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Volver a casa I: Mi dulce prima Carolina

en Amor filial

Estaba sentado en el sillón, mirando fijamente la marca que deja anillo de compromiso en el dedo. 10 años de matrimonio deja una marca que tarda en borrarse. No la miraba con furia o con resentimiento, habíamos llegado al divorcio por puro desgaste, no hubo cuernos de por medio, ni malos tratos, ni reproches, tan solo quemamos nuestra relación.

Conocí a la que actualmente es mi ex esposa a los 15 años, en esa época en que las parejas se hacen y se deshacen de continuo. Nuestro amor fue abrasador todo lo hacíamos juntos, estudiábamos juntos, salíamos juntos, hasta nos acompañábamos al médico el uno al otro. Llegó la época universitaria y aunque nuestros  respectivos  padres intentaron impedirlo fuimos a vivir juntos a la capital. Ante esta decisión, se negaron a pagarnos la universidad por lo que estudiamos como fieras para obtener el máximo de becas posibles y cuando estas no nos llegaban buscábamos trabajo, los dos en el mismo establecimiento y con el mismo horario. El vivir juntos hizo que nos apoyásemos el uno al otro en las épocas de decaimiento, por lo que nuestro currículo universitario fue sobresaliente. Nos veíamos todas las horas que podíamos, nos buscábamos, nos amábamos. El sexo era fantástico, lo usábamos incluso como terapia de relajación, la verdad más divertido que el yoga sí que es.

Al acabar la carrera, nos presentamos a unas oposiciones y las aprobamos a la primera. Con 23 años teníamos trabajo fijo, hacía 5 que vivíamos juntos y damos el paso lógico, nos casamos. Los primeros años todo siguió igual, una vida perfecta, descubrimos que ella no podía tener hijos, pero no nos importó éramos felices hasta el extremo.

Más o menos a los 30 años, la relación se fue enfriando, no fue algo brusco, ni nos dimos cuenta de cómo pasó, pero a los 33 nos dimos cuenta que ya no nos queríamos y antes de hacernos daño decidimos separarnos. Para no crear traumas y malos entendidos, ya que trabajábamos en el mismo edificio, yo decidí volver a mi ciudad de origen y ella se quedó en la capital. A eso ayudó también el que los padres de ella murieron en un accidente de tráfico y al ser hija única, casi no le quedaba familia allí. Pedí el traslado y ante la situación que podía crearse me lo concedieron a la primera.

Así que a los 33 años volví a casa de mi madre, justo a la edad que se suelen ir, cosas de la vida. Mi madre encantada de tener en casa a sus hijos de nuevo, pues mi padre estaba ya mayor y delicado por lo que mi hermana y yo podíamos ayudarla en los quehaceres domésticos.

Decidí recuperar las viejas amistades visité a mis amigos, la mayoría casados y algunos con hijos incluso, ellos tenían una vida paralela a la mía, no compartía sus intereses y ellos no entendían los míos, por lo que quedé con los amigos solteros. Una panda de salidos, todos los fines de semana salían de caza como si de adolescentes se tratasen y si no lo conseguían acababan borrachos como ratas, tampoco estaba buscando eso a estas alturas de la vida, por lo que salí un par de veces con ellos y con mucha diplomacia, nunca sabes cuándo necesitarás a una persona, les dije que su forma de divertirse no era la mía.

Entonces un día, al salir del trabajo me encontré a mi prima favorita, era un par de años mayor que yo. Siempre había tenido fama de rara, a los 18 años fue a vivir sola, no se le conocía novio y no era lesbiana, por lo que esta decisión en una familia tan tradicional como la nuestra no se entendió. A eso se le añade que se dedicó a la elaboración y venta de ungüentos medicinales cuya recetas nadie supo nunca de donde las sacó.

-         Jorge chico, hace ya unos meses que volviste de la capital y ni siquiera te has dignado a venir a verme. Dijo con una pose de fingido enfado

-         Carolina, perdona, pero entre el traslado el divorcio y todo lo demás he ido muy liado._ Dije

-         Mentira cochina, te habías olvidado de mi._ Dijo

-         Bueno, también un poco, te lo reconozco

-         El viernes te vienes a cenar a mi casa y no quiero escusas, me lo debes,  anula lo que hayas planeado, tenemos mucho de que hablar._ Dijo

-         Carolina chica no seas así

-         Jorge tengo mucha prisa y no puedo quedarme a discutir a las 9 en mi casa._ Dijo mientras salía escopeta

A las nueve en punto estaba en la puerta de su casa, las cosas le habían ido bien, porque vivía en un chalet, en una buena urbanización. Llamé a la puerta y tras comprobar que era yo por la cámara interna me abrió. Cuando entré me llamó desde la cocina y allí me dirigí.

Al verla casi me caigo de culo, pues estaba totalmente desnuda y mi prima es una señora mujer. Mide 1,70 es pelirroja, su pelo actualmente era rojizo, ondulado, lo llevaba largo por lo que le llegaba a media espalda. Tenía unos ojos verdes de impresión cuando te miraba parecía que te estuviese escrutando una gata del Nilo. Tenía curvas, pero puestas en los lugares perfectos unas grandes tetas un culo prominente y una pequeña barriga, que le favorecía, pues demostraba que no era una mujer perfecta. Posee unos grandes pezones que la hacen parecer siempre empitonada, al igual que una densa mata de pelo castaño en su coño

-         ¿Se te ha comido la lengua el gato?._ Dijo entre risas

-         ¿Desde cuando eres nudista?._ Dije con mi cara de puro asombro

-         Desde hace 4 o 5 años, sabes que siempre vestí ligera de ropa y un día decidí probar que tal iría desnuda y me encantó.- Me contestó

-         ¿Y ahora en invierno no tienes frio?._ Dije lo se es una pregunta estúpida pero no se me ocurrió otra

-         Tengo una buena calefacción radial que aclimata toda la casa, por eso puedo ir descalza.

-         Chica debes ser la sensación cuando des una fiesta._ Dije socarronamente

-          Casi nunca invito a nadie a mi casa, es mi santuario y quiero que siga siendo así._ Dijo

-         ¿Es un honor pues el que me hayas invitado aquí?._ Dije

-         Pues si, siéntete alagado.- Dijo con una sonrisa franca

-         La verdad, hace una calor asfixiante._ Dije ya rojo

-         Desnúdate, como comprenderás no pienso bajar la calefacción

-         Me da bastante vergüenza, si te soy sincero._ Dije

-         Chico no me seas antiguo, enseñar el cuerpo es lo más natural del mundo y pasados unos instantes ni lo notarás.- Dijo

-         No tengo vergüenza por ir desnudo, es que cierta parte de mi anatomía se ha despertado poniéndose firme

-         ¡Tan buena estoy que te has empalmado?._ Dijo mientras daba una vuelta

-         Si, estás tremenda, pero ten en cuenta que yo hace seis meses que nada de nada._ Dije

-         Haz el favor de desnudarte, que entre el sofocón del calor y el de la vergüenza vas a caer desmayado._ Dijo

Ante esa evidencia no tuve más remedio que desnudarme, mostrando una terrible erección imposible de esconder.

-         Joder menuda polla te gastas._ Dijo Carolina al verme

-         Tampoco seas tan exagerada._ Dije yo

-         Como se nota que solo has estado con una mujer en tu vida, y ninguna otra te la ha visto. Debe de medirte cerca de los 20 cm y es bastante gruesa

-         ¿Chica si tu lo crees?._ Dije algo dubitativo.

-         ¿Quieres que te lo demuestre?._ Dijo

Ni corta ni perezosa cogió el móvil y buscó la media de las pollas españolas y le salió que los españoles la suelen medir alrededor de los 15 cm y su grosor era bastante inferior al mío.

-         Pues va a ser que tienes razón._ Dije

-         Tu haz caso de tu prima la bruja, que nunca te mentirá._ Dijo entre risas.

-         ¡La bruja? ¿Porque te pones eses apelativo?

-         ¿No sabes la historia?._ Dijo aún riéndose

-         Evidentemente no, ten en cuenta estuve los últimos 10 años en la capital._ Dije

-         Siéntate que te la cuento mientras cenamos._ Dijo mientras señalaba una mesa ya preparada con la cena.

-         Dime chica que me tienes en ascuas.- Dije

-         Pues hace cosa de tres años, en la boda del primo Mauricio, pasó de todo. Poco antes de empezar la ceremonia cayó un tremendo chaparrón, la novia venía en un descapotable y cuando intentaron poner la capota esta no subía, al final a base de fuerza consiguieron que tapase a la novia, pero esta llevaba 5 minutos bajo una lluvia torrencial y estaba completamente chopada.

-         Pobre chica._ Dije porque es lo que se dice ya que tanto Mauricio como la mujer son dos malos bichos

-         Si aquí no acaba la cosa, el cura se presentó borracho y devolvió hasta la última papilla encima del padrino. Cuando llegamos al banquete la tormenta había abierto un boquete y la mayoría de las mesas estaban empapadas, solo se salvó la mesa donde estaba el pastel y donde me sentaba yo. Más que nada porque me habían puesto en una esquina y allí el agua no llegó. Entonces Mauricio se giró y me soltó todo esto es culpa tuya maldita bruja, seguro que nos has maldecido por envidia ya que tú no encuentras pareja.

-         Menudo imbécil ¿a santo de qué vino eso?._ Dije indignado

-         Espera que aún no sabes el final. Entonces yo le contesté, bruja será tu puta madre cabrón. A lo que contestó: A  mi madre, no la metas en esto desgraciada, mientras me levantaba la mano. Yo le solté,: Si intentas pegarme atente a las consecuencias, me di la vuelta y me fui. Pero como Mauricio es gilipollas salió corriendo tras de mí y justo cuando estaba a punto de alcanzarme tropezó con un cable y cayó encima de la tarta nupcial. Puedes figurarte en el estado que quedó

Yo estallé en una franca carcajada, sólo de pensar en el imbécil de Mauricio cubierto de tarta y seguramente la histérica de su mujer sufriendo un ataque de ansiedad, solo con eso estuve 10 minutos riéndome sin poder parar.

-         Desde ese día que todo la familia piensa que soy una bruja y me evitan como si fuese la peste. Mauricio además no paró de agrandar mi fama de bruja inventándose mil y una historias sobre aquelarres que yo realizaba en esta casa._ Dijo

-         Panda de borregos, nunca cambiarán._ Dije indignado

-         En un principio pensé que no querías verme porque te habían llegado noticias sobre mi fama.- Dijo poniéndose totalmente seria

-         Me conoces, sabes que antes de dar pábulo a esas idioteces habría venido a escuchar tu versión._ Le dije, mientras cogía entre mis manos las suyas

-         La verdad llegué a pensar que me había quedado sin familia hasta que hace cosa de un año y medio me llamó tu hermana y me dijo que no creía ni una de las historias que contaba Mauricio. Quedamos a cenar y fue entonces cuando me enteré de lo de los aquelarres e idioteces por el estilo._ Dijo cayéndole una lágrima

-         ¿Por qué no me dijo nada mi hermana? Antes habría venido a verte._ Le dije

-         Yo se lo pedí, quería hablar antes yo en persona, pero chico, no venias a verme y cada vez me preocupaba más y más. Por eso cuando te vi saliendo del trabajo aunque se me hacía tarde quise invitarte para poder hablar

Entonces se echó a mis brazos y empezó a llorar, no unas lágrimas desgarradoras, fue más bien como si le hubiesen desbordado y empezaron a salirle, al estar desnudo las noté como caían por mi espalda y la abracé fuertemente, quería que notase mi apoyo. A los 10 minutos de estar abrazados Carolina soltó

-         ¿Tu cuanto tiempo puedes estar empalmado?

-         ¿Porque lo dices?

-         Porque llevas más de una hora en mi casa y la erección no te ha bajado un ápice.

-         Mi ex, me dijo la primera vez que lo hicimos que si era un toro, porque la tuve 5 horas follándola._ Contesté

-         Chaval, menos lobos que 5 horas sin correrte son muchas horas.

-         Pues que sepas que de media puedo estar un par de horas sin correrme._ Le dije

-         Eso vas a tener que demostrarlo con hechos.

-         Ahora mismo lo vas a ver

Así como estábamos empezamos una orgía de besos que duró más de diez minutos.

-         Vamos a mi cama que estaremos más cómodos

-         Vamos pues._ Le contesté.

Nada más llegar la tumbé en la cama y empecé a besar lentamente todo su cuerpo sin dejar ni un solo centímetro, tras lo cual me dediqué a besar lamer y morder sus enorme y sensibles pezones, que crecieron hasta tener el tamaño de los de una madre que está dando el pecho. Que delicia de pezones. Tras lo cual directamente me dirigí a su pobladísimo monte de venus. Un coño salvaje es bonito de ver pero a la hora de mamarlo es realmente complicado, por lo que al notar que estaba muy lubricada empecé a penetrarla.

-         La ostia que pollón más gordo, parece que me vaya a estallar el coño, haz el favor de ir muy despacio, que he de acostumbrarme a el._ Dijo

-         Por supuesto mi bella Carolina._ LE contesté

Estaba realmente estrecha, me costó 20 minutos meterle la polla entera y aunque la tenía estrecha le cupo entera, al tenerla dentro estuve 10 minutos más esperando a que se acostumbrase a ese tamaño, tiempo durante el cual no estuvimos pasivos ya que no paramos de besarnos y acariciarnos, Cuando la vi preparada empecé a bombearla.

-         Ahora es cuando vamos a ver si eres tan potente como un toro._ Dijo Carolina

-         Te aseguro que te correrás tu 15 veces antes de que lo haga yo

-         ¿Y si no lo consigues que me darás?

-         Si no lo consigo pídeme lo que quieras._ Dije, lo se una gilipollez que se dice cuando vas muy cachondo

Empecé a follarla sin piedad tres veces se corrió antes de cambiarla de posición. La puse a lo perrito y volvió a correrse otras tres veces. Pidió cabalgarme y en esta posición volvió a correrse tres veces más. Como sus piernas no la aguantaban la tumbé de lado y le levanté una pierna para poder metérsela, en esta posición se corrió tres veces más. Cuando se corrió doce veces ya llevábamos 2 horas y media follando y en ese momento me corrí y lo hice sobre ella, me vino de sopetón eso sí fue una corrida inmensa jamás me había corrido sacando 15 lechazos seguidos la cubrí por entero de leche, saqué tanta que mis huevos se quedaron completamente secos y la polla no se me volvió a empalmar en lo que quedó de noche.

A la mañana siguiente Carolina me despertó diciéndome:

-         Solo me corrí 12 veces, me debes una

-         Una promesa es una promesa ¿Que quieres?

-         Pronto lo sabrás   

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