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Primera infidelidad y mi esposo me descubre 2.

en Intercambios

Hola, muy buenos días, mis íntimos lectores, quiero agradecerles una vez más por tomar un momento de su tiempo para leer mis anécdotas y las de los otros lectores que se han animado a enviarme sus vivencias para que las publique. Quiero darle las gracias, un abrazo fuerte y un gran beso, a todos aquellos lectores que me enviaron las fotos de sus vergas tan ricas ¡GRACIAS MIS AMORES!

Antes de comenzar, les informo que este relato no es de mi autoría, mi única colaboración, ha sido: arreglarlo un poco y publicarlo en mi página. Finalmente, les informo que este relato no llevara fotos porque así lo quiso la autora, y la otra cosa es que todos los contactos que tendrán conmigo serán por este medio. He explicado en algunos relatos que no tengo tiempo para interactuar con ustedes de otra forma. La otra cosa que quiero informarles: es que no he podido entrar a mi página de correos desde Diciembre, así que no piensen que los he olvidado, pero las fallas técnicas son de pronóstico. Me fue eliminado el internet en casa sin ninguna explicación y estoy tratando de ver si puedo comenzar a contestar los correos desde el trabajo de mi esposo hasta que solucione el problema. Afortunadamente, el comenzó a trabajar hace un par de semanas y ya he contestado alguno, no desesperen, les prometo que los leeré todos y les contestare en la medida de lo posible.

Quiero aclarar una duda que ya he comentado con algunos lectores que me han escrito al correo. Esto a modo de información para los otros que tengan la misma curiosidad al  igual que ellos. Varios me han escrito cosas como: «¡Voy a reventarte el culo con mi verga!» o «¡Te voy a hacer chillar cuando te dé por el culo!» o «¡Quiero penetrar tu culito apretado!» y otras frases más por el estilo. Les he hecho saber que esos comentarios están alejados de la realidad, cogerme por el culo es tan igual como si me lo estuvieran haciendo por la cuca (Alguno me lo ha comentado) he llevado tanto verga por ahí, y tengo el culo tan abierto, que mi esfínter esta salidito para afuera como el culo de una gallina.  Ella lo abre para dejar salir el huevo, en cambio, yo lo abro para dejar entrar el güevo. Incluso les he dejado un par de fotos para que vean que no les miento. (Las fotos referenciales, pueden ser vistas en mi blog adjuntadas a este comentario). Ahora sí, les dejo con el relato de mi amiga.

Hola amigos, mi nombre es Silene, esta es la segunda parte de mi historia. Voy a comenzar con una estrofa del último relato para que puedan seguir el hilo de la anécdota.

Pase gran parte del día, sumergida en la internet para averiguar sobre esta nueva aberración de mi marido, y en efecto, como había dicho mi amiga, habían más personas de las que yo esperaba, que compartían ese mundo llamado Swinger, y lo de mi esposo no era algo de siquiatra como lo pensaba.

Más tranquila por las aclaraciones que había conseguido con respecto a mis dudas, me dedique a recorrer varios sitios. Incluso ley un par de relatos que me dejaron bien caliente.

Ahora ya estaba prepara, con toda la información recabada, sería la hotwife que mi esposo quería y lo convertiría en un cornudo feliz para salvar mi matrimonio.

Mi primer paso,  sería encarar a mi compañero de trabajo para ver que ocurría con su actitud de indiferencia hacia mí, así que a la hora del almuerzo, en la primera oportunidad que pude estar a solas con él lo confronte.

─ Hola Víctor ¿Cómo te va?

─ Hola Silene, muy bien, mucho trabajo en estos días.

─ ¿Sabes? Quería preguntarte algo personal ─ tenía que actuar rápido, así que fui directa al grano ─. ¡Me he dado cuenta que después de que cogimos el día de la fiesta, tu estas como esquivándome!... ¿Tan mal estuve?

─ ¡No vale!... Todo lo contrario, solo que… creo que eso fue un error… sé que tu amas mucho a tu esposo y  la verdad que me he sentido muy mal por llevarte a eso y… además ─ Hizo silencio, como pensando las palabras ─ Yo estaba teniendo algunos problemas con mi esposa en esos días, pero gracias a Dios estamos superando la situación y debo decirte que la amo mucho y no quiero arruinar esta oportunidad que me está dando ­─ Luego me miro a los ojos, y me dijo. ─ ¡De verdad lo lamento si te confundí con lo que paso, pero de mi parte te pido disculpas y te prometo que eso no volverá a ocurrir!

Dios que increíble, el muy cabron me metió la verga como le dio la gana y ahora me estaba diciendo muy gentilmente que solo fue eso. Sexo de una noche y nada más.  Aunque me encabrone un poco, también tuve que reconocer que la cogida que me dio no estuvo mal, así que lo perdone mentalmente, me despedí de él, y me fui a mi oficina.

El sexo con mi esposo seguía siendo genial. Cogíamos casi a diario, pero en alguna que otra ocasión que hacíamos el amor, me preguntaba qué había pasado con mi castigo, que si me había olvidado de mi promesa y que cuando seria.

Después de varias semanas de tenerlo en ascuas, tuve que confesarle que mi amigo solo quiso cogerme esa ves y la historia que me conto de la esposa. Mi esposo se quedó como pensando, y luego me dijo sonriendo.

─ ¡Ese carajo es un pendejo!... ¡No sabe de lo que se pierde!

La verdad que sus palabras me hicieron sentir muy bien. Pero me sentí algo triste y frustrada por no poder cumplirle la promesa a mi esposo. Aunque trate de conseguir un sustituto para mi amigo, la verdad que no tuve mucho éxito, en algunos momentos me decidía por algún tipo, pero luego comenzaba a ver los pros y los contras y terminaba por dejarlo pasar.

Solo en una ocasión, me escape temprano de la oficina y me fui a un bar. Después de un par de bebidas, se me acerco un sujeto, me brindo un trago y comenzamos a charlar, después de unas horas de charla, estábamos en un reservado dándonos besos y metiéndonos mano. Llame a mi esposo para avisarle que cumpliría la promesa… o mejor dicho, trate de llamarle, pero cuando marque el número, me acobarde y termine colgando, luego le dije al sujeto que iría un momento al baño y me escape a mi casa.

En casa, le comente a mi esposo lo que había pasado y le confesé que de verdad me daba algo de temor dar ese paso y que lo de mi amigo había sido algo fortuito, y lo más seguro era que yo por mi cuenta no podría cumplir con el castigo. El solo me abrazo y me tranquilizo diciéndome que yo me comportaría a la altura cuando llegara el momento.

La semana estuvo bien hasta el día jueves, mi esposo me hizo varias llamadas al día, para preguntarme por algunas tallas y mi bebida preferida. Luego en la noche, me saco de la duda que me había creado en el día con sus llamadas.

Esa noche cuando salí del baño, tenía sobre la cama, un conjunto de lencería negra en encajes. Un babydoll tipo corset con su liguero y medias de malla, el hilo era algo diminuto, creo que cuando mucho taparía la raja de mi vagina. También había un vestido del mismo color, sin mangas y a medio muslo.

─ ¡Amor! ¡Mira la sorpresa que te tengo!... ¿Te gusta?

─ ¡Hay… Claro que si mi vida! ─ Lo abrase y le di un gran beso en la boca.

Luego me aparto y me dijo…

─ Mira lo que vamos a hacer. Mañana vas a ir a buscarme a la compañía al medio día con esto puesto.

─ ¡ok! ¿Pero vas a estar solo me imagino? ─ Le pregunto intrigada.

­─ ¡tú solo ve a buscarme!...  Luego allá te cuento cual va a ser la sorpresa. 

Al día siguiente, le dije a mi esposo que saldría tarde al trabajo para darme tiempo a prepararme para la cita. Pero a última hora, llame a la oficina y les dije que no asistiría ese día porque estaba algo indispuesta del estómago.

Con toda la mañana por delante para prepararme, tome un largo baño, depile mis partes y unte crema por todo mi cuerpo. Quería estar apetecible para mi esposo.

Después de alistarme, decidí guardar el conjunto de ropa íntima en una cartera grande para colocármelo cuando estuviera con mi esposo, no quería sudarlo en el trayecto a la empresa para ir a buscarlo.

Me sentía algo extraña porque en los años de trabajo de mi esposo, nunca lo había visitado en la empresa, incluso el me invito un par de veces a algunas fiestas de navidad, pero yo nunca quise asistir. Siempre le decía que me sentiría incomoda entre tanta gente que no conocía, al final no sé porque lo hacía,  solo les puedo decir que eran manías mías, o más bien, necedades. El dejo de insistir con el tiempo y yo nunca me apersone en el lugar.

Cuando estaba a unas cuadras de la empresa, lo llamo por el celular para informarle que estaba cerca y él me convido a llegar a la empresa que él me estaría esperando en la entrada.

Toque el timbre al estar en la puerta del local, y mi esposo abrió la enseguida. Me dio un piquito y me explicó rápidamente…

─ ¡Hola amor! Escucha esto… como nadie te conoce acá, tu vas a hacer como que eres una amiga, dentro hay unos empleados que trabajan directamente conmigo. La idea es tomarnos unos tragos y bailar un rato ─ Luego me miro con una sonrisa picara y agrego ─, Tu sabes… ¡Pasarla bien!

Me quede algo desconcertada y solo atine a decirle… ¡Ok!

Luego me llevo a la habitación, guiándome con su mano puesta en mi espalda. Al entrar, observe que había cuatro chicos en el depósito, calcule sus edades entre los dieciocho años, a lo sumo, unos veinte. Me base en la apreciación de sus edades, porque en mi país no se puede trabajar si eres menor de edad, solo en casos especiales y tienes que hacer un engorroso trámite judicial. Porque la verdad, mirándolos a los rostros, tenían pinta de ser muy, muy menores de edad.

Mi esposo levanto la vos por sobre la música que sonaba y les dijo.

─ ¡Muchachos, aquí está la amiga de la que les conté!

Lo mire al rostro, con una mirada interrogante, para que me explicara a que se refería, pero el solo se limito a acercarme a los chicos para las presentaciones.

Primero fue David, alto, como de uno 1.80, piel blanca y algo delgado, luego le siguió Héctor,  un negro, también alto, tenia, a pesar de su color, unos hermosos ojos verdes impresionantes. Siguió en turno, Armando, este chico si era de mi estatura, con una piel algo como tipo bronceado, cabello rubio y ojos claros.  Y finalmente, Pedro. Igual, de mi estatura, algo gordo y muy blanco, con muchas pecas en su rostro.

Terminadas las presentaciones, mi esposo se dirigió a la mesa de corte y me preparo un trago, observe que había muchos canapés y chucherías, así como también, varias botellas de licor. Ahí fue que caí en cuenta porque me había preguntado sobre mi bebida preferida.

Después de entregarme el vaso, todos brindamos, y nos quedamos charlando un rato como para conocernos.

─ ¡Bueno muchachos!... ¡A mi amiga le gusta bailar mucho! ─ Les dice mi esposo después de unos veinte minutos de charla.

Ellos se miraron entre si, como sorteando quien sería el primero. Armando, decidido,  dio un paso al frete, y tomándome de la mano, me llevo a un sitio despajado donde comenzamos a bailar. Note que mi esposo se dirigió a su escritorio y se sentó frente al computador, supuse que tenía algunos pendientes y estaba aprovechando para ir adelantando algo.

El primer baile los animo, y luego ya me sacaban a bailar por turnos. Era muy cierto lo que dijo mi esposo, me encanta bailar, sobre todo la música latina. La salsa y el merengue me fascinan. Así que la pasaba muy bien bailando y bebiendo con los chicos. Mi esposo se acercaba de vez en cuando, pero seguía con lo suyo en el computador, bailamos un par de veces, pero en sí, estaba disfrutando la velada más con los chicos.

El licor ya estaba haciendo efectos en mí, habíamos bebido y comido mucho, me sentía más animada y movía mis caderas con más confianza, incluso, en un par de veces, sentí algunas manos, rosando zonas de mi cuerpo que eran exclusivas de mi esposo, pero no le di importancia… ¡La estábamos pasando bien!

En una ocasión en que estaba muy animada, solté al chico con quien bailaba y comencé a moverme sola, girando las caderas mientras daba pasos de salsa casino (Me gusta mucho ese estilo y tome clases para aprender). En eso, se me acerca David, que era el chico con quien bailaba, y pasa sus brazos por mis costados, yo pensé que iba a abrazarme, cuando siento otro cuerpo que se me acerca por la espalda.  Se tomaron de los brazos, y yo quede en medio de ellos como la carne del emparedado. Se agarraron de los brazos y se pegaron a mi cuerpo, bailábamos los tres al ritmo de la música, (Lo que se podía) en esta posición, pude sentir que sus vergas estaban bien duras, y una se rozaba sobre mi culo, mientras la otra hacia lo mismo por delante.

Me sentí algo extraña, no incomoda, pero mi esposo esta allí y eso me dio algo de nervios.

─ ¡Eso!... ¡La cosa se está poniendo buena! ─ El grito de mi esposo, me saco de mi lucubración. Gire mi cuerpo para separarme de los chicos, y seguí bailando con ellos alternándolos, pero sin abrazarlos.

Después de terminar el baile, me disculpe con los chicos porque tenía que ir al baño, le hice señas a mi esposo, y cuando se acerco, le pedí que me prestara el baño.

Cuando quedamos a solas, le pregunto…

─ ¡Oye amor!... ¿Qué es lo que estas tramando?... ¿Qué es lo que quieres exactamente?

─ ¡Cariño solo quiero que la pasemos bien!

─ ¡Esta bien!... ¡Pero eso no responde mi pregunta!... ¿Qué es lo que quieres que ocurra aquí hoy? ─ Le pregunte mirándolo a los ojos.

─ ¿Sabes que tienes un castigo pendiente, verdad? Solo quiero que cumplas con él y… ¡Me demuestres cuanto me amas! Ahora… de ti depende hasta donde quieras llegar ─ Me toma por los hombros, y mirándome a los ojos ─, ¡Pasémosla bien y dejemos que pase lo que tenga que pasar! Solo te diré que si me complaces me harás muy feliz, y estoy seguro que tu disfrutaras también del momento. ─  Me da un tierno beso en los labios ─ ¡Si quieres asearte un poco tienes que entrar en el baño de los obreros que son los que tienen ducha!

─ ¡Ok! ─ fue todo lo que atine a decir y me dirigí al baño que él me estaba señalando.

Me saque el vestido, fui a una de las regaderas y me di una ducha rápida, puse mucho cuidado en limpiar bien mi coño y el culo, luego tome una toalla que no supe nunca de quien era, y seque todo mi cuerpo, me imagine que era de uno de los chicos que ya la había usado porque estaba algo húmeda. Luego unte todo mi cuerpo con la crema que había traído para que mi esposo disfrutara de mi aroma, pero por lo visto otros disfrutarían de mi fragancia por él.

Luego me puse toda mi ropa íntima de encajes nueva, mientras pensaba: ¿Quién la estrenara? Por el rumbo de los acontecimientos, estaba dudando seriamente que fuese mi marido. Me coloque el vestido, pinte mis labios y acomode mi cabello en una cola de caballo. Cuando tome mis pantis usadas para guardarlas en la cartera, me percate que tenían algo de flujo en esa parte que pega directamente sobre el coño. Tuve que reconocer que la situación con los chicos, me estaba excitando.

Cuando salí del baño, mi esposo estaba aguardándome. Había algo que me tenía inhibida con toda esta situación. Lo había pensado mucho mientras estaba bañándome y tome la decisión de comentárselo a mi esposo.

─ Hay algo… Que me tiene un poco incomoda con todo esto ─ Le dije cuando ya estaba junto a él. Me daba pena mirarlo a los ojos así que fije la vista en algún punto del piso.

─ ¡Dímelo!... Veremos que es y si se puede solucionar.

─ ¡La verdad es que… Debo reconocer que la situación con los chicos… Me está excitando, pero… hay algo que me desconcierta, y es que tu estas presente, no sé porque, pero cuando te veo o escucho, me da algo de temor y eso me descontrola, no se… ¡si pueda hacerlo y menos contigo aquí! ─ Después de exponer mis argumentos, seguía mirando al suelo esperando su respuesta, pero, mi esposo me tomo de la barbilla y me miro a los ojos.

─ Amor. Habíamos acordado que yo estaría presente, ¿ahora no me digas que te vas a arrepentir? ─ Hizo una pausa ─. Lo que puedo hacer por ti, es que apagare la luz del cubículo y me quedare allí sin decir nada.

─ ¿Seguro?... ¿No te molestaras, o… Saldrás con algo cómo: ¡Así te quería pillar puta, eres una zorra!... ¿o cual cualquier cosa por el estilo?

─ ¡JAJAJAJAJA! ¿Crees que yo sería capaz de eso? ─ Y sin esperar mi respuesta, me guio de nuevo hasta donde estaban los chicos.

Al llegar, me preparo un trago, luego fue al cubilo y apago la luz para regresar a mi lado y decirme.

─ Como puedes ver, desde acá no se ve nada hacia mi escritorio. Te prometo que me quedare allí hasta que nos vallamos. ─ Luego hablando con todos, dijo ─. ¡Bueno!... ¡Ya es hora de pasarla bien! pero antes quiero decirles un par de cosas: Esta claro que todos los que estamos aquí somos personas serias, no creo que sea necesario decirle que lo que ocurra acá, se queda entre nosotros, ¿Estamos de acuerdo?

─ ¡De acuerdo! ─ contestaron todos en un coro, incluso yo.

─ los voy a dejar solos con mi amiga y espero que la traten muy bien… ¡Así que chicos… háganle pasar a esta mujer la mejor tarde de su vida! ─ Después de decir eso, se fue a la mesa, tomo una botella y se dirigió a su oficina.

Reanudamos los bailes, pero ahora los chicos me estrechaban mas contra sus cuerpos, me tocaban descaradamente el culo y las tetas con sus manos, cada vez que bailábamos, ya no me tomaban de la cintura sino de las nalgas, apretujaban su cuerpo contra el mío, y la cadencia de la salsa romántica nos ayudaba a estar más tiempo unidos.

Me sentía realmente excitada, mis pantaletas estaban todas mojadas, podía sentir la humedad en mis labios vaginales y esa euforia en el cuerpo cuando pide sexo. Me sentía lista y dispuesta a todo lo que viniera. ¿Si mi cuerpo me pedía tener sexo con estos chicos que acaba de conocer? Pues eso le daría, simple y llanamente: ¡Sexo y placer del bueno!

En una ocasión en que estaba bailando con David, (Supuse que su maniobra fue para adelantarse a los otros) se acerco a mi oído y me dijo…

─ ¡Hueles muy rico!

─ ¡Gracias! ─ Le contesto

─ ¿Y hueles toda así?

─ ¡De los pies a la cabeza! ─ Me atrevo a más y le agrego ─. ¡Pero mi cuca depiladita huele mejor!

El baja la cabeza, y muerde mis tetas levemente por sobre el vestido, luego sube y pasa la lengua por mi cuello hasta que llega a mi boca, mete su lengua y yo la recibo gustosa enroscándola con la mía. Aminoramos los pasos y nos quedamos apretados besándonos, el aprieta mis nalgas y yo empujo la cadera hacia delante para restregarme en su verga dura.

Termino la canción y comienza otra, pero nosotros seguimos unidos, después de finalizar la segunda, ya los otros chicos estaban protestando porque ellos también querían bailar. En realidad fue un cambio de protagonista porque la escena seguía siendo la misma. Nada mas abrasarme, metían su lengua en mi boca y nos manoseábamos hasta donde alcanzaban las manos.

Después de un rato, ya me había besado y manoseado con cuatro desconocidos, y si que lo había disfrutado. Dimos un alto para refrescarnos un poco y charlar, ellos me toqueteaban por todos lados mientras conversábamos y yo le dejaba hacer, incluso les palpaba las vergas por sobre sus ropas como algo natural.

Uno de los chicos (No recuerdo quien fue) se me acerco por la espalda y empezó a besar mi cuello, luego bajo el cierre de mi vestido y me lo saco por la cabeza. Ahora sí, me encontraba frente a estos cuatro chicos con mi lindo babydoll que estaba deseoso de ser visto por estos hombres. Continuamos con la conversación y bebiendo.

─ ¡Esto es trapa! ¡Estoy desnuda delante de ustedes y ninguno se ha quitado la ropa! ─ Les dije con una vos muy coqueta a modo de broma, pero al parecer lo recibieron como una orden porque inmediatamente todos quedaron desnudos ante mí, solo con sus bóxers.

Continuamos con la charla y los manoseos se intensificaron, estaba muy ansiosa al ver sus cuerpos desnudos y les sugerí que siguiéramos bailando. ¡Que tenía muchas ganas!

Reanudamos los bailes, o mejor dicho: la metedura de mano con besos incluidos. Pero ahora podía sentir sus cuerpos desnudos pegados al mío, piel con piel, sus caricias se sentían mucho mejor y la dureza de sus vergas era mucho más notoria sin tanta tela de por medio.

Las caricias eran más descaradas, mis nalgas recibían mucha atención mientras me chupaban la lengua y las tetas. Pedro fue el único que se atrevió en el momento que bailábamos, de rodar mis pantaletas a un lado y meterme los dedos en el coño. Me llevo a la gloria pero  sin hacerme acabar.

Después de bailar varias veces con todos, me sentía feliz, puta y muy cachonda, deseosa de que los chicos se atrevieran a más. Mentalmente, le di las gracias a mi esposo por hacerme disfrutar de esto… ¡Mi esposo! ¡Me había olvidado de él!... ¿Pero esa no fue su orden?... estaba cumpliendo su mandato al pie de la letra.

Mientras nos refrescábamos con los tragos, me encamine hacia donde estaba mi esposo, la luz del monitor, me permitió ver que me esperaba con una gran sonrisa.

─ ¿La estas pasando bien amor? ─ me pregunto al llegar a el

─ ¡Si cariño! ¡La verdad que tengo que darte las gracias por este momento!

─ ¡y eso que aún no ha empezado lo bueno!... ¿Estás dispuesta a llegar al final?

─ ¡Si papi!... ¡Todo lo que tú quieras!... ¡Voy a demostrarte cuanto te amo!... ¡Espero que lo disfrutes! ¡Que lo disfrutemos ambos!

 ─ ¿Qué te parece el repertorio de música? ─ me comenta cambiando la conversación.

─ ¡Me parecen genial! ─ Ahí es cuando me doy cuenta que él está poniendo las canciones desde su computador y es por eso que son tan acertadas las piezas, todas las cancines que a mí me gustan.

─ ¿Quieres complacerme? ─ Me pregunta

─ ¡Claro amor!... ¿Qué quieres que haga?

─ ¿No crees que ya es hora de hacer algo más atrevido para que me hagas disfrutar?

─ ¿Algo como qué? ─ inquirí

─ No se amor… ¡Sorpréndeme!

Después de pensarlo un minuto le digo…

─ ¿Quieres que haga algo que te haga disfrutar?... ¿Puedo hacer lo que sea para disfrutar yo también?

─ ¡Por supuesto! ─ Me contesto el ─. ¡Haz lo que te venga en gana!

─ Ponme algo más movido… ¡Un trans puede ser o alguna música moderna! ─ Le doy un beso de lengua y me voy hacia donde están los chicos.

Mientras caminaba, contorneando más de lo normal el cuerpo para que mi esposo disfrutara de la vista e igual los chicos, comenzó a sonar la música que pedí a mi esposo. Me di un trago, coloco el vaso sobre la mesa y les hago señas a los chicos para que se acerquen, los acomodo haciendo una rueda ante mí y me dispongo a bailar para ellos.

 Meneo mi cuerpo, me acaricio y les miro con cara de lujuria. Luego tomo a David de la mano, lo traigo al medio del circulo y comienzo a acariciarle todo el cuerpo mientras me restregó sobre él,  luego lo hago sentarse en el suelo, me coloco sobre él con las piernas abiertas, separo mis pantys, y pego mi coño húmedo sobre su boca para que comenzara a mamármelo, en esa posición, mientras muevo mis caderas al compás de la música y David introducía toda su lengua en mi coño para sacar mis jugos, en ese momento, volteo a dónde está mi esposo y le tiro un beso, estoy segura que lo está disfrutando al igual que yo, ese es un juego que practicamos a menudo en casa, y desde este instante cada vez que lo hagamos se acordara de este momento.

La ronda con los cuatro chicos fue larga, solo les puedo comentar, que no sé cuál de ellos, en el momento que tenía el turno para mamarme el coño. Me tomo por las caderas, movió mi cuerpo de forma que su cara quedo entre mis nalgas y comenzó a mamarme el culo. Para mí, esto fue una experiencia nuevísima, a pesar que con mi esposo tenemos sexo desenfrenado, siempre fue lo tradicional, por eso mi trasero nunca había recibido un trato de esa forma, y esto me llevo a una excitación inimaginable, las sensaciones que recorrieron mi cuerpo, fueron sublimes, incluso me llevaron al punto del orgasmo.

Por eso, como no quería acabar aun, moví mi trasero en varias oportunidades para tratar de zafarme, pero aunque no lo logre, por lo menos evite el inminente orgasmo.

Lo que si hice al terminar el baile, fue dirigirme hacia donde estaba mi esposo.

─ ¡Hay cariño!... ¿Viste eso?

─ ¿Qué amor?... ¡Desde aquí no puedo ver mucho!

Aun estaba muy agitada, tomo algo de aire y le digo…

─ ¡Uno de los chicos me tomo por la cadera y me dio un mamon de culo que casi le acabo en la boca! ─ Le comente finalmente, resollando.

─ ¡AHH!... ¡Si me di cuenta que Héctor tenía su cara hundida en tus nalgas pero!… ¡Desde acá no pude apreciar bien que hacia!

Yo entendía que en sus respuestas él me estaba reprochando que no estuviese más cerca de nosotros, pero ya que todo se está dando también, no quería que se arruinara el momento, así que lo consolé…

─ ¡Amor entiéndeme!... ¡Esto ya es difícil para mí en algún aspecto!... ¡No te voy a negar que lo estoy disfrutando, pero!... ¿Hacer esto delante de ti?... ¿Y con estos chicos que jamás había visto?... ¡Y la verdad, no sé si terminare haciendo el amor con alguno de ellos¡… ¡Tienes que entender que es un gran paso el que estoy dando! ─  Luego rectifico ─. ¡Estamos dando!... ¡Te propongo que depende de cómo salga esto!... ¡Lo repetiremos y tu estarás presente en primera fila! ¡Te lo prometo!

─ ¡OK! ─ Mi esposo accedió a mi propuesta y eso me dejo más tranquila, pero… cuando estaba por retirarme, me agarro de la mano y me dijo…

─ ¡Mámame un poco y déjame esto! ─ Me halo el hilo por la tira de la cadera.

Me agache, me puse entre sus piernas y comencé a comerle el güevo como desesperada mientras iba bajando el hilo por mis piernas, suavemente para que el disfrutara como me lo quitaba. Me sorprendió sentir lo húmeda que estaban cuando las toque para quitármelas y aunque estaba consciente que había algo de saliva en ellas, pude sentir mi abundante almizcle espeso impregnándolas.

Cuando termine la tarea, lo deje en sus manos y le di un sonoro chupetón en la cabeza de la verga y le digo con una voz sexi y putona…

─ ¡Amor te dejo porque tengo invitados que atender!

Ahora sí, me encamine hacia los chicos y llevaba mi coño al descubierto para que lo admiraran. Me agradecí el haber decidido darme una depilada total a última hora mientras me arreglaba para mi esposo. Y pensé que aunque me había arreglado para él, otros disfrutarían de mi cuerpo.

Esto me hizo entrar en razón de algo que había estado pensado hacia algunos minutos y tenía que comentarlo con mi esposo, así que doy media vuelta y regreso a su despacho.

─ ¿Qué paso? ─ Me pregunta intrigado.

─ ¡Amor!... sabes de la mamada que te comente que me dio Héctor.

─ ¡Sí!... Me comentaste que tuviste a punto de acabar en su boca.

─  ¡Bueno!... ¡Lo cierto es!... ─ Estaba buscando las palabras para decirle mis sospechas sobre lo que pensaba hacer Héctor con mi culo ─ ¡Creo que tu amiguito me está preparando el culito para darme con su verga y como tú nunca lo has hecho!... ¡Quería preguntarte!... ¿Si lo intenta, Debo dejar que lo haga?... ¿O debo prohibírselo?

─ ¿Tu quieres que lo haga? ─ Me interrogo mi esposo.

─ ¡No se! ─ Le dije algo confusa ─ ¡Pero tengo las sospechas que lo va a intentar!... ¡Y como la estamos pasando tan bien… no sé si permitirlo!... ¡Pero tú tienes la última palabra!

─ ¡Sabes qué?... ¡Imagina que yo no estoy aquí!... ¡Actúa como te plazca, y si en el momento de intentarlo, te provoca, pues déjalo que lo haga!... ya te dije que no me voy a molestar por lo que hagas, disfrutemos de todo esto y punto.

─ ¡Vale!... le conteste mientras le daba un beso para serrar el trato.

Ahora sí, me dirige de nuevo hasta donde estaban los chicos, dispuesta a disfrutar de sus vergas. No sé si sería uno a uno, o terminaría cogiendo con los cuatro a la vez. Pero de algo estaba segura. Disfrutaría de ellos y mi esposo vería lo zorra que es su mujer, la puta que él quería como esposa. Pensaba que si Héctor quería desvirgarme el culo, lo dejaría, esta afirmación, me dio un calorón por el cuerpo y termine pensando que en realidad si era una puta, solo que no lo había querido reconocer antes. Pero con la ayuda de mi esposo descubrí la verdadera mujer que escondía en mí, la puta que hoy saldría al ruedo, me bautizaría con las vergas y el semen de estos chicos como la perra que soy.

Cuando llegue ante ellos, interrumpí su conversación con estas palabras.

─ ¡Chicos, ya es hora de comenzar a disfrutar la noche, basta de tantos preámbulos! ─ me agache y comencé a comerles las vergas para ponerlas a punto, aunque no era que hiciera mucha falta, ya que estaban como mástiles apuntando al techo. Me pasee por cada una de ellas, probando sus sabores, sintiendo sus texturas en mi boca y lengua.

Aunque iba muy decidida, les confieso que no tenía ni idea de cómo éntrale al asunto. Estaba segura que todos los chicos querían coger conmigo, y yo también lo quería, en realidad « ¡Lo deseaba! » pero no sabía en qué forma, o como comenzaría con el show. A pesar de lo que ya habíamos hecho, me daba algo de pena coger delante de los otros: « ¿O dejaría que me cogieran todos a la vez y acabaría así con la disyuntiva ?». Esa idea era muy tentadora. Nunca le había confesado a mi esposo, que esa era una fantasía muy recurrente en mi memoria las veces que hacíamos el amor, o cuando me masturbaba en alguna ocasión a solas. (Hoy día, y después de todo lo que he leído, he llegado a la conclusión que esa es la fantasía predilecta de todas las mujer, confesas o no). Así que opte por lo más práctico, mientras mamaba las vergas, me preguntaba cual sería el primero. Cerré los ojos, y comencé a moverme en diferentes direcciones hacia las vergas para escogerla al azar. Después de varios saltos, tome una y me dirigí al medio de la pista para bailar un poco. Me daba algo de pena proponerle coger delante de los otros chicos. El afortunado fue Armando, aunque habían vergas más grandes, la de él no estaba mal para empezar. Me acerco a su oído y le digo

─ ¿Tienes condones? ─ Esto para hacerle saber que ya estaba dispuesta para coger con ellos

─ ¿Condones?... la verdad que no, el señor Alexander (Nombre ficticio) nos dijo expresamente cuando nos conto que te traería, que nada de condones, que a ti te gustaba a pelo.

La respuesta de Armando me callo de sorpresa: « ¡Con que así es la Cosa! ─ Pensé para mi ─. ¡MI maridito me está entregando a estos chicos y está propiciando que me dejen rellenita de leche!... ¡Bueno si eso es lo que él quiere!... ¡Bien cargadita le voy a quedar!»

Ya que estábamos en eso de experimentar, me vino una idea morbosa a la  mente: nos alejamos de los muchachos y nos colocamos cerca de donde estaba mi esposo, quería que viera lo puta y depravada que estaba siendo su esposa. Luego agarre la verga del chico, y comencé a restregármela por el coño mientras nos movíamos al compas de la música, no era que necesitara eso para ponerla dura, pero quería empaparla en mis flujos para que deslizara mejor dentro de mí. Cuando ya estaba lista, arquee la cadera hacia adelante y la fui introduciendo lentamente en mi coño, sentía como se abría camino por mis paredes vaginales y me entraba todita.

Me abrase a él, y comenzamos a bailar abrasados para que no se saliera la verga de mi nido. Busque con la mirada a mi esposo, y aunque no pude verlo, en cuanto cambio la música a algo más lento, supe que el si me estaba observando.

Era deliciosa la sensación, bailar con una verga atorada en medio de mis piernas, se sentía exquisito. Estuvimos unidos un buen rato pero llego un momento en que solo movíamos las caderas mientras nos besábamos. Luego ya nos acoplamos, y comenzamos con un mete y saca despacio, nos besábamos y literalmente estábamos cogiendo de pie.

─ ¡MMMM!... ¡AAAHHH! ─ Comencé a suspirar y  a sentir las oleadas de placer por mi cuerpo ─. ¡MMMM, MMMM! ─ Lo abrazaba fuerte y metía mi lengua muy profunda en su boca, quería comérmelo completico. Me separaba ─ ¡AAAAHHHH, AAAAHHH! ─, Tomaba bocanadas de aire mientras suspiraba y de nuevo metía mi lengua en su boca.

─ ¡AAYYY así papiii!... ¡Cógeme duro! ─ Lo abrase fuerte, y el coloco una mano sobre mis nalgas para controlar las envestidas. Me daba duro, me besaba rico, y yo me deshacía en suspiros de placer.

─ ¡Dame, dame duro!... ¡Así, así! ─ Le pedía verga, y metía mi lengua en su boca para demostrarle con besos cuanto me estaba haciendo disfrutar con su verga.

─ ¡Hay Dios!... ¡Qué rico me coges!... ¡AAAAHHHH!... ¡Me vas a hacer acabar!... ¡MMMMM!... ¡Wau que delicia de verga te gastas amor! ─

─ ¡AHHHH!... ¡Vente conmigo amor!... ¡Dame tu leche que me vengo cielo! ─ Metía mi lengua en su boca, la enroscaba con la de él, se la chupaba, chupaba sus labios y luego la volvía a introducir en su boca. Acompase mis movimientos a los suyos y comencé a darle fuerte a mi cadera también ─. ¡Hay bebe lléname con tu leche que me gusta!... ¡AAAHHHHH, AAHHHHH! ─, ya no podía mas, mi vagina empezó a hacer sus contracciones espasmódicas avisando del orgasmo, cuando sentí el latido de la verga vaciándose en mi. Explote en un orgasmo con un suspiro fuerte… ¡AAAAAHHHHHHHHH! ─, (Estaba muy segura que mi esposo me había escuchado, ya que los chicos que estaban más lejos, me confirmaron que si lo habían hecho con un ruidoso aplauso) lo abrase fuerte y seguí envistiéndolo con mis caderas mientras terminaba de sacar el orgasmo en mi y la leche de su verga.

Nos quedamos abrazados un rato mas, mis piernas habían perdido la estabilidad y me quede pegada a él, mientras recobraba el aliento.

 Seguíamos besándonos, podía sentir que su esperma, a pesar de tener aun su verga encajada en el coño, se salía de a poco y rodaba por mis piernas, pensé: «¡Este chico como que tenía tiempo sin coger, me dejo súper cargada como quería mi esposo!». En ese instante me acorde de el, y sentí la imperiosa necesidad de mostrarle mi coño choreando semen como él quería.

Después de darme unos besos mas con Armando y recupérame del orgasmo.

─ ¡Voy a ir un momento donde (Buscar nombre) quiero ver como se encuentra! Me da un poco de cosa con el porqué esta solo ─ Le dije como pretexto, y me encamine hacia mi esposo. 

Iba caminando con las piernas muy apretadas, no quería que saliera nada de la leche hasta que estuviera con él.

─ ¡Amor te traje una sorpresa! ─ Le dije muy bajito por si Armando estaba aun cerca.

─ ¡A ver que me trajo mi zorrita! ─ Me contesto mi esposo

Le tomo la mano y la coloco entre mis piernas mientras las voy separando para darle entrada. No me había equivocado, era abundante el semen dentro de mí, se escurrió como un hilo espeso y fue cayendo en la palma de la mano.

El dejo que saliera todo lo que iba a caer, y luego me hizo señas para que me agachara…

─ ¡Abre la boca! ─ Me dice al oído, le obedezco sumisa, ya sabía lo que venía.

Separo los labios, saco mi lengua y hecho la cabeza hacia atrás para darle facilidad a que derramara todo el semen en mi boca. «¡No te lo tragues!» me dice, mientras termina de limpiar la leche de su mano pasándola por mi boca. Tenía una buena cantidad de semen en mi garganta y sobre mis labios.

Luego, se saca la verga y me pide que se la mame, que le unte el semen en su palo con mi boca y la limpie. Así lo hice, fui metiendo su glande en mi boca y lo iba embadurnando con el semen, luego seguí con el tronco y pase mis labios por él, para dejar el semen que puso en ellos, después de dejarle la verga pringosa con el semen,  procedí a limpiárselo con mi lengua.

Repetí la operación varias veces, y ya me estaba entrando un calentón en el coño, así que baje mi mano y empecé a masturbarme lentamente, sentía  el semen en mis labios vaginales, tome un poco en mis dedos y lo lleve al clítoris para masturbarme rico con esa leche calientica.

Comencé a dar suspiros con la verga clavada en mi boca « ¡MMMSSS!, ¡MMMSSS!». Mamaba la verga y me daba duro en el clítoris, cuando recordé: « ¡Mi esposo me dijo aquella ves, que había disfrutado mucho meter su verga en mi cuca llena de semen! ». Deje de mamarlo, pero primero le embadurne toda la verga con el semen.  

─ ¿Te acurdas lo que me dijiste que querías hacerme? ─ Le comento mientras me voy posicionando sobre él, le agarro la verga y la voy guiando dentro de mí, mientras me voy sentado sobre su regazo para quedar finalmente empalada hasta las bolas.

─ ¡AAUUFFF! ─ Se quejo por lo bajito, ya no había ninguna duda: « ¡Mi esposo le encantaba disfrutar de mi cuca recién cogida y bañada en leche! » ─. ¿Así era que querías cogerme papi?... ¡Hacerle el amor a tu mujer recién cogida y llenita de semen!... ¿Todavía se siente caliente la leche?... ¡AAHHHH, AHHHH!... ¿Te gusta así?... ¡Dime amor, Dime como la sientes!... « ¡AHHHH! ¡Está muy caliente y babosa cariño!... ¡UUUUFFF, Es como si tuvieras un litro de almíbar pegajoso en el coño! ─, Me contesto» ─ ¡HHAYYYY, HHAAAYYY! ─ comencé a suspirar fuerte ─. ¡Cariño! « Se lo iba a confesar!, lo mire directo al rostro y le pregunte…» ¿Tú te molestarías si yo decido hacer una orgia con los chicos y que me cojan todos juntos? ─, Lo cabalgaba lentamente esperando su repuesta. « ¿Amor por qué crees que me voy a molestar?» ─ Me confirmo, pero no era exactamente la respuesta que esperaba ─. ¡HHAAAA!... ¡HAAAAA! ─ Yo seguía suspirando « ¡Esta vez sí, se lo iba a decir!» ─. ¿Y si ellos?… ¡AAHHHHH!... ¿Si ellos deciden penetrarme por todos mis agujeros?... ¡AAAOOOHHHHH!... ¿Si quieren desvirgarme por el culo?.... ¡AAAAAA!...  ¿y hacerme una doble?.... ¡HAYY!, ¡HAYY PAPI!... ¿ Te molestarías?.... ¡OOOO, OOOO!... ¡Que me dieran duro con sus vergas por mis agujeros… ¡Hasta por la boca!... ¡UUUFFFFF!... ¡Que se vacíen dentro de mí, en todos mis partes!.... ¡AAAAAAAAAAA!... ¡¡Me van a desflorar el culo como Dios manda, con todo  y lechita para que sea una desvirgada oficial! ─ Se lo recalque para que el entendiera lo que le estaba pidiéndole me dejara hacer.

No hizo falta que me diera una respuesta afirmativa. Los latidos de su verga, anunciando su inminente deslechada dentro de mi coño, decían más que mil palabras. Estaba al punto del orgasmo cabalgando a mi esposo, pero me contuve, aunque pareciera mezquino de mi parte, quería reservarlo para disfrutar con los chicos. luego ya tendría más orgasmos con mi esposo.

Me levante, y antes de irme, tuve especial cuidado de limpiarle la verga llena de mis flujos, su semen y el de Armando, con una buena mamada.

─ Amor, si eso es lo que tú quieres en este momento está bien ─ me decía mientras le mamaba ─. ¡Voy a confesarte algo!... No hay algo que yo disfrutaría mas, que ver como un hombre al que acabas de conocer, te desvirgue el culo… ¡Que use algo que por derecho es mío!... ¡Un lugar en tu cuerpo al que debería ser yo el primero en entrar!… ¡Y tu como una puta se lo vas a dar a él y de seguro lo vas a disfrutar! ─ se detuvo un momento, y luego agrego ─. ¡Si tu eres feliz!... ¡Yo soy feliz!... haz lo que te apetezca. Disfruta de todo como quieras y cuanto puedas.

Su confesión me dejo como una sensación de euforia por todo el cuerpo. La verdad que si, en ese momento, tenía unas ganas enormes de ser de otro hombre: « De otros hombres». Me había dado su aprobación, y era lo que más necesitaba para seguir adelante, « ¡Sí!... de verdad me sentía como una puta, y no sé porque, pero la expectativa de que sería el semen de otro hombre el que entraría en mi culo por primera vez, sin contar que primero sería su verga. Me daban un morbo y éxtasis insuperable, me contuve de comentárselo a mi esposo en ese momento, tal vez más adelante se lo confesaría.

Me fui al encuentro con los muchacho, al llegar a la mesa, agarre mi baso y me di un trago largo. Tenía mucha sed y también quería borrar el gusto a semen de mi boca, no sabía si a ellos les agradaría el sabor.

Estuvimos charlando un rato mientras ellos estaban a la expectativa de lo que vendría. Por lo visto quien llevaba la batuta en ese momento era yo, aunque ellos no lo demostraban estaban al pendiente en que yo diera la señal de: ¡Partida!

Al igual que ellos, me encontraba esperando quien diera el primer paso, después de un rato y ver que nadie se animaba, decidí hacer un comentario algo morboso para ver cómo sería la reacción de ellos.

─ ¡Oye!... ¿Cómo hacen ustedes cuando traen una mujer para coger aquí?... ¿Por qué no veo ningún colchón a la vista?

Se miraron entre sí sonriendo y David contesto…

─ La verdad que eres la primera mujer que viene acá… ¡Alexander nos despediría si se nos ocurriera una locura como esa!

─ ¿Y el si puede hacerlo?... ¡Me trajo a mí para que cogiera con todos ustedes! ─ Lo solté así de sopetón, Ya la carnada estaba echada, solo quedaba esperar como se la comerían los depredadores.

Sirvieron la otra ronda de tragos y yo proseguí estimulándolos para que comenzaran a actuar.

─ ¿Ustedes alguna vez se han cogido una mujer entre todos?... sería algo interesante… ¿No les parece?

─ ¡Una vez lo hice con un amigo! ─ Comento Héctor ─  pero solo éramos dos con una chica… ¿Y qué?... ¿Tu estarías dispuesta a hacerlo con todos nosotros a la vez?

Eso era lo que estaba esperando…

─ ¡Pues!... ¡Les voy a confesar que es una fantasía que nunca he podido concretar!... ¡Pero hoy estoy con ganas y dispuesta a todo!

Hubo comentarios de aprobación entre ellos, e incluso chocaron las palmas en alto. Doy otro sorbo a mi trago, y decido que ya es hora de entrar en acción.

─ ¿Entonces están dispuestos a ayudarme? ─ « ¡SI. Claro que sí! ─ Se apresuraron a contestar todos»  ─ ¡Tenemos que buscar un lugar donde estemos todos cómodos!... ¿No les parece? ─ Terminando yo la frase, y todos se pusieron manos a la obra.

Había un tendido sobre la mesa de corte, que tendría una altura de unos de unos diez centímetros, por tal vez un metro ochenta de ancho, por unos cuatro metros de largo. Sobre eso, ellos tendieron barios paños mas llevando la altura a unos veinte o treinta centímetros. Se movían de prisa y la maquina que llevaba el rollo de tela, los ayudaba aun más.

«Esta lista su cama madame». Me ayudaron a subir a la mesa y luego cada uno se apodero de una parte de mi cuerpo. Mis senos comenzaron a recibir el tratamiento esperado por sus lenguas. Lenguas en mi espalda, mis piernas, mis nalgas. Por donde menos lo esperaba sentía un lengüetazo.

Pasaran un buen rato acariciándome y lamiéndome, hasta que comenzaron a pasar sus vergas por mi cuerpo y uno que otro me la llevaba a la boca para que le diera una mamada, se turnaban para que se las mamara y los restantes se dedicaban a chupar mi cuerpo.

 Me giraron boca abajo. Supongo que fue idea de Héctor porque de una vez se apodero de mis nalgas, les pasaba la lengua y me daba chupetones, luego las separo y se fue directo con su lengua sobre mi esfínter. No sé por qué razón, pero cuando sentí su lengua caliente en mi culo, comencé a hacer contracciones involuntarias como cuando se llega al orgasmo, y el, al sentirlas, se afianzo en mi culo y comenzó a mamarme con mas frenesí.

Tenía dos vergas cerca de mis labios, y en el éxtasis de la pasión, las agarre y me las metí a la boca «¡Dos vergas en mi boca!» ¿Pueden creerlo? ¡Qué sensación tan exquisita y maravillosa! Las chupaba, las empujaba dentro de mi boca, podía sentir los dos glandes contra la parte interna de mis cachetes. Comencé a salivar de más, y la mamada del culo, me estaba llevando a un nuevo orgasmo. No haría como la primera vez que Héctor me lo mamo en la pista de baile, esta vez llegaría al final, me dejaría llevar, mi cuerpo reacciono a las electrificantes oleadas de placer que estaban recorriendo mi piel, y acabe en un éxtasis insuperable. Jamás había tenido un orgasmo tan intenso en mi vida, las dos vergas en mi boca y esa lengua pegajosa revoloteando en mi esfínter, me llevaron a un placer jamás sentido anteriormente, incluso con mi marido.

Aunque trate de gritar, los cipotes en mi garganta me lo impedían, mi cuerpo se convulsiono como si me estuvieran electrocutando, solo salió de mi boca, un leve gemido mientras mi cuerpo se desarticulaba en sacudidas de placer expulsando todo el orgasmo que había salido de mi cerebro y se disperso por todo mi cuerpo.

Estaba semi inconsciente. Nunca había creído que un orgasmo pudiera llevarte a ese estado. Pero si, allí estaba yo para dar fe de que si podía ocurrir, ahora sí podría refutarle a cualquiera que me negara tal aseveración.

Los chicos me giraron boca arriba y me dieron a beber para que calmara mi sed y recuperara el aliento. Me sentía soñolienta, me deje caer hacia atrás y a mi lado estaba Pedro. Le hice señas para que se acercara «¡Ven, ven!» cuando se acerco, agarre su verga y comencé a mamársela, mi cuerpo pedía sexo, quería sentir sus manos y güevos sobre mí.

Mientras se la mamaba, esperando que mis latidos y respiración llegaran a su estado original. Observo que David se acomoda entre mis piernas. «¡Ahora si venia el plato fuerte!» lo acodo en la entrada de mi vagina (Era una de las vergas grandes que había palpado anteriormente). Empuja un poco, pero no entra, luego hace algo de fuerza y comienza a franquear mis labios vaginales, sentí como si colocaran un especulo en mi coño, había algo de molestia pero lo podía recibir con tranquilidad.

Lo fue empujando hasta que sentí que estaba totalmente llena de verga, podía sentirlo presionando contra mi cérvix. Me dedique a mamarle la verga a Pedro y dejaría a David hacer lo que quisiera con mi cuerpo, era su puta, así que dejaría que me tratara como tal.

Esperaba que empezara con sus envestidas salvajes, pero para mi sorpresa, comenzó a deslizarse dentro y fuera de mí, de una forma lenta, muy pausada.

─ ¡Hayyyy!... ¡Dios!... ¡Qué delicia papi!... ¡AAAAAAAHHHHH!... ¡Así!... ¡Dame así que me gusta!... ¡AAAHHHHHHHOOOOO! ─ No había dudas que era todo un experto y sabia usar muy bien su gran verga

Se deslizaba dentro y fuera, dentro y fuera «¡Que buen polvo papa!» era grandiosa la verga de David, me rellenaba todita, tenía las paredes de mi vagina abiertas al máximo y con cada arremetida me arrancaba escalofríos de placer por todo el cuerpo.

Armando se acerco y coloco su verga junto con la de Pedro para que las chuparas las dos. La recibí con beneplácito y seguidamente las metí las dos a mi boca, era la primera vez que disfrutaba de mamar dos vergas al mismo tiempo, pero la verdad que me estaba gustando una barbaridad, podría decir sin temor a equivocarme, que me estaba volviendo adicta a chupar pollas.

David me tenía al borde, yo solo suspiraba y suspiraba mientras me comía ese par de vergas. Después de un rato, Pedro empujó su pene dentro de mi boca hasta la garganta y se vino con una gran descarga. Yo por mi parte trague todo el semen que pude aunque en realidad fue todo, porque él la introdujo tan profundo en mi, que su leche paso sin dificultad por mi garganta derechito a mi estomagó.

Ahora sí, me dedique a chupar exclusivamente a Armando, mientras David comenzó a darme envestidas profundas y más rápidas. « ¡MMMMM!... ¡MMMM! » me quejaba por lo bajito por la tranca que tenía en mi boca.

Comencé a subir la cúspide del orgasmo, me estaban cogiendo divinamente, llevándome al éxtasis y el desenlace seria la explosión de placer que esperaba mi cuerpo.

─ ¡MMMMM!... ¡MMMMM! ─ Me sacaba la verga de la boca y tomaba bocanadas de aire mientras gritaba ─ ¡Hay así papi!... ¡Qué divina esta tu verga! ─. Volvía a chupar, y luego… ─ ¡Amor, me estas matando con esa vergota!... ¡AAAAAA, AAAAAAA!... ¡La quiero toda!... ¡Métela toda y dame duro!... ¡Bebe… bebe vas a hacerme correr! «Chupaba la verga otra vez»… ¡UUUYYYY… AAAAAAAA!... ¡Dios… Sácame la leche papa!...  « ¡Cuando de pronto! »… ¡Hay cabron te estás corriendo dentro de mí, te estoy sintiendo!

Al sentir su leche salir dentro de mi vagina, mi cuerpo reacciono como un disparador automático y mis contracciones vaginales se acompasaron con los latidos de su verga por la descarga y me vine en un fuerte orgasmo junto con él, acabamos los dos al mismo tiempo mientras chupaba duro la verga de Armando para transmitirle mi orgasmo y ver si el también acababa, quería que se viniera junto con nosotros en mi boca, pero no fue así.

Si el orgasmo anterior me había parecido algo sublime, les confieso que este estuvo mucho mejor. Quede anonadada con las nuevas facetas de placer que estaba sintiendo mi cuerpo en ese momento.

Más que desmayada, quede como un títere abandonado en un rincón. No tenía fuerzas para incorporarme, ellos me ayudaron y me refrescaron con algo de bebida, incluso colocaron un ventilador para que me reanimara.

A pesar de sentirme algo desorientada, quería seguir: ¡Quería experimenta más y disfrutar con mis hallazgos!

No fue necesario que los incitara a que me siguieran usando como una puta. Me di cuenta que no estaban dispuestos a perder el tiempo para disfrutar de mi.

Armando se acostó a mi lado, aunque aun estaba algo ida, me ayudo sujetándome por las caderas para montarme a horcajadas sobre él, quede a la altura de su miembro, así que no le fue difícil guiarlo mientras me acomodaba, y una vez tuve sobre él, también termine con su verga clavada en mi coño hasta las bolas.

No sé si era por el flujo, o la gran cantidad de semen que había dentro de mí,  pero su miembro se deslizo con tal facilidad, que imagino que no entro mas porque ya choque contra sus bolas, de haber sido más larga, de seguro me hubiese traspasado sin dificultad hasta el estomago.

Me acomode sobre él, colocando mis manos sobre su pecho, y comencé a girar mis caderas, no era un mete y saca, la tenía clavada hasta el fondo y no quería sacarla de allí. Así que mientras meneaba mi pelvis, les dije…

─ ¡Chicos denme un minuto para reponerme y luego continuamos! ─. ¡Por supuesta!... ¡Está bien! « Confirmaron ellos» luego me recosté sobre Armando.

El descanso fue algo efímero, al poco rato Héctor ya esta hurgando mi trasero, pasando su lengua nuevamente entre mis nalgas, las separaba y me daba chupetones en el ojete, lamia y me succionaba el culo como una aspiradora.

El tratamiento oral, me estaba encendiendo de nuevo sin olvidar la verga que tenia por el coño que también estaba haciendo lo suyo.

─ ¡MMMMM!.... ¡MMMMM! ─ Ya estaba suspirando de nuevo, y preparada para otra contienda.

─ ¡Damita, quiero confesarte que desde que te vi!... ¡Te quiero coger por el culo! ─ Me comento Héctor en un momento que dejo de mamarme ─. ¡Tienes unas nalgas hermosas!... ¡Un culo perfecto!

Era increíble. Cuando me llamo «¡Damita!» me di cuenta que estos chicos no conocían ni mi nombre, yo solo me limite a decirles «¡Encantada!» cuando se fueron presentando uno a uno a mi llegada.

Me gire para verlo a la cara, y le dije…

─ ¿Quieres mi culo?... ¿Lo deseas mucho amor? ─ Pongo la cara más puta que puedo y sonriendo ─ ¡Pues disfrútalo!... ¡Es tuyo!... ¡Ábremelo con tu verga y deja toda tu leche dentro!

No hizo falta decir más, se acomodo tras de mí para desvírgame y me prepare para esperar su acometida.

─ ¡HUUY, HHUUYYYY!... ¡Ya va papi!... ¡Despacio!... ¡Me está doliendo mucho! ─ no imagine que el dolor iba a ser tan fuerte, y por otro lado, supuse que el tamaño de su verga tampoco me lo iba hacer tan fácil.

Armando vino en mi ayuda y actuó, tomo mi rostro entre sus manos y metió toda su lengua en mi boca, mientras comenzó a mover las caderas en un mete y saca, el placer que produjo su acción, atenuó el malestar en mi esfínter un poco y me deje guiar.

Le regrese el beso y comencé también a mover mis caderas, iba al encuentro de su verga cuando el empujaba, y luego nos separábamos para ir de nuevo al encuentro. Lo besaba fuerte, comenzamos a darle más duro y el placer comenzó a salir por mis poros en borbotones de sudor. Ya estaba lista, meneaba mis caderas sobre la verga, y fui parando el culo para avisarle a Héctor que estaba preparada para el desvirgue.

Si dolió, no lo voy a negar, pero aunque salían lagrimas involuntarias por el dolor, me aferre a  Armando, lo besaba y lo cogía con rudeza. Quería disfrutar el placer que está sintiendo por el coño: Abandonarme a el, y dejar a mi culo solo sortear la penuria que estaba atravesando en ese momento.

Sentía un dolor intenso en mi esfínter, pero eso no iba a dejar que terminara de ocurrir lo que tanto ansiaba. Quería ser penetrada por ambos agujeros, lo deseaba desde hacía mucho tiempo en la oscuridad de mi subconsciente, y hoy se estaba haciendo realidad. Lo estaba llevando a cabo y ya estaba casi que completada la escena.

Después de un rato, las envestidas se hicieron menos dolorosas, pero nunca acabo el malestar. Presumo que por la precisión que hacia mi culo recién desvirgado sobre la verga de Héctor, este no tardó mucho en acabar, llenando mis intestinos con su espeso semen caliente. Toda la envergadura de su miembro estaba dentro. Mi esfínter se topaba con sus testículos, mientras se vaciaba, yo musitaba «¡HAY, HAY, HAY!» con cada espasmo de su verga al soltar los chorros de leche en mis entrañas.

Salió de mí, aunque sentí alivio, el escozor no se quitaba. Armando me daba besos por toda la cara y me decía « Ya, ya, descansa, ya está listo» Ninguno de los dos acabamos, supongo que él, por la tensión al verme llorar, y por supuesto, yo por el dolor que sentí, me mimaba y me acariciaba suavemente, me daba besitos en la boca y le limpiaba las lágrimas con sus mejillas,  me sentí tan deseada y tan consentida que lo deje hacer, le di un beso y luego de un rato eran más intensos, nuestras lenguas enrolladas.

Comencé a mover las caderas y a besarle fuertemente mientras él me acariciaba la espalda. (Mete, saca, mete, saca) «¡MMMMM; MMMMM!» mis suspiros nuevamente y lo inevitable, se vino dentro de mí,  quería exprimirlo en retribución por su cariño, y no sé porque le solté: «¡Dámela toda!... ¡Préñame con tu leche!» me tomo de las nalgas y mientras me besaba «¡Toma todos mis hijos en tu cuca amor!... ¡Dame un bebe!» me envestía duro mientras me lo repetía al oído, y ese fue un detonante afrodisiaco porque me vine como una perra. Acabe sobre él, incluso creo que me orine en su verga (si es que no era flujo, aun no estoy segura) explote exquisito, me movía como una serpiente sobre su cuerpo mientras temblaba en convulsiones del orgasmo.

Quede esparramada sobre Armando, hasta que David se acercó y me ayudo a incorporarme, me ofreció un trago, bebí una gran cantidad, y luego tome varias bocanadas de aire, aun me temblaban las piernas y seguía sujeta de su brazo.

Tome otro trago grande, y le regrese el vaso. Cuando lo agarro, percate que David tenía en una de sus manos un tuvo como de dentífrico, pero no le di importancia. Aproveche la oportunidad para descansar un poco, charlamos un rato, Héctor llego de nuevo secándose con una toalla, al parecer,  después que termino, fue a darse un baño.

─ ¿Qué tal?... ¿Esta buenísimo ese culo? ─ Le pregunto David cuando se acercaba a donde estamos

─ ¡Hermano nunca me había cogido un culo tan divino!

─ ¡Por supuesto!... ¡Estaba virgen! ─ les interrumpo su conversación.

«¿Puedo?» me pregunta David apretándome las nalgas, para que supiera a que se refería. Aun sentía algo de malestar, pero… dos vergas por el culo el mismo día, era una oferta que no podía desperdiciar, además ¿No era a eso a lo que había venido? ¡A llevar verga por mis agujeros hasta el cansancio!

─ ¡SI!... ¡Claro que puedes!... ─ Le suplico ─. ¡Pero por favor con cuidado!... ¡Me duele mucho aun!

Se coloca sobre un dedo, la crema que en un principio pensé que era dentífrico, me separa las nalgas, me la aplica sobre el esfínter y mete sus dedos hacia dentro para esparcir la crema.

─ ¿Qué es eso? ─ Le pregunto.

─ ¡Es una crema que las iniciaciones anales! ─ Me responde mientras me da la pomada para que lea, al parecer tenía algún anestésico que mitigaba el dolor.

Me volteo hacia Héctor y le hago señas enseñándole la pomada, como diciéndole: «¿Qué te paso?... ¿Acaso no sabias de esto»

─ ¡Ese es un loco!... ¡Yo le dije que la tenia, y no me paro bolas! ─ David ni lo dejo contestar.

─ ¿Y tu como porque la tenias? ─ Le pregunto ahora a David

─ Lo que pasa, es que cuando el señor (Buscar nombre) nos comento que traería una chica para que disfrutáramos de ella, nos dijo que había probabilidades que le diéramos por el culo y que ella era virgen por ahí.

─ ¿Así?... ¿Eso les dijo? ─ Los confrontó, algo sorprendida.

─ ¡SII! ─ confirmaron ambos.

La verdad que a cada hora me estaba sorprendiendo mas con las cosas de mi esposo. Estaba asustada, pidiéndole que me dejara coger por el ano, y el de antemano ya estaba seguro que yo terminaría dándoles la virginidad de mi culo a estos chicos. La verdad que me conocía mejor que yo.

Esta confesión, despertó un sentimiento de amor hacia mi esposo enorme, no cabía dudas que todo esto que estaba haciendo era para complacerlo y merecer su amor. Sentirme también amada por él. No era que no lo estuviese disfrutando, pero de no ser por él, no me encontraría en esa situación.

El malestar había desaparecido, la crema había surtido su efecto y en realidad era como mágica. Se los hago saber, y David rápidamente tomo posición. Se acostó donde momentos antes había estado Armando y me hace señas para que me acomode sobre él.

Cuando ya estaba lista, con las piernas a ambos lados de su cuerpo, para empezar a bajar, me pidió que me girara, dándole la espalda, y que lo cabalgara así. Baje, el pene a pesar de su tamaño, me entro sin dificultad por el culo. No sentí nada de malestar, también habría que acotar, que la verga anterior me había dejado bastante dilatada.

Me recosté sobre su pecho, y movía mi cadera arriba y abajo para ayudar a la penetración, me estaba gustando, ahora si lo estaba disfrutando. Giraba las caderas, y subía y bajaba. «¡AAAAA!... ¡AAAA!... ¡Qué rico!». El placer nuevamente estaba tocando a las puertas de mi cuerpo.

Estaba inspiradísima cabalgando la verga. Héctor que no se había apartado de nosotros, se sube a la mesa y se posiciona entre mis piernas «¡Ya sabía lo que me venía!» acomodo el cabezón de su tranca en la entrada de mi vagina y la fue empujando lentamente, el esperma y flujo que había en mi coño, sirvió como lubricante y la verga de Héctor entro completica sin ninguna dificultad.

─ ¡UUUYYYYY DIOS! ─ Fue mi exclamación, cuando quede totalmente empalada por mis agujeros.

Es difícil de explicar lo que sentí en ese momento, es una experiencia única, solo les puedo decir que no deje de suspirar y pedir vergas hasta el tercer orgasmo. Volví a mearme, o soltar flujos. La verdad no lo sé.

─ ¡AAYYY DIOS!...  ¡dame, dame duro!... ─ Aunque eran dos vergas, las pedía de a una, pero estoy segura que ellos sabían lo que quería decir.

─ ¡HAY ASI, ASI!... ¡COGEME, COGEME DURO!.... ¡AAAAAAA!… ¡HAY PAPI, HAY PAPI!... ¡SACAME LA LECHE!... ¡SACAMELAAAA! ─ Acabe y me moje, pero ellos me seguían dando, respiraba entre cortado. A pesar del orgasmo, el placer no disminuía ─ ¡POR DIOS NO PUEDE SER!... ¿QUÉ HAN HECHO… QUE ME HAN HECHO?... ¡QUIERO MAS!... ¡QUIERO MAS!... ¡AAAAAA!... ¡AAAAAAA!... ¡LO QUIERO TODO!... ¡METELO TODO! ─ Era increíble, la sensación y las ganas de seguir llevando güevo indefinidamente ─. ¡AAAOOO!… ¡AAAAAA! «Después de un par de minutos mas» ¡ME VOY OTRA VEZ!... ¡POR DIOS NO!... ¡NO, NO, NO, NO, NO!... ¡AAAAAAAAAAAA! «El grito fue mucho más duro y prolongado y aguas por mi coño de nuevo» ¡HAY!... ¡YA… YA… YA NO PUEDO MAS!... ¡POR FAVOR, YA NO PUEDO MÁS!... ¡NO… NO… NO MÁS!... « ¿Y qué creen?, después de otro par de minutos renegando…» ¡AAAAAAAAAHHHH!... ¡POR DIOS… NO PUEDE SER!... ¡AAAAAAAHHHHHH! ─ ¡SI!... Me vine en un tercer orgasmo con los chicos. Aunque anteriormente les había  dicho que no había tenido un orgasmo como ese, pues, déjenme decirles que este lo superó multiplicado por tres: (O tal vez cuatro)

Lo que hizo este orgasmo particularmente increíble: fue que los dos chicos acabaron al igual que yo, en mis respectivos agujeros. Hubo contracciones de ambas partes, podía sentir sus espasmos al vaciarse en mí, y de seguro ellos sintieron mis convulsiones en sus miembros.

─ ¡AAAAAAA!... ¡AAOOOO!... ¡WWUUUAAOOO! ─ Quede noqueada, Héctor, se salió de mi, y se fue al baño con su toalla al hombro.

Quede recostada sobre el pecho de David, estaba muy, muy agotada, no quería moverme, cerré los ojos, y me concentre en las sensaciones que aun vagaban por mi cuerpo, mi piel y mis sentidos. David tampoco estaba muy apurado en que yo me levantara de su pecho, estaba quieto al igual que yo.

O tal vez quería estar el mayor tiempo posible clavado en mi trasero y por eso hizo amago de moverme, pero al final, fueron Armando y Pedro los que me ayudaron a levantarme, después de estar unos buenos minutos reposando sobre él.

Observe que ambos ya estaban bañados y vestidos, y al incorporarme, David se fue directo a los baños. Pedro me ofreció un trago mientras me comentaba no se que, de la experiencia maravillosa que les había dado, pero yo estaba absorta en sus acciones y no puse mucha atención de lo que hablaba.

─ ¿Te encuentras bien? ─ Mi esposo me saco de mi ausencia. Me había olvidado de él por completo. Pero… ¿No era eso lo que me había pedido? Me sobresalte al escucharlo como si me hubiese descubierto en una aventura.

─ ¿AHH?... ¡Si, si!... ¿Qué pasa, porque se están arreglando? ─ Le pregunto un poco sorprendida.

─ ¿No ves la hora que es?... es bastante tarde o… ¡Mas bien muy temprano!... ¡Son las tres de la mañana! ─ Me giro para ver el reloj digital colgado en la pared de la empresa, y en efecto esa era la hora.

─ ¡Quiere decir que un par de horas mas y paso toda la noche llevando güevo! ─ Le contesto sonriendo, mientras el extiende la mano, y me entrega algo que no distinguí al instante. Eran mis pantaletas, había hecho un ovillo con ellas y no las reconocí, pero al abrirlas para ponérmelas, estaban todas impregnadas en su semen. A mí, también comenzaba a correrme hilos de semen por las piernas, así que las use para limpiarme un poco, e igual me las puse.

Una vez estuvimos todos juntos de nuevo, llenaron los vasos y nos dispusimos a brindar. Uno a no, me fueron abrazando y besando, prodigándome frases de amor, elogio y admiración.

Mi esposo me coloco la chaqueta que traía en su brazo, salimos del local y nos dirigimos al estacionamiento, una vez allí, mi esposo se fue a la parte posterior de la camioneta, abrió la puerta y tiro los asientos traseros hacia delante, dejando el espacio más amplio. Me quito la chaqueta y me ayuda a subir diciéndome:

─ ¡Sube!... para que le hagas compañía a los chicos mientras los dejo en sus casas.

Me recosté en medio, y ellos se fueron apilando a mis costados. Mientras mi esposo conducía, íbamos charlando de los acontecimientos de la velada y los chicos me acariciaban por todas partes distraídamente.

Pedro, que había quedado en la parte baja de mis piernas, se monta sobre mí y me dice al oído:

─ ¿Sera que puedo?... ¡A mi… no se me da muy bien eso de las orgias!... pero… creo que hoy ya no hay otra oportunidad ─ ¡Que cara de niño! Parecía un bebe reclamando su biberón, o en este caso, su teta.

─ ¡Por supuesto que si cariño! ─ Le contesto, y acto seguido, bajo mis manos para ayudarlo a sacar su miembro del pantalón y correr mis pantaletas a un lado para darle acceso, mientras le digo ─. ¡Soy tu puta!... ¡Puedes disfrutarme cuando quieras!

Lo enfilo de un solo empujón, me la clavó hasta las bolas, lo atraje hacia mí, y metí mi lengua en su boca. No es que estuviera excitada, en ese momento ya estaba harta de güevo, pero me sentía como una puta que se acomoda para que el cliente me coja, y eso me hacía sentir particularmente bien.

Los demás comenzaron a masturbarse a mí alrededor mientras Pedro hacia lo suyo. Me dio un par de estocadas. Otro par más, y se corrió divino dentro de mí.

Cuando se retiro, los demás siguieron meneándoselas hasta acabar sobre mí, regaron su leche por mi cuerpo con sus vergas hasta donde alcanzaban. Me adormile un rato y ellos siguieron charlando sin mí.

Cuando llegamos, mi esposo me ayudo a bajar, me coloco la chaqueta y me llevo casi que en volandas a casa. Nada más entrar, me guio al cuarto, me tiro sobre la cama, aparto las pantaletas como momentos antes lo hice con Pedro, y me clavo toda la verga hasta las bolas. Pude escuchar un flop, y la presión de su verga entrando, hacia que el semen acumulado en mi coño, se escurriera por los costados.

─ ¡AAAAA!... ¡Qué rico amor!... ¡No veía la hora de cogerte así! ─ Me decía, mientras apretaba mis senos y me daba vergajazos duros ─ ¿Te ha gustado zorra?... ¡No me digas que no porque te vi como lo disfrutaste puta!...  ¡Eres toda una puta!... ¡OOOOO Dios que divino!... ¿Te gusto como te desvirgaron ese culo perra?... ¡Eres toda una puta!... ¡Puta, puta, zorra! ─ no dejaba de llamarme por esos apelativos que ya me estaban empezando a gustar mientras me daba durísimo con su verga, me estaba castigando por así decirlo. Pero como me gustaba esa penitencia.

─ ¡HUUY PAPI!... ¡La verdad que si!... ¡AAAAAAAA!... ¡Soy toda una puta!... ¡He dejado que un extraño me desvirgara el culo!... ¡OOOOOOWWWWW! ─ el placer ya estaba comenzando a morar en mi cuerpo y todo era por culpa de mi esposo, me encendió de nuevo haciéndome recordad lo que había hecho hacia un par de horas. Incluso aun mi cuerpo estaba impregnado del semen de esos chicos, sin contar con el que él estaba sacando de mi coño con sus estocadas ─. ¡Y no fue uno mi amor, fueron dos!... ¡AAAAAA!.... ¡OOOOOOO!... ¡Me desvirgaron durísimo y me gustó!... ¡WWOOOU WWWOOOUUU!... ¡Les di algo que era tuyo y lo disfrute!... ¿Quieres que te confiese algo?... ¡AAAAAA!... ¡No me siento mal por eso porque lo disfrute como una perra!

Comencé a hacer fuerza con el culo para expulsar el semen que tenía en él, y el sonido característico de burbujeo cuando sale, se empezó a oír.

─ ¿Escuchas papi?... ¿Oyes como suena la leche saliendo de mi culo? ─ El saco la verga e inmediatamente me la clavo por el culo ─ ¡WWUUYYYY!... ¡Así mi amor!... ¿Sientes como me lo dejaron abiertote?... ¿Te gusta cómo me lo dejaron?... «¡Si perra, se te siente bien rico!»… ¡Dale duro amor!... ¡Dame duro y disfruta el culo de tu puta bien abierto!... ¡AAAAAAAA!...  ¡AAAAAA!... « ¡Claro que lo estoy disfrutando zorra!... ¿Te gusto la cogida que te dieron mis empleados?»… ¡Si bebe, claro que me gusto!... ¡AAAAOOOO!... ¡AAAAUUUUU!... ¿Sera que me los puedo volver a coger otra vez?... «¡Las veces que tú quieras amor!»… ¡Hay amor, gracias por esto, la verdad que te amo!... ¡Hay bebe dame más duro, más duro!... ¡OOOOOOO!... ¡Báteme toda esa leche que tengo adentro!... ─. Flop, flog, flop: las envestidas hacían más espumoso el semen que actuaba como lubricante y me hacían sentir divinamente las envestidas de mi esposo. ─ ¡Papi me vas a hacer acabar!... ¡Vente conmigo!... ¡AAAAAYYYY PAPI!... ¡Solo falta tu leche!... ¡Pónmela junto con la de ellos!... ¡AAAAUUUUU! «¡Ahí te va mi leche puta!... ¡Tres leches dentro de tu culo!... ¡¡QUE PUTA ERES!!... ¡AAAAAAA!... ¡AAAAA!» ─ Se corrió con un bramido dentro de mí, mientras me sacaba otro orgasmo, de los muchos que tuve ese día.

─ ¡Ahora si podemos bañarnos! ─ Me dice, mientras me ayuda a incorporarme de la cama.

Nos enjabonamos mutuamente, mientras nos dábamos cariño. El se enjuagó primero que yo, y se salió del baño. Yo permanecí mas tiempo, terminando de quitarme los restos de semen en mi cuerpo, pelo y partes intimas.

Cuando llego al cuarto, el estaba sobre la cama y tenía su laptop en las piernas, estaba viendo un video mientras se magreaba la verga. Podía escuchar los gritos de una chica… ¡Y me eran muy familiares!

Me acerco para ver mejor, y valla sorpresa… ¡El muy zángano!… había acomodado todas las cámaras de vigilancia de la empresa, hacia el lugar donde estábamos, y tenía grabado todo el desmadre de su esposa con los chicos, en diferentes ángulos.

Le agarro la verga y comienzo a mamársela. Mi excitación, ya había subido a un mil por ciento.

Desde esa vez, no hemos tenido otra aventura de esa índole, así que este viene siendo el final… «¡Por ahora!»

Besos, espero que les haya gustado mi historia.

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