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Deseo lésbico sin ser lesbi.

en Lésbicos

Hola mis íntimos, hoy les tengo una sorpresa. El relato que leerán a continuación, es una fantasía de una amiga. Ella la envió a mi  correo para que la publicara. Quiere saber la opinión de ustedes,  y si hay otras mujeres que compartan esta fantasía. O si la han cumplido, como fue la experiencia para ver si ella se anima. Su marido no sabe nada de esto y para mi es lo más morboso de la situación.

Mi amiga me confeso, que decidió escribirme después de leer mis relatos. Se había masturbado leyéndolos y quiso hacer contacto conmigo para contarme su fantasía y preguntarme si yo había tenido sexo con chicas y otras cosillas más.

He agregado algo,  pero en esencia sigue siendo la historia que ella me envió.  Les aclaro que las partes anexadas, las comente con ella y me dio su consentimiento para darle un poco de mi morbo. Una última cosa, no hay muchos detalles de su persona,  porque ella así lo quiso,  y yo respeto su intimidad. Aunque en un principió ella no quiso que lo publicara, yo he insistido y bueno ya que tengo muchos meses sin saber de ella, procedí a publicarlo (Amiga si lo lees, discúlpame pero nunca me diste una respuesta, espero no te molestes) No les quito más tiempo y doy paso a esta lectura que espero le resulte tan amena como las otras.

¡HOLA!   Solo les diré que tengo 43 años, soy casada, vivo en Centroamérica, soy médico y he sido una mujer muy tranquila, pues solo me he acostado con mi esposo en toda mi vida, aparte de unos novios antes de casarme con los que tuve sexo oral muy rico.

 

Mi esposo es un poco mayor que yo, también es profesional y tiene un empleo donde el ambiente es muy competitivo. Debido al estrés que esto le causaba. (Creo yo) ha hecho mitigar el sexo en nuestra relación.  Ahora son muy, pero muy esporádicas sus incursiones para hacer el amor, y son más frecuentes escusas como: “estoy cansado” “debo adelantar un trabajo para mañana”  “acuéstate que voy enseguida” cuando en realidad amanecía pegado al laptop.

El tiempo pasaba imperturbable, y yo me conformaba con los poquitos momentos  de intimidad que conseguía con mi esposo. Por esos días vino un paciente a consulta: era un chico joven y muy viril.

Para desgracia mía, el joven en cuestión tenía una afección en sus partes íntimas y me toco tratarlo. Cada vez que venía a consulta y sacaba su miembro. Yo me veía obligada a tocarlo y aun con guantes, sentía su calor y en algunas ocasiones, se le ponía medio dura y esto me daba unos calorones ricos.

Termine la terapia con el chico, nunca se me atreví a insinuarme ni nada, por temor a lo que pudiese pasar; Pero este episodio con el paciente, movió los cimientos de mi fidelidad, despertó algo en mí, y de un tiempo a acá;  tengo una calentura por ver pollas bien ricas, vergas bien paradas; me da un morbo tremendo, me imagino mamándolas y apretándolas así bien duras. Me mojo mucho cuando veo penes erectos bien grandotes y tiesos. ¡Uuff! me mata también el olor a polla y a sexo, me calienta mucho, me gusta sentir la verga bien tiesa y mojada, que me la restrieguen en la cara con todo y huevos… Me gusta lamer los huevos también y comérmelos ¡que rico!

 

 Me gustaría que me cogieran unos tipos entre 20 y 25 años bien dotados y muy fogosos...  que me penetraran todos  a la vez…  sentir sus vergas dentro de mi cuerpo, que cada uno se apoderara de mis cavidades y me convirtieran en un gran sándwich… que me sacaran grandes orgasmos así ensartada por todos lados y luego se vaciaran cada uno en su respectivo lugar: boca, culo y coño… que me dejaran desfallecida y rezumando semen por todos mis agujeros… me encantaría sentir sus glandes hasta dentro de mi garganta muy profundo... 

Pero le tengo horror a las relaciones casuales. Soy una mujer con una educación muy recta y de solo imaginar que alguien me descubra, me da pavor, o que mi esposo se entere, moriría de vergüenza.

Ya que tenía esa necesidad de sexo desmedida.  Así como sin querer, comencé a visitar páginas porno en el computador de la clínica. Entre cada paciente que atendía, como era por cita,  siempre quedaba una hora o media de ocio.

Comencé con páginas de fotos, luego pase a los videos y por último los relatos. Con estos comencé por casualidad, entrando en páginas y páginas, algunas te rebotan a otras páginas y por azar caí en una donde estaban unas historias sexuales muy morbosas. Jamás había leído este tipo de literatura, pero por curiosidad, al leer la primera, sin darme cuenta ya me estaba dando dedo. Termine de leerlo acompañándolo con un rico orgasmo.

 

Y de ahí es mi forma favorita para masturbarme. Quería confesarle que tengo un clítoris, que es grandecito y cuando me excito se me pone hinchadísimo y más paradito... y es súper sensible. A mí me gusta porque me masturbo y me excito fácil.

El caso es, que un día, leyendo relatos, abrí uno que trataba de unas lesbianas. La historia en si se refería a como se daban lengua y luego comenzaban con un 69 para acabar en una tijera restregando sus vaginas y suspirando hasta que acabaron muy rico.

Mientras lo leía. Para mi sorpresa, comencé a sentir un cosquilleo entre mis piernas, y sin poderlo evitar, tuve que meter mi mano en mi coño y darme dedo hasta acabar. Fue un orgasmo fuerte, no me lo esperaba tan intenso, pero fue más vigoroso  y placentero a los que había sentido hasta ahora.

 Ya en casa. Me sentía aun algo caliente por el episodio en la clínica, y debido a la ausencia de mi marido; decidí auto complacerme, ya estaba lista, acostada en la cama con mis piernas bien abiertas, mi mano comenzó a hacer su trabajo, apretaba mi clítoris para estimularlo. Y lo primero que vino a mi mente, fue el relato. Me dieron unas ganas tremendas de chuparme una vagina y meter mi lengua ahí...  sentir una mujer cabalgando sobre mi boca hasta sacarle los jugos en un rico orgasmo.

Me imagine todo el episodio de la historia, pero esta vez era yo la protagonista, arquee la espalda sobre la cama. Me daba duro con mis dedos en el clítoris mientras con la otra mano metía los dedos dentro de mi vagina. El orgasmo me llego brutal, quede como una muñeca desarticulada sobre la cama, mientras mis manos se movían aun, terminando de sacar todo vestigio de placer en mi cuerpo.

Seguía sorprendida por los orgasmos que sentía con las escenas lésbicas, y pensé. ¿Será que me están gustando las mujeres también?

 Un día estando en el consultorio, me hizo saber mi asistente que había una paciente nueva. Después de tomar sus datos, la paso a consulta.

La chica en cuestión, era una mujer de 22 años, un cuerpo bien dotado y una carita de ángel. Charlamos un rato sobre el motivo de la consulta y acto seguido, la mande desvestir y colocarse la bata de tela para examinarla.

No explicare datos innecesarios de la historia médica. Pero si les diré, que mientras examinaba a la chica. Comenzó a darme un calorcillo en mi entre pierna. Y como algo muy natural, le pregunte si ya se había hecho la citología.

Ella contesto que no, y le sugerí que yo podría hacérsela, para tener un examen más completo. Ella dio su aprobación y en ese instante caí en cuenta que yo, estaba tratando de seducir a esa chica que ni conocía.

Esto me dio un gran morbo, pero también un poco de miedo. No sabía qué hacer, ni como reaccionaria ella.

Opte por hacer la revisión y dependiendo de los resultados. Disfrutaría yo en secreto lo que pudiera. Terminado todo, después de manosearla más de lo necesario. La paciente se marchó sin pena ni gloria.

Yo lo disfruté muchísimo y tenía una calentura en mi cuerpo, que no aguantaba, hacía tiempo que no me sentía tan excitada; ya me di cuenta que era bisexual y podía disfrutar tanto con un hombre como con una mujer.

Después de quedarme sola y encerrarme en mi consultorio. Tome los guantes que use para revisar las partes íntimas de la chica, y procedí a hacerme una buena paja.  Lamiendo y oliendo el aroma a  vagina que quedo en ellos.

 

Mientras me masturbaba, comencé a elaborar una fantasía donde esta chica llegaba con su pareja a mi consulta... ellos comenzaban a acariciarme y besarme mientras nos vamos quitando la ropa... siguen los besos entre ellos, yo me arrodillo, y comienzo a darle unos  besos húmedos sobre la tela de su tanga, a través de la que aspiro su olor excitante a hembra rica.

le quito la tanga ya mojada, comprobado su humedad…  luego me volteo y también restregó mi boca y mi cara sobre los bóxer apretados del chico que albergan un buen bulto ya duro como una piedra… lo lamo sobre la tela por toda su dimensión y al bajar el bóxer emerge su verga bien parada y rica.

Lo meto en mi boca y siento esa sensación tan deliciosa. Lo mamo con muchas ganas… Mientras mis dedos deslizan el flujo de ella sobre su clítoris duro e hinchado. Luego llego hasta su abertura, y hundo mis dedos en  ese huequito rico y siento como resbalan hacia adentro.

La acuesto en la camilla, abro sus piernas, y guio el pene hasta su sexo para que la penetre… ella se abraza con sus piernas a los costados como a horcajadas con el miembro adentro. y empieza la cogida... el la embiste mientras yo acaricio sus sexos, su clítoris que disfruto, y los huevos de él, que trato de lamer.

 Acaricio la base de su pene con mi lengua, mientras él, lo mete y saca en esa deliciosa vagina... La pone en 4 patas y disfruto sus huevos expuestos desde atrás que brincan muy rico con su arremetida... sale mucho flujo de su vagina y yo lo recojo con mis dedos y lamo... pero lo que más me excita es que él, saca su polla embadurnada en los flujos de ella, y la mete en  mi boca.

La chupo con mucho deseo y otra vez penetra su vagina y la vuelve a sacar directo a mi boca; varias veces la mete en su huequito y me da de comer eso tan rico de sus dos sexos... la chupo, la lamo y luego a ella también me la como metiendo mi lengua ahí entre sus labios en su abertura y queriendo meterla en su vagina hasta donde puedo, chupando y succionando, comiéndome su clítoris y sus flujos, a chupetazos ¡que rico!

 

 Así nuevamente el,  la penetra sin parar hasta venirse bien rico  dentro de ella... cuando saca su verga, aun sale lechita caliente que me chupo de su miembro como un helado, lo mamo rico y limpio con mi lengua de arriba a abajo.. 

Luego es mi turno de acostarme en la camilla, ella se coloca  sobre mi cara, y comienzo a lamer su vagina, donde me espera el semen caliente que inunda su agujerito rico.

 Se lo chupo, lamo y muerdo suavecito. Siento como la verga de él, se va abriendo paso en mis labios vaginales y comienza a cogerme de una forma brutal y exquisita  mientras me como el sexo de su chica con frenesí.

Introduzco mi lengua lo más que puedo dentro de ella y con un dedo comienzo a penetrarle el culo. En ese cuadro de tres, la mamo hasta hacerla venirse. Derrama en mi boca sus flujos vaginales mesclados con semen.

Este sabor, junto con la cogida del chico, me hace llegar bien rico. Pero en el momento cumbre de mi orgasmo. Siento latir la verga en mi interior, avisando que él, también estaba acabando y dejaba todo su semen dentro de mí.

Sentir por primera vez el semen de otro hombre en mi vagina, dio nuevos bríos a mi orgasmo y aumento el placer convirtiéndolo en un torbellino enloquecedor; me orine y mi cuerpo tembló en convulsiones de placer como nunca lo había sentido.

Quede como desmallada. Al volver en mí, la pareja ya se había marchado

¡Uuff! como deseo eso... Pero tengo una familia y una posición y no me puedo exponer con cualquier persona. Ese, es mi gran dilema...

Como siempre, acá les dejo mi correo para comentarios y las fotos del respectivo relato.

Besos y hasta la próxima.

Para cualquier comentario mi correo es:Bernarda3000@hotmail.com