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Nuevos cuernos felices que me pone María José.

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Esta historia es mas reciente y recuerdo con mas detalles todo lo ocurrido, por eso, hoy es dialogada.

Es como un juego entre nosotros. La conozco bien y se ver las señales. Me agrada que sea así. Cuando mi esposa pretende salir sola, la situación prácticamente siempre es similar, su desarrollo mas usual viene a ser como sigue.

Da igual el lugar de la casa donde me encuentre, Maijo se acerca mimosa a mi lado y me pregunta

-“¿Cari..... te molestaría si esta tarde tu mujercita sale a dar una vuelta?”. Sabe perfectamente que le daré la misma respuesta.

-“Siempre me gusta que salgas a pasarlo bien, mi amor”.

Esta pregunta y respuesta es prolegómeno a las acciones siguientes, reiteradas y consistentes en el mismo juego previo de buscar mi autorización para que le permita ir a ligar fuera de casa.

-“¿Me prepararías algo de ropita mientras me doy una ducha?”.

-“Por supuesto, mi cielo, yo me ocupo de ello”.

Dependiendo de la época del año suelo prepararle alguna blusa suave o camiseta ajustada, normalmente alguna falda de las cortas, de las que sin ser escandalosamente corta, si permite ver sus piernas y gran parte de sus muslos, o bien, alguna de las mas largas, que siempre busca en las tiendas, con esos cortes laterales que al caminar dejan entrever sus muslos. Esto lo acompaño luego, de alguna de sus tangas pequeñas y siempre con la opción alternativa de que use uno de sus body, esos de fácil apertura con broches de presión en la parte baja. También dependiendo de si hace mas o menos fresco, en ocasiones añado alguno de sus panty medias, todos los que tiene están abiertos por debajo, de manera que no hay necesidad de sacárselo para ir al baño o para otros menesteres. Complemente todo esto con un par de sus zapatos de tacón, o alguna de sus botas cortas, a veces con las de caña larga hasta casi las rodillas. Algún jersey para que se abrigue un poco. El resto de complementos es ella la que los decida a posterior cuando se prepare tras decidir lo que usará.

Después de salir del baño, viene al dormitorio donde he preparado todo, enrollada en la toalla y, es entonces cuando suelo preguntarle

-“¿Has decidido a donde iras?”.

-“Posiblemente vaya a tomar algo a Green, aunque no lo se francamente...”- es su respuesta mas habitual, luego suele añadir, -“...a lo mejor se me ocurre ir a ese otro sitio que conoces”.

Ese otro lugar le descubrimos hace tiempo, es un local del centro, aunque desde determinadas horas le frecuentan señoritas y señoras de las que, la gente autodenominada puritana, suelen catalogar como de dudosa reputación, que se refugian allí cuando necesitan algo de descanso, aunque también van mas personas, tiene buen ambiente, buena música y no es caro en exceso. Por supuesto esto atrae a varones de todo tipo, atraídos sobre todo por la presencia de las féminas.

-“Sabes perfectamente que en ese otro sitio tienes mas posibilidades de encontrar lo que deseas cariño y, siempre tienes la opción de ser selectiva, como a ti te agrada”. Es mi recomendación mas corriente al respecto.

Su beso mimoso a estas alturas se hace patente al escucharme. Se asemeja mucho a una gatita en celo cuando actúa de esta manera. Conoce que me pone muchísimo que ni me comente que desea probar a otro macho, por eso usa este sutil juego para obtener una autorización por mi parte, que además sabe que tiene de antemano.

-“Gracias vidita, te quiero muchísimo”.

La observo mientras se viste. Ella suele decirme que es del frío tras la ducha, aunque se que sus pezones duros son, por el juego y el conocimiento de que, posiblemente regrese a casa después de haber estado con otro hombre. La veo enfundarse en el body que le he preparado, descartando la tanga. Luego la blusa y por último la falda, que se ajusta y alisa. Sentada en el borde de la cama se calza y luego en su tocador se maquilla ligeramente, algo de sombra en sus ojos, un poco de lápiz para realzarlos, el color suave que usa para los labios, apenas un toque en sus mejillas con ese tono usual con brillo sobre su piel morena de sol. Luego en pie, me mira y pregunta con voz terriblemente sensual.

-“¿Qué tal estoy, Cariño?”.

-“Estupendamente bien, mi amor”.

Antes de salir, va a la cocina y se prepara un café, sus tacones son evidentes en el suelo. Lo hace porque sabe que me gusta verla pavonearse de esa manera y, al mismo tiempo, alerta a la cotorra del piso bajo, para que esté atenta en la ventana cuando salga a la calle. Así le damos pie para que sus chismes al día siguiente sobre las entradas y salidas de mi esposa, recorran los domicilios de sus oyentes.

Cuando, por fin, llega el momento de salir, regresa al dormitorio donde la espero. Se sienta a mi lado, mirándome con esos ojos en llamas.

“Mi amor..... ¿me dejas la cajita?”.

Anhelo esa petición desde que me dijo que saldría esa tarde. La cajita en cuestión no es otra cosa que el paquete de condones que guardo en mi mesilla de noche, que busco y entrego a mi mujer, para que coloque en su bolsito de mano. Luego me besa apenas rozando sus labios con los míos, se levanta de la cama y se despide con un sencillo.

-“Gracias corazón.... procuraré llamarte luego.... ciao”.

La observo desde la ventana de la sala. La veo cruzar la calle para quedar en la dirección hacia la que desea ir. La falda corta hace mas que evidente lo hembra que es y, las botas de tacón que usa la realzan haciendo que sus gemelos se endurezcan al caminar, formando con ello una buena visión de sus piernas. Suele esperar un poco mas abajo, en la esquina de la siguiente calle, al primer taxi libre que pasa. Se que la cotorra vieja de abajo está mirando también, su ventanal hace un ruido chirrioso al abrirse para observar. Hace ya un buen rato que tengo mi rabo duro, pero ese ruido escandaloso de la ventana, me pone aun mas cachondo porque la lengua bífida de esa vecina, mañana le contará a todo el que desee oírla como salió, a la hora que lo hizo, como vestía, si iba sola, la apariencia que daba y lo mas importante, a la hora que regresó mi esposa a casa.

Normalmente antes de las once de la noche, al menos dos o tres horas después de salir de casa me llama por teléfono.

-“¿Diga?”.

-“Soy yo cariño”.

-“Hola, cielo, ¿qué tal todo?”

-“Muy bien, mi amor..... he venido al sitio que me recomendaste”. – Eso es evidente ya que también llega el ruido del local, así como la música que tienen puesta por el teléfono.

-“Y ¿qué tal vas cielito?”.

-“Estoy con un chico agradable tomando una copa y charlando cariño”.

-“Estupendo..... y dime.... ¿qué planes tienes?.

Suele tomarse unos segundos para darme una respuesta, sabe que me gusta esa pausa casi misteriosa, aunque conozca la frase que me susurrará al oído en breve y, que espero impaciente.

-“Tu mujercita.... va a tardar un poco en regresar a casa.... me ha propuesto ir en su coche a dar una vuelta y..... he aceptado”.

-“Se cauta, cielo”.

-“Es un señor madurito, casado también..... no te preocupes cariño.... ya sabes que se elegir”.

-“De acuerdo amor.... te esperaré despierto”.

-“Espero que en una hora o poco mas, esté de vuelta en casa... ya te cuento luego”.

-“Te quiero cariño”.

-“También yo te quiero amor, nos vemos luego y.... gracias por mimarme”.

Después de esas conversaciones, normalmente tomo una ducha de agua mas fría de lo habitual porque escuchar a Maijo comentarme que va con alguien en su coche, aun dentro de lo evidente, me certifica que regresará folladita por otro a casa y, mi polla a estas alturas esta a reventar. Luego metido en la cama, desnudo, la espero. En ocasiones se retraza algo mas de lo que me dice, eso me causa algo de preocupación, pero se que es cautelosa, incluso se del lugar donde suele indicarles que pueden ir a pasar ese rato en el coche. Ella me dice que siendo una señora como es, nada mejor que una cama para hacer sexo, sin embargo cuando sale en estas ocasiones, no le importa hacerlo en un coche, añadiendo como motivo, que así se siente mas puta, lo disfruta y al mismo tiempo genera en sus esporádicos acompañantes el morbo de que, aun conociendo que es una mujer casada, la pueden tratar como lo que buscaban en aquel lugar donde se encontraron.

El llavín en la puerta de casa, sus tacones al entrar, por el pasillo dirección a la habitación donde la espero.

-“Hola, amorcito.... ya llegó tu mujercita”.

La miro descalzarse a los pies de la cama y acercarse como una gata a mi. Subirse a la cama y caminar por ella a cuatro patas, mirándome con esos ojos viciosos que trae.

-“La vecina estaba en la ventana, cariño.... y ese, me acercó hasta ahí enfrente..... me ha visto bajar de su coche y el beso que nos hemos dado dentro del auto...”. – Mi polla está de nuevo super tiesa, mas con esa afirmación que me acaba de dar mi mujer. Luego añade. – “.... seguro que mañana se le caerá la lengua hablando de tu mujer”.

Se tiende en la cama a mi lado, una pierna sobre las mías bajo la sábana. Me besa al tiempo que sin poder evitarlo, una de mis manos, la recorre por la espalda, bajando hasta sus nalgas, tirando de su falda hacia arriba, palpando debajo de la tela, descubriendo que el body viene abierto en los broches y que su jugoso coño aun está húmedo de la follada reciente.

-“Me he corrido dos veces cielo”.

-“¿Fueron al terreno de siempre?”.

-“Si, mi vida, ahí mismo”.

-“¿Le dijiste que estas casada?”.

-“Claro, lo hablamos mientras tomábamos una copa, es mas vio la alianza en mi dedo”. Nos besamos con pasión mientras mis dedos hurgan dentro de su chocho mojado.

-“¿Se la mamaste?”.

-“Se bajó los pantalones y los calzoncillos.... le toqué y acaricié después de abrirme el body.... nos besamos y luego.... me agaché y le lamí los huevos y le recorrí toda la polla con la lengua hasta que me la metí en la boca para chupar todo su rabo.... mi vida”.

-“¿Tenía buena polla, cariño?”.

-“Un poquito mayor que la tuya amorcito”.

A estas alturas mi mujer anda ya tocando mi empalmado naipe, mientras me sigue contando, recibiendo mis caricias en su cada vez mas empapado chocho, haciendo que su mano suba y baje deslizándose al hacerme un pajote.

-“Se la chupé bien un buen rato.... y después me dijo como acomodar el respaldo del asiento del coche.... se cambió de sitio.... ni me desnudó....”. Mi placer esta en aumento mientras la escucho relatarme lo sucedido, imaginándola tumbada en el asiento del auto, con la falda en la cintura, la blusa abierta para poder sacarse las tetas por la parte alta del body, la parte baja suelta ya, como ahora mismo, su coño expuesto entre sus muslos, sin tela que lo cubra. –“....le había puesto un condón después de mamarla y se metió entre mis abiertas piernas..... me acomodó mejor en el filo del sillón del pasajero donde estaba y....... me la metió toda”.

La hago que pare en su afán de jalármela porque noto como se contraen mis huevos. Aun no quiero correrme, quiero follarla, metérsela, abrirla de piernas también y meter mi pija en ese chocho donde ha estado esa otra polla dilatándolo.

-“¿Hablaron de algo mientras follaban?”.

-“Me preguntó por ti un par de veces, porque quería saber si tu sabías algo.... por supuesto que le dije que te cuento todo y que.... estaba allí en ese momento con el permiso tuyo”.

-“Ufffff, ese seguro que fue un momento muy cachondo, ¿verdad?”.

-“Me corrí la primera vez mientras le contaba eso, cielo y.... se dio cuenta de ello.... me pedía que le mojara bien la polla....”.

-“¿Te follaba con ganas entonces?”.

-“Me la metía entera y la sacaba hasta casi salirse todo para encajármela de nuevo”.

-“Si que te disfrutó entera cielo.... mmmmm..... me encanta”.

-“Me llamó zorra un par de veces, zorra deliciosa dijo.... y en varias ocasiones me dijo también que era una estupenda putita...... a la que buscará cuando desee joder con alguna casada”.

-Desnúdate, mi amor.... quiero metertela”.

Se desviste apresurada, lanzando las ropas a todos lados, aunque le impido que se quite el body porque deseo tenerla igual, sin desnudar por completo. Sus ojos se iluminan mas aun de lo que ya están. Se acuesta a mi lado, las tetas sueltas por arriba, sus pezones como piedras. Ve que me aproximo al levantarme para ir sobre ella. La beso, nuestras lenguas juegan, me busca, para que la penetre, pero se lo impido manteniendo la distancia aun.

-“Quiero comerte ese conejito con sabor a polla aun.... ”. – le susurro al oído. Mi esposa gime de placer al escucharme. Me acerco abajo, la huelo, la beso, le separo aun mas las piernas, está mojadísima, huele delicioso a uso, a follado. Meto la lengua y le arranco un grito de placer al sentirme. –“ mmmmm.... lo tienes riquísimo cabrona mía” – añado y, me lanzó a sorber ese chocho delicioso de mi mujer que continúa gritando de placer y jadeando de deseo. Esta agitada, moviéndose al ritmo de mi lengua que entra y sale de ella, alzándose, apretándose a mi boca, pidiéndome en susurros que siga comiéndola, hace fuerza incluso para entregarse entera haciendo que su coño quiera salirse para que se lo chupetee bien.

-“Ahhhhhh..... mi vidaaaaaa.... chuuuuupa que me corro toda.....” – su zumo abundante resume en mis labios, lo sorbo, lo bebo, lo saboreo mientras mi esposa me da entre gritos su orgasmo. Tira de mí hacia arriba, me sube sobre ella, me acoge entre sus abiertos muslos –“.... fóllame amor..... méteme toda tu salchicha.....”- me besa mientras se la enchufo toda dentro de su abierto higo y añade –“.....ahhhhhhh....asiiiiiiii.... cógeme..... folla a tu putita”.

-“Me encanta que seas una zorrita, una putona.... “- le digo mientras la embolo arrancándole gemidos de placer –“..... rica puta que me pone a mil cada vez que sale a follar por ahí”.

-“Lo se, mi vida....”- su voz entre cortada, jadeante mientras se mueve bajo mi peso – “... por eso lo hago.... se que te gusta que folle con otros machos.... cornudito mío”.

-“¿Qué mas cosas te hizo esta noche en el coche?”.

-“Me folló bien rico.... mi vida.... no paraba de darme polla.... de tocarme las tetas.... de decirme lo rico que sentía.... llamándome puta deliciosa.....”.

-“¿Asentías a lo que te decía?”

-“Le pedía que no parase.... que siguiera dándome..... y..... si..... le decía que si..... que soy una puta salida..... que quiero pollas.... que te pongo los cuernos asi.... aunque sean cuernos consentidos”.

-“Me calientas cabrona, me pones a mil”.

-“Le sentí que se venía..... me corrí de nuevo con sus empujones..... mientras se corría diciéndome que tomara su leche.... aaaaaaahhhhhhh...... me decía..... toda mi leche puta.... toma mi leche.”

-“¿Quieres mas leche putita?.

-“Siiiiii, siiiiii, quiero mas leche cornudo.... dame leche de cabrón reciente”.

Le llené el conejo con una corrida intensa, entre bufidos, jadeos, resoplando como un macho cabrío mientras se coge a su hembra.

-“Ayyyyy que me corro de nuevo...... mi vida..... que tu putita se corre otra vez.....”.

Gritando como loca, clavando sus uñas a mi espalda, agitándose alcanzó de nuevo el clímax esa noche.

Sin lavarnos, sudados, la leche de mis huevos escapando del interior de su coño, abrazados, desnuda tras deshacerse por completo del body, dormimos el resto de la noche.