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Cambios 2

en Hetero: General

Así transcurrieron aquellos días. Comenzaban a conocer su vecindario aunque realmente no había mucho que decir al respecto pues las casas estaban algo así como apartadas y a parte no estaban mucho en casa pero de pronto se topaban con alguien cuando regresaban o salían de casa y los saludaban de esa forma muy cordial que les caracterizaba. Uno de esos días Sandra estaba regando y cuidando de las flores a pies de su casa y habían un par de chiquillos curiosos, como tantos en el pueblo, pero estos estaban ahí jugando y acercándose poco a poco. Sandra los noto y ella curiosa también pues le agradaban los niños, se le ocurrió hablarles y desde luego que con pena los chiquillos no respondían. Ella insistió y no tardó mucho en poder entablar una plática con ellos que pronto se ganaron la compasión de Sandra pues ella los notaba con cierta lastima debido a esa forma precaria en la que vestían. Les invito a comer algún postre y estos gustosos lo disfrutaban. Les preguntaba curiosa de esto y aquello para tratar de conocerlos y estos respondían, ella con ese natural cariño maternal le agradaba tener la compañía de esos pequeños. De pronto una voz empezaba a gritar por ellos y se trataba de la madre, una mujer de unos cuarenta y tantos años, que los buscaba. Sandra salió para avisarle que en su casa estaban:

-Hola señora, aquí están los niños...

-¿Ahí están? No la están molestando esos chamacos...

-Jejeje no, no se preocupe, en realidad yo misma les invite a que pasaran, son muy lindos sus niños

-Ah bueno es que luego se portan mal y pos no quiero que le anden descomponiendo algo

-No de verdad, estaban aquí jugando y les invite a comer algo, espero no se moleste

-No como cree seño, pero pos si se portan mal ahí me avisa...

-No creo que se porten mal jeje solo son juguetones como todos los niños

-Si señito pero hay veces que nos sacan canas verdes jeje

-Si pero imagínese los adultos como somos jeje

-¿Y usted tiene hijos seño?

-No aun no pero me gustaría...

-Ya los tendrá ya vera, uste aún es joven

-Gracias señora, ah, soy Sandra Lujan y usted

-Me llamo Rosa, vivimos acá trasito de su casa para lo que se le ofrezca a uste, algún mandado o lo podamos

-Mucho gusto señora Rosa ah y muchas gracias igual cualquier cosa en que podamos ayudarle aquí nos encuentra -expreso con una sonrisa Sandra -¿Y vive usted con su esposo?

-Si nomas que él trabaja diario allá en la carretera y el de uste trabaja allá en San Antonio verdad?

-Así es, oiga porque no pasa así platicamos más a gusto ¿No le parece?

-Nomas acá...

-Ándele, acépteme el café o agua, lo que se le antoje

-Este, bueno, pos compermiso jeje -dijo la mujer que ya se adentraba junto con Sandra platicando más básicamente para conocerse.

Ella supo que doña Rosa se había casado con su esposo que se llamaba Eleuterio que era un hombre mayor que ella y le presumía que era un buen hombre pero que batallaba para conseguir trabajo pues estaba malo de un ojo a causa de un accidente laboral y eso le impedía ver bien. Ella trabajaba lavando ropa es por eso que también se ofreció para ello. Y así siguieron con su plática terminándola después de un buen rato, justo cuando llego Rodrigo a casa y muy animadas y amenas se despidieron para seguir en lo suyo.

En los días posteriores cuando Sandra estaba en casa, aquel par de niños gustosos iban a visitarla pues estaban contentísimos de como los trataba Sandra, además de alguno que otro obsequio que les regalaba. Doña Rosa al igual la saludaba y le traía a veces algo de tortilla por ejemplo y Sandra a su vez sabiendo de sus necesidades les regalaba algo de despensa o frutas o verduras, en fin.

Rodrigo acudía a sus clases de lunes a viernes y al parecer se adaptó muy pronto , ya tenía compañeros con los que se llevaba bien, incluso con sus alumnos que querían quedar bien con él y a veces lo invitaban a jugar futbol o básquet. En tanto Sandra acudía aunque le aburría que no hubiesen muchos pacientes. En su primera semana apenas atendió a unas diez personas. Muchos le contaron que los dentistas que llegaban a San Antonio siempre atendían en el hospital y que por eso quizás no estaban acostumbrados a ese nuevo lugar y por ello de que no tuviera tantos pacientes. Ella lo entendió porque poquito a poco empezaron a llegar sobre todo niños o personas con algunas afecciones.

Por lo pronto Sandra y Ofelia se iban conociendo . Con la personalidad de ambas se propició de inmediato una amistad de mucha cordialidad, conocían una de la otra ,reían juntas, incluso ella le invito a conocer a su casa , Sandra por supuesto le invito a hacer lo mismo prometiéndole que se la pasaría muy bien y así el tiempo se les pasaba muy ameno y para Sandra con todo esto mantenía ese optimismo intacto.

Empezaba a conocer más de Ofelia su asistente, le platico que había dejado sus estudios por falta de dinero, también le platicó que vivía únicamente con su padre y que pues él había  enviudado desde hace ya algunos años atrás,  un hombre que desde la muerte de su madre se había vuelto holgazán y desobligado,  que trabajaba de vez en cuando , y ya menos desde que Ofelia empezaba a trabajar , por eso el aprovechaba para ser mantenido pues tenía esa idea de que él ya había trabajado en su vida, para su hija y que entonces ahora ella le tenía que corresponder ese supuesto esfuerzo, quizás es por eso que no se llevaban tan bien y peleaban seguido , Sandra entonces empezaba como a sermonearla de que tenía que mejorar esa relación por lo importante que era la familia y todo eso pues se compadecían pues ella también había sufrido aquella pena de perder ese ser tan profundamente querido por ellas.

De hecho cierto día Sandra pudo conocer al padre de Ofelia, un día martes exactamente . El señor vino al consultorio buscando a su hija. Venía a pedirle las llaves de su casa porque un día anterior había salido a manejar a alguno de los pueblos cercanos y no había llegado toda la noche pues por agarrar la borrachera termino por hacérsele tarde y se regresaba hasta esa soleada y avanzada mañana casi mediodía.

Tendría sus cincuenta y cuatro años , moreno, chaparro de unos metro sesenta, robusto dándole una forma muy redonda con esos gordos brazos con un aspecto rancio.  Un tipo desgalichado tenía el escaso cabello desarreglado por la vieja gorra que usaba. Llevaba puesto en esa ocasión una camisa café a la que le faltaban los botones de arriba dejando ver su lampiño pecho con esa descolorida piel ; una parte más tostada que la otra. Vestía un pantalón de mezclilla con algunas manchas de lodo en las rodillas y bastillas que se doblaban por fuera pues al parecer le quedaba grande el pantalón . Con un rostro que denotaba una mirada cansada aunado con esas notorias arrugas, que difícilmente reía .

-Buenas... -casi gritando para llamar la atención mientras tocaba la puerta pues no había nadie a la vista

De repente salió Sandra para atender el llamado.

-Buenos días señor -saludo muy afable

El viejo, que esperaba en la entrada de la puerta, casi se va de espaldas al ver tal gracia de mujer. Los ojos del tipo no se despegaban del juvenil rostro de la dama. De semblante sofisticado y elegante, viste siempre sobria y delicada. Ella portaba un vestido corto, uno con estampado floral en tonos empolvados y fondo verde menta, de corte baby doll y forro interior que dejaban ver un poco de sus brillosas y blancas piernas . Unas sandalias piel de tacón wedge color con correa y punta abierta de color café claro que dejaban ver sus pies complementaban su atuendo. Sandra no es que la palabra destacar fuera su máxima, ella se conforma con ser discreta y comedida en público. En casa , con sus amigos o desde muy joven  en el colegio es la más pizpireta. Hace reír a pequeños y grandes con esa la naturalidad que otorga únicamente la bondad. Es una dama que siempre sonríe, complaciente y afable que te lanza un simpático ‘buenos días’ cuando te la encuentras e incluso siempre dispuesta a escuchar las historias y hacer la platica. Es también una amiga de antemano pues no propone impedimentos para ayudar a quien le necesite.

Con la vista la recorría de arriba hacia abajo. Entonces el morboso hombre sintió de inmediato una erección y no pudo evitarla, si se era observador se notaría de inmediato, el hecho de que el pantalón estuviera holgado ayudo a que no se notara ese pequeñito bulto.

El viejo tuvo que reaccionar pues Sandra estaba llamándole.

-Señor...!

-Perdone buenas días señorita, es usted la doctorcita ?

-Mmm si...doctora Sandra Lujan para servirle

-Mucho gusto mama... -casi se le escapaba tal palabra pues estaba acostumbrado a hacerlo pero como no conocía a esa mujer no tenía confianza para hacerlo aunque eso si extendió su mano en señal de saludo no sin antes tratar de secarse el sudor de la misma con el pantalón -señorita, yo soy Trinidad García... servidor y amigo

-Mucho gusto -dijo Sandra respondiendo aquella estreches de manos -dígame señor, en que puedo servirle

se decía el viejo -Vengo a buscar a mi hija Ofelia , ¿no anda por aquí?

-Ah claro , Ofe, ella enseguida viene fue a la tienda y enseguida viene pase mientras

-Ta bien chiquilla...

Pasaron unos largos segundos donde el viejo no le quitaba la vista de encima a la hermosa Sandra, claro que era algo comprensible pues jamás en su vida se había puesto a intercambiar palabras con una mujer tan deleitable. Fue ella misma, fiel a su costumbre de ser alguien atenta, quien rompió aquel silencio.

-Entonces es usted papá de Ofe ...es un gusto conocerlo

-También es un gusto conocerla , mi hija habla muy bien de uste ,que es uste buena gente , que esto que lo otro...pero no me dijo que uste está pero bien hechecita -dijo el hombre que no podía evitar hablar así, era lo más respetuoso que podía serlo, al tiempo que la recorría de pies a cabeza -No'mbre uste está bien chula, con todo respeto ehh...

-Gracias señor -decía Sandra ante los vulgares halagos del hombre aunque ella lo veía con simpatía por su particular forma de hablar con esa voz como grave y chillona al mismo tiempo y que parecía que el hombre hablara con los labios entrecerrados

-No'mbre nada más que la verdad ... yo me dedico de chofer como la ve, trabajo máquinas , volteos ...cuando guste eh jeje cualquier trabajito que le surja ahí estamos

-Gracias lo tendré muy en cuenta jeje

-De nada chiqui...perdón...oiga a ver que día uste nos cae allá por la casa , ya le había dicho a la Ofelia que le invitara.

 -Si ya me ha dicho incluso la he invitado también a mi casa       

-No ps uste cuando quiera láncese pa' nuestra humilde morada eh,  aunque uste como uste se ve elegantiosa pues quien sabe , pero ojala se anime la vamos a tratar como se debe -dijo el señor mientras pensaba al tiempo que hasta la saliva se le salía de la boca

-Muchas gracias , a ver que día me pongo de acuerdo y voy con mi marido ok

-Ah chingaos ¿tiene marido? -dijo el viejo bastante decepcionado al instante pensó

-Si así es señor -respondió sorprendida ante el ceño del viejo

-No pos ya estuvo que no...Pero ni modo... es que pensé que era solterita es que como uste está bien mamacita...perdón...perdón...

-Ok , no se preocupe

En ese instante aparecía Ofelia que traía una bolsa .

-Ya llegué -dijo mientras entregaba la bolsa a Sandra... -¿Que quiere papá?! Estoy trabajando

-Bueno yo los dejo para que platiquen , fue un gusto conocerlo señor

-El gusto fue mío doctorcita, cuídese mucho eh...

-Igualmente -dijo esto Sandra mientras ingresaba a la parte del fondo de su consultorio dejando aquella plática que duro pocos minutos.

Volviendo al transcurso de los días , la pareja en los domingos como siempre acudían a la plaza, comprar, caminar un rato y eso les relajaba y la belleza de esa mujer propiciaba, inconscientemente para ella, el gusto de los varones chicos y grandes de ese sitio , en especial de ese grupo de viejos.

Ya habían pasado dos meses , el ritmo de vida acostumbraba de a poco a la pareja a una rutina que dominaban y les gustaba. Cierto día sábado Rodrigo platicaba con su esposa mientras comían en su espacioso comedor.

-Amor, han pasado ya un par de meses maso menos

-Ajam... -dijo mientras llevaba de forma sutil comida con un tenedor a su bella boca -Así es             

-Y he estado pensando en que ya es tiempo de terminar acá atrás

-¿Terminar? Con que      

-Si -bebía un poco de agua de un vaso de cristal -Acabar de construir la piscina y...

-Ahhh! la piscina! -emocionada interrumpió Sandra -Es verdad y cuándo es que van a hacerla    

-De eso te estoy hablando, quisiera que comenzaran a trabajar desde la próxima semana, siento es el momento propicio, que te parece.      

-Me parece estupendo amor -de inmediato busco el beso de su marido -Ya quiero ver esa piscina y por supuesto que nadar en ella así muy rico y todo

-Y yo contigo amor jeje -la volvía a besar -Muuuack!!

-Y ya sabes quién va a trabajar -pregunto Sandra

-Ah es cierto, pues recuerdo que vino el tío de Lulú alguna vez lo has de recordar

-Si es verdad ¿Por qué no le das el trabajo a el? Creo que sería lo adecuado pues el vino a preguntar y todo eso

-Si de hecho eso mismo pensé , igual me lo recomendó mi primo dice que es buen trabajador el señor

-Ahí lo tienes , entonces dile ¿Sabes dónde vive? ¿Cuándo iras?

-Mmm...Oye mejor le pregunto a Lulú , es su tío jaja...así me ahorro el viaje jeje... Lulú! -vociferaba Rodrigo -Lulú!

Lulú que lavaba un poco, dejo lo que hacía y acudió de inmediato al llamado :

-Mande usted

-Lulú, ¿podrías hacernos un favorzote?

-Sí señor , dígame y voy

-Mira, se trata de que le digas a tu tío que si puede venir mañana domingo en la tarde o... no entresemana porque ves que no estamos...o ya de plano que venga el sábado próximo

-Sí, yo le digo no se preocupe

-Gracias Lulú, le dices que quiero hablar con él ¿de acuerdo?

-Si señor Rodrigo

-Ok. Oye ¿Sabes si está ocupado trabajando o algo?

-No señor

-¿No? pues perfecto, tu dile que venga... ya puede seguir con lo que hacías

-Gracias Lulú -intervino Sandra

Lulú en cuanto llego a su casa y entrego el recado a Don Gilberto, este ni peros tuvo ni quiso poner, en cambio no hallaba la hora de que fuera domingo para ir a ver esa esperada chamba. Al siguiente día en su acostumbrada reunión dominical tuvo que retirarse antes para ir a su cita y les avisaba a sus compañeros sus razones. Estos a su vez brincaban de alegría pues era la oportunidad que tanto esperaban . Por tanto alentaban al viejo para que no estropeara la chance y le pudiesen dar ese trabajo pues pensaban que era algo así como algunas de esas entrevistas donde se evalua a un posible trabajador. El atendía los consejos aunque ya pensaba en otros planes.        

Ya en la tarde el viejo se presentó como a las dos de la tarde. Sandra se ocupaba en su recamara acomodando su ropa y entonces Rodrigo fue el único que le recibió y le invito a pasar y a sentarse.       

-Sí, me dijo ayer Lulú que me viniera pa'ca y acá estamos         

-Si así es don, don Gilberto ¿verdad?

-Si don Rodrigo      

-Bueno, mire, estábamos hablando mi esposa y yo y platicábamos de que ya era tiempo de completar la parte trasera de la casa, me refiero a los trabajos

-Ah sí señor

-Sí y entonces, como usted alguna vez ofreció sus servicios pensé en usted para que se encargara del trabajo , ahora que si usted esta indispuesto...

-No, no, no hay ni un problema patrón, uste nada más diga cuando y ps empezamos a darle...

-Pues en ese caso cuando usted lo desee

-Yo puedo mañana mismo si uste gusta 

-Ah tan pronto, bien...como usted quiera

-Entonces nos venimos pa'ca mañana

-¿Cuantos van a trabajar con usted? 

En ese momento sabia la respuesta correcta  o  la que debía de dar , se había planeado y era obvio, tenía que decir que necesitaba más trabajadores y los otros viejos serian quienes le acompañarían pero él ya lo había analizado de otra manera, a solas, desde días antes por lo que sin más dio su propia respuesta arriesgándose a atarearse más.      

-No pues creo que nomás yo ,es que igual si traigo a otros a trabajar es luego un relajo, son huevones, se hacen tarugos ...no'mbre es más desperdiciadero y gastadero  y  pos no vamos a avanzar...

-Sí , eso suele suceder pero por el dinero no se preocupe don, lo que sea que necesite así que si necesita quien le ayude...          

-No, pos namas yo patrón por el momento, nada más que voy a necesitar herramientas nomas eso patrón -contestaba inquieto pero tratando de mostrarse seguro

-A perfecto, como usted lo vea conveniente, de todos modos le dejare un poco de dinero por cualquier cosa, ¿de acuerdo?

-Si gracias patrón, y pos por donde le vamos a trabajar

-Correcto...entonces acompáñeme por acá

-Usted primero patrón    

Enseguida salieron hacia aquella parte trasera de la casa indicándole los espacios que quería se trabajaran. El a su vez veía de un lado a otro para ver si podía observar a la mujer más deseable del pueblo pero nada en ese momento. Pero ya no le importaba verla ese día por lo menos , pues sabía que tendría de ese instante en adelante para agasajarse . Por lo pronto atendía las indicaciones a la vez que sugería algunos conceptos . Platicaron un rato más hasta que se despidieron con ese tradicional 'hasta mañana'.   

Día lunes. El inicio de otra semana más. Don Gil estaba ya casi en la puerta de esa casa apurando el paso en esa mañana con ese cielo que de a poco despejaban algunas de sus nubes. Venía solo, su sobrina Lulú ya se le había adelantado pues era de por si su rutina estar desde muy temprano.

Vio el portón abierto así que se encamino a la puerta principal y enseguida toco el pequeño timbre de color dorado.

La sorpresa para él fue máxima al ver a Sandra quien era quien le abría la puerta. Jamás había estado tan cerca de esa joven mujer , estaba casi de frente pues ella resultaba ser un poquito más alta que él pero en fin, al verla era tan evidente su exuberante belleza; ella es de esas mujeres a las que los pintores mueren por retratar, por intentar plasmar con sus pinceles la perfecta combinación entre belleza y fantasía y que otras féminas arden de rabia al ver su cara pasar ante ellas, con el vaivén de sus graciosas caderas pues envidian tener la cara encerada que alza cuando camina. Sus ojos profundos que arrastran al suave y desconocido interior de su persona, la boca almidonada que acaricia su dentadura casi perfecta y esos pómulos armoniosos . Aunado a su belleza física algo hace saberse sin que se diga  que ella  es respetada y admirada tanto por los que tienen sangre en común como por los que no. Una personalidad majestuosa, una actitud intachable. Es la buena consejera, la mujer a la que siempre se puede recurrir. Es, sin censura, una gran persona.

La luz natural que venía de afuera de aquella puerta resplandecía en su cara llena de dulzura. Sus tiernos ojos color de miel, su tez clara, esa tersa piel de su rostro sin muestras de arrugas o imperfecciones que mostraba una encantadora sonrisa que dibujaban sus mojados y sensuales  labios  listos para dar o recibir el mejor beso ; entre estos se asomaban sus perfectos y blancos dientes. Sus suaves mejillas , su fina nariz y ese cabello que se hallaba recogido dándole la amplitud necesaria para admirar ese vivaz rostro a plenitud.

Una voz lo saco de su estado de inconsciencia en ese cortísimo espacio de tiempo aunque aparentaba para el que había pasado mucho más:

-Buenos días señor -

No pudo contestar a la primera pues parecía estar alelado en esos breves instantes.

-Buenos diaaasss -parlo de nuevo con voz juguetona la bella Sandra

-Buenos días señora, perdón es que ...perdón -hablo nervioso aquel hombre

-Jejeje, si, dígame -sonreía Sandra

-Soy Gilberto el albañil vengo acá presentándome para la chamba jeje ayer quede con su esposo -dijo quitándose rápidamente su sucio y viejo sombrero blanco

-Aahhh... es el tío de Lulú, pase pase por favor...

-Si gracias señora, con permiso seño

Ya dentro lo invito a pasar por la sala para que esperara a su marido.

-Enseguida baja el, se está terminando de arreglar, yo apenas...pues ya nos vamos al trabajo -anuncio la mujer a ese hombre que no podía dejar de observarla y una vez más se situaba frente a él.

-¿Trabajan allá en San Antonio o en dónde? es que pos veo que usan coche y eso...

-Si así es, mi marido es profesor en la preparatoria y yo trabajo en mi consultorio dental

-Ah ósea que uste arregla los dientes

-Jeje ...ammm algo así jeje

Usaba una cómoda y corta bata de algodón, color roja, una que dejaba ver una buena cantidad de sus sexys carnes , sin nada debajo, sin nada de ropa interior, aunque claro él no lo sabía pero lo presentía,  y al parecer ya se hallaba pronta para tomarse una ducha . Se veía cómoda , sexi y muy elegante. Como previo de cada día, como en ese lunes por la mañana, se relajaba y tomaría su desayuno o posiblemente tomarse algo de café o jugo su bebida mañanera por excelencia.

 Aunque aún no se hallaba arreglada, se veía esplendida , realmente radiante, los colores naturales de su rostro estaban intactos y resplandecían sin necesidad de retocarlos .               

-Usted es el tío de Lulú... que bueno es conocerlo, ella nos ha contado acerca de usted  y su familia -interrumpió el estado de letargo del viejo

-Si  patrona, y también Lulú me ha platicado de usted, de ustedes , eso si puras cosas buenas jeje

-Que bueno, así debe de ser jejeje -sonrió la casada -No se crea pero que bueno es que hablen bien acerca de una, se siente superpadre la verdad

-Jejeje si señora, y no pos la verdad es que ustedes pos se ven buena gente y pos yo le voy a echar ganas pa'que no haya queja pos con mi trabajo

-Gracias don Gilberto

El viejo admirado de que esa bella mujer se acordara de su nombre.

-De que señora...

-Llámeme Sandra ¿Quiere? , es que eso de señora pues ...jejeje no me gusta demasiado jeje -expreso Sandra que le dirigía una de sus naturales sonrisas que insinuaban coquetería

-No pos como usted mande seño Sandra jeje -atendió sonriente el viejo

-Bueno, ¿ya desayunó?, si no pase a tomar café o lo que usted guste...

Justo antes de poder contestar fue interrumpido por Rodrigo que ya bajaba y se acercaba al lado de Sandra

-Buenos días don...

-Gilberto amor -complemento Sandra ayudando a marido

-Si disculpe, buenos días don Gilberto, que memoria la mía jeje

-Buenos días y no se preocupe patrón -respondió el saludo sonriendo y estrechando la mano , para si un poco enojado por aquella descortesía aunque poco le importaba pues estaba más atento  a  las actitudes de la bella mujer que Rodrigo abrazaba.

-Que puntual señor ¿verdad amor? -consulto Rodrigo a su mujer   

-Si y justo le decía que pasara a desayunar antes de que empiece   

-Ah por supuesto que si... si quiere pase y dígale a Lulú que le sirva, lo que usted quiera eh!,

-Muchas gracias patrón, pero ya me eche un cafecito antes de venir...  

-No, de verdad -intervino Sandra -Siéntase en confianza ok? y pase y desayune...

-Ta bueno pues , me tomare un cafecito si no es mucho pedir -contesto aquel hombre que difícilmente se negaría a cualquier petición de esa dama

-Lo que usted quiera, ándele...mire pase a la cocina, ahí está Lulú, que le sirva... -intervino una vez más Rodrigo -Lulú!

-Si mande -se apersono Lulú y respondió de inmediato al llamado de su patrón

-Mira, de favor sírvele de desayunar a tu tío -explico Sandra

-Sí, pase tío por acá -indicó la chamaca

-Pos compermiso patrones y gracias eh-dijo el viejo que se adentraba a la cocina no sin antes, discretamente, echarle un ojo a la casada

-Adelante, adelante -repuso Rodrigo finalmente que ni cuenta de las miradas hacia su mujer

Minutos más tarde la pareja se retiraban de la casa no sin que antes Rodrigo les diera las últimas indicaciones tanto a Lulú como a don Gil. Este último estaba realmente emocionado y atento también; trataba de volver a ver en su mente esa cara , ese cuerpo, esa singular figura  y  esa suave voz que lo alucinaron en esa mañana.

Luego de esa ocasión , los días pasaron en sus particulares quehaceres para Sandra , Rodrigo y Lulú. El tío de esta última se hallaba ocupado precisamente ocupado trabajando en lo encargado , muy seguido ojeaba de aquí para allá tratando de divisar a la casada pero hasta esos días sí que era un milagro verla pues apenas la había visto un par de veces antes de que ella se retirara a su trabajo aunque no pudo ni saludarla. Aun así no perdía la esperanza de poder aunque sea mirarla de frente como aquella vez , de apreciar su presencia , de oler sus cándidos perfumes de mujer tan siquiera, de echarle una platicada pues se había dado cuenta de lo amistosa que era para con él por ejemplo. Imaginaba a cada noche una de tantas fantasías con ese cuerpo de venus afrodita , pensaba y pensaba como seria verla desnuda, besándola, sentir el calor de su piel, manipular su cuerpo en posiciones que había visto en películas porno , arremeter contra ella entrando y saliendo de su intimidad hasta hacerla gritar de puro placer y al final terminaba eyaculando después de rápidas masturbaciones que se daba imaginando que terminaba descargando todos ese ardiente vigor dentro de ella. Al final de esto recapacitaba y una mezcla de celos le invadían pues se daba cuenta que todo esto que el imaginaba era realidad sí, pero solo para un hombre y ese era el marido de ella , que seguro cada noche podía disfrutar cada sensual rincón de ella.

Un día , entonces, como a la una de la tarde, el como siempre entretenido aunque fastidiado por el calor estaba sin esperar demasiado del día, hasta que apareció su sobrina :

-Tío! -vocifero para llamar la atención de su tío pero este no atendió al primer llamado por lo que volvió a decir -Tío!

-Voooy! -alzo la voz el hombre mientras caminaba hacia donde Lulú -Si hija dime que pasó

-Tío, voy a salir un ratito porque voy a comprar unas cosas que me encargo doña Sandra           

El viejo había entendido que había un océano de imposibilidades para intimar con esa mujer  y  eso lo entendía bien pero su imaginación no tenía límites y el morbo no lo podía evitar por eso pensaba que aunque poseer su cuerpo era nulo al menos el poder masturbarse con sus ropas eso sí que era muy viable y para él era más que suficiente, de hecho era una de las mañas que tenía desde muy joven cuando asaltaba las ropas intimas de sus vecinas, se pajeaba con ellas y luego ya satisfecho las devolvía en su lugar , así para no levantar sospechas y poder seguir haciendo todo este juego morboso. 

Así que era sí o sí que tenía que tener las ropas de la bella mujer de la casa, era la mejor mujer que había visto en toda su vida y no iba a dejar pasar la oportunidad de hacerlo las veces que él quisiera.

Pero tenía que ser alguien prudente y mostrarse como un trabajador y agradecido hombre , todo con tal de ganarse la confianza de sus patrones. Por ello en cuanto escucho lo que su sobrina vino a decirle , supo que era el momento indicado y no iba a desperdiciar la oportunidad por ningún motivo.              

-Ahí le encargo la casa tío,  no tardo mucho, no vaya a venir alguien, voy acá 'bajito con doña Vero   

-Si mija, no te preocupes, ve con calma pa' que no se te olvide nada  

-No se preocupe tío, no se me va olvidar nada ...ya me voy , no tardo voy rápido... -insistía la jovencita

-Ándale pues mijita -dijo aquel impaciente hombre que ya quería ver salir a su sobrina de la casa y quedar dispuesto para cometer su morboso objetivo.      

Dejó que pasaran unos minutos después que su sobrina cerrara la puerta al salirse, pues, se decía, en una de esas podría regresar de improviso.              

Sucedieron esos minutos así que era momento de entrar a la casa que estaba sola para él.

Para cerciorase realmente de que su sobrina no permaneciese aun en casa, la llamo en voz alta por su nombre, en dado caso de que le contestara, le fingiría que necesitaba algo de beber o lo que se le ocurriese.            

-Lulú! ... hija! ... Lulú! -parlo varias veces seguidas desde la cocina adentrándose de a poco en la residencia sin recibir respuesta alguna , algo que iba pintando de una gran manera para sus propósitos        

-Lulú! Hija! ¿Estás?! -Llamó una vez más pero ninguna voz le contestaba , mientras caminaba más hasta llegar al inicio de los escalones que llevaban a la segunda planta donde estaban las recamaras y en donde una de ellas era el del matrimonio

Subió por aquellos estilizados escalones  con premura , con un gran nerviosismo siempre mirando a la puerta de la entrada principal. Ojeo el primer cuarto y notó que era el estudio, observo la habitación contigua y por el tamaño de la cama se dio cuenta de que era la correcta. Abrió un poco más la puerta pues se hallaba entrecerrada y a continuación la abrió para acto seguido volver a cerrarla casi en su totalidad no sin antes volver a mirar rápido hacia el pasillo.

Emocionado empezó a apreciar aquel inmenso y muy acogedor cuarto, ubicaba la posición de cada mueble, más que los retratos u otros objetos que pudiesen estar presentes. Con cautela se dirigió al gran armario, lo abrió pero no vio más que , entre otras cosas,  trajes de Rodrigo y vestidos de Sandra los cuales rozó un poco pero el venia por algo más . Entonces se dirigió hacia un cercano mueble de  madera con cajones y presentía que encontraría lo que buscaba. Abrió un primer cajón y era ropa interior del marido así que de inmediato la cerro denotando disgusto e indiferencia.  Abrió un segundo , fue entonces como si hubiera encontrado un tesoro, uno muy anhelado. Estaba ahí esa ropa interior, bien doblada y acomodaba para ser dispuesta cuando Sandra quisiese para cubrir sus deseables intimidades . Cogió lo primero que vio de tantas prendas posibles; un brassier azul pero luego tomo lo que parecía ser el que completaba el conjunto así que dejo de lado el brassier  y  agarro de los extremos para apreciar lo que era una tanga de color azul marino suave y ligera, el punto es una decoración de flor bordada sexy T-back parecía diseñada especialmente para ella. De material modal suave para que ella se sintiera cómoda al usarla con talle bajo, diseñada sin respaldo para mejor resaltar su  caliente  figura.

Acto seguido acerco esa prenda a su sudada nariz y empezó a aspirarla con tal intensidad como si su vida dependiese de ello, como si esta le proporcionara el oxígeno vital de su mediocre existencia. Inhalaba todos los suaves olores que se desprendían de aquella ropa íntima, para el viejo enviciantes perfumes de mujer. Paso varios minutos, ni él supo cuántos fueron realidad, en los que se pasaba esa prenda ahora por toda la cara, como si tratara de limpiarse todo el sucio y oloroso sudor que le escurría en la tostada cara, incluso de pronto hasta lamia la parte inferior de la tanga simulando lamer esa excitante intimidad. Ya no aguantando más sus insanos deseos decidió que tenía rosar esa tela por su virilidad que estaba erecta bajo su pantalón reaccionante a todo este asunto. Inmediatamente dejo la prenda encima del mueble para poder abrir el cierre de su pantalón y al agachar la mirada , además de notar su abultado abdomen, se percató de que en el piso había restos de lodo, recorrió su mirada hacia sus viejos zapatos y vio como están estos llenos de barro , producto de que estaba trabajando y no había procurado limpiarlos antes de entrar. Se alertó entonces y siguió observando el recorrido que había hecho, por eso salió por el pasillo , observo el piso y a continuación los escalones por donde había caminado era un desastre con restos de tierra.

 Advirtió que debía limpiar todo ese tiradero causado por su poca precaución pues en cualquier momento podría llegar su sobrina y su situación en la casa si que empeoraría y por supuesto no quería nada de eso. No sabía ni por dónde empezar, desorientado decidió irse de regreso a la recamara para guardar rápidamente la ropa que estaba tocando, en un momento pensi en robársela y quedársela para sí pero eso levantaría sospechas, recapacitó, las doblo como pudo, las acomodo según recordaba como las había encontrado y cerro el cajón que había abierto. Salió de ahí para bajar hasta la cocina por trapeador y agua. Se sacudió el calzado y volvió a subir y así limpiar de arriba a abajo . Termino con mucha premura pero procurando dejar limpio todo ese piso hasta salir donde había comenzado su caminata. Se sacudió los zapatos una vez más y como no regresaba Lulú eligió subir de nueva cuenta para terminar con su asunto. En eso iba cuando de exabrupto sonó la melodía del timbre del teléfono, algo que lo espanto al instante dejándole congelado , no sintió otra cosa más que había sorprendido por alguien. El timbre seguía su sonoro y repetitivo sonido , eso hizo que reaccionase, respiro profundo para ir a atender la llamada.

-Bueno! -hablo a la bocina del aparato con varias mezclas de emociones , enojo , temor y frustración

-¿Bueno? ¿Quién habla? -respondió sorprendida la voz masculina al otro lado del auricular

-Ehh... Con quien quiere hablar! -repuso el viejo también sorprendido

-Ah...es usted don Gil...

-Si... pero con quien hablo

-Soy Rodrigo...

-Ah patrón! disculpe es que no le reconocí la voz , disculpe, disculpe...

-No se preocupe, ¿Que no está Lulú?

-No. Ella salió a comprar unas cosas que le encargo su esposa de uste pero ahorita regresa...

-Ah ok. Mire. Dígale que no vamos a llegar a comer hoy , este, entonces que prepare poca comida y la guarde ¿ok?

-Si patrón yo le digo     

-De acuerdo, eh, pues ahí le avisa ¿ok? para que no nos espere ... ah y que no prepare lo que le había encargado Sandra...bueno, entonces... eso es todo

-Si patrón -dijo el viejo que se preguntaba porque no venían pero no pidió razones pues no era su costumbre   

-Por favor y gracias don...         

-De que patrón y otra vez disculpe que no lo haya reconocido...       

-No se preocupe jeje, cuídese. 

Se escuchó después el tono de colgado y don Gil dejo el teléfono en su lugar. Ahí una vez más pensaba si era aún prudente subir o ya no, ganas no le faltaban pero ya había ocupado bastante tiempo en otras cosas. De una se decidió pues no veía a nadie cerca y justo cuando emprendía el camino hacia el escalón, tuvo que reponerse pues para su mala fortuna alguien abría la puerta. Era su sobrina que llegaba de su mandado y al ver a su tío se sorprendió pues por ninguna razón este entraba en la casa. Él se excusó con la razón de que había venido a atender el teléfono y así le dio el recado que tenía que darle. Ella así justifico por qué su tío estaba ahí , se dirigieron a la cocina ella para atender sus quehaceres y el para seguir con sus trabajos, desanimado por la serie de acontecimientos aunque imagino que si era muy posible lograr satisfacer sus sucios juegos por lo que advirtió que para el siguiente día lo intentaría una vez más pues era difícil que ese día lo lograse y es que aunque supo que sus patrones no llegarían a comer y por ende llegarían más tarde, eso significaba que Lulú se quedaría hasta que ellos llegaran pues ella acostumbraba a hacerlo de forma servicial.

Ya entrada la noche, acostado en su rechinante y vieja cama , en la soledad de su semiobscura y aburrida habitación,  olvidando las situaciones que abrumaron su objetivo, se perdía en sus pensamientos, recordando ese olor, ese perfume aun lo podía percibir, la textura, los bordes de la tela de aquella sexy prenda los sentía en sus callosas manos, no se quitaba de la mente que estuvo tan cerca de poder rosar con su miembro esa tanga y decidido planeaba en volverse hacer una vez más de esa u otra prenda pero que intimar con esa ropa de Sandra.

Al siguiente día una vez más estaba en esa casa guardando sus intenciones y sucedía de que iba su sobrina a algún mandado pero esta no tardaba demasiado y así transcurrieron esos días hasta el final de esa semana , frustrado el hombre porque no se le hizo tener alguna chance, no había resquicio realmente; apenas sabía que su sobrina saldría , él se ponía atento y manos a la obra pero Lulú sí que era rápida y regresaba muy pronto. Intentó encargarle un par de cosas en la tienda justificando que las necesitaba para su trabajo pero no había modo pues ella iba y regresaba, no le daba el tiempo que le había dado aquella primera vez y precisamente confiado en esta primera vez , el viejo creyó que sería muy fácil para el tener una nueva oportunidad así. El día sábado por supuesto que lo tenía que dar por caso perdido pues en este día descansaba Rodrigo y ella también así que era evidente que no habría ninguna oportunidad .         

El domingo, estando con sus compañeros de siempre, bebían , reían a veces a carcajadas y platicaban de sus cosas cuando en eso vieron aparecer a Sandra acompañada como siempre de su marido, algo que ya esperaban aunque previo no hablaban al respecto . Como siempre ella hacía gala de su belleza , en esa ocasión vestía algo sobrio un polo deportivo color azul, unos pants color gris claro de esos para ir al gym o cuandose hace ejercicio y unas zapatillas deportivas color blanco también.         

Este atuendo en particular sí que marcaba lo sensual de su silueta, prácticamente la desnudaban pues se veía sus marcados pechos , ese vientre plano, su cintura perfecta y unas caderas meneantes en cada paso, a parte siéndose observador se notaría que por lo ceñido de su pantalón, por la parte de atrás se transparentaba un poco su diminuta ropa interior que recorrían y era tragada por sus hermosos par de nalgas.       

Evidentemente que todos los hombres que la veían pero este grupo de machos en particular, estaban alebrestados cuando la observaron, al instante se imaginaron un montón de cosas, así los comentarios lujuriosos y despectivos orientados a la figura fémina de la cual no apartaban la vista. No paraban de hablar y de sus aventureras intenciones para con ella, fue entonces que pronto le preguntaron a don Gilberto acerca de su situación en la casa de la casada.  

Don Gil por supuesto de que no le hablaría de lo que ya había hecho o intentado hacer, menos de sus intimas intenciones y es que aunque en otros tiempos les hubiese dicho, cualquier cantidad de detalles a sus amigos, en este caso en particular no tenía esa confianza pues don Gil se decía que la quería solo para ella y tal vez más adelante les contaría algo pero por ahora quería mantener ese secreto. Sabía también que contar algo de más era arriesgarse a que el viejo Fidencio empezaría a adelantársele pues este era un poquito más astuto. Por lo pronto vacilaba con que ni si quiera podía vérsele, que en esa casa nunca estaba y que lo tenían trabajando solamente así que cualquier comunicación con ella era nula. Aun así Fidencio le decía que lo mantuviera al tanto de alguna señal positiva para que en una de esas conocerla , verla y demás.

La siguiente semana comenzó sin muchas novedades para todos. Cada quien con cada cual se emprendía a sus ocupaciones , quehaceres y gustos. Rodrigo ocupándose desvariadamente en la escuela. Para Sandra eran unos días buenos en el consultorio, gente iba y venía, como los que venían a consultas y los que preguntaban solamente. Pasaban otros y otras, las que solían vender algún producto y que eran despachados por Ofelia siempre. Un día, uno de esos frescos días, paso por ahí un señor acompañado por un pequeño. Aquella ocasión Sandra estaba desocupada y platicaba con su asistente y prácticamente amiga hasta ser interrumpidas :

-Buenas, buenas señito

-Buenas tardes -volteo y saludó la casada atendiendo al vendedor que estaba afuera

Con paso lento dejo a Ofelia que atendía algunos asuntillos dentro y  se acercó más a la puerta aquella mujer para ser devorada por la vista de aquel vendedor. Ella que solía variar con su vestuario, esta ocasión portaba su bata abierta dejando ver que bajo esta usaba una blusa azulada abotonada poco más arriba de sus pechos pero esta blusa estaba un tanto ajustada marcando un cierto volumen de sus esféricos pechos. Además de la blusa , usaba una falda obscura que le llegaba poquito arriba de las rodillas y a complementaban su atuendo unos de tirantes semiabiertos. Estaba despampanante y obviamente aquel hombre la vio desde los pies hasta observar ese rostro finamente maquillado.

Él era un tipo ya mayor respecto a la edad de ella; las canas en su desalineado y grueso bigote  además de sus desmarañados y opacos cabellos lo delataba . Moreno, con arrugas muy evidentes en su grueso cuello y en su redonda y amplia cara y grueso cuello. De estatura media y complexión robusta, vestía con unos viejos guaraches, pantalón café obscuro y una vieja camisa semiblanca y arremangada hasta la mitad de sus brazos. Jamás había mirado un rostro tan hermoso, no le miraba a los ojos porque no lo resistía pero esos labios de un rojo muy suave le atontaron.

-Buenas señorita -volvió a saludar buscando exaltar caballerismo -Disculpe la molestia ¿No compra habas? -dijo mostrando apuradamente una pequeña bolsa

-¿Habas? Ahhm...

-Y calabacitas... -mostraba otro paquete de estas -A cinco la bolsa y a diez las bolsitas

-Ah... creo que no...

-Están buenas, recién cortaditas...

-Es que, bueno...

-Anímese -insistía tratando también contra su propio nerviosismo -Están baratitas

Aquel tipo al verla no muy convencida apelaba a más argumentos para vender:

-Ándele señito, cómpreme aunque sea una bolsita, todavía no vendemos nada y se ve que uste es buena gente

Sandra, que no era una mujer de difícil convencer y más porque le generaba cierta la lastima la actitud de ese vendedor, no tardo en aceptarle la venta a pesar de que ni necesitaba comprarlas

-Está bien, le comprare un par de bolsitas jeje

-¿Habas o una calabacitas? están buenas...

-Ahhm... deme dos de ambas

-Aquí tiene señito, están buenas eh, nosotros mismos la cultivamos -insistía

-Si gracias, eh me permite, voy por el dinero

-Pásele pásele

Se adentró por su cartera y de inmediato salía

-Aquí tiene -dijo entregando un billete al señor

-Híjole señito, no tengo cambio

-No se preocupe, quédese con el

-No como cree... se lo repongo al ratito que vuelva ya después de vender más es que pos no traigo nada de vuelto

-De verdad, no se preocupe  

 -Gracias señito es uste re amable... ¿es la doctora aquí?

-Ahm si, así es

-Oh mire nomas, es que pos es la primera vez que la veo ¿es uste de por acá? ¿No verda?

-No, yo vengo de la ciudad

-Ah mire no pos esta retirado eso ¿pero vive acá?

-En San Marcos y usted          

-Ah mire pos vivimos casi cerquita , nosotros somos de acá del Ocotito que queda de paso pa San Marcos

-Oh ya, si lo he notado

-Si esta chiquito el pueblo jeje... y pos ahí cerquita de la carretera ahí vivimos yo y aquí mi chamaquito

-Ah es su hijo y ¿cómo se llama?

-Andrés... saluda chamaco aquí a la señorita -le indico al niño con apuro el señor

-Buenas señito -con timidez saludo el infante

-Hola Andrés -con una sonrisa respondió la casada a ese inocente saludo

-Yo me llamo Rubén Hernández -extendió rápidamente la mano derecha limpiándosela en su pantalón previamente -Pa servirle...

-Y yo Sandra, mucho gusto Don Rubén -replico el saludo

-Pos el gusto es mío doctora Sandra-dijo el hombre que para él era saborear aquella estrechez de mano -Y pos es una sorpresa pos ver una doctora así tan elegante y pos así como uste -dijo sin atreverse a decirle lo guapa que para él le parecía

-Ah si  jeje...gracias

-De nada señito y pos si, acá regularmente mandan puros señores doctores jeje es bueno ver una nueva carita por acá jeje... bueno me retiro pos porque hay que seguir chambeando jeje

-Si por supuesto...

-Gracias y pos al ratito le traigo su cambio

-Ya se lo dije, no se preocupe eh

-Como no, muchas gracias y compermisito

-Pase Don Rubén...adiós Andrés -con una dulce y encantadora voz se despedía la casada de aquel hombre que encantado escuchaba como su nombre era pronunciado por esa belleza

En cuanto a don Gil, trabajaba en la casa eso sí pero se hallaba también distraído pensando en la manera de volver a tener la posibilidad de estar a solas con la ropa de Sandra. En resumen para él, casi toda la semana no pudo lograr nada , entonces se desesperaba y hasta de malas estaba con su sobrina, cualquier cosa que saliera mal lo irritaba y empezaba a culpar a esta de sus fracasos pues sus fortuitas impertinencias que no le ayudaban a sus sucios propósitos.

El sábado, Rodrigo había salido como a las once de la mañana, en casa solo estaban Sandra , Lulú y don Gil que estaba ya resignado , ocupado con una pala sacando tierra de a poco. Sandra salió a paso lento a esa parte trasera de la casa para revisar su jardín pues era una costumbre que disfrutaba mucho hacer pues las flores le fascinaban. Apenas salió  e  inevitablemente  volteo a donde el viejo y atenta lo veía , estaba de espaldas, escuchando música a bajo volumen a través de una vieja radio , haciendo el normal esfuerzo cada que apaleaba y secándose con la manga de su sucia camisa blanca el sudor de su frente pues ese día hacia bastante calor . Ella noto eso y pensó entonces que tal vez se hallaba sofocado así que compadeciéndose del pobre hombre, según ella, decidió hablarle para ofrecerle el agua fresca que traido para ella misma.

-Hola! buenas tardes -saludo la bella dama ya cercana a donde el viejo

El hombre aquel, que aún no había notado la llegada de Sandra, reconocía tal femenina voz y su corazón entre que se había sorprendido y se había emocionado, pronto volteo para verla y responder el saludo, pero sus palpitaciones aumentaron de inmediato cuando vieron el ligero atuendo de esa preciosa mujer. Un muy diminuto short , pareciendo una tanga, de color azul cielo que dejaban así más de la mitad de sus muslos y se detenía en el lugar exacto para no parecer vulgar, una blusa de tirantes ligera, tirantes que se salían de su lugar para caer bajando sus hombros . La blusa era holgada también, de color gris con estampado pero con el detalle de que esta blusa estaba bastante escotada dejando ahora si ver ese par de pechos redondos y bien desarrollados. Unas sandalias de piso y amarraba su cabello con una coleta tras su cabeza, todo esto para sentirse  más  ligera y fresca además de que como estaba en casa se sentía más cómoda vistiéndose así . Claramente el hombre al ver expuestas tal cantidad de carnes se extasió mucho, la calentura, el sudor aumentaban, sentía que el corazón se le salía y peor aún su miembro empezaba a ponerse recto invadiéndole todos esos flujos de sangre que le calentaban.

-Buenas tardes señito -tuvo que responder, saliendo de su estado de embobamiento, aunque hubiese preferido verla así todo ese día

-Que tal, como le va don Gil

-Pos bien, ya sabe aquí con la chamba jeje ¿y a usted?

-Muy bien, es un maravilloso día aunque hoy el calor es muy intenso ¿Verdad?

-Si señito, esta fuerte pero pos esta bueno pa trabajar y hay que aprovecharlo

-Si eso sin duda... oiga ¿No quiere un poco de agua?

-Aquí tengo seño jeje -dijo señalando un envase que tenía en algún lado

-De seguro ya se le calentó...

-pensó el viejo ante el comentario aunque claro ella se refería al envase con agua que estaba arrumbado y calentándose

Sandra ahora acercándose un poco más llevaba el agua y como el viejo albañil se hallaba en una especie de desnivel, desde su posición, aunque no quisiera, podía recorrerla de arriba abajo hacia arriba, desde donde comenzaban sus sandalias, recorriendo toda la tersa piel de sus piernas.

-Tome -dijo agachándose un poco para que el viejo pudiese recibir el envase con esa fría agua de algún sabor

Al agacharse ella estaba mostrándole ahora esos senos, redondos duros y bien posicionados, el viejo por supuesto no pudo evitar mirarle ese anunciado escote; ella ni cuenta se daba del espectáculo que daba, su naturaleza afable le hacía comportarse así , además de que ignoraba esas miradas pues lo veía como un humilde e inocente trabajador.

-Ponga la jarra allá en la sombra para que no se le caliente el agua ¿Ok? -dijo sonriéndole e interrumpiendo sus miradas ociosas que prácticamente buscaba desnudarla aún más y no reaccionaba del todo respecto al gesto de la casada

-Aunque igual puede pasar a la cocina y ahí puede pedir más ¿De acuerdo?

-Si gracias seño -finalmente reaccionó aquel señor     

-De nada don Gil jeje es que cuando llegue y lo vi pues me pareció verlo un tanto sofocado y entonces pues... ya sabe jeje -le sonrió una vez mas

-No se fije seño, pos es normal que uno se canse, si no pos no es trabajo jeje

-Jeje si claro, pero igual pues me da pena verlo así, digo,  al final pues aunque nosotros le contratamos pues osea, también debemos tratarle de la mejor manera

-Gracias seño pero no se preocupe ps de por si el calor es así por acá y pos lo bueno es que ya nos acostumbramos

-Bueno por lo menos hay que tratar de hacer el ambiente más ameno y agradable ¿No cree? jeje

-Pos eso si señito           

Pasaron unos silenciosos segundos y justo cuando la mujer pensaba en irse el viejo apuro a decir algo pues no quería que se retirara.

-¿Hoy descansó usted? -pregunto pronto el viejo tratando de hacerle la plática mientras bebía un poco del agua

-Si así es, yo solo trabajo de lunes a viernes, a mí me gustaría trabajar los sábados pero bueno eso ya son asuntos del hospital que no me lo permiten

-¿Y eso por?

-No sé realmente mucho al respecto, cuando me otorgaron los permisos solo me permitieron trabajar tan solo esos días,  atino a que es la burocracia usted sabe pero en fin...

-Ah bueno, pero pos viéndole el lado amable yo digo que pos está bien que descanse uste el sábado porque ps viaja diario

-Si en ese sentido si osea, pero luego no hallo algo que hacer jeje, justo ahorita venía a revisar mi jardín

-¿Ah sí? Pos está muy bonito su jardín seño, así como uste -se le ocurrió decir al viejo que pensó que había metido la pata y ahora esperaba que la mujer no reaccionara mal al comentario

-¿Así como yo?

-Si seño, tan muy bonitas las flores como usted se ve -decía ya más nervioso

-Jeje gracias

-De que señito -dijo el viejo que se sentía aliviado por esa sutil respuesta pero que no busco aunar más pues él decía que aunque se había salvado en esa , no podía andar arriesgándose demás así que cambio un poco el sentido -Nomas hay que cuidarlas y regalas pos pa que tengan bonitas flores porque por una casita se ve mejor con bonitas flores

-Oiga , justo eso pienso yo, a mí me encantan los colores y todo eso, osea...como usted dice, un hogar luce maravilloso con flores, las adoro, la naturaleza en si eso lo aprecio mucho -emocionada dijo Sandra

-No pos que bueno que le gusten esas cosas de la naturaleza y todo...pos acá en el campo es lo que hay de sobra -replico el viejo que se la pasaba mirándole las piernas y pechos cada vez que ella dirigía la mirada hacia alguna otra parte, tales ya de hace rato le producían esa poco notoria erección bajo su sucio y holgado pantalón, así que se agachaba , incaba o inclinaba la pierna para evitar que Sandra lo notara.

-Si de eso me doy cuenta , por eso me encanta este lugar

-Que bueno señito, que le guste y ya se acostumbró entons

-Si ya, realmente es muy fácil moverse y entender todo aquí, aunque aún me falta hacer más amistades y todo eso pero todo bien al momento

-Eso si señito, y pos si uste quiere por lo mientras pos cuente con mi amistad y también pos por cualquier cosa que necesite seño aquí estoy pa servirle

-Gracias Gil, usted también cuente conmigo y con mi esposo... ah y llámeme Sandra ¿ok?

-No pos este, prefiero decirle seño o patrona por respeto pues...

-Ande, que no le dé pena jeje además así me sentiría más cómoda

-No pos como uste diga seño... Sandra ¿Así está bien?

-Ahh si jeje ok

-Y uste de donde es porque tengo entendido que su esposo es de por aquí

-Si, mire soy de la capital

-Esta relejos, uste si que le gusta viajar jeje -vacilaba el viejo      

-Jeje, si, lo admito, me encanta viajar he estado por muchos lugares muy padres y espectaculares, pero sabe, esta experiencia me ha encantado, creo que no dejo de decirlo verdad? jejeje es que si osea, prefiero mil veces aquí que la ciudad

-No pos eso si porque pos yo hace unos años me fui a chambear un rato a la ciudad allá

-¿Ah sí?         

-Si y pos noombre... puro ruido y luego la contaminación, puro aire sucio, pura de esas cosas, no...Pos por eso mejor me regrese, acá aunque sea con tortillita y frijol pero sanos y contentos 

-Si bueno, lo importante es estar en el lugar que a uno le siente mejor, osea donde uno se sienta más feliz     

-Pos si, y ¿usted ha vivido en otro lugar a parte de este?     

-No, pero como le dije he viajado a distintos lugares en el país y fuera también

-Entons viaja seguido...       

 -Pues regularmente, dos veces al año, tres cuando mucho, en vacaciones más que nada, pero claro eso era estando allá en la ciudad, ahora estando acá no creo que sea necesario, no tanto jeje...

-Que padre ha de ser viajar ¿no? conocer otros lares jeje

-Si y mucho pero los preparativos previos esos sí que los detesto...

-¿Por qué señito?

-Ah es que, hay que prepara la ropa que iremos a usar, hacer las maletas y en fin, todo eso

-No pos si, se ve como aburrido

-Ajam pero osea si al lugar al que vamos resulta atractivo y todo pues una emocionada hace las cosas... y dígame ¿usted también ha viajado? a parte de esa estadía en la ciudad que ya me menciono     

-Uuuy hace mucho, hace años que no salgo más allá de lo que usted alcanza a ver jeje

-¿Y eso? Por que 

-Pos porque se gasta y luego hay que mantener a la familia -decía esto que de alguna manera era cierto pero lo que sí lo era es que este era demasiado tacaño

-Ah ya veo, ¿tiene hijos?  

-Si un hijo, ya está grande pero pos hace mucho que se fue del pueblo a estudiar a la ciudad nomas que allá se casó y pos allá tiene su familia

-Pero viene a visitarlo ¿verdad? digo como usted dice que no viaja...

-No pos ya se olvidaron de uno, es que pos no es lo mismo cuando ya se tiene familia pero pos igual con mi hermana y mi sobrina pos me siento pos a gusto

-Si me lo conto Lulú, también vive con su papá ¿cierto?

-Si también con mi jefecito 

-Que bueno además de ese gesto que tiene para con Lulú, eso me parece muy tierno de su parte -dijo esto refiriéndose al hecho de que don Gil se había hecho cargo de Lulú y su madre desde aquel momento en el que el padre de su sobrina las abandono

-Gracias pero pos al final de cuentas debo de responder por ellos pos son mi familia, hasta a Lulú ya la veo como si fuera mi hija

-De todos modos lo felicito por eso, porque osea pienso que el padre de Lulú actuó muy irresponsable y osea ni comprendo a veces porque algunos solo tienen hijos así solo porque si...

Y así siguieron intercambiando palabras muy amenamente durante varios minutos ella muy carismática y emocional, el asintiendo y dándole la razón sin dejar de comérsela con la mirada cada que ella se distraía mirando hacia algún variado lugar.

Incluso el hasta fingía trabajar para platicar más a gusto con ella , al parecer hasta amigos parecían pues de vez en cuando soltaban una carcajada y eso porque Sandra proponía tal charla pues don Gil con su timidez nunca lo hubiese ni siquiera pensado aunque se había adentrado en una confianza muy fluida con ella, y claro ella lo permitía y se sentía como si estuviera con alguna amiga o amigo.

-Bueno ya tengo que irme, apenas voy a bañarme, arreglarme y bueno, usted sabe , es que voy a salir con Rodrigo -contaba Sandra con tal elevada confianza a aquel viejo, el hecho de no tener muchos amigos o amigas la hacían abrirse con el que intentara ser su confidente

-No pero con todo respeto, pero uste ni tendría que arreglarse, así como uste se ve , se ve muy chula -atrevidamente dijo aquel tipo que ahora si sabiéndose en confianza aprovecho para tirarle una miradita de pies a cabeza       

-Gracias don Gil pero sin ofenderlo y así pero osea, usted no sabe cómo somos nosotras las mujeres, nunca estamos conformes, jeje

-No pos eso si jeje , pero esta bueno seño Sandra

-Ok ok, lo dejo ahora si...

-Si seño

-Deme el otro envase para ir a dejarlo a la cocina

-No se moleste ahorita lo llevo yo

-No es molestia ande démelo 

-Bueno...está muy rica el agua por cierto -dijo entregando el envase y volviendo a ver ese par de senos pues nuevamente tuvo que agacharse Sandra

-¿Si? Que bueno que le gusto, cuando quiera más, pase a cocina ahí le sirve Lulú o sírvase usted mismo

-Gracias, y pos también gracias por traerme el agua y también por la platicada con uste  

-No agradezca, al contrario gracias a usted que trabaja con nosotros jeje

-No pos ya sabe pero insisto uste es rebuena gente, se lo digo porque pos he tenido otros patrones que ahí lo dejan a uno y uste pos vino y me ofreció el agüita con mucha amabilidad -explico el viejo tratando de buscar un resquicio más de compasión y así generar confianza.     

-Gracias por sus palabras don Gil y es lo menos que puedo hacer eh, así que siéntese en confianza y si necesita algo para sentirse más a gusto con su trabajo aquí en casa pues pídalo, ¿De acuerdo? -sugirió con esa sonrisa por demás coqueta

-Si señito, lo que uste mande  

-Ok jeje ...bueno... ahora si nos vemos luego, bye -dijo ella finalmente regalándole una sonrisa y haciéndole una seña de despedida con la mano , dándole la espalda retirándose de donde estaba para entrar a su casa.

El viejo no aparto la vista de ella, le veía desde sus notables pantorrillas , transcurría  por  sus largas piernas y ahora llegaba a sus suculentas nalgas; la veía tan deliciosa y tan comestible, como un rico pero caro postre que se puede mostrar pero no comprar, una mujer a la que nada se le negaría, una mujer para satisfacer sus bajas pasiones por más pervertidas que estas fuesen, a la que estaría dispuesto a ser el esclavo sexual más sumiso y obediente.                

Al tiempo que pensaba en esto y mientras la veía retirarse, se sobaba su miembro por encima del pantalón muy tímidamente y con precaución de no ser observado por alguien inoportuno o por la misma Sandra. Desde hace rato que tenía bastantes ganas de masturbase, por lo que apenas la vio apartarse de ahí, fue directamente a un cuartucho hecho de madera y lamina de metal , que guardaba herramientas y materiales para construir , que estaba ahí cercano , construido provisionalmente. En él , se recargo sobre unos costales, se bajó la cremallera, se sacó la tranca y se dio tremenda masturbada que no duro mucho tiempo para acabar por descargar todo ese líquido seminal por alguna parte del lugar , jadeando y babeando se dejaba llevar y se recomponía, siempre concentrado en sus deseos por Sandra. El verla, mejor aún, platicar con ella le habían devuelto mucho optimismo , no pedía más por el momento, se sentía muy satisfecho.  Así que continuo con su trabajo ahora si de  buena gana, tarareando la música que por la radio pasaban, importándole muy poco el calor y todo lo demás pues hasta además al final del día le pagarían.

Al siguiente día con sus demás compadres, evito comentar lo acontecido, solo se limitaba a decir que a ella no la veía como él quisiera y demás, que habían cruzado un par de palabras en un par de ocasiones pero nada más.  Algo que empezó a generar cierta duda sobre todo por Fidencio pues decía de que como era posible que tantos días y no hubiese algo más al respecto. Confiaría una semana más en su amigo y si esta situación continuaba entonces empezaría a realmente dudar de la credibilidad de este , pero más que nada tendría que hacer algo el mismo.

Trasladando la historia hasta el otro día sábado, don Gil se encontraba ansioso. El iniciar de su semana fue tranquilo pero conforme esta iba transcurriendo , sus ánimos por encontrarse con Sandra iban en aumento. Intranquilo esperaba que ella apareciese una vez más, quería intercambiar palabras interesantes, tontas, sin sentido, las que fuesen pero quería escuchar esa dulce voz , esa voz que había simulado su imaginación los gemidos de placer que ella ofrecían  en  las nocturnas fantasías sexuales que elaboraba el viejo en su privacidad antes de dormir mientras se masturbaba hasta acabar con parte de ese líquido viscoso en la mano al tiempo que se le ofrendaba a esa mujer prohibida e imposible para él. Su rostro, su cuerpo , la quería ver. Pasaba el tiempo y nada. El sabía que aquello de la vez pasada tal vez fue uno de esos golpes de suerte pero en su mente estaba clavada ella. Necesitaba verla. Tampoco se desquiciaba por eso pero en su humor cortante y pausado se traducía su sentir.

Ya era poco más del mediodía, Rodrigo al parecer en casa no estaba. Las otras damas iban a salir a comprar. Entonces fue Lulú quien dio aviso a don Gil.

-Tío          

-Si hija que pasa -respondió el que estaba ahí cerca          

-Tío, es que vamos a salir... ahí le echa un ojo la casa por favor

El viejo tratando de saber más al respecto pregunto :

-¿Se van ir todos?

-No nadamas la seño Sandra y yo

El viejo estaba no muy animado pues creyó por un instante que la casa estaría sola, de pronto ella complemento

-El señor Rodrigo no está por eso le estoy diciendo...

Esto le devolvió el alma al cuerpo o la alebresto, el caso que una gota de esperanza vio caer .

-Si hija ahí checo... ¿Y se van a tardar?

-No pues eso no se pero creo que no vamos acá cerquita

-Ah bueno hija

-Si y me dijo Sandra que si no va a querer algo que vaya a necesitar

-No hijita váyanse con calma jeje -sonreía aquel hombre

-Está bien tío, ahí chéquele pues

-Si mija váyanse sin cuidado, ahí checo yo -despidió el viejo a su sobrina realmente el emocionado

Termino algo que hacía para dar tiempo a que se fueran. Pocos minutos después se metió a la casa para saber si realmente nadie se hallaba. Veía por aquí , por allá, entonces llamo a Lulú por su nombre y nadie le contesto. Llamo también por Sandra y Rodrigo pero ninguno respondió. Entonces era momento de actuar. Previo a entrar había procurado limpiar sacudiendo sus zapatos el poco de lodo que traía encima, ya lo hacía desde aquella ocasión , pero procurándose mas, mejor decidió quitarse el viejo y sucio calzado, y así subir solo con sus roídos y algo olorosos calcetines de color azul obscuro.

Apuro el paso por esos escalones , caminando como si procurase de no hacer ruido, como un ladrón sigiloso y así llego directamente a esa habitación.            

Tan pronto entro pudo ver que en la cama se hallaba un vestido colocado en su gancho, al parecer Sandra lo iba a usar. Lo quiso tocar pero el pensó que no podía perder el tiempo en eso y fue en busca directamente tan ansiado objeto . Dejo a un lado sus zapatos que traía en mano y de nueva cuenta, como aquella ocasión, abrió el cajón de aquel mueble, sin perder tiempo sabía por dónde ir. Aprecio todos esos colores tanto discretos y llamativos pero excitantes. Justo cuando estaba por agarrar una de esas prendas, escucho pasos que se acercaban por el pasillo.

Nervioso y muy asustado no sabía que hacer, meterse debajo de la cama era una opción pero lo único que se le ocurrió hacer fue meterse en ese gran armario. Cerro el cajón en quedito, agarro sus zapatos, abrió este gran mueble y se ocultó dentro. No sabía aun quien era pues dentro del amplio mueble se agacho en el rincón más profundo que pudo encontrar.

 Pasaron varios minutos , se escuchaban ruidos diversos desde afuera, a veces eran tan cercanos al armario que el viejo pensaba que sería descubierto pero no. Cierto momento abrieron la puerta de ese armario pero para buena causa de don Gil abrieron no aquella puerta que ayudaba a ocultarlo tuvo mucha fortuna aunque el maldecía su mala suerte pues no sabía cómo saldría de allí. Poco después escucho que abrían y cerraban una puerta que seguramente era la del baño que estaba adjunto a la recamara . Al oír esto , don Gil poco a poco se levantó para ver un poco hacia afuera.

Este mueble de madera, tenía unas rejillas en cada puerta en la parte de arriba , ahí este hombre puso los ojos que vieron entonces varias ropas de mujer regadas sobre la cama: al parecer eran una mini, un top, blusas, un minivestido , ropa interior y al pie de esta cama unas zapatillas deportivas. Inmediatamente supo que era Sandra quien estaba ahí y que ahora se daba un baño por aquellos los ruidos de la regadera dentro del baño.

Aprovecho y salió rápido apretando sus escasos dientes buscando la pasividad para no causar ruido. Estando ya afuera, obviamente se acercó a la cama,  sus ojos se posaron ante tal cantidad de prendas limpias y coloridas . Sabiendo que Sandra aun no terminaba se dijo que ya de perdida podía tocarse con algo de lo que ahí se hallaba dispuesto. Sus manos iban a posarse en una de las panties color azul cuando de nuevo escucho como alguien amenazaba con acercarse a esa habitación. Y otra vez asustado tuvo que volver a meterse a ese armario con tal apuro y torpeza que se golpeó con alguna parte de la cama en la espinilla. Adolorido se adentró en lo más profundo otra vez. Sus rodillas ni aguantaban tal posición y con el dolor del golpe que se había propinado menos.           

-Seño Sandra! -era Lulú quien preguntaba a su patrona ya dentro del cuarto -Sandra! -volvió a decir ahora pegándose a la puerta del baño

-Si Lulú, dime...

-Ya termine, vengo por el vestido que me dijo...

-Si ahí está en la cama

-El verde ¿verdad?? Es que aquí hay varios...

-Si el verde!     

-Si ya lo vi       

-Gracias Lulú... ah y hazlo como te dije ¿Recuerdas?    

-Si seño Sandra, no se preocupe, orita vengo!     

Salió aquella jovencita del cuarto con vestido en mano, en ese momento a su salida el viejo se puso de pie con mucho trabajo para salir ahora si, según el. Ya estaba enfrente de esa puerta del armario cuando de nuevo escucho a su sobrina acercándose para entrar. Nervioso no le quedo más remedio que quedar parado mirando desde la rejilla aquella.

Lulú venia para dejar unas cosillas sobre el buró y volvió a salir. El viejo prefirió esperar para ver si llegaba otra vez pero pasaron los minutos y nada. En instantes escucho que el agua de la regadera dejaba de caer por lo que debía salir ahora o nunca pues Sandra ya saldría, se decía.

Escuchaba los pasos de afuera o tal vez creía escucharlos , ya con todos esos nervios no controlaba bien sus sentidos. Estaba por decidirse en salir de una vez por todas cuando vio entrar a la recamara a Sandra, caminaba descalza sobre esa parte alfombrada del piso de la habitación, envolvía su cuerpo con una larga toalla y otra que cubría su pelo.      

Resignado y atento solo se quedó a espiar . Sandra volteaba hacia donde su ropa y al parecer no encontraba lo que buscaba. En eso vio como peligrosamente, la mujer se acercaba a donde el armario; todos sus miedos se acrecentaron rápidamente, que hacer, hacia donde correr, no lo sabía. En eso vio como ella se arrepentía y Lulú entraba con un vestido recién planchado al parecer pues lo manipulaba cuidadosamente en sus brazos.            

-Donde se lo pongo... ya quedo

-Ah mira... en la cama porfa  

-Aquí se lo dejo

-Si gracias Lulú

-¿Le recojo la ropa? -le pregunto Lulú

-No ahí déjala, aun no escojo algo, voy a cambiarme ahorita   

-Ah bueno seño Sandra, entonces me voy a preparar la comida porque creo que ya viene su esposo

-Ah es verdad          

Aquel preocupado hombre alcanzaba a ver como ella consultaba con su celular

-Si ya pronto viene      

-Mejor me apuro, ahí la dejo   

-Gracias Lulú... Lulú! donde dejaste los...

-Encima del mueble que esta...

-Ah ya los vi, gracias jeje

-Si de nada jeje

El viejo solo miraba, no le quedaba mas que hacer, solo imploraba que por nada del mundo Sandra abriera donde él estaba oculto. Pensaba en cómo justificarse en dado caso de ser descubierto por estar ahí pero su cabeza no daba para mucho . Por lo pronto, veía a la culpable de su situación, sentada en una silla de madera acojinada, color despreocupada, frente a su tocador de perfil a donde el viejo la miraba, entretenida, armando o desarmando algo que no reconoció ni podía ver. De pronto y al parecer lo tenía listo o tal vez no, el hecho es que abrió un bolso que estaba sobre una mesita y ahí lo metió. Después ella hizo lo que tal vez el viejo no esperaba pero si deseaba que pasara. Y es que con los nervios que traía encima no se había dado cuenta de que instantes antes Sandra había mencionado de que se cambiaría y pronto se dio cuenta de que sucedería cuando ella sabiéndose sola se despojó de la toalla que cubría su cuerpo.

En instantes, su corazón alterado latía más de lo normal, como si hubiese corrido la maratón, su cabeza como que perdía el sentido, sus ojos cansados y rojizos parecían salírsele de sus orbitas . La tranca tan pequeña como era , aumento de tamaño y se puso erguida cuanto pudo.

Era difícil de creer que estaba presenciando el espectáculo de su vida. Ni su mujer en sus mejores días de juventud al verla cuando intimaron aquellos días , ni cualquier otra que hubiese visto desnuda cuando las lograba espiar desnudas o semidesnudas se atrevía a competir con tal belleza en plenitud. Para él era la mejor mujer que podía ver en su miserable vida, ni las modelos de tv o revistas, ni las actrices porno de las películas que solía ver con toda esa vulgar desnudez le llegaban a los talones. La que ahora veía era tan sensual, tan elegante, era tan natural , tan real, era suya de algún modo llegaba a pensar.

Sandra acomodaba con calma esa larga toalla en algún lugar, tomaba un pequeño frasco de crema , vacío un poco de esta en su mano y empezó a untarse en sus brazos y cuello. Ahora acomodándose casi de frente al viejo alzo una de sus piernas y empezaba por untarse con esta crema. El espectáculo estaba volviéndolo loco a aquel afortunado hombre, aunque hace rato no se consideraba así. Ella nuevamente invadía con esas cremas su tersa piel de forma pausada como masajeándose a si misma. Ahora recorría una vez más parte de sus brazos para pronto tocarse hasta sus senos. El viejo miraba aquella silueta posicionada de perfil. Para no hacer ruido , en lugar de bajarse el cierre, se bajó el pantalón con esfuerzo y discretamente, sin aflojarse el cinturón y su sucia trusa, hasta dejar libre su herramienta  y a continuación se daba tremendos jalones a su pequeño miembro, el éxtasis estaba en aumento a cada que la veía, pero ahora pedía verla de frente. En su mente desesperado gritaba :       

-De frente ! Voltéate mamacita! Voltéate! Por favor! Quiero verte!!! -ansioso suplicaba en silencio            

Esas voces solo hacían eco en su alterado cerebro que concentraba sus energías en no perder detalle del cuerpo de esa mujer. Trataba de no perder la vertical, de algún lado se las ingenió para agarrarse con una mano de algún lado , ni supo cual solo procuraba no hacer ruido y no caerse. Mientras seguía en el jale y jale , despellejándose con la otra mano acelerando sus movimientos de forma discreta.

-Voltea por favor!!! -Suplicaba con fervor -Voltéate!! anda !!! Siiii?!!! Te amo !!! Te amo!!! Te quiero!!! Voltéate pa'ca!!! -mencionaba tales desfiguros

Como si lo hubiese escuchado, ella aun sentada, giro como noventa grados lentamente hasta quedar de frente hacia los ojos del albañil, para poder abrir sus piernas, y así lo hizo , fue un movimiento rápido y sensual. Las abría para untarse crema en la parte posterior de las mismas, más ella no sabía que toda su intimidad estaba a merced visual de don Gil. El viejo se comía de lejos esa vagina que parecía rasurada, la veía limpia, rosadita sensual toda esa rajita que se iba dibujando en medio de ella bajo de su vientre . Ella se mantenía abierta de patas, no cambiaba esa posición, como si lo hiciese a propósito para complacer ese pobre viejo. Se tomaba su tiempo y era poco a poco de arriba a abajo y viceversa , recorría sus pantorrillas y hasta llegar a sus muslos y de pronto las alzaba para que así el viejo pudiera ver más abierta esa hendidura que lo volvía loco. 

El tiempo parecía correr en cámara lenta, todo era magnifico en ella, sus pies, sus piernas , sus redondos senos, sus ricos y claros pezones en la tonalidad exacta para contrastar de manera perfecta con su piel, su suculenta rajita, los tres pequeñitos lunares que recorrían bajo sus senos , toda su uniforme y tersa  piel .        

-Si! Si! Si! Sandra! ...Sandrita de mi vida! ...Sigue así mi amor! Si! Dame más mi amor!! Ábrete más!...Si! Eso es!! Más... si... -dibujaba en su mente tales desquiciadas palabras

Cuando el viejo creyó que no podía haber más , noto como Sandra por algún movimiento de su mano al tratar de escoger algún perfume, por error tiro un envase de aerosol y quedo al pie de su asiento pero más o menos por detrás de la posición que guardaba . En el momento el viejo se disgustó pues pensó que era el fin del espectáculo pues seguro ella recogería objeto descuidando la perspectiva que mostraba. Más en cambio solo se volteó girando sus caderas, y dejando una explicita posición en la que mostraba todo su culo , una mano la apoyaba sobre el tocador, la otra buscaba el envase, arqueaba la espalda y daba la impresión de quedar en cuatro, lista para ser penetrada en tal posición.

-Así mamacita!! así!! así!! así!!  Más!! Te la quiero meter!! Si mi amor!! -lujurioso a mas no poder decía

Aquellos torpes movimientos de Sandra al tratar de agarrar ese aerosol hacia quedar guardando esa posición por más tiempo y hasta de hecho alzaba más las nalguitas, mostrando ambos agujeros que parecían abrirse o por lo menos con su imaginación el viejo jugaba abriéndolos. Don Gil no aguanto más , resistió lo que más podía su cansado cuerpo , ver esos estrechos hoyitos fueron la gota que derramaban el vaso, la mujer parecía que pidiese ser cogida por un hombre de verdad, un hombre como él se decía, y si no porque se había desnudado para el en ese momento.