miprimita.com

Pancho, el marido de la cotorra del edificio

en Otros Textos

Entre las rutinas de diario, el marido de la cotorra del piso de abajo, esa que anda continuamente a la caza de los chismes de la comunidad, la que siempre está pendiente de si mi esposa sale o se queda, si va o viene, la que con su lengua bífida cuenta todo lo que ve, sospecha o presupone, Pancho, hombre de mas o menos mi edad, algo tímido, serio, cabal, aunque influenciado por las acciones de su pareja, trata a veces de ponerme en guardia hacia mi esposa.

A veces coincidimos en el local donde trabaja Brahim, allí charlamos de las cosas de la comunidad, tomando alguna cerveza o incluso algún que otro güisqui.

Hace algunos meses, en una de esas reuniones casuales, se mostraba algo preocupado y bastante mas locuaz que de costumbre. Charlamos de algunas cosas pendientes para solucionar en el edificio mientras consumimos varias cervezas. Posteriormente, tras un par de copas de etiqueta negra, soltó aun mas su personalidad oculta, así que viendo su predisposición a charlar, continué invitándole a mas alcohol. Llegó un momento en aquella tarde, que aun con la mente bastante empapada en los licores consumidos y, dentro de la lucidez que aun era capaz de mantener, conversamos sobre Maijo.

-“Tu mujer es muy llamativa, incluso me atrevo a decir que está de muy buen ver, supongo que lo sabes de sobra.... aunque quizás.... hayan algunas cosas que desconozcas, amigo”.

Haciéndome el interesado, esperé que continuara en la conversación iniciada, mostrándole toda mi atención a lo que me comentaba y, dando la total impresión de ignorar cualquier motivo al respecto.

-“No es que me guste esto.....”-continuó con su monólogo-“.... yo no soy de los que van diciendo las cosas así como así”.

-“Bueno, es lógico...”-intervine-“...un hombre cauteloso es siempre un gran hombre”.

-“No me gustaría alarmarte, te considero un amigo y, por ello me siento en la necesidad de advertirte.....”-se le notaba que buscaba la manera adecuada de entrar en un tema que no sabía llevar demasiado bien-“....no me agrada ir de charlatán y, si encuentro o veo a alguien conocido por ahí.... pues tampoco lo voy contando”.

-“Estamos entre amigos, no tienes motivos para preocuparte”.-le incité a seguir.

-“En fin, yo a veces salgo a tomar algo por ahí y en ocasiones veo cosas.....”-dudaba continuamente sobre como abordar el tema a contarme-“....pero nunca me ha gustado hablar demasiado de eso.... porque creo que mejor la boca cerrada”.

-“Pancho, no tienes de lo que preocuparte, te escucho como amigo que somos”-le insistí para que lanzara lo que quería decirme.

-“Amigo, porque somos amigos, aunque no quiero contarte nada....”-el alcohol hacía estragos en su razonamiento-“.... pero si quiero decirte que he visto en varias ocasiones....”-dudo de nuevo e hizo una pausa de algunos segundos mientras sorbió otro trago del güisqui que tenía delante, como tratando de tomar fuerzas-“.... no quiero que te moleste lo que te cuento, amigo....”-me miraba con la vista perdida, ahogada en alcohol.

-“Te escucho atentamente, Pancho y, te aseguro que no me molesta en absoluto charlar contigo”.

-“Es que se que igual te molestará lo que te cuente.... aunque no sea mi intención el hacerlo”.

Hizo otra pausa, ahora tratando de encender un cigarrillo, que no acertaba a colocar en la llama para prender. Yo encendí uno para mí y acerqué mi llama al suyo, del que al final logró aspirar una larga bocanada de humo.

-“Te escucho con atención, Pancho.... cuéntame”.

-“Amigo, bueno.... mi mujer me ha contado que la tuya.... a veces sale a la calle vestida de manera muy provocadora..... “-miraba mi reacción a sus palabras, tratando de averiguar si me molestaban, luego continuó-“..... incluso esa zorra que vive a mi lado a llegado a insinuar que a veces aparenta ser muy.... como una.... bueno.... como una mujer fácil.....”-sus ojos no se apartaban de mi, tratando de observar mis gestos.

-“Oh, bueno, Maijo es así, la conozco, no debes preocuparte”.

-“.... la he llegado oír catalogarla de algo peor que eso aún....”-continuó la frase iniciada, añadiendo-“.... le digo que se calle, pero esa pendeja, insiste en sus críticas”.

-“Las mujeres suelen ser así, Pancho, no hay que darles importancia a lo que dicen sobre el resto de la gente”.

-“Bueno, amigo, es que me insistió tanto en eso que incluso me ha pedido que la siga en alguna ocasión...... al principio me negué a ello.... pero es pesada como mi suegra y se vuelve insoportable.... aunque al final le hice caso.... sobre todo.... después de ver a tu señora en Green una tarde noche”.

-“Si, se que Maijo suele ir de cuando en cuando a la sala Green, porque necesita distraerse y desprenderse de la monotonía de la casa”.

-“Ella no me ha visto, creo.... aunque yo a ella si, varias veces..... incluso sentada en la mesa junto a alguien”.

Poco a poco se estaba sintiendo mas cómodo y estaba comenzando a dar rienda suelta a su lengua, haciéndome, bajo su conocimiento, de algún secreto inconfesable. Le animé a seguir. Bebimos de nuevo de nuestros vasos.

-“No siempre con la misma persona.... sólo en una ocasión creo que era el mismo señor el que la acompañaba..... pero.... lo grave no es eso amigo.... lo mas jodido del tema es que.... bailó siempre con todo ellos y..... a veces de forma muy provocadora”.

El cigarrillo casi consumido entre sus dedos, lo probó de nuevo antes de apagarlo en el cenicero de la mesita, en la terraza exterior donde estábamos. Volvió a sorber del vaso antes de continuar su conversación.

-“Acaramelados en el baile, casi diría que magreándose un poco.... y desde luego... pienso que así era.... porque de lo contrario no entiendo como es que.... bueno.... se colgaba del cuello de ellos.... y.... en fin.... se besaban acaloradamente.... siempre lo ha hecho así”-sus ojos escrutándome sin perder detalle a mis gestos.

-“Se que Maijo tiene amigos de la universidad, posiblemente haya quedado con algunos de ellos allí”-fue mi respuesta a lo que me comentaba.

-“Pues vaya amigos.... porque al menos en tres ocasiones.... les seguí con el coche....”-hizo otra pausa, respirando, como tratando de medir sus palabras para continuar-“....la primera vez les perdí, pero.... las otras dos veces.... fueron al polígono en el coche de ellos.... aparcaron en un solar.... vallado.... vacío que hay allí.... ¿no se si tu lo conoces?....”

-“La verdad es que no lo conozco”-mentí a postas para que continuara.

-“.....bueno.... el sitio lo frecuentan parejas que.... que quieren estar un rato a solas.... sin las miradas de extraños..... pasaron un tiempo allí dentro antes de que la devolviera aquí a la calle.... lo se porque esas dos veces.... seguí el coche en cuestión.... sin que se dieran cuenta”.

-“Bueno, es lo mínimo que haría cualquier amigo por alguien, acercarle a su casa”-insistí, restando importancia a sus presunciones.

-“Si, amigo, es lo común.... pero.... hace un par de noches.... la volví a encontrar allí.... con uno con el que ya la había visto ir a ese sitio....”-dudó en continuar lo que me relataba, respiró profundamente, bebió dos veces y encendió, ahora si acertó, un nuevo cigarrillo, del que aspiró repetidas veces antes de continuar-“....les seguí y.... me atreví a entrar con mi coche también..... por supuesto aparqué no demasiado cerca, pero si sin..... sin perder la visión de lo que pasaba....”-dudó nuevamente, pero continuó-“.... estuvieron metiéndose mano sin lugar a dudas”.

Traté de restarle importancia a lo que me contaba diciendo-“Posiblemente no vieras bien, Pancho, estoy seguro de que así tuvo que ser”.

-“No, amigo, se lo que vi.... se mordían la boca en el coche.... se notaba que se tocaban.... era evidente el desespero de ambos....”-se soltaba paulatinamente sobre lo que me quería contar, que yo conocía a la perfección, pero que deseaba escuchar de sus labios-“..... pude ver como se tumbaban los asientos del coche porque..... bueno..... en un momento..... desaparecieron a mi vista”.

-“Seguramente charlaban mas cómodamente, Pancho”-le observé.

Me miró algunos segundos, exhalando el humo del cigarrillo, luego siguió-“En un momento, le vi a él como se cambiaba de sitio, viniendo hacia el sillón del acompañante.... pensé en principio que eran las manos de tu mujer.... ambas apoyadas en el salpicadero del coche.... me extrañó la distancia entre ellas....”-sorbió lentamente otro trago, como intentando recuperar fuerzas-“.... luego los ligeros movimientos del propio coche.... eran algo evidentes... no excesivos.... pero si evidentes”. Se detuvo en ese punto.

-“¿Qué crees que podía estar sucediendo, Pancho?”- le interrogué.

-“No se, amigo, no quiero molestarte pero..... bueno creo que.... pienso que seguramente estaban..... en fin, tal vez..... bueno, deberías tú mismo sacar las posibles conclusiones, amigo”.

-“¿Piensas entonces que Maijo y, ese que me cuentas.... en ese momento.... estaban follando?”-pregunté tranquilamente.

La pausa fue mayor de lo habitual.

-“¿Tú.... confías en tu mujer..... realmente?”.

-“Con absoluta y total integridad”.-respondí.

-“No se, amigo, si fuera mi mujer, le pondría a un privado que la investigara”.

En ese preciso instante me surgió la idea. Le miré sin apartar la mirada, como sopesando sus palabras, tratando de no apresurarme demasiado en la respuesta a su comentario, para no denotar interés a lo que le propondría a continuación.

-“Bueno, Pancho.... tu has demostrado integridad al contarme todo esto.... quizás tu mujer haya dado de antemano con la solución....”-hice una pequeña pausa-“.... mira... te agradecería una cosa.... como favor personal hacia mí.... verás, te explico.... tú conoces los lugares que ella transita, por lo que veo.... podrías seguirla en otra ocasión y tratar de corroborar si es así como me cuentas.... te agradecería que me hicieras ese favor.... para salir de dudas”.

-“No se si soy la persona adecuada, amigo.... pero.... bueno.... trataré de hacerlo.... aunque se que de confirmar todo.... posiblemente perdamos la poca amistad que hemos hecho en este tiempo.... aun así.... haré lo que me pides”.-sus palabras me supieron a gloria, porque había obtenido justo lo que deseaba, su implicación personal, para confirmarle a los vecinos cotorras que mi mujercita, cuando salía por ahí, sin sospechar que lo hacía con mi consentimiento, iba a follar con otros.

Dos semanas mas tarde me avisó para que fuera a la cafetería ya que tenía que contarme algo importante. Justo a eso, dos días antes, Maijo había salido a Green y cuando regresó me contó que no sólo le había visto, por supuesto no se dio por enterada, para no levantar sospechas, sino que sabía les había seguido al salir y estuvo aparcado a su lado en el solar donde la montara su acompañante de aquella noche.

Cuando llegué a la cita, ya estaba allí y por el cenicero, entendí que llevaba rato esperando mi presencia. Su voz, algo pastosa también me confirmó las sospechas a que había tomado varias copas previamente. Me senté a su lado y pedí una ronda.

-“Creo que tienes un problema, Eduardo”-sus primeras palabras ratificaron lo que mi esposa ya me había contado.

-“¿La seguiste, como quedamos?”.

-“No sólo la vi en la sala, previamente dándose el magreo con un tío distinto esta vez.... la seguí como acordamos y.... bueno confirmé que las sospechas que te comenté la otra vez.... son ciertas”.

-“¿Qué pasó exactamente, Pancho?”.

Sus palabras a continuación me explicaron que les siguió, tomando una ruta alternativa, aun en el riesgo de que fueran a otro lugar, sin embargo, cuando llegó al sitio, casi coincidió directamente con el otro coche, donde viajaba mi esposa con su acompañante. Les dejó entrar previamente al solar y unos segundos después lo hizo él hasta aparcar muy cerca del vehículo, un poco atrás para no ser detectado si acaso miraban por las ventanas, me aclaró que, por suerte, cosa que conocía, los ventanales de su auto están tintados, lo que hace casi imposible ver quien está dentro, pero aun así tomó la precaución de no quedar a su altura directamente.

-“Desde donde estaba vi perfectamente como se besaban sin parar, incluso se notaba que se metían mano, sentados allí, en la tranquilidad del lugar....”-tomó un sorbo de la bebida que nos sirvieran en esos momentos y continuó cuando Brahím se retiró a sus labores-“....estuvieron un rato así, en pleno magreo y.... la vi agacharse hacia el tío con el que estaba.... reclinó la cabeza en el respaldo mientras que tu esposa movía la suya allí.... recostada sobre su regazo....”.-me miró para ver si comprendía lo que me contaba, luego siguió-“.... estuvo un buen rato así... agachada... incluso vi varias veces que subía y bajaba la cabeza”.

Mi excitación iba en aumento a cada palabra suya, así que le insistí para que no se callara nada, mostrándome serio y algo preocupado, pero, animándole a seguir su relato de lo que había visto.

-“Se incorporó al cabo de todo eso y rebuscó para tratar de reclinar el sillón.... ambos lo hicieron.... luego los gestos fueron como de tratar de desprenderse de molestias, tanto él como tu esposa.... se movieron en sus asientos.... ella colocó uno de sus pies en el salpicadero y el tío se cambió de sitio..... le vi perfectamente....”.-la pausa tomando aire, bebió de nuevo, mirándome serio, exhaló todo el aire tomado y trató de respirar con calma, sin apartar sus ojos de mí-“.... estaba desnudo de cintura hacia abajo, amigo.... y se colocó sobre tu señora.... se recostó sobre ella.... cuando me di cuenta, tu mujer tenía ambos pies allí arriba.... así que se hizo evidente lo que sospechábamos ya.... lo siento”.

-“Entiendo lo que me cuentas, Pancho, lo entiendo... es evidente que Maijo fue allí, como, al parecer, hace de manera continua.... a follar con ese tío”.

-“Lamento ser portador de la noticia.... imagino como te debes de sentir.... pero creo que es mi obligación como buen vecino ponerlo en tu conocimiento.... se que debe de ser doloroso para ti.... pero así son las cosas.... aunque realmente lo lamento, amigo”.

-“Reconozco que lo eres... un excelente vecino... con agallas incluso para contarme todo esto y ponerme al corriente de las infidelidades de mi esposa.... pero... debo de ser franco contigo”.

Ahora era mi interlocutor quien mostró extrañeza en su rostro al escuchar mis palabras, permaneció mirando, esperando que me franqueara.

-“Si vivieras justo debajo de nuestro piso, no en el otro lateral, posiblemente te habrías dado cuenta ya, hace mucho, que a veces, Maijo, recibe amigos en casa....”

-“Si, bueno, mi mujer me ha comentado que tenéis bastante tránsito en ocasiones”-interrumpió.

-“.... y si vivierais debajo, como te digo.... ya habríais confirmado desde hace tiempo que los sonidos en la habitación son frecuentes, cuando esto ocurre.... además en muchas de esas ocasiones.... yo estoy en casa también”.

-“Entonces.... ¿sabes perfectamente lo que sucede?”.

-“Claro que si, Pancho, soy testigo en primera fila de lo que mi esposa hace en prácticamente todo momento”.

-“O sea.... ¿sabes que tu mujer.... se acuesta con otros hombres y.... me estas diciendo incluso que eres testigo directo de ello?”.

-“Así es, amigo Pancho, soy conocedor de todo ello y, si, lo hace en mi presencia, porque somos una pareja tremendamente liberal en esos aspectos... lo mismo que ella me ve con sus amigas en casa”.

No salía de su asombro, casi no daba crédito a mis palabras, mirando extrañado mi actitud hacia el tema, sopesando mis comentarios al respecto, mi confirmación de conocedor pleno de las acciones extra maritales de mi mujer y, al mismo tiempo, que ella también conociera las mías.

-“¿Entonces.... por qué me has pedido que confirmara algo que ya sabías de antemano?”.

-“Porque deseaba que supieras con total certeza lo que tu mujer te pidió en principio que hicieras.... se que somos la razón de los cuchicheos de ella con sus amistades y con mas vecinos....”-hice un pequeño paréntesis en lo que hablaba, observando su rostro, aun algo descompuesto-“.... ahora ya tenéis la confirmación para que podáis hablar con conocimiento de causa sobre este tema concreto.... ni a Maijo, ni a mí, nos preocupa lo que los demás piensen de todo esto.... ella folla, yo folló, incluso a veces follamos todos juntos en la misma cama.... deberías probarlo con tu mujer.... a lo mejor hasta os va bien”.-concluí la frase con una sonrisa mas sardónica de lo habitual.

Pancho asentía con su cabeza, tratando de asimilar la información y, el consejo dado al tiempo que entendía la trampa burda en la que le había incitado a caer.

-“Ahora comprendo tus excusas hacia ella el otro día, cuando te conté aquí mismo”.

-“Nos gusta ser así, Pancho, no pasa nada malo, simplemente disfrutamos de nuestros cuerpos, juntos o por separado con otras personas”.

-“Ojalá y la estúpida de mi mujer fuera parecida a la tuya”.-me confesó.

-“Emputécela un poco.... se que no es fácil cuando se está todo el día tras la ventana... tratando de averiguar intimidades ajenas.... porque eso provoca que no se preste atención a uno mismo.... pero con calma.... paciencia... tiempo.... quizás consigas que tu vieja disfrute mas de la vida... y.... quien sabe.... igual un día te la encuentres en la cama totalmente desprovista de inhibiciones montada por otro.... te garantizo que es tremendamente placentero, al menos para mi, observar como disfruta con otro macho”.

-“Y entre vosotros.... ¿no hay relación?”.

-“Mucha mas que al principio.... vivimos plenamente nuestro matrimonio.... en todos los aspectos.... sobre todo, en la cama, Pancho.... conseguimos salir de la rutina que hace algunos años nos agobiaba.... ella fue la primera en dar el paso, por petición mía y luego ella misma decidió que también quería ser portadora de cuernos consentidos y me presentó a varias amigas, de las que disfruto plenamente también”.

-“Eres.... bueno, eres.... todo un cabronazo, Eduardo, pero.... sabes.... me gusta esa filosofía de vida.... se que es difícil que mi mujer, la tremenda puritana de mi mujer, entre en día en esto de ustedes.... pero vaya si me gustaría, vaya que sí”.

-“¿Cuántas veces le has puesto los cuernos a ella?”.

-“No demasiadas, algunas veces he ido con alguna puta.... apenas unas pocas veces nada mas en todos estos años”.

-“Mira esa es una opción, en lugar de salir por ahí, a dejarle el dinero a alguna chica que no conoces.....”.-le miré riendo, dejando en el aire la continuación de la frase.

-“¿Me estas proponiendo que cuando quiera ir de putas..... suba a tu casa?”.

-“Bueno.... tu has llegado a la conclusión.... Maijo, sin serlo.... ¿quién sabe si te aceptaría en nuestra cama?.... le comentaré al respecto”.

Hoy por hoy, se la ha follado varias veces ya, además en casa, sin necesidad de salir a buscar a nadie mas. Ya lo relataré mas adelante.