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Mis hermanos, mi tío y yo. Su puta.

en Amor filial

Hola mis íntimos lectores. Hoy les traigo una muy buena historia que me envió otra amiga de las que escriben a mi correo.

Me aseguro que los acontecimientos que me escribe son cien por ciento reales. Yo no dudo de su veracidad pero bueno, ustedes lean y juzguen cada quien a su convenio.

Coloco algunas fotos de referencia para los juguetes que utilizaron, y algunas fotos de ella en la actualidad. He modificado un poco el relato, pero solo en alguna parte que explique las cosas más detalladamente. Cuando ella lo leyó, le dio el visto bueno y me comento que algunas cosas que escribí, en su esencia eran así pero ella no supo cómo explicarlo. La otra cosa es, que tuve que dividir el relato en dos partes porque hay algunos lectores que no les gusta leer mucho los relatos largos y me lo han hecho saber. Claro que los publicare simultáneamente.

 

Como último dato. Esta amiga es paisana aunque no somos de la misma ciudad ella es de Venezuela al igual que yo. Ahora les dejo con el relato para que disfruten la aventura de otra esposa puta que se siente orgullosa de serlo.

Hola amiga te estoy escribiendo esta historia que viví en mi niñez. Hoy ya cuento con 50 años, pero para esa época yo tenía unos nueve años.

Soy una mujer normal pelo negro, ojos marrones y un cuerpo normalito más bien un poco gordita, pechos grandes eso sí, el trasero normal, de pocas nalgas.

Mi familia es muy numerosa somos diez y nos dividimos en cinco hembras y cinco varones. En esta época, mi casa estaba en construcción, por lo cual dormíamos hacinados en las pocas habitaciones que quedaban disponibles. Por mi parte. Compartía el cuarto con una de mis hermanas menores y los morochos que eran tres años mayor que yo. Ellos dormían en una trilítera y yo en una pequeña cama individual.

Ahora entrando en la historia, no sé a ciencia cierta en qué momento comenzó a pasar todo, solo recuerdo que mi hermano unos de los morochos, se pasaba a mi cama en la noche con el pretexto de no dormir solo y me abrasaba por la espalda.

En algún momento en una noche desperté y sentí que mi hermano me tenía abrazada por la cintura y restregaba su pene en mis nalgas, todo esto ocurría con la ropa puesta por lo cual el rose era mínimo.  

Yo me quede quieta y lo deje hacer, en mi corta edad sabía que era algo malo pero no dije nada. Luego descubrí que como esa noche todas las demás eran iguales.

No sé cuánto tiempo llevaba haciéndolo ni porque yo no me había dado cuenta hasta ese momento. Pero la verdad me gustaba sentir le roce en mis nalgas.

Luego un día cualquiera, teníamos un problema mis hermanos y yo por unos juguetes, entonces yo amenace a mi hermano con decirle a mama lo que él me hacía en las noches, ahora él estaba al tanto que yo sabía lo que él hacía con mi cuerpo y esto se convirtió en un arma muy eficaz para tener a mi hermano como aliado o arma disuasiva entre cualquier problema entre mis hermanos y yo.

En vacaciones siempre pasaba algunos días en casa de mi tía, ella tenía una hija, y mi prima es un año mayor que yo. Luego de pasar un día de juegos y correteos en un parque cerca de la casa de mi tía, se llegó la hora de dormir.

Ya el esposo de mi tía, mi tío político, estaba en casa. Nos bañamos y nos alistamos para dormir. Yo siempre utilizaba las batas de mi prima para dormir así que esa noche fue igual.

Dormíamos los cuatro en la cama matrimonial de mi tía, entonces mi tío estaba a un extremo, luego estaba yo de espaldas a mi tío, mi tía de espaldas mí  y mi prima al final al otro extremo de la cama.

Nunca imagine que la sincronía que había adquirido con mi hermano me llevara a descubrir otro secreto en mi familia que no sabía desde cuando pasaba.

El asunto fue que en un momento de la noche, siento que están tocando mis nalgas, pero esta caricia era distinta porque la mano estaba directamente sobre mis glúteos. No había tela separando los dedos que recorrían mis nalgas y se metían en mi rajita.

Yo me quede quieta, ya conocía el mecanismo, pero la cosa cambio, luego siento que separan mis nalgas y colocan algo caliente entre ellas no me parecía un dedo porque era muy grueso, esto quedo chocando con mis esfínter y mi tío hacia una leve presión.

Presionaba y soltaba, estuvo un rato así hasta que sentí como si se meaba en mi culito, era una sensación rica sentir el líquido caliente chocando con el agujerito de mí culo.

Después de adulta fue que supe que era la primera vez que sentía el semen de mi tío en mi culito. Digo la primera vez que lo sentía yo, porque no sé cuántas veces antes lo había hecho el.

Luego me limpio y ya nos quedamos dormidos. En la semana que estuve en casa de mi tía, el tío me baño el culito con su leche todas las noches.

 

De regreso a casa, mi hermano continúo con sus habituales toqueteos, pero me daba miedo decirle que ahora me gustaba más como me lo hacía mi tío.

No quería que nadie supiera lo que paso en casa de mi tía.

El asunto fue que una noche estando mi hermano en su faena con mi culo, yo comencé a empujar el trasero hacia su pene y descubrí que cuando empujaba hacia presión entre mis piernas y mi cosita quedaba presionada por mis muslos y esto me daba una sensación exquisita.

Seguí empujando y en un rato sentí el corrientazo recorriendo mi cuerpo, me asusto demás, separe mis piernas de prisa pero ya era tarde, el orgasmo se había desatado y recorrió mi cuerpo entre escalofríos y temblores.

Mi hermano creo se asustó por mis sacudidas y se retiró a su cama. Era la sensación más exquisita  y alucinante que había sentido. Me prometí desde ese instante que buscaría la forma de sentir eso más seguido.

Me quedaba de última al levantarme y ya sola en mi cuarto comenzaba a frotar mis piernas entre si hasta que mi cuerpo explotaba con esa sensación tan divina que aún no conocía su nombre ni porque sacudía mi cuerpo en esa forma tan bestial y divina.

A la hora de bañarme, comencé a hacerlo sola, dejaba a mis hermanas fuera del baño y me abandonaba a las sensaciones pecaminosas que salían de mi entrepierna al frotar mis muslos.

Explota de placer mientras el agua recorría mi cuerpo como manos acariciándome y llevándose todo vestigio del placer disfrutado oculta en el baño.

Después de unos días, sentía mi cuerpo de una forma extraña, no sabía cuál era la causa pero tenía muchas ganas de acostarme y esperar que mi hermano comenzara con sus toqueteos.

Tuve que esperar bastante a que todos mis hermanos se quedaran dormidos aunque yo coloque mi cara contra la pared y me quede dormida en la espera.

Ahora sí, me despertó el movimiento de mi hermano, supongo que él, estando al tanto de que yo sabía lo que hacía, no le preocupaba moverse con cautela para no despertarme. Se metió bajo mi cobija se pegó a mí y comenzó a restregarse.

Aun hoy día no sé porque lo hice, yo baje mis pantalones junto con mis pantaletas luego voltee la cara hacia mi hermano y le dije que hiciera lo mismo, luego tome su pene era muy pequeño comparándolo con el de mi tío.  

Pero en fin, como pude con una mano separe mis nalgas y coloque el miembro de mi hermano exactamente como lo hizo mi tío. Solté mi glúteo me acomode y con el pene de mi hermano rozando mi culito, comencé a apretar mis piernas.

Mi hermano se aferró a mis caderas y comenzamos con nuestro juego, el oprimía y aflojaba su glande contra mi culo mientras yo apretaba mis piernas buscado ese placer tan rico que se escondía en mi cuerpo. Era como esperar a un gran amigo y sentirse dichosa y feliz al verlo llegar.

Ya los dos estábamos claros en lo que hacíamos y que lo aceptábamos, por eso mi hermano ya no tenía miramientos en buscar placer conmigo y yo por mi parte siempre esperaba esa oportunidad para disfrutarlo también.

Estoy muy segura que esa forma en que acabamos la disfrutamos los dos por igual. Aunque si me extraño que mi hermano no mojo mi culo como el tío, pero eso no fue impedimento para que disfrutáramos el momento.

Estoy tan segura, ya que mi hermano esa noche me lo hizo dos veces y ya luego cuando él se pasaba a mi cama, el mismo bajaba mis pantalones y colocaba su pene en mi culo mientras yo empujaba mi pompis hacia él, para facilitarle la operación.

Ya era rutina el juego con mi hermano y esto despertó una sexualidad en mí, que me era difícil pasar el día sin masturbarme, el placer rondaba mi cuerpo todo el día invitándome a jugar para conseguir mi premio.

Tenía cumplido los diez años y unos meses, cuando llegaron las vacaciones, lugar fijo, la casa de mi tía. Ellos nos llevaban a distintos lugares, la playa, el parque, el cine o cualquier lugar de disfrute.

 

Como tenían una sola hija, era la mejor forma para que yo disfrutara con mi prima las vacaciones, igual mi padre no podía salir con todos y éramos repartidos con distintos familiares en las vacaciones.

Pero aunque parezca increíble, yo solo estaba esperando la hora de dormir para sentir a mi tío mojar mi culito. Llego la hora esperada y yo dispuesta a disfrutar de mi regalo.

Entonces comenzó todo, mi tío empezó con las caricias luego coloco su pene en mi culito y el ritual, apretar y aflojar su verga contra mi esfínter. Automáticamente yo comencé a apretar mis piernas, ya era una rutina aprendida de memoria.

Creo que mi tío, sintió los movimientos en mis piernas porque comenzó a apretar su glande más fuerte contra mi culo y hay vino, el líquido caliente pegando contra mi esfínter, yo también llegue con la sensación del semen caliente sobre mí.

Mientras me reponía entre cortos jadeos, siento las manos de mi tío de nuevo en mi culo. Pero ahora era algo distinto. Comenzó a meter sus dedos en mi culito.

En un principio sentí extraño pero el sacaba el dedo y lo volvía a meter, lo pasaba por mis nalgas y lo metía de nuevo, luego entendí, que él estaba tomando su semen y con los dedos lo estaba metiendo en mi culo.

La verdad es que luego de estarme metiendo los dedos un rato en el culo, me empezó a gustar la sensación y lo deje hacer. Apreté de nuevo mis piernas y disfrute de otro orgasmo mientras me cogía por el culo con sus dedos.

La historia se repitió tres días seguidos. El cuarto día estábamos mi prima y yo solas en casa, mi tío trabajaba y mi tía había salido de compras, cuando mi prima me dice que tiene algo escondido en su cuarto para enseñarme.

Nos vamos a su cuarto ella levanta el colchón y saco unas revistas. En un principio me pareció algo surreal, estas revistas eran de mujeres y hombres teniendo sexo. Algo que en mi vida jamás había visto.

Mi prima por lo visto tenía mejor conocimiento y comenzó a explicarme esas cosas del pene dentro de la vagina y las mamadas y todo lo demás que se veían en las fotos.

En un momento dado ella se quitó sus pantalones, se subió sobre la cama y comenzó a meterse la mano en su coño, yo no lo sabía aun pero ella se estaba masturbando viendo las fotos.

Aunque ya me había masturbado, era la primera vez que veía esa forma de hacerlo, yo lo descubrí por casualidad y era la que usaba pero nunca me paso tocarme hay, me parecía pecaminoso.

Mi prima estuvo un rato dándose y se veía que lo disfrutaba, me acerque un poco para ver y ella me dijo que probara que era rico. Me hizo quitar el pantalón y me explico cómo hacerlo.

Comencé a hacer el trabajo y la verdad que mi prima sabía lo que hacía, me enseñaba las fotos y podía ver mientras me pajeaba a esas mujeres penetradas o con grandes vergas en sus bocas.

Pero la que más me llamo la atención fue una foto donde un hombre de color estaba acostado en el suelo y una diminuta mujer blanca estaba acostada sobre él, de espaldas dando la cara a la cámara, su rostro era de placer, pero la impresionante verga del negro se perdía entre su culo, me parecía increíble que algo tan grande pudiera entrar en el culo de esa mujer.

Esta imagen en especial me hizo sentir algo extraño en mi esfínter y acabe como nunca lo había hecho en mis once añitos. Estaba aún saliendo de mi asombro por el orgasmo cuando siento la mano de mi prima tocando mis labios vaginales. Este contacto me hizo dar un salto y Salí de mi asombro.

 ─¿Qué haces loca?─. Le dije aun agitada.

─ te voy a hacer algo que me enseño una compañerita del colegio.

Y acto seguido pego su boca en mi vagina y comenzó a succionar, me lamia toda, me chupaba y me volvía a lamer. Si el orgasmo anterior me pareció sublime, lo que sentía ahora era celestial.

 

Hizo un trabajo de experta, me saco un orgasmo con su lengua que salió de mis huesos como una cascada mojando todo mi ser y derramándose por mi vagina como un torrente de placer.

─primita ahora es tu turno─. Me dijo y luego procedió a explicarme como me iba a colocar para que le comiera el coño.

Cuando estábamos listas para empezar, yo solo atine a pasar mi lengua por su coñito, cuando escuchamos voces en la puerta. Mi tía había llegado y estaba hablando con la vecina.

Atinamos a guardar todo y nos colocamos sobre la cama jugando como dos inocentes niñas, al momento que entro mi tía para decirnos que ya preparaba la comida.

La tarde la pasamos en el cuarto, era como que jugábamos pero estábamos hablando de otras cosas.

─¿Cuándo aprendiste eso que me hiciste en mi cosita?─. Le pregunte a mi prima, tenía mucha curiosidad por cómo se masturbaba y luego cuando me dio la mamada, fue genial, se sentía que sabía mucho de lo que hacía y me decía.

Ella busco un par de cuadernos, unos lápices y nos acostamos en la cama una frente a la otra. Empezamos a dibujar cosas en los cuadernos mientras mi prima me contaba en voz baja, de donde había adquirido tanta experiencia.

─ Cuando estaba en sexto grado, una vez entre al baño y había varias niñas hablando en grupo al fondo de la habitación. Vi algunas compañeras de clases, pero también había niñas de otros salones.

Entre en el wáter, orine y luego Salí a ver de que hablaban las niñas, salude y me incorpore al grupo.

─había una niña de otro salón hablando de sexo con todas las otras, y las demás le decían cosas como que era mentira lo que decía y cosas por el estilo, entonces ella comenzó a contarnos un cuento de que un tío la había desvirgado hacia un tiempo, siempre que estaban solos, la llevaba cargada a su cuarto y la penetraba todas las veces que le daba la gana. Ella en un principio se asustaba y sentía nervios por lo que le hacia su tío, pero después que se convirtió en una rutina habitual. Fue perdiendo el miedo y se dio cuenta que disfrutaba mucho lo que su tío le hacía, incluso comenzó ella a buscarlo cada vez que estaban solos para que la penetrara.  Una vez que el vio que ella disfrutaba de lo que hacían, comenzó a enseñarle más cosas sobre el sexo, la enseño a masturbarse, a dar besos de lengua, le mamo todos sus agujeros hasta hacerla acabar, como mamarse una verga, incluso le hizo tragar su leche un par de veces, que aunque al principio no le gustó mucho, ahora lo disfrutaba. Ahora cuando la penetraba, lo hacía en diferentes posiciones para enseñarla, y siempre acababa mojándole las nalgas o el vientre con su leche, aunque en algunas ocasiones cuando la cogida estaba muy buena terminaba dejándole toda su leche dentro del coñito. Así la convirtió en una experta en el sexo y ella disfrutaba con eso.

En una parte de la historia ella levanto su falda escolar, bajo sus pantaletas e introdujo un par de dedos en su vaginita para que viéramos que estaba totalmente desflorada. Y con sus dedos en la cuchara, nos decía que probáramos que eso era riquísimo, que nos iba a gustar.

Luego se formo un revuelo en la entrada del baño y era una de las mujeres de limpieza, así que la niña se acomodo toda la ropa de prisa y salimos disparas del baño.

Después de la confesión de esa niña, a mi me quedo una curiosidad enorme por todo lo que había dicho, así que comencé a pasar más tiempo con ella y a cada instante le preguntaba sobre el sexo con su tío.

Un día, así sin más, me pregunto si quería ir a su casa después de clases para hacer los deberes. Le dije que sí, pero primero teníamos que avisarle a mi mama. Entonces decidimos que sería al día siguiente y así yo le avisaría a mi mama con tiempo.

Ya en su casa, nos encerramos en su cuarto a hacer los deberes, eso creía su madre porque la verdad es que pasamos una tarde de sexo. Me enseño un sinfín de cosas, tenía un lote de revistas pornográficas que le había dado su tío, y de allí aprendí muchas cosas, aparte de las que ella me mostro y practico conmigo.

─ ¿tú ya perdiste la virginidad─. Le pregunte a mi prima.

─ ¡no!─ me contesta.─ pero aprendí algo que me enseño mi amiga y lo disfruto mucho… si quieres esta noche nos quedamos en el cuarto y te enseño.

La curiosidad y la tentación eran muy fuertes, así que le dije que estaba de acuerdo y a la hora de la cena, le comentamos a mi tía que dormiríamos en el cuarto de mi prima, con el pretexto de que queríamos ver la televisión.

 

Llegada la hora convenida, nos despedimos y fuimos directo al cuarto de mi prima, prendimos la tele, nos acostamos y a esperar que mis tíos se durmieran.

Aguardamos varias horas, y ya entrada la noche, apagamos la luz, dejamos el televisor prendido por si se paraban escucharan el ruido, y también para que nos alumbrara un poco en la penumbra del cuarto.

La prima se quito la ropa interior y me dijo que hiciera lo mismo, nos quedamos solo con la bata de dormir. Luego ella comienza a masturbarse y me dice.

─ ¿te acuerdas lo que íbamos a hacer en la tarde? Es tu turno.

Lo recordé rápidamente, así que me metí entre sus piernas y comencé a pasar mi lengua por su vagina. Como no sabía bien qué hacer, solo pasaba mi lengua a lo largo de su raja sin más adornos.

Después de estarla lamiendo un rato, ella tomo la iniciativa y comenzó a guiarme y me decía: chúpame aquí o allá lámeme más por este lado, y luego de varias instrucciones, le di una mamada lo suficientemente buena para hacerla acabar.

Luego nos acostamos y nos metimos mano mutuamente, ella me masturbaba y yo a ella. Mientras nos acariciábamos, mi prima comenzó a besarme en la cara, los cachetes y luego sin más, se fue directo a mis labios y me dio mi primer beso de lengua.

Me dejo bastante turbada, la sensación fue exquisita y extraña al mismo tiempo, pero cuando lo repitió ya yo estaba más preparada y le correspondí introduciendo también mi lengua en su boca. Ya después de allí, quedamos pegadas como ventosas.

Por más movimientos que hacíamos, nuestras lenguas seguían enroscadas, sin separar nuestros labios, una dentro de la otra mezclando nuestras salivas, succionando y explorando todo el interior de nuestras bocas con la lengua.

Yo esta al punto del orgasmo, cuando mi prima, para y me dice que era hora de enseñarme algo nuevo. Se para, va al closet, revisa en las gavetas y saca una perinola junto con una de las cremas para el cuerpo.

(Para los que no conocen la perinola, es un juguete típico de mi país, pero para más señas les adjunto una fotografía. Esta es bastante parecida a la que tenía mi prima)

 

La parte del cabo por donde se sujeta, tenía el grosor del palo de una escoba, o bastante parecido, ya que este era una perinola de tamaño grande.

Cuando la vi venir hacia la cama, me pasaron muchas cosas por la mente, pero aunque estaba aterrada, no dije nada y espere para ver cuáles eran sus intenciones. Coloco las almohadas una sobre la otra y me dice.

─acuéstate boca abajo y coloca la cabeza en las almohadas, y luego levanta el culo.

La obedezco, me coloco como me indico y luego ella retira la bata y deja mi pompis descubierto. En ese momento, muy nerviosa le digo.

─ ¿prima que vas a hacer? ¿Tú piensas desvirgarme con eso?─. La verdad estaba muy asustada.

─quédate quieta que no te voy a desvirgar por el coño.

─ ¿QUEEE? ¿Qué piensas hacer?

─ deja el miedo, yo también estaba asustada al principio pero después me gusto─. Me dejo caer un poco de crema en el culo, ─ ya verás que te va a encantar prima.

Empezó a frotarme la crema en el esfínter con el cabo de la perinola y luego cuando yo esperaba que sería solo eso...  ZAZZ, me la mete por el culo. El dolor fue leve, pensé que dolería mas, pero no se… tal vez mi culo, ya estaba adaptado pare recibir vergas, esto entro sin dificultad y después de un par de  segundos, ya no me dolía.

Comencé a sentir un cosquilleo extraño en mi esfínter que recorría mi columna y mi mano instintivamente, se fue directo a mi botoncito.

Me estaba pajeando rico mientras mi prima desvirgaba por el culo y la verdad lo estaba disfrutando.

Mi prima al sentir que ya estaba relajada y entregada. Comenzó con penetraciones más enérgicas y rápidas.

Estaba que me derretía de placer, mi prima me daba besos en las nalgas y las estrujaba mientras me cogía. Yo ahogaba mis gritos de placer en la almohada y me vino.

Me vino un orgasmo increíble, no pensé que hubiera algo más sabroso que los escalofríos que recorrían mi cuerpo, convulsiones que me dejaban sin aliento. Todo el conjunto de sensaciones me estaban desarticulando, no pude soportar el peso de mi cuerpo y caí como una muñeca de trapo sobre la cama.

Mientras me recuperaba de esa acabada tan sublime, mi prima se recostó en la cama y se introdujo la perinola en el culo mientras se masturbaba. La observo, me acerco y ella me dice.

─ ¡ayúdame!─, Ella estaba boca arriba, así que me acerque, tome la perinola y comencé a cogerla fuerte como había hecho conmigo.

─ ¿así prima? ¿Te gusta?─. Le digo, le quito la mano del coño y le paso la lengua.

─ ¡si, así mámamela!

Me acomodo mejor y comencé a chuparle el coño, ella me toma por una pierna y me hala. Entiendo lo que quiere y me subo a horcajadas sobre ella, quedamos en un perfecto sesenta y nueve. Mientras nos comíamos el coño mutuamente, yo le daba por el culo con la madera y ella metía un dedo en el mío.

Nos retorcíamos de gusto una encima de la otra, cuando vino a mi mente, lo que hacía con mi hermano. Me imagine que en vez de ese dedo en mi culo, fuese la verga de mi hermano que me estaba penetrando.

Esa visión me encendió más, y con esa imagen fija en mi mente, me vine como una posesa. Mi prima no tuvo diferente resultado y acabo en mi boca como lo había hecho yo, después del orgasmo. Seguíamos lamiendo y limpiando nuestros flujos.

Para mí, era la primera vez que tenía tantos orgasmos seguidos y me entro una modorra intensa, se serraban mis ojos y sin darme cuenta, me quede dormida del cansancio.

 

No sé cuánto tiempo estuve reposando, pero al despertar, mi prima seguía con la perinola entre las piernas, con movimientos lascivos se penetraba y suspiraba hondo, lentamente, afuera y adentro, tenía los ojos serrados, la boca medio abierta y con una mano se apretaba sus pequeños pechos mientras la otra hacia el trabajo entre sus piernas.

Esto me llamo la atención, y aunque aún hoy día no se si estaba adormilada y vi mal. Me pareció que la perinola entraba en su cuca y se perdía en su interior. Cuando me moví para asegurarme de lo que estaba viendo, ella vio hacia donde yo estaba y se saco la perinola.

─ ¿prima te estabas dando por el coño?─. Le digo.

─ ¿Qué? ¿Estás loca? ¡La tenía por el culo! Quiero acabar pero ya no me sale más.

Nos acomodamos abrazadas y nos dispusimos a dormir.

El día siguiente al levantarnos, mi tío que estaba en casa porque era sábado, se le notaba que tenía un humor de perros.

─ ¡buenos días!─, saludamos y fuimos al baño a asearnos.

Los dos días que me quedaban en casa de mi prima, lo pasamos dándonos placer cada vez que podíamos y aunque extrañaba la lechita de mi tío en el culo. Las horas de sexo que pase con mi prima compensaron muy bien la ausencia de él.

Llegada la hora de irme a mi casa, la prima me hizo un regalo. Me dio a escoger para mi, dos revistas pornográficas de las que ella tenía. Una la tome sin reparo pero tuve especial interés en llevarme la de la catira con el vergon del negro clavado por el culo.

En mi casa, casi que corrí a mi cuarto para esconder el botín que traía en mi bolso.

Todo transcurrió normal, durante los siguientes días, estuve en las mismas con mi hermano pero no pasaba a mas, tenía la idea de que lo que paso con mi prima quedaría entre las dos y solo con ella llegaría hasta esa situación, pero no me imaginaba la vuelta que daría el destino. Pasado unos meses, había un revuelo en casa, murmullo entre los adultos y caras largas o de molestia. Secreteaderas iban y venían, hasta que mi madre me llama aparte a su cuarto, cierra la puerta y comienza a hacerme preguntas sobre el esposo de mi tía, el papa de mi prima. Que si te toco, que si no, que te decía, y muchas preguntas más, hasta que me hizo desnudar, luego reviso mis partes íntimas minuciosamente. Ya después con el tiempo, me entere que mi tío, había desflorado a mi prima y la cogía regularmente hasta que mi tía o alguien más, lo descubrió. El lio fue de pronóstico aunque no sé cómo se resolvió. Mi tío se fue de la casa, y por supuesto que a mí me fue prohibido el pasar las vacaciones en casa de mi prima después de ese acontecimiento.

Hoy día pienso que mi tía estaba al tanto de todo, primero por los lugares que nos disponía en la cama a la hora de dormir y porque me resulta increíble que ella no sintiera los movimientos de mi tío, a la hora de los toqueteos que me practicaba. Nunca lo pude corroborar pero estoy segura que ella era su cómplice.

Con mi prima, había abierto una puerta al placer que aunque en algunas ocasiones pensaba en cerrarla, me era imposible desistirme a ese vicio. Me masturbaba de dos a tres veces diarias, incluso comencé a sentarme al final en el salón de clases, y en medio de mis compañeros, comenzaba a apretar mis piernas y disimulaba a más no poder, las oleadas de placer que me producían los orgasmos.

Con el tiempo, decidí fraguar un plan en el que estaba involucrado mi hermano. Cargaba encima una emoción inexplicable. Quería enseñarle a mi hermano las revistas para ver qué opinaba y eso me tenía un no sé que, entre contenta y asustada a la vez. En la primera oportunidad, le comente a mi hermano y nos fuimos a la parte trasera de la casa para mirarlas.

Mi padre en sus ratos libres, se dedicaba a acomodar equipos de línea blanca: neveras, lavadoras cocinas y cualquier otra cosa que se pudiera desarmar. Toda esta chatarra la guardaba precisamente tras de casa en una especie de mini galpón.

Ahí nos fuimos a esconder mi hermano y yo para ver las revistas. Nos fuimos al final de la habitación, detrás de unas lavadoras y comenzamos a ver las fotos y darnos opinión de las mismas.

Continuara.