miprimita.com

Marcos y familia, la otra cara de la moneda III

en Amor filial

Marcos y familia la otra cara de la moneda III

Daniel se pegó a mi cuerpo apoyando su cabeza sobre mi hombro sus manos se cruzaron por delante de mi cuerpo juntándose debajo de mis pechos, durante unos minutos nos quedamos en silencio mirando a Marcos totalmente dormido.

-¿Quieres venir a mi cama?.-Sus labios besaban mi cuello a la vez que sus manos se movían acariciando mis pechos por encima del vestido, sentía cosquillas en mi cuerpo pero en aquel momento no podía ser, los remordimientos eran más fuertes que mi deseo de estar con el.

-Prométeme que mantendrás a tu hermano al margen Daniel.-Miraba el cuerpo de Marcos completamente dormido mientras su hermano jugaba con sus manos debajo del sujetador, agarraba mis pezones suavemente y sus labios besaban mi lóbulo.

-Lo intentaré, pero a cambio quiero una cosa.

Me giré preguntándome qué es lo que estaría pensando, ¿Intentaba chantajearme?, nos quedamos mirando, el calculando sus palabras y yo temiendo su propuesta.

-¿El qué?

-No quiero obligarte a nada, solo quiero que te quites ese manto de pena mama, no puedes destrozar tu vida de esa manera, hoy he visto a una mujer con ganas de disfrutar de su cuerpo.

-Hoy has visto a una...puta Daniel¿eso quieres que sea?¿tú puta?, ¿no lo entiendes?, soy tu mad...-Daniel tapo mis palabras con sus labios.

Mis manos se unieron detrás de su cuello apretando su boca contra la mía, era verdad esa noche me había sentido distinta junto a él e incluso hubiera seguido con Camilo si Daniel me lo hubiera pedido.

-No quiero que seas mi puta, ni se te ocurra pensar que yo deseo eso,solo quiero que vivas.-¿Vamos a mi cuarto?.-Daniel me cogió de la cintura, mi cuerpo quería pasar la noche con él para sentirlo de nuevo, y sentir como me llenaba con su cuerpo, pero mi cabeza me decía lo contrario ya había sobrepasado demasiado la línea ese día.

-No, me voy a dormir.-Dije luchando contra mi deseo de seguirlo.

-¿Segura?.

-Si Daniel por hoy ya es suficiente.

Daniel me atrajo hacia su cuerpo y nuevamente nos besamos, cada segundo que pasaba se me hacía más difícil separarme, sin dejar de besarme empezó a bajar la cremallera del vestido a la vez que mi cabeza decía que no pero mi lengua como si tuviera vida propia seguía jugando con la suya, un momento después nos separamos para notar como los tirantes del vestido recorrían mis brazos cayendo por su peso.

-No...no Daniel, no...tu padre.-Estábamos en medio del pasillo yo prácticamente desnuda y mi hijo besando mis pechos no me podía imaginar la cara de Antonio si nos descubría.

-Dime que no quieres que te folle y te dejo...dímelo.

Daniel había metido su mano entre mis piernas frotando mis labios húmedos, la cabeza cedía ante aquellos dedos y mi boca se abría  intentando coger aire sintiendo como mi cuerpo se entregaba a él, me giró quedando de cara a la pared, sentía mis pezones rozando el frío yeso mientras mis manos se apoyaban dando las señales de rendición, mi tanga descendió por mis piernas Daniel me levantó un pie y saco mi tanga quedando este enrollado en el otro; sus dedos no tardaron en desabrochar el sujetador dejándolo colgado en mis brazos.

-Te voy a follar como a una puta Ana, porque es lo que en el fondo quieres.-Daniel me mordía el cuello a la vez que sus dedos me follaban con fuerza.-Hoy te has portado como una zorra y no me digas que no te ha gustado¿te hubieras follado a Camilo?.-Daniel castigaba mi coño con fuerza sabiendo que estaba en sus manos.-Contesta Ana ¿te lo hubieras follado?

-No...-Mi voz se mezclaba con jadeos lo único que podía hacer era cerrar mis ojos dejándome llevar, olvidarme de todo...permitirme disfrutar sin frenos.

-No te creo, no te importó que te metiera mano y te tratara como a una puta.-Dos dedos habían entrado en mi ano al mismo tiempo que me frotaba el clítoris provocando que me retorciera sintiendo como mis fluidos luchaban por salir.-Mañana le preguntare si quiere follarte¿Qué me dices?¿Quieres que te folle?.-Sus dedos no dejaban de masturbarme mientras la idea de que Camilo me follara delante de mi hijo cada vez se hacía más presente.-Responde o lo dejaremos aquí, y seguirás masturbándote sola en tu habitación mientras me follo a Maite.-Los dedos de Daniel se detuvieron dejándome un vacío que no podía soportar.

-Si...¡joder!

-Si¿qué?

Necesitaba sus dedos ;su verga, su humillación, ser su puta; necesitaba sentirme viva.

-Si quiero que me folle Camilo si es lo que tú quieres...

-No, es lo que tú quieres.-Oí como se desabrochó el pantalón y al momento sentí su glande luchando por entrar en mi ano, instintivamente eche mis manos hacia atrás abriendo mis nalgas para ayudarle, poco a poco la fue introduciendo a la vez que seguía frotando mi clítoris, me dolía pero era un dolor placentero.-Ana es lo que eres, una puta.

Daniel se detuvo y fui yo la que me introducía su verga, movía mis caderas haciendo que entrara hasta el final para después retirarme sintiendo como abandonaba mi cuerpo, cada vez me movía más rápido notando como me llenaba y Daniel seguía provocándome con sus insultos a la vez que retorcía mis pezones.

-Me corro...me corro.-Decía entre lágrimas de placer, me sentía sucia pero satisfecha...llena...puta.

-Si, córrete con la verga de tu hijo en tu culo.-Daniel me sujetó con fuerza mis caderas para continuar sus embestidas hasta que su cuerpo se tensó llenando mi interior con su semen.

-Ven vamos a la ducha.-Dijo separándose de mi.-Papa no está, seguro que se ha ido de putas así que no tengas miedo, era una marioneta en sus manos, recorrí el pasillo notando como se escurría entre mis piernas mis fluidos mezclados con su semen.

El agua caía sobre nosotros mientras nuestras lenguas se encontraban yo recorría su cuerpo con mis manos como si fuera la primera vez. Daniel se separó de mi puso sus brazos sobre mis hombros haciendo fuerza para que me agachara cosa que hice sin dejar de mirarlo queriendo ver su mirada pero cuando me disponía a agarrar aquella verga ya casi inflamada me sujetó la cabeza apartándome, agarró su verga y vi cómo se hinchaba y el líquido recorría mi cara mojándome por completo, quise levantarme pero la fuerza de Daniel me lo impidió, no sé el porqué lo hice pero me quedé quieta notando como el calor de su orina se mezclaba con el agua, Daniel se agachó podía ver en su rostro satisfacción pero a la misma vez ternura.

-Eres una mujer maravillosa mama.-Sus labios besaron mis mejillas antes de invadir mi boca.

Me despertaron las voces que venían del jardín, Antonio estaba hablando con marcos sobre algo del trabajo de Antonio, Marcos parecía disgustado de lo que este le estaba ordenando, me di media vuelta intentando volver a dormir, había sido una noche bastante movida, aún recordaba lo sucedido con Daniel, cerraba los ojos intentando pensar en lo que había significado, me sentía rara, por un lado me negaba a mí misma sentirme bien por todo aquello pero a la vez sentía una liberación que no podía explicar, me había comportado como una puta...si, o quizás fueron las ganas de explotar lo que desencadenó todo, Daniel no me obligó a hacer nada que yo no quisiera o deseara, me volvió la imagen de Camilo en la discoteca y lo que Daniel me había dicho, desconocía si había sido simplemente un juego o por el contrario iba en serio, y lo peor era si se diera el caso no estaba segura de no consentirlo, Daniel entró en la habitación sin que me diera cuenta de su presencia, mi almohada cubría mi cabeza intentando amortiguar la discusión de Antonio con su hijo cuando noté las manos de Daniel destapando mi cuerpo y sus calientes manos recorriendo mis piernas.

-¿Qué haces Daniel?.-Dije sacando la cabeza de debajo de la almohada.

-Nada simplemente quería saber cómo estás.-La sonrisa de Daniel me llegó al alma, me había follado como había querido y sin embargo allí estaba preocupándose de mi.

-Bien, pero lárgate o al final tanto jugar con fuego tu padre nos va a pillar.-Dije intentando ser convincente.

-Tranquila, está intentando que Marcos vaya con él a la empresa.-Daniel seguía acariciando mis piernas cada vez más arriba.

-¿Para qué quiere que vaya?.-Dije mirando como su mano se iba acercando a mi entrepierna.

-Marcos quiere hacer prácticas en su empresa y papá le ha dicho que era bueno que lo acompañara un par de días para que conozca a la gente y así el día que empiece sus prácticas le será más fácil, lo encuentro correcto y a mi hermano le irá bien...ya me entiendes por lo nuestro.-Daniel ya tenía las yemas de sus dedos por dentro de mis bragas, era un diablo irresistible, me di cuenta que jamás me podría negar a nada que me pidiera.

Sus dedos invadieron mi cueva mientras nuestras bocas se juntaban teniendo la conversación de Marcos y su padre de fondo, sin a penas darme cuenta estaba completamente desnuda sobre la cama siendo penetrada por Daniel, era una sinfonía de sonidos; nuestros gemidos junto a la conversación en el jardín y el ruido del colchón a coro todo un espectáculo, tras llenarme de nuevo Daniel se quedo parado aún con su verga desinflándose en mi interior.

-Si Marcos se va con papa ¿te gustaría que llamara a Camilo?

Su pregunta me dejó helada pues no esperaba que fuera cierto y menos aún que fuera tan rápido.

-¿Ya?todo es muy rápido ¿no crees?, además si viene se enterara que soy tu madre...

-Ya lo sabe.-Dijo riendo.-Se lo expliqué ayer por la noche.

-Pero¿porqué?...

-No te tienes que esconder a parte Camilo y ya te dije ayer que para mí no eres una puta además no conoce a nadie de nuestro entorno y yo me voy el miércoles a Londres, solo tenemos cuatro días y quiero hacer tantas cosas.

-¿Quieres hacer tantas cosas? O ¿quieres que yo haga tantas cosas?.-Me di cuenta que me estaba riendo sin darme cuenta.

-Los dos Ana...los dos, no sé cuándo volveré de Londres y si de allí me voy a Estados Unidos que es mi meta, o si vuelvo ya no encuentro a la misma Ana...no quiero perder el tiempo y además sé que tú tampoco.-Daniel comenzó a hacerme cosquillas como se las hacía yo cuando era pequeño.

-Venga sal de mi habitación que me voy a levantar no vaya ha ser que entren en casa.-Dije echándolo de mi lado.

Al salir de la ducha me encontré con Marcos venía con cara de enfadado apenas me miró encerrándose en su cuarto, suponía que su padre le había fastidiado el día pero en ese momento estaba con Antonio, siempre se cuidó de sus hijos y si el creía que Marcos tenía que ir con él un par de días lo respetaba.

Antonio estaba en la cocina tomando café y al verme entrar me miró reflexionando antes de hablar, habíamos tenido unas palabras muy fuertes la noche anterior y eso nos dolía a los dos, me serví café y cuando estaba apunto de salir Antonio levantó la mirada de su taza y sé que con gran esfuerzo me habló.

-Lo siento...

Algo me invadió "lo siento", no recordaba cuando fue la última vez que las pronunció, me quedé parada de espaldas a él sin decir nada; yo también lo sentía.

-No quise insultarte, pero no puedo....aquello me dolió Ana, y no se pero no puedo...

-Yo también lo siento, pero eso ya lo sabes...no sé qué más puedo hacer.-Contesté con un nudo en la garganta que amenazaba con ahogarme.

-No es bueno para ellos que nos vean...ya sabes...como ayer...

-No, no estuvo bien, no sé que me pasó.-Me di la vuelta para mirarlo, hacia tanto tiempo que no teníamos una conversación de pareja que me parecía extraño.

-No podemos seguir de esta manera Ana.

-Pues yo no sé cómo solucionarlo Antonio...ya no lo sé, hace tanto tiempo que me siento encallada en el pasado.

-Tal vez cuando volvamos a casa deberíamos pensar seriamente en lo nuestro.-Antonio hablaba con la mirada fija en su taza.

-Seguramente sea lo mejor.

-Me llevó a Marcos a la empresa, quiero que conozca un poco el tema para que cuando baya de becario este más preparado¿te parece mal?.-Aunque intentará parecer sereno de sobras sabía que estaba perturbado, demasiados años juntos.

En ese momento lo odiaba aún más, me desarmaba y me dejaba si excusas, si Antonio se comportaba como un desalmado conmigo podía echarle la culpa de mis actos pero si era al revés y se comportaba como un padre eficiente y un marido comprensivo me dejaba desnuda.

-No, todo lo contrario si tú crees que es lo mejor para el a mí me parece bien.-Dije saliendo de la cocina dudando de no sentarme a su lado pero quizás fuera la costumbre.

-Nos vamos.-Antonio se despidió de mí desde la puerta al lado de su hijo el cual tenía cara de pocos amigos.

Al momento apareció Daniel vestido con sus pantalones de deporte y una camiseta sin mangas, su mirada segura de sí mismo junto a su cuerpo hacia que no pasara desapercibido.

-Me voy a correr un rato, Camilo dice que vayamos a su casa, tiene piscina...si te parece pasamos a comprar algo de comer y lo llevamos.

-No se Daniel¿y si aparecen sus padres y nos ven?

-Sus padres están en Brasil de vacaciones, me voy en una hora paso a buscarte.

Daniel me besó en los labios con total normalidad e igual lo recibí ya no teníamos nada que esconder yo era suya ya no había vuelta atrás y tal vez eso era lo que yo deseaba; entregarme.

Durante el trayecto Daniel no dejaba de tocar mis piernas desnudas, pasaba la palma de su mano acariciando el interior de mis muslos mientras conducía, recibió una llamada de Camilo preguntando por dónde íbamos a lo que Daniel le contestó que estábamos a diez kilómetros.

-Esta deseando verte Ana.

-¿De verdad que quieres esto?.

Mi mano acompañó la suya hasta llegar a mi bañador. Había perdido todo el decoro simplemente quería disfrutar de él cuando se fuera a Londres volvería a la normalidad de mi vida.

-Si, y creo que tú también.

Al llegar vi que Camilo tenía una casa muy grande, se veía que sus padres debían de ganar mucho dinero pues la zona no era precisamente barata.

-Espera.-Dijo Daniel antes de picar el timbre.

Pasó sus manos por debajo del vestido playero y sin decir nada descendió mis bragas hasta sacarlas por los pies.

-Tu estas loco.-Dije riéndome.

-Ya, pero eso es lo que te gusta de mi.-Dijo metiendo la braga del bañador en el bolsillo.-Ya veras como lo pones.

-Hola pareja, pasad.-Camilo llevaba solo su bañador negro dejándome ver su cuerpo musculoso.-Estas preciosa Ana.-Camilo me abrazo para besarme como la noche pasada con la diferencia que sus manos tocaron directamente mis nalgas sin impedimento alguno.

-Hemos traído algo de picar.-Daniel le corto el rollo aunque sabía que ese día tenía tiempo de sobras y que esta vez no saldría corriendo.

Daniel entro delante nuestro mientras Camilo me llevaba de la cintura, sentía mariposas correr por mi estomago era algo nuevo para mí, estaba en la casa de un amigo de mi hijo desnuda prácticamente y sabiendo que en poco seria montada por Camilo con el beneplácito de Daniel.

Un amplio salón con vistas al jardín donde se encontraba la piscina; una barbacoa, mesa, tumbonas y sillas de jardín.

-Ya preparo yo algo de picar, enséñale a mi madre la piscina.

-Por mi bien, ya sabes dónde están las cosas.-Camilo me apretó más hacia el para besar mi cuello.-Ayer me dejaste muy caliente.

-Ayer era ayer.-Dije pasando mi mano sobre su bulto, pero hoy abra tiempo de todo, vamos a ver esa piscina que tengo ganas de darme un baño.

-Como no, ves tú y yo voy a buscar toallas.-Camilo me abrió la puerta corredera dejándome el paso libre al jardín, mientras él se perdió por el interior de la casa.

Una piscina con forma de ocho se asentaba en medio del jardín, por suerte los grandes árboles impedían que los vecinos pudieran ver lo que allí acontecía, me saqué mi vestido y la parte de arriba del biquini y mis zapatillas, sentía mi cuerpo libre y el movimiento de mis pechos cuando caminaba hacia una de las dos duchas que había, abrí el grifo provocando que la piel se erizara sintiendo el agua fría, a través de la cortina de agua vi a Daniel poniendo el aperitivo en una de las mesas, se quedó mirando sonriendo, es lo que él quería que me entregará en cuerpo y alma, ese día rompí todas mis barreras que sin darme cuenta marcarían mi futuro inmediato.

Hice unas brazadas notando como la temperatura del agua era superior a la de las duchas, de reojo vi a Camilo dejando tres toallas sobre una hamaca y comenzar a desnudarse mientras seguía mis movimientos, su cuerpo estaba depilado por completo y su aparato daba muestra de excitación, sin dudarlo se metió debajo de la ducha nos miramos y observe su sonrisa contestada con otra mía, mi cuerpo se estremecía pensando en lo que iba a pasar, salió y después de correr se tiro de cabeza buceando hasta emerger a mi lado.

Al momento de emerger nuestras bocas se juntaron sin dar tiempo a las palabras, sus brazos me atraparon y mis piernas lo rodearon por detrás de su cintura notando su verga rozar mis labios mojados y no solo por el agua de la piscina, sus manos bajaron hasta agarrarme de mis nalgas abriéndolas mientras su dedo recorría mi perineo hasta llegar a los labios, su boca abandonó la mía e izando mi cuerpo llevo uno de mis pechos a sus labios succionándolo suavemente, su verga cada vez estaba más dura lo noté al pasar una mano entre nuestros cuerpos y asirla entre mis dedos, sentía todo su grosor e incluso una pequeña desviación de la misma, lo masturbaba mientras el dirigía su boca a mis pezones cada vez con más fuerza, yo misma me situé de manera que pude dirigir la verga hasta la entrada de mi vagina, poco a poco respetando los tiempos la fue introduciendo hasta quedar acoplados los cuerpos como uno solo, comenzó a mover su pelvis despacio sintiendo que todavía no estaba lo suficiente lubricada nos volvimos a besar mientras un dedo jugaba con la entrada de mi ano.

-Follame cabrón...Follame.

-Ni lo dudes Ana te voy a follar hasta que me duelan los huevos.

Daniel se había sentado en una hamaca viendo como Camilo me follaba, daba sorbos a un vaso mientras picaba de un plato, nuestras miradas se cruzaron dejando claro que aquello era lo que quería.

Camilo seguía bombeando mi cuerpo con toda su fuerza dándome la sensación de que mi vagina iba a explotar en cualquier momento, pase mis brazos por detrás de su cabeza sujetándome ante aquel volcán que amenazaba con explotar, me levantaba sacando prácticamente su verga para volver a dejar caer mi cuerpo caer y que su verga volviera a enterrarse en lo más hondo, mis manos se agarraban a sus clavículas clavando mis uñas a la vez que mi coca se abría soltando profundos gemidos.

Nos quedamos quietos sintiendo con nuestros fluidos juntándose en mi cuerpo, Camilo besaba mi cuello a la vez que acariciaba mis nalgas con ternura.

-Eres maravillosa Ana.-Sus labios volvieron a mis pechos.

-Tu tampoco estás mal, vamos a comer, anda.-Aflojé mis piernas liberándolo de mi presa.

Salimos de la piscina y después de darme una ducha para quitar el cloro de mi cuerpo me enrollé una toalla para sentarme en la mesa, Daniel había preparado unos aperitivos y había servido unos Martinis, Camilo seguía desnudo mientras Daniel solo se había desprendido de su camiseta ahí me dio la sensación que Daniel no quería participar simplemente quería ser observador, Daniel me pasaba la mano por mis piernas con mi beneplácito.

-¿De qué os conocéis?.-Dije mirando a Daniel, pues Camilo se veía mayor que mi hijo.

-A través de Maite, mis padres tienen locales de alterne en Madrid y Maite trabaja para ellos.-Camilo me miraba con deseo sin dejar la oportunidad de acariciarme.

-¿Qué piensas de follarte a la madre de tu amigo?.-Le solté sin dejar de mirar a Daniel, aún no me había creído que mi hijo se lo hubiera contado.

-Para mí eres una mujer exuberante, nada más y no me arrepiento.

-No, eso ya lo veo.-Dije sintiendo como su mano recorría el interior de mis muslos.

Daniel y Camilo conversaban de diferentes temas, desde lo mal que estaba el trabajo en España a actualizarse el uno del otro de los nuevos locales, mientras yo seguía la conversación mirándolos a ambos como si fuera una chica más...un ligue nuevo prácticamente los aperitivos se habían acabado haciendo que el Martini hiciera más efecto, mi cabeza empezaba a notar el exceso del alcohol acompañado del cansancio del día anterior, no estaba acostumbrada a trasnochar y menos aún al maltrato de mi cuerpo siendo follada por mi hijo, pero a la vez después de mucho tiempo me volvía a sentir viva, era una sensación de liberación aunque siempre estaba la sombra de Antonio que me impedía poder sentirme plena y aunque quisiera ocultarlo en lo más hondo de mi cerebro no podía dejar de sentirme mal.

-¿Qué os parece si preparo una ensalada y un poco de pescado a la plancha?.-Camilo se levantó recogiendo los platos vacíos del aperitivo.

-¡Uff!..veo que te desenvuelves muy bien, sin duda eres un buen partido.

-Pues soy todo tuyo.-Camilo apretó mi muslo con su mano a la vez que me guiñaba un ojo.

Me levanté para ayudarlo a recoger, sintiendo cierto mareo por culpa de los Martinis, pero Camilo cogiéndome de los hombros y con ternura me volvió a sentar.

-Por favor Ana sois mis invitados, yo me ocupo.-Daniel me besó en la frente y se marchó con los platos amontonados unos sobre otros perdiéndose en el interior de la casa, lo observe deleitándome con su cuerpo y unas preciosas nalgas.

-¿Te gusta mama?.-Daniel me sorprendió mirando el cuerpo de Camilo.

-¿Qué pretendes Daniel?.-Mi mano jugaba con el vaso haciendo que los restos de los cubitos de hielo girarán sobre el.-Me traes a casa de tu amigo, me folla en la piscina delante de tus narices y tú ni te inmutas, no lo entiendo, no sé qué pretendes.

-Pero lo has disfrutado¿o no?.-Daniel se acercó colocando su silla pegada a la mía.-Lo único que quiero es que disfrutes de la vida, no soporto el verte encerrada en el pasado...tienes una vida por vivir y si no puede ser con mi padre pues que no sea, solo quiero marcharme a Londres sabiendo que tú estás bien, que dejó a una mujer nueva y no a un fantasma que vaga por la vida esperando... a no sé que...¡no tengo ni puta idea¡¿qué esperas para separarte de papa?.

-Aquí os dejo unos albornoz para que estéis más cómodos, creo que sería mejor comer dentro aquí en una hora hará demasiado calor.-Camilo depósito dos albornoz sobre una hamaca y volvió a meterse dentro de la casa, percatándose que había interrumpido la conversación.

-No es tan fácil Daniel, no es tan fácil...

-La vida es más fácil de lo que parece mamá, lo único que pasa es que nosotros mismos nos la complicamos, piénsalo, y ahora me voy a pegar un baño.-Daniel se descalzó y sin pasar por la ducha se zambulló, no pude dejar de pensar en mis hijos y las veces que íbamos a la piscina juntos, Daniel era atrevido y a los seis años ya se desenvolvía en el agua con total normalidad lo contrario que su hermano, tanto Antonio como yo lo teníamos que obligar a meterse en el agua, era tanto el pánico que le tenía que podía pasar horas enteras sin meterse, hasta en eso eran tan diferentes, había veces que creía que no eran hermanos.

Me puse el albornoz y decidí ayudar a Camilo en la cocina, la música de Sabina llenaba la casa, no pude dejar de sonreír al escucharla, no me imaginaba que a Camilo le gustara ese tipo de música, aproveché para fisgonear un poco por el salón viendo las típicas fotos familiares, en una estaba Daniel con quien suponía serían sus padres en la cual se veía el gran parecido de este a su progenitor junto a una mujer de rasgos preciosos, su melena rubia y una sonrisa maravillosa, Camilo aparecía con una toga y un diploma en la mano.

-Mis padres.-Sentí la voz de Camilo que entraba en el salón con unos cubiertos en una mano mientras que en la otra llevaba unos platos, casi se me escapa la risa al verlo con un delantal y totalmente desnudo debajo de este.-Siempre me pareció algo cursi, pero a mí madre le encanta esa foto.-Decía mientras repartía las servilletas y los cubiertos por la mesa.

-Es normal, cualquier madre estaría orgullosa de tenerte como hijo.-No pude dejar de pensar que sus padres prácticamente eran de mi edad quizás algo mayores pero no más de cuatro o cinco años.

-¿Solo como hijo?.-Camilo se había acercado a mí y pasando sus manos por mi cintura me besó en el cuello mientras yo seguía mirando aquella foto e imaginando cómo sería si en cambio de ser Camilo fuera Daniel o Marcos, ¿Cómo enseñaría esa foto a los amigos?; le diría mira este es mi hijo con su graduado ¡Ah! Y por cierto me los he follado.

-No seguro que ya tienes alguna esperando por ti.-Mi mano acariciaba la suya Camilo había apoyado su barbilla sobre mi hombro encajando nuestras caras.-¿O me vas a decir lo contrario?, eres un buen partido para cualquier chica.–Me giré quedando frente a él y esta vez fui yo la que lo besé, aquel chico me estaba llegando muy adentro, parecía distinto a la noche anterior, la dureza de la noche se había convertido en dulzura y amabilidad.-Déjame que te eche una mano.-Dije apartándolo suavemente.-¿Donde está la cocina?.

-Al final del pasillo, ya la verás.-Camilo abrió una vitrina donde estarían los vasos mientras yo me adentraba en aquel pasillo hasta la cocina.

Una cocina americana donde se podría hacer la vida en ella, habían tres doradas sobre el mármol en una bandeja.

-¿Quieres que las haga yo?.-Le pregunté a Camilo al verlo entrar en la cocina.

-Deja que las haga yo, si quieres preparas la ensalada.-Lo miré sintiéndome en un sueño, me recordó a mis primeros años de casada con Antonio pero normalmente era al revés, él siempre preparaba la ensalada pues era un negado con los fogones, pero en aquel momento no le di la importancia y después de tantos años la echaba de menos.

Daniel entró en la cocina totalmente desnudo y en sus ojos volví a ver aquel Daniel morboso, continúe cortando la ensalada mientras miraba de soslayo a Camilo que no se había percatado de la presencia de Daniel, al momento los labios de Daniel recorrían mi cuello mientras sus manos desataban el nudo del albornoz dejando que cayeran sobre mis brazos dejando mis pechos al descubierto, Camilo nos vio y fue como si la magia que se había creado entre nosotros hubiera desaparecido, ya volvía a ser la mujer de la noche anterior, continuó limpiando el pescado haciendo como si fuera normal, Daniel me hizo soltar el cuchillo que tenía en la mano para poder sacar mi albornoz por completo dejando que este cayera sobre mis pies desnudos, sus labios se adueñaron de mis pechos y la mirada de Camilo se fundió con la mía, sin darme cuenta me sentía caliente al pensar en la situación, Daniel se fue arrodillando hasta quedar con su cabeza entre mis piernas respirando directamente de mi sexo ya estimulado, levante una mano hacia Camilo invitándolo a participar quería tenerlos a los dos, Camilo abrió el grifo para lavarse las manos mientras veía cómo mi cuerpo se contraía del placer que Daniel me estaba dando lamiendo toda mi vagina, Camilo se fue acercando sin prisa como saboreando su premio, poco a poco se acercó hasta quedar nuestros labios juntos, Daniel al sentir su cuerpo se levantó y rodeando mi cuerpo se puso en mi espalda para volver a meter su lengua entre mis nalgas pasando por el perineo humedeciendo mi esfínter acompañando su lengua con las yemas de su dedo corazón, Daniel ocupó el espacio de Daniel quedándome de pie siendo absorbida por aquellas dos lenguas, tenía una mano encima de cada cabeza jugando con su pelo sintiendo que aquellas lenguas se podían llegar a juntar dentro de mi.

La boca de Camilo se llenó de mis fluidos de tal manera que me tuve que apoyar sobre los hombros de este para no caerme al sentir como mis piernas perdían toda la fuerza, Daniel se levantó apoyando su verga sobre la entrada de mi ano; Camilo se levantó y sonriéndome se sacó el delantal lanzándolo sobre el mármol, su verga estaba completamente erecta mirando al infinito, Daniel puso sus manos en mi espalda indicándome que me agachara cosa que aproveché para introducir la verga de Camilo en mi boca, Daniel iba introduciéndose dentro de mi ano suavemente, Camilo llevó sus manos a mi cabeza llevando la cadencia de la felación, mi cuerpo se movía al ritmo de las embestidas de Daniel, Camilo me miraba lascivamente viendo como su verga desaparecía dentro de mi boca durante unos minutos mantuvimos la postura hasta que Daniel agarrando mis piernas por debajo de mis muslos me levantó abriéndome las piernas, le estaba ofreciendo mi coño a Camilo, me besó mientras frotaba su verga sobre mis labios vaginales como buscando la entrada a la vez que su lengua se juntaba con la mía, la sentí entrar hasta quedar en medio de los dos, ambos me sostenían en el aire intercambiando las embestidas, Daniel mordía mis hombros a la vez que yo decoraba la boca de Camilo, no podía más, un orgasmo se encadenaba con otro, era la primera vez que era atravesada por dos vergas a la vez, Daniel comenzó a bufar y tensando su cuerpo dejó que su corrida llenara mi conducto anal, Camilo seguía embistiendo ahora con más fuerza al ver que Daniel se había corrido y tras unas embestidas feroces dejó salir su semen, seguramente si no hubiera continuado tomando las pastillas anticonceptivas en los últimos dos días hubiera acabado embarazada.

La tarde la acabamos los tres sobre la cama de matrimonio rodeados de las fotos familiares, Camilo me volvió a follar mientras Daniel se duchaba, al final nos despedimos de Camilo a las ocho corriendo pues Antonio normalmente debía de llegar sobre las nueve y aún no tenía nada preparado para la cena.

Había sido toda una experiencia pero sabía que todo aquello se tenía que acabar cuando Daniel se fuera a Londres, era imposible vivir de esa manera.

Continuará...

Espero los comentarios.