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Tercera infidelidad en línea.

en Hetero: Infidelidad

Tercera infidelidad en línea.

Hola. Aquí estoy de nuevo, mis íntimos lectores, para contarles la tercera parte de mis historias. Espero les guste. Como en los anteriores relatos, colocare una parte de la última historia para que retomen el hilo de la historia.

Quiero agradecer a todas las damas y los caballeros, que dedicaron un rato de su tiempo en leerme, y también a todos aquellos que  escribieron a mi correo, aun me falta por contestar algunos, pero ya son pocos. Y para no aburrirlos más, comencemos con la próxima historia.

Esto era algo que yo pensaba darle al compadre. Pero ya que se tuvo que marchar. Por lo menos su semen iba a entrar en mi culo. Comencé a darme por el culo con el consolador mojado en el semen del compadre. Mientras me masturbaba el clítoris

--. ¡Huuuuyy que rico esta esto, queee rico, que paja tan sabrosa!

--. ¡Mmmhhhmmm que rico compadre, me estoy dando por el culo con tu leche!

--. ¡Aaaaahhhhaaahhh me voy, si huuyyy me voy, me voy, me voy!

--. ¡Hhaayyy compadre que divino lástima que no pudiste cojerte mi culoo!

De más está decirle que el orgasmo me golpeo como un tornado desbastador, todos mis jugos salieron, tal como cuando se exprime un limón. Ya demasiado agotada, me recosté en el mueble, para esperar a mi esposo. Tremenda historia tenía para contarle.

Cuando mi esposo llego, yo aun estaba sobre el mueble, desnuda y un poco adormilada.

El al verme me dijo.

--. ¡Hola amor, ¿cómo que tuviste una larga jornada hoy?

--. ¡Hola negrito, el compadre hoy me ha dado una cojida fabulosa. Aun estoy exhausta, pero quiero recompensarte, por este placer que me das de coger con otro hombre.

Acto seguido, mi esposo me dio un beso y fue a ducharse. Ya de regreso venia con su verga bien parada, yo mientras, lo esperaba masturbándome muy lento para no acabar, pero si para excitarme otra vez. Al verlo le digo.

--. ¡Uuhh veo que traes la verga ya lista amor. Seguro estabas imaginando como me cojio el compadre!

--. ¡Pero no te vas a quedar con las ganas de saber, porque te lo voy a contar con todos los detalles!

Luego le digo que se siente a mi lado y meta sus dedos en mi vagina para que sienta mi humedad y el poco semen de mi compadre que quedaba dentro de mí, ya que yo había devorado una parte, y tenía también en mi culo otro poco del semen de mi compadre.

Mi marido comenzó a pajearme lentamente, me metía los dedos en la cuca y en el culo al mismo tiempo mientras mamaba mis tetas. Luego yo comencé a narrarle al oído todo lo que disfrute con el compadre.

Entre las caricias que me daba mi esposo, y recordando la infidelidad que había cometido hacia menos de una hora. Los calores en mi cuerpo comenzaron a aumentar, los latigazos de placer en mi sexo se hacían más seguidos, entonces interrumpí la narración y le pregunte a mi esposo.

--. ¿Crees que soy una puta?

El me miro y sonriendo me dice.

--. ¡Claro que eres una puta, eres una zorra viciosa!

Yo, en mi interior me sentía toda una puta, sabía que así era, y muy dentro de mí. Siempre  tuve a esa puta escondida luchando por salir. Ya de niña, cuando tenía entre trece o catorce años. Yo utilizaba los blue jean muy ajustados, y como dios no me dio muchas nalgas, pero si me premio con una vagina grande y muy abultada, esta siempre se me partía con el pantalón, y yo gozaba viendo como los hombres se les iba la vista hacia mi cuca bien apretadita y abierta por el jean.

Por las noches ya me masturbaba pensando como esos hombres me cojian en todas las formas posibles, claro que tenía que disfrutar muy calladita, para que mis padres no me escucharan, porque su cuarto estaba al lado del mio.

Luego cambiamos de posición, mi esposo se recostó en el mueble y yo comienzo a mamarle el guevo, sin dejar de contarle todo lo que habíamos hecho el compadre y yo. ¡En este momento vino lo más rico!

Mi esposo se sienta en el mueble, y yo de espalda a él, voy sentándome sobre su verga, la tomo y la guio hacia el orificio de mi culo, esta terriblemente dura, me bajo despacio y siento cuando su cabeza comienza a abrir el hueco de mi ano, y  se va perdiendo en mis entrañas.

Termino de sentarme y todo le guevo entro en mi, ya las bolas chocan con mi culo. Comienzo un leve sube y baja, recorro todo el largo de la verga con mi culo, llego hasta la punta y cuando siento que ya va a salir, regreso el camino recorrido y hago que ese pedazo de carme se vuelva a introducir en mi. Muy, muy profundo en mis intestinos.

Ya en los estertores del placer. Le digo a mi esposo.

--. ¡Que lastima, yo quería que el compadre me ensarta el culo así, bien duro!

Y meneo mi cadera muy fuerte, para enseñarle a mi esposo como me iba a tirar al compadre. Mi esposo  me pregunta.

--. ¿Qué le dirías mientras te está dando así bien duro?

A mi esposo le gusta hacerme imaginar algunas veces cuando hacemos el amor, que otro tipo es el que me está cojiendo, por eso yo sabía que con su pregunta yo me daría a la tarea de imaginar, que era el compadre el que estaba taladrando mi ano, y le dije.

--. ¡Aahhyy compadre que verga más rica, no sabes las ganas que tenia de sentirte dentro de mi culo!

--. ¡Ssiii dame así duró, que rico la siento, toda bien dentro de mí!

--. ¡aaaaahhh compadre me voy riicooo!

Meneaba mis caderas arriba y abajo  muy despacio. En eso, mi esposo toma el vibrador, lo enciende y me lo clava en la cuca.  Yo cierro los ojos y comienzo a imaginar que son dos vergas que están entrando en mis agujeros.

Dejo escapar un quejido de placer y me abandono al deleite que estoy sintiendo en mi cuerpo.

--. ¡Aaahhhh dos vergas dentro de mí, esto es aaaaahh, lo máximo!

Siempre he querido sentir la sensación de dos vergas en mis agujeros, y yo sabía que era cosa de tiempo para sentirlas, pero en estos momentos solo podía recurrir a la imaginación.

--. ¡Denme duro por mis agujeros, sáquenme toda la leche siiii duro, duro! 

En ese momento comencé a sentir los latidos de la verga en mi culo y supe que mi esposo estaba llenando mis entrañas con su semen.

--. ¡Sii, sii amor dámela toda, acaba en mi culo!

Empecé a girar mis caderas en circulo mientras subía y bajaba sobre le guevo para exprimirlo bien y llegar a mi orgasmo.

--. ¡Uuuuyyyy me voy, me voy ssiii dame papito que estoy acabando!

--. ¡Ssiii ahhhh me voy me voy ssiiii que rico acabo ssiii me voy aaaaahhhyyyy!

Doy los últimos golpes sobre la verga y me vengo, esta vez con un orgasmo más placentero que el anterior. Mi cuerpo tiembla, el orgasmo es prolongado y brutal.

Quedamos un rato así, yo clavada en el guevo, recobrando el aliento. La faena estuvo maravillosa fue un final perfecto.

Del compadre, no supe mas nada después de la última cojida que me dio; la verdad, me daba pena preguntar a mi esposo. Pero como al mes, mi esposo sin más, me pregunto:

--. ¿El compadre no te ha llamado amor?

--. ¡No negro, la verdad que no se dé él desde la vez que tiramos en la sala!

Entonces mi esposo comenzó a contarme que el compadre había tenido un percance con la esposa y estaban peleados. El compadre, pidió unas vacaciones en su trabajo, y se quedo unos días en casa de un familiar en Yaracuy, mientras la esposa se calmaba.

Me sentí mal, porque pensé que en parte, el problema de mi compadre, lo habíamos causado nosotros, y por otra parte. Que los jueguitos habían acabado de momento.

Pero como es la vida, mi suerte, en la puteria estaba de mi lado, y los acontecimientos dieron un vuelco inesperado. Una de mis hermanas trabajaba por esa época, en una agencia de lotería; llego a enfermar y tenía que ausentarse por unas semanas, tenía que tomar un reposo y hacerse unos exámenes. Me propuso que le hiciera la suplencia por esos días, y yo le dije que no tenía problemas.

Así que la semana siguiente, estaba al frente en la lotería. A los dos dias, de estar encargada del negocio, estaba distraída viendo el monitor y entra un cliente a comprar unos tiques de lotería. Cuando levanto mi cara, al verlo. Me lleve una gran sorpresa, este hombre que estaba delante de mí, era nada menos que un antiguo novio que había tenido. Nuestra historia fue por decir desafortunada.

Para ese entonces yo tomaba unos cursos en el Ince. Hay nos conocimos y nos empatamos. Pero como yo era virgen, no pasábamos de unos besos y metidas de mano. Claro que él quería llegar más lejos y yo también, pero las enseñanzas de mis padres sobre la moral y tantas cosas, me frenaban y me daba miedo llegar al final del asunto.

El busco desahogo por otro lado, con la mala suerte que embarazo  a la muchacha y tuvo que casarse con ella porque era menor de edad, y la madre lo amenazo con meterlo preso. De ahí luego no supe más de él.

Charlamos un rato de nuestras vidas, luego le pregunte que hacía por estos lares, ya que él vivía muy distante de donde estábamos. Luego me recordó de unos familiares que vivían por la zona. No tan cerca, pero la camioneta los dejaba frente a la lotería y de allí seguían al metro. (Tren).

Luego nos admiramos de la eventualidad, el nunca entraba a esa lotería y casualmente ese día, le dio por comprar. Bueno al final quedamos con un compromiso de una salida para charlar.

Al llegar a casa, le conté a mi esposo, y él me dijo que saliera con él para ver qué pasaba y así me sacaba las ganas que le tenía;

Mi esposo, sabía que en su momento yo deseaba mucho haberme dejado partir el virgo por ese hombre, ya le había contado todo lo referente a mi ex. Y en las fantasías, el, era uno de los hombres que me cojia a reventar.    

 El primer día que nos vimos. Serré más temprano la lotería y nos conseguimos cerca de la estación del metro en el silencio. Tomamos unos cafés, hablamos de todo y al despedirnos, el me beso en los labios. Fue solo un piquito, pero lo sentí rico.

Le conté todo a mi esposo, incluso, que él quería que nos viéramos dentro de dos días porque estaba terminando un trabajo con un carro y quería desocuparse para que pasáramos una tarde juntos. (Mis íntimos lectores, voy a acortar un poco el relato para no hacerlo aburrido con detalles que no importan e ir directamente al grano)

Ese día me arregle con mucho esmero, depile todo mi cuerpo y tome mayor atención en mi vagina. Luego escogí el atuendo que constaba; de una panty tipo hilo, hecho de una fina tela blanca transparente y adornada a los bordes con encajes, se me veían claramente los labios vaginales a través de la prenda. La copa del sostén también en la misma tela y encajes, un vestido que me llegaba a medio muslo, y concluí con unas sandalias altas.  Mi esposo me decía que me veía realmente apetecible, (incluso me metió los dedos un ratico y constato que ya estaba húmeda). Me hice una cola de caballo y me decidí por un maquillaje mínimo, solo ojos y labios.

Quede con mi hermana que trabajaría medio día y ella ya estaba lista para retomar su puesto. A las doce fui a casa de mi madre a esperar la llamada. No espere mucho, en quince minutos timbro el teléfono y yo corrí a contestar.

Como yo le había dicho a mi madre que iba a una entrevista de trabajo. Lo hice pasar por una dama y le dije.

--. ¡Ok señora xxx ya voy saliendo!

Nos encontramos en el mismo sitio. El venia en un vehículo, se paró frente a mí, y al yo montarme y saludarlo, el me tomo del brazo y me atrajo hacia él. Me dio un beso en los labios muy lascivo, metió su lengua en mi boca y la enrosco con la mía. Yo le correspondí e igualmente busque su lengua y nos besamos un buen rato intercambiando nuestras salivas.

Arranco el vehículo y le pregunto.

--. ¿A dónde vamos a ir?    

--. ¡Tú sabes que yo quiero hacerte el amor desde hace mucho tiempo y esta es la mejor oportunidad!

--. ¿Tú no lo deseas también?

La verdad me tomo fuera de base. No pensé que iba a ser tan directo, solo le dije.

--¡no venía preparada para esto, la verdad me dejas desconcertada!

Le mentí, no me quería sentir ansiosa, pero el insistió.

--. ¿Pero tú no lo deseas también?

--¡si claro que lo deseo, pero pensé que le daríamos más tiempo, ahora si esta es la oportunidad, vamos y veremos qué pasa!

Condujo hasta Altamira, busco un hotel bien oculto y entramos a la habitación.

Ya yo me sentía menos cohibida y me dejaba manosear por él, en el auto, en el ascensor. Cada vez que quedábamos solos cogía mis nalgas o metía la mano bajo mi vestido y tocaba mi cuca por sobre la panty.

Al llegar a la habitación, hubo un detalla en el decorado que me llamo la atención. Las paredes estaban adornadas con listones de espejo del techo al piso, como de unos treinta centímetros de ancho.

Ya en la habitación, él se despojó de la camisa luego me abrazo y comenzamos a darnos besos de lengua bien ricos, mientras yo le acariciaba la espalda, el me lamia el cuello, las orejas y luego volvía a mi boca para meter su  lengua en mi boca.

Me di cuenta de un detalle. El con su lengua lamia la saliva que soltaba mi boca, me parecía algo morboso y comencé a soltar más saliva, y el con su legua la recogía y me la chupaba.

Esto me excitaba de más y  mi calentura seguía en aumento. Luego me llevo a la cama, me acostó. Y se montó sobre mí. Mientras nos seguíamos acariciando y besando, me levantó el vestido y comenzó a acariciarme las nalgas, y me decía cosas al oído.

--¡no sabes cuánto te deseo, no te imaginas las ganas que te tenía desde hace tiempo!

--¿dime, tú también me deseas?

--¡claro que te deseo. ¿Crees que estaría aquí contigo si no lo deseara?

--¡vas a ver lo rico que la vamos a pasar!

Yo estaba segura que así seria, nuestro deseo era añejo y ahora estaba en ebullición. Sería como destapar una botella de champaña. Las burbujas serian nuestra pasión y el líquido, todos nuestros flujos, sería un torrente de pasión y placer indetenible.

Él se giró y me coloco sobre él. Me bajo el cierre del vestido y comenzó a acariciarme la espalda, luego me bajo un poco para que mi vagina quedara a la altura de su verga, yo al sentirlo, comencé a restregarme en el guevo, en ningún momento dejábamos de besarnos y acariciarnos. Yo le daba mi saliva y el la lamia y me acariciaba todo el cuerpo bien rico.

Cambiamos de posición, el me recostó boca bajo en la cama, y comenzó a besar y lamer mi espalda, bajando lentamente, llego a mis nalgas y las lamia. Yo comencé a dejarme llevar.

--¡ssiii lámemelámeme rico, cómeme el culo, muérdeme las nalgas, anda que me gusta!

--¡quiero tu verga, quiero mamarte, que me penetres duro, te deseo amor, hazme tuya!

Sentía la saliva sobre mis glúteos y me daban escalofríos por todo el cuerpo. Por fin me iba a tirar a este tipo que lo deseaba tanto.

Luego se paró y comenzó a quitarme las sandalias, también me chupaba y besaba los dedos de mis pies. Comenzó a subir por mis piernas lamiéndome toda hasta llegar a mis pantis. Luego comenzó a lamer mi vagina por sobre la tela absorbiendo mis flujos de la panti.

--¡haayyy papi siii mámame,  anda, anda, mámame la cuca, méteme tu lengua!

El escucho mis suplicas y corrió la pantaleta a un lado y comenzó a mamarme directamente sobre mi cuca. Esto fue lo máximo, los jugos se me salían a montones.

--¡eso es cómeme así, bebe todos mis flujos, mámame duro!

Mamaba mis labios vaginales y luego metía su lengua muy dentro de mi cuca, me sacaba los jugos totalmente.

--¡dame lengua amor, cojéeme con la lengua chúpame riiicooocómeme la cuca anda!

Lo sentía como un sediento bebiendo de mi néctar para calmar sus ansias. Lo tome por la cabeza y lo apreté contra mi sexo. Quería ahogarlo con mis flujos, que me comiera la cuca lo más adentro posible.

--¡así bebe chúpamechúpame rriiiccooo me tienes loca me vas a sacar la leche si sigues asii aaaaa me muero de placer aaaaaaaahhhh siiii!--.

Para mi sorpresa, cuando ya me tenía a mil. Dejo de mamarme la cuca y se acostó a mi lado, comenzó a mamarme las tetas y a hacerme la paja. Me daba con los dedos en el clítoris mientras me mamaba las tetas y luego metía sus dedos en mi vagina.

Me decía que me deseaba tanto, me acariciaba toda, besaba mis labios, mis senos y me pajeaba rico. Yo a su vez le chupaba las orejas, le lamia el cuello y le acariciaba el pelo, el pecho,  todo el cuerpo.

Como ya estábamos a punto. Comenzamos a quitarnos la ropa mientras nos dábamos besos y caricias. Desnudos, la sensación era más sabrosa, podía sentir su piel pegada a la mía. Esto me daba un placer y un morbo tremendo. Ya quería tomar acción y sentir su verga en mi boca. Lo recosté de espalda en la cama y comencé a bajar lentamente mientras le iba besando todo el cuerpo.

Yo tenía su verga tomada con mi mano, le sentí  un buen tamaño.  Pero cuando la tuve ante mis ojos, me di cuenta que su verga era bastante gruesa, su pene tenía una forma extraña, a pesar de que su glande tenía un tamaño relativamente normal, inmediatamente después de la cabeza, se engrosaba el cuerpo del pene, era más grueso que la cabeza de la verga. Era como tres dedos juntos.

Me quede como hipnotizada, comencé a pasarle la lengua por la cabeza y con mis manos, lo acariciaba para sentir todo el detalle de las venas, y esa parte de abajo por donde sale la leche.

Le lamia el cuerpo de la verga y luego lo llevaba a mi boca, metía todo lo que cabía dentro de ella, hasta sentirlo en el fondo de mi garganta, chocaba con mi campanilla y me daba arcadas, lo sacaba y luego lo metía de nuevo, lo sacaba y pasaba mi lengua por todo el cuerpo del pene. Lo lamia y lo chupaba todo.

Él estaba disfrutando mucho de la función, porque me decía

--¡aaahhhhh dale así, mi vida, ssiii me gusta que te pongas así!--.

Yo sentía como mis flujos estaban mojándome toda, mi cuca estaba pidiendo acción, quería sentir ese pedazo de carne dentro de ella. De pronto, el me tomo por los brazos, me acostó sobre la cama y se subió sobre mí.  Enfilo su verga hacia mi gruta y la fue metiendo despacio mientras me miraba a los ojos.

Podía sentir su verga llenándome toda a plenitud. Lo abrace, lo atraje hacia mí y le di un gran beso de lengua. Esa verga en mi vagina me estaba llevando al cielo. El comenzó un lento mete y saca mientras nos chupábamos las lenguas y nos acariciábamos al mismo tiempo. Trate de apretar esa deliciosa verga con los músculos de mi vagina, pero era poco lo que podía hacer, por el grosor estaba dilatada y lo apretaba poco, pero podía sentir en mis paredes vaginales la forma de sus venas, esa sensación me daba unos escalofríos que se convertían en corriente en mi columna, subía a mi cerebro y me daba una descarga sexual.

--¡Huuyyyy bebe que rico se siente tu verga, cojeme así bien duro, hazme tuya reviéntame esa cuca a punto de guevoDamedame así bien duro soy tu perra, tu puta rico, rico asiiiasiii amor aaahhhhahhh!—

Estaba delirando de pasión, sentía el orgasmo sobre mí, ya estaba por acabar.

--. ¡Dame papa que ya llego, sigue asiii, bien duro amor dale si, dale duro!—

En ese instante, con el frenesí que yo tenía. Lo tome de los hombros y le di la vuelta quedando yo sobre él, ensartada en la verga.

Me empuje sobre el pene, clavándolo todo dentro de mí y comencé a dar giros con la cadera sobre la verga, le daba giros y luego subía y baja sobre ese palo tan divino. Él se incorporó y comenzó a mamarme las tetas sujetándose de mis nalgas.

--. ¡Aaahhhh mámame que me voy si rico papiméteme los dedos en el culo. Me voy, me voy aaaahhhhaaahhhh hay mi vida estoy acabando sobre tu guevo, me sacaste la leche papa, sssiiisssiiiaaaahhhhh que descarga me sacaste todos los jugos amor!—

Después de acabar, seguí dándome duro en el guevo para terminar de sacar bien el orgasmo que había tenido, meneaba duro mis caderas y besaba a mi amante por el cuello, las orejas luego regresaba a su boca para comerle la lengua y mojarla toda con mi saliva.

El aún no había llegado, me dijo que él quería acabar en otra posición y me puso en cuatro pero con la cabeza apoyada sobre una almohada. Luego se colocó entre mis piernas y me lo clavo de un solo golpe en la vagina así desde atrás. Me bombeaba rapidísimo y bien duro, parecía que quería partirme en dos con su verga.

Gracias a la gran cantidad de flujo que salió de mi cuca, su verga entraba con facilidad y no dolían las envestidas que me estaba dando. Mis caderas comenzaron a saltar como un resorte, las movía a todos lados, le daba vuelta en círculos y luego me meneaba lo más que podía. Aunque mi idea era hacerlo acabar a él,  ya mi cuchara comenzaba a tomar energía y los espasmos de placer comenzaron de nuevo.

Apretaba la almohada con mis manos y comencé a tirar mis caderas hacia delante y atrás, acompasando mis movimientos con los de él. Yo me levante y quede como la propia perrita en cuatro.

Tenía mi cuca toda mojada, yo sentía que me bajaban mis jugos delicioso, y yo en cuatro como una perra gozando y el dándome y dándome.

Yo  --¡hhaayyyy dame duro, duro anda empújamelo, dame que me voy, anda que voy a acabar aaaaaaaa aaaahhhhaaa aaaaahhhyyy!—

El --¡que cuca tan rica tienes, no sabes las ganas que tenia de gozármela aaaahhhh!

Yo --¡aaaaahhhh anda empuja, duro, duro, duro. Anda así bien duro como un hombre, anda reviéntame anda,  aaaaaahhh  aaaaahhhh!—

Me tenía en el cielo de los orgasmos, el placer circulaba por todo mi cuerpo, toda yo era placer, era esa verga deliciosa y mi vagina. Tenía el orgasmo en la puerta del abismo, solo le falta caer y explotar en un inmenso placer por todo mi cuerpo. De pronto siento que me aferra por las caderas y me lo empuja bien adentro y era porque él ya iba a acabar, y me lo empujo bien adentro y me dijo.

--¡aaaahhhh que cuca tan deliciosa tienes, como estoy gozando con tu cuca!—

--¡que dicha, me tienes vuelto loco aaahhhh me voy dentro de ti aaaa toma mi leche amor!—

Al terminar esa frase, hundió su verga en lo más profundo de mi vagina y comencé a sentir su descarga de semen bien adentro de mí. Cuando me sentí toda mojada de su leche. Revente en un orgasmo escandaloso,

--¡aaaahhhhhaahhhh, que delicia sigue así, dame toda tu leche en mi cuca, lléname toda andaaa aaaaaaa hazme tuyaaa, préñame, anda dame toda tu leche aaaaaaa siii, assiiiii aaaahhhhh! (imposible que quedara preñada, porque yo me cuidaba pero me daba un morbo terrible que lo pudiera hacer)

Los dos acabamos tan rico. Mi cuerpo temblaba por el orgasmo, ya no me pude sostener y cay tendida boca abajo sobre la cama. Él se acostó sobre mí, y me volvió a meter el guevo, me lo restregaba por las paredes vaginales y podía sentir como su semen comenzaba a salir de mi vagina y me mojaba los labios de mi cuca, mis piernas, me mojaba toda.

En ese momento me dijo que tenía un culo que se veía bien sabroso, para meterme el guevo por él. Yo tenía unas ganas locas de que me lo metiera en el culo, pero recordé que con el tamaño, tal vez, no sería buena la idea y desistí de decirle que me cojiera por el culo.

Luego nos abrasamos y comenzamos a darnos besos y caricias un rato.

Nos fuimos al baño y nos bañamos, nos enjabonamos mutuamente y el me acariciaba todo el cuerpo con el jabón, toco todo mi cuerpo con sus manos. Volvimos a la cama, yo me acosté de espaldas a él y comenzamos a hablar de nuestras vidas. El sequia restregando su verga entre mis nalgas, el guevo lo tenía bien duro y paradito. Nada más bastaba que yo lo rosara, para que ese guevo se parara, solamente con verme, lo tenía loco, excitado, lo tenía como un perro, como un burro, con ganas de tenerme ensartada.

Luego comenzó a meterme mano otra vez, comenzó a meterme los dedos en la cuca, me metió varios dedos y comenzó a cojerme con sus dedos, luego bajo su otra mano y metió sus dedos en mi culo. Y me daba y me daba. Luego se puso frente a mi cuca y me la habría grandota, y comenzó a restregar su verga por mi cuca así abiertota. Que delicia como se sentía. Luego me dijo.

--¡hhaaaa espero que esta no sea la única vez que te habrá así, que vea esta cuca tan deliciosa!—

Me la abrió lo más que podía, grandota, grandota y espeso a pasarme la lengua, la metía bien adentro de mi cuca. Y yo como toda una perra, me le meneaba, me subía y le pegaba la cuca en la boca para que su lengua entrara totalmente en mi vagina.

En un momento yo misma me abrí la cuca y comencé a pajearme el clítoris, para que viera como mi marido me había entrenado con todo lo que tiene que saber una puta. Él se acostó sobre mí, y yo tome su guevo y comencé a pasarlo por los labios vaginales. Me acariciaba toda la cuca con su verga, le mojaba la cabeza con mis flujos y luego la restregaba otra vez por toda mi cuca. También lo besaba, lo mordía, lo rasguñaba. Para que se acordara, de lo tirona, lo singona, lo perra que soy. Para que se quedara con ganas de cojerme, de tirar otra vez conmigo.

Luego le di la vuelta, me monte sobre él, me abrí la cuca y comencé a restregársela por las piernas, subí y su verga parada descansaba sobre su abdomen. Me coloque sobre el guevo como si fuese una silla de montar, y comencé a deslizarme sobre él, subía hasta la cabeza de la verga y luego regresaba por todo el cuerpo hasta las bolas.

Me estuve dando colita sobre la verga un rato, seguí subiendo, y abriéndome la cuca, le iba mojando el cuerpo con mis flujos por donde pasaba mi cuca. Le deje toda la verga mojada con mis derrames y una línea viscosa de mis líquidos por donde le pase mi vagina.  Llegue a su boca y pose mi vagina sobre sus labios como una ventosa, me abrí la cuca y le cubrí toda la boca.  

Acto seguido, el metió su lengua y yo le cabalgaba sobre la cara. El metía su lengua en mi cuca y comenzó a hacerme una paja por el culo con sus dedos, yo giraba sobre su boca choreando jugos y comencé a llegar de nuevo. El me bajo y me acostó a su lado, metió sus dedos en mi cuca y el culo mientras me comía las tetas y me daba besos de lengua, me hizo una paja exquisita y yo acabe de nuevo.

Sin dejar que yo terminara de salir de mi orgasmo. Se montó sobre mí y me clavo su verga de nuevo, me daba duro, lo llegaba al final de mi vagina. Como yo quería llevar el ritmo de las metidas, le di la vuelta y quede sobre él. Me fui metiendo el guevo muy despacio y cuando ya estaba todo el palo metido dentro de mí. Me empecé a menear sobre ese guevo como una perra.

Me meneaba y le daba y le daba, sentía el guevo tan adentro y las bolas pegándome en las nalgas. En ese momento voltee y me vi en los espejos, y comencé a darme duro y me veía en los espejos.  Busque el que estaba detrás y veía como me entraba el guevo en la cuca.

Esta visión me enloqueció y comencé a darle duro sobre la verga sentía que me llegaba al estómago,

--¡ssiii papi que rico se ve tu verga partiéndome el coño, aaaahhhh méteme un dedo en el culo!

Le apretaba el guevo y movía las caderas muy rápido. Él me dijo que bajara la velocidad.

--¡la verdad que tu sacas la leche muy rápido, no te muevas así!

Nos quedamos un rato tranquilos besándonos, pero los espasmos en mi cuerpo hacían que le apretara la verga al compás de los latidos de mi corazón.

--¡que arrecho sin embargo así besándonos nada más, me vas hacer acabar!

Yo le dije que no quería perder mi excitación y continuamos en la faena, le dije que me metiera un dedo en el culo y mamara mis tetas mientras yo lo cojia a él.

 Empecé a moverme despacio y me veía en los espejos, busque todas las posiciones para ver como este hombre me cojia, me hacia su hembra para luego derramarse dentro de mí.

--¡Aaaahhhh siiii siento tu verga latiendo en mi cuca papi!

--¡te voy a sacar la leche otra vez, ssiiii aaaahhhh aaahhyyy bebe que duro esta ese guevo!

--¡chúpame duro las tetas que me voy, anda chupa duro, acaba conmigo amor!

Nos abrazamos duro, comenzamos a comernos las bocas y acabamos los dos juntos otras ves.

--¡aaaahhhh si negrito dame tu leche, lléname otra vez la cuca con tu leche, llena tu cuca anda, anda gózate tu cuca que yo estoy gozando con ese guevo que ahora es mío!

Me dio toda la descarga de su semen dentro de mí y yo me lo clave hasta el fondo. Sentí su venida como choques eléctricos en mí. Con los espasmos de mi acabada oprimía su verga obligándolo a dejar toda su leche dentro de mi vagina.

Nos recostamos un rato para recuperar las energías. Volví a percatarme de los espejos y se me ocurrió una ociosidad. Me levante fui hacia uno y me coloque de espalda, de forma que se viera mi vagina. Comencé a pujar y vi como salía el semen de mi cuca, lo tome con mis manos y lo introduce en mi culo con los dedos. No sé pero ya se había convertido en un ritual.

Sentir el semen del hombre que me cojia, en mis dos agujeros. Luego saque un poco más y lo lleve a mi boca. Lo coloque sobre mi lengua, lo saboree y luego lo trague. No tuve oportunidad de hacer acabar esa verga dentro de mi boca y no quería quedarme con las ganas de sentir su leche en mi boca.

Por lo cansada que estaba y al ver la hora, decidí que ya era hora de terminar la cita. Nos dimos otro baño y abandonamos el hotel. Me dejo en el mismo lugar que nos encontramos y con un largo beso de lengua nos despedimos.

Llegue a casa, me recosté en el sofá y comencé a repasar la aventura que acaba de tener. Mi esposo llego dos horas después y comenzamos a charlar sobre mi aventura, el me noto extraña y me lo hizo saber, luego le dije que tenía un sentimiento extraño en mi cuerpo. Como algo de tristeza mesclado con añoranza, le dije que esta aventura fue diferente y si yo volvía a tener esa verga dentro de mí, unas tres o cuatro veces más, nuestro matrimonio correría peligro.

Termine de contarle toda la aventura con detalles, nos bañamos juntos pero no hubo la excitación que esperábamos. Luego nos fuimos a la cama a dormir, con una clara decisión tomada. No volvería más a ver a ese hombre; las reglas del juego eran muy claras.

Continuara.

P.D. con este relato,  enviare nuevas fotos. Ahora sí, cuando pidan las fotos, especifiquen si son del primer, el segundo o el tercer relato. Besos, mi correo es:

bernarda3000@hotmail.com

Quiero pedirle encarecidamente que no me escriban por otro medio que no sea mi correo. No contestare a ningún otro. También quiero dar las gracias, a todos los que me mandaron fotos de sus vergas.  Envíenme fotocorridas. Que yo sabré hacer un buen uso de ellas. Quiero masturbarme con sus vergas y fotocorridas. Un gran beso para mis íntimos lectores.