente, para poder amarse con libertad y saborearon sus cuerpos con total libertad, ambas perdieron todo pudor, compartieron sus jugosas vaginas, con un mar de fluidos que desbordaban en sus bocas una y otra vez, mientras gemían de satisfacción, probaron hasta sus más internos rincones, conociéndose y provocándose placer, como dos amantes conocidas, que se fundían en gritos de éxtasis, cada vez que podían mordían sus pezones para agrandar el deseo y provocar orgasmos más largos, entre aquellos afectos Victoria le confesó cuanto le gustaban las mujeres, y cuanto aborrecía a los hombres sobre todo por la desagradable noche que había tenido justo antes de encontrarse con Nancy, Victoria sentía que había encontrado una aliada y que esta la ayudaría.

Juan mientras tanto esperaba pacientemente recostado sobre su sofá, sabía lo que estaba pasando pero prefería esperar con una botella de champán y tres copas, sabía que pronto las podría usar con sus compañeras.

Al rato se escucho el crujir de la puerta del baño se entreabrió lentamente y una silueta se asomó,

  • · ¿Juan estas ahí? – pregunto la voz tímida de Nancy.
  • · Si aquí estoy, las espero.
  • · ¿Tú no cambias verdad? – la silueta se asomo lentamente hasta que estuvo afuera del pequeño cuarto de baño, para mostrarse como la despampanante mujer que era, completamente desnuda, caminaba segura, el cuerpo bronceado de Nancy ahora completamente brillante a los escasos rezagos de luz que llegaban a su cuerpo, el cual era un oasis de sudor y saliva en la penumbra, una visión espectacular en la pálida madrugada, para Juan aun con la escaza luz, podía ver esas caderas anchas y piernas largas, un sexo completamente depilado y un par de senos voluptuosos que caían libres pero con sus aureolas cafés y pezones apuntando al cielo, le gustaba la visión, Nancy se sentía deseada, mientras avanzaba segura, tomo la copa de mano de Juan y se sentó junto a él cruzada de piernas.
  • · ¿Porque me haces esto? – preguntó
  • · ¿Hacerte qué?
  • · Tú siempre me haces perder todo lo que he ganado hasta el momento, eres una verdadera tentación.
  • · Solo hacemos lo que nos gusta, eso no tiene nada de malo – Agrego Juan.
  • · ¿Fue tu idea traer esta niña?
  • · No para nada, pensé que habías sido tú.
  • · Bueno aunque no lo admitas, me gusto mucho el regalo. Gracias.
  • · Pero…
  • · Vamos ya puedes salir de ahí, ven con nosotros. – ordeno Nancy con voz firme.

Victoria, salió del baño semi-cubierta por sus ropas y las de Nancy que traía entre brazos.

  • · Déjalas por ahí, acércate no te haremos daño. – Dijo Nancy, Victoria soltó las ropas sobre el suelo y dejo ver su hermosos y tierno cuerpo, delicado, de un color plata en la tibia noche con un sexo depilado, se acerco a Nancy y tomo la copa que esta le ofrecía. Se sentó junto a ella como un cachorro asustado.
  • · Victoria me conto que nunca a estado con un hombre. – dijo Nancy.
  • · Pero entonces ¿era cierto?, ¿eres virgen?- agrego Juan sorprendido -
  • · No, no soy virgen, solo que nunca he estado con un hombre. – susurro Victoria.
  • · Además que hoy iba a ser su primera vez con un hombre.
  • · Vaya que gran oportunidad.
  • · No te emociones, ella quería estar con su novio, no contigo.
  • · Bueno pero ya que estamos aquí.
  • · Hablamos un rato acerca de eso –increpo Nancy- se porto tan bien conmigo, le prometí que le puedo enseñar a disfrutar el sexo con un hombre.
  • · Pero no quiere decir que lo vaya a practicar – dijo Victoria.
  • · Tranquila, déjame que te enseñe, te va a gustar.

Nancy se acerco a Juan y lo besó apasionadamente, mientras acariciaba su pecho, Juan se dejo hacer, luego se volteo abrasó a Victoria y la besó con la misma pasión, bebieron el último sorbo de sus copas continuaron, besándose y acariciándose. Nancy en medio de los dos pidió que se acercaran para darle placer, uno de cada lado, la besaron por partes empezaron por el cuello, luego rostro, bajaron por hombros hasta bajar a sus deliciosos senos, donde cada uno disfruto del seno que le había tocado de su lado. Juan conocedor del placer que le provocaba mordisquear los pezones, empezó su labor con esmero, así arrancó algunos gemidos a Nancy, permanecieron así por un buen tiempo hasta que Nancy recobrando la compostura pidió a sus amantes poner atención a sus órdenes:

  • · Ahora mi amor- dirigiéndose a Victoria - tu vas a hacer lo mismo que hago yo, no te olvides, mira bien lo que yo hago, y repítelo.
  • · Lo intentare.

Nancy se levanto y movió al lado izquierdo de Juan, mientras él se pego mas a Victoria.

  • · Ahora quiero que lo beses, como lo haces conmigo, solo cierra los ojos y déjate llevar, mira bien como lo hago.

Nancy era una experta en besar, cruzo su pierna desnuda para sentarse sobre las piernas de  Juan y empezó besarlo ferozmente, mordiendo sus labios, saboreándolos, mientras con su mano derecha jalaba de los cabellos de Juan, al mismo tiempo su mano izquierda jugueteaba, desabotonaba su camisa, la retiraba poco a poco mientras bajaba su mano hasta la pelvis, entonces abrió los ojos y dirigió su mirada hacia Victoria, planto su vista con deseo, mientras las lenguas de Juan y Nancy jugaban entrelazadas.

  • · Ahora tú - le dijo al fin.

Victoria se acerco algo tímida, entre cerrando sus muslos como queriendo ocultar su sexo, el cual ahora estaba húmedo, le había excitado la escena, era algo nuevo para ella pero le emocionaba, aun mas cuando veía la sensualidad con que se manejaba Nancy y como ella disfrutaba a su nuevo amante, a Nancy parecía no importarle que sea un hombre.

Victoria cerro sus ojos y repetía en su mente las excitantes imágenes que hace poco había vivido, Nancy así se acerco y beso a Juan, primero haciéndose a la idea que era Nancy, pero pronto entendió que era un sabor diferente, unos labios mas bruscos, pero no le disgustó, al contrario siguió besándolo, lo hacía con ternura pero deseosa de algo mas, se daba cuenta que al fin podía besar un hombre, sin sentir asco.

  • · Está bien- dijo Nancy – pero puedes mejorarlo, sigue intentándolo.

Juan abrazó esos los bellos cuerpos uno de cada lado, acaricio sus espaldas hasta llegar a sus caderas y nalgas, Victoria continuo su labor queriendo cumplir a satisfacción su tarea, mientras Nancy aprovecho para liberar el pantalón de Juan e ir a la busca dentro de la ropa interior de Juan, para hallar al fin el premio que tanto anhelaba, lo encontró ya bien erecto, Nancy mojaba sus labios solo con sostenerlo en sus manos, lo acariciaba y miraba con deseo, lo conocía muy bien y cada vez que lo veía lo llevaba a insospechados mundos de pasión desenfrenada, algo como una droga, que no podía dejar aun cuando sabía que estaba mal, era muy tarde ya, no podía volver atrás, estaba una vez más envuelta en el morbo que le producía hacer un trió, una orgía, en fin una experiencia que la saque de su aburrida monotonía y que llene sus más bajos deseos, en el fondo eso era lo que buscaba, eso era lo que siempre llenaba sus pensamientos cada vez que salía a relucir el miembro de Juan frente a ella.

De pronto Victoria abrió sus ojos y asistió asombrada al jugueteo de las manos de su amante y el pene del hombre al que besaba, había visto antes un pene, pero nunca tan cerca y menos se imagino estar besando al dueño, se separo algo asustada mientras se imaginaba, ¿que se sentiría tenerlo dentro de su ser?, de inmediato quiso quitarse esa imagen de su mente pero su amiga le invito a tomarlo con una mano y le enseñaba como acariciarlo. A Victoria no le desagradó del todo sentir el pene de un hombre en sus manos, lo acaricio y jugó con el algún tiempo mientras besaba a Juan, era algo nuevo para Victoria, aunque había visto películas de sexo explicito con su amiga y habían usado algunas veces juguetes que emulaban el órgano masculino, esto no era igual, se sentía diferente, Victoria empezaba a disfrutar el momento, hasta que Nancy la interrumpió.

  • · Ya es hora mi amor – le dijo mientras se acercaba para besarla en los labios, primero las dos chicas y luego los tres.
  • · ¿Ya es hora de qué?
  • · Vas a probar aquello que te hará muy feliz y te aseguro que después de ello vas a querer repetirlo una y otra vez, cierra los ojos imagina que es un dulce un bombón una golosina la cual disfrutes mas, poco a poco te acostumbraras a su sabor, cuando sientas que llego el momento trágalo todo hasta el fondo, lo más profundo que puedas, mira bien como se hace.

Si  decir más Nancy se lanzo sobre el pene de Juan, pasando su lengua primero de arriba hasta sus testículos, lamiendo suavemente y luego al fin devorando por completo. A Juan le encantaba como Nancy se lo chupaba, ella sabía muy bien cómo hacerlo, tenía bastante experiencia, sabía complacer bien a su amante de turno, sea este hombre o mujer, Nancy saboreaba el miembro completo mientras miraba fijamente a los ojos de Victoria, Nancy siguió sin parar cerca de 10 minutos, dando un enorme placer a Juan, quien se sentía en el cielo en cada momento. Al fin se detuvo Nancy y se dirigió a donde estaba Victoria:

  • · Tu turno cariño– le dijo mientras se separa un poco para dejarla espacio.

Victoria, descendió y repito los movimientos de Nancy, lamiendo primero el pene de Juan, lo sintió, primero sin ningún sabor especial, pero luego pudo encontrar el sabor de Nancy, su saliva, su olor en todo  ese falo, entonces empezó a gustarle y disfruto este nuevo sabor, no podía haber encontrado mejor maestra que Nancy, ella tenía razón, esto era delicioso, lo disfrutaba y Nancy lo veía todo con placer y orgullo. Juan disfrutaba al máximo de tener dos mujeres hermosas tragaban su pene por turnos, lo compartían como buenas amigas, ambas gozaban el sabor en sus bocas mientras se tomaban su tiempo para besarse entre ellas, cada vez que podían hacerlo. Nancy tenía su sexo completamente húmedo y no podía ocultarlo, chorreaba sus jugos y Victoria lo sabía, hace rato que se había dado cuenta y se moría por probar una vez más ese sabor que la tenia extasiada.

  • · Amor no aguanto más – dijo Nancy mientras se levantaba – necesito que me penetres.

Nancy se levantó, abrió sus piernas y las cruzo por las caderas de Juan dejando su jugoso sexo abierto para ser penetrado, bajo con cuidado pero sin prisa, mientras sentía como poco a poco el pene de Juan encajaba perfecto en su vagina, miró de reojo a Victoria dejando escapar gemidos de placer, Victoria se acerco y la besó con furia, mientras cabalgaba un buen rato. Nancy adoraba esa posición le gustaba ser penetrada por completo, disfrutó al tiempo a Victoria manoseándola completa mientras Juan la penetraba, después de un buen rato cambió de posición, se puso de espaldas en cuatro sobre el sillón indicando que quería ser penetrada por detrás, Juan no esperó, entro fácilmente en su sexo húmedo, entraba y salía mientras Victoria solo asistía asustada, viéndose ella en esa posición, que debía hacer no podía echarse atrás, al fin Nancy quedó rendida retorciéndose con espasmos de un orgasmo único, solo alcanzó a decir es tú turno, Juan se sentó nuevamente sudoroso esperando repetir la misma escena, pues Victoria tenía que repetir lo aprendido, entonces esta se movió lentamente, abrió las piernas y se sentó sobre Juan lentamente. Juan sintió su estreches, por mas húmeda que estaba era muy difícil para él entrar, apareció Nancy para salvar la situación, tomo el pene de Juan y se lo llevo a su  boca, lo humectó bien y luego lo puso en la entrada de Victoria, empujo lentamente y esta cedió, Juan entró ajustado, pero al fin pudo penetrarla, Victoria no podía creerlo, dolía un poco, pero aun así no desistió, al poco rato su sexo se acomodo al miembro y desapareció el dolor, empezaba el placer, un placer nunca antes conocido por ella, suave y delicioso que le llenaba lentamente.

Juan se dejo hacer, muy lentamente Victoria subía y bajaba, incrementaba su velocidad hasta que de pronto llego aquello que para Victoria fue como una explosión, un orgasmo sin mucho esfuerzo era la primera vez con un hombre, después de eso Victoria perdió el control, estaba extasiada siguió moviéndose, gimiendo y disfrutando, cambió de posición sin ningún problema, estaba en otro mundo, un mundo de placer, sin inhibiciones, poniéndose en posición en cuatro también lo disfruto mucho y dejo que su amante la poseyera, esta vez Juan penetraba sin compasión, el sexo de Victoria era un mar, que aguataba todos los embates de Juan, este estaba a punto de terminar, Nancy se percato de esto y apareció para evitarlo, saco el pene del interior de Victoria y se lo llevo a la boca, lo limpió de todos los jugos que lo rodeaban, luego se puso de rodillas y lamio los jugos que brotaban de Victoria, a esta le encantó y al rato lanzo alaridos incontrolables de un orgasmo insostenible todo esto mientras retorcía su cuerpo como una poseída, Victoria continuaba en la posición en cuatro mientras Nancy se encontraba lamiendo aun los jugos de su amiga desde atrás, aprovechó esta posición para ir mas arriba y humectar la entrada trasera de Victoria, un agujero por demás pequeño que se notaba no había tenido experiencia anterior.

Victoria se recupero y sintió esa sensación nueva en sus entrañas, no sabía cómo sentirse, el cosquilleo en su ano era extraño para ella no era desagradable pero si algo incómodo, no sabía cómo actuar, había escuchado de ese tipo de placeres pero jamás lo había intentado, quiso rechazarla primero pero luego cambio de opinión, de pronto sintió un estremecimiento en sus partes bajas que jamás había sentido, Victoria dudo pero luego se dejo hacer, después de todo Nancy le había mostrado ya placeres muy satisfactorios y no tenia porque ser diferente esta vez.

Nancy alzo la mirada a Juan quien sudoroso entendió la intención de esta, - llego el momento – dijo Nancy hazlo con suavidad, tomo esta el pene ardiente de Juan con su mano izquierda y lo saboreo, humecto como solo ella sabía hacerlo y luego lo llevo a la entrada trasera de Victoria, parecía  una tarea imposible, Victoria quiso arrepentirse, pero Nancy la detuvo se acerco lentamente y la beso apasionadamente dándole fuerzas para lo que venía Nancy la convenció de ser fuerte y soportar, - después de esto serás una mujer completa- le dijo. Victoria acepto y cedió a los intentos de Juan para penetrarla, al fin entra algo de su glande y el acto desgarro a Victoria, esta cerró los ojos y espero, sintió como poco a poco iba abriéndose paso aquel trozo de carne que antes le había dado placer, ahora ardía, dolía, como nada antes. Nancy se acerco la beso y le dijo – eres muy valiente ya casi termina.

Al fin Juan estaba adentro, en un agujero completamente ajustado pero extasiado por lo delicioso de esa abertura, ahora empezaba a moverlo poco a poco mientras Victoria iba dilatándose, ajustándose a la nueva sensación. Nancy de inmediato se puso frente a Victoria, le abrió las piernas, a Victoria le fascino el olor del sexo húmedo frente a su rostro y de inmediato empezó a saborearlo, reconoció entre sus fluidos el sabor de Juan, saberse penetrada mientras hurgaba con su lengua buscando el sabor de su amante era una sensación única, de pronto el dolor desapareció, empezaba a nacer el placer el deseo sin freno, algo único, algo como una droga a la que tenía que aferrarse para seguir viviendo.

Sus cuerpos jugaron y disfrutaron mientras Juan entraba y salía de los agujeros de Victoria hasta no poder más. los gemidos y gritos de ambas chicas se confundían cada vez que llegaban a espectaculares orgasmos, al fin Juan sudoroso y sin fuerzas no pudo más y vació abundante semen sobre las bocas de sus compañeras, Juan cayó agotado sobre el sofá mientras las dos chicas se abalanzaron sobre él limpiando con sus bocas todo resto de semen que haya quedado, las dos eran insaciables y no pararon hasta bañarle todo el cuerpo de Juan con sus salivas, en algún momento Juan quedo inconsciente de tanto placer, cansado por la jornada las chicas pronto sucumbieron entre caricias y besos. Descansaron al fin una las dos amantes una de cada lado. Pronto el amanecer y las primeras horas de la mañana pasaron sin que nadie se despertara.

Juan fue el primero en despertar cerca de las 10 a.m. Juan estaba acostumbrado a madrugar aun cuando tuviera una mala noche no podía quedarse demasiado tiempo en la cama, una vez que su cuerpo detectaba la luz del día, no conciliar mas sueño, observó a su alrededor y vio a sus dos amantes durmiendo plácidamente en su regazo, eran hermosas las dos, desnudas con sus cuerpos perfectos entrelazados, podría ser un sueño para cualquier hombre, pero no para Juan quien muchas veces había despertado en condiciones similares, esto era como una droga para él, una vez que empezaba no podía parar tenía que seguir una y otra vez buscando mas placer, tenía que tomar una decisión respecto a lo que estaba haciendo, se levantó con cuidado, tratando de no despertar a las chicas y las dejó abrazadas entre ellas.

Juan tomo una ducha, se vistió y salió con mucho cuidado para no despertar a nadie, no sabía hacia dónde dirigirse o que hacer, al principio camino un poco tratando de pensar, luego regresó y tomó el auto que había dejado en el parqueadero de la oficina, ahora quería alejarse para poder aclarar mente, quería ir muy lejos, lo más lejos que pudiera, alejarse de toda esta realidad que le atormentaba, huir de el mismo aun cuando fuera imposible.

CAPITULO 6

Amor de verdad

Victoria despertó no sabía qué hora era pero debía ser bastante tarde ya, al principio sintió culpa por lo que había hecho, se sentó al filo del sofá y pensó, pero de pronto las manos suaves de Nancy la recorrieron la espalda, esta se acerco por detrás la apretó con sus brazos y la beso suavemente.

  • ¿No me digas que te vas arrepentir? – hablo al oído, como si hubiera leído sus pensamiento.
  • · No, es eso – dijo Victoria, me encantó.
  • · A mí también, pero aún hay mucho que podemos hacer juntas, ya eres toda una mujer, ahora vamos a disfrutar lo mejor que tiene la vida, el sexo.

Los dos cuerpos preciosos se enlazaron en profundos besos y encendieron en Victoria nuevamente su lívido, pero Nancy tenía otros planes.

  • · Ve a tomar una ducha – dijo Nancy -  quiero que me ayudes con algo, es una sorpresa que quiero darle a mi novio, ponte muy linda vamos a disfrutar esto.

En la oficina de junto Federico también se había levantado con un fuerte dolor de cabeza, después de la noche de alcohol que tuvo, no recordaba bien lo que había pasado, todo era como un sueño, y Nancy no estaba a su lado, ¿qué había pasado? Tenía la impresión que algo malo había pasado, de pronto la puerta se abrió y la imagen desnuda de Nancy apareció, la había visto muchas veces desnuda, la había poseído muchas veces, pero hoy lucia diferente, estaba radiante con un rubor que nunca había visto antes en ella.

  • · Está muy linda – al fin dijo.
  • · Gracias, ¿recuerdas lo que paso a noche?
  • · No.
  • · Bueno, no importa, cuando lo recuerdes me avisas, por ahora quiero que sepas algo.
  • · ¿Qué cosa?
  • · Te amo, y te perdono lo que pasó, solo quiero que llegues a entenderme por todo lo que he pasado, y para eso quiero hacerte un regalo.
  • · ¿Un regalo? Y ¿qué será?
  • · Ya lo verás – Nancy se acerco arrodilló frente a Federico, mientras bajaba la cremallera le preguntó.
  • · ¿Tú me amas?
  • · Si.
  • · Y ¿eres capaz de comprenderme, satisfacerme en todas mis necesidades?
  • · Pues… creo que sí, ¿estás hablando de sexo?
  • · Creo que sí.

Nancy fue directo al pene de Federico, lo conocía muy bien, lo tomó con ambas manos, lo acaricio y se lo metió a la boca como a él le gustaba.

  • · Bueno sabes que eso me gusta mucho, pero ya me lo has hecho muchas veces, ¿cuál es el regalo? – le dijo.
  • · Eres un desagradecido.
  • · Está bien, hazlo, sabes que me gusta.

Cuando Nancy logro una erección de Federico se retiró mientras reía divertida.

  • · ¿Es una broma? ¿ese es tu regalo?
  • · No. Ya puedes pasar –le dijo a Victoria que esperaba tras la puerta.

Victoria entró lentamente, caminó totalmente desnuda, mientras Federico se quedó sin habla.

  • · Pero ¿qué significa esto?
  • · Este es mi regalo para ti, mira esta preciosura, es el tipo de chica que te gusta ¿verdad?, carita de ingenua y cuerpo bien proporcionado, no le falta ni le sobra nada, el tipo de mujer que te quedas viendo en la calle.
  • · No es cierto, yo jamás he visto a nadie más que a ti.
  • · Bueno, yo se que te gusta y cuando ella te haga todo lo que a ti te gusta lo vas a disfrutar.
  • · Pero tú… ¿estás de acuerdo con esto? ¿No te molesta?
  • · Claro que no, tonto, me encanta verte disfrutar, es una fantasía que tengo hace tiempo, me excitaría mucho ver como penetras a otra chica, claro siempre y cuando yo la elija para ti.
  • · Woauw, jamás me imagine que pensabas así.
  • · Y aun hay más que debes conocer de mí.

Nancy se paro frente a Victoria y la besó frenéticamente en la boca, jugaron por un buen rato su lenguas, mientras sus manos jugaban sobando sus pezones y nalgas.

  • · Esto es fantástico, porque no me habías dicho antes - dijo Federico – mi novia es una perra – volvió a pronunciar en un tono muy bajo.

Al fin Nancy soltó Victoria y la insto a acercarse a Federico, este solo esperó sentado con su miembro duro como una roca y apuntando al cielo, Victoria lo beso despacio tratando de entender estos nuevos carnosos labios, ya no sentía ningún desagrado, ahora solo curioseaba, su mente estaba llena de incógnitas cada vez que pensaba en un hombre nuevo, ¿cómo será esta vez? ¿A que sabrán sus labios? ¿Cómo será este nuevo pene?, ¿que se sentirá tenerlo dentro? ¿A que sabrá este nuevo semen?, pronto todas sus preguntas quedarían despejadas, mientras más se apresure con su nuevo amante, mejor será su experiencia, se decía a ella misma.

Victoria bajo lentamente besando el pecho desnudo de Federico, hasta llegar a su pene, lo agarró con ambas manos y se lo metió a la boca, tratando de saborearlo de a poco, cerró los ojos mientras se sentía extasiada por los olores de un nuevo amante, ahí también podía encontrar el olor a Nancy que se confundía de nuevo y que la excitaba aun mas, ese olor era símbolo de lujuria, solo entonces podía despojarse de todo prejuicio, ahora era un animal sediento de sexo, esperando ser satisfecha.

Nancy se acerco y posó una de sus manos en las nalgas de Victoria, jugueteaba con sus curvas hasta llegar a su ano, entonces introdujo uno de sus dedos, entonces tomo con su otra mano el rostro de Federico y lo beso, saco la mano derecha de su amante y se lo llevo a la boca, luego hizo lo mismo, pero esta vez coloco su dedo en la boca de Federico quien saboreo ese delicioso sabor. Nancy tenía una sonrisa maliciosa, pensaba que hace rato ese mismo agujero había sido llenado por uno de sus mejores amantes, Juan, ahora lo saboreaba con la persona que amaba, haciéndolo participe de sus bajos instintos, al fin era ella misma y no le importaba mostrarse como era, repitió el mismo procedimiento con sus dedos ahora en la vagina de su amiga, su boca y la de Federico, hasta que sintió que se inundaba el sexo de su amiga con borbotones de placer de un pequeño orgasmo. – Es hora - dijo Nancy, quiero que la penetres y le des lo mejor de ti. – Si mi amor dijo – Federico Extasiado.- lo que tú digas.

Victoria no perdió el tiempo, en un ágil movimiento se incorporó y colocó sus piernas alrededor de las caderas de su amante, el sexo de Victoria recibió fácilmente el duro pene que entraba sin compasión y sin oposición, resbalaba hacia sus entrañas desbordando alegría y entonces detono otro orgasmo con gemidos sin control, Victoria ahora estaba poseída iba de arriba abajo sin control, gritando y gimiendo de placer.

  • · ¿Te gusta amor? – preguntó Nancy
  • · Claro que si  - los ojos desorbitados de Federico no atinaban mas pensamiento, solo el placer de estar entregándose a otra mujer justo en frente de la que amaba.
  • · Maravilloso, estoy muy excitada, te amo tanto y quiero que me entiendas, como tú, también tengo necesidades, no quiero que dudes nunca de mi amor, como yo no lo hago del tuyo, solo nos damos placer.
  • · Si amor, si – murmuro Federico
  • · ahora vengo no dejes de disfrutarlo.

Nancy aprovechó el momento, para salir de la oficina, se colocó una bata que tenia para esas ocasiones y se dirigió a la recepción, hace rato que había escuchado pasos y era lógico con tanto ruido que hacían dentro, salió y se encontró a Carlos con cara de asustado sin saber qué hacer, no entendía que pasaba ni donde se había metido Victoria, quizás estaba en problemas, estaba a punto de botar la puerta cuando salió sonriente Nancy con su bata blanca.

  • · Que es lo que está pasando ahí donde esta Victoria.
  • · Tranquilo, tranquilo todo está bien, ¿tú cómo te llamas?
  • · Carlos, como quieren que esté tranquilo no encuentro a Victoria por ninguna parte.
  • · Mira Carlos Victoria está bien, hemos hablado con ella y llegamos a un acuerdo, en realidad creo que hemos establecido una buena amistad pero ven, tomate algo que tienes una cara terrible.
  • · Si, no he dormido bien. Pero quiero verla ahora.
  • · ¿Quieres tomarte un café o algo? En seguida la vamos a ver, ahora está compartiendo con Federico él es mi novio, hace poco Victoria conoció a Juan y a mí, Nancy muchos gusto, conversamos y compartimos un buen rato con Victoria, quiero que tu también te nos unas, nos hagamos amigos claro si tú lo quieres.

Carlos miro fijamente a Nancy, una hermosa mujer con cabellos negros crespo que caían libremente una carita de ángel que no tenia igual, no había razón para pensar que le estaba mintiendo, su sonrisa cálida y esos labios carnosos eran una delicia cuando decían palabra alguna, Carlos soltó una sonrisa

  • · Está bien seamos amigos vamos ¿donde está Victoria?
  • · Genial, quiero mostrarte algo, ven conmigo – caminaron por el pasillo hasta llegar a la primera puerta, ahora se oían más fuertes los sonidos dentro de la oficina.
  • · ¿Qué está pasando ahí?
  • · Ven, ven asómate a la puerta y míralo tú mismo. –Así lo hizo.

Carlos, no podía dar crédito a lo que veía, Federico y Victoria habían cambiado de posición, ahora ella le daba las espaldas mientras él estaba sentado al filo del sofá penetrándola por detrás, ninguno de los dos podía ver tras de ellos en la puerta, un Carlos rojo como un tomate a punto de explotar, solo quería lanzarse frente a Victoria y pedirle una explicación, pero Nancy lo sujetó como pudo.

  • · ¿Qué diablos están haciendo?- increpo Carlos- se supone que ella y yo, no puede ser.
  • · Tranquilo te dije que estaba compartiendo un buen rato con Federico mi novio.
  • · ¿Pero qué te pasa?, ¿dices que es tu novio?, ¿cómo le permites hacer eso frente a tí?
  • · Yo se que él me ama, solo esta divirtiéndose un rato.
  • · No puede ser.
  • · Si tu quieres también podrías hacerlo –En ese momento Nancy se despojo rápidamente de la bata que era lo único que le cubría.

Carlos la miro de lado sin entender a la primera lo que estaba pasando, Nancy paso junto a él moviendo sus curvas sin compasión.

  • · ¿Qué esperas te vas a quedar ahí solo viendo?, bueno, si así lo prefieres está bien.

Nancy paso junto a la pareja que disfrutaba y los acaricio a ambos, beso a Federico y le dijo:

  • · Ya estoy aquí, ahora están equilibradas las cosas. –Nancy pasó y se sentó en el sillón de al frente, a mirar el espectáculo, Victoria abrió un rato sus ojos y la miro con lujuria.

Nancy se sentó y cruzo las piernas, mientras Carlos se acercaba lentamente, Nancy lo llamaba solo con su mirada, ni Federico ni Victoria se percataron de la presencia de Carlos, aun estando al frente de ellos, luego avanzo unos pasos y se paro postro delante de Nancy tímidamente, mientras ella sin ninguna contemplación paso a despojarle de las ropas que Carlos traía encima, hasta llegar a lo que le interesaba, Nancy encontró un pene semi-flácido, lo acaricio con sus dos manos. De pronto Federico abrió sus ojos y observo lo que estaba pasando frente a él, quiso reaccionar pero Victoria no se lo permitió esta pedía mas y mas. Nancy miro a los ojos a Federico dándole a entender que todo estaba bien, no había porque preocuparse, le lanzo un beso a lo lejos y a este no le quedo otra que asentir sin ganas.

Nancy entendió entonces que Federico le daba su aprobación para continuar, entonces empezó a masajear el pene de Carlos que para ese entonces ya estaba muy duro, decidió pasar lentamente su lengua mientras este se estremecía, Nancy procedió como ella sabía, succionando y saboreando este pene como una loca. Siempre había sentido fascinación por  saborear nuevos miembros, ella misma se creía una experta, ya hace años en la universidad  ella se hizo famosa pues se ofrecía a chupárselo a cualquiera que le requiriera, según decía solo ofrecer una mamada no le hacia una perra, solo lo hacía por placer, sabía muy bien como dar placer a su amante de turno, Carlos regreso su vista y se encontró con la mirada de Victoria quien ahora le sonreía dando también su aprobación.

Justo en ese momento Victoria le pedía a Federico que la penetre por detrás, sus quejidos no paraban y eso excitaba aun mas a Carlos quien hubiera querido ser él quien de placer a Victoria, pero no importaba quizás más tarde podría cumplir su sueño, claro si lograba aguantar la boca de Nancy, algo muy difícil, ella sabía muy bien como complacerlo, al poco rato Carlos comenzó a retorcerse señal inequívoca que estaba a punto de terminar, justo en la boca de Nancy, era un sueño para Carlos y no lo dudo, arrojo un gran chorro de semen en la boca de Nancy, esta lo recibió completo, y exprimió el  miembro hasta dejarlo vacio por completo, hasta que no quedara ni una gota de este delicioso brebaje que Nancy tanto disfrutaba.

Entonces se levanto aun con semen en su boca caminó con dirección a Victoria, al encontrarla la beso con fuerza mientras compartían el semen de su amigo, Carlos cayo rendido en el sofá mientras Federico daba signos de no resistir mas, Nancy retiro a Victoria y juntas se arrodillaron para recibir el semen de Federico, este término en la cara de Victoria quien saboreó el nuevo semen, Victoria estaba extasiada con el liquido y ese calor el su boca, pero aun mas cuando lo compartía con Nancy su amante incondicional.

Federico cayó rendido en su sofá, las chicas se divirtieron un rato más y luego fueron con sus respectivas parejas.

  • · ¿Te gusto amor? – dijo Nancy ahora abrazada a su amor y recostados en el sofá, al frente de ellos la otra pareja.
  • · Si me gusto mucho, Victoria es una excelente amante.
  • · ¿Más que yo?
  • · No tanto, pero me gustó mucho y tienes razón ahora te amos más que antes, me gustaría repetirlo.
  • · Claro que si amor no te preocupes, tenemos todo el día para divertirnos.

Al frente la otra pareja también hablaba amenamente.

  • · Vamos Carlos,-dijo Victoria- desvístete completamente no tengas vergüenza, me gusta tu cuerpo.
  • · Está bien, pero...
  • · Ahora somos pareja recuerdas.-Aclaro Victoria
  • · ¿En serio? Qué bueno es mi sueño hecho realidad.
  • · Voy a darte un adelanto, aun tienes algo de semen por aquí, te voy ayudar con eso. -  Carlos se recostó y Victoria fue sobre el haciendo un 69.

Victoria limpió los restos de semen de su compañero con mucha paciencia, pero no logro una erección, Nancy lo había dejado completamente vacío, pero en cambio Carlos si pudo sacarle un orgasmo a Victoria, pasando su lengua una y otra vez sobre su clítoris, hasta que estalló con sus líquidos justo en la cara de Carlos. Este era su sueño hecho realidad al fin había dado placer a la mujer que había amado toda su vida, Carlos se sentía extraño, como en un sueño, quizás esto no estaba pasando, era demasiado bueno para ser real, pero tenía miedo de despertar y ver que todo había sido un sueño, en menos de una hora había estado con dos mujeres hermosas y una de ellas era el amor de toda su vida, ¿cómo podía pasarle esto él? Su vida sexual antes de hoy había sido muy desafortunada, con pocos encuentros y todavía menos parejas, siempre pensó que su propia fisonomía era una desventaja, no era considerado feo pero si carecía de atractivos especiales, era demasiado flaco, pensaba, su piel demasiado pálida. Su cabello castaño y ojos claro era un punto a su favor, pero no demasiado, las chicas preferían chicos atléticos bien formados, pensaba siempre que estas cosas nunca le podrían pasar a él, aun que siempre las había soñado.

Al final las dos parejas quedaron dormidas descansando sobre sus respectivos sofás, entrelazados sus cuerpos desnudos, descansaban sin sentido del tiempo y todo aquello que les rodeaba, eran felices era lo único que importaba, al fin el amor de verdad se respiraba por cada uno de sus poros sin nada que lo detenga.

CAPITULO 7

Un grupo de amigos

Justo cuando Juan daba vueltas por el centro de la ciudad sin rumbo aparente, entró una llamada a su celular, no tenía ganas de contestar a nadie, a menos claro que sea Michelle, cosa que no pasaría, estaba seguro, el estaba consciente de eso, además el tono del teléfono no era el correcto. Al fin Juan paró junto a un puesto de hotdogs, tenía hambre, mientras digería algo de comida revisó su celular para revisar quien lo había llamado, cuando vio la pantalla se sorprendió, era Elizabeth, era muy extraño que ella lo llamara, debía haber pasado algo grave, no lo dudo mas y marcó el numero para devolver la llamada.

  • · Hola Elizabeth, ¿me habías llamado?
  • · Hooola Juan ¿como estas? -una voz adormitada respondió
  • · ¿Paso algo?
  • · No mi amor nada, es que, imagínate que me acordé de ti, pues como ayer nos encontramos pensé que íbamos a pasar un buen rato, pero cuando te deje te vi muy mal, no sabía que te pasaba.
  • · No te preocupes, estoy bien.
  • · Hummm con esa respuesta me dejas más preocupada.
  • · Bueno que te puedo decir.
  • · Si quieres nos vemos hoy y conversamos, es más, porque no te vienes, estamos en la casa de Ricardo, tuvimos una pequeña fiesta y podríamos pasarlo bien.
  • · Bueno, también tuve una pequeña fiesta, pero en mi oficina, si quieres mejor nos vamos para allá, ¿qué opinas?
  • · Estupendo, para serte franca me parece mejor idea, ya me canse de estar aquí, y ¿será que puedo llevar unos amigos?
  • · Pero por supuesto que sí, armamos una de esas fiestas fenomenales.
  • · Así es y recuerda que tú y yo tenemos algo pendiente.
  • · Claro que lo recuerdo, dime entonces por donde te paso viendo.
  • · Ahora te paso la dirección.

Juan conocía la dirección de Ricardo pero la confirmo una vez más con la vos de Elizabeth, salió de inmediato a recoger a sus amigos, parecía haber olvidado los problemas que hace poco parecían importarle demasiado. Juan era así siempre huyendo de sus problemas, aferrándose como una droga a cada experiencia que le hiciera olvidar la vida real, cada momento era una experiencia nueva que debía experimentar lo demás no importaba, el sexo lo segaba y más si era con alguien nuevo, conquistar, seducir, la lucha incesante entre el hombre y la mujer, mentir hasta llegar a la cama era uno de sus entretenimientos, era un fanático del comportamiento psicológico, especialmente de las mujeres, solía apostar con sus amigos que se podía acostar con cualquier mujer, solía ser muy arrogante y le encantaba los juegos de la mente en los que sabía que podía salir como un ganador, pero todos eso parecía haberlo dejado, cuando conoció a Michelle, ella indudablemente lo había cambiado, aun sin que ella lo supiera, pero Juan si, el estaba seguro que su vida ahora era diferente, mejor.

No obstante pero ahora no había nadie que lo detuviera Michelle parecía haberlo dejado definitivamente, Juan los interpretó como un paso a la libertad, entonces no quedaba más que apretar el acelerador y rendirse a sus instintos, ahora tenía metido en su cabeza a Elizabeth una hermosa mujer, todo una diosa de placer, con su cabello lacio rubio y su metro ochenta de altura podría haber sido una modelo exitosa, pero sus padres casi la obligaron a seguir una ingeniería en la universidad, para ella no fue difícil, aquella carita de ángel con facciones finas y ojos celestes eran solo la fachada de una inteligente mujer, a la que no le hacía falta estudiar mucho para tener siempre las mejores notas. Quizás esa habilidad, le permitía tomarse con ligereza sus estudios y dedicar más tiempo a otras actividades, más excitantes para ella, era la chica más popular y siempre estaba invitada a las mejores fiestas. Elizabeth faltaba a clases constantemente, pero nunca le hizo falta.

Su popularidad no solo era por su destreza académica sino también  especialmente por la ropa que llevaba, siempre vestía muy sexy provocativa, con escotes muy pronunciados o faldas muy cortas, su característica principal era que nunca llevaba ropa interior, no le gustaba, le estorbaba, y como ella decía le mantenía preparada para muchas oportunidades que se le presentasen, Elizabeth era todo un espectáculo para los chicos, sobre todo cuando iba con una falda corta y subía escalones o se sentaba a las clases, aun si no hiciera esto, su figura sin igual se hacía notar donde quiera que fuera, hace años se había operado los senos, aunque no le hacía falta se aumento dos tallas, pues según dijo le iban bien con las caderas pronunciadas que tenía, y sus nalgas bien levantadas, otra importante característica era que toda fiesta a la que asistía siempre la terminaba con sexo, le gustaba por igual hombres o mujeres, le apasionaba el sexo con más de una persona, no era mujer de una sola relación, la pareja que tuviera en ese momento debía respetar sus gustos y compartirla con su amante de turno, a cambio ella le permitía el lujo de ser su pareja oficial.

Juan la conoció hace tiempo en una conferencia, le llamo la atención su forma de vestir y su personalidad, de inmediato establecieron una amistad, Elizabeth era una persona fácil de tratar, con un carácter afable y muy comunicativa, pero no fue sino hasta tiempo después en que coincidieron en una fiesta en casa de Ricardo, Elizabeth estaba con muchos otros acompañantes, ella era suficiente para armar una fiesta sola, pero siempre era muy cotizada por sus amantes, ese las condiciones no se dieron para que Juan pueda compartir con ella, no porque no quisiera, sino por la fila interminable de hombres que esperaban para obtener un poco de sus favores y las circunstancias mismas que envolvían el momento, Elizabeth era de las que no negaba sus amores, era una fanática de la satisfacción a su pareja de turno, esta era la vida soñada para ella, pasaba de un cuerpo a otro, sin más, obviamente tenía muy bien elegida sus amistades y solo con ellas compartía, si bien podías establecer una estrecha amistad con ella, para ser su pareja o alcanzar alguno de sus favores debías pertenecer a su selecto circulo.

Elizabeth no era una chica como cualquier otra, pertenecía a una de las mejores y reconocidas familias del país, pese a que sus padres ya no residían mas ahí y casi siempre estaban viajando, estos le pusieron a su disposición las mejores universidades del exterior, pero Elizabeth prefirió quedarse sola y estudiar en una Universidad local, solo porque así podría vivir su vida a su manera, sin que nadie la molestara. Juan llevó algún tiempo de amistad con Elizabeth antes de conocer su lado sexual, para Juan fue toda una sorpresa encontrar a Elizabeth en las fiestas que el acostumbraba a frecuentar, por supuesto le hubiera gustado estar con ella, pero sintió era muy difícil entrar al círculo de Elizabeth, Juan aprovecho su amistad con esta y le increpo al respecto pero ella le aseguro que tal cosa no existía y le prometió darle exclusividad la próxima vez que se encontraran, esta era la gran oportunidad que Juan esperaba, poder compartir con esta mujer tan cotizada.

Al poco rato Juan llegó a la dirección en la cual se localizaba la casa de Ricardo, esperó en las afueras de un conjunto residencial de casas muy exclusivas de la ciudad y por tanto tenía muchas seguridades para acceder, por tal razón Juan prefirió no intentar entrar y prefirió llamar a Elizabeth para informar que la estaba esperando. Al poco rato apareció la hermosa rubia por la puerta principal caminaba ligera y confiada, llevaba el mismo vestido rojo sexy de la noche anterior con unas botas altas y un escote delantero muy pronunciado, su figura se movía con seguridad, contorneando todas sus curvas al caminar, su cabello lucía mojado, como si acabara de darse una ducha su rostro irradiaba felicidad, no le hacía falta usa maquillaje era hermosa al natural, al caminar todas las miradas se dirigían hacia ella, Juan tenía clavada la mirada en esta mujer, no pudo notar sino hasta estar muy cerca, que había un grupo que le seguía por detrás, pudo diferenciar a Andrea una de sus mejores amigas, su novio, Janeth la chica que le había causado el problema a noche, otra chica que no conocía, mas atrás Ricardo el dueño de casa. Saludaron todos y mientras Ricardo lo increpo.

  • · ¿Cómo es esto? ¿te llevas a mis hermosas chicas?
  • · Son ellas las que quieren irse, ¿qué fue lo que les hiciste?, -rio alegremente.
  • · Yooo
  • · No cariño, no pasa nada, pasamos una noche estupenda pero ya tenemos que irnos – intervino Elizabeth – sabes que no me gusta permanecer mucho tiempo en un solo sitio.
  • · ¿Bueno pero es que tú no vas? – Pregunto Juan a Ricardo.
  • · Claro que no, aun tengo visitas en casa, esto pinta para largo.
  • · Estupendo si te interesa te esperamos en mi oficina tú conoces donde eso.
  • · Claro, yo te aviso, pero quedo muy inconforme que prefieran la oficina de Juan a la incomodidad de mi casa.
  • · Amor, tenemos que darnos tiempo para todos nuestros amigos, ya a Juan le debía una, y tu sabes que no soy escogedora de los lugares, lo importante es pasarla bien. – intervino Elizabeth.

Se despidieron y subieron al auto, en el asiento junto al conductor, estaba Elizabeth que ni bien partieron tomó la palabra.

-         No veía hora que podamos salir de ese lugar.

-         Pero ¿qué pasó no les fue bien?

-         Todo estuvo bien, pero tú sabes cómo soy respecto a la gente que no conozco, había mucha gente desconocida y tuvimos que batirnos toda la noche tratando de evitarlos.

-         Pues yo la pase bien – dijo Héctor el novio de Elizabeth.

-         Claro tu como te revuelcas con cualquier chica que conoces, pero ni te me acerques a mi hoy. – reprocho Elizabeth.

-         Yo conocía a algunos chicos de ahí. – agrego Janeth

-         Haaa pero tú tampoco es que tengas una excelente reputación – aclaro Andrea.

-         Hay preciosas no mejor que las suyas.

-         Ya basta, no me hablen de esas cosas me da mucho que pensar en lo que me estoy metiendo. – la voz de la nueva chica, desconocida para Juan sonó fuerte

-         Pero miren que no conozco a esta preciosura, alguien podría presentármela – dijo Juan –

-         Perdóname, mi falta de cortesía, Érika una amiga de la familia, está pasando aquí sus vacaciones es de Colombia, pero vive en estados unidos es muy amiga de mis padres y le mandaron acá para sus vacaciones y claro yo como buena anfitriona la estoy llevando a conocer la diversión de la ciudad –Elizabeth sonrió con un guiño de su ojo izquierdo.

-         Pues déjame decirte que es muy linda tu amiga, espero que la pases muy bien aquí.

-         Pues eso espero, aunque jamás había estado antes en estas andanzas, por ahora nada mal, jamás me imagine que por acá las cosas fueran así.

-         Bueno tengo hambre es casi medio día – soltó Elizabeth.

-         Que les parece si pasamos por unas pizzas y les llevamos a los muchachos en la oficina que deben tener hambre también.

-         Si estamos de acuerdo. – respondieron todos.

-         Entonces vamos – termino Juan

Juan dirigió su auto a un lugar cercano de pizzas que conocía, mientras discurrían conversaciones de lo más amenas respecto a la noche pasada, los muchachos discutían alegremente como si se conociesen de toda la vida todos formaban un grupo de amigos de lo más singular, llenos de vida y con ganas de pasarlo bien, llegando hasta los limites menos explorados.

CAPITULO 8

Viejos amigos

En la oficina las dos parejas dormían plácidamente, en los respectivos sofás en que encontraban entrelazados los cuerpos desnudos, de pronto algo despertó a Victoria y casi al mismo tiempo Nancy y Federico, eran ruidos de alguien entrando a la oficina, lo hacía tranquilamente sin prisas y obviamente tenia llaves para hacerlo.

-         Debe ser Juan, no se preocupen.- Dijo Nancy.

-         Pero que va a pensar Juan si nos ve así – dijo Federico, Victoria sonrió sospechosamente.

-         No pasa nada, a mí ya me ha visto antes así –aclaro Nancy con serenidad.

-         Cada vez me doy cuenta que te conozco menos – soltó Federico con un ademan de enfado.

-         Amor, ya hemos conversado de esto, prefieres ¿qué te mienta?

Estaban en la discusión cuando sintieron que se abría la oficina de junto y alguien entraba, Victoria se levanto – tengo que ir al baño – dijo mientras tomaba la bata de Nancy y se la colocaba – si vez a Juan dile que venga – dijo Nancy haciéndole un guiñó,  Nancy sabía muy bien que las intenciones de Victoria no era ir al baño, sino buscar a Juan, es que Victoria había despertado un lívido que no podía controlar y que mejor si lo desataba con su primer amante, esperaba poder ser poseída nuevamente, necesitaba de su droga y no podía esperar que su pareja se recupere de su anterior encuentro, así que sin dudarlo fue en busca de Juan, entro con cautela y en silencio a la oficina, no veía a nadie, pero escuchaba pasos, ¿dónde estaba? El baño estaba cerrado, ¿qué hacia? ¿Volvía a repetir la misma escena de a noche? ¿Se metía al baño y esperaba a que el entrara? Esta vez no pensaba poner resistencia, deseaba que pase, al fin se decidió iba a tomar la iniciativa, iba a pedirle que la poseyera, no podía esperar más, escucho unos ruido tras el escritorio ahí debía estar.

-         ¿Juan eres tú? – soltó dijo casi susurrando

-         ¿Quién está ahí? -Respondió una voz femenina a Victoria le resulto familiar, pero no recordaba de donde, definitivamente era una silueta femenina, que de inmediato dio vuelta y enfrento a Victoria.

-         ¿Michelle? Tú… tú… que haces tú aquí – Victoria estaba pálida.

-         Yo te puedo hacer la misma pregunta, esta es mi oficina, que haces tú aquí y vestida así, si es que se puede decir vestida. No lo puedo creer, creo que ya estoy entendiendo, es un cerdo, dime desde cuando te acuestas con él, anda responde –Victoria no podía dar crédito a lo que pasaba, quería salir corriendo pero sus piernas no le respondían, estaba congelada, no podía pronunciar palabra.

-         Yo, solo –al fin soltó.

-         No me digas nada, ese Juan es lo peor que me a pasado en esta vida y yo como tonta siempre le creí todo lo que me decía, no puede ser –Al fin Victoria pudo recuperar la compostura, se sentó cerca al escritorio, respirando pronunciadamente, hasta poder digerir lo que estaba pasando y soltar palabra.

-         ¿Conoces a Juan? –dijo Victoria con un tono conciliador

-         Que si lo conozco, ese maldito hasta ayer era mi novio y socio para colmo yo como siempre tan tonta….

-         No puede ser, esto no puede estar pasando.

-         Si, te entiendo quizás a ti también te engaño.

-         En realidad no, no me ha engañado, me dices que hasta ayer era tu novio yo apenas lo conozco desde anoche.

-         Ah ya veo y tan fácil te llevo a la cama, no puedo creer que seas de esas chicas y este bastardo ni siquiera espero un día para buscarse una nueva amante.

-         No, soy de esas chicas nunca lo fui y tú lo sabes, aun cuando tú me dejaste, ¿es que ya no recuerdas lo que paso?, un día llegaste y me dijiste que lo nuestro no puede continuar que habías conseguido alguien que te había hecho cambiar y no era una mujer, luego me entere que llevabas una relación muy seria y hasta tenias un negocio con tu novio, yo nunca me interpuse en tu relación, y me alejé, lo que me sorprende en realidad es la coincidencia, este hombre que un día nos separó, hoy también te deje a ti, no quiero ser una mala persona pero eso que estas sintiendo tu ahora, es lo mismo que sentí yo cuando me dejaste.

Lo que estaba pasando no era para creerlo hace ya algunos años Michelle y Victoria habían sido una pareja lesbiana inseparable, era Michelle la mujer que Victoria tanto había amado y que un día la abandono, es ella y su amor por Juan provocó su aversión a los hombres y ahora en una vuelta del destino este mismo hombre había sido quien la introdujo en este mundo, no sabía que sentimientos debía tener, hace un rato Juan era un icono, lo mejor que le había pasado ahora se enteraba que justamente el había sido quien le quito de su lado el amor de su vida. Michelle tampoco sabía que decir ante tal coincidencia tenia ira desbordando, pero también sabia del dolor por el que estaba cruzando su amiga, la ira y la compasión se igualaba, sin saber que mas decir Victoria rompió en llanto.

Michelle y Victoria se abrazaron fuerte y sinceramente, Victoria supo reaccionar, no culpaba a Juan tampoco a Michelle después de todo Juan era un amante excepcional, seguro había hecho muy feliz también a amiga por otra parte el mismo la había sacado del mundo equivocado en que vivía y de ahora en adelante le permitiría vivir una vida normal, eso debía agradecerle.

-          Michelle, olvidemos lo que paso, es mejor para las dos, yo ya no guardo ningún rencor para ti, en cuanto a Juan, fue maravilloso y te entiendo porque me dejaste.

-          Puedes quedarte con Juan yo no lo quiero ya –aclaró Michelle

-          Yo tampoco quiero quedarme con él, pero me ayudo mucho y no le guardo rencor.

-          ¿Pero entonces debe estar esperándote?

-          No, se fue hace rato pensé que era el que había vuelto pero no es así, es mejor, te tengo a mi lado y tengo la oportunidad de hablar de nuevo contigo.

-          Si amiga hace tanto tiempo yo también te extrañaba tanto, ahora es cuando más necesito una verdadera amiga Estas muy linda

-          Tu también amiga

Los abrazos duraron mucho tiempo y las lágrimas cesaron poco a poco hasta que fueron reemplazados con caricias, Victoria no dudo más y beso apasionadamente a Michelle, esta intento rechazarla pero no la dejo, al fin de cuentas no tenía nada que perder, ambas se confundieron entre abrazos y besos olvidando todo lo pasado, recordando lo buenos tiempos que habían pasado, nada había cambiado la pasión seguía ahí encendida, y se dejaron llevar por sus instintos, Victoria se despojo de la bata y llevó a Michelle al sofá, ahí la recostó y ella se poso encima, hace tanto tiempo que no habían sentido sus cuerpos tan juntos, eran como imanes opuestos que no podían separarse, se acariciaban con tal locura que uno de esos jalones provocó que la blusa que llevaba Michelle se quedara sin botones.

-          Espera esto no está bien – dijo Michelle tratando de recuperar la compostura.

-          Todo está bien.

-          No, No quiero volver a esto.

-          Tranquila ahora me gustan también los hombres y no te voy a pedir que estés solo conmigo, pero necesito que esta última vez me hagas feliz.

-          ¿Quieres decir que nos estamos convirtiendo en bisexuales?

-          Ya lo somos, y deja de hablar solo déjate llevar.

Al fin dejaron toda inhibición atrás y se entregaron a su amor, rosaron sus sexos, sus senos, su amor, Michelle retiro su top para que victoria pueda jugar con esos delicados senos y mordisquearlos, ella sabía lo sensible que se ponía cuando hacía eso, luego retiro la ropa intima inferior y levanto la falta que llevaba, Michelle fue la primera en arrodillarse y meter su rostro entre las piernas desnudas de Victoria, ella conocía muy bien la fisonomía de su compañera y sabia además lo que le gustaba, pero hace tanto que no lo había disfrutado, tenía miedo que se haya olvidado.

Mientras tanto en la oficina de junto Federico discutía con Nancy y Carlos como viejos amigos, hablaban de los gemidos que se escuchaban provenientes de la oficina de junto, al parecer Juan y Victoria estaban nuevamente teniendo relaciones, aunque al principio más bien parecía llanto, ahora definitivamente estaba teniendo sexo, a Carlos no le gustaba nada la idea, y apoyaba la idea de Nancy de ir a la otra oficina para acompañarlos, pero para Federico eso no estaba bien es la vida personal de cada uno y es algo intimo en una pareja, pero Nancy le recordaba que justo hace un momento esto no había sido algo intimo de una pareja sino de dos parejas sin ninguna inhibición, lo cual no tenía nada de malo y hasta podrían pasarlo bien, en esa discusión se hallaban cuando de pronto entro a la oficina Juan cargando varias cajas de pizza.

CAPITULO 9

El reencuentro

-          Juan  - se oyó al unisonó, todos lo miraban con asombro.

-          Qué bueno les alegra verme, les traje algo de pizza, me imagino que están cansados y hambrientos, para ti Federico también te traje algo especial me imagino que andas con un dolor de cabeza bárbaro.

-          Gracias Juan pero… -Nadie se atrevía a pronunciar palabra.

-          Bueno les traigo también una sorpresa, vamos a armar una fiesta aquí, pasen por favor.

Pasaron entonces los invitados que esperaban tras la puerta, Elizabeth, Andrea, Janeth, Érika  y al final Hector el novio de Elizabeth, Federico trato de taparse como pudo al ver tanta gente, el pudor podía mas, Elizabeth la primera en  saludar a todos, hacia sonrojar a Federico, - vamos chico déjanos ver que tienes por ahí que nos gustaría conocerte mejor  – Elizabeth reía coqueta, Nancy también reía dejando ver su desnudes si ningún pudor, cuando Elizabeth saludo a Carlos lo miró como analizándolo por completo, no lo conocía y como siempre tenía sus reservas con gente nueva, de uno en uno fueron saludándose y conociéndose, cuando de pronto se escucho unos gemidos en la oficina de al frente – Pero que está pasando por allá, quien nos falta aquí, parece que adelantaron la fiesta – Juan se dirigía a Federico y Nancy pero ellos se miraron cómplices sin saber que decir – bueno yo mismo voy a ver qué pasa, el resto siéntese y acomódense ya regreso.

Juan se atrevió a hacer lo que habían hablado tanto sus amigos, se acerco discreto a la puerta con una sonrisa de curiosidad, Juan entro con cautela y pudo ver dos cuerpos en el sofá en el que antes había tomado a Victoria uno de ellos era precisamente Victoria la reconoció aun de espaldas, recordaba muy bien sus nalgas desnudas aun cuando tenía la cabeza metida entre las piernas de alguien, se asomo, si, definitivamente era una mujer, pero quien, esas piernas son conocidas -  no puede ser – se acerco con cautela hasta poder ver bien, no daba crédito a lo que veía, ninguna de las dos se dieron cuenta de su presencia, Victoria estaba concentrada en su trabajo mientras que Michelle tenia cerrados los ojos y gemía fuertemente.

-          Mira esto jamás me lo hubiera imaginado – dijo Juan en voz alta y una sonrisa irónica. Las chicas voltearon con sorpresa pero con reacciones distintas. Victoria volvió su vista con una sonrisa y una mirada de satisfacción como que hubiera logrado obtener un gran premio, mientras limpiaba los restos de jugos de sus rostro lanzo un beso volado a Juan, de forma muy sensual. Michelle en cambio cerró las piernas e intento cubrirse, parecía que la habían descubierto haciendo algo malo intento huir, pero entonces le entro la ira que llevaba en su sangre.

-          ¿Cómo te atreves a venir desgraciado?, a ti que te importa lo que yo haga – grito Michelle.

-          Bueno, esta también es mi oficina y tengo derecho a estar aquí, y más ahora que veo que mi novia se están divirtiendo.

-          Yo no soy más tu novia y prefiero que te vayas.

-          Porque tan agresiva, es claro que lo estabas pasando muy bien con Victoria, no sabía que ibas a poder con Michelle, creo que he creado un mostro.

-          No Juan, nosotros tenemos más historia – dijo Victoria.

-          Bueno espero que me la cuenten algún rato, pero sigan yo no vine a interrumpirlas, es más me gustaría ver que saben hacer.

Victoria no espero mas y se abalanzo sobre Michelle, esta la rechazo intimidada por la presencia de Juan – Quiero que te vayas Juan no puedo verte aquí. – dijo Michelle, en ese presión instante se abrió la puerta era Elizabeth que estaba buscando a Juan.

-          Perdón interrumpo algo Juan. Ah perdón Michelle no sabía que estabas aquí, si quieren vuelvo luego.

-          No, no es necesario – dijo Juan – ven a mi lado

-          Estas seguro, me habías dicho a Michelle no le gustan este tipo de cosas.

-          Tranquila, ella no es más mi novia y tal parece que ella ya encontró otra diversión así que ven por favor.

-          Está bien.

Elizabeth se acerco contorneando todas sus curvas y lo abrazo

-       Lo ofrecido es deuda, tienes prioridad a toda la gente que está aquí -decía Elizabeth  mientras se hacía de Juan besándolo en su rostro y labios.

-       Es un sueño hecho realidad – decía Juan en vos alta para que Michelle lo escuchara – No exageres no es para tanto – Ya lo veremos.

El rostro de Michelle se crispo no podía creer lo que estaba pasando, pero decidió no quedarse atrás ahora ella tomaba la iniciativa, empezó a besar a Victoria a un extremo del sofá, mientras al otro Elizabeth se despojaba de las tiras de su vestido dejando salir sus hermosos y redondos senos, Juan no espero mas y los saboreo tomando uno en cada mano, calzaban justo para sus grande manos, era una delicia saborear esos pezones rozados que parecían a punto de estallar, Elizabeth sabia de sus encantos y aun mas como volver loco a su pareja, luego levanto su vestido, dejando ver sus hermosas y perfectas nalgas, esto despertó aun mas lo celos de Michelle que invito a Victoria para hacer un 69, algo para lo cual eran expertas, Victoria se posó sobre Michelle abriendo sus piernas y colocando su sexo en la cara de esta mientras Michelle a su vez abrió completamente las piernas frente a Juan, dejándole ver lo que su amiga iba a hacer ahí, para ese entonces ya Elizabeth había sacado el miembro de Juan y lo sobaba con ambas manos, hace rato había logrado una erección perfecta, en sus manos el miembro era como hierro ardiente.

Al final la rubia se acomodo dando las espaldas a la otra pareja, de rodillas sobre el sofá mientras Juan yacía sentado sobre el extremo del mismo mueble, desde su posición observaba la escena completa en primera fila, de pronto sentía los labios de Elizabeth deslizándose a lo ancho de su miembro, una lengua ardiente que jugaba con su glande, sensación de ensueño, pensó, una experiencia totalmente nueva una hermosa mujer lamiendo su pene, mientras su novia hacia un 69 con una amante anterior, esto era el cielo, la boca de Elizabeth era realmente experta, se movía con ligereza conocía de  estos artes, usaba toda su boca, lamia, succionaba, mordisqueaba desde sus testículos hasta su glande, Juan cerro sus ojos y se dejo llevar por la lujuria. Victoria en cambio abrió sus ojos, levanto su rostro como pudo, notó justo frente a ella el hermoso trasero de Elizabeth una obra de arte que se movía tentadoramente mientras ella saboreaba el pene de Juan.

Esas nalgas eran bellas aun para una mujer, mas allá de la envidia que provocaba Victoria podría reconocer lo hermoso de ese cuerpo, Victoria estaba enceguecida por la lujuria, toda esta lujuria no le dejaba pensar bien, reaccionó solo por instinto estiro su mano, rodeo loa perfectos glúteos hasta llegar a una perfecta y bien depilada vagina, en donde introdujo fácilmente dos dedos, los remojó con los jugos que vertía para luego llevárselos a su boca. Elizabeth regreso a mirada y la planto sobre Victoria tratando de reconocerla, pero no pudo, entonces miro a Juan quien la conocía muy bien y podía leer sus pensamientos, este solo asintió con una sonrisa y con este solo acto Elizabeth entendió que Victoria podría ser una persona de confianza, Elizabeth entonces dio su consentimiento y dejo se dejo hacer. Victoria repitió algunas veces la acción, algo diferente la atraía un nuevo y excitante sabor, por supuesto había estado con otras mujeres antes, pero este era un sabor diferente, especial, único quizás, mientras pensaba en eso no pudo contener un orgasmo instantáneo y el ambiente se inundo de gritos y gemidos, en ese instante solo pasaba por su mente lo afortunado que era Juan, al tener la oportunidad de poder compartir con Elizabeth, entonces se propuso a si misma, tomar a esa mujer si había la oportunidad.

Los gritos de Victoria incremento la excitación de Elizabeth, y esta decidió que era tiempo de ser penetrada, se incorporó pero Juan tenía una mejor idea, quería hacer un 69 también y así lo hizo, Elizabeth coloco sus nalgas en una posición  difícil sobre la cara de Juan sin dejar de saborear el pene de Juan, este la sujeto fuertemente con sus dos manos moviendo ese esbelto cuerpo como si de un juguete se tratara, colocándola boca abajo mientras sus brazos la rodeaban, entonces saboreó directamente el sexo de Elizabeth, por primera vez, fue la mejor sensación de su vida, sin duda un sabor único y diferente, un sabor que solo se podía comparar con el de las rosas o el de los pétalos de un tulipán, este sabor no solo se podía apreciar en sus labios mayores o menores, también lo destilaba en sus jugos, ahora entendía porque los hombres deseaban tanto compartir con esta mujer, la sensación era única, sus sabores y olores eran una experiencia aparte pero la excitación se incrementaba aun mas al tener su miembro desgastándose en la boca de Elizabeth, una diosa que absorbía todo a su paso, el ambiente entero envuelto en sensaciones únicas de lujuria y placer.

Juan pudo sacar un orgasmo a Elizabeth con mucho esfuerzo y perseverancia, pero de paso, casi termina en la boca de esta mujer, difícil controlarse con una amante de este tipo, difícil poder resistirse, al rato cambiaron de posición Elizabeth fue penetrada sentada sobre Juan ordenado las atléticas piernas alrededor de la cintura de su amante. Esta posición le gustaba a Elizabeth porque tenía el control, subía y bajaba a su gusto, hasta provocarse los orgasmos que fueran necesarios, estos momento de pasión era el premio que esta mujer buscaba, un orgasmo que la llevara al cielo era un preciado tesoro que no cambiaría por nada y cuando tenía uno, quería otro y otro, sin parar, como una droga por eso le gustaba el sexo, era lo único que le llenaba completamente.

Juan seguía penetrándola pero quería mas y faltaba lo mejor, después de algunos espasmos de Elizabeth, le pidió levantarse y de inmediato la dio la vuelta, de inmediato la penetró por detrás, su ano era algo delicioso, casi divino, como su hubiera sido hecho para que Juan lo penetrara, a ella también le gustaba esa posición, al rato llegó a otro orgasmo y Elizabeth rompió en gritos desesperados, para ese entonces la otra pareja yacía abrazada justo en frente tratando superar los espasmos que aun recorrían sus cuerpos, Victoria no dudo, se levantó, se acerco a Elizabeth y le plantó un beso en los labios mientras Juan no paraba de penetrarla por detrás, Juan tomaba con sus dos manos las enormes nalgas de Elizabeth, las empujaba o jalaba según el momento, mantenía un ritmo envidiable, adentro y afuera por completo, Victoria empezaba a tocar los bellos senos de Elizabeth e invitó al juego a Michelle, esta al principio prefirió mantenerse a un lado pero luego accedió, se acerco tímidamente y empezó acariciando los hermosos senos de Elizabeth, luego los besó y lamió, eso excitó mucho a Elizabeth quien gritaba como una loca.

En ese momento entraron a la oficina los demás invitados, Nancy a la cabeza de la mano de Federico, luego las demás chicas aun vestidas, al final entraron Carlos y Hector, Juan estaba por terminar pero la gente le distrajo y logró contenerse, Juan respiró profundo todo su cuerpo sudaba sin control, Elizabeth cayo rendida entre sus dos compañeras retorciéndose por los espasmos en todo su cuerpo, Michelle y Victoria se abalanzaron sobre ella como animales salvajes queriendo devorarla. El resto de invitados se acomodaron en el fondo de la oficina para observar mejor la escena.

Nancy, se acerco para ver mejor lo que pasaba, y miro a Juan exhausto, este había sido el único que se había percatado de la presencia del resto de gente miro a los ojos de Nancy mientras se dispuso a retirar completamente lo que quedaba de sus vestidos, Nancy puso una de sus manos en el pecho de Juan mientras con la otra lo ayudaba a liberarse de su camisa entonces exclamo:

-         Vaya que fiesta la que te estás dando. –Luego miro a su alrededor y agrego - Pero a quien nunca me hubiera imaginado encontrar aquí es a Michelle –Miro fijamente a su amiga como reprochándole -¿qué haces no sabía de estos gustos? – Michelle volvió la mirada percatándose de la presencia de su amiga, en lugar de incomodarse sintió un poco de rabia, quizás por toda excitación que llevaba encima.

-         ¿Y tú? Solo mírate, no sabía el tipo de perra que eras. – Nancy se echo a reír

-         Por favor, aun no has visto nada amiga.

En realidad el comentario molesto mucho a Nancy, esta volteó y se reclino un poco levantando un poco sus hermosas nalgas las cuales fueron a rozar justamente a Juan, Entonces esta invito acercarse a Federico y posó sus manos en el flácido pene de su novio – Es hora que despiertes mi amor – le hablo como si de una persona se tratase, los movimientos de las hábiles manos de Nancy parecían tener efecto y poco a poco el miembro de Federico despertaba, Nancy aprovechó  para retroceder un poco y hacer coincidir su trasero al pene de Juan, luego le regreso una mirada y le guiñó un ojo dando su aprobación, ella sabía lo que quería, le excitaba pensar que Juan la podía penetrar por detrás. Juan no pudo esperar más, tomo las salgas  de Nancy las separo con sus dos manos buscando su ano, apunto su miembro en la entrada y empujo, basto un solo empujón para clavarlo hasta dentro, Nancy nunca se espero ser penetrada de esa manera, en realidad quería que Juan entrara primero por su vagina, pero jamás lo especifico ahora era demasiado tarde, Nancy ahogo un grito con el pene de Federico en su boca, pero no pudo evitar que una lagrima fuera derramada de uno de sus ojos, Juan estaba plenamente dentro de su orificio, había sido penetrada así muchas veces por Juan  pero esta vez la agarro desprevenida y no tenia de otra que aguantarlo. Juan empujo muchas veces con fuerza como le gustaba a Nancy, entrando y saliendo muy rápidamente, su ano era muy amplio y no representaba mayor esfuerzo, pero al rato sintió como Nancy se relajaba y empezaba a disfrutar la penetración, después de unos diez minutos de penetración constante al fin Carlos se animó, se acercó y solicito el permiso de Juan para intervenir.

Juan asintió, sacó su pene dejando un hoyo muy grande y se retiro entonces le pidió a Carlos que ocupara su sitio, así lo hizo y empezó nuevamente la acción, Juan se retiro completamente, se retiro el sudor de su frente con uno de sus brazos, y observo que el resto de gente se había colocado alrededor y miraban atentamente la acción, nadie más se atrevió participar, Juan se alejó a un extremo de la oficina buscando un respiro y un sorbo de agua, justo ahí encontró a Érika que lo miraba de arriba abajo.

-         Hola – dijo Juan

-         Hola,- Respondió- veo que te estás divirtiendo

-         Si algo, y ¿tú que estas esperando?

-         Estoy buscando algo que me guste

-         ¿Y lo encontraste?

-         Parece que sí, eres difícil de resistir –Erika le giñó un ojo coqueta

-         ¿A qué te refieres? –contesto Juan haciéndose el desentendido

-         ¿Te gustaría?... que yo… y tu.

-         Claro que si hermosa, ven acércate, no tengas miedo

Érika se acerco a Juan, lo abrazo y toco su cuerpo desnudo, cerró los ojos para sentirse en el cielo

–       no puedo resistir un hombre un hombre desnudo – dijo Érika

–       soy todo tuyo – contesto

Érika se puso de rodillas y empezó a chupar el pene aun erecto de Juan, muy delicadamente, lamió sus testículos hasta llegar al glande, Esto fue un incentivo para el resto de invitados, Andrea miraba atenta la escena no aguanto más se despojo de su vestido no llevaba nada mas debajo lo dejo en uno de los ganchos y fue en busca de Hector, lo mismo hizo Janeth.

Juan quiso ponerse cómodo e invito a Érika a pasar a uno de los sillones libres así lo hizo, tomo de ambas manos a la muchachas y caballerosamente la jalo para que pueda incorporarse, Erika sonrió y se adelanto a donde Juan le indicaba, este caminó tras de Érika, esta llego y se acomodo en el sillón, mientras Juan se ubicaba frente a ella, con su pene que apuntaba casi al rostro de su nueva amiga, esta lo tomo con una manos y lo ubico en su boca para retomar su acto de felación, Erika aprovecho para quitarse sus ropas, cosa difícil llevaba un suéter grueso sobre una blusa muy elaborada, también unos vaqueros muy apretados que realzaba su caderas estrechas y por debajo ropa interior sexy y muy fina, botas altas casi hasta las rodillas. Erika por su puesto no estaba preparada para la ocasión tampoco se esperaba llegar a desnudarse y menos en su primera salida con su prima, Erika era una chica de facciones delicadas, cabello castaño  crespo blanca como la nieve y alta, su cuerpo más bien delgado pero bien proporcionado, tenía una mente abierta y había tenía muchas relaciones sexuales  con algunos chicos mientras estudiaba en estados unidos, pero jamás pensó estar involucrada en este tipo de aventuras y menos ahora cuando visitaba a su prima a quien quería y respetaba mucho.

Mientras Juan miraba como Érika se desnudaba frente a él, observo en el sofá de su izquierda estaban Andrea y Janeth turnándose para conseguir saborear el pene de Hector, este estaba sentado en el medio mientras, las chicas de rodillas una de cada lado compartían el juguete que Hector ofrecía entre sus piernas, Andrea estaba completamente desnuda con su hermoso trasero al aire, desde la posición de Juan se podía ver una bellas nalgas y una hermosa vagina húmeda le pareció que no estaba bien dejar esa delicia ahí sola, dejo un momento a Erika y se acerco dando un par de pasos, la acarició con sus manos mientras entreabría sus agujeros, Andrea regreso la vista y encontró a Juan entretenido y esta le dio su aprobación con una sonrisa, Juan no espero mas apunto a una de sus entradas con su pene y luego empujo, fácilmente recibió su miembro ya se conocían pues en otras ocasiones ya habían compartido, Juan empujo fuerte varias veces, sacando algunos gemidos de Andrea, Janeth vio vista para mirar lo que pasaba junto a ella, sintió envidia pues también quería ser penetrada pero esta aun llevaba su ropa puesta, quiso sacársela pero Hector la obligo a seguir con su trabajo.

Juan continuo con sus embestidas cada vez más duro, para calentar lo suficiente a Andres, no perdió más tiempo y fue a lo que realmente le interesaba, retiro cuidadosamente su pene del interior de su amiga, luego separo con sus manos las nalgas dejando a la vista el ano dilatado de Andrea, de inmediato apunto su objetivo y insertó de un solo golpe hasta el fondo, Andrea dejo escapar un grito mientras clavaba sus unías en las piernas de Hector, Andrea dejo el pene de Hector y cerro los ojos, embelesada por el hierro ardiente que la atravesaba por detrás y que parecía de partirla en dos, Juan insistió en su estrecho agujero, envestía primero suave esperando que este agujero se dilatara aun mas y lo dejara pasar. Luego fue con más confianza, aun más rápido.

Andrea no gustaba mucho de ser penetrada por detrás, en otras oportunidades le había prohibido a Juan que entrara por ahí y precisamente por eso Juan tenia esta obsesión de poseerla por ahí y no podía dejar pasar esta oportunidad ahora que el estaba en su “casa”, En realidad a Andrea le gustaba este tipo de penetración y le causaba orgasmos más duraderos y placenteros que por delante, pero tenía miedo del dolor esto le provocaba al principio, además ella siempre decía que solo las prostitutas se dejaban tomar por detrás, una chica decente como ella no podía rebajarse a disfrutar tal cosa, solo a dos hombres antes había dejado que lo hicieran y ahora Juan que sin su permiso estaba penetrándola, pero ella tenía muy claro que hoy las condiciones son diferentes había sido invitada por Juan estaba en un lugar que le pertenecía, lo menos que podía hacer es comportarse incorrectamente además era muy tarde para arrepentirse, ya lo estaba disfrutando y aun mas estaba a punto de explotar en un fuerte orgasmo.

Entre los gritos de Andrea sintió las manos de Érika por detrás que lo llamaban a continuar lo que había dejado pendiente, para ese entonces Janeth se había ubicado de rodillas con su rostro a la misma altura que las nalgas de Andrea u frente a Juan, esta estaba esperando la salida del ansiado el pene de Juan, pero cuando Juan al fin lo saco, rechazo a Janeth y se fue con Erika, no tenía intenciones de volver a caer en los juegos de Janeth, Érika llevo a Juan tomándolo de su pene con su mano izquierda, delicadamente lo puso frente a ella mientras tomaba nuevamente asiento, ahora completamente desnuda, de inmediato volvió a colocárselo en la boca y a succionar como ella sabía hacerlo, lubricaba todo su miembro delicadamente con su lengua, mientras lo miraba a Juan directamente a los ojos, a ella le gusto el pene de Juan desde que lo vio en acción dentro de la vagina de Elizabeth, sabía que si su amiga lo estaba disfrutando a ella también le haría bien, tenía su sexo mojado y listo para ser penetrado, no espero mas, se recostó mas sobre el sillón mientras levantaba y separaba sus largas piernas, un sexo húmedo y rasurado se abría frente a Juan, este quiso arrodillarse para saborear un poco, pero Érika no se lo permitió, pues estaba tan mojada que sentía algo de vergüenza – Quiero que me penetres – le dijo y Juan aceptó de inmediato, paso a ubicar su pene en la entrada, mientras Érika acomodaba sus dos piernas sobre los hombros de Juan. Este empujo su miembro y entro fácilmente en el húmedo sexo de Érika, esta lo recibió gustosa y se dejo hacer al ritmo de Juan, que entraba y salía rápidamente sin cesar.

Alrededor todo era dicha y placer un visión maravillosa, a la izquierda de Juan, el trío de Janeth Andrea y Hector, en ese momento Janeth ya se había desnudado y montaba a Hector, esta saltaba sobre el pene de este sin compasión, propinándose su dosis de placer, Andrea en cambio todavía parecía extasiada por su anterior clímax, estaba de rodillas pero ahora sobre el sofá junto a Hector tomando con una mano sus senos y con la otra haciendo que Hector introduzca los dedos en su vagina, eso le provocaba de vez en cuando espasmos residuo de su anterior orgasmo, a la derecha de Juan estaba Carlos todavía penetrando analmente a Nancy quien ahora descansaba de rodillas sobre el sofá, en el que antes Juan había poseído a Elizabeth.

El rostro de Nancy estaba pegado al espaldar del sofá como si lo estuviera mordiendo, Carlos la embestía sin compasión, junto a ellos en el mismo sofá aun estaba la pareja de Victoria, Michelle las cuales seguían gozando del sexo oral, ahora era Victoria quien tenía metida su cabeza en medio de las piernas de Michelle, esta yacía recostada con su cadera ubicada  en la parte más alta del extremos de sofá, Michelle estaba de rodillas sobre el sofá y su torso completamente vertical, sus ojos cerrados y su cabeza echada para atrás mientras con ambas manos presionaba fuertemente su par de senos, Victoria desde su posición introducía su lengua y dedos en la vagina de Michelle arrancando gemidos de su amiga quien se retorcía de placer y espasmos, Michelle nunca había sido mujer bulliciosa en sus relaciones, prefería morder sus labios y aguantar sus espasmos, Elizabeth se había puesto de pie y se había ubicado justo frente las piernas de Victoria y tenía una visión espectacular de su sexo. Tras Elizabeth estaba Federico quien había conseguido aprobación para penetrarla y en ese momento disfrutaba las delicias de sentirse dentro de Elizabeth, esta lo recibía gustosa en el extremos del sofá, de vez en cuando se inclinaba para colocar su rostro en la vagina de Victoria y disfrutar todos sus jugos, esta la recibía contenta y abría sus piernas para disfrutar mejor la lengua juguetona de Elizabeth.

Al fin Juan quiso cambiar de posición y colocó a Érika de espadas con sus manos sobre el espaldar del sillón, era hora de su posición favorita y esta se dejo hacer, la penetro sin compasión mientras introducía sus dedos por el ano de esta, un ano muy cerrado que parecía no tener experiencia anterior, a Juan el focino y de inmediato lo saboreó, remojó con su boca, Érika se dejo hacer si decir palabra, Juan penetro un par de minutos más por la vagina antes de intentar el ano, luego Érika soltó un largo orgasmo que humecto bien su pene y este aprovechó para intentar entrar por detrás, hizo varios intentos fallido, el ano de Érika se resistía cada vez, hasta que al fin Juan con su experiencia logró insertarlo, primero el grande luego poco a poco todo el cuerpo, Érika ahogaba sus gritos de dolor tapando su boca con el espaldar del sofá, quería arrepentirse, en innumerables ocasiones le dijo a Juan que no le gustaba por ahí, pero este parecía no entender y seguía intentando, en realidad Érika no ponía mucha resistencia, solo repetía que no y que no le gustaba, pero luego de un momento ya Juan había entrado íntegramente entonces empezó a envestir suavemente hasta lograr la deseada dilatación y al fin Érika tuvo alivio, empezó a disfrutarlo cada vez más, era nueva esta sensación.

Érika había tenido mucho sexo antes, especialmente la noche anterior y muchos compañeros, siempre uno a la vez, se consideraba liberal, pero jamás se imagino ser parte de una orgia, algo que solo había visto en la televisión, antes de esto nunca había tenido sexo anal, al menos  no que ella recuerde, un día uno de sus amantes le dijo que le había gustado tener sexo anal con ella, pero ella no entendió, pues la noche pasada había bebido demasiado y no recordaba nada, solo que había amanecido desnuda junto a uno de los chicos de la fiesta de la noche anterior, ella no recodaba absolutamente nada, pero el chico insistía que fue delicioso poseerla por detrás, que tenía un ano divino, pero Érika definitivamente no sintió nada distinto, para ella fue igual que siempre, ni dolor, ni nada diferente, así que cerró el asunto, sospechaba que el muchacho había mentido y que ella se había quedado dormida la noche anterior, sin embargo había decidido tener sexo anal este día, sobre todo después de la noche anterior, cuando pudo ver a todas sus amigas disfrutar casi toda la noche de sexo el cual incluía anal, ella simplemente no lo hizo por miedo, pero había decidido no quedarse atrás, siguió los consejos de sus amigas, se relajo y dejo que la penetren en este caso Juan fue el privilegiado, este hizo todo el trabajo, ahora estaba siendo penetrada por ahí y le gustaba, tampoco le parecía nada del otro mundo, lo disfrutaba quizás igual que el sexo vaginal, pero al menos ahora no había nada que sus amigas hicieran y que ella no pudiera.

Al rato Michelle explotaba en espasmos y quedaba tendida sobre una porción del sofá, retorciéndose por los espasmos que le había provocado su amante, a quien había bañado con todos sus jugos, se la conocía muy bien, había tenido un gran orgasmo y permanecería así por lo menos unos 10 minutos hasta recuperarse, Victoria también lo sabía y decidió dejarla gozando, se levanto y limpio como pudo los líquidos de su amiga, entonces quiso tomarse un descanso camino unos pasos mostrando su completa desnudes fue en busca de algo de de agua, paso por donde estaba Carlos quien envestía vaginalmente a Nancy en la posición misionero, mientras se deleitaba con los senos de esta, Victoria tomo agua y entonces observo a Juan, aun embelesándose con el ano de Érika, Victoria sintió ganas de ser penetrada también y esperaba que Juan la viera, pero este ni siquiera percibió su presencia, entonces fue donde Nancy su segunda opción se acerco a Carlos, quien de ignorarla pero no pudo, pues aun estaba algo enojado pero ella sabia aplacar el enojo de su amigo, se puso de rodillas y en una de las envestidas tomo el pene de Carlos lo saco de la vagina de Nancy para llevarlo a su boca, entonces decidió saborear la delicia de los jugos de su amiga, luego dejaba que siga penetrándola, repetía la acción de vez en cuando.

Luego Nancy  se canso de juego y permitió a Victoria ser penetrada por Carlos, para este fue la gloria, al fin estaba dentro de la mujer que amaba dándole toda su pasión, no importaba lo dilatado de la vagina de Victoria, ni cuántos hombres habían entrado antes ahí, Carlos la amaba y la disfrutaba con cada embestida y se sentía en el cielo y aun mejor cuando estaba acompañado de una hermosa casi desconocida Nancy, que lo guiaba con cada empujón, Nancy no pudo aguantar más había estado a punto de terminar hace unos minutos antes que Victoria la interrumpiera, así que decidió que era justamente Victoria quien debía darle placer, entonces trepo y se sentó en un extremos del sillón, abrió sus piernas mostrando su hermoso y húmedo sexo a la pareja, Carlos estiro su mano para insertar un dedo, pero Victoria hizo algo mejor cambio de posición, dando las espaldas a Carlos, permitiendo que la penetre por detrás mientras ella se encargaba de saborear los deliciosos jugos de Nancy.

Federico justo al otro extremo del sofá en el que se encontraba su novia, estaba agotado y decidió cambiar de posición se sentó en el sofá junto a Michelle, que estaba recuperándose cuando vio sentarse a Federico, este siempre había admirado la belleza de Michelle y le pareció la oportunidad adecuada para expresarlo.

–       Michelle te vez hermosa, te lo he dicho muchas veces pero hoy, que te puedo ver completa debo decirte que tienes un cuerpo perfecto, eres muy linda, siempre he envidiado a Juan.

–       Gracias.

–       Me parece esplendido que estés aquí y dadas las circunstancias… - Federico aprovechó para deslizar sus manos por los redondos senos de Michelle, esta se retiro un poco y cubrió sus partes intimas.

–       No Federico, no mal interpretes yo no soy como tus otras amiguitas.

–       Pero…

–       Tranquila Michelle, de este niño travieso me encargo yo. – interrumpió Elizabeth tratando de salvar la situación, de inmediato se sentó sobre Federico, cabalgando a su amante como a ella le gustaba.

Elizabeth continuo su cabalgata haciendo olvidar a Federico su mal rato, esta lo estaba llevando al clímax, mientras Michelle miraba de un lado a otro sin hallarse en ese lugar, no entendía que estaba haciendo ahí, llevaba encima un cargo de conciencia difícil de aguatar, quiso llorar, no entendía por qué, pero a su alrededor parecida compartir su sentimiento al contrario todos parecían felices extasiados. Un chico de cabello castaño insertaba con fuerza su pene por entre las nalgas de Andrea una de las amigas de Elizabeth, quien justamente ahora tenía sexo junto a ella con uno de sus mejores amigos, Federico, quien hace rato había intentado propasarse, eso le parecía inaceptable, pero volvió la vista, no había visto en un principio pero tras de Andrea posada en cuatro, estaba Janeth, la perra con la que la noche anterior su novio se había acostado, eso le parecía terrible pero ahora el mismo tenia sexo anal con una chica que jamás había visto mientras sus dos mejores amigas Nancy y Victoria gozaban de un buen sexo entre ellas mientras otro chico que no conocía penetraba por detrás a Victoria, sencillamente Michelle no entendía el mundo estaba de cabeza, para ella el sexo era algo muy intimo que solo había disfrutado con una pareja a la vez, primero con Victoria y luego con Juan sus únicos amantes de toda su vida, ahora estaba al revés, a donde miraba había cuerpos desnudos sudando, penes, vaginas, senos, nalgas, moviéndose mojándose, en qué mundo de locos se había metido ni aun en sus mejores fantasías se habría imaginado algo así, para ella mirar un pene le provocaba sonrojo antes de este día, pero por si fuera poco, la amante de ex novio estaba ahí mismo teniendo sexo oral con otro chico que no conocía. Como podía ser tan fácil para otras personas solo tener sexo, no podía entenderlo, le daba repugnancia y a la vez celos.

No importaba donde mirase había sexo por todas partes, así que no importaba entonces planto su mirada sobre Janeth, esta succionando un jugoso pene, le vio un parecido al de Juan, pero no lo era, aun así continuo mirando, le pareció extraño, jamás se habría atrevido a ver otro pene que no fuera el de Juan, ¿qué le pasaba? ¿Quizás le gustaba ese chico? Le gustaría estar en el lugar de Janeth, como podía pensar algo así, ella la odiaba, no se entendía ni ella misma, quería salir corriendo pero sus pies no se lo permitían, además estaba desnuda sin saber donde habían terminado sus ropas, y sentía demasiada vergüenza levantarse frente a todos esos desconocidos para solo para vestirse y retirarse, Michelle era pudorosa jamás nadie antes de sus dos amantes la habían visto desnuda, la situación era completamente embarazosa.

Entonces planto una vez más la vista en la pareja de en frente, ahora el muchacho entraba y salía de Andrea y de vez en cuando la estúpida de Janeth sacaba con sus manos ese gran pene y se lo metía a la boca saboreando con los ojos cerrados, de pronto Janeth se percato que era observada por Michelle, y esta para provocarle aun mas celos saboreó el pene que sostenía en su mano, lo saboreó con gran pasión, como si fuera una golosina única, de la cual solo ella se podía deleitar.

Vino entonces a la mente de Michelle imágenes de Juan enseñándola a tener sexo oral, ella al principio no quería aprender eso, le parecía asqueroso, pero Juan con mucha paciencia le hizo cambiar de opinión, y aprendió, y le gusto, Juan siempre le decía que nadie antes le había hecho una felación también como Michelle, que era única y eso le hacía amarlo cada vez mas y aunque odiaba sentirse como una prostituta por hacer estas cosas, le consolaba saber que solo con Juan podía sentirse tan de bien, Michelle continuaba mirando la escena y cada vez le venían mas recuerdos a su mente.

Hector termino derramando chorros de semen sobre el rostro de Janeth, quien recibía gustosa ese jugoso alimento el cual saboreaba al principio sola y después con Andrea la dos arrodilladas en la alfombra, Michelle recordó la primera vez que Juan terminó fruto de sexo oral con ella, una experiencia extraña y a la vez asquerosa, habíase retirado rápidamente para no mancharse con la sustancia blanquecina que Juan había expulsado aun así la había unas gotas en sus senos que de inmediato limpio, jamás se había atrevido a saborearla y menos como ahora lo hacia Janeth y Andrea, pero alguna vez si se había imaginado como seria el semen de otro hombre, era quizás lo más pervertido que hubiera pensado jamás, ahora lo había visto, aun cuando miraba de lejos, podía ver era muy parecido el semen de otro hombre.

Ahora el concierto de gemidos se dirigía para otro sector, justo donde estaban sus dos amigas Victoria gemía muy fuerte mientras Nancy literalmente gritaba como una loca, al fin el chico que penetraba a Victoria por detrás gemía también fuertemente dando indicios de estar a punto de terminar, así lo hizo al rato saco su el pene y esparció grandes gotas que cayeron sobre la espalda y nalgas de Victoria, al poco rato Nancy se acerco y lamio todos los residuos de la espalda y nalgas de Victoria.

Y ahora era Federico quien parecía a punto de estallar, pero Elizabeth se detuvo por un momento

–       ¿qué paso? – Preguntó Federico

–       Perdóname no es nada, eres muy bueno, casi no puedo seguirte el ritmo, solo estoy tomando un poco de aire.

–       Qué bien porque estoy a punto de terminar – genial amor, ahora mismo vuelvo a la acción.

De pronto Érika soltó en desgarradores gritos de placer y convulsiones Juan la había hecho terminar y saco su pene para permitir a su amante desflore todo su éxtasis, esta dio la vuelta y se retorico sobre el sofá tomando con ambas manos sus senos, Juan regreso a su mirada y pudo observar a Michelle mirándolo detenidamente cuando esta se percato desvió la mirada, junto a ella veía como Elizabeth saltaba sobre Federico con su pene entrando y saliendo de su hermosos sexo, entonces sintió la mano de Érika en su pene llevándolo a su boca, Juan le propuso algo mejor.

–       Ven conmigo.

–       Claro lo que tú quieras amor.

Juan la llevó de la mano y la sentó junto a Michelle que observaba sin entender que es lo que intentaba, de inmediato se dirigió  a Elizabeth que estaba disfrutando con Federico, esta se detuvo y regreso la vista, sabía lo que Juan buscaba y se acomodo mejor reclinándose sobre Federico, dando más claridad sobre su trasero, Juan tomo sus dos nalgas una con cada mano y las separo dejando ver el agujero bien dilatado de Elizabeth entonces apunto la entrada aun con el pene de su amigo insertado en la vagina entonces empujó, suavemente se deslizo el pene de Juan sin oponer resistencia, al poco rato estaba completamente adentro y esta obtuvo una posición deseada, algo que Elizabeth disfrutaba mucho, doble penetración, Michelle no podía creer el grado de perversión que  esta gente tenía, jamás se hubiera imaginado siquiera cosa parecida, se preguntaba cuanto podía doler eso, pero Elizabeth lo menos que sentía era dolor le encantaba esa posición y solo pocos de sus amantes habían podido complacerla con esta, Elizabeth estaba extasiada, todo su cuerpo irradiaba placer, sus poros hervían sexo y ella explotaba orgasmos seguidos uno tras de otro, los que no podía contener, eso era lo que había esperado por largo tiempo, valía la pena, estaba en otro mundo y estaba a punto de caer rendida, entonces Juan vio también a su amigo exhausto y le grito, - vamos Federico tenemos que partir en dos a esta perra, dale más fuerte – así siguieron por un buen rato cuando todos los demás gemidos cesaron solo se escuchaba a los 3 amantes gimiendo y gritando dramáticamente, Andrea no podía más que morderse los labios sintiendo toda esa pasión frente a ella. Había visto a su prima últimamente teniendo sexo con algunos hombres pero solo hasta ahora la había visto gozar tanto, Victoria, Nancy y Andrea se acercaron y rodearon al trío para apreciar mejor el espectáculo, sentían envidia, luego se acerco Janeth, justo cuando Federico no aguantaba más y lo grito

–       ¡voy a terminar!

–       hazlo – le respondió Elizabeth – lléname de toda tu leche

–       así lo hizo y Juan se retiró con los gemidos de Federico, al poco rato se pudo ver los hilos de semen que escapaban por el agujero, Elizabeth se levantó dejando caer aun mas semen de sus entrañas, se recostó en el regazo de Federico

–       fantástico  mi amor, me encanto – su prima junto a ella también intervino

–       bien hecho prima, eres excepcional, yo quisiera tener tu suerte.

Juan se aparto algo de la escena, era el único que aun mantenía su pene duro como una piedra, y por supuesto no duraría mucho mas, las chicas lo rodearon, Nancy, Victoria y Andrea no lo iban a dejar ir hasta que les vacié su leche. Las chicas lo llevaron hasta el sofá libre y todas se arrodillaron dando las espaldas sujetándose del espaldar y mostrando sus hermosos traseros en fila para que él las penetrara, todas aun deseaban ser penetradas, así que Juan se turno entrando y saliendo de sus vaginas y anos dilatados, todas recibían gustosas su pene pero al fin quien venció fue el ano ajustado de Andrea quien estaba justo al medio de las dos, Juan no pudo más y soltó un gemido mientras sacaba su pene y derraba su semen sobre la espalda de su amante, Victoria y Nancy no esperaron mas y fueron directo al pene, las dos saborearon con sus bocas buen rato, vaciando todos los residuos del liquido blanquecino,  hasta que Victoria se levanto y camino hacia el frente nadie sabía lo que iba a hacer, Andrea en cambio había quedado tendida boca abajo, Nancy seguía lamiendo todo el cuerpo de Juan como si tratase de comérselo, de pronto aparición Victoria de la mano de Michelle quien trataba de cubrirse como podía sus senos y su sexo, Victoria la llevo al sofá, esta quería negarse a estar Junto a Juan pero Victoria sabia conseguir lo que quería y la llevo mostrando las nalgas de de Andrea, se arrodillaron y abrieron sus piernas primero fue victoria quien paso su lengua saboreando el delicioso semen que había quedado en su entrada trasera, luego le invito a Michelle esta tardo un poco en convencerse pero finalmente paso su lengua tímidamente, conocía ese sabor pero no lo identifico al principio, en parte porque le excitaba el sabor de una mujer desconocida, luego de algunos intentos tomo confianza y empezó a lamer e introducir más fuerte su lengua en el ano de Andrea, las chicas empezaron a divertirse una vez más jugueteando con el semen que les había quedado en sus piernas.

Michelle parecía ya no importarle la presencia de Juan y decidió pasarlo bien con sus amigas, Para ese entonces ya Janeth había retirado todo el semen de la vagina de Elizabeth y también empezaron a jugar mientras los hombres descansaban en sus rincones, Juan aun mantenía su erección y mejoró cuando veía a Michelle disfrutado de un buen 69 con Andrea fue entonces cuando decidió a hacerlo, se acercó por detrás de Michelle e inserto su pene sin compasión, ella quiso retirarse pero ninguna de las chicas se lo permitió y terminó penetrada por Juan, a ella le gustaba pero no sabía  como reaccionar quizás esto significaba que lo perdonaba, pero su orgullo no le permitía dar ni un paso atrás, ya era muy tarde para resistirse estaba siendo penetrada sin compasión y le gustaba, para ella esto era una violación pero nunca se imagino que ser ultrajada le provocaría placer.

Al poco rato Michelle alcanzó un orgasmo largo y Juan se arrojo cansado sobre el sofá mientras junto a él se retorcían los cuerpos de cuatro hermosas mujeres, con las que habían gozado o quizás ellas habían gozado de él, no importaba, sus cuerpos se confundían, sus olores se mezclaban, sus pieles se restregaban unas a otras, en un abrazo compartido del cual no querían escapar. En el sofá de en frente estaba Federico, sentado al filo mismo del mueble con Elizabeth recostada sobre sus piernas boca abajo parecía estar descansando o tal vez recordando el precioso momento que había pasado, sus piernas las tenía muy separadas una colgando del sofá llegando hasta el suelo y la otra sobre el sofá estirada, posición que aprovechaba Janeth que era la única con ánimos entonces, para seguir saboreando las nalgas, vagina y ano de Elizabeth, clavada su cara sobre esos bellos glúteos disfrutaba con cada lametazo que daba.

A los lados Izquierda y derecha en los sofás unitarios yacían Hector y Carlos, con sus penes flácidos descansando tranquilamente, Junto a Hector yacía Erika exhausta completamente, así permanecieron un buen rato sin decir palabra alguna, luego quedaron dormidos del cansancio, jamás se hubieran imaginado terminar ese día, ahí 11 personas muchas de ellas desconocidas pero ahora compartían un vinculo más grande que la amistad aquí no existía inhibiciones ni vergüenzas, todos se dejaban ver tal como eran, desnudos como llegaron al mundo libres de compartir sus gustos.

Paso cerca de una hora en que descansaron, hasta que pudieron recuperarse, la mayoría pasaron a conversar amenamente de lo que acababa de pasar, todos tenían su punto de interés y hablaban como buenos amigos incluso quienes no se conocían hasta entonces, Victoria no se conformo con hablar, le éxito mucho conversar de esos temas, y de inmediato pidió volver a la acción al menos con aquellos con los que no había compartido, empezó con Elizabeth a quien había jurado que debía poseer y así lo hizo, en el transcurso de la tarde compartió y gozo con todos y cada uno, no tuvo que insistir mucho a aquellos con los que no había compartido, Victoria se sabía una mujer hermosa y supo conquistar a cada uno, paso un buen rato con Elizabeth, Hector, Janet, Andrea y Érika, Juan mando a traer unas cervezas con las que se sintieron aun más cómodos, disfrutaron de algunos juegos, cartas, juego de la botella, todos con cierta connotación sexual al llegar la noche tuvieron que finalizar el día y lo hicieron de la mejor manera, dado que había mayoría de mujeres, decidieron probar penetración doble con todas ellas, por turnos, Federico y Juan en uno de los sofás y al frente Carlos y Hector daban placer a las mujeres que esperaban haciendo fila, bien con el equipo de Juan o bien al de Hector, las más osadas terminaban con él un equipo e iban al otro todas, mientras esperaban se daban placer entre ellas, todas  excepto Elizabeth que la cual decidió que ya había gozado bastante para ese día,  esa fue la primera vez que Michelle disfruto de placer semejante y con mucha insistencia, solo permitió que fuera Juan y Federico quienes la penetraran doblemente, para ella fue la primera vez que un hombre diferente a Juan entrara en sus agujeros aun así lo disfrutó, cerró los ojos y se imagino que la estaban violando unos desconocidos, cosa que le excitaba mucho, fue así como terminó el día cerca de las 9 pm, cuando todos los hombres derramaron su ardiente semen el los cuerpos entrelazados de mujeres que dejaban ver su cansancio y placer fruto de la larga jornada en que todas y cada una habían salido satisfechas y felices sobre todo por haber compartido en un grupo de amigos que tenían sus mismos gustos y aficiones.

***

Epilogo

Elizabeth, entablo una gran amistad con Carlos, aunque no compartieron ese día se hicieron buenos amigos y prometieron encontrarse a futuro, por lo demás continuo su vida como siempre, unos días después termino la relación con Hector, pues ya no encontraba emoción como ella decía y tuvo muchos otros novios pero aun mas amantes, que la seguían de un lado a otro, por lo menos hasta que se graduó y luego salió a hacer una maestría en Europa, según dijo había encontrado una relación estable por allá, aunque no se sabe si llego a cambiar sus hábitos.

Victoria, hizo tan buenos amigos y amigas ese día, que olvido por completo su obsesión con Michelle, a veces se encariñaba con alguno de sus amantes, pero luego recordaba lo que aprendió ese día, tenía que disfrutar de su sexualidad, tal como lo hiso ese día  con todos los presentes, para ella esto fue un cambio de vida espectacular, se convirtió en parte de grupo de Elizabeth y trato de asistir a todas las fiestas posibles en las que podría compartir de la misma manera, esta experiencia la hizo cambiar tanto que se convirtió en una adicta al sexo, cuando no tenía ningún compromiso visitaba alguno de sus ahora buenos amigos solo para tener sexo, en un principio se obsesionó con Juan, lo visitaba incluso más de una vez por día, cosa que llego a molestar a Michelle y le pidió que se consiga novio, ella trato de tener una relación seria como Hector, pero no funciono mucho tiempo, prefirió llevar la vida relajada junto al grupo de Elizabeth.

Juan, después de este día logro el perdón de Michelle, trabajaron mucho en el negocio que compartían aunque también se divertían de vez en cuando, la ventaja de todo es que Juan no tendría nunca más que ocultar sus gustos a Michelle, por supuesto llegaron a un acuerdo común, el solo podía compartir con otras chicas de las cuales ella conociera y autorizara previamente, después de esta experiencia su relación se fortaleció  y tomaron la decisión de ir a vivir juntos y posteriormente casarse, cambiaron su vida ahora ambos asistían a este tipo de fiestas juntos nunca solos, como le decía siempre Michelle.

Federico,  aprendió a vivir un nuevo estilo de vida antes nunca se habría imaginado, empezó a disfrutarlo cada vez mas gracias a que Nancy lo involucro en su vida  oculta y él se lo agradeció pues conoció nueva gente e incluso llego a tener amantes que Nancy nunca llego a conocer, esto quizás provocó que la relación se debilitara y terminaron separándose, esto Federico nunca lo pudo superar del todo, pues siempre estuvo enamorado de Nancy, pero en lugar de echarse a llorar la perdida se animo a sí mismo a llevar una vida relajada sin complicaciones y con muchas parejas a compartir, a partir de eso se convirtió en un mujeriego sin control. Federico se separo luego de un tiempo de la sociedad que mantenían con Nancy, Michelle y Juan y se dedico a trabajar en una gran firma de abogados, fue muy exitoso y gano mucho dinero eso le permitió mantener su estilo de vida.

Michelle,  perdono a Juan, porque entendió que tener sexo no era necesariamente una traición cuando no involucraba sentimientos acepto además los encuentros y fiestas de Juan, aunque pocas veces participaba con alguien diferente a él, solo tuvo dos amantes extras Hector y Federico con los cuales compartió en algunas ocasiones, además descubrió algo nuevo de su personalidad le encantaba ser poseída con violencia, le fascino desde ese entonces la fantasía de una violación, algunas veces la hizo realidad su fantasía con Juan, sus amigos y casi siempre con sus inseparables amigas Victoria y Nancy.

Nancy, nunca pudo cambiar del todo su estilo de vida, desde este día había convertido a Juan en su amante oficial cada vez que podía lo abordaba para obtener satisfacción personal, ahora tenía el permiso de Federico y Michelle quienes le dejaban hacer cada vez que esta quería, su relación con Federico se debilito y termino, aunque siguieron siendo buenos amigos y a veces amantes, después de un tiempo consiguió una relación bastante seria, pero con el mismo problema que antes, el no conocía su vida oculta y se le hacía muy difícil ser sincera aunque lo quería mucho no podía decirle la verdad por miedo a perderlo, tiempo después se separo de la sociedad y se perdió el contacto.

Carlos, se convirtió en pareja de Victoria por un tiempo aunque no le gusto mucho su nueva actitud liberal y la dejo, también se involucro en el grupo de Elizabeth y fue el único de los desconocidos que llego a tener algunos encuentros con Elizabeth, la verdad es que llegó a enamorarse de ella, lastimosamente solo pudo tener un par de días de relación seria, antes que partiera a su viaje a Europa, tal parece que sigue esperándola.

Hector, aunque no le fue muy bien con su relación con Elizabeth consiguió una muy buena amistad y amante a la vez, Michelle con quien se trataron como si se conocieran de siempre, aunque nunca antes de ese día se habían visto, su gustos y aficiones eran muy parecidos, a final de cuentas los dos pertenecían a familias de muy buen estrato social, Juan no puso objeción a la relación y permitía sus encuentros aun si él no estuviera con ellos, después de terminar su relación con Elizabeth dejo de frecuentar esto grupos de amigos de Elizabeth, pero no abandono la gran amistad que hizo con Michelle, al poco tiempo Hector se caso y llevo una vida tranquila a excepción de la pequeña aventura que vivía y aun vive con Michelle.  

Andrea, siguió su vida igual que siempre por lo menos mientras estuvo Elizabeth en el país, vivió su vida desenfrenada a la sombra de su querida prima, jamás tuvo una relación estable, nunca le intereso, sin embargo tuvo un cambio radical una vez que si amiga partió, al principio fue difícil superarlo pues toda su vida social estaba basado en los gustos y deseos de Elizabeth ahora que no estaba sus planes tuvieron que cambiar, sin embargo no duro mucho esta etapa, poco a poco fue volviendo a su ritmo hasta convertirse ella en la reina de los eventos sociales de esta naturaleza, compartió una y otra vez con todos su amigos de ese día y con muchos otros también, ella mismo era la encargada de organizar las fiestas, organizo una en especial que fue muy recordada en una discoteca conocida del lugar en donde esperaba armar una orgia de gran magnitud, lastimosamente a los dueños no les agrado la idea y tuvieron que suspenderla el mismo día cuando casi era media noche, entonces fueron a terminar una vez más en la misma oficina, esta vez con la presencia de Michelle, Nancy y Juan, Federico ya no era más pareja de Nancy,  Victoria no pudo asistir pues justo le había llegado su regla, aun así se divirtieron mucho, con otras personas que fueron también.

Janeth, siguió con su actitud posesiva y de niña engreída, haciendo la vida imposible a quien podía junto con su amigo Marcelo, para su desdicha ya no podía extorsionar a Juan, pues Michelle ya la conocía muy bien, sin embargo existió siempre una enemistad jurada entre las dos mujeres, tanto así que una vez se entero de la relación entre Michelle y Hector, he intento extorsionarla con Juan, pero no le funciono entonces intento seducir a Hector, aunque logro acostarse alguna veces con el no pudo acabar con esta relación, frustrada con su falta de éxito para con esta pareja hecho su furia para muchas otras personas que cayeron en sus telarañas de mentiras y sexo, fue parte de muy sonados escándalos con gente muy importante con la que consiguió embaucarlos para luego dejarlos metidos en un gran lio, lo último que se supo de ella es que empezó a trabajar en una agencia muy prestigiosa de acompañantes, convirtiéndose en una prostituta profesional, esto le permitía relacionarse con gente muy influyente.

Finalmente Érika, regreso a su país fascinada por los buenos momentos que había pasado aquí, en cuanto estuvo ahí trato de buscarse un grupo con el que podría compartir iguales experiencias pero no lo encontró tan a menudo como podía, se escribía y hablaba con su prima contándole cuanto deseaba pasar un buen rato con el que habían compartido y se moría de celos cuando Elizabeth le contaba sus aventuras, su novio la dejo cuando ella le propuso hacer un trío, para ella esto fue mejor pues le dio más libertad para buscar aventuras pasajeras, después de un buen tiempo al fin pudo armar un grupo que compartía sus gustos y hasta llego a filmar una película porno, con ella de actriz principal la aventura le encanto tanto que estaba pensando en convertirse en profesional, regreso a este país una tarde y fue a visitar la oficina que tanto añoraba se encontró a Federico y Victoria compartiendo justo en ese momento y ella se les unió al poco rato llego también Juan y Michelle quienes supieron darle la bienvenida ya hacerle recordar los buenos tiempos, para ese momento ya Elizabeth no estaba en el país por lo que no pudo completar sus vacaciones como hubiera querido y regreso casi inmediatamente, lo último que se supo de ella que fue a visitar a su prima en Europa durante sus vacaciones.

FIN