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La vida de un yerno en la casa de un militar.II

en Hetero: General

 

Adios mis putitas, y. Esta noche se viste con falda y sin bragas. Ahora largo. Abrieron cada una su puerta y se bajarón. Le dijé al chofer donde tenía que ir, y nos pusimos en marcha.

 

 

 

El coche me llevo primero a mí a las oficinas de mi cliente que se encontraban en el centro de la ciudad, una vez me dejo llevó a Susana al apartamento, al bajarme me dio un beso, parecía mentira lo que está mujer me había cambiado en menos de dos años, recuerdo el día que vino a hacer la entrevista a la oficina, Maribel mi antigua secretaria de un día para otro se despidió diciéndome que tenía problemas personales, no entendí sus motivos pues se le veía muy feliz y motivada en el trabajo, aparte de que cobraba un buen sueldo, Aquel día habíamos hecho varias entrevistas, me acuerdo que pasaron tres chicas y la última fue Susana, recuerdo verla entrar por la puerta, llevaba un traje chaqueta negra con camisa blanca, zapatos con tacón, caminaba con total seguridad mirándome a los ojos directamente, se sentó y empecé a preguntar sobre conocimientos, la vi muy enterada de nuestros clientes, me mostró unas tablas de beneficios y un plan de trabajo para aumentar más nuestro volumen de negocio.-Veo que nos has estudiado a conciencia. Le dije

 

.-Me gusta saber para quién trabajo. Contestó.

 

Me paso un portafolios con las referencias, fui viendo uno por uno, había estado trabajando en varias empresas, hasta que llegue a la última, me quedé mirando la referencia, la miré .- ¿Has trabajado para mí suegro? Pregunté.

 

-Sí, hay algún problema. Contestó.

 

Me dijo mirándome con cierta mueca divertida en la cara, - No. Contesté, no recordaba haberla visto nunca. A partir de ese día mi vida dio un giro de ciento ochenta grados, pasé de ser un marido fiel, el cual solo tenía ojos para su mujer a follarme a todas las mujeres que podía , era como con Susana se hubiera salido a la superficie algo que llevaba escondido en mi interior, yo quería a mi mujer, de eso estaba muy seguro Susana era otra cosa, era morbo, sexo y el poder que tenía sobre mí, con mi mujer hacíamos el amor muy a menudo, teníamos una relación de pareja estupenda nos entendíamos con una simple mirada sabíamos que quería el otro, pero con Susana era diferente, era como subirse a una montaña rusa, morbo, sexo ,mujeres, nunca sabías lo que iba a pasar y eso engancha. Recuerdo como empecé esta espiral de desenfreno, un día teníamos una comida de negocios con un cliente muy importante en París el cliente hablaba español pero siempre es importante hacer los negocios en el idioma del cliente para evitar malos entendidos, Había visto en el CV de Susana que hablaba francés entre otros idiomas, ingles e italiano, le comenté que si estaba disponible para acompañarme, hasta ese día solo nos habíamos cruzado en la oficina, ella llevaba el departamento internacional, algunas palabras o algún café, pero nada más. Me contestó que no había problema y esa fecha la tenía disponible.

 

Llego el día de viajar, había quedado con ella en qué pasaría a buscarla por su casa para ir juntos al aeropuerto, me dio una dirección de Madrid, era una zona alta que me llamó la atención pues con el sueldo de secretaria veía muy difícil de pagar, luego pensé que estaría casada o divorciada, no le di más importancia, al llegar a su casa ella ya estaba esperándonos, llevaba un traje de negro con una falda también negra, camisa blanca y uno tacones altos, por dios fue como si me hubieran dado un puñetazo en el estomago, el corazón creo que triplicó las pulsaciones, cogí mi periódico aparentando leer, pero algo se despertó en mi entrepierna, salió el taxista le cogió la maleta y las puso en el maletero, entró en el taxi- Buenos días Señor Juan.- Buenos días Susana. Conteste un poco aturdido aún notando que mi paquete me estaba jugando una mala partida. Si verla desde fuera era un tormento, tenerla al lado era peor, se notaba que acababa de salir de la ducha, su cabello desprendía un maravilloso olor, llevaba un perfume que me recordaba al que tenía mi mujer, llegamos al aeropuerto sin más, viaje que se me hizo eterno, quería salir de ese taxi, necesitaba traer a mi mente a Laura mi mujer, necesitaba recordar los momentos con ella, nuestras risas, nuestros momentos de sexo, necesitaba ver a mi mujer en la ducha conmigo, todo era perfecto me decía.

 

Cuando llegamos al hotel en París pude observar como los hombres giraban la vista para ver a Susana, cogimos dos habitaciones conjuntas, el recepcionista se quedo mirándola y luego a mí, no sé lo que le pasaría por la mente, nada más llegar me metí en la ducha y comencé a masturbarme intentaba pensar en Laura, pero siempre acababa pensando en Susana.

 

Después de haberme duchado y demás cosas llame a Susana y le comunique que nos reuniéramos antes de la comida para preparar la reunión.- ¿Quiere que pase a su habitación? Me contesto sin ningún rubor.-No quedamos en el bar del hotel. Me apresure a decir, necesitaba estar con ella en un lugar público, pues no me fiaba de mi.

 

Decidí bajar diez minutos antes de lo acordado para tomarme una cerveza y refrescarme un poco, y no precisamente del calor aunque también lo hacía, al salir de mi habitación coincidí que de la habitación de Susana salía una mujer de unos cuarenta y cinco, morena y un culo precioso, al verme se quedo un poco indecisa, me miro y me saludo, al irse pude ver que su ropa estaba un poco rara, como cuando te vistes deprisa llegando tarde. Continúe hacia el ascensor pensando que mejor era concentrarse en la comida con el cliente.

 

Estaba en la barra del bar cuando Susana apareció, era como si se detuviera el tiempo, vi girar las cabezas para verla, creo que inclusa alguna debió de crujir, Susana venia con una minifalda, un jersey sin mangas y unas manolitas, caminaba hacia mí como un desfile de alta costura, que decir que el puñetazo en el estomago se repitió, junto el levantamiento de bandera .Se acerco, me miro-¿Quiere que nos sentemos en una mesa Sr. Juan?Dijo.

 

Creo que en ese momento si me pinchan no hubiera sangrado, toda mi sangre estaba sujetando mi mástil.

 

En cierta manera estaba un poco molesto o porque no decir celoso de cualquiera que se la estuviera follando.-Sabe que es una comida de negocios, ¿no? Ese no sonó con toda la autoridad que pude transmitir, pero quedo mas en duda que en autoridad. Se me quedo mirando con una sonrisa durante unos segundos, en ese momento perdí mi autoridad.-Si lo dice por mi ropa, subo ahora mismo y me cambio. Contesto, haciéndome saber, cosa que yo ya lo sabía, que no se arrugaba por nada ni ante nadie.-Pero permítame hacerle una pregunta. Me soltó sin darme tiempo.- Usted quiere que la firma se lleve a cabo ¿no? Guiñándome un ojo.

 

-Pues claro. Conteste

 

-Pues déjeme hacer mi trabajo. Dijo a la vez que levantaba una mano para llamar al camarero.

 

Nos sentamos en una mesa y empezamos a repasar los papeles para el cliente, bueno ella repasaba los papeles y yo a ella, no podía dejar de mirarla, deseaba que se agachara para a ver si podía ver algo de sus hermosas tetas, ella lo sabía y jugaba con ello, se cruzaba las piernas, se estiraba más de la cuenta para coger los papeles de la mesa, y yo a punto de explotar, tuve que decirle que tenía que ir al servicio, para poder hacerme una paja y bajar un poco el calentón.

 

Me llamaron los clientes que ya estaban en el hotel para comer, nos dirigimos a la puerta del hotel para recibirlos, eran dos hombres de cincuentones, uno un poco más bajo que el otro, aunque los dos se les notaba que se mantenían en forma, pude ver como se les iban los ojos viendo a Susana, esta saco más beneficios en un segundo que yo en dos meses que llevaba trabajando con ellos.

 

- Hombre señor Juan hoy viene bien acompañado. ¿De donde ha sacado esta preciosidad? Dijo el más alto.

 

- Preciosidad es poco, yo diría maravilla de la naturaleza. Remarco el otro

 

En ese momento me acorde de la frase de Susana “quiere que la firma se lleve a cabo”, la mire ella me miro con una sonrisa y se la presenté.

 

Íbamos de camino al restaurante que estaba al lado del hotel, Susana iba hablando con el más alto, la tenia cogida de la cintura bromeando, a veces se le acercaba al oído y luego se reían, no sé porque me estaban entrando unos ataques de celos muy fuertes, mientras hablaba con el otro cliente, este me estaba comentando sobre compras o no sé, pues yo no podía quitar la vista de Susana con el otro tipo.

 

Entramos en el restaurante y uno de los clientes llamó al metre, este nada más verlo acudió como si hubiera que apagar un fuego, le comento algo al oído, a lo que el camarero asintió con la cabeza, llamo a un camarero y le indico donde nos tenía que poner, seguimos al camarero por el comedor que a esa hora ya estaba lleno, como saben en Francia se suele comer muy pronto, paso de largo el comedor principal, descorrió unas cortinas, y vi que era un reservado. El mas alto vi que se sacaba un billete de cien y se lo daba al camarero, este le dijo que si necesitaban cualquier cosa que tocara el timbre. Se dio media vuelta y se marcho corriendo las cortinas detrás, nos sentamos a la mesa, ellos se lo montaron para que Susana quedara en medio de los dos, tocaron al timbre y pidieron una botella de champan y algunos aperitivos. Era una mesa rectangular en la cual yo estaba como presidiendo la mesa y ellos sentados en el mismo lado. Sirvieron champan y brindamos, en ese momento vi que la mano del más alto permanecía debajo de la mesa, Susana reía y de momento los contratos estaban sin firmar, entonces vi al más bajito como con una mano iba subiendo por el brazo de ella a la vez que le decía cosas al oído que a Susana le hacían reír, en un momento pensé que no íbamos a hablar de negocios, más bien me moría de celos mas que por los contratos.

 

-Señores, y si hablamos de negocios. Solté.

 

En ese momento se me quedo el más alto con la mirada seria.

 

-No se preocupe señor Juan, todo a su tiempo. Contesto. y al momento los tres se pusieron a reír.

 

En ese momento decidí seguir la fiesta, sabía que no podía hacer nada, estaba que reventaba mi polla, a partir de ese momento no se cortaron nada, le habían bajado el jersey y estaba con las tetas al aire y una boca en cada pezón, ella había puesto una mano en cada paquete y la movia circularmente, metió la mano en la bragueta del más alto y le saco una polla de unos 18 cm gorda y venosa, ya la tenía completamente recta.-Sabia que eras una zorra, nada mas verte, agáchate quiero que me la mames delante de tu jefe. Le dijo a ala vez que le ponía una mano en la cabeza y la empujaba hacia abajo, mientras el otro se había sacado la polla y se estaba pajeando, la verdad que los dos iban bien servidos, se me quedo mirando y me dijo-No te preocupes, voy a llamar al metre para que mande a una camarera, no sería justo por nuestra parte no devolverte el favor, cogió el teléfono y supongo que hablo con el metre, hablaba francés muy rápido y no me dio tiempo a traducir, pues mi francés es muy básico por no decir nulo.

 

Susana estaba con la polla del hombre en su boca, movía la lengua sobre el capullo, alternaba la velocidad, rápido y lenta el le quito las manos de su polla, se levanto le cogió la cabeza con ambas manos y le comenzó a follar la boca, mientras el otro se levanto se puso al lado con los pantalones bajados, Susana alzo la mano y mientras le follaban la boca le hacia una paja al socio.

 

Se descorrieron las cortinas y apareció una camarera con una botella de champan, me miro giro para cerrar las cortinas y se empezó a desabrochar la camisa dejando ver dos hermosas tetas, se bajo los pantalones siempre sin dejar de mirarme, en ese momento se me olvido todo, ahora Susana estaba de pie girada noventa grados chupando la polla del mas alto mientras que el otro le estaba dando lametazos en el coño por detrás, al que se la estaba mamando empezó a bufar, la cogió por los pelos la levanto hasta la altura de du boca y le dio un morreo, en esto yo estaba sentado y la camarera con mi polla en la boca, me pasaba la lengua por mi capullo para a continuación tragársela entera.

 

-Espera zorra, no me quiero correr aún, date la vuelta que quiero follarte ese culo que tienes de zorra. Le dijo el más alto a medida que le iba dando la espalda, en ese momento vi la cara de Susana, estaba disfrutando de la situación, la apoyo contra la mesa, se ensalivo la polla, fue apuntando en su culo, al principio fue poco a poco, luego un poco más, Susana gemía el otro socio se había colocado entre las piernas de Susana y le estaba comiendo el coño, de golpe le enfundo la polla entera en el culo y la empezó a bombear con fuerza, Susana empezó a gemir como una perra.

 

-Que culo tienes zorra, te voy a llenar el culo de mi leche puta.

 

La estuvo follando diez minutos y empezó a gemir el tío se iba acorrer, se estiro y se empezó acorrer en las tripas de Susana que a esas alturas creo que había tenido varios orgasmos, el otro socio se tumbo en el suelo con la polla tiesa, Susana cuando lo vio puso una pierna a cada lado y se fue bajando hasta cogerle la polla y dirigirla a su coño, en ese momento le sujete la cabeza a la camarera para que no pudiera sacarse mi polla y me corrí en su boca, vi como se trago todo mi semen, Susana seguía cabalgando al cliente, este le agarraba las tetas estrujándoselas, el otro se acerco a la cara de Susana y le metió la polla en la boca, esta comenzó a mamar.

 

-Chupa zorra que todavía no hemos acabado.

 

Se la estuvo mamando durante cinco minutos, y la polla volvía a estar en forma, la verdad que los tíos estaban en forma, hizo que Susana se agachara para colocarse detrás, apunto su polla de nuevo a su culo y de una embestida se la clavo, Susana estaba ensartada por dos rabos, no hacia más que gemir.-Darme más cabrones, maaaaaaaaaas.

 

Al ver eso me volví a empalmar, puse a la camarera a cuatro patas y sin previo avisa se la hundí hasta los huevos, la empecé a follar con rabia, tenia celos de esos dos hijos de puta, mientras la follaba empecé a meterle un dedo en el culo, la guarra gemía mas que Susana, vi que ese culo ya estaba abierto saque mi polla del coño y se lo metí en el culo, la folle y la folle pensando en Susana, vi que los hijos de puta se iban a correr, y así fue primero se corrió el que se la follaba por el culo, y después el del coño, se quedaron quietos durante un momento, yo seguía follando a la camarera, y en un momento nuestras miradas se cruzaron, Susana se rio y me guiño un ojo, en ese momento me corrí en el culo de la camarera.

 

Volvimos al hotel nos despedimos hasta mañana, a la mañana siguiente volvimos a Madrid con unos nuevos y clientes y con una nueva aventura que estaba por empezar.